martes, 13 de julio de 2021

El cónclave que se acerca y las primeras quinelas

 

Hoy apareció un interesante artículo en el blog de Aldo Maria Valli que reproduce la publicación de Sandro  Magister. Se trata de dos de los vaticanistas más reconocidos de las últimas décadas. Vale la pena escucharlos.



El tiempo de hospitalización de Francisco en el Hospital Gemelli se alarga, tal y como recoge el último boletín oficial: “Para optimizar la terapia médica y de rehabilitación, el Santo Padre permanecerá hospitalizado unos días más.”

Sobre el estado de salud de Francisco, el sitio paravaticano Ilsismografo escribe: “La pregunta que circula desde ayer a última hora de la tarde, cuando las imágenes de una filmación en la que se ve al Papa Francisco en una silla de ruedas mientras recibe los saludos de casi todas las personas (y muchos de sus familiares) hospitalizadas en las distintas habitaciones individuales de la décima planta del Hospital Gemelli, se refiere a esta silla” (...). El artículo termina así: “Mientras tanto, desde Gemelli llegan rumores de el Papa recibiría el alta en las próximas horas”.

El tema de la sede de Bergoglio está en el centro de dos libros escritos por Sandro Magister.



Cónclave a la vista, todos se distancian de Francisco

No se dedica ni una sola línea al futuro cónclave. Sin embargo, dos libros gemelos publicados recientemente en Italia apuntan inexorablemente a ese mismo tema.

El primero se titula La Chiesa brucia (La iglesia arde) y el segundo Il gregge smarrito (El rebaño perdido). Ambos diagnostican un mal estado de salud de la Iglesia, con un marcado empeoramiento durante el actual pontificado.

Pero sus autores no son en absoluto opositores al Papa Francisco. El primer libro está firmado por Andrea Riccardi, historiador de la Iglesia y fundador de la Comunidad de Sant'Egidio, muy escuchado por el Papa, que le recibe a menudo en audiencias privadas y le confió —entre otras cosas— la dirección de la espectacular cumbre interreligiosa presidida por el propio Francisco el pasado 20 de octubre en la plaza del Campidoglio. Mientras que el segundo libro lo firma una recién nacida asociación llamada "Estar aquí" cuyo número uno es Giuseppe De Rita, de 89 años, fundador del CENSIS y decano de los sociólogos italianos, además de protagonista de una época del catolicismo postconciliar que tuvo su evento clave en 1976 en una gran asamblea de la Iglesia sobre "Evangelización y promoción humana".

En su libro, De Rita quiere devolver a la Iglesia actual a las líneas maestras de aquella lejana conferencia, lo contrario —según él— de lo que hicieron Juan Pablo II y Benedicto XVI, que insistieron estérilmente en la sola evangelización, descuidando la promoción humana y la red de relaciones sociales.

Pero mientras tanto, no sólo la secularización ha marchitado a gran parte del catolicismo, sobre todo en Occidente, sino que se ha extendido esa revolución antropológica que ha cambiado radicalmente la idea de nacer, de engendrar, de morir, del libre albedrío, en una palabra, la idea misma del hombre, muy alejada de la de la Biblia, puesta de manifiesto magistralmente por el que quizá sea el documento más hermoso elaborado por la Santa Sede en los últimos años, firmado por la Pontificia Comisión Bíblica y titulado "¿Qué es el hombre?".

Sobre el reto que plantea esta revolución antropológica y la respuesta de la Iglesia, hay poco o nada en ninguno de los dos libros. Su horizonte analítico es estrecho, cuando en cambio la cuestión que está en juego es epocal, análoga a la del cristianismo de los primeros siglos, que sin asimilar ni separarse del mundo circundante, en gran medida ajeno y hostil, fue capaz de entrar en una relación fuertemente crítica con él, ejerciendo al mismo tiempo una extraordinaria influencia cultural en la sociedad, en el sentido cristiano.

Cabe señalar que el autor del primer libro, Riccardi, es también uno de los principales miembros de la asociación "Essere qui", que es la autora del segundo libro, junto con otras personalidades como Romano Prodi, ex presidente de la Comisión Europea y ex jefe del gobierno italiano, Gennaro Acquaviva, tejedor por el Partido Socialista del concordato de 1984 entre la Santa Sede e Italia, Ferruccio De Bortoli, ex director del mayor diario italiano, el "Corriere della Sera".

Todos ellos se proponen como un "grupo de reflexión" ofrecido a la Iglesia para su camino. Sin criticar nada del actual pontificado, pero tampoco exaltándolo. Hablan poco de ello y de forma esquiva, como si mantuvieran las distancias con una parábola que ya ha llegado a su ocaso. Que es exactamente su premisa para razonar sobre el futuro Papa.


Francisco es conocido. Tiene sus favoritos para la sucesión. El primero es el cardenal filipino, un poco chino por parte de su madre, Luis Antonio Gokim Tagle, Prefecto de "Propaganda Fide" y por tanto uno de los cardenales más conocidos del mundo.

Para Tagle, se objeta, existe el obstáculo de la edad. Tiene 64 años y, por tanto, podría reinar demasiado tiempo para que los electores cardenales apuesten por él. Pero, sobre todo, se considera demasiado cercano a Jorge Mario Bergoglio como para no acabar desbordado por los muchos malestares con el actual pontificado, que aflorarán inexorablemente en un futuro cónclave.

Por esta razón, Tagle lleva un tiempo manteniendo un perfil bajo, él que en los primeros años del actual pontificado había sido tan activo y hablador. Se mantiene prudentemente a distancia, sobre todo ahora que el pontificado está en su ocaso y sus carencias son cada vez más manifiestas.

En particular, Tagle ha silenciado astutamente esa interpretación del Concilio Vaticano II como ruptura y nuevo comienzo, que aprendió mientras estudiaba teología en Nueva York, en la escuela de Joseph Komonchak, y que luego puso por escrito, con su propia firma, en un capítulo clave de la historia del Concilio más leída en el mundo, elaborada por la llamada "escuela de Bolonia", fundada por Don Giuseppe Dossetti y Giuseppe Alberigo.


Otro cardenal muy querido por Francisco es el arzobispo de Múnich y Freising, Reinhard Marx, de 68 años, asociado en 2013 por el papa a la terna de cardenales llamados a ayudarle en el gobierno de la Iglesia universal y promovido en la curia a la presidencia del Consejo de Economía.

Es cierto que el "camino sinodal" puesto en marcha en Alemania, con Marx entre los promotores, angustia seriamente a Francisco, por sus objetivos perturbadores. Pero el Papa sigue manteniendo a este cardenal cerca de él, quizá calculando recurrir a su ayuda para frenar la deriva.

Marx, sin embargo, tiene todo el aire de querer jugar por su cuenta y distanciarse de una proximidad a Bergoglio que podría perjudicarle en un cónclave. Dejó la presidencia de la Conferencia Episcopal Alemana y, sobre todo, —alegando la responsabilidad colectiva de los obispos en el escándalo de los abusos sexuales— ofreció su dimisión como arzobispo de Múnich y Freising.

El Papa se negó, pero la jugada del cardenal fue leída por algunos observadores como dirigida precisamente a una autocandidatura de Marx para la sucesión, naturalmente para un pontificado que marcaría la drástica superación del "catolicismo romano", en deferencia al secular complejo antirromano de la Iglesia católica de Alemania, siempre tentada por la asimilación al protestantismo.

Luego están los cardenales que más le disgustan a Francisco. Angelo Becciu le resulta tan indigesto que el Papa lo despojó brutalmente hace diez meses —sin ninguna explicación y antes de cualquier proceso— de todos los "derechos" del cardenalato, incluido el acceso al cónclave.

Becciu nunca fue un candidato papal, pero fue un gran elector, gracias en parte a su pertenencia a la red internacional de cardenales y obispos amigos del movimiento de los Focolares, uno de los lobbies eclesiásticos más funcionales para dirigir el consenso. Al sacar ignominiosamente del juego a Becciu, Francisco también ha desarmado la red que era su responsabilidad.

Pietro Parolin es otro de los cardenales que Bergoglio ayudó a eliminar de la lista de papables. Pero Parolin ya había puesto mucho de su parte para decepcionar a quienes inicialmente veían en él un sucesor deseable, capaz de reconducir la nave de la Iglesia en la tormenta creada por el Papa Francisco, corrigiendo sus derivas sin traicionar su espíritu.

De hecho, está acabado. Frente al marasmo de la secretaría de Estado sometida a su gobierno, es difícil imaginarlo capaz de gobernar la Iglesia, que es una realidad incomparablemente más grande y compleja. Por no hablar de la cadena de fracasos de sus iniciativas diplomáticas, "in primis" con China.


Entre los moderados hay quienes verían con gusto en la Cátedra de Pedro a un cardenal como el húngaro Péter Erdô, de 69 años, arzobispo de Esztergom y Budapest y durante diez años presidente del Consejo de las Conferencias de Obispos Católicos de Europa, muy apreciado también por haber dirigido con sabiduría y firmeza la resistencia a los partidarios del divorcio y de la nueva moral homosexual, en el doble sínodo sobre la familia del que fue relator general.

Dentro de dos meses, Erdô presidirá el 52º Congreso Eucarístico Internacional en Budapest, y el Papa Francisco viajará allí para celebrar la misa de clausura el 12 de septiembre. La ocasión sería excelente para ponerlo en el punto de mira como personalidad de alto nivel en el Colegio Cardenalicio, con muchos talentos para ser elegido Papa.

Sin embargo, el hecho es que Bergoglio ha inventado de todo para disminuir su viaje a Budapest y mantener en la sombra a su posible, pero sobre todo temido, sucesor. Primero añadió y luego amplió a cuatro días su propia visita a la vecina Eslovaquia, y de este modo redujo su presencia en el Congreso Eucarístico a una escala apresurada, visiblemente realizada contra su voluntad.

Ciertamente, un sucesor como Erdô devolvería el papado a la estela de Juan Pablo II y Benedicto XVI, es decir, precisamente esos dos papas que interrumpieron —según los dos libros citados al principio— la feliz imbricación entre Iglesia y sociedad, entre "evangelización y promoción humana", de la primera época postconciliar.


En cambio, Riccardi y asociados tendrían el candidato adecuado. Se trata del cardenal Matteo Zuppi (en la foto), de 66 años, arzobispo de Bolonia y bisnieto de otro cardenal, Carlo Confalonieri (1893-1986), que también fue secretario del Papa Pío XI, pero sobre todo cofundador, con el propio Riccardi, de la Comunidad de San Egidio, sin duda el lobby católico más poderoso, influyente y omnipresente de las últimas décadas, a nivel mundial.

Como asistente eclesiástico general de la Comunidad de Sant'Egidio y párroco de la basílica romana de Santa María in Trastevere hasta 2010, así como obispo auxiliar de Roma desde ese año, Zuppi se ha movido en el centro de una red incomparable de personas y acontecimientos a escala planetaria, tanto religioso como geopolítico, desde los acuerdos de paz en Mozambique en 1990-92 hasta el apoyo actual al acuerdo secreto entre la Santa Sede y China, desde los encuentros interreligiosos en Asís hasta los "corredores humanitarios" para los inmigrantes a Europa desde África y Asia.

Adaptándose como un camaleón a los dos pontificados de Karol Wojtyla y Joseph Ratzinger, la Comunidad de Sant'Egidio alcanzó su apogeo con Francisco, con Vincenzo Paglia al frente de los institutos vaticanos para la vida y la familia, con Matteo Bruni al frente de la sala de prensa y, sobre todo, con Zuppi, promovido a la cabeza de la archidiócesis de Bolonia, convertido en cardenal y ahora también candidato a la presidencia de la Conferencia Episcopal Italiana.

De aquí a su elección como Papa el progreso no está en absoluto asegurado, pero está seriamente en el orden de las cosas. Más aún con un colegio de cardenales electores desordenado, de sentimientos inciertos y fácil de ser derrotado, por un lobby, esta vez no cardenalicio -como la legendaria "mafia" de San Gall que se dice que favoreció la elección de Bergoglio- pero ciertamente más influyente y decisivo, que tiene el nombre, precisamente, de la Comunidad de San Egidio.

A Zuppi le gusta que le llamen "cardenal de la calle", como en el docufilm que ya ha puesto en circulación, y ha tenido la astucia de firmar el prólogo de la edición italiana del libro pro-LGBT del jesuita James Martin, querido por el Papa Francisco.

Pero precisamente, como demuestran los dos libros mencionados, ha llegado el momento de distanciarse del Papa reinante, si se aspira a sucederle. Después de haberle exprimido todos los favores, el lobby de Sant'Egidio ha decidido consignar a Francisco a los archivos. La Iglesia está en llamas, el rebaño está perdido, es hora de un nuevo Papa. Los dos libros trazan el perfil a su manera. Lástima que el vacío programático de ambos, sobre los verdaderos retos de época que la Iglesia está llamada a afrontar hoy, no le ayude.



51 comentarios:

  1. Entiendo que el artìculo de Il Sismografo, al decir "Intanto dal Gemelli arrivano voci su probabili dimissioni del Papa nelle prossime ore", se está refiriendo al alta del Papa en la internación del hospital y no a su dimisión como Pontífice. La traducción al español así genera confusión.

    Fuera de eso... Ud, Wanderer, ¿piensa que estamos en el final del pontificado? ¿Y ve realmente posible alguno de los candidatos nombrados por el artículo de Magister?

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  2. Tiene razón sobre la confusión. Ya arreglé el texto.
    En cuanto a su pregunta, no soy profeta. No tengo idea quién puede ser el próximo Papa, pero no creo que sea un radical estilo Zuppi, ni tampoco un periférico estilo Tagle. Ya tenemos experiencias de lo que puede suceder con un pontífice del Tercer Mundo.

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  3. Es increíble la fuerza destructiva de Bergoglio, que como una encarnación de Shiva va demoliendo incluso a sus adlateres. a sus probables sucesores, a sus amigos y a sus enemigos. Mientras viva es imposible prever a quién liquidará.

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    1. Estimado Ludovicus
      Durante 30 años Perón manejó el peronismo con vara de hierro como un monarca absoluto, aún así, murió sin dejar sucesor. Si Bergoglio es peronista, el discípulo nunca podría contrariar a su maestro...

      Fuenteovejuna

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    2. Sí, Fuenteovejuna, pero Bergoglio es peor. Ni a los enemigos ni a los amigos les da Justicia.

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    3. Amigo Ludovicus, no sé si Bergoglio es peor, es cierto que Perón decía "para los amigos todo, para los enemigos ni justicia", pero también decía "los muchachos son buenos, pero si se los vigila son mejores". Y de Antonio Cafiero, el abuelo del actual Jefe de Gabinete, "es un buen muchacho, pero de vez en cuando se queda con algún vuelto".
      Así que si Bergoglio pega a diestra y siniestra sin mirar si son amigos o enemigos, me parece que tiene a quien salir.
      Ante ese panorama desolador y sabiendo que la mejor defensa es un buen ataque, yo diría como el filósofo Fidel Pintos: ¡estamos rodeados, no los dejemos escapar!

      Fuenteovejuna

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  4. Don Wander, el poroteo de nombres que usted maneja sobre un próximo cónclave cada vez más cercano es bastante lógico, porque aunque el Vaticano no suelte prenda sobre el verdadero estado de salud de Bergoglio, no es para nada raro que el fin de este pontificado esté próximo. De ahí la danza de candidatos que ya se deben estar barajando.
    Sinceramente, igual que usted yo tampoco tengo idea de quién podrá resultar electo, pero más allá de eso, en este momento creo que lo verdaderamente importante es cómo ese nuevo Papa podrá conducir con mano firme el timón de la Barca en medio de la borrasca y las olas embravecidas, sabiendo que en cualquier momento se puede desatar un terrible motín a bordo.
    En cónclaves anteriores el candidato a elegir y cuál sería su impronta siempre fue el tema central que acaparaba el interés de todos, y aunque para muchos ahora sucederá lo mismo, me parece que quien finalmente resulte elegido y si será continuador o no de la obra de Bergoglio, es un tema secundario.
    Lo que de veras angustia, es saber si ese Papa podrá solucionar la crisis terminal que le espera o si la crisis se lo devorará en menos que canta un gallo.
    Yo creo que lo más probable es la segunda opción, lo que viene después sólo Dios lo sabe...

    Fuenteovejuna

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    1. Yo me pregunto hasta cuando podra resistir el Vaticano los ataques internos y externos. El enemigo está por todos lados.
      Si la Iglesia se mantiene fiel a la doctrina y no cede a los pedidos de Alemania respaldado por la ONU y el NOM, estimo que la persecución y reducción de la Iglesia será apocalíptica.

      Gandalf

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  5. Dios Nuestro Señor nos cuide del Cardenal Marx...! Rezo por el pròximo Papa...

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  6. es un craso error por parte de sandro magister considerar al cardenal marx como papable. su evidente prohomosexualismo y ser uno de los promotores del espantoso sinodo aleman le restan bastante credibilidad y acogida entre los demas cardenales electores.

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  7. Como decimos en mi patria: No hay con qué hacer un caldo.

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  8. No sé si es grave o si me lo tengo que hacer mirar, pero me importa un pimiento quién va a ser el próximo Papa. Será liberal de una u otra manera. Conservador o radical, pero liberal.

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    1. A mí no me daría igual que fuera elegido Cupich que Eijk, la verdad. Si para ti son lo mismo allá tú pero objetivamente no son lo mismo.

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    2. «Será liberal de una u otra manera. Conservador o radical, pero liberal»;
      es decir, da igual juana que su hermana, puro relativismo!

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    3. No, no es lo mismo Eijk que Cupich, obviamente. El primero es un liberal conservador y el otro un liberal progresista.

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    4. repetir machaconamente el epiteto liberal no es una manera muy inteligente de argumentar.

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    5. Estimado Luis Fernando:

      ¿Por liberal te refieres a modernista, es decir, a hereje?

      Isaac

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  9. Si el próximo Papa tuviera que ser un bergogliano, yo preferiría que fuese el Cardenal Zuppi, que, al menos, es amigo de la liturgia tradicional:

    http://www.unavoceitalia.org/wordpress/2014/06/11/pontificale-di-mons-matteo-m-zuppi-alla-chiesa-di-gesu-maria-roma/

    http://blog.messainlatino.it/2020/09/sparite-le-foto-del-card-zuppi-in.html

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  10. Por lo demás, no creo que un neoconservador como Erdô tenga muchas opciones en un cónclave de clara mayoría progresista como el que se avecina.

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    1. mayoria progresista? suposicion simplista y errada que no tiene en cuenta la gran complejidad del colegio cardenalicio.

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  11. ¿Qué tal Péter Erdô? Parece el más pasable. Aunque imagino que el hecho de ser de Hungría, el país díscolo dentro de la UE, le debe jugar en contra.

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  12. Parece que hay un dibujo del próximo Papa:

    1. Nunca jamás como Francisco
    2. Lo más parecido, con correcciones, a Juan Pablo II y Benedicto XVI

    Pero veo inmanejable el actual Vaticano. Quizás es la única institución soberana e independiente auténticamente global y mundial. Y elefantiasis rima con ese monstruo burocrático esclerótico de la Santa Sede-Estado Ciudad del Vaticano.

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    1. Eso es lo que nos parece a nosotros, pero no creo que la mayoría de los cardenales, creados por Francisco, comparta ese dibujo del próximo Papa.

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    2. la mayoria de los cardenales creados por bergoglio no son homogeneos sino bastante variopintos. por ende tendran una perspectiva muy variada de como debe ser el proximo papa.

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  13. Observo muchos vaticinios de crisis terminal, decadencia irreversible, y final apocalíptico para la Iglesia católica en la actualidad o incluso luego de Bergoglio. Noto mucha desesperanza y abatimiento. Puede ser. Quizás los signos de los tiempos hacen que ese tipo de profecías sean las más fáciles de hacer. Pero creo que hay que tener esperanza. No puede descartarse que esto solo sea el preludio de una Iglesia más genuina, más espiritual, con mayor fe y oración. Posiblemente sea una Iglesia más pequeña, de minorías, como decía Benedicto XVI. Una vuelta a los orígenes, a lo que fue el cristianismo primitivo. Esta "kénosis" de la Iglesia es quizás la pascua necesaria para una renovación. Hay que tener fe y esperanza que Dios escribe derecho con renglones torcidos, como decía San Agustín.

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    1. Anónimo de las 13.12
      Nada más errado suponer que el diagnóstico de crisis terminal de la Iglesia pueda ser una señal de abatimiento y desesperanza.
      Muy por el contrario, es una señal de alegría por el Triunfo del Inmaculado Corazón de María que ya parece muy cercano, algo que no es fruto de la pérdida de la esperanza sino de un detenido análisis de la delicada situación que hoy aflige a la Iglesia.
      Por otra parte, desear que Cristo venga pronto a salvar a su Iglesia tampoco es indicio de masoquismo ni nada que se le parezca, ocurre que si para ver la Gloria del Domingo de Resurrección no tenemos más remedio que pasar por la puerta estrecha del Viernes Santo, pues que venga aunque a mi no me guste.
      Ver el Triunfo de Cristo sobre todos sus enemigos no tiene precio.
      ¿Nunca pensó que el abatido y desesperanzado puede ser usted? Porque en medio de la espantosa confusión y apostasía en la que hoy se debate la Iglesia y que razonablemente indica que todo irá para peor, suponer que pueda recuperar su antiguo esplendor por arte de birlibirloque sin pagar ningún precio a lo mejor esconde el deseo inconsciente de patear la pelota para adelante para que ese fin tan temido no venga ahora sino dentro de dos o tres mil años cuando ni yo, ni mis hijos ni mis nietos, estemos en este mundo para sufrir sus consecuencias.
      Si los mártires hubieran pensado así hoy ninguno de nosotros sería cristiano, hace rato la Iglesia habría sido borrada del mapa.
      ¡Ojo con eso!

      Fuenteovejuna

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    2. Wishful thinking, como dicen los yankees.
      La Pascua requiere la Pasión, y eso no se dará sin una apostasía generalizada y el quebrantamiento de la Iglesia visible, que a ojos del mundo parecerá realmente muerta. Las "minorías" de Benedicto XVI, minorías liberalconservadoras, no son las que sostendrán la Fe.

      El "cristianismo primitivo" usted no sabe cómo fue, deje de imaginarse cosas.

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    3. Amigo griego, es una verdad de Perogrullo que la Pascua requiere de la Pasión, no sé si piensa que descubrió el agujero del mate.
      La diferencia entre usted y yo radica en que, como usted está convencido que para que llegue la apostasía generalizada todavía falta un montón, también falta mucho para que llegue la Pasión y la Pascua de la Iglesia.
      Dice el refrán que todo es según el color del cristal con que se mira, de modo que, sinceramente, no sé si no tendría que darse una vueltita por el oftalmólogo para cambiar los anteojos, porque si esta terrible apostasía que hoy vive la Iglesia y tiene delante de los ojos no la ve, no sé a qué le llama usted apostasía.
      Si de veras piensa que de esta encrucijada fatal la Iglesia saldrá sin problemas, el que tendría que dejar de imaginarse cosas absurdas es usted, que por lo visto está mirando otro canal.

      Fuenteovejuna

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    4. Yo creo que estamos en plena apostasía, solo que hay que entender cuando empezò y a que punto estamos. Me parece que estamos muy cerquita de una grande persecuciòn.

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    5. Ahora mismo son las minorías liberalconservadoras las únicas que sostienen la Fe.

      Por lo menos en Estados Unidos.

      Según los especialistas (psicólogossociólogos...) es porque imponen un comportamiento.

      Nada extraordinario, porque ese es uno de los rasgos de cualquier religión verdadera que se precie.

      El catolicismo reformado que sale del Concilio, con muy buenas o muy malas intenciones, quita la obligatoriedad de los comportamientos, entre otras barbaridades científicas.

      En cierto modo eso sucede con las leyes (cibiles). Una Ley que no tenga sanción deja de ser ley. Será una recomendación..., pero no más. Y perderá toda su efectividad, porque las leyes se hacen para ser cumplidas.

      Parece que el Concilio es un suicidio colectivo a cámara lenta programado.

      Como ya vemos a nuestro alrededor, no somos más "ilustrados", ni más "virtuosos", ni más "prósperos" como prometía la siniestra masonería secreta.

      Pero de eso se trataba.

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    6. Estimado Fuenteovejuna.
      Mi respuesta no es para usted, sino para el Anónimo de las 13:12.
      Con su comentario, no puedo estar más de acuerdo.

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    7. Las minorías liberalconservadoras sostienen la fe liberalconservadora. La fe católica es otra cosa.

      Por cierto, cada vez que oigo a alguien hablar del cristianismo primitivo como un ideal, me pregunto si están dispuestos a que volvamos a la disciplina penitencial de entonces...

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    8. fe liberalconservadora...vaya ocurrencia!

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    9. Justamente lo que quise decir el 14 de julio a las 13:12 es que quizás estamos en una kénosis, un anonadamiento, una crisis sí —pero pasajera— porque es preludio de una Iglesia renovada, más santa y auténtica, aunque posiblemente más pequeña y con menos influencia social y sobre la cultura en general, quizás perseguida o ignorada, como acaeció en los primeros siglos. Es claro que la Cruz es un paso Previo de la Pascua. Pero tengamos fe en la Pascua. El final es la gloria del cielo y la Resurrección. Los "cielos nuevos y la tierra nueva".

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    10. Estimado Andrés
      Como nobleza obliga, debo pedirle disculpas, ni bien mandé el comentario me di cuenta que usted no me contestaba a mi, sino al anónimo de las 13.12
      Siempre respeté sus comentarios, celebro que estemos de acuerdo.

      Fuenteovejuna

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  14. Si me doy un poco de licencia imaginativa, pienso que tal vez vendría bien una situación de dos Papas o tres, como ya pasó (no la tontería del "Papa activo" y el "Papa contemplativo" que nos venden algunos, Benedicto ya no existe, sólo Joseph Ratzinger).
    Digo, ¿no? Para que termine de reventar el relato papolátrico, para que salten por el aire las estructuras de poder del Vaticano. Eso me daría a mí más esperanza que el advenimiento de un Papa liberalconservador como JPII o Benedicto XVI.

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    1. No se trata de un Papa "liberalconservador" o "progresista" o "marxista cultural", o "tridentino".

      Se trata que sea un Papa que sea garante de la esencia del catolicismo y la liturgia y que entienda qué son y para qué están.

      Naturalmente coincidirá en la mayor parte en lo que entendemos por "liberalconservador" (el catolicismo parte de la libertad del fiel para salvarse o pecar. Y toda religión, que por definición es "eterna" -no es humana, viene de antiguo y está destinada a durar siempre- tiene que ser conservadora o tradicional. A parte de que se dirige a esa parte del hombre que no cambia nunca: nacer, vivir, multiplicarse y morir. No cabe por tanto modas, ni caprichos humanos ni teología creativa, aunque sea s.j.

      Respecto a la política, a parte del marxismo cultural, que no sabemos lo que va a durar, lo que se ha demostrado es que el comunismo no funciona y que el capitalismo sí, que junto con el natural anhelo humano para prosperar, hace que la falsa "teología de la liberación" esté destinada a desaparecer.

      ?Por qué cree que Bergoglio está a favor del indigenismo antiblanco, la Pachamama, el cambio climático...?

      Y pasado mañana, cuando las modas que nos imponen los globalistas sean otras, ya se sacará de la mitra otras historias. Todo menos ser santo y buscar la salvación.

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    2. Cuando digo "liberalconservador" pienso en "modernista moderado", a la manera de JP2 y B16.
      Como usted sabrá, el conservadorismo tiene muchos problemas, como el que le señalara Chesterton: que no hace más que impedir la restauración, porque conserva el statu quo revolucionario.
      El conservadorismo ("la derecha" si se quiere) es tan liberal como el progresismo ("la izquierda"), ambos hijos y perpetuadores de la Revolución.
      Lo que necesitaríamos en todo caso sería un Restaurador. No por cierto un "integrista" que pretenda sencillamente hacer retroceder las manillas del reloj, sino un restaurador-reinstaurador-renovador.
      Pero eso exigiría un verdadero milagro, que yo no excluyo por principio, pero creo que no se dará. Pienso que más bien las cosas deben seguir su curso natural hasta finiquitarse este ciclo adámico.

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    3. el catolicismo parte de la libertad del fiel para salvarse o pecar.


      Es que es ese el problema. Que infinidad de católicos practicantes y supuestamente bien formados, piensan dicen que la libertad consiste en eso. Y no es eso. Basta leer la encíclica Libertas de León XIII para darse cuenta que no es eso.

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    4. No sé más teología que el catecismo de la escuela.

      Pero sé que Dios dio la orden a Adán y Eva de no comer del árbol de la Ciencia del Bien y del Mal.

      (naturalmente Dios sabe el pasado, el presente y el futuro, porque es Dios y sabía muy bien lo que iban a hacer Adan, Eva y Satanás)

      Adan y Eva fueron libres para pecar y pecaron.

      Por tanto tuvieron que cumplir el castigo:

      La expulsión del paraíso para ellos y sus descendientes.

      De ahí entiendo que cada uno es libre de salvarse cumpliendo la Ley de Dios o condenarse pecando.

      Otra cosa muy diferente es que no haya libertad para que la sociedad elija ser católica o no.

      Los gobernantes católicos y sus lideres religiosos están obligados a imponer el catolicismo en las sociedades católicas. Simplemente porque para eso están.

      (cualquier líder está obligado por razón de su cargo a proteger su sociedad, civil o religiosa)

      Además de que el hombre es un ser social, esto es, no puede existir solo y está programado para que la sociedad le influya. Por eso una sociedad católica no puede
      ser "neutral" o "laica", porque eso equivale a su descatolizacion, que es lo que está haciendo la siniestra masonería secreta en Europa.

      De ahí que si un gobernante es libre para elegir entre salvarse o condenarse, no es libre para descatolizar la sociedad que le ha sido encomendada (como tampoco puede robar de la Caja Publica, aunque tenga la llave)

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  15. Ya sabe que en los conclaves, quien entra Papa sale cardenal.

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    1. Pues, con Benedicto/Ratzinger justamente no pasó así...

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  16. “Yo soy contrario a la pluralidad. Yo tiendo a lo absoluto.
    Debo usar mi cabeza, por eso debo cortar la tuya, hijo mío”
    (El nuevo papa al cardenal Piazza Colonna)

    Ci vuole un papa di transizione come il cardinale Felicetto de li Caprettari

    https://youtu.be/325RyE6RGEE

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  17. Por cierto Luis Fernando: o te contradices o no dices toda la verdad. Para ti son todos liberales y por tanto no católicos. Entonces sí son lo mismo. Hace mucho que te leo y sé cómo piensas.

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    1. Yo no pienso como pensaba, obviamente.
      Y sí, esencialmente son lo mismo, pero es evidente que hay muchos matices que les diferencian.

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    2. Coincido de nuevo.

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  18. Don Wander:
    A propósito del post “El cónclave que se acerca …”
    “Necesitamos un Papa santo, sabio y prudente”
    Quizás pueda ser un poco atrevido conjeturar sobre quién puede ser el sucesor inmediato del actual Pontífice, y mucho más el tratar de presentar a los papabili, dado la natural complejidad que entraña un colegio cardenalicio tan complejo como el actual, pero, las dificultades por las que atraviesa la Iglesia en nuestros días, y la imperiosa necesidad sobreponerse a ellas, amerita holgadamente el esfuerzo.
    Por supuesto, por insuficiente que pueda ser, también es encomiable el intento de presentar a las personalidades cardenalicias más representativas de entre los papabili, y, cuáles deban ser los atributos que deben adornar al futuro Papa.
    Con todo, quizás esta aguda reflexión sobre la proximidad de un futuro cónclave, al atender específicamente a la participación humana de quienes habrían intervendrían en ella, deja en la sombra, la parte que, seguramente, habrá de tener en ella la sobrenatural acción del Espíritu Santo. Y, ¿por qué no pensar que dicha acción será decisiva para resolver las dificultades que hoy afronta la Iglesia?
    Pues, visto, desde la parte humana, no se ve de qué modo se podrán resolver las dificultades provocadas por la gestión del actual Papa, cual es la de gobernar con arreglo a una agenda que no parece compadecerse con la que fue seguida por la Iglesia desde su fundación, como tampoco se ve de qué manera las mismas se podrán resolver a través de la gestión que puedan realizar los cardenales que, ya por haber elegido al actual Papa, ya por haber sido ordenados por el actual Papa reinante, bien podrían comulgar con la línea de acción del mismo, no harán más que acentuar la gravedad de las dificultades que hoy afligen a la Iglesia. En efecto, se sabe que, del total de 128 cardenales, que, por ser menores de ochenta años, son electores de un eventual cónclave, 73 de los cuales fueron investidos por el actual Papa, en razón de lo cual, la probabilidad de que se realicen eventuales correcciones que limiten los excesos de las actuales reformas, por lo menos, hoy, no es clara. De ahí, que, sin ignorar la crucial importancia que en estos tiempos cumplen blogs como el presente, no deje de ser todavía más importante –“sin Mí, nada podéis”- invocar incesantemente la asistencia del Espíritu Santo para iluminar la inteligencia de quienes tendrán en su potestad, el providencial derecho de elegir al nuevo Vicario de Cristo.
    Mis saludos. ¡Dios proteja a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!

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  19. Que raro que no incluyan como "papabiles" al dominico Cristoph Schönborn. O al franciscano Sean O´Malley o a otro cardenal norteamericano. Es hora de un papa norteamericano, porque la prueba con un sudamericano no salió bien ...

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    1. cristoph schönborn ya esta quemado por cuenta de su defensa de las parejas gays y del hundimiento de la iglesia austriaca.

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