La promulgación del motu proprio Traditionis custodes ha provocado en todo el ámbito tradicional una serie de reacciones que llenan, y continúan llenando, espacios físicos y virtuales. Prueba de ellos es el voluminoso libro editado por Peter Kwasniewski del que ya hablamos en este blog en el que se compendian sólo algunas de las primeras reflexiones sobre la cuestión.
El documento pontificio fue seguido por las respuestas a algunas dubia y se espera que en las próximas semanas aparezcan al menos otros dos documentos restringiendo aún más la liturgia tradicional y orientados, sobre todo, a los institutos Ecclesia Dei, como el de Cristo Rey, San Pedro o Buen Pastor. En estos casos la situación es más que compleja ya que la Congregación de Culto fue taxativa al afirmar la prohibición absoluta de usar el pontifical romano anterior a la reforma, con lo cual estos institutos deberían ordenar a sus sacerdotes según el rito de Pablo VI, lo cual implica que los principios mismos de su existencia quedaría devastados.
El ultramontanismo propio del espacio conservador tiene ya una solución a este problema: obedecer. El Papa es el representantes de Cristo en la tierra; está asistido por el Espíritu Santo; el que obedece no se equivoca, y toda la cantinela que ya conocemos es remixada como argumentación definitiva a fin de ni siquiera cuestionar la norma. Un vistoso ejemplo de esta postura la tenemos los hispano-hablantes en un mediático y lastimoso sacerdote español quien desde su tribuna en un portal de noticias, comenzó denunciando a los “filo-lefebvrianos”, luego él mismo adoptó una postura muy cercana a la misa tradicional y, finalmente, luego de Traditionis custodes, volvió a abogar por la liturgia reformada. Se trata de un hombre de un solo principio: obedecer al Papa diga lo que diga. Una actitud compartida por muchos —Opus Dei incluido—, y que tiene más de secta y de acomodo que de católico.
Quienes queremos ser católicos tradicionales en el sentido más propio y pleno del término, nos viene una y otra vez a la cabeza la posibilidad de desobedecer una ley que consideramos injusta. ¿Podría un obispo ordenar sacerdotes con el pontifical tradicional desobedeciendo de ese modo objetivamente una ley emanada por una autoridad competente? Yo no soy jurista ni canonista, pero conozco algo de historia, y todos sabemos que historia magistra vitae, como decía Cicerón. Veamos qué ocurrió con el tema de la obediencia al papado romano en un caso paradigmático y muy caro a los actuales vientos pontificios: la supresión de los jesuitas.
El 21 de julio de 1773, el Papa Clemente XIV abolió la Compañía de Jesús a través del breve pontificio Dominus ac Redemptor. Allí decía entre otras cosas:
25. […] con maduro acuerdo, de cierta ciencia, y con la plenitud de la potestad Apostólica, suprimimos, y extinguimos la sobredicha Compañía, abolimos y anulamos todos y cada uno de sus oficios, ministerios y empleos, Casas, Escuelas, Colegios, Hospicios, Granjas, y cualesquiera posesiones sitas en cualquiera Provincia, Reino, ó Dominio, y que de cualquiera modo pertenezcan á ella; y sus estatutos, usos, costumbres, decretos, y constituciones […].
34. Prohibimos que después que hayan sido hechas saber, y publicadas estas nuestras Letras, nadie se atreva á suspender su ejecución, ni aun socolor, ó con título y pretexto de cualquiera instancia, apelación, recurso, consulta ó declaración de dudas, que acaso pudiesen originarse, ni bajo de ningún otro pretexto previsto, ó no previsto. Pues queremos que la extinción y abolición de toda la sobredicha Compañía, y de todos sus Oficios, tenga efecto desde ahora é inmediatamente, en la forma y modo que hemos expresado arriba, sopena de excomunión mayor ipso facto incurrenda […]
35. Además de esto mandamos, é imponemos precepto en virtud de santa obediencia, á todas y á cada una de las personas eclesiásticas, así regulares, como seculares, de cualquiera grado, dignidad, condición y calidad que sean, y señaladamente á los que hasta aquí fueron de la Compañía, y han sido tenidos por individuos suyos, de que no se atrevan á hablar, ni escribir en favor, ni en contra de esta extinción, ni de sus causas y motivos, como ni tampoco del instituto, de la regla, de las constituciones y forma de gobierno de la Compañía, ni de ninguna otra cosa perteneciente á este asunto, sin expresa licencia del Pontífice Romano. […]
Como puede verse, las disposiciones pontificias fueron durísimas y clarísimas. Nadie podía hacerse el distraído. La Compañía de Jesús había dejado de existir para siempre, y quien quisiera o pensase otra cosa, no solamente faltaba gravemente contra la virtud de la obediencia, sino que quedaba excomulgado.
Sin embargo, conocemos la historia. Cuarenta y un año después, en 1814, el Papa Pío VII, de clara inspiración liberal, restauró la Compañía, que enseguida volvió a florecer. Nos preguntamos entonces, cómo fue esto posible, si no habían ya jesuitas capaces de refundarla. Tengamos en cuenta que los miembros de esta congregación hacen su profesión religiosa más bien tarde, en torno a los 30 años. Entonces, un jesuita recién profeso de esa edad cuando se dictó la supresión, en el momento de la restauración habría tenido 70 años, si es que quedaba alguno vivo teniendo en cuenta el promedio de vida de la época. La restauración, consecuentemente, no pudo hacerse con jesuitas originales. ¿Es que, entonces, habrán desobedecido las contundentes órdenes pontificias y seguido formando miembros de la Compañía suprimida? Efectivamente, eso sucedió. Y utilizaron dos vertientes.
En primer lugar, la protección de príncipes que no eran católicos: el rey Federico de Prusia y la zarina Catalina de Rusia. En ambas naciones, el breve pontificio no fue acatado y allí los buenos padres de la Compañía siguieron trabajando como si nada hubiese pasado, obedeciendo a los deseos de los príncipes temporales y desoyendo los claros mandatos pontificios. De hecho, para la restauración de la provincia francesa, se “utilizaron” 34 jesuitas que estaban en la casa de formación de Polotsk (actual Bielorusia): 18 eran franceses y 9 eran polacos.
La segunda vertiente, fueron los criptojesuitas que, desobedeciendo los mandatos pontificios, fundaron congregaciones fantasmas, en las que la Compañía siguió viva y plenamente activa. Por ejemplo, la Sociedad de Padres del Sagrado Corazón de Jesús, la Sociedad del Corazón de Jesús, los Padres de la Fe y los Padres Pobres, entre otras, fundados por ex-jesuitas y allegados, tales como Pierre Picot de Clorivière, Charles de Broglie, Joseph Varin d’Ainville y el italiano Niccola Paccanari (Cf. Jean Lacouture, Jesuits, London: Harvill Press, 1995, 301-351).
La conclusión que surge de estos hechos históricos es evidente: los jesuitas, y con ellos un sinfín de obispos y laicos que los apoyaban, no tuvieron ningún problema en desobedecer las órdenes del Romano Pontífice en un tema que ellos consideraban injusto, haciendo caso omiso a las penas de excomunión y demás cesuras previstas por el breve Dominus ac Redemptor. Y, por cierto, tampoco acusaron ningún problema de conciencia en cuanto al acto de desobediencia formal en el que caían. Y lo más curioso de todo esto, es que nadie se los reprochó, o en todo caso, quienes lo hicieron fueron los monarcas seculares, principalmente españoles. La Iglesia guardó silencio y dejó hacer, y en su momento, “utilizó” a los desobedientes, que teóricamente estaban excomulgados, para restaurar la Compañía.
Si los hechos son tal como los hemos narrado, ¿por qué, entonces, tendríamos algún prurito en desobedecer una manifiesta orden injusta, como Traditionis custodes y sus hijuelas posteriores? Y notemos que en ambos casos hay una diferencia fundamental: el Papa Clemente XIV tenía todo el derecho y la potestad para suprimir una orden religiosa. En el mismo Dominus ac Redemptor enumera todos los casos en los que los papas anteriores a él hicieron lo propio. En el caso de la supresión de la liturgia tradicional, por el contrario, es discutible que un pontífice, por más romano que sea, tenga autoridad suficiente para abrogar una liturgia que posee más de mil quinientos años de antigüedad, declarando, además, que pertenece a una lex credendi que ya ha sido superada por la Iglesia conciliar. Más aún, contradiciendo in terminis lo dispuesto por su inmediato antecesor, aún vivo, en Summorum Pontificum que estableció que liturgia tradicional nunca había sido abrogada y que nunca podría serlo (art. 1).
Los canonistas podrán, seguramente, echar más luz sobre este tema. La historia también ilumina y nos dice qué hacer en el caso de que las cosas sigan agravándose.
Mientras los sedevacantistas piensan que, por sus presuposiciones ultramontanas, los papas postconciliares no podrían ser papas legítimos o, en cualquier caso, no podrían ejercer la autoridad de un papa legítimo de forma efectiva y vinculante, el obispo Rifan, que preside como Ordinario de la Administración Apostólica del Santo Cura de Ars, cuyo territorio coincide con el de la diócesis brasileña de Campos, y a quien se le concedieron como rito propio los libros litúrgicos del Rito Romano según estaban en vigor en 1962 (según Traditiones Custodes, debemos ser formalmente correctos y precisos), con una cierta sobreextensión o casi apoteosis del papa (como no era inusual en el siglo XIX) piensa que los papas postconciliares son legítimos. Y, así, porque son papas, piensa que no puede haber nada que objetar en el Concilio Vaticano II ni en el magisterio postconciliar ni en la reforma litúrgica de Pablo VI. Al describir lo raro de una nueva (que no actualizada) traducción alemana de un libro escrito por el obispo Rifan, de Campos, hacia el año 2006, el autor, Clemens Victor Oldendorf, pinta un retrato de los serios defectos internos de la escuela de la “hermenéutica de la continuidad”, que todavía desea pretender ―incluso después de casi una década de Papa Francisco― que sigue siendo posible alguna clase de síntesis hegeliana de lo preconciliar y lo postconciliar, y que un todopoderoso papado será el instrumento de su realización. Nos preguntamos qué será necesario para despertar a tales personas de sus plácidos sueños. Más urgentemente, nos preguntamos cuánto tardarán el pedir al obispo Rifan y al clero de Campos que “acompañen” a sus rebaños a la llamada “expresión única de la lex orandi del Rito Romano”. Sostenida por una teología tan pobre como la del obispo, Campos caerá como un castillo de naipes con un viento brusco. Más aún, el obispo Rifan cumplirá 75 años dentro de cuatro. A no ser que algo cambie drásticamente en Roma, Campos pudiera no ver un sucesor consagrado de acuerdo al antiguo pontifical, ni un hombre que sea del mismo tipo que Rifan en cuanto al valor de la auténtica lex orandi de la Iglesia Romana. La versión de la reseña que presentamos aquí https://adelantelafe.com/el-fracaso-de-la-ultramontana-hermeneutica-de-la-continuidad/
ResponderEliminarEstimado Wanderer:
ResponderEliminarLa historia, sin duda, es magistra vitae. ¡Qué desvalidos estaríamos sin ella (y qué desvalidos están, de hecho, los que solo conocen una historia deformada por los ideólogos de la modernidad)!
Tengo que decir, sin embargo, que la historia no es magistra en el sentido en que se ha dado por supuesto en el artículo. Como es obvio cuando consideramos la cuestión en abstracto, el mero hecho de que algo haya hecho algo en la historia no quiere decir que ese algo estuviera bien hecho. Que los jesuitas desobedecieran ese breve no quiere decir que fuera moralmente bueno desobedecerlo. Que un papa posterior cambiara de opinión al respecto tampoco quiere decir que estuviera bien desobedecer al primero. Más aún, incluso aunque los jesuitas hubieran hecho bien al desobedecer, eso no nos dice absolutamente nada sobre si hay que obedecer o no Traditiones Custodes (más allá, por supuesto, de que existen ocasiones en las que hay que desobedecer, algo que ni el más extremo ultramontanista niega, al menos en teoría).
Supongo que se entiende que, con esto, no pretendo resolver la cuestión de Traditiones Custodes. Al contrario, lo que estoy diciendo es que no se puede resolver así, tan fácilmente. Hay que hacer el trabajo de mostrar si se trata o no de una orden injusta, cosa que no es nada fácil, porque la presunción es siempre la contraria.
Estoy me lleva a señalar que el reproche realizado contra el Padre Iraburu me parece injusto, si me permite indicarlo. Por varias razones, pero en este caso, en primer lugar, por lo que acabo de decir: la presunción siempre es que la orden dada por el Papa es justa (de otro modo, nadie obedecería nunca ninguna orden más que aquellas con las que está de acuerdo, que son, precisamente, las que no es necesario obedecer, de manera que nadie obedecería nunca en absoluto).
En ese sentido, el P. Iraburu y quienes comparten su postura hacen lo que en principio debe hacer cualquier católico, obedecer. Ahora bien, sabemos que hay casos en que no debe obedecerse porque una orden está fuera de la competencia del que la da o porque es injusta. ¿Puede ser este uno de esos casos? Podría serlo, por la, francamente, pésima justificación teológica que se da de la orden, la materia (que quizá podría exceder la autoridad papal) y la marcada diferencia en la forma con que se tratan los abusos litúrgicos gravísimos en el ámbito progresista. Se trata de argumentos poderosos, que merecen que se les preste atención y que se reflexione sobre ellos.
Pero la forma de realizar esa reflexión no debe ser atacar a los que, en principio, hacen lo que deben, que es obedecer. Un ataque de ese cariz equivale, más bien, a una táctica de avasallamiento, de presionar para intentar obligar extra-racionalmente al otro a asumir la posición que uno tiene (es decir, exactamente la forma de actuar que tienen los modernistas, solo que ellos aprovechando su posición de fuerza). Non decet. Lo conveniente, lo racional, lo cristiano es dar buenas razones por las que uno piensa que TC es una orden injusta, que puedan convencer a quienes han tomado la posición que, al menos en principio, es la que uno debe tomar de partida y a los que, precisamente por ello, se les debe reconocer la buena fe.
Espero que no le resulte impertinente esta precisión y que pueda contribuir a la discusión en su blog. Un saludo.
P.S. Un pensamiento inquietante: el razonamiento de "algo se hizo, luego puede o incluso debe hacerse" es, precisamente, el "razonamiento" del Papa en su famosa frase "la realidad es superior a la idea", utilizada para fundamentar la comunión de los divorciados.
Entiendo que este post no es para justificar el rechazo de TC; de ello ya se han encargado numerosos artículos en varios medios. Sino para dar un ejemplo de que la historia nos enseña que, tras ordenes injustas, al final se acaba por imponer la cordura, y que ésta estaba del lado de los supuestos desobedientes, porque la máxima nos dice que hay que obedecer a "Dios antes que a los hombres" y que "la salud de las almas" es la suprema ley.
EliminarFred:
EliminarMuchas gracias por su respuesta.
Hasta donde puedo ver, la historia no enseña que "tras ordenes injustas, al final se acaba por imponer la cordura". Al contrario, la historia está llena a rebosar de órdenes injustas que se quedaron como estaban o se empeoraron (a no ser que incluyamos en esa historia el Juicio final, en el que de verdad se hará justicia a todos y cada uno de nosotros).
Tampoco nos enseña la historia que los jesuitas desobedientes tuvieran razón. Sigue siendo una cuestión tan prudencial como lo era en su día y que difícilmente admite conclusiones tan drásticas. Desde luego, el hecho de que un Papa posterior revocara esa orden de su predecesor no implica que fuera injusta, a no ser que suscriba usted una versión evolucionista de la historia en la que un Papa posterior siempre tiene más razón que uno anterior (lo que, paradójicamente, zanjaría la cuestión de Traditionis Custodes, pero en sentido contrario al que usted defiende).
Por otra parte y a juzgar por artículos anteriores, no tengo nada claro que nuestro estimado anfitrión opine que la supresión de los jesuitas fue injusta. En cualquier caso, reitero que incluso si lo hubiera sido, eso no nos diría absolutamente nada sobre el caso actual. Si siguiéramos ese razonamiento, igual podríamos decir que las innumerables decisiones justas que no se han revocado son un ejemplo de que Traditionis Custodes es una decisión justa que no debe revocarse. Es un razonamiento circular.
A mi modo de ver, si en el artículo en efecto se diera por supuesto y probado que Traditiones Custodes es una decisión injusta, el artículo en sí no tendría mucho sentido, porque no se ilustra algo evidente y probado con un ejemplo discutido y discutible como el de la supresión de los jesuitas.
Pero no creo que el artículo simplemente haga esa suposición. Yo, al menos, no soy consciente de que el tema de la injusticia de esta decisión del Papa Francisco esté probado y zanjado (en el sentido de ser una decisión moralmente desobedecible, claro; en el mero sentido humano de ser una decisión mala y con bastante mala idea no me caben muchas dudas, desgraciadamente).
Creo que lo que dice el artículo es que si los Jesuitas desobedecieron una orden justa del Papa Clemente, nosotros bien podemos desobedecer una orden injusta del Papa Francisco. Se da por descontado, ya que está probado por numerosos autores, que la orden de TC es injusta.
EliminarJorge:
EliminarNo quiero ser ofensivo, pero ese razonamiento es un despropósito. Igual podría decir alguien que, si Bruto mató a su padre adoptivo, ¿por qué no va a poder él matar a su vecino, que ni siquiera es su padre?
En cuanto lo piense un poco, verá que, si los jesuitas en efecto desobedecieron una orden justa, por definición hicieron mal en desobedecerla y, desde luego, de eso no se deduce absolutamente nada sobre si es legítimo desobedecer TC o no.
En cuanto a lo de "probado", me temo que es usted demasiado generoso con la calificación. En relación con los temas prudenciales, es muy difícil alcanzar ese nivel y casi siempre pueden existir dudas razonables.
por lo que veo bruno, aboga de forma muy sibilina por cierto, por la obediencia ciega y absoluta, y eso no es para católico, ni siquiera lógico. si una orden es injusta no solo es un derecho desobedecer, sino que también es un deber desobedecer, es como un militar que obedece ordenes injustas, cuando sea juzgado en una corte marcial en el futuro no puede alegar obediencia.
EliminarAnónimo de las 19:31, o tengo yo un problema de expresión o lo tiene usted de comprensión. Lejos de abogar por la obediencia ciega y absoluta, he dicho expresamente lo contrario en todos mis comentarios. Léalos más despacio, por favor.
EliminarPor el Padre José María Iraburu Traditionis Custodes. ¿Obediencia o resistencia? https://www.infocatolica.com/blog/reforma.php/2112271204-668-traditionis-custodes-obed#more42121
ResponderEliminarLos comentarios están cerrados para esta publicación… ¿porqué será?...
Por qué cree vd? Acaso ve algo mal escrito o incorrecto?
EliminarUn vistoso ejemplo de esta postura la tenemos los hispano-hablantes en un mediático y lastimoso sacerdote español quien desde su tribuna en un portal de noticias, comenzó denunciando a los “filo-lefebvrianos”, luego él mismo adoptó una postura muy cercana a la misa tradicional y, finalmente, luego de Traditionis custodes, volvió a abogar por la liturgia reformada. Se trata de un hombre de un solo principio: obedecer al Papa diga lo que diga. Una actitud compartida por muchos —Opus Dei incluido—, y que tiene más de secta y de acomodo que de católico.
EliminarIraburu no admite comentarios porque no tiene argumentos para rebatirlos.
Eliminar¿Será Putin el nuevo Catalina de Rusia que dé protección a los sacerdotes que quieran rezar la misa de San Pío V?
ResponderEliminarNo sería para nada extraño, habida cuenta que Putin siempre se posicionó como el gran paladín de la moral tradicional de la que Occidente abjuró vergonzosamente en favor de la ideología de género.
Obedecer o desobedecer, that is the question...
Fuenteovejuna
Obey God rather than men
EliminarNi Vladimir Putin ni Viktor Orban...porque dar tanta vuelta a lo que tiene solución sencilla."Se obedece pero no se cumple".Con la astucia evangelica que nos predica el Salvador;sin salir al campo a enfrentar a un general que viene con 20.000 mercenarios octogenarios.Se obedece pero no se cumple.Que ya va a llegar un Pio VII o un Pedro II que ponga las cosas en su lugar...todo lo que en su lugar se puedan poner,al menos.
EliminarMientras tanto que se obedece pero no se cumple, a la forma de la primera guerra de la Veende.Guerrilla sin salir a campo abierto.
Hay que preguntar poco y hacer mucho y en todo caso después pedir disculpas...
Y para seguridades no faltarán cardenales y obispos eméritos que tiendan la mano.
El ruso blanco cautivo.
O bien, como se dice en la Obra por boca de su Fundador:
Eliminar"Conceder sin ceder con ánimo de recuperar"
https://opusdei.org/es-es/article/3-carisma-derecho-peculiar-configuracion-juridica/
Ya que lo menciona, le puedo mencionar que al menos la Iglesia Ortodoxa Rusa, la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero y Iglesia Ortodoxa Siria ofrecen la forma más antigua de la liturgia romana occidental a los fieles que la han solicitado. Se la denomina "Liturgia de San Gregorio de los diálogos" por los intercambios entre el celebrante y los fieles. Como todo oficio ortodoxo no tiene instrumentos musicales, rara vez tiene alguna imagen tridimencional, y siempre tiene los íconos de Cristo y la Madre de Dios, uno a cada lado. La ceremonia se celebra en latín, los himnos también,y sigue tanto los himnos como las rúbricas más antiguas de las que se tiene registro. En el mundo anglosajón y francés tiene algunas particularidades propias de los usos locales históricos.
EliminarVladimir
Pues es posible.
EliminarCosas mas raras se han visto.
pero parece que él ha sido destinado por la Providencia para salvar la Santa Iglesia de Cristo.
pues si así lo hace, que Dios se lo pague.
Dos cosas: 1° La Iglesia Ortodoxa Rusa no usa el latín, si no el eslavo antiguo en la liturgia. 2° Vladimir Putin no favorece ni favorecería en manera alguna a la Iglesia Católica. Para la Iglesia Ortodoxa Rusa no existe el ecumenismo, y los católicos somos considerados herejes.
EliminarEstimado Vladimir,
EliminarMe parece que está usted muy confundido. En el rito bizantino existe la Divina Liturgia en sus tres formas, según San Juan Crisóstomo, según San Basilio y según San Gregorio Magno, llamado en Oriente Gregorio "Diálogos". Ese nombre viene por el libro de los Diálogos, no porque en la Liturgia haya un "intercambio" entre el celebrante y el pueblo.
Por otro lado, la iglesia Siria, tanto la católica como la acatólica, pertenecen a la tradición siro-occidental, también llamada antioquena. Esta tradición tiene una única forma litúrgica con varias anáforas, a saber: de los Doce Apóstoles, de Santiago el hermano del Señor, de Timoteo Alejandrino, de Severo Antioqueno, de San Cirilo (nobse sabe si de Alejandría o de Jerusalén), de Ignacio Antioqueno, Juan de Bosra, primera de Clemente Romano, de Julio de Roma y de Eustaquio de Antioquia. Como puede usted ver San Gregorio no aparece por ningún sitio.
Finalmente, como bien ha dicho el Anónimo, en la iglesia rusa, tanto la ortodoxa como la greco-católica, no se ha usado ni se usa el latín, antes se cortan la lengua.
Una cosa importante que se me olvidaba, en el rito bizantino las 3 liturgias no están a la carta, se celebran en momentos específicos. La Divina Liturgia de San Juan Crisóstomo es la forma ordinaria, se celebra casi todos los días del año. La de San Basilio se celebra 10 veces al año y la de San Gregorio "Diálogos" se celebra sólo por las tardes de la Gran Cuaresma (la Cuaresma previa a la Pascua) de lunes a sábado. En ella no se consagra sino que se comulga lo consagrado el domingo u otro día de la semana porque está permitido celebrar también la Divina Liturgia de San Juan Crisóstomo en la Gran Cuaresma, menos los domingos que, como he dicho, se celebra la de San Basilio.
EliminarDon León, aunque parezca raro, la iglesia ortodoxa sí usa el latín. Es el caso de los "ortodoxos de expresión occidental", fundados por el P. Eugraf Kovalevsky, y que celebran la liturgia de San Germán de París. En Buenos Aires tienen una parroquia: https://www.doxargentina.org.ar
EliminarDon León, aunque parezca raro, la iglesia ortodoxa sí usa el latín. Es el caso de los "ortodoxos de expresión occidental", fundados por el P. Eugraf Kovalevsky, y que celebran la liturgia de San Germán de París. En Buenos Aires tienen una parroquia: https://www.doxargentina.org.ar
EliminarEstimado Wanderer,
EliminarComo decía Churchill: "No pocas veces he tenido que tragarme mis propias palabras, y he llegado a encontrar en ellas una dieta muy equilibrada".
Muchas gracias por el dato que desconocía.
Los ortodoxos "occidentales" celebran una liturgia en latín que creo que llaman "de San Gregorio". En youtube sale incluso con la "Misa de Angelis". Y también hay en internet un misalito de esta misa, que creo que es similar a la tridentina.
EliminarNo utilizan ni iconostasio ni velo, pero sí iconos. Parece que esto tiene que ver con el Vaticano II.
¡Sobre todo, no debemos perder de vista que el Papa actual es un jesuita! Esta es la primera vez y, espero, la última. Un jesuita siempre preferirá la eficiencia a la consistencia. Bien lo sabía san Ignacio, que había sometido a sus religiosos a un cuarto voto: el de obediencia al Papa. Para limitar los genes (porque la Compañía los tiene en abundancia). Que la eficiencia entregada a sí misma no se convierta en extravagancia, presunción, megalomanía, autorreferencialidad. Los cardenales, que nunca habían elegido a un jesuita, lo entendieron. Un papa jesuita, por tanto sin superior, es un genio loco a los mandos de un Mirage o un Rafale [aviones]: detenedlos. Sin que haya que suponer la menor malevolencia en el foro interno. Entonces, ¿quién te autoriza? Un jesuita puede matar a alguien Ad majorem Dei gloriam; es fácil, si su superior no encuentra nada malo en ello y si dirige adecuadamente su orientación de intenciones (cf. Los Provinciales). En el siglo XVII habían inventado tantas herejías (probabilismo, molinismo, casuística, etc.) que el Papa tuvo que imponerles silencio. ¡Y se quedaron en silencio! Pero hoy es difícil ver, si no el mismo Jesucristo, quién podría silenciar a un jesuita sin superior... Al menos que ya no coja el avión.
ResponderEliminarP. Philippe Laguérie
San Ignacio de Loyola no era partidario de que los jesuitas fueran obispos ni cardenales (ni Papas ni menos Papanatas) porque entendía que esto podía dificultar su vocación...
ResponderEliminarComparto la opinión del anónimo de las 10:22.
EliminarSi San Ignacio impuso el cuarto voto de obediencia al Papa es obvio que lo hizo con la lógica de que sus jesuitas iban a obedecer siempre a un Papa que nunca sería jesuita.
Y todo indica que es así porque lo contrario no tendría sentido, ¿a quién se le ocurre que el fundador de la Compañía estaba pensando que un día los jesuitas debían obedecer a un Papa jesuita?
Si ese fuera entonces el punto, la conclusión es muy interesante: si San Ignacio nunca pensó que un jesuita podría ser Papa, el cuarto voto no sólo no obligaría a obedecer a sus hijos si el Papa fuera jesuita, mucho menos los obligaría si ese futuro Papa jesuita fuera en contra de la Tradición y la doctrina de siempre por la que San Ignacio tanto batalló.
Es cierto que esta conjetura no se puede asegurar porque San Ignacio ya murió, pero tampoco nadie puede asegurar lo contrario.
Lo que sí se puede asegurar, es que los buenos hijos de San Ignacio probablemente se estarán haciendo hoy esta acuciante pregunta: si hoy San Ignacio viviera, ¿nos pediría que obedeciéramos a Bergoglio?
Los jesuitas tienen otro voto: el de no aceptar dignidades. Hasta se jactaban en época de mi abuelo (educado en los jesuitas) que por eso era imposible que pudiesen ser papas, y el propio portavoz de la SS, el jesuita Lombardi, cuando se le preguntó sobre la posibilidad de ser elegido Bergoglio, dijo que era imposible por ser jesuita. Hasta Spadaro SJ criticó (muy al principio) que hubiese aceptado.
EliminarSi aceptan ser obispos es porque entra en juego el 4.º voto, pero claro, en un cónclave por definición se supone que ya no hay papa. ¿Bergoglio al aceptar rompió su voto, o cayó en la herejía de una especie de conciliarismo en que en presunta sede vacante el cónclave es como un papa?
El dulce Cristo en la tierra… pero bien que Santa Catalina le dijo a Gregorio XI “¡Sea hombre y no un temeroso!”. Un Padre es un padre, pero Francisco es medio padrastro, porque como dice Viganó: nos da la piedra de una liturgia sin alma, la serpiente de una doctrina corrompida, y los escorpiones de una moral adulterada, y llega al punto de dividir la grey del Señor, exactamente como los gobernantes oponen entre sí a vacunados y no vacunados. https://www.youtube.com/watch?v=ntynzu1yJdg
ResponderEliminarDon Wander:
ResponderEliminar“En el caso de la supresión de la liturgia tradicional, por el contrario, es discutible que un pontífice, por más romano que sea, tenga autoridad suficiente para abrogar una liturgia que posee más de mil quinientos años de antigüedad, declarando, además, que pertenece a una lex credendi que ya ha sido superada por la Iglesia conciliar. Más aún, contradiciendo in terminis lo dispuesto por su inmediato antecesor, aún vivo, en Summorum Pontificum que estableció que la liturgia tradicional nunca había sido abrogada y que nunca podría serlo (art. 1)”. (The Wanderer).
Don Wanderer, como de costumbre, poniendo el dedo en el ventilador. Para responder a la afrenta del motu Traditionis custodes, del Papa Francisco respecto del digno motu Summorum pontífices, de Benedicto XVI, en defensa de la misa tradicional, apela al incuestionable testimonio de la misma historia de la Iglesia. Un testimonio tan incuestionable que ni siquiera está en poder de Dios, hacer que lo que realmente ocurrió en el pasado, pueda dejar de haber pasado. Y, lo que pasó es que la historia, muestra la fragilidad de los principios frente a la exigencia de otris principios.
En efecto, según cuenta The Wanderer, una Iglesia que siempre supo exigir a sus hijos hacer su voto de obediencia al mandato de su superior, ella misma, en el testimonio de su propia cabeza, no siempre supo actuar con arreglo a dicho voto. Fue el caso de los jesuitas, que, aunque fieles al Papa, cuando éste ordenó la extinción de la orden de los Jesuitas, -Clemente XIV, 21 de julo de 1773- de alguna manera, esto es, sotto voce, sus miembros lo terminaron desobeciendo. Lo que ocurrió de tal suerte que, como explica The Wanderer, cuando finalmente, se suspendió la prohibición, la orden de los Jesuitas, -Papa Pío VII, en 1814- como por mágico ensalmo, dicha orden volvió a florecer. Nada de esto puedo haber ocurrido si, al menos, buena parte de los miembros de la orden de los Jesuitas, lejos de obedecerla al pie dela letra y ya, no se hubiesen decidido a desobedecerla sistemáticamente.
¿Pasará lo propio con la orden del Papa Francisco de prohibir hasta las calendas griegas, la celebración de la misa tridentina? No lo sabemos. Pero lo que sí sabemos, es que estas idas y vueltas en el ejercicio de la autoridad, donde la legitimidad del voto de obediencia, por parte de quien esté sujeto a dicha obediencia, a veces se da de bruces contra el ejercido de la prudencia, y, a su vez, el ejercicio de la prudencia del que obedece, no siempre es bueno cuando cabe la posibilidad de que, al hacerlo no haga más que permitir ser atropellado por la insana actitud de los faits acomplis. Y, todo esto, ¿qué duda cabe?, le hace un tremendo mal a la Iglesia. Y, mucho más cuando –recordemos los dubia, en torno a la comunión de “los divorciados vueltos a casar”, o, lo que no es menos grave, a la disparidad de textos entre los diversos modos de celebrar el rito de consagración en el nouus ordo-, lo que se pone en juego es la misma fidelidad al Depósito de la fe.
“Ay de aquel que escandalice”.
¡Dios proteja a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!
Yo creo que el problema está en si un católico debe obedecer la orden de un Papa, aunque sea s.j. y, si ha de obedecerle, si ha de obedecer una orden injusta o herética.
ResponderEliminarLa obediencia no puede ser como la de un religioso profeso ni como la de un profeso jesuita que ha emitido el cuarto voto (sea lo que de verdad signifique, porque ya hemos visto todos que cuando a los arrupistas o a los sodomistas no les gusta, como con las ordenes de Juan Pablo II y Benedicto XVI no hay cuarto voto que valga -lo que Pascal denunciaria como casuismo jesuitista-)
Para entender el caso hay que recordar que todos hemos recibido inteligencia y voluntad, por lo que no cabe refugiarse en la "obediencia debida" cuando no se debe tal obediencia (el temor reverencial como vicio de la voluntad es otra cosa)
Entonces la respuesta claramente es NO.
No vale pues enterrar los talentos recibidos. Está expresamente declarado por el Fundador como pecado mortal (y ya sabemos que donde hay patrón no manda marinero, aunque sea el Porteño s.j.)
?Qué pasa con los obispos?
El caso es diferente, porque están dentro de una organización jerárquica de la que el Papa es el vértice supremo.
Habría que estudiar el Código de Derecho Canónico (teniendo delante tanto el Código de 1917
como la razón histórica, porque no hay garantía de que los canonistas centralizadores hayan aprovechado la codificación para arrimar el ascua a su sardina: no hay que perder de vista que si esto es un tema de derecho, también y más todavía lo es de teología, teología que no ha cambiado en casi 2.000)
Si un Papa no puede remover libremente a un obispo de su diócesis (de ahí que exija la renuncia) la respuesta claramente es que no.
Naturalmente todo esto descansa sobre la ortodoxia en cuanto fe y moral (ortodoxia entendida no lo que los Papas puedan pronunciar bajo los efectos de los tóxicos vapores de Apolo, como la Pitia, sino lo que durante casi 2000 años se han enseñado en las facultades católicas de teología como verdad indiscutible)
Así que ya sabemos que seremos juzgados y condenados cuando llegue la hora no por obedecer a Cristo, sino por obedecer a un hombre s.j. pecador. Y muy soberbio y autoritario aunque sea porteño, hay que añadir.
Actuaron mal los papas del medioevo que erradicaron la liturgia mozárabe?
ResponderEliminarEs verdad que todavía existe en algunas iglesias de Toledo, pero las melodías de los himnos se perdieron, la notación musical que tenemos de los misales mozárabes es muy antigua e indescifrable.
Elimine la infalibilidad y tendrá su respuesta: fue una pésima decisión. Pero errar humano es y el obispo de Roma no es un profeta ni un semidios.
EliminarApolo
Sería interesante que nos dijera qué papas del medioevo erradicaron la liturgia mozárabe. En este foro hay lectores que conocen mucho más que yo del tema, pero el rito mozárabe nunca fue erradicado ni suprimido.
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Eliminar"Entonces el rey Alfonso envió rápidamente legados a Roma al papa Hildebrando, lla-mado Gregorio VII. Hizo, por tanto, esto porque quiso tener el rito romano en todo su reino. Así pues, el recordado papa envió a España a su cardenal Ricardo, abad de Marsella. El cual celebró un concilio en la ciudad de Burgos y confirmó el rito romano en todo el reino del rey Alfonso.En la era de 1076"
"El qual [Alfonso VI], despues que suuio en el alteça e magnifico estado rreal de su rreyno, entre otras cosas muchas que muy loable e rreligiosamente fiço, en el onçeno año desu rreino procuro, suplicando al baron de muy onrrada vida Gregorio setimo en la silla apostolical, que en toda España fuese çelebrado el diuinal ofiçio segun que la iglesia rromana acostumbraba, e aun con [quizá sea como] de cauo enflamado por çelo edeuoçion de la santa rreligion, en el quinçeno anno de su rreino enbio a Cluni, mucho rogando al uaron don Hugo, abbad del monasterio del dicho Cluni, que por su contenplaçion le pluguiese enbiarle algunos monjes, los quales mostrasen e enseñasen la rreligion, costunbres e çeremonias del dicho monasterio de Cluni en este monasterio[Sahagún], del cual abemos fecho largo fabla […]."
El Papa ayudó al rey de León a reemplazar un rito con otro. Y el rito mozárabe quedó erradicado salvo por 6 iglesias de Toledo y una de León. El rito de hecho fue semidestruido por este accionar, lo que se conoce como rito mozárabe es una reconstrucción del siglo XV con mucho de innovación en lo que concierne a las melodías y cantos.
Estimado anónimo:
EliminarEl Rito Hispano o Mozárabe nunca fue erradicado ni suprimido en la Edad Media, si sustituido en gran parte. Continua sin interrupción en las cuatro parroquias mozárabes toledanas desde época visigoda y en S. Isidoro de León en su día desde su fundación;en la Capilla mozárabe de la Catedral toledana desde que la fundó Cisneros, y en la catedral de Salamanca por disposición testamentaria en la capilla de Talavera. Sen conservan también varios usos como la misa de velaciones, bendiciones de anillos y otras en el Ritual Toledano que llegó hasta América. Hoy se está extendiendo por algunos sitios más.
Seguramente se refiere a los Papas Gregorio VII y Urbano II que sí movieron influencias para que las Iglesias de España introdujesen el Rito Romano en la Península Ibérica pero quienes lo sustituyeron fueron los obispos (Concilio de Burgos en 1080) y los Reyes de León, Navarra y Aragón teniendo en contra al pueblo, el bajo clero, los monjes hispanos y las mujeres de la familia real (gracias al infantazgo femenino lo conservaron en S. Isidoro de León, su sede). Cuando se conquistó Toledo en 1085, los mozárabes de su tierra mantuvieron su rito en las seis parroquias personales que tenían bajo dominio musulmán a veces en contra de los arzobispos que la querían eliminar motu proprio. La desgracia que usted apunta de que el canto no se debe a que, frente al caso ambrosiano, en el hispano no se mantuvo en ninguna catedral ni monasterio sino en unas pocas parroquias y pobres. Además que era un rito mas fastidiosos para los sacerdotes que el romano, mucho más sencillo y práctico, por lo que se iba perdiendo hasta que Cisneros los restauró salvándolo de su pérdida total. Es este momento cuando se hicieron los primeros misales al uso romano porque este rito nunca los tuvo.
No existe ningún mandato papal que lo erradicara ni lo suprimiera. Los Papas sabían cuales eran los límites de su potestad en aquellos días y la única vía legitima que vieron para erradicar un rito, que contuviese herejías como el adopcionismo, se descartó. Lo hizo la élite política (reyes) y eclesiástica (arzobispos y obispos, muchos de ultrapuertos) por motivos políticos y culturales aunque con el apoyo de Roma. Su sustitución fue muy lenta como lo prueba Alfonso X que afirma que se mantenía en muchos monasterios y catedrales en sus días.
La cosa es más complicada como puede ver
Lo que sucedió fue, no que los Papas erradicasen la liturgia, sino que al ir conquistando desde el norte los cristianos, a partir de la decisión de Alfonso VI de sustituir una liturgia por otra, en las nuevas poblaciones conquistadas o fundadas la liturgia empleada ya la romana. Y eso que hubo comunidades mozárabes, que en algunos cados conservaron iglesias propias, como Toledo, donde eran numerosos. Toledo fue además la capital de los visigodos antes de la invasión musulmana lo que les daba doble cache.
EliminarBenedicto XVI dijo que el rito tradicional nunca fue abrogado y que siempre estuvo, en principio, permitido. Francisco tampoco lo ha abrogado, suponiendo que pueda ser abrogado. Ni siquiera él se ha atrevido a abrogarlo.
ResponderEliminarlo siento, pero con traditionis custodes bergoglio, de facto, ha abrogado la liturgia tradicional.
EliminarNo, porque la permite en ciertos casos, respondiendo personalmente ante él el obispo que lo permita.
EliminarEsto solo puede significar que no está jurídicamente abrogada, aunque luego él no la permita en ninguna parte.
¿Las razones?
Pues no lo sé, aunque con lo taimado que este malon es, uno puede esoerarse cualquier cosa.
Tal vez la inconveniencia de abrogar algo sobre lo que ha girado la Iglesia Católica durante casi 2000 años, lo cual obligaría a preguntarse si todo estaba mal y si la gran mayoría de los santos y mártires se equivocaron; tal vez es solo una artimaña para que los fieles de Cristo se confíen antes de dar el golpe final.
En fin; que solo sé que no sé nada.
Tal vez el reconocimiento y el apoyo de los patriarcas ortodoxos ayudaría a mantener lo que queda del catolicismo sin corrupciones protestantizantes ni pachamameras.
¡Qué buen dato Wanderer!
ResponderEliminarNo entiendo por qué este tema de la papolatría y la macrocefalia papal no se trata en ámbitos inteligentes de la Iglesia. Ni los dominicos inteligentes que conozco, ni la FSSPX, ni sitios como infocatólica o infovaticana dan cabida a un debate sobre este tema, lleno de contradicciones históricas y lógicas.
Es el mal de la Iglesia occidental.
Yo hace ya tiempo que he llegado a la conclusión de que el ultramontanismo ha convertido a gran parte de la Iglesia en una secta. Convirtieron al papado en una monarquía absoluta sin contrapeso real de ningún tipo. Ha sido necesaria la llegada de un desalmado a la Silla de Pedro para que muchos viéramos esa realidad y sus nefastas consecuencias. Otros siguen aplicando una serie de principios que, aún siendo buenos en su naturaleza, por la maldad de lo que he señalado, se convierten en cómplices de la apostasía.
ResponderEliminarClaro, pero es que la papolatria era una garantía de ortodoxia, sobre todo frente a los políticos de cada pais, muchos de ellos masones y que además en ese momento estaban persiguiendo y robando a la Iglesia en todas partes.
EliminarA nadie se le ocurrió que algún día el Enemigo pondría sus posaderas en el Trono Petrino y comenzase a destruir con saña la Iglesia de Cristo.
Seguramente para cumplir alguna profecía y para castigar a los tibios.
Pues en esas estamos.
Allora: 1. l'Ultramontanismo fu l'origine di una rinascita del Cattolicesimo nel XIX secolo;
ResponderEliminar2. consentì la liberazione della Chiesa dai legami coi poteri mondani che la trattenevano, liberalismo compreso;
3. il giurisdizionalismo iberico - che l'autore ingenuamente rimpiange, credendo ancora alla leggenda della Spagna che difese la Fede in tutto il mondo - fu dannoso e le conseguenze si vedevano e si vedono proprio nell'America del Sud, col suo clero incompetente. Le politiche di Bergoglio sono una conseguenza del disprezzo per "il Vaticano" che era ed è diffuso nell'America del Sud. Bergoglio pretende di rovesciare il Vaticano servendosi dei poteri del Papa. Quindi anche lui è contro l'ultramontanismo.
¿Es una leyenda -es decir, un relato de ficción- que España defendió la Fe in tutto il mondo? No es una leyenda, es un hecho histórico.
EliminarGASTÓN: Este italiano cuyo nombre desconocemos dice ni más ni menos que esto: il giurisdizionalismo iberico - che l'autore ingenuamente rimpiange, credendo ancora alla leggenda della Spagna che difese la Fede in tutto il mondo - fu dannoso e le conseguenze si vedevano e si vedono proprio nell'America del Sud, col suo clero incompetente. ¿Se da cuenta este buen señor de que está diciendo una enormidad? Ignora desde luego que del jurisdiccionalismo ibérico salieron obispos como Sto. Toribio de Mogrovejo, Vasco de Quiroga o Fray Juan de Zumárraga, las reducciones del Paraguay o las misiones californianas. Y dado que el italiano de marras ha comprado la leyenda negra y supongo que se crea a pies juntillas a Fray Bartolomé de las Casas le añado que Las Casas fue nombrado obispo por el Rey de España, como todos los demás obispos en aquella época en América. Se necesita estar muy alejado del razonamiento sereno para decir semejante disparate de lo sucedido a lo largo de 300 años –porque después de las independencias no hay rastro del jurisdiccionalismo en cuestión- en tan inmensos territorios. Es un “análisis” delirante, calumniosísimo y ofensivo.
EliminarMagnífico artículo, una vez más da usted en el centro de la cuestión y mete el dedo en la llaga.
ResponderEliminarEl problema, a mi modo de ver, no es tanto canónico (que también) como moral. Cualquiera que tenga ojos en la cara y una inteligencia mínima puede ver que lo que está pasando con los tradicionales es una aberración que atenta contra los derechos más básicos. Una de las mayores lacras que se ha instalado en la Iglesia, sobre todo en la latina, es el obediencialismo, que llega a los extremos que expone usted de afirmar hoy una cosa porque la dice el Papa, y mañana afirmar la contraria, pecando contra la verdad, la justicia, la caridad y contra todo el elenco de virtudes. Esta "obediencia" no se da por lealtad, sino por miedo e interés.
Se puede ver en los medios afines como infocaótica, donde el padre Iraburro le pone sin disimulo una vela a Dios y otra al Diablo, y en tantos otros. También en los seminarios lleva años pasando, la tragedia que se les viene encima a la exigua resistencia formada por los institutos ecclesia Dei es la misma que cayó hace tiempo en los seminarios latinos. Yo he sufrido en mis carnes y he visto numerosos, muy numerosos casos de abusos de poder y conciencia, por poner un ejemplo, una vez en el primer seminario donde estuve, el rector, un psicópata sádico, me obligó a ir a una marcha a la montaña con el seminario después de los exámenes del primer semestre, en pleno invierno. Yo le pedí quedarme en el seminario porque tenía fiebre y él me obligó a ir por "santa obediencia", que eso me haría muy santo, tras la "genialidad" del rector me pasé varios días en cama con 39 de fiebre, con delirios y todo, el bendito rector me acabó expulsando del seminario y me persiguió como un psicópata buscando que me expulsaran del nuevo sitio donde me admitieron. Y como esto hay tantas cosas... recientemente ha llegado a mis manos un documento de un seminario en el que aparece un cuestionario que es obligatorio rellenar en el que se preguntan perlas como la educación sexual recibida en la familia, que se describa la relación conyugal de los padres o que se describan con pelos y señales las veces que el seminarista haya estado enamorado o apegado (especificando que hable de personas de ambos sexos). Esto, a parte de inmoral es ilegal, tanto a nivel civil como canónico. Pero tanto los curas que ya tuvieron que rellenar ese informe, que deja a los de la Stasi en paños menores por comparación, como los seminaristas, aunque hablan entre ellos y están de acuerdo en que es horrible, no están dispuestos a mover un dedo para hacer nada, los unos por si les mandan a evangelizar pingüinos a la Antártida y los otros por miedo a ser expulsados del seminario y que pese sobre ellos un informe fantasma que les persiga por los siglos de los siglos y no sean jamás admitidos en ningún otro seminario o casa de formación.
Lo que está ocurriendo con la Traditionis ocurre a todos los niveles, se calla por miedo. Con esto me refiero a que el problema no es tanto canónico, al menos no en el sentido de que falten cosas por legislar, porque cánones como el 220 del CIC o el 23 del CCOE establecen con claridad que a nadie le está permitido violentar el derecho a proteger la propia intimidad, cosa que constantemente se hace en los seminarios y en las curias diocesanas.
¿Qué necesidad tiene usted de faltar al respeto a un sacerdote por medio de su apellido?
Eliminar¿De qué cojones les va a valer la sana doctrina a algunos si se pasan por semejante parte la caridad? ¿No estuvieron atentos a la segunda lectura del pasado domingo?
Me crea usted o no lo del apellido ha sido una errata. Lo de llamarlo infocaótica no, pretendía ser una broma sin más por tener artículos bastante contradictorios entre sí.
EliminarEn cuanto a las lecturas, yo soy de rito bizantino, no tenemos 2ª lectura. Nosotros el pasado domingo leímos 1 Tim 4, 9-15 y Lc 19, 1-10.
Como nota curiosa me llaman la atención dos cosas. 1ª, que haya dado por supuesto que lo del apellido había sido a propósito y dé por supuesto que pretendía ser una falta de caridad hacia el padre Iraburu (esta vez lo he leído 10 veces para asegurarme de estar bien escrito). Eso refleja una mente malpensada por su parte y una falta de caridad al juzgar sin conocer.
La 2ª es que de todo lo que he escrito sea eso lo que le haya llamado la atención habiendo comentado yo cosas gravísimas, aunque esto último es más bien anecdótico.
Aún siendo cierto lo que comenta de falta de Caridad no es menos cierto que usted le imputa al padre Iraburu indirectamente complicidad en la apostasía.
EliminarY siendo usted el director del portal en el que el Padre Iraburu es el líder, por así decir, le plantea un problema muy serio.
Lastima que en algunos lugares no se admiran comentarios para tratar/debatir los problemas que aquejan a la Iglesia.
Capitán Ryder
Estimado , eso no es un insulto.
EliminarEs más, para varios, sería un halago. No le escape al meollo del comentario que está interesante. No sea necio.
A. G.
El sacerdote en cuestión ya faltó el respeto a su investidura cambiando su discurso según la conveniencia política. No lo veo haciendo una apología de Pilatos o de los salivadores frente a la Cruz de Nuestro Señor. Que no lo ciegue su amistad personal Don Luis, pero aquel que falta a la verdad y a la Fe, termina siendo -cuanto menos- víctima de la ironía y el vituperio.
EliminarEl vasco de Azul
luis fernando hablando de respeto y caridad cuando ha maltratado a los demás en su blog, es decir, consejos vendo que para mi no tengo. en fin!
EliminarVasco de Azul:
EliminarConozco al P. Iraburu mucho mejor que usted y, desde que le conozco, no ha variado su postura en ese tema en absoluto. Dice lo mismo que decía hace veinte años, que es algo razonable y que creen la inmensa mayoría de los católicos de buena fe: que la liturgia tradicional es estupenda y la liturgia nueva también es buena, aunque, como toda obra humana, sea perfectible. Y que a la Iglesia hay que obedecerla en todo lo que legítimamente mande, incluido lo relativo a la liturgia y de forma muy especial los sacerdotes que han hecho promesa de obediencia al obispo.
Por supuesto, se puede estar de acuerdo con eso o no, se puede discutir si TC manda algo legítimo o no, si la liturgia posconciliar tiene estos defectos o estos otros, etc.
Sin embargo, carece de sentido, quita toda la fuerza a su argumentación y además es objetivamente un pecado grave de difamación y calumnia el atribuir al P. Iraburu esa supuesta hipocresía, esos cambios según las conveniencias y hasta el faltar a la verdad y a la Fe, que no existen más que en su imaginación, porque su opinión no ha cambiado en estos temas y precisamente por lo que se distingue el P. Iraburu es por haber resistido contra viento y marea los abusos y ataques contra la fe tan frecuentes en el último medio siglo, a pesar de que eso le ha acarreado innumerables dificultades, problemas y enemigos.
Un requisito básico para que cualquier discusión sirva de algo es tener en cuenta que enemigo "de la verdad y de la fe" y persona que no piensa en todas las cuestiones prudenciales como uno mismo son cosas diferentes. Cuando uno se rebaja a atribuir (inexistentes) maldades al otro, cualquier argumentación racional se hace imposible.
Pues lea Vd el discurso último de Bergoglio sobre los apóstatas y verá que no se trata de "cuestiones prudenciales". Y de acuerdo con Vd en que Iraburu no es hipócrita para nada, sólo que su obediencialismo ciego le ha llevado a sustituir la Verdad por la autoridad.
EliminarOiga, no me parece mal que se investigue un poco la sexualidad de los aspirantes a seminaristas, si es con el fin de que los sacerdotes sean minimamente heterosexuales, o por lo menos que no se les note tanto la ausencia de testosterona (parece la hormona maldita en la Iglesia)
EliminarEstimado Bruno, si le duele el adjetivo use otro. Pero cambiar el discurso reduciendo todo el credo a quedar bien con el que manda no es solo una postura. Es un escándalo y una vergüenza. Si esa es la religión de usted y el P. Iraburu, creo que mejor no discutir más. Eso, al igual que adorar la Pacha Mama (hecho por el Papa al que sigue reconociendo y obedeciendo), es idolatría. Pero evidentemente no este pecado mortal algo que les preocupe.
EliminarVasco de Azul
Estimado Jorge,
EliminarNo se trata de "investigar un poco", como he dicho les obligan a rellenar un informe súper exhaustivo, que ni la Stasi o el KGB, en el que tienen que exponer hasta cómo es la vida sexual de sus padres. O expresar qué notas sacaban en el colegio y cómo les hacía sentirse. O hablar detalladamente de las amistades que han tenido a lo largo de la vida. Y tantas otras cosas que no son exigibles ni siquiera en el ámbito de la confesión. Como comenté, eso atenta contra la ley civil y la canónica.
Estimado Vasco de Azul:
EliminarDice usted: "Pero cambiar el discurso reduciendo todo el credo a quedar bien con el que manda no es solo una postura". Sin duda, lo sería. Pero como atribuirle al P. Iraburu eso es delirante, no sé qué tiene que ver con todo esto. ¡Precisamente al P. Iraburu, que ha sufrido innumerables contradicciones y desprecios de las autoridades durante su ya larga vida justo por rechazar los abusos y las deformaciones de la fe, que es director de un portal que se dedica justo a eso y que ha escrito cientos de artículos contra esas deformaciones!
Me temo que no sabe usted lo que dice. Y eso puede ser peligroso, porque injuriar alegremente a los demás es un grave pecado. Y si a eso se añade hacerlo con muy escasos conocimientos teológicos (por ejemplo, no parece saber que el hecho de que un Papa haga barbaridades no hace que deje de ser Papa, como muestran los casos de Honorio, Juan XXII y bastantes más) ese pecado es aún más grave. Barbaridades del Papa, por cierto, que se han criticado incontables veces en InfoCatólica. Yo mismo tengo decenas de artículos en los que, respetuosamente pero con toda claridad, se critican afirmaciones o actuaciones del Papa. Si sabe todo esto, no tiene sentido lo que dice. Y si no lo sabe, entonces habla con ligereza de lo que no conoce.
En fin, ya que le preocupa tanto el pecado mortal, quizá sería bueno que revisara lo que dice Santo Tomás, por ejemplo, sobre la injuria, la calumnia o la difamación. No sea que su bienintencionado y encomiable celo por la fe se convierta en ocasión de pecado sin que se dé cuenta.
Saludos.
pero no es injuria ni calumnia afirmar que en infocatolica se ha aplicado la mas draconiana censura a todo aquel que ha atrevido a denunciar y criticar las constantes felonías de bergoglio.
EliminarEstimado Anónimo de las 17:27:
EliminarSi esa censura fuera como usted la pinta, habríamos tenido que censurarnos a nosotros mismos, que hemos escrito muchísimos artículos criticando expresamente errores del Papa (yo mismo, he escrito un buen número de ellos). Eso indica 1) que no es cierto eso que dice de "censura a todo aquel" y 2) que no se censura la crítica, sino la falta de respeto para con el Papa.
Por supuesto, el límite que separa la falta de respeto de las afirmaciones admisibles es prudencial y puede usted no estar de acuerdo con dónde lo pone InfoCatólica. Nosotros mismos hemos discutido muchas veces entre nosotros sobre ese tema. Pero, al final, nos toca a nosotros decidirlo, porque es nuestro portal.
Un saludo.
respeto para con bergoglio, vaya! lo irónico es que bergoglio no ha tenido ni el mas mínimo respeto por la fe católica, la cual, por cierto, ha sido pisoteada impunemente por bergoglio mismo.
EliminarAnónimo de las 14:13:
EliminarExiste un respeto que es debido a la persona por sus obras. Este respeto puede aumentar o decrecer según esas obras. Existe otro respeto, sin embargo, que es debido al cargo y no depende de las obras de la persona que lo ejerce. Por eso se debe un respeto al sacerdote que está celebrando la Misa, por ejemplo, aunque personalmente sea un miserable, etc. Es un respeto que está dirigido más bien a Aquel que le ha dado esa autoridad. El Papa es el Vicario de Cristo y, solo por eso, se le debe un respeto.
Saludos.
El problema es que se ha establecido en muchos cristianos una cobardía revestida de falsa prudencia, estoy cansado de escuchar frases como "No es prudente presentar esta batalla, no se puede ganar" , "cuando sea x (cura, vicario, obispo, etc) hablaré, ahora no puedo hacer nada" o "lo importante es que yo sea bueno, veo el mal que hacen otros y tomo ejemplo para no repetirlo y ya". Yo estoy plenamente convencido de que la crisis actual en la Iglesia viene de esta actitud, un clero mediocre da un fruto mediocre. Tenemos una jerarquía que en general deja muchísimo que desear, entre un buen amigo y yo formamos la que, en mi opinión, es la mejor definición de lo que es un obispo. Un obispo es un amigo inútil, enemigo poderoso, con puño de hierro, mandíbula de cristal y alma de funcionario. Muchos de ellos venderían a sus madres por un día más en su sede, de hecho muchos han vendido a sus hijos espirituales para ganarse el favor del Papa de turno, ¿se publica la Summorum? Que la catedral eche más humo que un bar de cachimbas. ¿Traditionis? A los tradis ni agua. Si hoy ocurriera algo como el caso que usted comenta de la abolición de los jesuitas, si mañana se abolieran los institutos ecclesia Dei no creo que se generara esta actitud de legítima desobediencia, la mayoría de obispos, desesperados por demostrar lo "fieles" que son se pelearían entre ellos a ver quién hace la mayor absurdez. "Mire Santo Padre, para asegurarme que los de Cristo Rey no puedan refundar he derribado todas las parroquias de mi diócesis con el nombre Cristo Rey" "No, no, Santo Padre, mírame a mí, para acabar con los resquicios del instituto Buen Pastor, he quitado del calendario litúrgico el domingo del Buen Pastor".
ResponderEliminarLa reforma necesaria tiene que hacerse en un concilio, uno de verdad, donde se publiquen textos que digan algo comprensible, claro y conciso, no como el último, cuyos textos no valen ni para calzar mesas. Pero esto no se va a dar hasta que no explote la burbuja de los escándalos de abusos de poder y de conciencia, a la par que los económicos. Para terminar con una nota positiva, creo que, a nivel eclesial, estamos en unas circunstancias parecidas a las de la época de Trento, veo gente que alza su voz para denunciar estos abusos y creo que Dios está mandando, como en Trento, a la generación de Santos que va a hacer posible esta reforma.
Mi querido patriarca moscovita no deja de predicar sobre los Padres de la Iglesia, el Evangelio y temas de moral. Su "canciller" critica el querer resolver problemas políticos con guerra (viviendo en la Rusia de Putin!). Si busco un oficio tradicional romano, lo hay aunque afuera de Argentina, sino una bella y tradicional liturgia de San Juan Crisóstomo. No veo el sentido de seguir hurgando el código de derecho canónico y vivir histéricos con ser reconocidos por un Papa que no va a cambiar y no profesa la misma Fe que ustedes.
EliminarVladimir
Bueno, ahora que lo menciona (la constancia da frutos por aburrimiento de los demás), pues no sería mala idea que en iglesias católicas se pudiese celebrar la liturgia de San Juan Crisóstomo.
EliminarDespués de todo es un santo también de la Iglesia Católica; y ser santo no deja de ser otra cosa que permitir que una persona fallecida, por el modo heroico de vivir las virtudes cristianas, sea tomada como ejemplo o emulación para los demás.
Por tanto si esa era la liturgia del pico de oro sirio, ¿por qué no?
Cosas más raras se han visto.
Después de todo ¿no nos metió Montini por sus narices la liturgia protestante anglicana?
Pues más virtudes tendrá la liturgia de un santo que la liturgia de un pecador persigue católicos y mata-esposas; digo yo.
Respecto al ecumenismo, creo que los católicos deberían poder cumplir el precepto dominical en las iglesias ortodoxas. Naturalmente solo en aquellas en que huela a oveja
Estimado, la liturgia de San Juan Crisóstomo nunca se dejó de celebrar en la Iglesia católica. Y hoy se sigue celebrando en innumerables lugares: desde los países de Orienta de donde son propias, hasta en las comunidades de la diáspora en países occidentales. Puede preguntarle a León de Nimea, que justamente es un sacerdote de rito bizantino.
EliminarEn cuanto a San Juan Crisóstomo, aunque nació en la actual Siria, no puede considerarse sirio, sino bizantino: el griego era su lengua.
Sí, perdone; un cruzamiento de cables.
EliminarPor un momento confundí San Juan de Antioquia con San Juan de Damasco.
Antioquia era una ciudad bilingüe griega-siriaca.
Estimado Anónimo,
EliminarEfectivamente, como bien dice Wanderer, cada día se celebran en el mundo liturgias en muchos ritos diferentes. De las 23 iglesias orientales católicas 14 son bizantinas y celebran diariamente la Divina Liturgia de San Juan Crisóstomo. Luego, el precepto duminical, este se puede cumplir yendo a una misa celebrada por ortodoxos, aunque es mejor ir una católica. El Derecho Canónico respeta las diferentes circunstancias a las que un fiel se puede enfrentar, desde la imposibilidad material de ir a una misa católica hasta una imposibilidad moral. Pero vamos, que se puede ir a una misa ortodoxa y se está cumpliendo el precepto dominical.
De acuerdo con usted, León de Memea. Le llaman obediencia a la cobardía; prudencia, al acomodo; humildad, a la pusilanimidad.
ResponderEliminarMariana C.
Maravillosa primavra de la Iglesia:
ResponderEliminarhttps://argentarnoticias.com.ar/comodoro-no-tendra-salesianos/
El Concilio efectivamente prometía grandes frutos y muchas frutas, como el sombrero de Carmen Miranda, pero nunca dijo para quien.
EliminarEvidentemente no para la Iglesia Católica.
Espero que al menos alguien saque provecho, como los evangelistas, no se vaya a perder el esfuerzo y el dinero de tantos siglos de evangelización.
El finado es S.E.R. Antolín, Cardenal de la S.I.R. Monescillo y Viso, arzobispo de Toledo, Primado de España, Canciller de Castilla y Procapellán Mayor de Palacio. 11 agosto 1897.
ResponderEliminarEl Papa Francisco se caracteriza por darnos constantemente un elocuente ejemplo de desobediencia explícita al Magisterio y Tradición de la Iglesia; como en Traditionis custodes, ya que desobedece a san Pío V en cuanto a la Misa Tridentina, siendo que en este santo se aplica la frase "Roma locuta causa finita". Frase célebre por cierto, sacada de contexto y traída por los pelos por obispetes modernos (como uno en especial de público conocimiento). Y no sería de extrañar que la use el Popete o Panchomama como gusten llamarlo.
ResponderEliminarAprovecho a animar al Blog Caminante Wanderer a seguir informando para no tragarnos las versiones "oficialistas".
"Un vistoso ejemplo de esta postura la tenemos los hispano-hablantes en un mediático y lastimoso sacerdote español quien desde su tribuna en un portal de noticias, comenzó denunciando a los “filo-lefebvrianos”, luego él mismo adoptó una postura muy cercana a la misa tradicional y, finalmente, luego de Traditionis custodes, volvió a abogar por la liturgia reformada."
ResponderEliminarAlguien sabe quién es...
Estimado Wanderer, colaboradores y lectores del blog, si consienten en que les haga llegar unas modestas reflexiónes, creo que la mención del Breve “Dominus ac Redemptor” del papa Clemente XIV que origina este hilo, no ha sido valorada por algunos corresponsales en toda su importancia. En efecto no se trata solamente de un simple ejemplo de una decisión romana anulada por otra disposición de un papa posterior.
EliminarTendríamos que evaluar si corresponde valorar como legítima una medida que reintroduce en la vida eclesial un organismo pernicioso, que y que lo ha sido fraudulentamente. De esos polvos vinieron estos lodos.
//Para quienes quieran conocer el Breve, existe una edición de texto latino, traducción paralela e introducción, (del Dr. Carlos Disandro), que integran cinco apéndices (incluyendo el documento de Pio VII, del año 1966. No sé si hay ejemplares disponibles, pero puede consultarse a la Fundación Decus.//
En efecto, la Iglesia es un ente viviente, en el que las disposiciones legislativas que aparentan ser de un valor formalmente similar, NO pueden anular las razones contrarias anteriores.
En la Argentina, como Estado puramente jurídico se han anulado leyes por razones bajamente políticas, y conocemos los escandalosos resultados.
¡imaginemos sus efectos en un organismo divino-humano, donde entran en un confuso conflicto la vida celeste indeficiente con la precariedad humana!
La función de la Iglesia es asegurar el Culto Público Divino, y si este es abrogado dejaría de haber tal cosa, pues la profanación se instalaría en el Lugar Santo. Esto es que la Iglesia es un ente vivo de carácter Cultual.
Considerando que la Iglesia es el Sacramento de los Sacramentos (Mysterio de los Mysterios), y que su fuente y centro es el Mysterio de la Encarnación Divino-humana del cual derivan todos los demás, cesaría de haber vida santa corporativa, y los sacramentos subsiguientes carecerían de eficiencia externa.
De ahí la importancia del mantenimiento del Culto Divino y Sagrado, por vías legitimas que aseguren su validez, pues no puede trasmitir las Gracias del Santo Espíritu, quien no lo ha recibido.
No corresponde que la autoridad, por alta que sea, sea equiparada al Señor. Si la Iglesia es una institución ordenada jerárquicamente (y ciertamente lo es), a su cabeza se encuentra Cristo, no el Papa.
Costa
(SIGUE)
Eliminar(SIGUE)
La autoridad episcopal, que es el orden sacerdotal pleno y máximo de la Iglesia, no reconoce ninguna superioridad a la suya propia que no sea administrativa. El orden sagrado (mayor) está integrado por diáconos, presbíteros y obispos. Dejemos de lado denominaciones honoríficas o administrativas tales como protodiacono, canónigo, arcipreste, arzobispo, etcétera, que no otorgan más que distinción o funciones.
Es decir que no es más obispo el Obispo de la Comarca del Océano Pacifico y sus Islas, que el Obispo de Parque Chas.
Una cosa es que se trate de una función auxiliar (es decir sin jurisdicción) la que para ser ejercida en su plenitud, requiere de la autorización de su superior administrativo (por cesión de jurisdicción) puesto que sus poderes episcopales están restringidos a una zona “in partibus infidelium”, es decir sin fieles ni clero cristianos incardinados allí (o a muy antiguas diócesis no existentes actualmente).
La simple elección papal, termina siendo un trámite burocrático con mayor o menor solemnidad, con mejor o peor criterio, realizada con más o menos piedad y con mucho o ningún acierto, pero que no agrega al carácter Episcopal (si es que lo posee y no hay que consagrarlo) virtud alguna, salvo la autoridad administrativa puesto que los obispos son tales por Derecho Divino.
Ser electo Papa, no lo convierte en Obispo de los Obispos, ni en Obispo Ecuménico, ni le otorga una santidad que no posea o adquiera. De allí que la “infalibilidad” sea la propia de toda autoridad legítima en nada menos que el ejercicio de un deber sacro, “disponiendo fielmente la Palabra de la Verdad”.
¿Y si se equivoca? Se lo corrige fraternalmente.
¿Y si insiste en el error? Se lo vuelve a corregir.
¿Y si demuestra pertinacia? Se rompe comunión con él, se reza por su salvación y se hace penitencia por nuestros pecados que han permitido esa situación.
¡Señor ten piedad!, ¡Señor ten piedad!, ¡Señor ten piedad!
Costa
(Reitero que acepto correcciones de buena fe)
Estimado Anónimo,
EliminarLe tomo el guante que lanza y, con su venia, me gustaría comentar alguna cuestión de su interesante aportación.
El Derecho Canónico, como todas las ciencias sagradas, posee elementos humanos y elementos divinos, los primeros son alterables, los segundos no. Entre algunos elementos divinos encontramos leyes como el impedimento de las mujeres para recibir el orden sagrado o el mínimo indispensable para que una liturgia eucarística sea válida, que es que tenga una liturgia de la palabra con apóstol y Evangelio y una liturgia eucarística con anámnesis (que puede no tener las palabras de Cristo como la plegaria eucarística caldea de Addai y Mari) y epíclesis. Entre los elementos humanos están los estipendios para los sacramentos o las dignidades eclesiásticas que usted nombra.
Comenta usted que la Iglesia es un ente vivo, cosa totalmente cierta, ahora bien, no acabo de entender bien a qué se refiere con que una decisión legislativa no puede anular las razones contrarias anteriores. Disculpe si le he entendido mal, pero una decisión legislativa sobre asuntos mundanos, como el caso de la disolución de la Conpañía, depende de criterios prudenciales. Los motivos aducidos pueden ser erróneos, en caso de un mal análisis o incluso falsos, en caso de una mentira manifiesta que se usa de escusa. Por ejemplo, el concilio de Vienne, por muy concilio que fuera, atentó contra los derechos fundamentales de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón, es decir, los Templarios. Estos fueron condenados sin defensa posible por la ambición y avaricia de un rey y la pusilanimidad de un Papa. No sólo fueron disueltos sino condenados a muerte.
Una decisión posterior perfectamente puede anular una anterior, bien porque las circunstancias cambien, bien porque se considere que la pena impuesta fue excesiva o por mil motivos más.
No entiendo tampoco a qué se refiere con que la función de la Iglesia es asegurar el culto divino público. Su función es santificar, gobernar y enseñar. Santificar con los sacramentos, gobernar al pueblo para que viva según los mandatos de Dios y enseñar la doctrina cristiana para poder relacionarse mejor con Cristo.
(Continúo)
EliminarLa que yo creo que es su mayor imprecisión es cuando habla de la jerarquía. Es cierto que todos los obispos son obispos y no hay obispos más episcopados que otros. La cuestión es la distinción entre potestad de régimen y potestad de orden. Todo obispo, por el hecho de serlo, tiene un potestad de orden que ni el Santo Padre puede quitar. Así pues, un obispo puede ordenar presbíteros y otros obispos aún sin el permiso de Roma, aunque se exponga a gravísimas consecuencias como la excomunión. Ahora bien, con respecto a la potestad de régimen, la iglesia tiene diferentes categorías con grados de potestad de régimen distintos en el episcopado. Así un obispo diocesano no puede, por ejemplo, levantar la excomunión reservada a la Santa Sede (o al patriarca o arzobispo mayor en las iglesias orientales) o dispensar de ciertos impedimentos para acceder a las órdenes sagradas.
Entramos aquí en el meollo de la cuestión. El Papa, aunque como bien dice usted puede acceder a su puesto por mil maneras distintas que han cambiado a lo largo de la historia, una vez accede a ese puesto, sí que goza de una autoridad especial dada por Dios. El Papado es de institución divina, no es como los patriarcas, que por muy importantes que sean, son de institución humana. Sólo el Santo Padre, actuando como tal, como sucesor de Pedro, y en virtud de su autoridad, goza de infalibilidad. Este es quizás el elemento más peligroso, en mi opinión del Vaticano II, que se hace un lío enorme diciendo que si el colegio (que no es colegio, no jurídicamente hablando) en comunión con la cabeza y nunca sin ella y tal... La cuestión es que sin la Cabeza no hay infalibilidad que valga.
Le recomiendo que se lea la dubia planteada por el autor de este blog y (aquí me disculpo por citarme a mí mismo) la respuesta que humildemente le ofrecí para intentar desentrañar este ovillo. La comunión (en sentido de fide) con el Papa no es hacia la persona concreta que esté actualmente en la sede, sino con la confesión de Pedro, quien no suelta el timón de la Iglesia, estar cum Petrus y sub Petrus, no cum Franciscus. Si un Papa, el que sea, dice cosas contrarias a la fe, no se puede invitar a los fieles a romper la comunión, sino que hay que recordarles que, en ese asunto concreto, es la persona que actualmente es sucesor de Pedro, quien ha roto la comunión con la Iglesia. Disculpe por la extensa respuesta y si le he malinterpretado en algún punto.
Tal vez el comentario anterior de Leon puede sintetizarse como que la conunion con el sucesor de Pedro es diacronica en lo magisterial y sincronica juxta modum en lo disciplinar.
EliminarRespecto a lo magisterial, dado que el conjunto de los pronunciamientos magisteriales no definitivos, y por lo tanto falibles, del conjunto de los sucesores de Pedro no es auto-consistente, particularmente desde que el sucesor es Francisco, cada fiel debe seleccionar el subconjunto de pronunciamientos no definitvos a los que dara asentimiento, buscando el subconjunto maximo de pronunciamientos consistentes, ante todo, con los definitivos y entre si, y luego con la Sagrada Escritura, la Tradicion y la realidad fisica (lo cual permite descartar el geocentrismo, por ejemplo). Ese orden no es erroneo, porque la fe presupone la razon y en particular la logica, la cual requiere absolutamente la autoconsistencia.
GASTON: No sé si a estas alturas le llegue la respuesta. Creo que es el P.Santiago Martin
Eliminarel obediencialismo ciego y neocon, como el que expone el padre iraburu en su articulo espurio, es tan extremo que se termina aceptando cualquier despropósito sin importar que sea injusto o ilógico.
ResponderEliminarGASTÓN: Lo que recuerdo que me enseñaron respecto a la supresión de la Compañía de Jesús es que el breve de supresión, por duros que fueran sus términos, dejaba su aplicación al arbitrio de los soberanos respectivos y Catalina de Rusia que tenía muchos súbditos jesuitas en Polonia, entonces no sé si en todo o sólo en parte dominada por Rusia, no lo quiso aplicar en sus dominios por rechazo de la autoridad papal, aparte otros motivos que pudiera tener. Esto provocó en los jesuitas, afectados por la decisión de la zarina, problemas de conciencia por los que expusieron su caso a Roma donde les respondieron que podían seguir viviendo como siempre por la razón dicha, de que el propio breve supeditaba la supresión de la Orden de San Ignacio al consentimiento del soberano respectivo. Es decir, que no parece que los jesuitas súbditos de Catalina «buscaran» su protección sino que se encontraron con ella y la aceptaron plenamente sólo después de la respuesta aprobatoria de Roma. De Federico de Prusia sólo sé que manifestó su extrañeza por la supresión de una corporación de tan reconocida competencia intelectual. No sé si Federico tenía súbditos jesuitas en su imperio pero si los tenía pienso -es una suposición- que tampoco aplicaría el breve de supresión no sólo por lo de la competencia intelectual sino por su aversión al papado. Aversión que en su caso habría sido motivo de preservación de una parte -supongo que pequeña pero con capacidad de crecer en el futuro- de una institución consagrada con voto al servicio de la Sede romana. Todo esto lo aprendí de un sabio jesuita al que traté en Burgos: El P. Félix Rodríguez, de la Residencia de La Merced.
ResponderEliminarLos jesuitas, como también ocurre con el Opus, hacen muy bien las cosas de este mundo. A la Emperatriz Catalina le hicieron los tratados limítrofes con China (que hasta el día de hoy Rusia los tiene en latín) y otros servicios relacionados con la política. También la Orden de Malta buscó refugio en San Petersburgo, y su lider fue por largo tiempo el Emperador Pablo I, hijo de la Emperatriz Catalina.
EliminarLuego los jesuitas formaron al conde polaco Felix Dzherzhinsky, que fundó la policía política de la URRSS. Los rusos tienen razones para considerar a Boris Godunov, opera fuertemente antijesuítas, su obra naciona.
Vladimir
El latín, hasta hace muy poco, era una lengua culta muy hablada en Europa Oriental y los seminaristas ortodoxos estudian latín. Parece que era lengua oficial en el Imperio Austrohúngaro (favorecido por ser un imperio multinacional y multilingüístico)
EliminarCuando Finlandia se rindió a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, el tratado de rendición se hizo en latín, lengua que hablaban ambas partes.
En la campaña de Creta, el coronel o general alemán prisionero, inspirado por el paisaje y la luz de la mañana, comenzó a recitar de memoria a Virgilio en latín, a lo que su captor británico, también de memoria, continuó al instante con el correspondiente verso siguiente.
El latin, el griego, el siríaco y el eslavo antiguo son idiomas fascinantes para estudiar, sobre todo si amamos los padres y el estudio bíblico. Dominarlos es otra historia. Conozco pocos verdaderos eruditos en cada una y menos aún en los textos patrísticos - bíblicos correspondientes.
EliminarYo soy un simple fiel que estudia. En Grecia, Rusia, Rumania y Siria hay muchos más estudiosos de la latinidad (cristiana y clásica) de los que podría esperar. Dice una leyenda que Zoe Paleologina trajo a Moscú y escondió en el Kremlin todos los volúmenes faltantes de la biblioteca imperial romana, con siglos de historia que no se encuentran en ningún otro lado. Aparentemente alguien los vio en el s. xix.
Vladimir
«Cuando Finlandia se rindió a los alemanes .... En la campaña de Creta, el coronel o general alemán prisionero, inspirado por el paisaje y la luz de la mañana, comenzó a recitar de memoria a Virgilio en latín, a lo que su captor británico.»
EliminarFinlandia jamás en toda su historia se rindió a los alemanes, pero sí a los rusos invasores, dos veces. Nunca un general o coronel general alemán fué hecho prisionero en Creta -por lo menos hasta la rendición general de Alemania- aunque sí a la inversa, cuando los alemanes invadieron Creta en 1941 por aire y mar y una fuerza de 22.000 alemanes derrotó a 44.000 aliados, entre ellos casi 30.000 británicos que, o salieron huyendo hacia Egipto, o se rindieron.
Para aclaración, nomás.
Alfredo Molina
Para A. Molina (5-feb-2022, 16:57):
EliminarComo contó Patrick Leigh Fermor, a finales de abril de 1944 secuestraron al Gral. Kreipe, gobernador militar de Creta. El relato incluye la declamación latina efectuada por ambos:
"... El grupo se internó en las montañas dirigiéndose al sur, perseguido por patrullas alemanas. Al pasar cerca del Monte Ida, el lugar mitológico del nacimiento de Zeus, Kreipe se detuvo y recitó un pasaje de Horacio: Vides ut alta stet nive candidum Soracte (Mira como el monte Soracte se alza blanco cubierto por la nieve), a lo que Fermor respondió recitando el resto del poema. Ambos habíamos bebido en las mismas fuentes del conocimiento escribiría más tarde Fermor..."
https://www.labrujulaverde.com/2016/01/operacion-kreipe-cuando-los-britanicos-secuestraron-a-un-general-nazi
El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado. Por la misma razón podemos decir que la ley se hizo para el hombre y no el hombre para la ley.
ResponderEliminarEstamos inmersos en una sociedad con una hiperinflación de leyes, muchas de ellas inicuas o absurdas y mucha gente ha perdido la noción de bien y mal, de justo o injusto para ellos solo queda lo que manda la ley como referencia. Leí hace tiempo un estudio que aseguraba que el 80% de la gente, nunca cuestiona la orden de una autoridad. Así aborto, gaymonio, etc. ya son considerados como derechos para la sociedad.
En el ámbito eclesial también pasa lo mismo: abusos de poder o conciencia, negar los sacramentos a los no vacunados, obligar a comulgar en la mano, cuando muchos médicos niegan que sea peligroso comulgar en la boca, etc.
Santo Tomás enumera las condiciones para que una ley sea justa: que sea racional, bien motivada, que esté orientada al bien Común, (que no sea por motivos ideológicos o intereses partidistas), ecuánime, etc.
La potestad del Papa no es ilimitada, no puede ir contra la Fe, la Tradición, etc. tal como recogen los puntos 1124 y 1125 del Catecismo, por esos el Card. Ratziger escribió: “la autoridad del Papa no es ilimitada, está al servició de la Sagrada Tradición”. Por tanto si el Papa emite una orden jurídicamente impecable, no por ello se convierte en justa. El bien de las almas, sigue siendo la Suprema ley. Los frutos amargos del Novus Ordo ahí están.
Por lo que conozco, para la supresión de los jesuitas primaron los intereses políticos y económicos de reyes y gobernantes que presionaron al Papa. En el caso de TC, hay muchos expertos que han razonado la injusticia de tal documento que, además de ir contra la Tradición, contiene unos argumentos bochornosos para justificar la eliminación de la Misa Tradicional, por tanto injustos. Como decía Sto. Tomás: Lex iniusta no est lex.
A pesar de todo, siempre habrá quien busque argumentos para justificar lo injustificable y sembrar dudas, y será el momento de obrar en conciencia, tal como hicieron los jesuitas que se negaron a desaparecer.
Estimado Anónimo de Nemea, agradezco el interés por mis reflexiones.
ResponderEliminar1) En primer lugar, permítame que le haga llegar mis más sinceras felicitaciones por la promoción al lectorado y luego al subdiaconado que recibió este último domingo de enero.
Como dice el Eucologio (o el “Libro de las Necesidades”): “Hijo mío lee todos los días la Escritura y penetra su inteligencia” y “custodia con celo estos sagrados utensilios” “para alcanzar grados mayores del sacerdocio”.
Es necesario deslindar las siguientes líneas doctrinales de amable y educado desacuerdo de toda cuestión personal que no existe.
Para que quede claro, tengo que decirle que veo difícil que tengamos coincidencias más allá de la disposición compartida de intentar pensar EN la Iglesia.
Por mi parte, tampoco me interesa auto-citarme, pero ya he señalado anteriormente que la floración de cánones, compilaciones de breves, motus proprios, etcétera, no hacen más que complicar las cosas e impedir la solución de problemas, puesto que a todo argumento legal puede oponérsele otro contrario, y que estas cuestiones encaradas por su aspecto jurídico no constituyen más que “trampas “sin salida. Ya se sabe: “la mitad de la biblioteca dice que sí, y la otra mitad dice que no”, y más si esto se hace con la aviesa intención de encarajinar las cosas para que la autoridad no tenga que dar muchas explicaciones.
O en todo caso pueda decir “negociemos”.
2) Cuando el virtuoso obispo fray Bernardino de Cárdenas “el Colla mitrado”, fue nombrado para hacerse cargo de la diócesis de Asunción, Paraguay y Santa Cruz, los jesuitas no quisieron recibirle y declararon la sede vacante. Requerido su acatamiento, lo negaron. Declarados expulsados, armaron un ejército de 1000 arcabuceros nativos para defender sus fructíferos intereses “amparados en sus derechos”. Exigidos a mostrar sus derechos, contestaron “tenemos privilegios”, exigidos a mostrar sus privilegios, la respuesta fue: “tenemos privilegios para no mostrar los privilegios” …
¡Y esto se lo hacían al más erudito y misionero de los obispos americanos! Larga historia de chicanas jurídicas que también forma parte de los estímulos para la sanción del Breve “Dominus ac Redemptor”, más allá de los reclamos de los reyes frente a las “operaciones subversivas”, y de las confusiones y tergiversaciones de la Fe cristiana entre los fieles.
Grandes reyes de España, Felipe II en primer lugar, solicitaron a la sede romana que pusiera freno a las actividades disolventes, heréticas y comerciales.
No se trata de un hecho accidental, en México sucedían los mismos hechos contra otro sabio americano, el Obispo Juan de Palafox. Y muchos años antes, fines del siglo XVI, surge un escandaloso enfrentamiento entre el obispo jesuita del Tucumán Francisco de Vitoria, por razones puramente legales y penales, entre otras cosas el contrabando de esclavos que el jerarca promovía.
Es evidente que había una actitud constante de los jesuitas de explotación de recursos y seres humanos.
(SIGUE)
Costa
(SIGUE)
ResponderEliminar3) Como se ve, es muy disímil el aniquilar y extinguir una institución dañina a pretender regenerarla fraudulentamente medio siglo después, como si hubiera sido un asunto de temperamentos o la causa fuera temporal. Recuérdese que se hacen a la Jesuit Company graves imputaciones de herejía y se juzga también su conducta contra la Corona y el Estado, disolviéndola, desperdigando a sus miembros, transferidos al clero secular, aniquilando hasta su nombre.
Casi medio siglo después, como si nada hubiera pasado y se tratara de una simple suspensión, Pio VII la “recrea”, sin exigir arrepentimiento ni mantener ningún tipo de sanciones penales.
Tenemos pues, que el entramado de normas posibilita sustituir al espíritu que vivifica, por la letra que mata. Y a la teología empírica de la beatitud del Culto celeste angélico y humano, por la mentalidad abogadil de la ventaja indiferente a la justicia.
El nivel canónico-jurídico incumbe en particular a lo más externo, precario y humano de la estructura eclesiástica y por lo tanto pasajero y modificable. La “casa construida sobre la arena”, por así decirlo.
Que haya una o mil resoluciones reglamentarias sobre los aspectos divinos de los Mysterios, (comenzando por el de la Iglesia) no agrega un jeme a la Tradición de la Fe -paradosis- viva de la Iglesia, transmitida desde la fuente trinitaria (fons trinitatis).
Esta santa herencia asume como vertientes principales de los usos y costumbres, la Tradición oral y la escrita y el Culto Divino trinitario y cristiano desde el origen de los tiempos que es custodiado por los ángeles “incorporales”. Mucho más eficaces en su tarea que los mejores guardias suizos y autos blindados…
Por otra parte reitero que la ruptura o incluso la suspensión de comunión con el Papa me parece el remedio más fácil a nuestro humilde alcance.
Disculpe si algo le pareció “áspero” en estas pocas líneas.
Costa
También es interesante leer el artículo 'La "maquinación jesuita" en el imaginario ruso' de J. Meyer (2015), disponible en el siguiente enlace:
ResponderEliminarhttps://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5671012.pdf