Me comentó ayer por la noche un lector y colaborador
ocasional de esta página que se había comunicado con él el Sr. Antonio Torres,
quien había sido objeto de una respuesta de Ludovicus días pasados, haciéndole
saber su malestar por las ofensa que él creía haber recibido en esa entrada.
Valga por ese motivo esta aclaración:
Durante la campaña electoral de 1992, el asesor de Bill
Clinton, el publicista James Carville, instaló un cartel en el cuartel de campaña
del candidato, que rezaba: “The economy, stupid”. El lema instaba a focalizarse
en la cuestión principal a la que tenía que traer a debate Clinton frente a un
Bush sr. triunfante en la Guerra del Golfo y en otras cuestiones de naturaleza
política.
A partir de esa ya lejana fecha, el lema se ha hecho
proverbial para enfocar diversas cuestiones complejas en torno a un núcleo
determinante. Sugiero consultar la entrada que Wikipedia habilita al efecto.
En Wanderer, apareció con mi firma el año de la emisión del
motu proprio Summorum Pontificum que habilitaba la liturgia tradicional, en la
siguiente forma “Es la liturgia, estúpido” y se difundió rápidamente. No consta
que el Wanderer ni ningún lector se haya dado por aludido. Posteriormente, en
un reportaje que tuvo a bien realizarme Tollers en el año 2011, volví a emplear
la misma expresión, sin que el bueno de Jack me haya retado a duelo.
En un comentario hecho hace unas semanas en respuesta al
señor José Torres, volví a usar la ya trillada fórmula en relación con las
estructuras con deriva sectaria en el seno de organizaciones eclesiales,
aclarando por las dudas que lo hacía sin alusión personal y confiándome en lo
proverbial de su empleo. No obstante lo cual, parece que la frase fue
interpretada como una alusión y peor aún como una ofensa. Aclaro, entonces, por
si fuera necesario y sin perjuicio de la temporánea advertencia que acompañaba
la frase, que no fue mi intención referirme a nadie en particular y mucho menos
al señor Torres, y me reprimo la natural tentación de volver a reformular una
frase sobre las alusiones.
Quiero además hacer constar el reparo de tipo ético al uso
de nicks. En principio, creo que el uso de tales pseudónimos, en la medida que
se haga con responsabilidad, son útiles precisamente por los malentendidos que
suscita este tipo de comunicación digital, y la prueba es que un lugar común
como el uso de una frase que lleva circulando más de dos décadas puede producir
reacciones inesperadas. Por otra parte, el hecho de que un comentarista use su
nombre real no le da derecho a conocer el de la persona que usa pseudónimo.
Cada uno conoce sus circunstancias particulares y las consecuencias de sus
actos. Tampoco, dicho sea de paso, uno tiene la manera ni la obligación de
determinar si el comentarista al que contesta está empleando un nombre real o
ficticio. No es mi problema si alguien quiere exponerse, o sus circunstancias
le permiten hacerlo sin sufrir consecuencias.
Sí genera una responsabilidad especial usar un pseudónimo, y
es el cuidado extremo en salvaguardar el nombre, el honor y la tranquilidad de
quienes emplean nombres reales. Es por ello que efectúo esta aclaración, que en
condiciones normales sería considerada una platitud (sit venia anglicismo)
extremadamente redundante.
Toto corde,
Ludovicus
Por mi parte, recuerdo que también he utilizado con frecuencia
la expresión objeto de la explicación de Ludovicus, por ejemplo, en un post del
año 2012 titulado “Es la belleza, estúpido”. A quienes iba dirigido -un grupo
de amigos con quienes habíamos hablado del tema-, no se dieron por aludidos por
la expresión y, mucho menos, se ofendieron.
Por otro lado, asumo mi responsabilidad por haber publicado,
sin consultar con su autor y a modo de post, un simple comentario de Ludovicus,
lo cual pudo haber acrecentado la confusión.
Hago saber también a los lectores del blog que el Sr.
Antonio Torres envió una extensa respuesta a Ludovicus que yo no publiqué por
los motivos que expresé oportunamente en la entrada: el tema IVE está agotado
para mí y para este blog y no quiero seguir promoviendo debates al respecto.
Finalmente, como administrador de esta página, nunca he
publicado entradas o comentarios que resultaran ofensivos o que contuvieran
insultos a quienes escriben o comentan en ella. Y les puedo asegurar que son
abundantes. Valga esta aclaración para refrendar que en ningún momento fue
intención de este administrador ofender o faltar el respeto al sr. Torres.
Wanderer
Off topic, pero The Economist lee Wanderer?
ResponderEliminarEs la misma tesis de la viveza de Wanderer de un post anterior.
http://www.infobae.com/2014/07/04/1578258-the-economist-la-estrategia-equivocada-la-viveza-criolla
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