¿Querían colegialidad? Aquí tienen
colegialidad
La colegialidad fue el caballito de batalla de los innovadores del
Concilio. Querían reducir el magisterio monocromático del Papa –el primado
petrino era demasiado autoritario-, diluyéndolo en la “colegialidad”,
obligándolo a decidir junto a los obispos, casi como un primus inter pares. Apenas fue elegido Francisco, los jesuitas
americanos estaban seguros que su hermano convertido en Papa pondría “renovado
énfasis en la colegialidad, la colaboración y el liderazgo commpartido con el
episcopado en el gobierno de la Iglesia”. Para esto se crearon las Conferencias
Episcopales nacionales, un instrumento que, por extraña heterogénesis de los
fines, debía dar un estatus de paridad a los obispos en relación con el Papa
pero, en cambio, lo que consiguió es hacer de los obispos –cada uno de los
cuales es sucesor de los apóstoles- un anónimo dentro de un grupo burocrático…
pero este es otro tema. Volvamos a la colegialidad tal como la ha aplicado
Francisco, sobre todo, en relación a la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).
Recordemos que, por muchos años, era el presidente de la CEI quien tenía el
discurso inaugural al comienzo de la asamblea anual de los obispos. Demos ahora
la palabra a Sando Magister: este año “el cardenal Angelo Bagnasco, que todavía
figura como presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, aunque Francisco
lo haya desautorizado imponiéndole un secretario general, el cómico
Galantino, pidió a Francisco que sea él,
el Papa, quien pronunciara el discurso inicial de la asamblea plenaria de los
obispos convocada para el mes de mayo, lo que ningún pontífice había hecho
antes. El pedido del cardenal, se lee en el comunicado oficial, “ha encontrado
la pronta disponibilidad del Santo Padre que le confió que había tenido esa
intención”. En efecto, se sabía desde hacía algunos meses que Francisco había
decidido dar él mismo el discurso inaugural”.
¿Qué les parece? A mi, que ya soy viejo y conozco la historia, esto me
recuerda un poco a las reuniones del Soviet Supremo bajo el gobierno de Stalin:
cuando todos los delegados del Soviet, que debería ser el poder legislativo,
frenéticamente, espontáneamente y por unanimidad, se levantaban para pedir,
implorar, suplicar al “camarada Stalin” que sugieriese él mismo las decisiones
que debían tomar. El camarada Stalin, en un primer momento, se sorprendía, pero
enseguida, agradecido y reconociendo que el pedido del Soviet Supremo era de
corazón, gustosamente se dignaba a tomar el mando de la asamblea. Entonces,
improvisaba un discurso que había preparado hacía ya algunas semanas: lanzaba,
quizás, una campaña de represión contra los “saboteadores escondidos en el
Partido”. Y entonces, los centenares de miembros del Soviet Supremo se ponían
de pie aplaudiendo frenéticamente, durante decenas de minutos. En la URSS de
Stalin, el Soviet podía aplaudir también durante horas, sin parar, porque el
camarada Stalin, allí presente, observaba y tomaba nota del primero que,
dándose aires, se sentaba y dejaba de chocar las manos. Al día siguiente,
desaparecía.
¿Es exagerado lo que digo? ¿La acogida de los obispos italianos no habría
podido ser producto del terror al porteño, no-juzgador, simpático y manso papa
Francisco como era con Josip Vissarionovic Stalin?
Lean lo que dice Magister:
“Desde que él es Papa, la CEI está como esclavizada. Francisco pidió a los
obispos italianos que le dijeran cómo preferían que fuese el nombramiento de su
presidente y de su secretario: por voluntad del Papa, como siempre ha sido en
Italia, o por votación libre como sucede en los otros países. Cuando se dieron
cuenta por dónde venía la mano, la intención de casi todos los obispos fue de
dejar la nominación a la voluntad papal. Y si él quiere que primero se haga una
votación consultiva, se hará, pero en secreto y sin publicación de los votos.
Se le dará al papa la urna cerrada y él hará lo que quiera. La CEI es la
desmentida viviente de los propósitos de descentralización y “democratización”
de la Iglesia atraibuidos a Jorge Mario Bergoglio: el único que hoy está dotado
de autoridad efectiva es el secretario general Nunzio Galantino, obispo de
Cassanio all`Jonio. Pero su autoridad es puro reflejo de la del papa, que es
quien lo nombró”.
Teología de la mala eduacación
Algún diario se ha pregunta acerca de las condiciones de salud del Santo
Padre. Y esto porque, en repetidas ocasiones, ha faltado a citas y encuentros,
algunos de ellos muy importantes, sin previo aviso y sin explicaciones. Como
quizás recuerden, el 22 de junio de 2013 fue esperado inútilmente en el
concierto que se daba en su honor organizado con ocasión del Año de la Fe. El 4
de diciembre Francisco canceló bruscamente la audiencia con el cardenal Angelo
Scola y con los representantes de Expo-Milano que querían invitarlo al evento.
Además, el 28 de febrero, con pocos minutos de anticipación, Francisco postergó
la visita al Seminario Romano; una semana antes de partir para Tierra Santa,
anuló la peregrinación al Santuario del Divino Amor previsto para el 18 de
mayo; el 9 de junio anuló imprevistamente algunas audiencias, entre ellas la
que iba a conceder al Consejo Superior de la Magistratura. La última fue un
baldazo de agua fría para los numerosos fieles que lo esperaban en el
Policlínico Gemelli. Los medios de prensa daban cuenta de esta situación: “Gran
desilusión de los presentes que esperaban al Pontífice en el momento del
anuncio. El staff del Papa se encontraba ya en el lugar de la visita. El
ceremoniero pontificio, Mons. Guido Marini, cuando se le preguntó el motivo de
la cancelación de la vista, respondió: “Si no lo saben ustedes…”. El anunció
fue dado a conocer por el obispo Claudio Giuliodori, asistente eclesiástico de
la universidad católica, explicando que la visita se postergaba. Giuliodori no
dio ningún motivo”. Porque no lo sabía nadie, como queda claro, ni siquiera su
staff. Para celebrar la misa y leer la homilía que iba a pronunciar Francisco,
se buscó al cardenal Angelo Scola…
Pero todos estos compromisos cancelado sin explicación dieron pie a que
algunos medios de comunicación tomaran por cierta la excusa que luego fue dada
por el staff papalino (“leve indisposición”) y a preguntarse si el pontífice no
estaría gravemente enfermo. Puedo tranquilizarlos con respecto a la salud de
nuestro amado Papa: si hace lo que hace, es porque se le da la gana. En la
curia de Buenos Aires me han dicho que hacía lo mismo allá cuando era cardenal:
una parroquia lo invitaba, sacerdotes y fieles preparaban en evento durante
meses, las mujeres se encargaban de una comida festiva, y él llegaba corriendo,
decía corriendo la Misa, y se escapaba corriendo, prácticamente sin saludar,
sin decir una palabra, dejando a todos desilusionados en torno a la mesa
preparada para el festejo. En la curia de Buenos Aires se asombran sinceramente
de ver nuevamente a Bergoglio, ataviado con vestiduras papales, y que ¡sonríe!
¡y abraza a los niños! Muchos me lo describieron como un huraño arisco y
áspero, un autoritario arbitrario que siempre provocaba más miedo que simpatía,
especialmente en la curia, donde podía frustrar carreras y había instaurado un
clima de terror. Me lo describieron como un grosero y un mal educado, un
rencoroso y, todavía más grave, sujeto a enamoramientos y detestaciones
fortísimas, y sin motivo alguno, hacia las personas. A aquel que ama, lo
defiende contra toda evidencia y lo promueve contra todo mérito; hacia sus
preferidos asume incluso actitudes serviles (“les hace de monaguillo en las
misas”); de aquellos que odia, se venga durante años.
Desde los primeros actos de su pontificado, el Santo Padre mostró que se
dejaba arrastrar por estas simpatías y antipatías arbitrarias. Todos recordarán
el metejón que se agarró con el director de la residencia Santa Marta donde
vive, monseñor Battista Ricca, hasta nombrarlo incluso su representante en la
cúpula del IOR, el banco vaticano. Recuerda Magister: “Cuando en junio último
lo promovió a ese rol, el papa Francisco desconocía el pasado escandaloso de
Ricca, durante los años en los que éste era consejero de nunciatura en Argel,
Berna y, sobre todo, en Montevideo”, donde convivía con su amante, en la misma
sede de la Nunciatura. “La intimidad de la relación entre Ricca y Haari eran
tan evidentes que escandalizaron a muchos obispos, sacerdotes y laicos de ese
pequeño país sudamericano, incluidas las religiosas que servían en la
nunciatura”. Cuando personas de su confianza le informaron al papa Francisco
del pasado de Ricca y de su todavía más escandaloso retorno a la carrera, el
Pontífice les agradeció, se documentó y prometió que obraría en consecuencia.
Pero después de diez meses Ricca es todavía el prelado del IOR.
En Bs As le decían "Amargo Obrero", por su hosquedad de trato y su pauperismo ideológico. En la CEA declamaba participación, pero quería que cada obispo argentino consultara con él antes de decidir en temas de fondo. Se molestó mucho cuando no pudo ser reelegido; peor cuando (al ser nombrado presidente de al CEA) Arancedo cobró alguna autonomía. Se quejaba por los nombramientos episcopales que hacía Roma sin su participación (poquísimos). Pero ahora desde Roma nombra a quien quiere, sin participación de la CEA (el caso más ruidoso es el capuchino Novoa). Bergoglio es un autócrata. Concentra poder, en genial los demás ceden y le dan más poder. Atrae y cautiva a su propias víctimas. pero nadie está seguro con él. Puede elevarlo a los cielos o precipitarlo a los infiernos con gran rapidez.
ResponderEliminarSe entera de todo, porque es muy hábil para sonsacar información. Le encanta que le cuenten menudencias de los otros, para calar en las personalidades. Como Perón, a cada uno le hace creer que que confía en él y que entre los dos hay cierta complicidad(hablándole bajito y al oído). Todo con el infaltable "reza por mí", que cierra el acto de chismerío o conspiración y difamación en un clima de espiritualidad.
Aunque su sombra se advierte todavía, en la Curia de Buenos Aires ya se respira mejor aire. Gracias a los cardenales que se lo (semi) llevaron
Es como el gobierno de los "Keershner", diría Carrió... premian a los desastrosos.
ResponderEliminarNo hay duda, este hombre no puede ser más que uno más de los precursores que le irán haciendo la cama al Anticristo, como nos supo enseñar Castellani.
ResponderEliminarPodríamos resumir diciendo que Bergoglio es un kirchner de blanco, a las similitudes me remito:
ResponderEliminarmaleducado
vengativo
poco culto (aunque el finado era un bruto de toda brutez)
colaboradores mediocres y serviles
demagogo...
en fin para que seguir, tal vez estemos a las puertas, para la Iglesia, de una "década ganada", Dios nos libre
Dame un ejemplo de cada cosa que decis acerca de el. No lo googlees y respondas con periodismo ignorante
EliminarTengo una duda que me asaltó hace pocos días y la expongo aquí: ¿y si Benedicto renunció por coacción indirecta? Me explico: un catálogo de decepciones hicieron dudar al Papa de su propia capacidad, a nivel humano, para sujetar el timón de Pedro: los "cuervos", el mayordomo de confianza filtrando documentos, daba la impresión de una curia vaticana ingobernable porque un Papa no era capaz de gobernarla. Hoy están tranquilos. No más filtración de documentos. No más cuervos. ¿No es sospechoso? ¿No habrán conspirado para hacerlo sentir inútil y obligarlo a renunciar? la figura de la coacción indirecta ¿es posible? Benedicto se sintió inútil y humanamente incapaz para gobernar porque le hicieron creer eso. Su renuncia no sería totalmente libre. Como buen conocedor de la teología Ratzinger sabía muy bien que la asistencia de la gracia requiere un mínimo de recursos naturales y él se sintió -o lo hicieron sentir- desprovisto de ellos.
ResponderEliminarBertone tenía conocimiento que estaba meditando la decisión de renunciar desde hacía un año. ¿Y si conspiraron para acelerar su renuncia? ¿Si no hubiera ocurrido el escándalo de los vatileaks, hubiera renunciado?
Por eso algunos se apresuraron en aclarar que los vatileaks no influyeron en su renuncia, para que a nadie se le ocurra hablar de coacción indirecta.
Vale la pena leerlo... porque lo único que tenían en común todos estos obispos era que no eran del palo.
ResponderEliminarhttp://diocesiscde.info/index.php?option=com_content&view=article&id=3861:resumen-explicativo-de-la-situacion&catid=34:apoyo-a-nuestro-obispo&Itemid=86
No se si reir o llorar cuando algunos conocidos me dicen que no hay mayor muestra de que el Espíritu Santo obra en JB que cuando ríe, abraza niños, saluda, etc., pues antes de ser Papa era un amargo.
ResponderEliminarPío