Una de las tantas consecuencias que dejará el pontificado de Francisco será la desaparición de la figura de los santos tal y como los concibió la Iglesia durante siglos. Canonizaciones seguirán existiendo, y a troche y moche, pero los santos serán distintos, o serán otro tipo de santos. Basta mirar lo ocurrido en Roma el domingo pasado para comprobar lo que estoy diciendo: solamente un neocon obcecado y que ha abdicado completamente de su inteligencia puede creer que Pablo VI o el obispo Romero son santos al modo en el que la Iglesia siempre consideró a los santos.
Se trata de personajes elevados al honor de los altares por un puro acto de voluntad del Sumo Pontífice -¿o alguien cree que pueden respetarse en pocos meses todas las instancias de los procesos de canonización? ¿O que Dios comenzó a hacer milagros en 4G y por eso son mucho más frecuentes, rápidos y fáciles de probar?- lo que, en caso de Bergoglio, es lo mismo que decir que se hacen santos de acuerdo a sus caprichos, y nadie en la Curia puede oponerse a su omnímoda voluntad porque, en los hechos, desde Pío IX a la fecha, el Papa es indiscutible. Vale la pena recordar aquí la anécdota de la acalorada discusión de este pontífice con el cardenal Guidi la tarde del 18 de junio de 1870 mientras se desarrollaba el Concilio Vaticano I. Pío IX respondió furibundo a las reservas que tenía el docto purpurado dominico acerca de la conveniencia de proclamar el dogma de la infalibilidad puesto que no se trataba de una verdad conservada claramente en la Tradición: “… io, io sono la Tradizione, io, io, io sono la Chiesa”. (Cf. K. Schatz, Vaticanum I, vol. III, Paderborn, 1992, p. 312-322). En esta tradición con minúsculas, entonces, es perfectamente razonable que Francisco determine motu proprio quién debe ser santo y quien no debe serlo, saltándose todos los procesos e instancias canónicas, puesto que él es la Iglesia (y no vale decir que esta actitud estaba bien cuando la hacía Pío IX porque era de derecha y no cuando la hace Bergoglio que es de izquierda).
Pero vayamos todavía un poco más adelante y preguntémonos acerca del motivo por el que el Papa Francisco está haciendo lo que hace con las canonizaciones. La primera y más fácil respuesta, y no menos verdadera, es que está utilizando esta noble institución de la Iglesia con fines populistas y como una de las múltiples acciones propias de su pontificado destinadas a teñir de corrección política a la retrógrada iglesia católica. En el caso que nos ocupa, tanto Pablo VI como Romero son dos iconos indiscutible del progresismo eclesiástico y del progresismo laico. El uno, con su vida dedicada a la promoción de los “valores democráticos” en la Italia de posguerra y, hacia el final de su vida, a la aplicación a ultranza del espíritu del Vaticano II que cambió radicalmente en pocos años el rostro de la Iglesia hasta hacerla irreconocible, y el otro, “martirizado” por su defensa de los pobres en contra de las dictaduras de derecha, una especie de Angelelli con gemelos y buen perfume. Para cualquier persona de la calle medianamente instruida o para cualquier periodista editor de la sección de temas religiosos de algún medio de prensa, que la Iglesia coloque en las hornacinas de sus templos a alguno de estos personajes y le rinda culto, significa que la Iglesia está cambiando, se está modernizando y se está adaptando al espíritu de los tiempos. Y, consecuentemente, que el que promueve a estos nuevos santos es un líder y personaje de respeto y veneración. Lo que quiere, y lo que ha querido a lo largo de toda su vida, Jorge Bergoglio.
Pero tengo mis dudas acerca de que sean sólo estas las intenciones del pontífice, y creo que más allá de su carácter profundamente jesuita y simulador, en esta ocasión hay en él una parte de sinceridad. Es decir, Bergoglio cree firmemente que Angelelli y sus curas tercermundistas, que Pablo VI y que Romero son efectivamente santos, pero el único modo que tiene para creer esto en buena consciencia es admitiendo un concepto distinto de santidad. Si la suya es la teología del pueblo, es decir, que el “pueblo” en cuanto tal es fuente de revelación, las verdades de la fe irán variando o amoldándose a los tiempos de acuerdo a los sentires y saberes de ese pueblo eternamente mutable. Y así como los pueblos medievales se rindieron ante la santidad de figuras como la de Luis Capeto o la de un labrador madrileño llamado Isidro, ahora se rinden ante un nuevo estilo de santidad encarnado por los adalides del progresismo como Montini y Romero. Las virtudes que el pueblo, expresión permanente de la voz de Dios, valora en un momento determinado de la historia son distintas a las que valora en otro momento.
Esta nueva santidad que está siendo llevada a los altares por el Papa Francisco no esplende a través de la heroicidad de las virtudes teologales y morales y el cumplimiento de los mandamientos, sino que exige la heroicidad de otro tipo de virtudes -las virtudes progresistas como la solidaridad, la tolerancia, la acogida a los pobres e inmigrantes, etc.- sin que aquellas otras, las apreciadas por el antiguo pueblo, tengan relevancia o peso a la hora de decidir sobre la santidad de alguien.
Considero que esta hipótesis que planteo es coherente con otras actitudes de Francisco. Acerquemos la lupa y tratemos de verificarla con un caso testigo y fácilmente identificable: la virtud de la castidad. Se trata de una de las preseas más valiosas que adornaban a los antiguos santos de la Iglesia y una de las virtudes que la Iglesia más ha valorado desde sus inicios. Para Bergoglio, en cambio, es un detalle que apenas tiene importancia y valor. Soy consciente de que se trata de una afirmación arriesgada pero creo que puede ser abundantemente probada por muchos casos que todos conocemos. Detallo aquí solamente algunos:
- En 2005 defendió a Mons. Juan Carlos Maccarone luego de que fueran difundido un video en el que se lo veía en medio de refocilos sexuales con su chofer. Mandó a decir a su portavoz que se trataba de un “acto de la vida privada” del obispo manfloro.
- En 2012 defendió en persona y públicamente, alabando su disponibilidad y entrega a los pobres, a Mons. Fernando Bargalló, que había sido fotografiado en un exclusivo hotel del Caribe con su rubia barragana.
- En 2013, siendo ya Papa, afirmó que él no era nadie para juzgar las conductas homosexuales de Mons. Battista Ricca, que aún hoy se desempeña en un importantísimo puesto de la Curia vaticana.
- Esta semana acaba de confirmar la elevación al cargo de Sustituto de la Secretaría de Estado a Mons. Edgar Peña Parra, presentándolo él mismo ala Curia, a pesar de los documentos aparecidos el viernes que venían a confirmar lo que ya había sido advertido por Mons. Viganò acerca de las activas inclinaciones contra natura del prelado venezolano.
Y podríamos seguir abundando en casos publicitados en los últimos tiempos en los que se prueba que el Santo Padre elige como colaboradores más directos a varios personajes que no se caracterizan por lucir la presea de la castidad. ¿Será que Bergoglio es suicida, y elige a personajes tan cuestionados y vulnerables para arruinar su pontificado? ¿O será más bien que, para él, la castidad es un detalle secundario que de ningún modo incide en la valoración de una persona destinada a desempeñarse en el seno mismo del gobierno de la Iglesia?
Y esto que puede verse con respecto a la virtud de la castidad podría extenderse también a otras varias virtudes tradicionales. El nuevo santo debe lucir en su pecho condecoraciones muy distintas de las que se exigían hace algunas décadas.
Le decía el Papa hace poco a un joven jesuita: “Yo creo que el Señor está pidiendo un cambio a la Iglesia”. Por lo visto, ese cambio que comenzó con un nuevo culto en los ’70, se está perfilando ahora con una nueva santidad, reflejo de nuevas virtudes y olvidada de las virtudes de siempre.
Estimado Wanderer.
ResponderEliminarSu reflexión es coherente y convincente, muy convincente; y ha enfocado el polémico tema de las canonizaciones realizadas por el papa Francisco desde un punto de vista novedoso respecto de otros expositores.
Una ulterior cuestión a plantearse, si aceptamos el presupuesto de que él está convencido de la santidad de sus canonizados, y todo esto con el ánimo de encontrar alguna razón a sus decisiones, con respeto por la Sede de Pedro, pero un respeto que no puede ser ciego a la realidad: ¿De dónde brota ese convencimiento?... 1) de sus penurias teológicas, y de su ideología?, 2) de un afán conscientiemente destructivo de la nota de "santidad" de la Iglesia y, por ende, de voluntad de apostasía?, o 3) de desvaríos de su inteligencia y voluntad fruto de su edad?...
Muy bueno W.
ResponderEliminarCon respecto a la última cita, la de la charla con los jesuitas bálticos, me impresionó que varias veces se refiere a que los jesuitas deben tratar con el diablo ("discernir en el campo del diablo"), con los infiernos ("descender a los infiernos"), con lo diabólico ("pedir ser introducidos"), con el caos ("entrar en el caos"). Y, aunque parecería tener una concepción inmanentista y secularista del mal, me llama la atención su obsesión con el tema.
...y 4) o de una insatisfacción sin resolver de su propia vida sexual?
ResponderEliminarWanderer, me voy un poco de tema -aunque no tanto-.
ResponderEliminarHace unos días en Argentina se realizó el "Encuentro Nacional de Mujeres". Los obispos de Comodoro Rivadavia emitieron un comunicado realmente increíble por su ruindad.
En el fondo, para ellos defender la familia, defender la vida, defender la correcta educación en la castidad de los hijos... no parece tan importante, y en lugar de apoyar a sus ovejas que lo hicieron (en este encuentro y día a día) parecen ponerse del lado del lobo.
Una laica argentina les respondió, la carta creo que es valiosa.
https://www.facebook.com/marce.herenu/posts/2107396822644677
"Anónimo dijo...
ResponderEliminar...y 4) o de una insatisfacción sin resolver de su propia vida sexual?"
Todo parece indicarlo...
Es el tema del post anterior: otra iglesia, otra religion. Un cisma a la inversa.
ResponderEliminarSr Wanderer: en una entrada anterior del mes de abril, usted publicaba una nota en la que se aludía a la falsificación del concepto de santidad llevado a cabo por Francisco.Tal vez sea el momento de releerla:
ResponderEliminarhttp://caminante-wanderer.blogspot.com/2018/04/la-clase-trabajadora-va-al-paraiso.html
Ernesto Casarella
En el libro Stat Veritas de Romano Amerio se explica claramente lo que es un verdadero martir y porque Mons. Romero no lo fue
ResponderEliminarEn cuanto al punto 4) citado por lectores, cada vez estoy mas propenso a creerlo, ya que si mal no recuerdo , apenas lo designaron lo primero que contaron es que tuvo una novia y aparecio una señora diciendo bobadas. ¿Era necesario aclarar eso? . Por algo lo hicieron.
Al título habría que interpretarlo como La Ruindad de Su Suciedad. No le demos más vuelta a la rosca que se nos terminó el tornillo: su falta de fe le obnubila la inteligencia y actúa en consecuencia. El pecado hace estas cosas. Al Papa le gusta el poder que lo reemplaza a su falta de fe. El hombre incrédulo, peor si ha apostatado, se convierte en una fiera déspota y destructiva. Se le nota la envidia, la gran transa con lo más burdo, ese es el precio. Tratar de interpretarlo lo dejo a los eruditos. Y lo peor, como si fuera poco, es argentino... qué dolor!!
ResponderEliminarHace unos días leí en un comentario en Infovaticana que un psiquiatra cataloga ba a Francisco en el cuadro de trastorno de la personalidad pasiva/agresiva. No va desencaminado. Explica muchísimos de sus comportamientos.Despues está su vertiente política y una formación que no hay por donde cogerla. Desde ese día para mi toda su persona se ha dimensionado. He leído el cuadro con sus síntomas y!como anillo al dedo!.
ResponderEliminarConclusión : aunque parezca imposible a muchos su irrupción nos a despertado del letargo..
Coronel Kurtz, para entender correctamente las frases que Ud cita es esencial tener en cuenta esta parte de la charla:
ResponderEliminar"Pero con el Señor no hay que tener miedo. ¡Pero con el Señor, no con los propios caprichos! Dios es fuerte, Dios es más fuerte. Lo decía antes, recordando a Hugo Rahner: hay que tener la capacidad de entrar en los dos campos, también en el del enemigo del hombre, en el caos. Lo aprovecho porque me das la ocasión para hablar de una cosa que tenía en mente deciros hoy. Os hablé de entrar en el caos o en las situaciones difíciles, pero no solos, sino con el Señor y en el diálogo con el superior y con la comunidad."
Estimadísimo Wanderer, se me ocurre dudar acerca de la honestidad de los sentimientos populares de Bergoglio, como de los de cualquier otro peronista. Son simplemente falsos, fingidos. Ellos no creen en el pueblo, se sirven de él, y me parece que su reflexión puede pecar de ingenua al otorgarle algún crédito a la sinceridad de la "fe" popular de Bergoglio. A lo sumo es un adulador de las masas y por lo demás, seguramente desprecie tanto a Pablo VI como a Romero y Angelelli. No creo que Bergoglio tenga un pensamiento, una idea, su línea de conducta es utilitarista y voluble, como demostró en el caso del putimonio. A cada uno le dice lo que quiere oír, porque no tiene un pensamiento único. Me parece que en este caso es lo mismo. El mundo quiere santos populares? démosle santos populares.
ResponderEliminarHilbert.
Bergoglio nos pasó por encima, a todos.
ResponderEliminarEremita Platensis.
My dear Wanderer:
ResponderEliminarIluminador, como siempre. En algún punto, quizá, cabría otra mirada, más sombría aún, y tal vez temeraria, pues no conocemos las conciencias. Pero viendo las conductas del sujeto, y el tipo humano que configuran, podría dudarse de que haya “una parte de sinceridad”, y que crea firmemente que tal y tal son santos y que el pueblo sea fuente de revelación, etc.etc. Lo que cree es que la puerta del poder pasa hoy por allí, y allá vamos, pues. Libido dominandi, pura y dura. Todo es meramente instrumental y nada tiene valor de por sí: ni personas, ni ideologías, ni nada. Sólo el yo hipertrofiado por una vida de trepada, “llegar” a cualquier precio. Los hábitos son difícilmente desarraigables. El corazón se endurece, los afectos se secan, la inteligencia se enturbia. Hay que hacer cosas feas para “llegar”. Como dice Peter Kreeft: “no se puede ser número uno sin pisarle la cabeza a un número dos”. El poder embriaga. Y uno ya no sabe para qué lo quiere. Como Wither en la última novela de Ransom. No hay amigos, sólo peldaños para subir. No hay problemas sexuales: los gay hoy son poderosos y hay que sumarlos. Mañana veremos. E via dicendo.
Un cínico, en fin. Como su modelo Perón. De menor calidad, por cierto. Pragmático y desamorado, manoseador de todas las cosas y amante de ninguna, salvo de sí mismo.
Perdón por lo extenso, Wanderer. Es una conjetura.
De un comentario de La Cigueña de la torre:
ResponderEliminar"Se supone que esto va para todos los que comentamos aquí:
Prohibido quejarse
Noè abordó al Papa en la plaza San Pedro para obsequiarle con un cartel con la señal de prohibido circular en el que rezaba: “Prohibido quejarse”. “El papa Francisco reaccionó con sorpresa pero le dijo a su secretario que quería ese cartel colgado en la puerta de su despacho”. Así nació una amistad que culminó con la segunda edición del libro Prohibido quejarse (San Pablo) prologado por el Pontífice y que se ha convertido en un superventas en Italia con más de 25.000 ejemplares vendidos. Noè identifica el victimismo y la queja como el recurso privilegiado de la comunicación social de nuestros días y llama a sustituir ese virus paralizante y contagioso por el entusiasmo, la gratitud y la responsabilidad para mejorar nuestra vida.
…/…
¿Ha hecho una propuesta concreta al gobierno italiano?
Sí, y espero respuesta, y seguiré insistiendo; y también se la hago al gobierno español a través de esta entrevista. Creemos sinergia y procuremos cambiar a mejor todos juntos, porque como dice el papa Francisco: quejarse hace daño al corazón.
https://www.lavanguardia.com/lacontra/20181012/452305399997/y-asi-los-encuentros-se-vuelven-abrazos.html
Qué buena su tesis Wanderer. Aplausos.
ResponderEliminarAnónimo 16:13,
ResponderEliminar¿Y su punto es...?
¿Es que todavía hay católicos que creen en la validez de las canonizaciones de Pancho I°? Ni siquiera es santo el padre Cura Brochero ya que, aunque la causa de beatificación se inició en los ´60, le tocó terminarla a Panchito lo que lo invalida automáticamente.
ResponderEliminarPor cierto, Juan Domingo Perón es mil veces más santo que Bergoglio.
ResponderEliminarNo se si echar sólo culpa al Papa, que yo sepa las canonizaciones se resuelven mediante un proceso por la Congregación de las causas de los santos, luego el Papa da el ok, todos cómplices dice usted son en el Vaticano?
ResponderEliminarCon relación al tema
ResponderEliminarArtículo:
Pensamiento del Papa y la marcha del 20 a Luján
Algunos sub-títulos:
La dimensión gremial de la fe
La naturaleza profética de los sindicatos
https://www.infobae.com/opinion/2018/10/13/pensamiento-del-papa-y-la-marcha-del-20-a-lujan/
Anónimo 22:24, quizás no fui del todo claro. La congregación para la causa de los Santos está sometida al Papa, es decir, obedece sin chistar, porque si chista, la misericordean. Entonces, si Francisco dice que en un año quiere el proceso completo de Angelelli, se lo arman en ese tiempo, aunque para eso tenga que saltearse todos los pasos e inventarse los milagros.
ResponderEliminarAgregó un dato,
ResponderEliminarel 12 de abril de 2015 Francisco nombró al único Doctor de la Iglesia bajo su Pontificado, el armenio San Gregorio de Narek, el cual se destacó por escribir oraciones en forma de poesía, aunque hay muy poca documentación del mismo. Pero lo que se destaca , es que el dia que eligió Francisco, 12 de abril de 2015, coincidía con los 100 años del genocidio armenio, le encanta la política y dar su parecer.
saludos
Salvando las distancias doctrinales, la personalidad de Bergoglio recuerda a la de uno de ésos santos turbo y dudoso: Escrivá de Balaguer. Dos narcisistas castigadores y acusatorios que emplean la Fe para sus ansias de poder y vanidad
ResponderEliminarEstimado Wanderer.
ResponderEliminarSi Ud cree en lo que escribe ( 23:09 ), no entiendo como sigue creyendo en la Santa Iglesia Apostólica Romana .
JPB
Estimado JPB, sigo creyendo y siendo fiel a la Iglesia porque no identifico a la Iglesia con el Papa, lo que es una peligrosa desviación propia de muchos católicos de la actualidad. El Papa es la cabeza visible de la Iglesia pero no la Iglesia.
ResponderEliminarLa Iglesia es mucho más que el Papa, por eso mismo es católica, porque se extiende más allá de la medianía y los límites de una persona.
Identificar a la Iglesia con el Papa y el papado es propio de un cuadillismo primitivo y totalmente alejado de la Tradición.
Estimado Wanderer:
EliminarEn los actos donde el Papa ejerce su autoridad de modo infalible, como es el caso de la canonización de los santos, Papa e Iglesia se identifican completa y absolutamente. Y no hay lugar para exponer dudas o segundas vías.
Negar esto es no tener la fe católica.
Asimismo, la fe teológica indica que la canonización de un santo implica únicamente la aserción indiscutible de que esta persona se ha salvado y que su conducta en la vida puede (no debe) seguirse como ejemplo por los cristianos. De allí el dicho antiguo “no es santo de mi devoción”, que expresa una sabia síntesis de la pastoral de la Iglesia en esta materia. La Iglesia tradicional tenía mucha más confianza en el pueblo cristiano, que la Iglesia moderna que quiere usar los Santos para llevar aguas a diferentes molinos: desde el Opus Dei hasta los Curas de la Opción por los Pobres o del Tercer Mundo
Si el Papa definió que los monseñores Romero, Angelelli, o el Papa Pablo VI están en el cielo, no soy quien para discutirlo. Más allá del amplio debate -legítimo- que pueda existir sobre sus vidas, personas y opiniones.
Cordiales saludos,
Wanderer, con relación a su comentario de las 11:57
ResponderEliminar"El Papa no es un soberano absoluto, cuyo pensamiento y voluntad son ley. Al contrario: el ministerio del Papa es garantía de la obediencia a Cristo y a su Palabra. No debe proclamar sus propias ideas, sino vincularse constantemente a sí mismo y la Iglesia a la obediencia a la Palabra de Dios, frente a todos los intentos de adaptación y alteración, así como frente a todo oportunismo".
Benedicto XVI, Homilía en San Juan de Letrán, 7 de mayo de 2005
Atentamente
Perdón por la digresión. Increíble esto que promueven los salesianos en Mar del Plata https://infovaticana.com/blogs/adoracion-y-liberacion/cursos-a-favor-de-la-ideologia-de-genero-en-un-instituto-salesiano/
ResponderEliminarhttps://infovaticana.com/blogs/adoracion-y-liberacion/urgente-historica-y-ejemplar-tercera-carta-de-vigano-que-confirma-mas-si-cabe-su-veracidad-traducida-por-adoracion-y-liberacion-al-espanol-para-ustedes/
ResponderEliminarMuy difícilmente puede sostenerse que Pablo VI sea un santo del pueblo. Ha sido uno de los papas menos populares del siglo XX. Por algo va a seguir enterrado en la gruta vaticana. Si fuera trasladado a la Basílica carecería apenas de devotos.
ResponderEliminarLa Canonizacion...qué "canoniza"? parece que certifica que esa persona está en el reino de los cielos. No su vida totalmente. como el caso del buen ladrón.
ResponderEliminarPienso que hay que definir el objeto y alcance de una canonizacion.
Sino por qué no habría derecho a dudar de la canonización de San Bernardo? Quedaría al juicio de los fieles.
Pienso que es infalible en asegurar que esa persona ha muerto en gracia de Dios.
Sino toda la Iglesia fallaría pidiendole a una persona que está en el infierno.
Puede leerse la antigua Bula de beatificatione servorum Dei que Marin Sola traduce en La evolución homogenea del Dogma.
Francisco es la reductio ad absurdum del ultramontanismo.
ResponderEliminarLos verdaderos problemas: la infiltración marxista en la iglesia: Su patrón, el cura Romero; y la infiltración homosexual en la iglesia: su patrón, Pablo VI. Bergoglio, pobre hombre, hijo de la teología pervertida de los jesuitas de finales del siglo XX. Una infiltración de pervertidos. Me da mucha alegría tener el diagnóstico, pues eso quiere decir que Cristo está cada vez más cerca de cumplir sus palabras.
ResponderEliminarComo bien dice el Anonimo Normando, llega un momento en que la persona devorada por el pragma no sabe lo que piensa; o directamente no piensa, es un cúmulo de deseos de poder que se jerarquizan sólo en virtud de su eficacia, todo en un tíovivo de medios y de fines que se solapan. Nada vale, todo tiene precio. Nada es, todo sirve. Cuando el intelecto práctico toma el control del hombre relegando a la inteligencia pura, se convierte en el Cíclope ciego y borracho de Ulises manoteando ovejas y hombres en una caverna.
ResponderEliminarFrancisco es a Peron como Martin Heidegger lo fue de Hitler. Ambon creen que ellos debieran haber sido "el Lider" y "el Fuehrer"
ResponderEliminarEl Papado no comenzó a absolutizarse con Pío IX, sino con el Cisma de Oriente y Occidente. "Petrus" no es "La Piedra", como el "Cristiano" no es "Cristo": Cristo es la Piedra, y sobre esta "Piedra" ("Tu es Christus, Filius Dei") está construída la Iglesia Universal, y en su nombre pastoreada por los Obispos en las iglesias locales; el cómo se estructuran las Sedes Episcopales entre sí (y si la Primacía recae en Jerusalén, en Antioquía, en Roma o en Contantinopla) son contingencias históricas (trascendentes en el Plan Divino, pero no definitivas).
ResponderEliminarMe parece que aquello que el Anónimo Normando calificó como una "conjetura" no lo es tal, sino que su valiosa valoración del Hombre en cuestión es la dolorosa realidad que cada día nos golpea en el rostro, por más que estemos espiritual y geográficamente distantes. El dolor que sentimos por su acción, no es al modo de una conjetura urdida entre muchas posibilidades, sino una lacerante realidad.
ResponderEliminarEremita Platensis.
No veo especialmente peligrosas las canonizacciones de Pablo VI y Romero; creo que se exagera su progresismo de manera exagerada. De Romero he oído hasta de su buena relación con el Opus Dei, de Pablo VI podríamos hablar de Humanae Vitae o de su grandísimo sufrimiento viendo la situación de la Iglesia (otro tema es si las medidas que tomó ayudaron a agravar el problema o no).
ResponderEliminarLo que sí es preocupante es el absolutismo pontificio, el liberalismo extremo contenido en el citado "io, io sono la Tradizione, io, io, io sono la Chiesa" que nos es tóxico. Liberalismo que además se manifiesta con maquiavelismo jugando sucio para conseguir fines.
Estuve en la web de InfoCatólica que es pro Francisco.
ResponderEliminarEntré a leer la noticia de "Nuevas propuestas de los padres sinodales: crear un pontificio consejo de jóvenes y celebrar un Sínodo sobre la mujer" y cuando llegué a los comentarios me sorprendí de que la mayoría eran críticos al Papado de Francisco. Se los recomiendo, dejo link
http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=33382
Novedades católicas
La beatificación de Angelelli no tiene respaldo en una previa fama de santidad.Los criterios son muy débiles pues no es claro que fuese asesinado ni menos que fuese por la fe. Sería un asesinato político por la posición política del obispo. Además su doctrina y praxis pastoral estaban en discordancia con los otros obispos argentinos y aun con textos de la Santa Sede de la época.Es oportuno que los laicos y clérigos hagamos llegar nuestra opinión a los párrocos y obispos argentinos para que no se realice tal beatificación. Sería un factor de escándalo en la fe de muchos y de división entre los argentinos (como lo fue en su vida).
ResponderEliminarCh. de Guernsey
Anónimo 22:59: Quizás sería conveniente que usted leyera los artículos de teólogos serios y fiables seguidores de Santo Tomás, como Brunero Gherardini y Ols, en los que afirman que en las canonización el Papa NO ejerce su autoridad de modo infalible.
ResponderEliminarSe trata de una discusión que comenzó hace ya algunas décadas, cuando Juan Pablo II inició su andanada de canonizaciones seriales. En esos momentos, El P. Ols, o.p., era teólogo en la Congregación para la Doctrina de la Fe. Su trabajo fue compartido en este blog hace algunos años. Poco antes de su fallecimiento, hizo lo propio el P. Gherardini, quizás el más eximio representante de la Escuela Teológica Romana del último medio siglo.
El punto está, entonces, en que las canonizaciones no implican infalibilidad.
Wanderer, los he leído todos y no me parecen ni sólidos, ni fundados, ni convincentes, y creo que ni ellos mismos lo están de sus tesis.
EliminarSaludos,
19:41 están más vivos los fieles que la estructura, no por nada el verdadero mensaje de Fátima habla de una desorientación diabólica en la jerarquía y apostasía desde el vértice.
ResponderEliminarDisculpen amigos anónimos, pero canonizar no es simplemente decir que tal o cual está en el cielo, sino también elevarlo a los altares para su veneración y proponerlo a la Iglesia como modelo o ejemplo.
ResponderEliminarEl obispo Romero, en sus homilías, instaba a los soldados salvadoreños en plena guerra civil (e internacional con la Nicaragua marxista, que no disimulaba su intervención) a desertar. Ahí están para el que las quiera leer. Si lo mataron fue por eso, no por "odio de Fe".
Dejémonos de macanear. Últimamente, en el Vaticano sólo se hace política. Las canonizaciones/beatificaciones bergoglianos no son más que eso. Para la veneración de Romero y Angelelli conmigo no cuenten. Si quieren, que los tengan de ejemplo los encubridores de pedófilos... como Bergoglio.
Pío IX respondió furibundo a las reservas que tenía el docto purpurado dominico cerca de la conveniencia de proclamar el dogma de la infalibilidad puesto que no se trataba de una verdad conservada claramente en la Tradición: “… io, io sono la Tradizione, io, io, io sono la Chiesa”
ResponderEliminara) De acuerdo: nos han estafado con lo de la santidad???
b) De acuerdo: Nos han estafado con lo del celibato ???
c) TAMBIEN nos estafaron con lo de la supuesta "Dogma de la Infalibilidad" ???
PID: Primero, su exégesis bíblica sobre el ministerio y la primacía petrina es insostenible. Supongo que esta al tanto de la identificación del nombre "Pedro" con piedra/roca. Por otro lado, esa exégesis tendría sentido si Jesús hubiera confirmado la confesión de Pedro afirmando de sí mismo:
ResponderEliminar"Y yo a mi vez te digo que sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del Reino (...)."
Pero no, el texto es claro:
"Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré (...)".
También estan quienes afirman que la piedra de edificación es la confesión de Pedro, pero no él mismo. Desde el punto de vista semántico, tampoco tiene sentido. Es la interpretación ue usan ortodoxos y cismáticos de toda clase ("vétero-católicos", "católicos nacionales", etc.) para justificar su cisma.
Segundo, el absolutismo papal poco tiene que ver con el Gran Cisma. En todo caso fue el Gran Cisma el que modeló y consolidó la autoridad del Patriarca Ecuménico sobre el resto de las Sedes apostólicas orientales, debilitadas por los cismas monofisitas y el Islam.
Le aconsejo que revise o descubra conceptos como carta de comunión, díptico, misión canónica, etc.
Monseñor Angelelli será beatificado el 27 de abril de 2019,
ResponderEliminarcartón lleno
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