Nuestro apreciado Jack Tollers ya nos había desacostumbrados a sus magníficos comentarios. Pero ha reaparecido. Su comentario merece la categoría de post:
Estimado Wanderer,
A ver si me explico con claridad: estos tipos no tienen nada que ver con el país, con lo nuestro, con nosotros. Fíjese si quieren, pero desde que tengo memoria, no tengo recuerdo de que hayamos tenido un buen gobierno, maldita sea nuestra suerte.
Ahora, en algún registro, de alguna manera, siempre tuvieron que ver con nosotros. Si es verdad que cada pueblo tiene el gobierno que se merece, no está enteramente mal que quién lo representa, represente también algo de lo nuestro. Y así, Menem era un riojano piola, un chanta y un vivo del año cero. Y eso es cosa nuestra, es inútil negarlo, qué le vamo’ a hacer. Y Alfonsín representaba la solemnidad democrática e institucional de la educación normalista, con lenguaje minusválido que nos retrotraía a las épocas de la maestra sarmientina y al mismísimo Peludo, mezcla de filosofía Krausista con una insólita dosis de populismo que procede de, de... de vaya uno a saber cuándo. Rosas era muy argentino en muchísimas cosas, con hábitos y estética campera, con un donaire un poco fanfarrón y triunfalista si se quiere. Pero Urquiza no lo era menos. Sarmiento exageró hasta el infinito y en sus bombásticos discursos y febriles cartas, campanean los ecos de cien mil apasionadas discusiones políticas entre nuestros compatriotas. Desordenados, sí. Pero, bueno, qué sé yo, argentinos también.
Para qué vamos a hablar de Perón, que parecía representar a una todos los defectos argentinos y que, por eso mismo, resultaba (él y sus defectos) perfectamente digerible para la mayoría de nuestros connacionales. Su humor, su castellano, su porte, pioladas y arranques de ira eran tan, pero tan, nuestros, que se cansó de ganar elecciones, y después de la primera, sin hacer demasiada fuerza tampoco. Porque lo que decía y hacía se correspondía con un aire, con un ambiente, con una “onda” se diría hoy, nacional. Y popular, cómo no.
Y hasta me atrevo a decir que incluso De la Rúa representaba algo de lo nuestro, con sus atildados y mohínos discursos--donde invariablemente hablaba de “política”, como si eso no tuviera que ver con el país real. Pero qué sé yo, eso también es típico de por aquí, ¿o no? , que en eso nos recuerda a Justo, a Ortiz y a Videla, por nombrar sólo a algunos utopistas que parecen no haber hablado jamás con un taxista, un portero o un lavacopas sino de “política”--pero jamás de lo que realmente les pasa, les sucede, les ocurre. ¿Gobernantes esenciarios? ¿Mandatarios anti-existencialistas? Pónganle el nombre que quieran, pero puestos a hablar de política, se encuentra mucho de eso entre innumerables connacionales.
Podríamos seguir y seguir, pero para qué. Ya sabe usted a lo que me refiero: tuvimos gobiernos de toda laya, pero todos representaban, más o menos, virtudes y defectos nacionales. Como querer la chancha y los veinte, como hacerse el burro cuando la mano viene pesada, como mantener una continua inconstancia entre lo que se dice, se piensa y se hace (en materia impositiva, moral, política, lo mismo da).
De todos modos, "éstos"... "éstos" son otra cosa. Permítame anotar aquí que estos tipos no tienen nada que ver con nosotros. Ni con nuestro arte ni con nuestras costumbres, ni con nuestra estética, ni con nuestro castellano. Estos tipos no conocen el humor argentino (entre otras cosas porque carecen de humor), no saben de mate y truco, tango y carreras, fútbol y chacareras. El que tiene plata hace lo que quiere; y entonces han contratado a un par de fascinerosos que hablan--un poco--de eso; pero ellos, estos tipos, no saben ni mú del asunto. No conocen al país y ciertamente (en esto, justo es reconocerlo, comparten el podio con innumerables gobernantes del pasado) no les interesa.
No sé quiénes son estos tipos: estos Kirchner, Ulloa, De Vido, Varizat, ¿quiénes son, de dónde vienen, qué representan? Hay una enorme cantidad de argentinos que no me caen del todo: Bergoglio, por ejemplo, o Moyano si me apuran. Pero reconozco en ellos fallas o modismos, inclinaciones o furcios definitivamente nuestros. Y si no me gusta que me representen, o si niego que me representan, al menos debo confesar que en algún registro, representan cosas del país.
¿Pero éstos? Estos que proceden de las desoladas regiones del Sur, vienen sin tradición que se conozca, sin historia, sin antecedentes. No tienen biografía, o si la tienen, la han escondido con todo cuidado. No sé cómo se pueda conjugar a éstos con Los Pumas o Di Nóbili, con Molina Campos y Borges, con el Martín Fierro o Les Luthiers. Por eso me lo pregunto una y otra vez: ¿qué tendrán que ver con nosotros? Digo, ¿no? ¿Qué tienen que ver con el tractorista de Tapalqué, el obrero de la fábrica en Pacheco, la maestra de Reconquista o el taxista de Nueva Pompeya? No se me ocurre por dónde vincular a éstos con Mitre o con Illía. No puedo, por más empeño que le ponga a la cosa, conjugarlos con Maradona, con Gardel o con Alejandro Dolina. Y menos que menos, con los cartoneros, los sin techo, los miserables de siempre (los marginados son menos argentinos puesto que también quedaron al margen del país, por pura pobreza, claro está).
No lo entiendo, pero entiendo que no los entiendo. ¿Quiénes son estos tipos, qué tienen que ver con el país, por qué y en qué términos nos representan?
¿Nos representan?, ¿en serio? No sé cómo podría asociarlos con Niní Marshall o, qué sé yo, con el postre vigilante. Ni siquieran tienen que ver con Villa Freud ni Palermo Hollywood. Por lo que se ve en sus películas, diría que Pino Solanas sabe más, mucho más, del país. Y cómo no será la cosa que hasta se me ocurre que algunos periodistas saben más, mucho más, sobre la Argentina, por caso, Lanata o, incluso, (me parece, a veces), Morales Solá. Ni hablar de Carrizo o de un uruguayo como Víctor Hugo Morales.
Pero éstos, no creo que se rían con Landriscina ni que se emocionen con un gol de Tévez (para la selección, se entiende). No creo que hayan leído a Abel Posse, a Félix Luna, a Larriqueta, o, si me apuran, a nadie. No deben saber quién fue Fader, no deben saber jugar a la taba, ni deben tener idea de quién fue Castellani (Daniel, sí, el del vóleibol, pero del otro, de don Leonardo, menos).
Y éstos son los que nos representan. Estos son los que llegaron para quedarse, para hacer del país lo que les venga en gana, para hablar en nombre nuestro en los foros internacionales, para denostar a quién se les ocurra y para perpetuarse durante el tiempo que puedan.
Debemos esta herencia, recordémoslo de paso, a la fina elección, al ojo avisor y a los experimentados años de Eduardo Duhalde. Pero por bronca que me dé el recordarlo, reconozco que Duhalde era bastante argentino (en sus utopías, en su lenguage abstracto, en sus enjuagues de politiquero viejo--y en legarnos semejante calamidad).
¿Pero éstos? ¿Quiénes son, de dónde vinieron, adónde nos llevan?
Bueno, está bien. Reconozco que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen.
Pero no merecíamos tanto, señor, no tanto como esto.
Como éstos.
Saludos,
Jack Tollers.
Estimado Wanderer,
ResponderEliminar¿Qué tipo de confusión es ésta que se busca introducir? La generación del ochenta sólo adoraba un Dios: el dinero. No se trataba de gente medianamente liberal, medianamente católica, o medianamente masónica. Es que resulta, estimado caminante, imposible en materia de verdad ser medianamente. El hombre, y por tanto la política, se conforma a la realidad ó la rechaza, religiosamente. La generación del ochenta, a la que a la que Ud. valora, medianamente, odió todo lo que fuera argentino, desde su gente y religión, su arquitectura, y hasta la mismísima vegetación. No dudaron siquiera en desmembrar el territorio cuando ello sirvió a sus intereses monetarios, alianza de por medio, con el pérfido Imperio del Brasil (ni sus batallas pelearon). No, estimado, su rechazo fue categórico, religioso. En este punto resulta por demás ilustrativo dar una nueva lectura a nuestra constitución de 1853.
Atte.
La Guitarra de San Nicolás.
P.d. De patricios no tenían nada. Le nombro un verdadero patricio: el Dr. Passo.
Guitarra: No le parece un poco manualística, exagerada, ideológica y naîf su postura?
ResponderEliminarEstimado Wanderer,
ResponderEliminarEl comentario efectivamente tiene las características que Ud. manifiesta, las cuales entiendo acordes al formato “blog”.
Atte.
La Guitarra de San Nicolás.
Estimado Caminante:
ResponderEliminarCoincido plenamente con el comentario publicado, pero debo mencionar que no me sorprende. No me sorprende que nuestro gobierno y el que viene no nos represente. Que no lleven con ellos la impronta rioplatense, pues visto internacionalmente no resulta díscolo. ¿Qué gobierno actual representa sus tradiciones?
Una fugaz mirada a los gobiernos en general nos daría una muestra clara de que no somos los únicos que tenemos un gobernante que no nos representa. A modo de ejemplo podríamos mencionar a la mayoría de los países europeos, donde la modernidad intenta día a día terminar con los pocos rasgos tradicionales que tienen las naciones.
Toros en España, es mala palabra. El casamiento en Inglaterra, Holanda, Dinamarca o Italia es algo casi privativo de los homosexuales, sus diarios así lo expresan. La familia en Francia, no es otra cosa que un rejunte de negros africanos hacinados en suburbio. Ni que hablar de la religión.
En Japón, el sol, símbolo de un Imperio, hoy fue remplazado por el logo de Toyota. Las Artes marciales y el espíritu milenario de la cultura oriental, fueron reemplazadas por el Feng Shui, el I Ching, el horóscopo chino y cualquier otra basura pseudos oriental ésca de moda.
En la India se cambió la meditación por la fabricación de computadoras y la exportación de cerebros baratos y serviles de la Gran potencia del Norte.
La lista es interminable, las costumbres de los pueblos no son más que anticuadas mañas de los viejos que ya no sirven para nada porque no generan plata y con plata hoy se puede hacer cualquier cosa. Antes el dinero no te hacia educado, hoy si. Por eso creo que la circunstancia de tener un gobierno que no nos representa en absoluto, no es más que una pequeña muestra de lo que está por venir. Gracias a Dios todavía este es el primer gobierno que no sabemos quienes son, en otras partes del mundo hace más de cincuenta años que no saben quienes son y hacia eso vamos, disfrutemos de lo poco que nos queda, porque estamos entrando en “El mundo Feliz” vaticinado Huxley.
Así que camarada a coma asado y tome vino, matee todo lo que pueda empáchese de dulce de batata, fume, deléitese con Dolina mientras pueda porque lo que se viene no es más que un sándwich de miga integral de milanesa de soja con agua potenciada con vitaminas y cáscaras de naranja caramelizadas de postre.
Salud - Escoribuela
Estimado Wanderer,
ResponderEliminarNo podría ser tan amable de aclarar aquélla afirmación suya por la cual manifiesta su preferencia en favor de permanecer súbdito de la corona española. Por favor matice. (Creo que lo suscribió en oportunidad de responder un comentario hecho por “Gallo”.)
Cordiales saludos,
Nazi puro.
"La patria ya no existe. Claro que, literalmente hablando, todavía existe. Disponemos aún de un ejército y de funcionarios. Pero la monarquía se está destruyendo de vivo en vivo. Ya se nos ha destruido. Un anciano, cuya muerte, cercana, le puede llegar por cualquier resfriado, mantiene en pie el trono por el simple hecho, milagroso diría yo, de que todavía es capaz de sentarse en él. Pero, ¿hasta cuándo podrá hacerlo? Nuestro siglo no nos quiere ya. Los tiempos quieren crearse ahora estados nacionales. Ya no se cree en Dios. La nueva religión es el nacionalismo. Los pueblos ya no van a la Iglesia. Van a las asociaciones nacionalistas. La monarquía, nuestra monarquía, se basa en la religiosidad, en la creencia de que los Habsburgo fueron escogidos por la gracia de Dios para reinar sobre tales y tales pueblos, muchos pueblos de la cristiandad. Nuestro emperador es el hermano del Papa en el siglo, Su REal e Imperial Apostólica Majestad, y nadie más sino él: apostólico. Y ninguna majestad en Europa depende tanto de la gracia de Dios y de la fe de los pueblos en la gracia de Dios. El emperador de Alemania seguirá gobernando aún cuando Dios lo abandone; reinará si es necesario por la gracia de la nación. El emperador de Austria-Hungría no se puede permitir que Dios lo abandone. Pero ahora Dios lo ha abandonado".
ResponderEliminarJoseph ROTH, "La marcha Radetzky", p. 280.
Excelente el comentario de Jack Tolliers.
ResponderEliminarAhora, a modo de reflexión en voz alta, me pregunto si el "nos" (de nos representen) se refiere a una Argentina de la que ya queda muy poco. Posiblemente éstos que ahora nos (mal) gobiernan representen tanto a los que se identifican en la cumbia villera y el paco, como a los que lo hacen con las fiestas rave y el éxtasis.
Tal vez, los K. sí representan algo de la Argentina de hoy. Quizás la Argentina con la que (con defectos y virtudes) nos identificábamos ya no existe.
Después del último superclásico jugado en esta cancha (ratio-intellectus) confieso que terminé desalentado de intervenir. Ya no sé si lo sé, ni sé si no lo sé, me dije, entre tanto ir y venir, latines y campeonatos de ocurrencias. Pero no hay ofensa, porque también me dije que así son los amigos, que así sería una buena mesa de amigos. Y pensé que me gustaría conocerlos, parió.
ResponderEliminarY ahora Tollers me entusiasmó otra vez, con su expresión fluidísima, un poquito cacareadora, casi compinche. Sólo por eso casi me pongo de acuerdo, pero no puedo.
¿Que quiénes son éstos, que de dónde vienen, que cómo están ahí? Tollers antepone un país normal, con algún resto de tradición o nobleza, en cantidad suficiente como para salir de este interminable desfile de gobernantes patéticos.
Éstos vienen de donde viene cada vez más gente, desde hace cada vez más tiempo y en cada vez más lugares. Vienen de Bonasso, de Pigna, de Sebreli, de Halperín Donghi y su apellido de cacofonía tentadora, de Sarlo, de Su Giménez, de Mo Casán, de Maradona, del baile del caño, de GGG y su Pajerly Program, del paco, del chorro, del asesino y el violador. De las logias, de las sectas, de las divisiones infinitas. De P12, los 80 culos de los kioscos, los supl. Ñ y ADN. De Mejía, Buela, Larrañaga, Bergoglio, Piña y el Corpus en la de Mayo. De estafas instantáneas y filas y trámites para toda la vida. De generaciones de mujeres grandes con la cabeza llena de culebrones y generaciones de jóvenes prostituyéndose por dos mangos, a diez mundos de cualquier discernimiento. De este país donde las villas crecen a lo ancho tanto como las torres top crecen a lo alto. ¿Cómo que no sabemos quiénes son éstos?... ¿Sigo?
Que un reservorio disperso pase y repase minuciosamente las páginas de Castellani no equivale a que esto nos tome por sorpresa. Éstos son aquéllos y vienen de ahí, del hueco enorme de una Argentina abortada.
Lupus
NAZI: Soy monárquico desde los trece años, cuando mi profesor de historia de primer año del secundario me enseñó la "Política" de Aristóteles. Eran las épocas en que los colegios católicos garantizaban algo de buena doctrina y en que Marcelino Champagnat era un beato que aconsejaba y no el santo con cara de Riky Martin en el que lo han convertido ahora sus "hermanos". Imáginese que no me resulta agradable vivir en una republiKeta.
ResponderEliminarLo que quise decir es que hubiese preferido no ser hijo de la revolución, o sedición, de Mayo. Cualquiera sea el sustantivo, el juicio será siempre negativo. Hubiese preferido ser parte de una república integrada al reino de España, una especie de "commonwealth británica", sólo que, en este caso, sería una "comunidad de fe" o una "comunidad de tradición" y no una "comunidad de riquezas".
Por cierto que, de ningún modo, quisiera ser hoy súbdito de Juan Carlos el Bobo o de su hijo, Felipe el Morganático. Para eso me quedo con Kristina. Ni siquiera me interesaría mucho ser súbdito de don Sixto de Borbón. Preferiría a un Habsburgo, a Félix por ejemplo, hijo del beato Carlos de Habsburgo, que se negó a renunciar a sus derechos sobre la corona imperial y debió exiliarse en México. Como verá, no tengo muchas probabilidades de satisfacer mis deseos.
Conde: Excelente el libro de Roth para entender la monarquía, y muy oportuna su cita.
Lupus: Gracias por su aporte.
¿De donde vienen éstos? pregunta Tollers en su excelente post. Y creo la respuesta va, mas o menos, por donde dice Escorihuela. Seré más crudo: creo que éstos vienen de acá mismo, y de nosotros. Son mucho peores que Alfonsín, Ménem y demás "próceres", pero son sus hijos y nietos. Alfonsín y Ménem vivieron otra época, más benigna, más culta, aún, todavía, más o menos religiosa. Les gustara o no, tenían que oler el humo del incienso. Estos olieron desde pollos el humo de la marihuana. No sé a santo de qué dijo Marechal aquello tan remanido: "somos los padres de los piojosos y los abuelos de la nada"... Y lo dijo hace unos cuarenta años. En fin, tampoco hay que desanimarse; la cosa nunca fué fácil. Cordialmente, el Gallo.
ResponderEliminarGregoris: Cuando sus comentarios esten libres de agravios y de sandeces, y signfiquen un real aporte a la discusión del blog, serán publicados.
ResponderEliminarEstimado Caminante:
ResponderEliminarUd. hace un juicio negativo acerca de la revolución de mayo, sin embargo creo que esa afirmación es al menos contradictoria con la ponderación de magnífico, que elevo a la categoría de post lo comentado por Tollers.
Veamos, si hubiesemos sido una colonia española hoy no gazaríamos de todas las identidades que recopiladas por Jack.
Inisto no debe vanalizase la sangre derramada por tantos y tan buenos patrotias.
Saludos - escoribuela
Gregoris: He leído nuevamente el comentario que envió porque no deja de sorprenderme. Ud. me compara a mí, a Pablo de Rosario y a Juan el Mendocino con Lilita Carrió y, luego, nos acusa de masones, simplemente por no pensar como Ud.
ResponderEliminarAl seguir leyendo descubro la clave del problema: Ud. se confiesa peronista. Una vez más, Gracias General por el legado que nos dejó!
Escoribuela: Es probable que, de haber seguido perteneciendo a la corona española, no tendríamos algunos de las cualidades que ennumera Tollers. Quizás tendríamos otras mejores.
Estimado Caminante:
ResponderEliminarUno de los defectos intelectuales del ambiente tradicional es la «visión unidimensional» de las cosas. Las distinciones entre fe y razón, filosofía y teología, ética social y sociología, filosofía de la historia e historiografía, se desdibujan y dejan de ser operativas para esta visión. Si usted hace una descripción sociológica de un período histórico determinado, llueven las críticas unidimensionales que se formulan, en el mejor de los casos, desde la sola dimensión de una «teología de la historia» propia y, en el peor, desde una suerte de «revelación privada», en virtud de la cual se censuran sus opiniones como si hubiese puesto en duda algún dogma de fe.
Otro defecto es el «endurecimiento epistemológico» de las ciencias particulares. Aunque la cuestión ha sido debatida por muchos tomistas, para demarcar la filosofía de las ciencias particulares hay que tener en cuenta que mientras la primera alcanza conclusiones ciertas, las segundas no pasan de conclusiones probables o de conjeturas abiertas a una posible refutación posterior. Y así, mientras la filosofía de la historia permite arribar a conclusiones ciertas, de carácter abstracto y universal, la historiografía no alcanza tal certeza en sus generalizaciones. Y digo más: respecto de las grandes síntesis históricas, o de la interpretación de grandes series de hechos, la historiografía sólo puede llegar a unas conjeturas generales, siempre sujetas a revisión y por tanto siempre discutibles. Sobre los hechos singulares, cabe un conocimiento que se aproxima a la certeza, fundado en una evidencia extrínseca, que proviene de la fiabilidad de los testimonios y de otras fuentes que puede recolectar el historiador. Sirva de ejemplo el caso de aquel Zar respecto del cual la historiografía siempre sostuvo fue enterrado en una catedral, mientras la leyenda popular dijo que simuló su muerte para escaparse a peregrinar por Siberia y ahora resulta que, desde hace pocos años, gracias a los exámenes de adn, la leyenda popular ha devenido en la hipótesis histórica más probable.
Sería una grave confusión dotar de certeza filosófica o teológica a las afirmaciones que habitualmente hacemos sobre hechos o procesos históricos concretos. Y lo mismo hay que decir del conjunto de opiniones que componen las corrientes historiográficas.
Por tanto, el revisionismo histórico argentino, en cuanto corriente historiográfica, ni goza de certeza filosófica, ni es dogma de fe; la historia profana no tiene «hechos dogmáticos», ni «interpretaciones auténticas» ni «Santo Oficio» encargado de guardar la pureza doctrinal. ¿O es que vamos a evitar la «papolatría» para terminar cayendo en la «revisiolatría»?
Lo anterior no obsta a que yo piense que el revisionismo es la corriente historiográfica científicamente más seria de la Argentina. Pero opinable, revisable, discutible y matizable, siempre, so pena de dejar de ciencia para convertirse en mito o en tabú.
El tercer problema es el rigorismo moral de los «cazacómplices». No existe en las inteligencias de éstos una teoría que les permita deslindar las acciones que constituyen una verdadera cooperación (formal) en el pecado o en el error, de las acciones que tienen sólo razón de una mera cooperación material. Con esta deficiencia in mente, creen que el mal, o el error, son entidades substanciales, con las cuales no se puede tener ningún tipo de contacto, so pena de caer en una suerte de «impureza legal» veterotestamentaria. En base a meras apariencias exteriores, o a un casuismo que se carga la virtud de la prudencia, levantan el dedo acusador contra hermanos en la fe, acusándolos de complicidades morales inexistentes.
¿De dónde vienen estos defectos intelectuales? Conjeturo –no dogmatizo- que del racionalismo en sus diversas formas.
Cordiales saludos.
Pablo (Rosario)
Wanderer dijo... Soy monárquico
ResponderEliminarCoincidimos.
Ahora en cuanto a las preferencias, convengamos que justamente la idea de la monarquía es que nuestras preferencias sobre quién debe ser el rey son irrelevantes.
Pero como a los israelitas, Dios no nos mandará un rey hasta que no estemos preparados (si es que alguna vez lo estamos).
Estimado? Wanderer
ResponderEliminarTodos somos K.
Bienvenidos al Disney de la globalización. Parece mentira que gente grande, todavía no pueda aceptar la realidad, que aunque duela es lo que hay. Por comisión u omisión, reitero, todos somos K. Así que a llorar a la llorería y aguante que no hay quien pise. Si queremos que cambie, participemos, con acciones efectivas que nos alejen de las especulaciones de quien parece tener un horizonte que termina, dos cuadras antes de la General Paz. El Sr. K., a quien califico como un muy mal actor de segunda, es el producto genuino e inalterado de nuestro tantas veces promocionado crisol de razas. Con un papá prestamista, usurero, una mamá ignota, abogado rematador de propiedades hipotecadas, es lo que pudimos ser y o no pudimos o no quisimos. Ahora la va de ex combatiente montonero, cuando en realidad, huyó como lo que es, un cobarde. Nada, basta de lamentaciones y a laburar.
Olaf, el tímido
Estimado Wanderer,
ResponderEliminarTendré que discrepar en esta con usted. Ma que si! con usted no! con mister jack, porque aunque 16 comentarios alaban su katarsis porteñística no puedo mas que decir que me parecio entre deprimente y pintorezca, deprimente por lo que Jack pretende para englobar una especie de "argentinidad" y pitorezca porque es casi una fotografía de la clasemedia que tiene miedo de pasar luján porque mas allá esta el malón.
Todo lo que nombro don Jack es propio de la argentina, pero con un tufillo, que digo! TUFO Y OLOR fortisimo! de porteñismo.
Habría que preguntar también si "estos" (a los cuales deploro también, aclaro para que no se me confundan) comen choripanes, tienen subtecard o compran el pase todos los días, toman café en corrientes y uruguay, odian a los chilenos que nunca conocieron, putean brasileros por tv y en el fondo tienen un pequeño amor por un madrid vacio, un paris de cotillon y una roma a la cual consideran sucia para asimilarla a buenos aires. Roma no es sucia.
El cambalache de personajes nombrados en defensa de una especie de argentinidad pedorra (va la palabra perfectamente) pretende justificar que ESO es lo que ESTOS no son. Bien los varizats, kirchers, batman y robins de los "frios del sur" no son argentinos. No puedo mas que decir don Wanderer: que berretas, quizas charly garcia tenia razon cuando los pinto alla por 1982, "SI QUERES ESCUCHARE A LA BBC AUNQUE QUIERAS QUE LO HAGAMOS DE NOCHE Y SI QUIERES DARME UN BESO ALGUNA VEZ ES POSIBLE QUE ME SUBA A TU COCHE, "PERO NO BOMBARDEN BUENOS AIRES".
Me he dado cuenta entonces que no soy argentino por no haber nacido dentro de la general paz/riachuelo. Me di cuenta de no ser paisano de los mios porque me asquean los personajes nombrados, me di cuenta que don bergoglio es mas argento que 23 millones restantes y que, en el fondo, gardel si era nacional.
Una sola cosa me ata a la argentina de don Jack: leia los libros del Padre Castellani ANTES de vivir en estos pagos capitalinos. Mi consuelo estaría entonces en el entrañable cura loco que se vino a estos pagos desde RECONQUISTA. El pueblo ehh, no la calle microcentril-santelmistica, que curioso no?...
No se me enoje don Jack que me he enojado ya yo un poco. Se me pasa con mi katarsis.
PD: (supongo que mas de uno hara retumbar en su mente: este debe ser sureño, provinciano o algo, se le nota, bueno dones argentinos, tienen razón).
El Abad que tiene su abadía en la capital porque Dios esta en todos lados pero... atiende a la vuelta de Jack.
Me pregunto ahora y aprovecho que nadie ha comentado.
ResponderEliminarA lo que dije arriba agrego: quizas don Jack vive en bella vista. suerte de burbuja llena de caras con pintura, intendentes fabricatorres, aldos muy ricos, telos por puertacuatro, reyes jaimes muertos, etc.
Sería quizás esa burbuja bonaerense también ARGENTINA. No asi los demas millones.
Otra cosa: Villa general belgrano por vender cerveza y ser nazi es argentina tambien? o solo durante oktoberfest?? que intriga...
Un saludo a ud don wanderer y mister jack que seguramente es el mas rana del barrio la mondiola.
Pucha que sos divertido!