Confieso que la primera vez que leí en el Blog de Wanderer que los “seminarios son males necesarios” me escandalicé un poco y me dije no puede ser que toda la Iglesia de algún modo se esté equivocando. Pero fue solo el primer impacto sobre algo que no había pensado antes en absoluto. Más pienso en el tema y me siento cada vez más inclinado a ir un poquito más lejos que mi primigenio escandalizante y cuestionar el adjetivo “necesario” de la frase de más arriba.
¿Son necesarios los seminarios?
¿Es necesario someterse entre 7 u 8 años a un montón de profesores improvisados a años luz de un investigador serio?
¿Es necesario privarse de la potentísima luz de un investigador de vocación (o de un equipo de investigadores que presupone una universidad) que me hace ahorrar años de leer estupideces, o cosas importantes pero en el tiempo y momento no adecuado (por ejemplo a mí en lo personal en primer año de filosofía un iluminado fundador me aconsejó leer la Metafísica de Aristóteles y el comentario de Santo Tomás al de Anima de Aristóteles, obras ambas asistemáticas si las hay, con lo cual todo el esfuerzo que invertí en ello fue totalmente inútil, porque no era lo que necesitaba en ese momento)?
¿Es necesario después de haber tenido una fecunda experiencia universitaria volver a tomar apuntes obligatoriamente porque el improvisado profesor no tiene un medio más seguro de “sentirse seguro” o de asegurarse la atención de su audiencia?
¿Es necesario sentirse de nuevo en un secundario cuando una mente fecunda ansía profundidad llamémosle (para poder entendernos, en realidad cabrían otros adjetivos) “universitaria”?
¿Es necesario entrar en un sistema paternalista donde unos son los “formadores” y otros los “formados” donde se pretende transmitir la imagen y semejanza de sí mismo, o como decía Lacan (¡O qué horror citar a Lacan!), “el imperioso (voraz diría yo) deseo de imprimir nuestra imagen en el mundo”, en vez de la milenaria sabiduría socrática de intentar desaparecer como mayeuta al punto que el ideal de formador (al menos en la intención del formador otro problema es el resultado efectivamente acaecido) es el que logra que no se le reconozcan los méritos y que el formando (nótese el cambio de participio pasivo a activo) se lo atribuya a sí mismo (Para mayor información sobre este punto leer Posdata definitiva a las Nonadas Filosóficas, Soren Kirkegaard, si se tiene la paciencia necesaria y una formación filosófica mínima de 4 o 5 años)?
¿Es necesario someterse a una banda de narcisistas que son incapaces de aceptar la infinita diversidad del juego de la soberana libertad del alma con Dios y sus infinitas posibles respuestas, y que en su ceguera sólo pueden juzgar como bueno nada más que lo que es lenguaje propio y proyección de la imagen de sí en el otro?
¿Es necesario que corra el riesgo imprudente de sentir la euforia de vivir con compañeros que comparten un mismo ideal, en una etapa evolutiva de mi psiquis en la cual se rige principalmente por la consagración de sí respecto de los ideales y que proyecte toda esta euforia en una futura vida, que en realidad será de una soledad descarnada y de una “no pertenencia” desgarrante, de la cual no tenía ni la más (perdonen la palabrota, mi calentura no me deja usar otra cosa) puta idea?
¿Es necesario que imprudentemente no pase por la condición evolutiva que me hace pasar de la vida adolescente a la vida adulta a nivel psicológico que es el aprender a autoabastecerme totalmente o lo que es lo mismo saber ganarme la vida?
¿Es necesario que por haber ignorado la condición necesaria (ser capaz de autoabastecerse) del paso de la adolescencia a la vida adulta se cargue con la inmadurez de exigir que todo el mundo subsidie nuestros problemas en virtud de haber hecho el sacrificio de consagrar la vida a Dios?
¿Es necesario permanecer en un claro narcisismo por no haber hecho la experiencia de valerse por sí mismo (recuerdo que una vez le consulté a una canonista que trabajaba en una curia sobre el narcisismo de los sacerdotes, diciéndole que muchos me parecían narcisistas, y lacónicamente me corrigió “todos son narcisistas, por eso me harté y tuve que renunciar a mi trabajo en la curia”)?
¿Es necesario que me refugie en una cómoda asimetría de obediencia y en la cual todo desencuentro se resuelve fácilmente por el irresponsabilizante “el que obedece nunca se equivoca” y en ese estado elija para siempre una supuesta vocación, cuando en realidad todo el resto de la vida sacerdotal se desarrollará en el pesado fardo de la responsabilidad simétrica de juicio respecto de los pares, del Obispo y hasta del Papa en cuestiones opinables?
Perdónenme, no quiero pecar de soberbio, pero si Dios es bueno, no creo que sea necesario todo lo anterior, tal vez puedan existir los seminarios, no estoy absolutizando el que no existan, pero frente a estos problemas se vuelve irrelevante si San Rafael, el IVE, San Luis o La Plata porque tengan un poco de doctrina buena, en general carecen de una antropología práctica (y también teórica) adecuada al mundo moderno. La gracia supone la naturaleza (como se desgañita gritando por todas partes el buen amigo Wanderer) y en cuanto hace a la naturaleza la antropología aristotélico-tomista, si bien es correcta y vuelvo a ella con indecible gozo cada vez que me cae un texto en las manos, debo decir que es incompleta y no da respuesta a la infinidad de dificultades del mundo actual, y probablemente no haya dado todas las respuestas en otras épocas tampoco, pero era lo único que había y por eso se juzgaba únicamente según esa perspectiva. Pero estamos llamados a dar respuestas hoy en día en primera persona contrastando y filtrando a la luz de la fe y de una buena filosofía realista (por qué no aristotélico-tomista [según mi gusto personal añadiría otra rayita –kirkegaardiana]) todo el torrente de antropología práctica o psicología que el siglo XX ha aportado a la humanidad: psicología conductual, cognitiva, cognitivo-conductual, humanística, existencial, gestáltica y por qué no (¡qué horror, qué escándalo!) psicoanalítica (se cuentan en miles las corrientes sólo nombro las más influyentes). Cientos de miles de investigadores han dedicado su vida a conocer al hombre durante el siglo XX ¿nada servirá de todo lo que han descubierto?. Ciertamente que sería una locura afirmar eso y también es locura prescindir cómoda y orgullosamente de todos esos contenidos, como también sería locura digerirlos todos sin ningún discernimiento. Veo el apego en este blog de Wanderer y compañía por Newman, Lewis, Bouyer (me quedé pasmado al leer la citación de Wanderer, punto por punto es de una sabiduría arrolladora), etc y me alegró tal inclinación, hemos llegado a las mismas verdades por caminos muy diferentes. Pero lo esencial es que son autores que dicen cosas nuevas para tiempos nuevos en coherencia con una fe siempre vieja y siempre nueva y con una filosofía perenne, y que es fruto de una sabiduría y experiencia expresada en primera persona.
Por lo que respondería irónicamente al teenager: lea todo lo que se ha escrito respondiendo a su pregunta y cuando pueda entender todo (supone varios años de estudio) tome una decisión.
W.
ResponderEliminar¡Qué elegantes los seminaristas!
¿Eso no es Argentina, o sí?
¿De qué seminario se trata?
¡Que diferencia con otro seminario puntano que mejor no nombrar, que les hace creer a los muchachos que andar sucio y dormir como en establos es cosa de machos!
Finoli.
Wanderer, veo que los consejos al "teen" solo contemplan la vocación desde un punto de vista subjetivo. En algunos comentarios Dios aparece como un ser pasivo, ó un mero "ideal", como si Dios en la práctica no existiese.
ResponderEliminarToda la erudición no alcanza para ser sabio. Eso debería haberle quedado claro con la Carta de San Pablo, ó la selección que realizó Nuestro Señor para sus Apóstoles, que tenían varias inmadureces y defectos humanos. Pero el propio Seguir a Nuestro Señor, por Obra y Gracia del Espíritu Santo, los convirtió en Columnas de la Jerusalem Celeste!
Siempre he creído que usted tuvo alguna experiencia dolorosa en su discernimiento vocacional. Creo que casi todos los que ya tenemos "estado" dentro de la Iglesia hemos padecido ese tránsito. Y viví también como los que creén que uno tiene vocación, pero no lo sabe, terminan causando tanto daño como los que "saben" cual vocación no tenemos... mejor que nosotros mismos.
Quizá estemos frente a un joven con un genuino llamado de Dios. Y en tal caso dudo que podamos disuadirlo, pero podemos ser "catejones" que lo llenen de pesados escrúpulos, y pese sobre nosotros el pecado de falta de Fe. La formación que le falta solo puede darsela la guia del Espíritu Santo, que es quien hace al Sacerdote tal, a veces mediante el estudio ó a veces por vias diferentes. Nuestro Señor instruía mediante el dialogo y la Oración, y su "seminario" logró Evangelizar el mundo entero, teniendo apenas tres ó cuatro años de instrucción. ¿Cuántas serpientes como Jungmann, Küng, Bugnini (y otros muchos) no podían vomitar litros de tinta para justificarse?
Querido "teen", solo puedo aconsejarle que si no encuentra la respuesta que busca, no la busque en los blogs. Si aún Dios no le respondió, de aquella forma inconfundible con la que Él y solo Él responde, siga orando y asistiendo al Santo Sacrificio de la Misa con fervor. Desgaste el Santo Rosario, y contemple con amor al Santísimo, esperando que Dios le responda. Cuando llegue la respuesta, verá que todo simplemente "es como debió siempre ser", y aún en medio del caos más absoluto se verá claro el sendero.
Así como el buen San Dimas pudo encontrar su Vocación en medio del día más terrible de cuantos han existido. También vos vás a encontrar la tuya si seguís su ejemplo final. La respuesta la tiene solamente Él.
Ad Maiorem Dei Gloriam +
Crux Australis
O es la FSSP ó la FSSPX... aunque apuesto lo último. Creo que almenos uno de los seminaristas ha Celebrado Misa en Martinez.
ResponderEliminarCrux Australis
PD: Puedo estar confundiendome. Los seminaristas franceses tradi se parecen bastante.
Sí todo esto fue para contestarle a ese que se dice adolecente, realmente fue un desperdicio de tinta, tiempo y de inteligencia; ahora bien si fue para mostrar una posición sobre los seminarios -inventos del Concilio de Trento- estuvo buenísimo y muy interesante la nota y los cmentarios.
ResponderEliminarDel joven con "vocación" no hablar, solo que estudie y trabaje, porque me de la impresión de que con esa edad será un eventual trota conventos, seminarios, semiasnarios, congregaciones, sociedades religiosas y cuanta hierba se le cruce.
Sobre la foto señorita Finoli le diré que son de unos tradicionalistas italianos que aceptan la misa nueva -Motu proprio, o indultados- este grupo se dedica a buscar lo viejo por ser viejo nada más, son tipos muy interesantes para recrearse en un teatro de buen gusto en estos tiempos.
Sería bueno que los modernistas incluidos San Luis, SAN rafael y el ive lean esta entrada de Wanderer, no le vendría mal a los de la Reja y a los del Bolson que según dicen son la restauración de la Compañía de Jesús, entonces los candidatos deben estudiar 10 años de seminario, incluido fabricar dulces y cortar árboles, lo de la sabiduría no lo se ya que son mexicanos y al decir de un amigo, son adoquines con pelos.
Saludos a todos y felices pascuas.
María Ester
Es difícil comprender estas cuestiones. Digo difícil, a nivel general, principalmente en el clero.
ResponderEliminarDifícil, no porque la materia participe de la sublimidad de lo abstracto, o porque el vocabulario, por lo específico de la materia, sea accesible solo a pocos, sino por la forma mentis que TODO el occidente cristiano se ha formado acerca de esta cuestión.
De seguro debe el muchachos de marras conoce buenos curas, en sentido general: piadosos, apostólicos etc. Miren que no me animo a poner "estudiosos", porque no es precisamente esta la virtud más cultivada en los clérigos "ortodoxos". Y muy probable es que hable con alguno de ellos, que busque el consejo que "salva", o la "Palabra de salvación", de la que hablaban los Patres. Y es seguro que el pibe, a la hora de sopesar criterios, se guíe por el cura, y NO por nosotros.
Por otro lado, es menester decirlo, no todos están en condiciones de aceptar este consejo de "aguardar la madurez". Puede haber una especie de petitio al suponer inmadurez en el pibe, que sin lugar a dudas la tiene, psicológica y espiritualmente hablando, y nuestro afán por aceptar como hombre maduro el buen consejo nuestro. Vaya, es difícil.
No esperemos que los seminarios se supriman, ni que el modus eligendi de la Iglesia cambie. Los seminarios seguirán estando, queramos o no.
La cuestión debe resolverse más bien en la práctica: ¿qué hacer, qué aconsejar a un muchacho que está decidido a entrar, que tiene de director a un cura que no comparte para nada estas visiones "extrañas y heterodoxas" de la Iglesia? ¿Dónde mandarlo al chabón?
Y no me refiero a un cura malo. Pienso en alguno desos que mantienen un cierto status de cordura, o de fidelidad al ministerio.
Porque, vamos muchachos, ¿saben que piensan los curas de este tipo de nosotros, de los bloggeros? "Están locos", dicen. Y ahora, diciéndole a un muchacho que mejor desista de su ingreso en religión, que los seminarios no son para nada necesarios (verdad), mucho no mejoramos el panorama. Y aunque fuese mejor que no entrara, cosa en la que coincido totalmente, no sabemos qué diantres pueda pasar por el alma de este fulanito. Imaginen si a último momento se le salta la chaveta, como en MUCHOS casos ha pasado, y dice "ma sí, yo me dentro nomás".
Ante la inminencia de la "elección", que es este el término preciso para encuadrar el tema (Cf. Bouyer L., Diccionario de Teología), y ante la incógnita acerca de quién será este pibe, qué piensa, que familia tiene (cosas que nos son desconocidas a TODOS los que "opinamos"), creo mejor largar un nombre, en el caso de que se decida a entrar en un seminario.
San Rafael, de lleno NO. El último post de W. te dará el por qué. San Luis, NO. Mons. Pedro Martínez azotó al Hobbes, y para tierra puntana fue a parar. Ley de causa-efecto, de analogía, si querés.
Coincido con el Pelado Locke: La Plata creo que EN ESTE MOMENTO, es lo mejor, a nivel de seminario diocesano, que hay. El rector es excelente, pregunte en San Luis por él, y le darán referencias.
Si Ud, querido desconocido, tiene algo de cordura, aguarde un tiempo. Si ve que no puede aguardar, que la Voz interior lo impele, aguarde un poco más. Si ya, aturdido por tanta barahunda de gritos e insinuaciones, y con previa encomendación al santo Dimas, bonus latro, arremeta pa´l lado de los Bs. As.
Es el ¿consejo? de uno que no entiende mucho, pero que de puro gaucho le anima.
In Dmno.
Estimado Violinista:
ResponderEliminarNo puedo negarle que con gran malevolencia pensaba en lo que Vd. puntualiza mientras pegaba la cita. Otro mazazo más . . .
El Pelado Locke
Don Teen:
ResponderEliminarDos cosas nada más le agrego:
* Decida Usted! Pida consejo, etc... pero que la decisión sea suya. Que no sea otro el que lo haga por Ud. Ni para entrar ni para no entrar. Como dijo Teseus, hay una Voz Interior que es la principal.
* Entrar al seminario no es lo mismo que ordenarse. A mi me dijeron, y creo que lo viví así, que el Seminario es también un tiempo de discernimiento. Yo entré, hice la filosofía, y salí en paz. Si te tocan buenos superiores, no manijeadores, podés entrar y si ves que no vá, salir.
Fueron años muy hermosos. Como se dice, es verdad que es un microclima. Yo en el Seminario estaba feliz con el orden de vida que había, el tiempo de estudio, la oración, etc...
Ojo que la vida del cura en la parroquia es otra cosa. En el "apostolado" nos mandaban los fin de semana a las parroquias, y esa era mi piedra de tropiezo. Mis compañeros la pasaban mal en la vida del seminario y bien en la parroquia. Yo la pasaba bien en el seminario y mal en la parroquia.
De ahí deduje que no tenía vocación. A cura secular al menos.
Suerte amigo, y vívalo a fondo, que esos años de altos ideales son un lujo.
Juancho.
Una extremada subjectivista opinion...no es mas que eso, una opinion.
ResponderEliminarSantos seminarios han producido, y produciran, santos sacerdotes.
Es el ambiente "santo" apartado, para penetrar en la verdad (no me pregunteis "y que es la verdad?"). Naturalmente, si como sucede ahora, se tienen que tragar materias tales como "administracion", "sociologia", "Antropologia", y todas esos otros temas que son secundarios al "ser" sacerdote, entonces es nada menos que la hecatombe que sufrimos desde hace 40 anos.
Luego de ordenarse ya se vera si se desean usar esos temas, como especialidades, que ayuden a construir el Reino. Pero repito, "usar" esos temas que nunca seran centrales.
El oficio de la Santa Misa es el punto clave de donde surge todo lo demas.
Dios os bendiga,
Robert
Bueno, en verdad, pareciera que acá se da por sentado que todo el mundo dispone de plata y de tiempo para formarse en filosofía, teología, derecho y, además, otras disciplinas más humanas.
ResponderEliminarLo que parece que a nadie le preocupa es aprender a hablar y a escribir correctamente, respetando la sintaxis, la morfología y la semántica del castellano, duramente golpeado en posts, comentarios, artículos periodísticos, avisos, libros y demás yerbas. Creo que si el lenguaje no es correcto, es imposible transmitir el pensamiento de manera adecuada. Las palabras son el instrumento básico de la comunicación, y por ello, me parece primordial que en todas las modalidades de estudio existentes (terciarios, universitarios, libres, etc.), sea obligatorio estudiar normativa, redacción y oralidad. Y como ello no es así, que cada uno se reserve un tiempo para hacerlo por su cuenta. Y, si no, que no escriba, ni hable, ni enseñe sin someterse a la corrección de un editor competente. No por nada, antiguamente, el trivium estaba constituido por la gramática, la retórica y la dialéctica.
Y por último, me parece más que acertado que Psique y Eros haga hincapié en el aspecto "psicológico" que tanto escandaliza al ambiente "del palo", donde sobre la psique y falta el eros.
Con mis excusas por todos los errores de expresión y de concepto.
Utópica.
Habla el arzobispo mayor de los greco-católicos Lubomyr Husar.
ResponderEliminar- Recientemente han surgido problemas también para sus sacerdotes casados que desempeñan su labor pastoral en Europa occidental. La doctrina del “territorio canónico”, que se les echa en cara a los ortodoxos, se entrevé en las peticiones de algunos episcopados europeos…
- HUSAR: Los obispos españoles y también los italianos nos han escrito pidiendo que no enviemos a sus países sacerdotes casados para el cuidado pastoral de nuestras comunidades. Pero no disponemos de bastantes sacerdotes célibes para enviarlos en servicio pastoral, ahora que los fieles de nuestra Iglesia están diseminados por todo el mundo. Comprendo las razones de nuestros hermanos obispos en Occidente. Tienen miedo de lo que según ellos puede ser un mal ejemplo, visto que en sus Iglesias se debate sobre este tema. Hay que tener en cuenta el apego a las formas culturales, pero no hay que darles un valor absoluto. Se puede explicar con serenidad que no sólo hay hombres casados que son ordenados sacerdotes en la Iglesia ortodoxa, sino también en la Iglesia católica. Mi abuelo era sacerdote, muchos familiares míos estaban casados y eran sacerdotes. Algunos muy buenos, otros algo menos. Igualmente conozco sacerdotes célibes ejemplares, y otros que no lo son para nada. La calidad del sacerdote no depende de que esté o no esté casado. En algunos casos, para alguien que trata de vivir la vocación, tener una familia puede ser una ventaja. Pero no quiero ser descortés con mis hermanos latinos. Solamente me gustaría que nuestros sacerdotes en Occidente fueran tratados con el mismo respeto con que son tratados nuestros hermanos sacerdotes ortodoxos.
http://www.30giorni.it/sp/articolo.asp?id=2221
¿Cómo se hacía la formación de sacerdotes antes de que Trento inventara los Seminarios?.
ResponderEliminarChé, laburé todo el día esperando llegar a casa y chequear la Nonadas y resulta que con los gallegos de Editorial Trotta eran Migajas, no Nonadas, lo que ya sabía; ¡pero sin ninguna Postdata Definitiva ni qué ocho cuartos! ¡A lo sumo con una Moraleja oficiando de posdata, y vaya a saber si es la definitiva! ¿Me falta un broli? ¿Is the same? ¿O qué?
ResponderEliminarMe quedo con Dolina, filósofo que nunca falla: ..."hay que combatir a los socios del Pensamiento Fácil y a los hombres satisfechos de su inteligencia". También porque ha sabido bajar las más altas especulaciones metafísicas a la realidad diaria, lo que equivale, como dijo Gilson, a ser Filósofo y no Profesor de Filosofía. Y si no, vean lo que cuenta que le sucede a Mandeb luego que La Muerte lo persiguiera para llevárselo, disfrazada de El Zorro por Avenida La Plata y encontrándose arrinconado: "En ese momento se apareció una muchacha deslumbrante vestida de ángel. Era Beatriz Velarde, el amor imposible de Mandeb, la novia ausente, la mujer que lo había amado sólo por un rato. Lucía unas alas de color celeste y un antifaz de plata ocultaba sus ojos. Mandeb la reconoció por las tetas".
Saludos,
El Carlista.
Estimados/a:
ResponderEliminarCon el primer post estaba contenta, aparecía mi amiga, la reina Prudencia en él, pero con el de ahora, parece que a mi amiga la han mandado a casa, por precavidos, no sea cosa que opine distinto.
Algunas cosas quisiera agregar:
1) Esperar viene bien, amigo Teen. Pero no por el hecho de esperar, sino por el hecho de madurar la Vocación.
2) Madurar la vocación no tiene que ver con la filosofía, la teología, el derecho o el trabajo, sino no sé que hubiera hecho la pobre Catalina de Siena, ni el Santo Cura de Ars, ni Santa Teresita, ni mi favorito: San José de Cupertino. Sin contar a los apóstoles como dijo Crux Australis (primera vez en tiempo que andamos en la misma vereda).
3) A lo sumo la Filosofía entendida como filo-Sofía puede realmente hacer madurar, pero ciertamente no lo hará la filosofía transmitida, directamente como verdad objetiva (ya que andan con mi amigo Danés). Y eso es difícil de encontrar sobre todo ya que es algo que parte de uno, más que del maestro que uno tiene delante.
4) Los seminarios, no son la causa del narcisismo de algunos curas, sino la misma cultura que les da de comer.
5) Los seminarios son necesarios para empezar, como todo. O van a eliminar la escuela Naval porque la guerra, y el alta mar es distinto que estar en la escuela. La verdad ese argumento no tiene sentido. Y si bien conozco de cerca una consecuencia del seminario de Hobbes me pregunto ¿qué tanto tuvo que ver el seminario y qué tanto el mismo cura?... como me dijo una amiga, siempre somos libres.
6) ¡Gente! Ustedes son demasiado Finolis haciendo asco a si los llama a esto o aquello, o si va tal o cual lugar, no recomendado a nadie que se haga cura. Pero la mies es mucha y ¡ay de nosotros! si el Señor no nos manda trabajadores.
Bien que si andáran en algún pueblo perdido con una sola Parroquia y misa de semana Santa solamente, se les quitarían varias remilgaduras.
7) No se pueden meter con el misterio de la elección... sino van a terminar como Jonás...
En fin esas son algunas cositas no más. Bien que les vendría un poco de misión y campo a ustedes. Demasiado citadinos andan, demasiado malcriados.
Tanto que olvidan la primer prudencia.
En resumen Amigo Adolescente: Es necesario madurar para afrontar la vocación, sea cual fuere el lugar que el Señor nos llama a realizarla.
Mis saludos Pascuales
Mary
Mary, ¿leyó el comentario de Utópica? Quizá si se encontrase con su amiga Prudencia ésta le recomendaría tal comentario. A mí, que soy corto de inteligencia, me vendría de perlas que siguiese los cosejos de Utópica. Es que me cuesta muchísimo trabajo entenderla.
ResponderEliminarAndrés.
Off topic: ¿algún comentario sobre el nuevo obispo auxiliar de La Plata, Nicolás Baisi?
ResponderEliminarEstimado Carlista,como amigo y lector, le aconsejo que medite si lo que está leyendo es coherente con lo que usted creé. No digo que por leer un libro de Marx, mañana se afilie al PO, pero sí que citarlo a Dolina es mucho. Demuestra que usted comparte su pensamiento hasta el punto de recomendarlo.
ResponderEliminarHablamos de un tipo que se regodea en ser vulgar. Los filosofos son humildes y claritos, pero cuando hablan de la mujer son caballeros. Tipos como don Alexander, son cafetineros de Avenida Corrientes, que untan mieles en Freud y pernoctan en prostíbulos. ¿Qué pueden enseñar, que no enseñen con su ejemplo? Es ontologizar lo que hago, pero de alguien que siempre habla de sí mismo, así que no me queda otra opción: rechazar lo que expresa Dolina, al ser tan autobiográfico, es rechazarlo a Dolina como persona.
Por último, ¿Pensó que Misa eligiría Dolina y que tipo de religioso lo leería? Lo que a uno habitúa leer, termina siendo lo que piensa. Se lo digo por experiencia.
AMDG +
Crux Australis
Las Nonadas Filosóficas y las Migajas Filosóficas son el mismo libro.
ResponderEliminarTrotta es una excelente editorial, desgraciadamente muy cara para los argentinos por la relación euro-peso.
No sabía que también cambiaban los títulos internos del libro. Seguramente sea solo eso, un cambio en los títulos.
Dónde dice esas cosas Dolina?
Sí, Carlista, le falta un libro, que es diez veces más grande que las Migajas. Todavía no está traducido al castellano, pero ya lo sacará Trotta.
ResponderEliminarDespues de leer esto, pregunto ¿Hara falta la Iglesia?
ResponderEliminarPero Crux, no exagere, hombre!
ResponderEliminarMe gusta su humor, nada más. No es filósofo, ni lo pretende, hasta donde sé.
Sin embargo en uno de sus libros dice cosas (mezcladas con otras…) que únicamente he leído en autores católicos de los más distinguidos y, en todas sus obras, a pesar que sea apóstata confeso, se muestra del lado de los que creen todavía en lo misterioso criticando abiertamente a los que no.
Por el contrario a como usted lo ve, creo que no debemos leer únicamente a los autores del palo por temor a “convertirse en lo que uno lee”, que diría Borges. De hecho, aunque en general no me parece buena la poesía de Borges, tiene versos felicísimos (recuerde “el alma de los pinares”) el finado judaizante. Terminé hace poco sus obras completas y si bien me es difícil coincidir con él disfruto enormemente de su prosa castiza al extremo.
Piense que Maurras disfrutaba muchísimo de Renán, rey de los apóstatas, y esto no sucedía porque auque apóstata permaneció contrarrevolcionario en lo político, sino porque escribía en francés maravillosamente.
Y, siendo tal vez tema para un post aparte, habría que hablar alguna vez del binomio tradición-humor o catolicismo-humor, o religión-humor, y como a veces van de la mano y otras no y sus porqués. ¿Ideológicos?, ¿Cuestión de santidad?, etc.
Sobre su pregunta: si apostatas inteligentes como Renán, Borges o Dolina tuviesen que elegir una misa (supuesto que me tienen sin cuidado), debo suponer que esto sucedería porque habrían recobrado la fe, permaneciendo inteligentes y serios en sus convicciones (ya que fueron apostatas en serio), entiendo que elegirían la antigua. Obvio.
Anónimo:
Los libros de Dolina de este estilo son: Crónica del Ángel Gris, El libro del ángel y El bar del infierno.
En ese orden van del mejor al peor. El primero es el único excelente (“páginas felices” las llamó un autor que tuve el placer de conocer no hace mucho y que lo citó con motivo de un libro sobre Lewis) y el último es más bien malo, aunque por momentos no.
Saludos,
El Carlista.
Para el Carlista:
ResponderEliminarLas nonadas o migajas filosóficas (nonadas es la traducción de Castellani y ya por afecto irracional a Castellani me gusta más) fue un primer libro sobre lo que en general y apresuradamente podríamos llamar epistemología del aprendizaje. Un libro cortito, de 120 páginas aproximadamente en la traducción castellana, que recibió furiosas críticas en su edición inicial. A esas críticas Kirkegaard respondió irónicamente con su Posdata (otros traducen Apostillas o Postcriptum, me quedo con Castellani por irracionales razones) definitiva acientífica a las Nonadas Filosóficas de 600 páginas. Es un libro que responde muchas cosas a distintos niveles, es necesario conocer con cierta profundidad a Hegel para poder sacarle el jugo, porque es una respuesta a su “todo lo racional es real y todo lo real es racional” con el kirkegaardiano “la pasión de la infinitud es precisamente la subjetividad y así, la subjetividad es la verdad”. También es una epistemología del aprendizaje que responde a la pregunta ¿se puede aprender algo? (después de escrita la pregunta me suena heideggeriana, pero bue.. no fue mi intención). Finalmente responde también a la pregunta de si ¿es posible enseñar algo a alguien? y de cómo sea posible tal cosa desde el punto de vista de un maestro humano y la diferencia de cómo enseña algo un maestro divino (Cristo), que puede ser leída a modo de respuesta al fariseísmo innato de todo hombre que se anquilosa en lo ya aprendido y juzga todo el resto de locura. Toda la obra está escrita desde el punto de vista de Johanes Climacus, alguien sin fe que denodadamente intenta alcanzarla (Los pseudónimos kirkegaardianos son esenciales para entender su obra y un modo de fijar un punto de vista escapando brillantemente de la pretensión Hegeliana del “observador absoluto”. Pretensión que no es solo hegeliana, toda la filosofía hasta Kirkegaard se sitúa en este presupuesto, sólo él logra un giro copernicano en este sentido).
La mejor traducción por años luz de distancia es la de Fabro en italiano, vale la pena el esfuerzo si alguien tiene gana de leerla.
Espero haber sido útil.
Psique y Eros
Estimado Juancho:
ResponderEliminar¿Sabe que, para mí por lo menos, pasarla mal en el seminario y bien en la Parroquia, es casi señal de que uno no debe ser ordenado? Con esto no quiero decirle obviamente que lo contrario implique lo contrario. No sé si me entiende . . .
El Pelado Locke
Ay, Crux Australis! No se nos enrole en la policía religiosa. Mejor métase en la de Macri.
ResponderEliminarYo creo que Dolina eligiría el rito tradicional en latín, fíjese Ud. Es, a pesar de todo, un tipo de buen gusto. Que anda en la mala. Como muchos de nosotros. Pero qué falta nos haría alguien de su talento!
El anónimo normando
Debo hacer un mea culpa para que este debate no sea un diálogo de sordos. Debí haber fijado mis límites epistemológicos y mi punto de vista frente a la reflexión mía que publicó Wanderer.
ResponderEliminarEn primer lugar no me posiciono en el lugar de un “observador absoluto”, nada más lejos de mi opinión, mi pseudónimo “Psique y Eros” fija mi punto de vista (burda imitación kirkegaardiana) que es el mismo de “Mientras no tengamos rostro” de Lewis. Soy alguien que se da cuenta que tiene muchos rostros y ninguno (“Uno, nessuno, centomilla” diría Pirandello [lo hiper recomiendo si alguien quiere divertirse un rato]) y que después de un fragoroso recorrido existencial sólo se anima a escribir en negativo respecto de la fe, señalando la naturaleza que no debe faltarle a la gracia para que sea verdaderamente gracia y no remedo ridículo, farisaico y demoníaco. Respecto de hablar en positivo de la fe por decisión absolutamente personal me niego. Lo poco que decido con temor y temblor en ese plano positivo lo guardo para mi exclusivamente, no quiero ser para los otros más que un Johanes Climacus y maestro humano de pedagogía exclusivamente negativa de decir “por ahí no”, jamás un “tenés que hacer esto, esto y estotro” a eso le escapo como al mandinga, y más que al mandinga. Y si alguna vez el mandinga cabrón me tuerce el brazo y tengo que dar un conato de consejo positivo lo haría desde mi subjetividad diciendo lo que yo haría en ese caso a modo de mera ilustración, jamás como modelo o consejo positivo per se considerado.
Desde ese punto de vista es obvio que:
1. Jamás aconsejaría positivamente a ese adolescente en concreto y con esto no critico a quien se anima a hacerlo.
2. Supuse ingenuamente que la discusión se había corrido hacia otro lugar. Es obvio que el teenager hará finalmente lo que le aconseje su director espiritual. Pensé que sería interesante discutir la estructura en sí de los seminarios.
3. Quise poner de manifiesto lo que le falta de naturaleza a los seminarios para que no se conviertan en estructura demoníaca, farisaica y, como me dijo un Obispo, una máquina de moler carne.
4. Lo que les falta de naturaleza a los seminarios tiene que ver con cosas muy profundas de psicología o antropología práctica que otros autores lo expresan de un modo sapiencial, como Lewis por ejemplo (respecto de la psicología no de los seminarios aunque algo puede verse también de la crítica a la deformación institucional en “Sorprendido por la alegría” y en “Esa horrible fortaleza”, denle una mirada a este libro y sabrán como funciona por adentro el IVE o cualquier fundación neoconservadora, Legionarios, Opus, etc. ), o Bouyer respecto de la formación sacerdotal. Pero que se confirma esta sabiduría con cientos de estudios científicos. Por ejemplo la reflexión de Bouyer podría ser avalada punto por punto con kilómetros de investigación psicológica.
5. También quise tirar una tesis que vengo masticando hace años y de la cual estoy convencido: “la antropología católica, sobre todo la de los sectores conservadores, es incompleta hoy en día” y han expulsado de sí estos sectores conservadores con desconfianza la psicología dejando que la engulla indiscriminadamente todo el progresismo y ponga en ellas sus banderas.
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ResponderEliminarAndres:
ResponderEliminar¡Llegó tarde con su comentario!
Para mí el comentario de utópica, es genial, pero una Utopía para mí.
E se non capisce mi spiace.
Saluti
Mary
Al menos en este medio escrito se puede ver en general una falta de humor que más de una vez debe haber alejado a más de uno de un posible acercamiento al tradicionalismo.
ResponderEliminarO no se ve humor o solamente se ve humor santulón. Los de afuera, si por este medio se guían, ven a ogros en los tradicionalistas en la mayoría de los casos. Ven a personas enfrascadas en ciertas reinvindicaciones pero sin vida ni alegría.
Lo peor es que personalmente los tradicionalistas no son así y en su mayoría. Más bien son bastante malhablados y desacartonados.
Traten también de conservarse frescos en este medio, ya que es el que muchas personas tienen como primer acceso al tradicionalismo.
Conozco a muchos que terminaron en la misa de S. Pío V por visitar un blog u otro. También conozco a otros que por la impresión de viejos cascarrabias que se llevaron de los tradicionalistas no pisarán jamás esa misa aunque no disfruten del jolgorio en que se conviertió el N.O.
No se muestren puritanos por internet, que espantan.
Estimado Carlista, justamente, le digo que Dolina no aporta nada nuevo. Abunda en lugares comunes, solo que haciendose el psico-compadrito, lo que lo hace aún más irritante. No niego su inteligencia ni la calidad de su prosa, pero es casi como deleitarse con el decamerón ó juvenal. ¿Agotamos la cultura a la que decimos pertenecer, como para prestarle nuestros ojos a la que repudiamos? Le aseguro que pocos ó ningún discípulo de Dolina se molesta en leernos, y no tiene nada de culpa. Eso de la "apertura a gauche" es una frivolidad heredada de tiempos afrancesados: ceder siempre nosotros, avanzar siempre ellos.
ResponderEliminarEn cuanto al amigo Maurrás, es como juzgar los primeros años de San Agustín de Hipona, quien sin duda aprendió algunas artes valiosas de los frívolos gnósticos. Pero él mismo más tarde consideró aquel tiempo un triste derrotero, que solo le aportó algo de estilo y erudición, que más tarde utilizó en apologética. Pero finalmente FUE PERDER TIEMPO. ¿Olvida el Libro de la Sabiduría? "...no es sabiduría el conocimiento del mal..." A lo sumo algo puede rescatarse que haya sido "robado" al saber Divino. Pero más allá de las formas, es "fumar vida" el darle tiempo a autores que no lo merecen.
En cuanto a "catolicismo y humor", le aconsejo el P. Aderico Dolzani. Hace unos años me invitaron a escuchar una charla suya, en que estaba con su complice del "pasquín del domingo", ambos pretendían mostrarnos el "humor evangélico". El mismo que recordó a los 30.000 mártires el 24 de marzo. Lo siento, pero no llego a sentir culpa por no conocer en mayor profundidad ese tipo de autores.
J. L. Borges es diferente a Dolina, sobre todo porque preserva muy a su pesar un trasfondo Católico, que se ve en lo respetuoso de su lenguaje y la grandesa de sus intenciones. Dolina no podría escribir un poema como la "milonga de Don Jacinto Chiclana", porque no le dá el corazón, hundido en sus largas sesiones de psicoanálisis freudiano, es incapaz de pensar en una altura mayor que un semipiso de caballito. Borges llega con naturalidad desde la cultura universal a las calles porteñas, en cambio Dolina busca el pintoresquismo, copiando el estilo de los cuentos callejeros neoyorquinos. Se siente la misma artificialidad al leerlo, que cuando Suar nos muestra a todos bailando murga a la tarde.
Al margen de esto, le reitero que sigo con gusto sus post previos, y más sabiendo la noble elección que realizó por sus hijos. Ese es el motivo de que le dedique tanta lata, perdone si lo saturé.
AMDG +
Crux Australis
Estimado Wanderer:
ResponderEliminarCreo que por lo que debemos preocuparnos es por una solida formación CATOLICA previa al ingreso a un seminario. Luego sí, es necesario el seminario para la formación filosófica y teológica.
JMS
Pelado:
ResponderEliminarCreo que lo entiendo.
Si lo interpreto bien, lo que Ud dice es que a los muchachos que les gusta mucho la "pastoral", "estar con los jóvenes", .... y poco el estudio, el silencio, la disciplina, la vida según una regla, etc... no van bien para curas.
Ahora, con el timepo, creo que Ud tiene razón.
Porque con los años ví que ser sacerdote, no es necesariamente lo mismo que ser párroco o vicario. Al menos con el "modelo" que hay en mi diócesis.
La idea mía (ahora veo que errada) era que para ser sacerdote secular uno debía ser un líder de masas, que motivara y encendiera a la gente con sus palabras, que organizara grupos, etc... Y que si uno estaba tranquilo en en la casa parroquial rezando y estudiando, y salía solo para dar los sacramentos era un mal cura.
"hay que estar mucho con la gente": eso es con lo que yo no iba.
Otra cosa inconcebible para mis superiores (que ahora me parece perfectamente normal) es no ir al Seminario de tu diócesis sino al que tenga buena doctrina o formación.
Capaz que si no hubiera entrado a los 17 años sino de más grande, la cosa hubiera sido distinta.
Juancho.
[viene de arriba]
ResponderEliminarRespecto al punto 5), depende lo que entendamos por seminario. Si por ello queremos decir escuela, está claro que, de alguna manera, es necesario. Pero si por seminario entendemos el sistema post-tridentino de seminarios conciliares, ya no. En 2000 años de cristianismo, los seminarios conciliares han existido sólo 400 y, aún así, no han sido siempre la única opción. El sistema discípulo-maestro, por tomar un ejemplo que no es privativo de la tradición cristiana, parece haber tenido mucho mejores resultados. El sistema antiguo del noviciado, similar al de un aprendiz de un taller medieval, también tuvo una historia más feliz. Pero, claro, para esto habría que restaurar el status del clero no presbiteral, lo cual traería aparejado otros inconvenientes.
En cuanto al argumento de que no es lo mismo la escuela naval que la guerra, estamos de acuerdo. Pero, mientras que, en el caso de la guerra existe una “ciencia de la guerra” que puede estudiarse, meditarse y contemplarse, más allá de la práctica concreta; en el caso del sacerdocio, ¿existe una “ciencia del sacerdocio” que pueda “estudiarse” en forma aséptica y “ex ante”?
Coincido con 6), pero claro que, el nuestro, es un debate teorético. En el “aquí y ahora” es otra cosa y, por eso, se recomendaba el seminario “San José” de La Plata.
En cuanto a que nos falten curas, sabe que no sé. ¿Podría alguien decirme por qué casi todas las iglesias de Buenos Aires (y supongo que es igual en el 90% del país) no tienen Misa entre el mediodía y la tardecita (tampoco nadie escucha confesiones)? ¿Qué suelen hacer los sacerdotes en ese horario? (¿Alguien puede decirme cuántos seglares están en condiciones de dormir “sagradas” siestas de 6 horas diarias?) Me parece que no faltan curas, faltan ganas.
Coincido nuevamente con 7), pero le llamo la atención sobre convocar a Sor Prudencia. No creo que nadie aquí pretenda meterse en el fuero íntimo de nadie, sino simplemente aconsejar a un muchacho. Me ha tocado tratar con jóvenes universitarios durante 10 años (deben haber sido unos 90, le calculo, y de todo tipo de universidad y carrera). No conocí a uno que no se hubiese hecho planteos sobre su elección profesional en algún momento entre los 22 y los 28 años, antes o después de recibidos. Mientras que el caso de un contador público que termine de maestro de primaria no es tan grave (¡excepto para los pobres niños!), el de un presbítero ordenado que decida que lo suyo no es el sacerdocio tiene una dimensión esencialmente distinta.
Finalmente, suscribo su resumen.
Suyo,
Estimados,
ResponderEliminarEs éste un muy interesante tema.
Debo decir que en un primer momento, quizá motivado por mi anti-clericalismo (y subrayo “ismo”) visceral, estaba dispuesto a suscribir “in totum” la entrada anterior de Wanderer y el muy interesante comentario de Psique y Eros que devino en ésta.
Sin embargo, tras leer el comentario de Mary, ya no estaba tan seguro. Pero, habiéndolo leído y releído unas cuatro o cinco veces, sin embargo, me parece que ésta también es pasible de algún toque.
Creo que es una gran virtud de Mary el pensar bien de las intenciones de los demás. Es algo que pone un poco de dulzura en nuestro amargo escepticismo generalizado.
Sin embargo, a veces, creo que no nos está llamando a escuchar a “la reina Prudencia” sino a “Sor Prudencia”. Y me explico. Convengamos que este medio de comunicación (bitácoras, foros, etc.) no da para que cada intervención deba convertirse en una pequeña “Summa” plagada de excepciones, distinciones, disquisiciones, matices y objeciones. Está muy bien llamar a la prudencia en nuestras opiniones, pero tampoco, por escrúpulos, terminemos en la inacción. Quiero decir, no confundamos a una “reina” (que también, a veces, nos llama al coraje desmedido, como recuerda Pieper), con una “madre superiora” que nos quiere sentaditos en nuestros bancos, sin movernos ni chistar.
Yendo a sus puntos, me permito, con su permiso, abundar un poco.
En cuanto a 1), coincido rotundamente. Universidad+trabajo por sí solos no solucionan nada si, cuando se acometen estas labores, se lo hace sin “quemar las naves”. No es lo mismo, estudiar y/o trabajar con un salvoconducto, “total, no voy a dedicarme a esto y sólo hago tiempo antes de meterme a cura”, que sabiendo que de lo que uno aprenda y/o se esfuerce depende la subsistencia no sólo nuestra, sino también de nuestra familia. Muy de cerca he conocido el caso de un muchacho que, habiendo trabajado y estudiado, mientras se dirigía espiritualmente y era evaluado hasta por psicólogos, luego no duró ni 6 meses en el postulantado.
También coincido con 2) y con 3). Es más, yo le aconsejaría que no estudie filosofía y teología en la universidad, sino que se forme en las humanidades clásicas. Esta “sapientia” básica es condición necesaria para no quedar atrapado en la manualística (o, ¡peor!, “apuntística”) de los estudios universitarios de filosofía y teología. Ahora bien, esto plantea un problema: en la Argentina no hay dónde estudiar (bien) humanidades clásicas; y la formación autodidáctica —como recordaba Castellani una y otra vez— presenta también sus importantes problemas.
El punto 4) daría para largo, pero creo que aquí sí está equivocada. El seminarista es obligado constantemente a mirarse el ombligo, ya sea mediante métodos “conservas” como llenar casilleros (“not only”), ya por el psicologismo omnipresente en los seminarios “progres”. Ídem, postulantados, noviciados y demás. Sugiero una lectura de “Goodbye, good men” de Michael Rose, donde se evidencia a qué extremos se puede llevar en esta mecánica seminarística.
[continúa]
Pelado Locke, no sé Juancho, pero yo no le entiendo.
ResponderEliminarWanderer, disculpe que publique tanto, pero el tema da para preguntas... ¿No le parecería una solución aceptable el retorno al sistema de las órdenes predicadoras? Así solucionamos la soledad Sacerdotal, evitamos la "convivencia" malsana con parroquianos, y garantizamos una adecuada contención del Presbítero.
ResponderEliminarLa otra posibilidad que pasa por mi mente es la estructura de una Iglesia Bizantina. Es decir: tener un "presbítero menor" casado, que vive en la Parroquia con su familia y una suerte de "presbítero mayor" (con chances de ser Obispo) que es Célibe. Este último debería hacer vida monacal, como creo que aún se exige en las Iglesias Ortodoxas.
Otros problemas habría, sin duda, pero quizá menos graves.
AMDG +
Crux Australis
muchas gracias a todos los q se molestaron en escribir y opinar , pero yo solo pedii comentarios sobre que opinaban del seminario de san rafael , me respondieron creo en el cuarto comentario sobre el seminario de hobbes , pero seria lo mas estupido de mi parte preguntar en un blog si tengo vocacion o no , o si debo entrar o no, yo solo pregunte q le parecia al señor del blog el seminario de san rafael , lo que yo haga con mi vida y vocacion , primero es entre Dios y yo ,se trata frente al sagrario de rodillas no en un blog , y segundo si necesito ayuda para discernir mi vocacion , lo consultare con mi director espiritual y a lo sumo con dos o tres personas mas .
ResponderEliminarpero mi consulta ya fue respondida , era que le parecia el seminario de san rafael , lei la nota del seminario de seminario de hobbes y listo
Yo en ningun momento pedi que comentaran si tengo vocacion o no , si es la edad o no , o que estudiar o no.
solo que les parecia el seminario de san rafael , si me exprese mal y hice perder el tiempo a alguien les pido mis sinceras disculpas, pero me parece ridiculo de todas formas que alguien piense que puede poner su vocacion en man0os de un blog de gente q no conoce ! saludos y gracias ,
PACX TECUM
EL "teen"
Estimado Juancho, veo que nos entendemos.
ResponderEliminarSimplemente agrego lo siguiente. Si la Iglesia latina por tradición inmemorial exige a todos sus sacerdotes el celibato, a diferencia de las Iglesias orientales que permiten el matrimonio del clero secular y mantienen el celibato para los monjes, esto sólo puede significar una cosa: que el clero latino, incluso el secular, debe tener algo de monástico. O sea que en el seminario deben adquirirse hábitos tales que permitan llevar una vida "monástica" en el mundo. Y no "formar" gente de mundo que simplemente no se case. Esto significa oración, estudio, huida del activismo estéril, en una palabra, contemplación. Si no, créame, el celibato como una simple cuestión ascética, por lo menos en el estado actual del mundo, no se sostiene. Y con el celibato cae el sacerdocio a él unido. El que quiera ver, que vea.
S.S.S.
El Pelado Locke
Estimado Coronel:
ResponderEliminarMe ha leído más allá de las palabras puesto que, no era mi intención llamar a la inactividad, sino que al contrario. Quería expresar lo que usted decía.
En cuanto al 5 es lo que usted dice lo que yo por cultura llamo. Es una cultura narcisista, que no está para mí sólo metida en el seminario. Sobre esto necesitaría explayarme más y mejor. Pero ahora no da el tiempo.
En cuanto al 6... ésta semana santa fui testigo de esa falta no muy lejos de capital... "Dios está en todos lados pero atiende en Buenos Aires"... tenemos una falsa apariencia de abundancia por estos pagos.
Sobre el 7, puede ser la hora pero no entiendo su aclaración. Puede explayarse un poquito más.
Por lo demás agradezco su intervención y respuesta, porque leyó el espíritu de lo que quería decir.
Mis saludos
Mary (Parece que la pequeñez sigue siendo mi virtud) :-)
(continuación del anterior comentario)
ResponderEliminar6. Ciertamente que “madurar la vocación no tiene que ver con la filosofía, la teología, el derecho o el trabajo” pero tampoco tiene que ver con ignorar alegremente todos los elementos que forman una persona sana e integral y que además tiene que ser sacerdote. Con la esencia de lo que es “madurar la vocación” no me meto, es una discusión infinita entre supuestas razones de fe citando que hubiera hecho, hizo o dejaría de hacer San Tal o San Cual, además de ser una discusión muy compleja entre posiciones más “de la libertad personal” o de la “interidad” (perdonen el neologismo), como la que sustenta Wanderer hablando de elección de estado (posición que miro con simpatía), y posiciones más experiencialistas, actualistas o de la “alteridad” tipo discernimiento ignaciano. Renuncio a gastar neuronas en eso, me parece una discusión infinita, pero si a alguien se le ocurre una solución y la escribe bienvenida sea, no soy escéptico, para mi pobre inteligencia es una discusión infinita, si alguien descubre la solución me encantaría aprenderla ya resuelta.
7. Una vez escuché decir a una monja que la vida consagrada es campo propicio para muchas patologías. Después de estudiar en profundidad la estructura evolutiva de la psiquis humana llegué a la misma conclusión, en especial lo que se refiere al narcisismo. Defender esta tesis me llevaría a escribir un libro, que algún día lo escribiré si me paga la investigación alguien que esté interesado, por ahora tengo que ganarme la vida con otros quehaceres. Pero les cuento mi experiencia en un asilo de ancianos para religiosos en el que pasé unas vacaciones. Allí tuve contacto con un especialista que se ocupaba de las monjas viejitas que estaban allí y me dijo que estadísticamente la demencia senil era más alta entre los religiosos que entre el resto de las personas. La verdad que percibiendo la pesada tristeza que se vivía en el lugar no me cabe mucha duda al respecto. Y no me vengan con que es culpa del progresismo, eran todas viejitas de hábito y preconciliares como las que más. Decir que es “campo propicio” no significa que necesariamente conduzca o que sea imposible la vida consagrada, ni la reducción simplística de “los seminarios son la causa del narcisismo”, ya hablar de causalidad lineal en estos planos es de una simpleza epistemológica inaceptable por lo que dejo por ahí el tema.
8. Debo hacer otro mea culpa, preguntarse ¿Si los seminarios son necesarios? no es afirmar que no deberían existir sino preguntarse si es el único camino válido. Si “los seminarios son necesarios como todo”, como lo es una academia militar, la Iglesia se distrajo más de mil años sin cubrir esa necesidad. Y ¿cómo hacía antes?. Obviamente nadie pretende eliminar los seminarios, pero sí ciertamente criticarlos a fondo como están hoy en día y sobre todo la ausencia de una consciencia de los males institucionales que un seminario causa en la formación de una persona integral, o como dice Bouyer, que sean hombres primero. Tal vez lo necesario es una respuesta superadora. Del mismo modo que en un tiempo no había seminarios y fue conveniente crearlos, con la consciencia que tenemos del mal que pueden causar, tal vez se podría generar una estructura que elimine o minimalice los riesgos y males institucionales. O al menos dar el debate, el único modo que tomen conciencia de lo que está sucediendo es gritar lo que está sucediendo.
Creo que estos puntos encuadran mejor mi posición y subsanan mi error de no introducir epistemológicamente el tema.
Psique y Eros
Estimada Mary,
ResponderEliminarNo he querido presumir temerariamente de sus intenciones, simplemente era un llamado a evitar tanto escrúpulo y mirar las intervenciones y comentarios como lo que son, pensamientos más o menos desordenados, más o menos pulidos, como los que saldrían en una sobremesa. Me alegra que coincidamos.
Me gustaría que pudiese explayarse más sobre el punto 5. Coincido en que nuestra cultura es narcisista, pero creo que el ambiente del seminario lo exacerba.
Respecto al 6, no me expliqué bien. Me refiero a que muchos sacerdotes que efectivamente sobran en Buenos Aires y otras ciudades, podrían muy bien atender parroquias rurales hoy muy abandonadas. Me pareció que su primer argumento, llevado al extremo, podría interpretarse como que, faltando curas, no nos quejemos de lo que hay.
En cuanto al ítem 7, lo que quiero decir es lo siguiente. Sin ser psicólogo, pero, teniendo alguna experiencia bastante variada (aunque con todas las limitaciones del caso), creo posible afirmar que todo joven tiene alguna clase de crisis vocacional antes de los 30 años, especialmente si es persona de bien que no pasó su segunda década de fiesta en fiesta (“de joda en joda”, en francés). Si se trata de una persona medianamente responsable, a esa edad sufre los primeros choques duros con la realidad: la carrera no es lo que pensaba, el promedio alto ya no le importa a nadie, importa más “vender” o tener buenos contactos que el esfuerzo o la inteligencia, los padres se nos ponen viejos, el sueldo no alcanza para cumplir algunas de las metas que se tenían, los planes se nos desmoronan, se hace muy difícil independizarse, el chico/chica “ideal” no aparece por ningún lado, etc., etc. En los sacerdotes pasa algo muy similar, sólo que se retrasa en el tiempo pues durante el seminario se vive como en un “freezer” (aún en diócesis “activistas”, como la de Buenos Aires, los seminaristas, ya enviados a parroquias desde el 2º año, no se relacionan con gente de su edad sino con niños, adolescentes --especialmente-- o adultos mayores).
No tengo estadísticas, pero haciendo un recuento de los casos que conozco, me parece que la mayoría de las “colgadas” de curas y monjas se producen entre los 30 y 45 años. El tema es que si un laico de pronto se raya y decide tirar por la borda años de estudio y trabajo para irse a vivir al Himalaya (por poner un ejemplo extremo), aunque su madre y hermanos puedan verlo como un drama (en general el padre se lo toma más en solfa), no es para nada comparable (hay una diferencia específica) a un cura que también se raya y cuelga (obviamente que, como siempre, hay excepciones).
Como factor atemperante, en cuanto al cura que cuelga, me pregunto si, en muchos casos, más que pedir la reducción al estado laical, verdaderamente no se debería pedir la anulación de la ordenación por vicios en el consentimiento, por haber tomado una decisión no enteramente libre, sino condicionada y hasta casi psicológicamente obligada.
“Parece que la pequeñez sigue siendo mi virtud.”
Pues no la pierda…