El destape de la plaga innombrable que afecta a la Iglesia, cuyos tentáculos alcanzan espacios inimaginables para muchos de nosotros -y me refiero a la práctica homosexual entre los miembros del clero-, lleva necesariamente a que nos preguntemos por el motivo de esta situación. Y así lo hemos hecho con algunos amigos en las últimas semanas, atribulados como estamos por todo lo que está sucediendo y que, en algunos casos, nos afecta de cerca.
Son dos las explicaciones que se han dado hasta ahora. Una, que lo explica por el clericalismo, y que llamaremos la opción Francisco, porque es el pontífice su principal sostenedor. La otra, señala que se trata de una cuestión ligada a la homosexualidad, y la llamaremos la opción Müller, porque es el cardenal de ese nombre quien la sostiene.
1. La opción Francisco. Los abusos contra menores o contra aquellos que, sin ser ya menores, son súbditos de un superior religioso son fruto de la concupiscencia de poder. Aquellos que ocupan un puesto de autoridad en alguna institución religiosa comienzan a experimentar una necesidad morbosa de manifestar el poder sobre aquellos que les están sujetos que sobrepasa lo indicado por las reglas y estatutos. Suele comenzar con la manipulación y posesión de las conciencias, haciendo abuso de la autoridad que naturalmente poseen y, en algunos casos continua con la posesión física. Los actos sexuales en los que caen, por tanto, no están primariamente originados por un impulso sexual contranatura sino por un desorden en el ejercicio del poder. Su falta de virtud provoca que se vean ganados completamente por esa tentación y la extremen llegando, incluso, a abusar sexualmente.
El P. Javier Olivera publicó hace algunos años un recomendable post en su blog en el que explica estos casos y que él adjudica a un tipo de personalidad que llama del gurú católico. Y pone un ejemplo: un joven cercano a la obra o convento de ese gurú, embelesado por su persona persona, entra a formar parte de sus más íntimos seguidores. “Ya dentro, por diversos y lentos procesos de manipulación, que van desde la dependencia espiritual e intelectual a la afectiva, termina cayendo dentro del “círculo” de los más cercanos y, finalmente, abusados… No es, al principio, un abuso grotesco; es lento; casi imperceptible, pero suficiente para que la víctima, se sienta presa de un secreto; un secreto que sólo él y su abusador saben. Es el siguiente: “algo ya sucedió entre nosotros”; no es sólo un tema sexual; es un caso de poder: “tú sabes que yo sé lo que hicimos”. Y esto es lo más duro: la víctima comienza a sentirse hasta culpable de lo sucedido. “¿Cómo es que ha pasado? ¡Si él es un santito!”.
Yo encuentro tres objeciones a esta postura. La primera tiene que ver con la naturaleza de la tentación del poder, ya que ésta, según nos enseña la ascética cristiana, posee una naturaleza más sutil que las tentaciones de la carne, y se da cuando el alma ya ha superado las caídas en los pecados más bajos y groseros y se encuentra en una segunda y más elevada etapa de la vida espiritual. Es decir, estamos suponiendo que esto ocurre a hombres que están avanzados en la vida del espíritu y son presas del demonio, cayendo en sus redes, luego de un tiempo prolongado de ejercicio ascético. Pero no estoy seguro que esto sea siempre así. Pensemos, por ejemplo, en el caso de Marcial Maciel, que comenzó con sus prácticas de manipulación y desorden sexual siendo todavía un seminarista. Es decir, nunca superó las tentaciones de la carne y no llegó, por tanto, a la etapa de las tentaciones más sutiles. Lo suto fue carnalidad y perversión pura.
La segunda objeción es que, si esto fuera así, deberíamos diferenciar dos géneros en medio de esta plaga: el de los abusadores, que poseerían las características recién descritas, y el de los curas homosexuales sin más, que se largan a vivir la vida loca, y aquí ubicaríamos los casos públicos conocidos en los últimos años, como los del secretario del cardenal Coccopalmerio y tantísimos otros de los que ya hemos hablado suficientemente. Pero no estoy seguro que esa distinción sea pertinente.
La tercera objeción es que si la raíz del problema es el ejercicio del poder sobre el súbdito, no se explica por qué más del 80% de los abusos son sobre varones. Esto implicaría que la concupiscencia descontrolada por el poder produce también en quienes la sufren un cambio radical en sus gustos sexuales porque, de otra manera, ejercería su abuso según la naturaleza, es decir, con mujeres.
2. La opción Müller. Tanto el cardenal Brandmüller como el cardenal Müller se expresaron hace pocos días sobre el tema, teniendo en cuenta lo que enseña el catecismo de la Iglesia: la tendencia homosexual es una tendencia gravemente desordenada pero no implica culpa para quienes la padecen. Ellos, como cualquier cristiano, “están llamados a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior … pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana” (CIC 2359).
Esto, sin embargo, no oculta que para la Iglesia “los actos homosexuales llevan a la pérdida de la gracia santificante en el alma”. Quien así no lo crea “debería ser honesto y dejar de llamarse católico”, dice Brandmüller.
El cardenal Müller insiste sobre un elemento: “El hecho no puede ser ignorado toda vez que más del 80% de las víctimas son de sexo masculino”. Y consecuentemente rechaza la idea que la crisis sea causada por “el celibato o por las presuntas estructuras de poder eclesial”, subrayando que “los criminales han cometido crímenes homosexuales”. Por tanto, estos abusos no son “abusos de poder”, sino que mas bien, el poder es usado para gratificar los propios deseos sexuales desordenados. Y continúa: “Cuando un adulto o un superior molestan sexualmente a alguien que ha sido confiado a su cuidado, su poder es solamente el medio -aunque mal usado- para su acción malvada, y no su causa. Se trata de un doble abuso, pero no se puede confundir la causa del crimen con los medios y la ocasión en razón de su actuación, a fin de no descargar la culpa personal del transgresor sobre las circunstancias, o sobre la sociedad, o sobre la Iglesia.
Para graficar en lenguaje de granja lo que dice el purpurado alemán, diríamos que el caso de los abusos no tiene demasiados intríngulis psicológicos: se trata del zorro que se compra su propio gallinero para tener pollos y pollitos a voluntad a fin de satisfacer sus tendencias sexuales desordenadas.
Yo no tengo competencia alguna para pronunciarme por una u otra opción. Es un tema que me excede. Tiendo, sin embargo, a pensar la opción Müller es la correcta.
No descarto para nada la primera opción y es probable que tenga su influencia. Pero no me creo que solo por eso uno abuse o viole. Sin duda es un placer añadido el poder que ejercen para muchos de estos perversos. Pero la motivación principal del abuso es el placer sexual.
ResponderEliminarLos abusos cuando los hace un cura son analogos a cuando lo hace un profesor, un monitor de campamento, un jefe, un familiar etc. El poder del abusador sobre el abusado (o la abusada si por lo que sea los gustos del abusador no son contra natura) es el instrumento con el que busca el objetivo que es el placer, no el objetivo. Sea lo que sea el clericalismo (y esta claro que a veces lo hay, y muy malo), si tiene algo que ver con los abusos es que los facilita, pero no los causa. Por eso el celibato no tiene nada que ver. Un tio normal que lleva años celibe no se levanta un día y siente necesidad de abusar de un adolescente. Los que lo hacen tenían ese deseo desde el principio, tal vez lo sabían y era eso lo que buscaban; tal vez lo sabían y creían que siendo curas lo lograrían superar; tal vez era algo confuso que aprenas se confesaban a si mismos; da igual, estaba ahí.
¿Por qué el aut aut? ¿No puede ser que se den ambas opciones juntas?
ResponderEliminarEvidentemente si el homosexual abusa es porque tiene poder (clerical, en este caso), sino no lo dejarían --excepto violencia física, obvio--. Otra cosa son los homosexuales activos que se infiltran en el clero, pero tengo entendido que éstos son casos ínfimos.
Yo lo entiendo como una conjunción de tendencias desordenadas, una de carácter carnal (homosexual) y otra de carácter espiritual (concupiscencia / abuso en el ejercicio del poder). Es más, siendo que el poder es una potencia por definción, se transforma en la herramienta para que, quien en condiciones distintas reprimiría su homosexualidad, la vehiculice y ejerza, supongo que en un principio disimuladamente y más tarde con total desfachatez.
Es decir, me parece que esta discusión (homosexualismo vs. clericalismo) es inconducente. En estos casos aberrantes de abuso homosexual por clérigos hay conjunción de ambos. Un homosexualismo que se activa y un clericalismo que permite ejercer presión psicológica sobre la víctima... y que --no nos olvidemos-- facilita una red de encubrimientos (acaso tan aberrante como el hecho mismo) incluso haciendo participar a sacerdotes que no son homosexuales pero toleran o protegen.
Pienso como Ud. y en lo que vi entra en juego el dinero como carnada para pescar a las victimas, regalos, viajes, ayudas, etc, etc. JMB lo sabe y elabora esas teorias rebuscadas.
EliminarNo se en otras latitudes del globo con mayor poder adquisitivo como funciona la captacion de victimas, pero por su patria es asi. El desvio de fondos para hacer fechorias es una constante.
Coincido en que es complejo, personas y motivos variados, creo que ambas posturas tienen mucha verdad, recuerdo una frase de los padres, que dice que la Lujuria es la Soberbia del cuerpo y la Soberbia la lujuria del alma, tentaciones carnales h de.poder pueden darse simultáneamente, el.Padre Castellani decía que uno va espiritualizandose tanto en virtudes como en vicios, y relacionaba (véase el capítulo de psicología humana del Marquez de Saade) las leguas de sangre de la revolución francesa ( abusos de poder si los hay) con la literatura pornográfica del ancien regime, con Saade a la cabeza, hay una frase que se atribuye a Freud, que no se si sera de él realmente, pero que encajaría perfectamente en su pensamiento y es muy ilustrativa: todo en el mundo es cocerniente al sexo, excepto el sexo, que es concernie te al poder, en la clase politica tambien se ve mucho abuso de poder otientado a lo sexual y a lo homosexual. En fin considero importante reflexionar sobre las causas de estas cuestiones, para que algún día tengamos como Iglesia la base natural, sobre la cuál, la gracia de Dios pueda actuar para salir de esta situación. LDVM
EliminarEs imposible que el abuso de poder -como dice el Papa- sea la causa del abuso sexual, por la sencilla razón de que un hombre nunca abusaría sexualmente de otro hombre si no tuviera tendencia homosexual.
ResponderEliminarLa verdadera razón de esta plaga que se ha extendido como una pandemia por toda la Iglesia universal es que muchos de los homosexuales que hoy abundan entre la Jerarquía ya eran homosexuales antes de entrar a los seminarios, de modo que si ingresaron a ellos no fue por vocación religiosa, sino con el avieso propósito de dar rienda suelta a su lujuria asquerosa como zorro en el gallinero.
Y el drama sería doble, porque sabiéndolo, los superiores cómplices los ordenaron sacerdotes llegando luego hasta obispos y cardenales gracias a esa secreta mafia homosexual.
Es decir que el motor de esta llaga es la homosexualidad, nunca el abuso de poder.
Y finalmente coincido con el Cardenal Müller en cuanto a que el drama de la homosexualidad tampoco es culpa del celibato, si así fuera, los casados nunca serían infieles. La prueba está en que aunque en casa tienen todo lo que necesitan para su desahogo, cada vez hay más hombres y mujeres casados que buscan fuera del matrimonio lo que no necesitan para desahogarse. ¿Cuál es la razón? Corrupción, corrupción y cada vez más corrupción dentro y fuera de la Iglesia. Que la acaben entonces con ese cuento del celibato.
En mi opinión la pulsión homosexual es muy fuerte y se hace más fuerte con el paso de los años. Esto es lo opuesto a la pulsión natural que se atenúa con la edad. Por ello es común encontrar a sexagenarios o septuagenarios buscando adolescentes o pagando por sexo. El caso Macarrone es ilustrativo. La pulsión homosexual resulta de una estructura psicológica dañada y requiere mucho esfuerzo para sanarse. Posiblemente la proporción de sodomitas en el episcopado sea bastante alta y eso hace muy difícil sanear la Iglesia.
ResponderEliminarvuelvo a un concepto clave, ya repetido en el post sobre la mancha, pero que en realidad podría encabezar cualquiera de estos post:
ResponderEliminar"el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente", lord acton
si hablamos de causa y efecto, no olvidemos que se encadenan sin solución de continuidad, conviertiéndose los efectos en causas de nuevos efectos...
si la mayoría de los homosexuales no abusan de menores, es probable que esto sea porque carecen de poder. en la iglesia detentan alguna clase de poder, ergo...
el problema es siempre el poder...
GASTÓN: Hay un factor causal que no veo citado. Y es la falta de Fe. Especialmente en las autoridades de la Iglesia que no ejercen control alguno. Que no lo ejercen sobre nada. O casi nada. Porque no tienen Fe y no se hacen realmente problema de las terribles consecuencias de su inacción. Su única fe es lo políticamente correcto. Basta con ver lo que ha sucedido con la Liturgia: a la vez que se perseguía la Misa tradicional la nueva Misa desde el principio ha estado absolutamente desprotegida, cada uno la ha celebrado como le daba la gana. Lo que ha sucedido con la Penitencia: se han dado absoluciones colectivas sin ton ni son y la reclamaciones a los obispados en general no tenían ninguna efectividad. Se podrían citar otros muchos ejemplos. La autoridad eclesiástica está...ausente. U ocupada en tareas que no son el gobierno de la Iglesia. Ejemplo sería el de Juan Pablo II: 26 años volcándose en sus viajes y firmando -es de suponer que agotado después de algún viaje y sin mirar lo que hacía- el nombramiento episcopal y luego el cardenalicio de Jorge Bergoglio. Es aquello de estar "como ovejas sin pastor" y al final todo revienta por donde el hombre es más débil. ¿Es que se podía esperar otra cosa? ¿Es que lo sexual iba a ser precisamente la excepción en una corporación desgobernada en todo lo demás?
ResponderEliminarEn este sentido el remedio sería sencillo, es un decir. Nombramientos mirados con lupa antes de firmarlos.
Interesante discusión, pero fuera del problema de la Iglesia de hoy que debería estar enfrentando Francisco. Abusos y homosexuales en el clero siempre hubo, creo que es nuevo que obispos homosexuales usen a los seminarios como coto de caza de victimas de sus deseos y que si alguien habla sea silenciado en todos los niveles de la jerarquía. Ese es el problema independientemente del origen de los abusos. En mi modesta opinión la única solución es establecer a los dominicos como inspectores del comportamiento de obispos y curia.
ResponderEliminarViene en serio el asunto.
ResponderEliminarHay una hipótesis, que hasta ahora sólo he visto desarrollada en un blog francés (https://passezoutre.blogspot.com/2019/01/qui-suis-je-pour-juger.html): el libro de F. Martel fue escrito bajo la autorización, tacita o expresa qué más da, de Bergoglio.
De otra manera no se entiende que, a los obispos y cardenales, tan prontos a callar la verdad, se les haya soltado de golpe la lengua como caballo de carrera.
Cabría analizar un poco más la hipótesis según la cual la publicación próxima del libro estaría hecha adrede para aggiornar la Iglesia a la cultura gay dominante. Sin cambiar, ni tocar la doctrina, se enviaría al mundo la señal de que ya la Iglesia no condena más las practicas sodomitas y que incluso las tolera en el seno mismo del Vaticano.
Si ello fuese cierto, la mafia de San Galo habría logrado, de manera brillante me parece, su objetivo sin perder tiempos en intrincadas discusiones teológicas y sin levantar la polvareda, ni hostilidad alguna. Nadie podría reclamarse de una herejía ya que la información, si bien viene de la Iglesia, no es dada a conocer al público por ella.
En el ajedrez, tal jugada se llama jaque y mate.
No cabría la opción Ludovicus? "Es el encubrimiento, espúpido!", recuerdo que decía en este blog, hace unos años. De todos modos lo ideal sería que hable él.
ResponderEliminarDios N. S. tiene un poder absoluto, y no es corrupto ni podría corromperse. Luego esta afirmación, analógicamente, no es verdadera. La sentencia de Lord Acton podrá ser bonita, pero es inconsistente.
ResponderEliminarSegún Romanos 1, la homosexualidad es el pago por la apostasía. ¿Porqué no ver teológicamente un problema que afecta a ministros sagrados, precisamente...? No sé si muchos o pocos ni siquiera sé si afecta a quienes se dice que afecta, o si es publicidad diabólica para hacer hablar de tan repugnante asunto. Pero que la apostasía es su causa, lo dice la Sagrada Escritura. Para mí alcanza y, definitivamente, inclina la balanza del lado Müller. Lo del "poder" y el "celibato", a poco que se mire, carece completamente de sentido, a no ser como ocasión para las malas acciones ya afirmadas en corazones negros.
Y nótese el resultado: una docena de personas buenas hablando de la homosexualidad. Y en el clero, nada menos. Nunca visto.
A. H.
Años atrás una abogada experta en delitos sexuales me enfatizaba que en la mayoría de los casos, el principal impulso del violador o abusador es el ejercer poder sobre personas débiles, aspecto que podía explicar porque muchas víctimas eran niñas, mujeres de aspecto desaliñado, incluso “feas”, pero que transmiten fragilidad, mientras que, en contraste, la mujer despampanante y voluptuosa suele intimidar a esta clase de criminales al parecer segura de si misma. Por ello creo que la fiebre del poder -aunque sea en esta faceta tan burda- no puede dejarse de lado al explicar el problema, pero claramente la causa primera es la pulsión homosexual descontrolada.
ResponderEliminarTodo esto produce náuseas. Quizás hasta el tratamiento escatológico del tema (en el 2° sentido del término) sea en sí mismo asqueroso y perverso. Pareciera que estuviéramos refocilándonos entre cantos y buen vino. El origen de todo esto no es actual. Ya hace varios decenios que la Iglesia, cuasi oficialmente, abandonó la predicación acerca del 6° y 9° mandamientos. Argumentaron cínicamente que era más importante la preocupación social que el desasosiego sexual. Tuve una experiencia concreta. De niño y adolescente me había formado según la enseñanza de libros salesianos. En literatura LUIS GOROSITO HEREDIA (Nice Lotus) y en religión PEDRO P.ARDIZZONE. En ambos, pero sobre todo en el P.ARDIZZONE se presentaba la juventud como un período de formación del carácter, de esfuerzo físico y espiritual, de lucha contra el vicio, la molicie y la concupiscencia, de predominio de la razón sobre el instinto. Recuerdo cómo exaltaban estas frases de Paul Claudel: "La felicidad no es el fin, sino el medio de la vida"; "La juventud no está hecha para el placer, sino para el heroísmo". Luego, dentro de la propia Iglesia, vinieron tiempos de comodidad, acomodo, disfrute y la perversa idea de que el placer no es pecaminoso. Era la misma época donde se abandonó la sotana, se destruyeron los comulgatorios de mármol de Carrara, se vendieron valiosos candelabros a hábiles anticuarios y sobre todo se estimulaba el diálogo con la izquierda y la mano abierta. Tenían la creencia de que al final de la historia se iba a dar el triunfo pleno del marxismo, como lo creía el propio Papa Montini. Con él surgieron los modales afeminados especialmente la mariconada costumbre de la direccion espiritual SIN ESPÍRITU CRÍTICO. Recordando los viejos años, me puse a buscar los libros del P.ARDIZZONE explicando que quería volver a releer sus conceptos sobre "pureza", "castidad", "pudor", "inocencia", "carácter", "firmeza", "coraje", "valor", "dignidad". En labios de propios sacerdotes salesianos encontré una cierta aversión al P.ARDIZZONE porque sus libros eran una antiguedad pasada de moda y los valores que yo mencionaban no parecían propios de un cristiano sino de una mentalidad rígida-militarista, casi como las formaciones de las SS Waffen. Ahora todo tenía que ser "diálogo fraterno", "justicia social","opción preferencial por los pobres", "comprensión y blandura". Con este cambio de orientación no puede dudarse que la Iglesia, algunos sacerdotes y bastante jerarquías estén queriendo justificarse.Acomodan "la doctrina" a sus gustos y placeres (quizás legítimos) mediante la jesuítica hipocresía del "discernimiento bergogliano".
ResponderEliminarLes pido perdón por la dureza de este relato. Pero creo que todo comenzó con el pastoral Concilio Vaticano II y el gordito simpático, hoy canonizado de emergencia.
JUAN DE AUSTRIA (triunfador en la batalla de Lepanto contra los moros)
Wanderer ¿sabe si Pablo VI desmintió las acusaciones que le hicieron de ser homosexual?
ResponderEliminarA mi parecer estos sacerdotes abusadores son claramente homosexuales. Que si bien al optar por el sacerdocio puede que lo hayan hecho con la mejor intención. Me pregunto si lo habrán conversado con sus directores espirituales. Sería muy revelador que algunos contasen todos los detalles de esta desgraciada plaga que azota a la Iglesia.
ResponderEliminarSabemos que la lujuria puede embotar el entendimiento y crecer hasta apoderarse de la persona. Como aquél relato de los siete demonios que regresan a un alma de donde alguna vez fueron expulsados.
No puedo entender cómo un sacerdote no puede identificar y reconocer que tiene una tendencia desordenada que puede causar mucho daño a sí mismo y a los demás. Digo, en las primeras etapas del seminario o sacerdocio, cuando ya está avanzada la cosa todo puede suceder.
El poder ayuda, por supuesto. Alguien que tiene ascendencia sobre uno por supuesto que puede embaucarme lentamente, siempre y cuando no me dé cuenta a tiempo de que ciertas cosas no son como debiera. Aunque, aún en esos casos, el depredador tendrá siempre respuesta a cualquier comportamiento sospechoso.
Si a mi me mandan a acompañar un campamento de chicas jóvenes, y suspuesto que mi punto más flaco sea la castidad, seguro terminaré embarrado, y de lo peor. Pues ni más ni menos pasa al seminarista y sacerdote homosexual.
Que un heterosexual por algún raro mecanismo psicológico llegue a abusar de otro del mismo sexo, me parece solo posible dentro de alguna patología específica, pero no como consecuencia sola del poder. Puede que ciertas personas tengan en gérmen alguna patología que desencadene en abuso, estimulado por el poder. Sin embargo, esto no explicaría porqué esta plaga brotaría en tantas partes del mundo. ¿Se contagia? ¿O es que se "formaban" abusadores y se lo enviaba a "contagiar" en otras regiones lejanas? Sería interesante conocer qué conexión hay entre un foco de "infección" y otro, entre países y regiones.
Cuando la cosa está confusa, y estos tiempos lo son, una de las muchas formas de encontrar la verdad es intentar ver las debilidades de algunos de los argumentos o propuestas que se hacen. Así, al menos, se sabe lo que es falso aunque no estemos totalmente seguros de dónde está la verdad.
ResponderEliminarNo da siempre la solución pero, a veces, ayuda.
En este caso también podría ayudar.
Para mí la presentación que del problema hace Francisco hace aguas por muchos frentes. Entre otros,
- Lo ya señalado de lo abusos a varones, más del 80%. No parece que ese abuso de poder se ejerza de manera aleatoria entre ambos sexos.
- El resto de vicios que les acompañan. En la fiesta del Secretario de Coccopalmerio había drogas etc. Una persona que quiera imponer su poder no necesitaría de esos acompañamientos si sólo hubiese eso. Sin embargo, más bien parece que lleva el pack completo entre el que no está el abuso de poder: prostitución, homosexualidad, drogas etc. ¿De dónde se roba ese dinero? El que queda satisfecho con el poder no necesita eso. Hay biografías de políticos muy austeros, sin vicios, a los que sólo les movía el ansia de poder y el navajeo propio de la política. Estos pastores tienen otro perfil.
Incluso diría que el perfil personal de Francisco lo confirma, a él sólo le interesa el poder por el poder y no se ha visto encharcado directamente en ningún caso de estos turbios. Personalmente parece que está al margen totalmente.
- La propia actitud de Francisco, algo novedoso de este pontificado. El gusto por rodearse de obispos abiertamente homosexuales, de encomendarles misiones delicadas, de separar abuso de homosexualidad, de promover de distintas formas la homosexualidad etc. Parece claro que para él no es problema, que lo conoce y lo alienta. Es como si lo permitiese siempre que sea entre adultos y de una manera discreta.
Luego el discurso adoptado tiene que ir a salvar las acciones ya emprendidas o realizadas, es decir, la homosexualidad no es problema si no se fuerza a nadie. Dado que este ha sido su discurso se ve obligado a no suscribir la tesis Muller porque, me atrevería decir, que pone en jaque todo su papado. Tiene que defender necesariamente que el problema es otro.
Capitán Ryder
Pero en esta historia una de las muchas cosas trágicas, sobre las que hablamos poco, es la actuación de todos los obispos, conservadores o progresistas. En esto no ha habido distinción.
ResponderEliminarMe refiero a la reubicación de los curas abusadores. Es de una amoralidad escalofriante.
Puedo entender que el caso se lleve de la manera más discreta posible para no hacer daño a la Iglesia, si se quiere usar esa justificación. Con el tiempo hemos visto que era mentira en muchos casos.
Pero lo que no tiene perdón es no apartarlo y reubicarlo en otras parroquias llenas de niños. Yo tengo hijos pequeños, pienso en ello y me hierve la sangre.
Y en todas esas actuaciones se deja al descubierto una práctica totalmente anti-evangélica:
- Desde el "...quien le haga algo a estos pequeños más le valdría...". Se ve que nadie pensaba en esta frase cuando recolocaba a los curas abusadores.
- Hasta "la verdad os hará libres". Porque entre no hacer público un tema y actuar como lo hicieron ha pasado lo que tenía que pasar, han dejado a la Iglesia a los pies de los caballos cuando la bomba a la que habían quitado la espoleta ha explotado.
Capitán Ryder
Es interesante lo que plantea el anónimo de las 12:22.
ResponderEliminarCierto que los progresistas, tanto en la Iglesia como en la política, intentan enmascarar sus fracasos dando una vuelta de tuerca más.
Si se siguen sus tesis y fracasan es porque no se han implementado lo suficiente. La arcadia feliz está cerca si se les hace un poco más de caso (*).
Pero en este caso lo tienen un poco más difícil. En países como EEUU estos vicios han arruinado Diócesis enteras, las donaciones de décadas, y eso ha abierto una brecha entre feligresía y obispos tremenda. No sería fácil surfear esa ola.
En Europa los cuatro que aún vamos a Misa es porque creemos que esas acciones van contra la Ley de Dios, se abriría un abismo tremendo. No digo nada de Africa o Asia sobre lo que piensan de ese tema.
No sé, puede estar jugando con fuego. Pasa muchas veces, un sólo grano de arena más hace que todo explote.
(*) No me resisto a contar, en este sentido, la anécdota de una periodista española más que cercana al PSOE, María Antonia Iglesias. Es un hecho, que la destrucción de la familia ha traído, entre otros, el aumento de los asesinatos en el hogar. A María Antonia, lógicamente, sólo le interesaban los de mujeres.
En una entrevista le preguntaban sobre este tema, y como de tonta no tiene un pelo, ya traía una nueva teoría preparada. Para que nadie ponga en cuestión que la sociedad traída por esta gente ha traído estos nuevos problemas decía "ahora hay más asesinatos porque la mujer se está revelando contra su situación de inferioridad respecto al varón, y esa es la razón por la que el varón la asesina. Antes no había asesinatos porque la mujer no se revelaba". Un win-win de manual.
Capitán Ryder
Al amigo A.H., una pequeña observación. No es para defende a Lord Acton, pero el poder absoluto (ay, Occam) en Dios no se corrompe. Pero el hombre no es Dios y si busca ese poder absoluto es porque quiere, como le propone la serpiente, "ser como Dios". Por otra parte, todo (incluyendo al poder) puede corromperse en la naturaleza caída, herida, vulnerata, no deleta por cierto. Y corruptio optimi, pessima.
ResponderEliminarEstimados.
ResponderEliminarCausas.
Pecado Original
Perdida de Fe.
Inteligencia oscurecida y confundida por los placeres carnales.
Voluntad Firme en mostrar un estilo de vida contrario a sus actos desordenados.
Una persona enferma que abusa de personas débiles y con grandes carencias afectivas y tendencias Homesexuales.
JMB buscará cualquier tipo de justificación mundana, respuestas para el mundo mundano, no esperen doctrina.
Es un tema muy doloroso para los que lo sufrieron o conocen personas abusadas.
Dios tenga Misericordia.
En el fondo lo que tenemos es la distorsión absoluta del mensaje de Cristo por importantes miembros de la iglesia. La iglesia romana viene innovando e innovando sin respeto alguno por la tradición. Una pregunta: cuántos feligreses comulgaron el año pasado bajo las dos especies eucarísticas: pan y vino, tal como lo instauró Jesús. Una año de misas dominicales, donde los fieles jamás recibieron el pan acompañado de vino consagrado. Seguimos....Quizás lo más importante es que el poder de curación que debe tener el evangelio en todos nosotros: pecadores hetero y homo, no es mencionado ni siquiera en los más aguerridos católicos de nuestros tiempos: Véase la entrevista magnífica que realiza el director de Church militant, un homosexual convertido al activista homosexual Milo Yiannopoulos. https://www.youtube.com/watch?v=Ww8BuMbuEQM El comunicador católico, el valiente Michael Voris , aceptando que fue homosexual y que esa conducta ya la supero, sin embargo no hace una sola alusión a la palabra de Dios que explica la fuerza de la gracia divina y la gravedad de la conducta homosexual. Para un cristiano protestante, la fuerza sanadora está en la palabra de Dios. Para nosotros los católicos, la gracia santificante está en la palabra de Dios y en la vida sacramental, unida a la tradición de la iglesia. Pero hoy ni lo uno ni lo otro. Sacramentos marcados por la innovación y nada de conocimiento de la palabra de Dios. Si bien el homosexualismo siempre ha existido en la iglesia, sea la católica, la ortodoxa o en los movimientos protestantes, el problema de hoy está precisamente en la falta de sentido sobre el pecado de dicho habito o mala costumbre. Vivimos en una sociedad homo erótica que predispone, exacerva las tendencias en quienes las tienen. Si el sentido de los misterios divinos se nos han hecho totalmente ajenos, la iglesia hoy no es más que un club de bridge o de coaches ontológicos que compiten en el mercado de las almas.
ResponderEliminarAgradezco al Anónimo Normando por la aclaración obvia.
ResponderEliminarHice mención de lord Acton para fijarnos en los "fundamentos" antes de debatir sobre las "superestructuras" (perdón por la palabra)...
Que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, es simple corolario de una de las luchas más constantes del "animal político" que es el hombre: el "control" del poder; pero el "control" del poder no en la acepción de llegar, poseerlo y eventualmente abusar de él, sino en la acepción de "limitarlo", "vigilarlo", "minimizar su capacidad de daño". No hay espacio para análisis históricos detallados, pero en el caso del gobierno de la Iglesia Católica, me temo que las palabras de lord Acton son de plena actualidad, y me refiero con "actualidad" a los últimos siglos...
¿Quién limita la capacidad de daño de un Pontífice desastroso? Él es monarca absoluto. ¿Ante quíen dan cuenta los obispos en sus diócesis? ¿Ante quién los párrocos?
Me dirán que como institución divina que es, la Iglesia debe dar cuenta solamente a Dios... A la vista están los frutos del poder absoluto absolutamente corrompido.
El escándalo homosexual seguramente evita que se traten otras formas de abuso de poder eclesiástico. ¿Quién, cómo, cuándo se eligen y nombran los Papas, obispos y presbíteros?
Los apóstoles sortearon al sucesor de Judas Iscariote; los obispos y presbíteros eran seleccionados entre varones probados presentados por el pueblo cristiano; San Ambrosio y San Agustín fueron aclamados por el pueblo; y una vez consagrado San Agustín jamás estuvo a solas con una mujer... Doy pocos ejemplos.
Y mientras confiamos que el poder se auto-controle, sigamos esperando un "buen" Papa que nombre "buenos" obispos...
En 1956, Pío XII, refiriéndose a los laicos, dijo: "Ellos son también la Iglesia".
wanderer, sobre el libro de frederic martel que sera publica el 1 de abril de 2019 ,no hay que descartar que dicho libro sea un bulo en contra de los cardenales y obispos contrarios a bergoglio ordenado desde el circulo intimo de bergoglio mismo con la aprobación del gran jefe. no olvidar que bergoglio y los suyos carecen de escrúpulos y por ende son capaces de lo peor!
ResponderEliminarEstimado Wanderer:
ResponderEliminarGracias por su análisis, que mucho auxilia. No sé si amanecí sincretista, pero me inclino por ensamblar las dos hipótesis que usted presenta.
-Hay un modo de entender y de practicar el poder –lo dice Guardini en “El sometimiento de la naturaleza”- mediante el cual sino se obtiene el señorío de la naturaleza, se la teme. Y entre otras consecuencias esto acarrea la animalización de los instintos, al perder ellos su juntura con lo espiritual. Temida la naturaleza y bestializado el instinto, puede sobrevenir la contranatura, o el mero saqueo hormonal. La carne del otro es botín de guerra, en una dirección o en la otra. La voluptuosidad invertida, de la que dijo algo Maritain, según recuerdo.
La hipótesis del zorro que se instala su gallinero propio,la he visto y no hubiera querido verla. No sólo en el clero sino en los cuarteles; que esto se menta menos pero ha existido, antes de que –como en el presente- fuera conditio sine qua non para llegar al Estado Mayor. Es la “Tesis Dolina” algo modificada. “Todo lo que hacemos lo hacemos para levantarnos una mina”, dice el reo de Flores. Hasta ponernos el gallinero propio. Cambie “mina” por “chabón”, o algún otro feo porteñismo idiomático para designar al hombre, y verá los frutos.
-En su artículo “El humo de Satanás”, del 30 de junio de 2017, tuvo usted la generosidad de considerar algún suelto mío sobre la importancia del bien conocer y del mejor amar y practicar el concepto de castidad. Me parece que podría releerse ahora con provecho aquella nota suya. Si la castidad es enamoramiento del “decus”, el alma sana, sacerdotal o laical, querrá practicarla. Porque la felicidad está en la virtud. Si es constreñimiento del bajo vientre, entonces sucede lo peor: interviene el Comando Castidad o Mutilación, del que solíamos reírnos de jóvenes con El Normando.
-A Juan de Austria, que pone el ejemplo del Padre Gorosito Heredia, no quiero desilusionarlo. Conozco y admiro la obra del grande y lamentablemente ignoto salesiano. Perdió la fe, se fue con una mujer, y convivió con ella y con un vástago de ella. Un día la fémina lo dejó y él regresó a la Fe. Vale la pena seguir el caso, a través de su obra, y de una biografía intensa y delicada de Carlos Sforza(Luis Gorosoito Heredia y su catársis fluvial,Paraná, Editorial Entre Ríos, 1995).
-No sé –pregunto- si en todo esto no tendrá algo que ver “el demonio del mediodía”, que anda haciendo horas extras y trabaja incluso con los que ya no son cuarentones. Pienso más en el Salmo 91 que en la novela de Bourget. Pero pienso también en lo que –profanamente- dice la psicología al respecto sobre el delirio de posesión. La psicología tendrá que decirnos algo, y pronto. Porque ya se nos fue San Pato de Tolosa para explicarnos “Los signos sexuales de los tiempos”.
Termino. Sepan disculpar la extensión. Tal vez nos hiciera bien al alma considerar –por contraste a tanta basura que anda suelta sobre este tema- el caso de algunos arquetipos de curas castos. Que, frente a la moda inicua,con fundamento o sin él, de darse públicamente por abusado, aparecieran los testigos de los dignificados; de quienes tuvimos la gracia de recibir el buen influjo de sacerdotes castos. Yo me anoto con dos ejemplos, diversos pero convergentes: Fray Petit de Murat y el Padre Alberto Ezcurra.
Buenos días.
Antonio Caponnetto
Anónimo de las 12:20, ¿ud. está loco? ¿No sabe qué pasa entre los dominicos? Pues fíjese un poco antes de escribir lo que escribe...
ResponderEliminarDon Juan de Austria, si Ud. supiese quién fue y qué hizo Nice Lotus, lo pensaría dos veces antes de elogiarlo así... Seguramente nunca se enteró de que durante un tiempo Gorosito dejó los hábitos y terminó en París "trabajando" en un prostíbulo y apagando los puchos sobre el cuerpo de las prostitutas... Después se arrepintió, volvió a la Argentina, fue absuelto y retomó los hábitos. Pero ¡hombre! ¡qué muchacho! El que festejó en un famoso artículo que a Castellani lo hubiesen echado de la Compañía... ¡qué nene! Dios mío, ¡qué nene!
ResponderEliminarVeo que ha desaparecido el sitio https://ipsigloria.blogspot.com/ que llevaba unos 75 apuntes por demás interesantes. Se habrá tomado un descanso? Todas reflexiones interesantes...
ResponderEliminarRealmente, el que quiere que los dominicos inspeccionen..... lo habra dicho con ironía, porque si no...
ResponderEliminarLes agradezco si me pueden confirmar si estoy atando bien los cabos. Entiendo que el libro de F. Martel mencionado en estos comentarios es el mismo del cual trató el artículo anterior del blog que había sido mencionado por Cap. Ryder. ¿Es así?
ResponderEliminarA mi juicio, los primeros dos comentarios, el de Chestertoniano y el de Kurtz, dan en la tecla.
ResponderEliminarEstimado Anónimo 10,58: Le agradecería que me remitiera "el famoso artículo", en el que Gorosito Heredia celebra la expulsión de Castellani de la Compañía de Jesús. Me será de utilidad para completar la semblanza del salesiano. Asimismo, le agradecería que me permitiera conocer la fuente documental en la que conste que Gorosito usaba a las prostitutas parisienses de cenicero.De mi parte, y si pudiera interesarle, y si aún no conoce el dato,le comento que hay una carta de Castellani del 28 de marzo de 1962, dirigida al desdichado cura. La carta es laudatoria y pondera principalmente dos libros de Gorosito:"Pájaro ciego" y "La fiesta del cielo".
ResponderEliminarUn abrazo
Antonio Caponnetto
Pta: Aviso a eventuales biógrafos: no fumo
Del cristianismo desvirtuado, es decir, desprovisto de su VIR, raiz semántica de virtud y tambien de viril, ¿que puede esperarse sino decadencia y abyección?
ResponderEliminarUn monoteísmo (antitrinitario) que termina confluyendo final y fatalmente en una suerte de síntesis de sus tres versiones 1.1; 1.2 y 1.3. No puede extrañar, la resultante actual de las derivaciones que vislumbramos. Un monoteísmo que se alimenta de ideas y "dioses", mitos, sí, y del funcionamiento también, de las élites asirio-babilonicas y, en su momento, de Egipto. Una construcción que en el plano actual de sus predominantes élites respectivas encuentran, en el "ecumenismo" sincretico actual, la común-unión con el New World Order. Porque desde posiciones preeminentes desde lo más prosáico, hasta lo más supuestamente "sagrado", el poder verdadero de este mundo, el poder de las tinieblas, imprime su lógica y la dirección que pretende y desea. Y que en otro plano, a nivel del manejo o mejor dicho de la ingenierización y programación de la sociedad, se aviene, se acerca, se identifica y mimetiza, de alguna forma, con la clave de bóveda que representa la búsqueda del andrógino (muy antigua trasmutación buscada por cabalístas, gnósticos y demás laya).
No sorprende entonces tanta aberración ni tantos aberrados identificables fácilmente desde las sacristias hasta los más elevados sitiales episcopales, y aún romanos.
En términos propiamente cabalísticos, estamos entrando en la Edad de Horus, o ya hemos entrado. Todavía no hemos visto nada. Hay por estos días, o años, una brutal aceleración, la cual percibimos todos (los atentos a estas cuestiones) sin dudas... Debería llamar la atención la concurrencia abigarrada de factores, actores y elocuentísimas señales, sin embargo, la adormecida inteligencia (en general) de los hombres de nuestro tiempo no les permite advertir el peligro ni, mucho menos, prepararse para lo que sin dudas será mucho peor y terrible. Pero, ¡vamos! que es notable la cumulación de ofensas a la Sacratísima Trinidad.
La búsqueda del andrógino ideal, objetívo próximo de las élites satánicas que gobiernan el mundo, se manifiesta hoy claramente en la ideología de género, el aborto, en otras veritientes que procuran disimular la imagen de Dios en su criatura, el hombre. Por eso, la des-virtuación; por eso el amariconamiento; por eso la militancia (llamada) gay; por eso la desnaturalización de la mujer... por eso, tantísimas cosas que nos parecen "de apaga y vámonos", y son , todas ellas, como consecuencia de la pérdida de la VIR, en el varón.
Y que todo esto se manifieste asquerosa y ostentosamente dentro de la Iglesia... pues, ¿que mayor triunfo del "enemigo del hombre"?
¿Que mayor festejo, si cabe el término, para Satanas, el "mico de Dios"?
Y... ¿que mayor confirmación, (lo que hoy vemos), de que estamos muy posiblemente en un fin de ciclo?
Solo el Amor de la Verdad, nos preservará del error, en los angustiosos y muchísimo más terribles días que tenemos por delante.
ResponderEliminarTodos nos confesamos .
¿ de que ...?
La base para entender el hecho empírico de que la inmensa mayoría de los actos de abuso son hacia varones es el texto de 1 Jn 2,16 sobre la triple concupiscencia:
ResponderEliminar- la concupiscencia de la carne: el apetito desordenado de placer carnal,
- la concupiscencia de los ojos: el apetito desordenado de bienes materiales,
- la soberbia de la vida: el apetito desordenado de fama y/o poder.
Si a este texto agregamos las siguientes dos nociones, una de sentido común y la otra de teología moral:
1. La probabilidad a priori de que alguien que se desbarrancó totalmente en una de esas concupiscencias se desbarranque adicionalmente en una de las otras es mayor que la probabilidad a priori de que alguien que se desbarrancó acotadamente en esa concupiscencia haga eso.
2. Alquien que fornica contra natura se desbarrancó mucho más en la concupiscencia de la carne que alguien que fornica segun natura. Mientras el primero está contradiciendo el designio divino sobre el uso de las facultades reproductivas a todos los niveles, el segundo lo está contradiciendo solamente a nivel social: que ese uso sea en el contexto de una comunidad de vida definitiva de un hombre y una mujer.
se concluye que la probabilidad a priori de que alguien que ha caido en la lujuria contra natura caiga adicionalmente en el abuso de poder para satisfacer esa lujuria es mayor que la probabilidad a priori de que alguien que ha caido en la lujuria segun natura caiga en ese abuso. Y las frecuencias observadas a posteriori son consistentes con esta conclusión.
Anónimo del 191920Ene19:
EliminarSu razonamiento es impecable.
Fincar el centro del problema en el abuso de poder es reducir su entidad. O conducir la cuestión a un callejón sin salida. O, no quisiera pensarlo, no querer arreglar el entuerto.
Mi ágüelo, que no había pasado de ser doctor en medicina, tenía un don especial para formular ilustrativos lugares comunes y solía decir: “el que mata a la madre es capaz de mentir!”
Todos hemos conocidos frailes, obispos, jefes letrados o no que, sin ambagues ni pudor, protestaban con naturalidad su ambición de poder. Inversamente ( admítame el adverbio) jamás vimos a nadie, empinado en tales jerarquías, ufanarse de su nefanda condición.
Con mis saludos a Don Guander
Puestero del Oeste
Yo acabo de venir. Y me asombra esto que están sugiriendo un par de comentaristas sobre de los dominicos. Yo no sé "qué pasa" con los dominicos; si me quieren comentar estaré agradecido porque no estoy al tanto. Aunque no estoy relacionado con ellos, les tengo mucho aprecio.
ResponderEliminar12:09 no sólo no tienen Fe sino que encima creen que todos se salvan, en síntesis: vaticano segundo.
ResponderEliminaren un mes sale a la venta por Amazon.com, al menos en USA.
ResponderEliminarhttps://www.amazon.com/Power-Corruption-Vatican-Frederic-Martel/dp/1472966147
Don Caponnetto, todo lo que sé de Gorosito, lo saqué de "Los dientes del perro", la formidable autobiografía de Elbio Botana, donde también cuenta que Castellani, efectivamente lo perdonó.
ResponderEliminar
ResponderEliminarAntes era una bendición tener un hijo sacerdote....
¿ Y ahora ...?
Gracias Sir Tollers. Me queda la duda de si me responde por usted o por el Anónimo 10,58. Entiendo que lo primero, pues al segundo le formulé dos preguntas cuyas respuestas me vendrían bien, y que aún no me han llegado. Concretamente si está en algún sitio el artículo de Gorosito contra Castellani; y si consta en algún lado que el desquicio moral, espiritual y mental del salesiano llegó al extremo de hacer tamañas cosas en los burdeles de Francia.
ResponderEliminarPor otra parte, aunque el común amigo Sebastián Randle llama ajustadamente “botarate” a Elbio Botana (Cfr. “Castellani Maldito”, Buenos Aires, Vórtice, 2017,p.232), he leído con provecho sus “Memorias Tras los dientes del perro”(ya recomendado en el volumen verde de la Randlíada), que –en su momento, y estoy hablando de varios años atrás- me fueron útiles para adentrarme un poco en el problema Perón-Iglesia. Volveré por sus páginas para encontrar lo que me dice, que honestamente no recuerdo ni lejanamente ahora. Gracias de nuevo.
Antonio Caponnetto
Pta: No me interesa Gorosito como presunto itinerario sacerdotal vicio-virtud, ni tampoco sus hábitos de fumador. Sólo digo que fue un poeta muy bueno, no quedándose atrás como prosista.Del "botarate"(si Helvio es igual a Elbio) hay un "Elogio de la burguesía", que también pide relectura.
Interesante discusión. Gracias "anónimo Normando" por la corrección, que es buena. Por eso dije que la afirmación "analógicamente" era inapropiada. En fin, que parece que esta justa está entre echarle la culpa de tanta inmundicia a cierta patología que acecha al poder como pasión siempre malcontenta, que afectaría a los clérigos más que otros, o el puro vicio nefando que todo lo distorsiona y corroe, incluso como es natural, el correcto uso del poder. Me permito insistir en que, en esto como en tantas otras cosas que se acercan a la Fe como Ícaro al sol, hay que seguir a San Pablo para ir a lo seguro.
ResponderEliminarEl Apóstol habla de los apóstatas, pero no de cualquier clase, sino de aquellos que han ocultado de intento las verdades divinas que habían recibido como gracia suplantándolas por idolatrías variadas. Si la descripción de Rom I, 18 y s.s. no es una réplica exacta y mortífera de la generalidad de nuestros sacerdotes modernistas, no sé a quién podría aplicarse mejor.
Ocultar la verdad, reemplazarla por idolatrías, detener inicuamente la justicia de Dios los hace acreedores a obtener del Altísimo la retribución merecida: la inversión en el uso del sexo, la necedad en lugar de su proclamada sabiduría, una mente confudida que los lleva a hacer lo que no les conviene y desplegándose en ellos todos los vicios que enumera el de Tarso a continuación. Porque, convengamos, una cosa es ser un pagano palurdo e iletrado -o letrado si Ud. quiere- pero pagano al fin, que se entrega a sus pasiones más aborrecibles, que haber merecido el don de la Gracia y apartarse de ella para seguir pecando a designio. He aquí un misterio bastante próximo al llamado "de iniquidad", consistente en rechazar voluntariamente la Gracia de Dios.
No sé si seré simplista, pero no veo la necesidad de darle más vueltas al asunto: la apostasía ha llegado alto y profundo y estamos viendo el castigo de Dios. Por mi parte, apartaré la vista, pues como la mujer de Lot lo aprendió de la peor manera, no somos dignos de mirar de frente los castigos del Cielo. Y además es horrible.
A. H.
En este complejo cuanto pegajoso asunto conviene distinguir varios aspectos, al menos fenoménicos, dejando a psiquiatras y teólogos el análisis de sus causas. En primer lugar, existe el homosexual simpliciter, al que, como ha ocurrido siempre, le gustan los efebos. En este caso, el abuso es corriente en todas las profesiones que tratan con adolescentes, y, cuanto mayor sea la tolerancia hacia la homosexualidad, más abusos habrá.
ResponderEliminarExiste también el homosexual accidental o forzado, como comprobamos en cárceles y lugares donde la heterosexualidad es bloqueada por la fuerza y en ciertos individuos viles se canaliza hacia lo único a mano, el mismo sexo. Un ambiente clerical puede generar idéntico bloqueo psicológico hacia el otro sexo, a veces en un contexto de misoginia y afeminamiento. Estos individuos no buscan propiamente sexo, sino genitalidad pura y dura. A veces, cuando logran sortear el bloqueo, se afianzan en la heterosexualidad, como ocurriò en el caso de Maciel, que no contento con tener una mujer tuvo dos.
Existe el violador-abusador nato. Es decir, el que obtiene su placer de la dominación. La genitalidad es una forma de afirmar su poder, un poco como ocurre a veces en el reino animal con el macho alfa, de allí que esta modalidad sea la típica de las sectas y movimientos sectarios, y aquí puede tallar en algo el clericalismo -o como dice acertadamente Antonio, cualquier ismo, como el militarismo, pues de uso y abuso del poder se trata. Dentro de estos casos hay que incluir a aquellos que han sido violados o abusados en su infancia, que tienden a repetir dichos abusos, en una cadena intergeneracional aterradora que sòlo la gracia de Dios puede romper.
Combínense las modalidades referidas de diversas formas y tenemos el abuso sexual. El encubrimiento es otra cosa, y efectivamente, encuentra su raíz en el clericalismo. No tanto como parece decir Bergoglio en el sentido de un dominio de los curas, sino más bien en la -en principio- loable intención de salvar la cara de la Iglesia, ocultando las faltas de sus miembros jerárquicos. Pero que descuidada la protección de las víctimas y el ejercicio de la justicia vindicativa (la Iglesia renunció a la justicia hace décadas) llevó al desmadre actual.
Lo que digo más arriba pondría ponerlo de esta otra manera. La homosexualidad es condición necesaria pero no suficiente. Además de ella, se necesita ejercer poder (del tipo que sea, despótico, carismático, psicológico) sobre la víctima potencial. Y, más aún, la existencia de una red de encubrimiento --derivado del clericalismo-- lo facilita más. Eso es lo que sucede en estos casos.
ResponderEliminarCambiemos "homosexualidad" por otros vicios nefastos como el sadismo, por ej., y tenemos otros casos de abusos que también suelen darse. Desde tomar de punto a alguien --generalmente el más débil-- (el bullying de ahora), hasta el militarismo que dicen varios arriba. Pero sin "poder" (sea desproporción física, tener una personalidad "fuerte" u oficialmente un "rango" mayor), no se puede concretar el abuso.
Por eso no creo que sean alternativas mutuamente excluyentes como podría entenderse del título y desarrollo del post.
Acuerdo con esta opinión
Eliminarmagister.blogautore.espresso.repubblica.it
ResponderEliminarRecordatarios para la cumbre sobre los abusos. Para Francisco los pecados 'bajo la cintura' son 'los màs leves'.
Un aporte modesto será el mío. Suscribo la posición Müller. Al clero católico ingresan hombres (generalmente muy jóvenes) tanto hetero como homosexuales. Viven todo su tiempo (tanto de formación -seminario- como de ejercicio) en un contexto de fuerte represión de todo lo sexual, y en una edad en que lo "erótico" es una pulsión muy fuerte. Algunos entran en crisis y se disparan a la práctica desordenada (hetero u homo). En la clerecía (y desde siempre) no solo se padecen casos de ataques/abusos homosexuales, sino de relaciones habituales homo o hetero (curas que van de picos pardos, o tienen amante, o barragana). A lo largo de mi vida tuve actividad y compromiso en distintas comunicades parroquiales, y en no pocas creí notar escaramuzas por el estilo. Un hecho: es común que cuando un sacerdote es destinado a una parroquia, termine cultivando algún grado de amistad más íntima e informal con algunos laicos de la comunidad. Pero lo llamativo es que a tal fin nunca elije a los gordos, rengos, tuertos o jorobados; siempre se vincula a los efebos más apuestos de la feligresía... ¡Vamos señores, se nota mucho!. Y sus superiores no controlan ni previenen esas situaciones que muchas veces terminan mal.
ResponderEliminarEn principio, homosexualidad hubo siempre; en diferentes contextos históricos y sociales. Desde los "amores griegos" de los académicos platónicos y la legión tebana; hasta el Anthony Blanche del Brideshead de Waugh - a propósito recuerdo el episodio donde el primo de Charles Ryder le recomienda evitar a los anglocatólicos de Oxford...por ser sodomitas la mayoría. Llegando al simple, ordinario y prosaico maricón argentino que pulula por todos los programas de televisión.
ResponderEliminarPienso entonces, que la homosexualidad, en sí misma, no explica los abusos sexuales repugnantes que a todos nos estremecen. Me inclino por la tesis Bergoglio, las estructuras clericales de poder y ocultamiento, favorecen, no digo que sean la causa, el terrible panorama que tenemos a la vista.
Las dos opciones y todas las causas hasta aquí expuestas tienen su porción de verdad, pero creo que el Anónimo de las 18:36 ha dado en el centro del problema.
ResponderEliminarDejando aquí de lado el caso particular de los gurús que terminan encabezando la sección policiales, no es ninguna novedad que el celibato haya sido desde siempre un buen refugio para personas con tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Algunas las habrá con buena intención y otras con no tanta.
Pero si cambiamos el término “homosexualidad” por el de “inmadurez afectivo-sexual”, iremos por mejor camino para explicar el fenómeno en su totalidad.
Que el ochenta por ciento de los abusados sean hombres sólo explica que el ochenta por ciento de las mujeres involucradas pensarán que mantienen una relación natural, romántica y hasta verdadera.
Y seguramente lo será hasta que les sobrevenga una descompensación diabética, claro
Creo que son opciones que pueden retroalimentarse.
ResponderEliminarNo me parece descabellado lo que plantea el Santo Padre, aunque tampoco hay que quitar el peso que tiene en estos casos la desciacion sexual de quienes cometen esos crímenes.
Por otro lado, la opción que solamente adjudica la perversión sexual al problema, esta un poco sesgada. Creo que debe existir un abuso de poder para llegar a conductas así.
En fin, el tiempo dira qué hace la Providencia Divina para extirpar esta basura del Cuerpo Misrico de Cristo.
Fuera de acusar, creo que hay que rezar por el Vicario de Xeisto, para que el Señor lo guíe por el camino correcto.
Insisto a los que han arrojado la piedra de la sospecha sobre los dominicos: Que aclaren sus sugerencias o retiren lo dicho. Es de cristiano y de caballero hacerlo.
ResponderEliminarPara el que pregunta por los dominicos, le dejo un link para que empiece a investigar un poco...
ResponderEliminarhttps://youtu.be/Vm9mchnu0Vc
Sagan
De verdad me importa la verdad, pero toda. Cuando se hace pasar una parte por el todo, se yerra, se miente y se puede engañar. La parte no es el todo, y lo aparecido aquí es una parte, difícil de no ver como si fuera el todo, porque ya esa parte es dolorosa, entristece e indignación, y el todo es mucho pedir.
ResponderEliminar1) Los abusos son de todo género, dentro y fuera del Clero Católico;
2) La nueva legislación canónica desde la inaudita y radical reforma hecha por Benedicto XVI, invalida el Código de Derecho Canónico en cuanto a la obligación jurídica de someter a procesamiento judicial canónico a los oficialmente acusados de ni nás ni menos que los que el Motivo Propio de JuánPablo II, sobre algunos de los más graves crímenes eclesiásticos, se llaman eso: los crímenes más graves, entre los que se contempla no sólo el abuso carnal de clérigo sobre Menor, sino también otros como la profanación de especies eucarísticas y la violación del secreto de la Confesión.Eso sí, sólo son los más graves delitos, si su autor es clérigo, y las penas establecidas al respecto es sólo contra clérigos. Los laicos se van de rositas.
3) El escándalo afectaba a niños y jóvenes adolescentes, no se clamaba por castigar a abusadores clérigos contra gente de más edad. Sin embargo el nuevo decreto específico y sus reformas endurecedoras del rigor contra los denunciados, y acusados (¡O no!, penan también los actos recíprocamente consentidos no sólo los entre un niño y un adulto, no sólo los entre un adolescente y un clérigo, sino también los entre clérigo y mayores de 18 años (hasta los 21). Ambas cosas a olían considerablemente el campo de escándalo, agrandan el espectro penal y escandaloso del problema, ¡Agrandan el problema! sin que nadie hubiera pedido eso, ni se lo hubiera imaginado siquiera, cuando se tratase de un clérigo que besa sensual o carnalmebte a una muchacha aquiescente yy complaciente, de, por ejemplo, 20 años de edad. La legislación novedosa específica canónica se orienta eficazmente a que el escándalo sea mayor, aumente.
4) Los abusos contra el Derecho Natural, el Derecho Divino y el canónico de clérigos denunciados, en medio de circunstancias más que sospechosas de intriga familiar (como peleas de herencia), eran muchos, gravísimos y constantes. A mí se me condenó, sin concederme ver siquiera la denuncia, que partía de un miembro cercano de mi familia, tras fallecer mi Madre y haber con él disputa de bienes y herencia. No tuve proceso real administrativo penal canónico, ni proceso judicial alguno, no se me concedió ver las "probanzas" de la parte contraria, ni interrogar a mis opositores privados. En el decreto definitivo no se menciona hecho concreto alguno delictivo, ni contra quién, ni de qué edad, ni cuándo, ni dónde, ni cuántas veces. Me denegaron abogado en la primera instancia (la del Obispo de Cuenca Ysnguas, que actuaba por delegación Pontificia). Etc.. Menos mal que Müller dejó a Su Santidad la prerrogativa de ejecutar la pena, y el Romano Pontífice, en su Caridad y prudencia, con celo por un mínimo de justicia, no me la ha ejecutado, por cuánto sigo siendo clérigo, pero con un inválido decreto penal pseudocanónico de Müller, sobre mi persona y mi condición de clérigo, ataque contra mi Sacerdocio, mi honra y mi labor. Por si fuera poco el Obispo Diocesano de Cuenca, contra su obligación canónica, desde hace años me deniega la Honesta Sustentación, y no me da un céntimo para vivir.
Así habrá muchos, pero parece que de entre nosotros, GRANDES VICTIMAS DE LA CAMPAÑA PROPAGANDISTICA Y DEL "Antitradicionalismo" y "antifascismo" de que hizo gala expresa el mejicano Mons. Mar, que redactó contra mí un decreto intermedio, sólo me quejo yo a te el público.
Por cierto, poco después el Papa cesó a Müller y a Mar, y no les dió más cargos.
El desastre antijurídico habitual del dicasterio bajo Müller era archiconocido por los Promotores de Justicia que defendían ante él a los denunciados.
El Campín de Santo Domingo. España.
Nadie se hace homosexual por el hecho de disponer de poder.
ResponderEliminarEl poder es un mero instrumento que le facilita perpetrar sus deseos.
Estimado José Pérez:
ResponderEliminarNuestra santa religión ha sido fundada por Aquel a Quien se denegó un proceso justo para poder condenárseLe sin apelación y matarlo judicialmente. No existe ninguna excusa ni pretexto de ninguna clase que autorice a prescindir de un justo proceso a quien fuera acusado y tan luego, como debería ser la regla, de comprobada la objetividad de la falta.
Todos los "procedimientos abreviados" huelen a vergüenza y a fraude. La gravedad o la parvedad del delito investigado no justifican las trapacerías procesales a fin de lograr un linchamiento judicial. No conozco su caso pero conozco otros parecidos con sentencias inicuas que no han tenido curso judicial ordinario y, normalmente, sin derecho a la defensa.
Azpilicueta
Estimadísimo y muy Señor mío,
EliminarNo le es me Ester su caso para ostentar tanta nobleza de espíritu en sus ecuánimes y amables palabras. Permítame algunas puntualizaciones, se lo ruego.
No ha habido sentencia, en mi caso, porque se me ha denegado proceso judicial canónico, para crímenes canónicos de que no he visto siquiera la de uncia ¡No ha habido juicio! Sí condena. No ha habido siquiera procedimiento extrajudicial (o sea: administrativo) penal, porque no se me ha enseñado la denuncia ni el visionado entonces de las "probanzas" de la parte contraria, uno de mis dos hermanos, y los "antifascistas" Yanguas, de Cuenca (España) y del Opus Del,y probablemente judeosionistas como el luego cesado (mejicano) Mons. Mar. Reclamé, supliqué se me impusiese la condición de reo, y hasta eso me fijé denegado por todas las instancias de ambas curias, la diocesana conquense y la Santa Sede (Congregación para la Doctrina de la Fe). "Se me llevó al matadero como a un cerdo, al que le cubren los ojos".
Suyo atentìsimo
El Canìn de Santo Domingo.
Postdata: ¡Y todavìa no sé què hechos concretos retuvo Múller Como crìmenes mìos, ni sè contra quièn, ni nuàndoo, ni dònde!. Es la primera vez en la Historia, que un Cardenal Prefecto del supremo Dicasterio es cesado sin que Su Santidad le confiera cargo u oficio alguno ulteriormente
Re: dominicos. Si bien me parece exagerada la propuesta del anónimo del 18 de enero a las 12:20, me parece también que a los del otro lado se les va un poco la mano. Al día de hoy la OP pinta, entre los institutos tradicionales, como el que le va mejor y con mejores chances de revitalización (revitalización que se está dando con fuerza en el mundo anglosajón --estoy pensando principalmente en EEUU, provincias este y oeste, Inglaterra e incluso Irlanda). Yo qué sé. El lío con el padre O'Connor (anónimo de las 2:15) fue hace 30 años. Me parece que como muestra de actualidad de la orden está un poco desfasado.
ResponderEliminarFW: Dominicos. Supe que hubo un revuelo público durante una Misa en una provincia cuyana hará cosa de 5 años, y un cura me dijo que (en Argentina) estaban "hechos crema".
ResponderEliminarPor lo que he visto y escuchado, los frailes "tradis" no son más de media docena. Y parece que las nuevas camadas son mas abiertas y menos desprejuiciadas.
Re:FW: Dominicos: siendo que no vivo en la Argentina, no tengo conocimiento certero desde dentro. En términos de lo que veo, tan desde afuera como el anónimo de las 13:27... tienen gente sólida y los más jóvenes, de nuevo, por lo que sé por conocidos y demás, parecen ser religiosos piadosos y comprometidos con el carisma de la orden.
ResponderEliminarSi se quiere un botón de muestra cuantitativo, con todos los peros que puedan ponérsele... la provincia de los dominicos en Argentina tiene entre 3 y 5 novicios por año. Los salesianos, cuya presencia es al menos 10 veces mayor en todas partes, a duras penas juntan 8 entre Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay.
Por otro lado la regla y los estatutos de la orden desde siempre no favorecen el verticalismo o las purgas sistemáticas que se ven en otros lados. Los traslados y/o entradas en distintas provincias parecen ser relativamente fáciles de lograr. En ese sentido en particular, la estructura se presta para reavivamientos celulares.