Algunos días atrás, cuando discutíamos las correrías
caribeñas de Fernando y Mariví (la muy descarada que es tapa de Noticias de
esta semana), aparecieron dos comentarios que me han dado que pensar.
Uno, de un Anónimo del 30/06, a las 9:50 hs., escribía: “San
Juan Bautista, el primer martir (sic) es martir (sic) de la moral , no de la Fé
(sic). Jésus (sic) nos da la Fé (sic) para ejercer la moral ( virtud )”
Otro, de un Anónimo del 1 de julio, a las 9:31 hs., que
terminaba: “Voy a decir algo más. Creo que hoy la vida religiosa se resuelve en
una sola cosa: ayudar a los pobres y a los enfermos. No hay más. O se toma la
decisión o hablamos y nos creemos cristianos… o leemos a Santo Tomas y le
decimos a los demás como tienen que vivir desde un escritorio”.
Resulta claro que las procedencias ideológicas de los dos
comentaristas son bien diversas: el primero, un digno representante del “tradicionalismo”
de los ´50 y el segundo, de una progresía culta, estilo Criterio. Sin embargo,
la base en la que reposan es la misma, y no sé si llamarla paganismo o liberalismo,
o paganismo liberal, a fin de cuentas.
Veamos. Afirmar que la fe nos es dada para ejercer la moral,
es una burrada bastante grande que eximiría de comentarios, al menos en este
blog. Séneca, o algún otro de los filósofos paganos, podría haber dicho algo
semejante: lo importante es ser buenitos y portarse bien. Ser virtuosos para
que los dioses nos regalen la contemplación, podría decir Aristóteles. Y no
está mal para una sociedad pagana, pero el cristianismo es tutta un´altra cosa.
Es un orden radicalmente distinto del orden pagano. Ciertamente, debemos ser
virtuosos y portarnos bien, pero esto es apenas un medio, y de los más básicos
y elementales, para ascender a los estadios superiores de la fe, en el camino de
retorno al Uno. El comentarista ha invertido el orden: la fe es un medio para
ser buenos; un instrumento bastante útil para lograr que nos portemos bien, que
es el fin. No me digan que no es más que una reformulación para nada sutil del
mandato liberal según el cual la religión debe ser apoyada a fin de que ayude a
la regulación social, es decir, a conseguir ciudadanos buenos y que hagan
demasiado lío. La finalidad de la fe, y de la religión, para nuestro
comentarista es ser buenos.
Y para rematarla, lo pone al Bautista como mártir de este
paganismo liberal. Que si volviera Juancito le cortaría la cabeza, me parece…
Un mártir es un testigo de Cristo. Es decir, alguien que da testimonio de una Persona
que nos dejó un mensaje y, en ese mensaje, hay un componente moral. Y así, el
mártir es mártir de Cristo, autor del mensaje, no de una parte mezquina de
éste, aunque haya sido esa partecita la causa inmediata del martirio. Como si
la pobre Santa María Goretti hubiese muerto por la virginidad, como podría
haberlo hecho una vestal romana. Ella murió por su fe en Cristo que, en ese
momento concreto, se manifestaba en la defensa de su virginidad.
Vayamos al segundo. La vida del cristiano pivotea
constantemente en tres virtudes: la Fe, la Esperanza y la Caridad. Sin ellas,
no se es cristiano. Y la Caridad, la más importante de todas y que consiste en
el amor a Dios, necesariamente debe derramarse en un amor concreto a los demás.
Y así, efectivamente, el cristiano debe ayudar al otro y, de entre ellos, a los
más débiles y necesitados, en todo sentido. La historia de la Iglesia es una
buena muestra de este razonamiento. Podemos decir que esta acción social
sobrenaturalizada aparece ex abundantia cordis: porque hay Caridad, hay ayuda a
los demás.
Sin embargo, el segundo comentarista, como el primero,
invierte los términos: para él, el cristianismo se resuelve en ayudar a los
pobres. No hay aquí ni abundancia ni corazón. Lo que hay, es pura acción
filantrópica. En otros términos, la religión, y las religiones, son no más que
grandes, efectivas y honestas ONG que, con su accionar, contribuyen a lograr
una sociedad mejor y más justa. Los gobiernos deberán apoyar entonces a estas
antiguas ONG a fin de lograr mejores ciudadanos. Un postulado que sería
suscrito por cualquier liberal y, seamos honestos, por muchos -la mayoría- de
los obispos argentinos.
En definitiva, no entendieron la esencia del cristianismo. No
son religiosos. A lo sumo, son éticos.
"La teología de Gustavo Gutiérrez, independiente del ángulo desde el que se mire, es ortodoxa porque es ortopráctica y nos enseña el adecuado actuar cristiano porque procede de la verdadera fe." (Muller)
ResponderEliminar¿Un guiño al planteo del segundo anónimo?
Saludos.
Sin Caridad, de nada me sirve.
ResponderEliminarSan Pablo
Estimado Wanderer:
ResponderEliminarLamentablemente los hombres somos naturaleza caída. Salir de ese estado, sólo se puede hacer con la ayuda de la gracia.
Y para colmo, generalmente hacemos oídos sordos a la ayuda que viene del cielo.
Así ha sido siempre el hombre. Desde que Caín mató a Abel, nada nos puede extrañar.
Un abrazo.
Tiene que ver con lo mismo que usted notó unos posts atrás: la moralización de la religión lleva a un "portarse bien", cuando lo primero es el aprender, creer y contemplar con nuestras insuficientes fuerzas, los misterios.
ResponderEliminarEl resto, la ortopraxis, es añadidura.
No olvidemos, además, que la caridad "es en la verdad" (dogmas). No hay propiamente Caridad cristiana en quien se desvive por los pobres y se porta bien pero sin adhesión a la Fe.
Y sin embargo, en el cristianismo primitivo la ortopraxis era signo de ortodoxia. Así lo dice Ignacio en la carta a Esmirna, y de alguna manera también la Epístola de Santiago.
ResponderEliminarEn un cierto nivel el problema es que, como dice Uds. Wanderer, la caridad no nace de la abundancia del amor de Dios sino de cierto imperativo moral. Pero no se puede subrayar más una que la otra. La menor oposición es siempre peligrosa.
En otro nivel, el problema no es ni siquiera que se ocupen de los pobres. Sino que se ocupan cegados de sociologismo, creyendo que porque son pobres son buenos o porque son pobres no se les debe anunciar el evangelio.
Sin entender que la pobreza de la que habla el Evangelio es muy distinta a la que se puede encontrar en la Villa 31.
¿No estará en el centro del error el alejamiento de la Patrística y su primacía claramente contemplativa?
ResponderEliminar¿No habrá que volver a Newman, por lo menos?
Es verdad, primero la Fe, luego la Caridad, pero dice Santiago de la Fe "sin moral": ¿Acaso esa fe puede salvarlo?.
ResponderEliminarEsta todo muy bien, pero a veces cuando leo algunos de estos post o comentarios, da la sensación de que son justificación para quedarse contento con aceptar las proposiciones del Credo, total salir a ayudar a los pobres (o a mi vecino) es cosa de gente que moraliza la fe. Es verdad, un lindo gesto a otro sin gracia no es caridad, pero la fe sin no va acompañada de obras, está kaput...
ResponderEliminares sólo una sensación, por supuesto: yo no conozco ni las caras ni el corazón de nadie acá.
quizá, para equilibrar y dar una imagen completa de la cuestión, también se podría hablar de la generosidad de corazón que brota de la gracia. en las vidas de los santos hay para todos los gustos...
El Juglar
El liberalismo "católico", qué cosa! Lean la crítica a Belloc de Mariano Fazio, el gran adoctrinador del Ghetto:
ResponderEliminarhttp://elmatinercarli.blogspot.com.ar/2009/10/hilaire-belloc-atacado-por-los.html
Me pregunto si los muchachos del Ghetto no serán los principales opositores al arreglo con la FSSPX.
Si hay algo totalmente opuesto a la FSSPX es el espiritu de estos muchachos:
http://www.institutoacton.com.ar/articulos.php
Lean por ejemplo el artículo del muchacho Bosca...
El enemigo es interno. Más peligroso es un neocon que un progre, tan sutil y "ortodoxo"...
Quizás sea más peligroso Fazio y su banda que el señor Muller.
Iván el no tan terrible
El del segundo comentario:
ResponderEliminarNo me molesta esa interpretación. Quizás el comentario no este completamente en orden con algunas ideas, incluso mías. Pero, hablemos en serio: ¿cuantos son los católicos para los cuales la ayuda concreta es una tentación contra su vocación?
Dice Marechal: primero filosofar, después vivir. O bien, el hombre no vive sin contemplación etc. Etc. Pero lo cierto es que, sea en la riqueza o en la pobreza de las naciones, los contemplativos no abundan, pues no tiene que ver con eso. Más bien en aquellos extremos abundan los pensadores de todo tipo. De todos modos, hay que celebrar la gran cantidad de filósofos en cada época. Los pobres celebran. Nadie se queda atrás. Incluso con el estomago vacío se piensa mejor. “Todo es verdad en cierto modo –dicen los pobres- y con eso nos alcanza”. “Estamos en contra de la ocupación exclusiva y existencial por la obtención dinero”. “Yo debo estar bien, pues aun siendo pobre, me vienen a pedir plata”. “Esta sociedad nos quiere consolar con lo grotesco.” “Somos una gran familia.” “En la ciudad se respira una energía frenética”.
Cristo alimentó, y con ello no negó la comida. Habría que preguntarse precisamente si acaso no se esta considerando la disputa entre acción y contemplación como un juego de equipos donde se tira de la cuerda. Si así fuera habría una reducción.
Saludos
Por cierto, Martin, no tengo ni idea de quien es Muller, ni de toda la pandilla de intelectuales que cito Iván. Pero contra un adversario intelectual es necesario hacerle una concesión infinita cuando se busca la verdad. Yo me hago cargo de lo que dije. Aquello en que menos se piensa, es en lo que hay que pensar… o bien detenerse en ello, y dejar que los pensadores sigan pensando.
ResponderEliminarsaludos
No sólo los liberales tienen una visión utilitarista de la religión. Ejemplo, el franchutito Maurras, pero a ese no se lo critica. En fin...
ResponderEliminarLector