-¡Bah! -respondió la otra, como invadida por un desaliento y una pereza repentinos-. ¿Para qué estas luces en el campo, que es lo mismo que decir en el desierto? Nadie va a verlas.
-¿Nadie? ¡Pero si llega la gente por la noche, desde la carretera, con sus coches, se pondrán muy contentos al ver nuestras luces!
Alain Fournier, El gran Meaulnes.
Parece una pesadilla. Parece también el capítulo de alguna novela apocalíptica de mediados del siglo XX escrita por un autor afiebrado, que exageró hasta lo grotesco su descripción de los últimos tiempos de la Iglesia. Parece que desde hace algunos meses estamos viviendo en alguna de las películas más oscuras y lascivas de Passolini, o en el libro escrito en conjunto por los enemigos más acérrimos de la Iglesia.
Y sin embargo, no parece. Es. ¿Podría alguien imaginar hace pocos años que uno de los cardenales con más poder dentro de la Iglesia y llegada directa al Papa, fuera encontrado por la gendarmería pontificia presidiendo una orgía homosexual con decenas de participantes, que tenía lugar en un departamento ubicado encima del Palacio del Santo Oficio y en la que fue detenido su secretario privado? Imposible.
La iglesia subterránea no era solamente la que Sacheri explicaba en los ’70. Había otra, mucho más peligrosa, astuta y silenciosa que recién ahora está siendo descubierta, y me temo que quede aún mucho por descubrir.
Mientras tanto, el timonel que conduce la Barca en esta tormenta, la más borrascosa desde la Reforma protestante, se entretiene en la realización de un sínodo poblado de vejetes cuyas únicas ocurrencias son platitudes, palabras vacías, discursos hechos y obviedades. O, peor todavía, se entretiene hablando, y cuando habla nos confirma en la certeza que de esta tempestad no salimos si no es por especial y portentosa intervención divina. (Aconsejo uno de los últimos videos de Michael Matt donde analiza el discurso de Bergoglio).
¿Qué hacer? ¿Qué podemos hacer nosotros, simples y pobres laicos, mientras asistimos al angustiante y desgarrador espectáculo de la Iglesia que se cae a pedazos? Colgar faroles encendidos en la ventana, como hacían los titiriteros en el misterioso castillo al que había ido a parar el gran Meaulnes. Serán, en algunos casos, faroles pequeños, de papel, en los que apenas si cabe una vela; otros serán más grandes, con vidrios de colores. No importan los detalles. Lo que importa en estos momentos de zozobra es que todos los faroles cuelguen de las ventanas y derramen su luz, más tenue o más intensa, en la noche. De esa manera, los viajeros que cansados y perdidos no pueden orientarse en medio de la oscuridad, divisarán a los lejos la luz de algún farol y sabrá que allí pueden encontrar refugio, lumbre, un poco de pan y un poco de vino, y quizás también aceite, leche y miel para reponerse de las penurias del viaje.
Hace casi cinco años publiqué en este blog un breve cuento de la serie de Don Gabino titulado: “Don Gabino y el monte tenebroso”, previendo casi en penumbras, lo que se avecinaba. Los invito a volver a leerlo. Creo que puede ayudar en estos momentos.
Gracias, Wanderer, por recordarnos un libro tan amado como El gran Meaulnes. Volví a releerlo hace poco y todo el asombro y la conmoción que el libro me causó de muchacho seguían allí. Quiera Dios que en la Iglesia podamos volver a encontrar ese Dominio Perdido. Cada cual, como bien dice Ud., tendrá que colgar su farolito en la ventana.
ResponderEliminarGASTÓN: ¿No hay posibilidad de disponer del video con subtitulos?
ResponderEliminarMe disculparan, pero esto de hablar contra Francisco ya se ha vuelto una obsesión entre los "tradis" y neocones, desviando que los JP II, Ratzingers y Montinis no fueron mucho peores, precisamente por esa pátina de conservadurismo y maldad sofisticada con que destruyeron la Iglesia. Francisco puede ser burdo y malo, pero lo es derechamente y no solapado como los otros y, precisamente por eso, mucho menos dañino.
ResponderEliminarNo le disculpo nada... anonimo de las 11;13.
EliminarY así puedo colgar aqui mi lamparita, por cierto que muy modesta, pero lamparita al fin que alguien verá.
Lo que ha llegado a oler tan mal en "Dinamarca" se viene pudriendo desde hace mucho mas que décadas.
Si uno dice esto y da razones relacionadas con el asqueroso guelfismo de triunfalistas visiones e inmarcesibles e "indefectibles" presunciones papolatras, papistas, clericaloides o como se las quiera llamar... (resumidamente,ocloeclesioclerigocraticopapolatricas)... digo, si uno dice cosas asi, muchos se ofenden. Se enojan.
Asi se pierden en el camino algunos amigos que desde alli (ingrato momento) uno siente que lo mirarán para siempre como una suerte de leproso portador de alguna pustula heterodoxa...
Pero sí.
Estos lodos son consecuencia de monumentales polvos... montañas de polvo.
Desmesuras y ensoberbecidas presunciones alejadas del pristino espíritu de los inicios. Y algo más todavía.
No es solo la cuestion de la Misa. Tampoco se trata de asuntos de doctrina trastocada. Aun sumando el desastre de la neo-moral que procura agradar al mundo, apenas si estamos tocando las periferias del asunto.
Parece, no mas, que no hallará la Fe sobre esta tierra a su retorno el Juez Misericordioso y Justo.
Cuidado con las lámparas!!! Que no se acabe el aceite que las mantendrá encendidas hasta ese día. Tal vez tan cercano.
11:13 ¿no habrá querido decir no fueron mejores?
ResponderEliminarCoincido con el anònimo del 12/10 11.13 hs., y creo que se queda corto: màs que obsesiòn, en conservadores y neocones hay una negación de la realidad. Los pontificados conciliares anteriores al actual han sembrado la semilla de la caìda.
ResponderEliminarDisiento con el anónimo en cuanto incluye a "tradis": si por tales entendemos a los "lefes", la imputación no es justa porque éstos siempre le pegaron duro y parejo a los Papas conciliares, cuales fueren. A estas alturas, Mons. Lefevbre debería ser considerado un visionario.
John Camorra
Coccopalmerio ha negado rotundamente las acusaciones:
ResponderEliminarhttps://secretummeummihi.blogspot.com/2018/10/primera-reaccion-de-card.html
Qué buen post cargado de esperanza... Gracias, Wanderer!
ResponderEliminarGASTÓN: Desde luego el peor defecto de Marcel Lefebvre fue tener razón demasiado pronto. Pero no creo que visionario sea la palabra adecuada, por aparecer vinculada a lo ilusorio y aquí, por desgracia, es todo muy real. He estado buscando. Quizá previsor, intuitivo... ¿A alguien se le ocurre algo?
ResponderEliminarY que el caos comenzó en marzo 2013 supongo que lo afirmarán los mismos que han estado décadas negando la crisis de la Iglesia. Sin los actos interreligiosos de Asís, el beso papal al Corán, las alabanzas al Islam del Vaticano II -documento Nostra Aetate- y mil precedentes más Jorge Bergoglio no habría llegado ni a provincial de la Compañía de Jesús. Aparte de que sus dos nombramientos -obispo y cardenal- los firmó Juan Pablo II.
Nos queda mirar a la luz, a Cristo y reconocer también que Dios está con nosotros y nos está obligando a mirar a la ortodoxia como camino de esplendor y coherencia. La institución latina, en su más alta jerarquía se lleno de ñeros y travestis nocturnos pervertidos.
ResponderEliminarProfético, sería una descripción más adecuada de Mons. Lefebvre
ResponderEliminarIsaac
ANÓNIMO dice:"!Qué buen post cargado de esperanza... Gracias, Wanderer!" GASTON responde: Ya dijo no sé quién que asomarse a un abismo no es para todos y aquí hay ciertamente un abismo. Que no ha creado Wanderer. Se ve que a Vd, Anónimo, lo que le va es matar al mensajero como si tuviera la culpa de las malas noticias. Olvida Vd que sin un diagnóstico previo no hay tratamiento curativo posible para la enfermedad. Vd confunde la virtud teologal de la esperanza con la negación de la realidad cuando ésta es desagradable. Y desde luego agradable, lo que se dice agradable, es más agradable un espejismo que un abismo. Por eso tienen tantos clientes los traficantes de drogas. Y no sigo...
ResponderEliminarLa repercusión mediática en el mundo secular de este sínodo está siendo prácticamente nula. Me temo que se saque un conejo de la chistera para conseguir titulares.
ResponderEliminarPasolini, con una sola ese. El diablo (?) está en los detalles...
ResponderEliminarCuando se viaja con tanta oscuridad, agradeces la luz que te indica que hay gente cerca, y que te ayuda a encontrar el camino al refugio.
ResponderEliminarEstos años se han ido apagando bastantes, por los motivos que sean, por lo que mantenerla encendida es un gran consuelo.
Hermenegildo, aquí está la verdadera desementida de Coccopalmerio: https://www.youtube.com/watch?v=z6GgrL6a-cc
ResponderEliminarLuciano Tanto, en este caso el diablo no tuvo nada que ver. Pasolini -y me refiero al cineasta Pier Paolo- se escribe con una sola "s".
ResponderEliminarMr. Wanderer: ¡qué fantástica alegoría!, suscita una extraña mezcla de tristeza y esperanza. Más todavía, si uno se atiene a lo de Tolstoi, eso de que "hay verdades que solo se ven a media luz". Tal vez. Tal vez en estos tiempos oscuros, esa media luz cálida y llamadora, atraiga las mentes y corazones de los que buscan la evasión -al modo tolkiniano-.
ResponderEliminarLos que buscan y los que aman tendrán que dar batalla, ¡claro!
Disculpe las notas entrecortadas, voy siempre de camino. Suyo,
Capitán Dalroy.-
GASTÓN: Gracias a Isaac. No sé de quién es la frase: "La verdadera historia de la Iglesia es la historia de los santos. Lo demás es historia profana". O sea que los que están ACTUALMENTE escribiendo la historia de la Iglesia UNA, SANTA, CATOLICA Y APOSTOLICA no son Cocopalmerio y compañía porque lo que ellos hacen no se diferencia de las miserias morales de otras sociedades. No hay nada de específico en esas conductas de las que puedes encontrar casos parecidos en la historia del imperio español, portugués o británico. Lo verdaderamente católico no son los fastos ilusorios de los viajes pontificios, las jornadas mundiales de la juventud u otras formas de pirotecnia juanpablista. Lo verdadera y específicamente católico son, hoy como siempre, los santos, los cristianos maltratados, perseguidos o asesinados en paises islámicos. Es Asia Bibi, dentro de poco 9 años en el corredor de la muerte de una cárcel pakistaní. Y su martirizada familia. Son los traicionados católicos chinos. Mary Wagner luchadora pro vida en una cárcel USA. Etc, etc...Gracias a ellos -y a tantos otros que sólo Dios conoce- la Iglesia sigue hoy prevaleciendo sobre las puertas del infierno. Y nuestro pecado -el nuestro, no me refiero ahora a los escándalos- puede ser dejarnos absorber por el morbo de los escándalos y olvidarnos de los mártires.
ResponderEliminarJan Ellery: usted también tiene razón; si quiere, digamos que Disandro fue más visionario que M. Lefevbre.
ResponderEliminarPero es que la Iglesia viene derrumbándose en cascada como un mazo de naipes, y quizá ya sin esperanza de restauración, desde el CVII; antes al menos estaba esa esperanza -o parecía estar, ya no se sabe qué pensar.
John Camorra
Hermenegildo
ResponderEliminar¿Y qué esperaba que dijera Coccopalmerio, que es un corrupto homosexual y drogadicto?
Gaston, me temo que ud interpreto que el mendaje del anonimo era ironico. Creo que no lo era. Y coincido con el anonimo. En medio de la pena que da todo esto el recordatorio de que tenemos una mision, aunque sea minuscula, anima y da esperanza.
ResponderEliminarThe yanquee.
Jack Tollers:
ResponderEliminarhttps://adelantelafe.com/wp-content/uploads/2017/09/coccopalmerio_and_capozzi.png
¿A que no le cuesta imaginárselos de camisa hawaiana florida en un crucero gay?
Coccopalmerio puede negar todo lo que quiera, pero no puede contra la matematica.
ResponderEliminarSi vos Coccopalmerio (A), te elegis un secretario personal (B), que esta demostradisimo que es super super recontra super drogon y trolo (C), por caracter transitivo si A=B y B=C, entonces vos Coccopalmerio sos lo que ya no logras tapar!
Tal cual, Yanquee. No había ironía en mi mensaje. Los faroles son signo de esperanza; al encenderlos o hallarlos, nos permiten vislumbrar Luz en la desoladora oscuridad.
ResponderEliminarYa se derrumbaba la Iglesia en la Edad Media o no nos acordamos del sueño famoso de Inocencio III o de la conocida imagen de la Santa Iglesia como la Luna, con sus distintas fases. Nuestra labor actual es la santidad, injertarnos en la vid que es Cristo para dar fruto abundante, reconstruir la Iglesia desde la verdadera hermandad tanto con vivos como difuntos (la Tradición) y llamar a quien podamos para que vuelva al Camino de la Salvación. En España había una costumbre de que de noche o cuando hubiera nieblas o nevada se tocase las campanas de las iglesias. Era el «toque de perdidos» https://historiaragon.com/2017/08/19/la-campana-de-los-perdidos/ También se tocaban la cuerna o se daban voces para encaminar a los extraviados en los montes y puertos de montañas. Toquemos pues estos toques de perdidos para que vuelvan al sendero de la Jerusalen celeste aquellos que se han extraviado en esta epoca oscura.
ResponderEliminarAhora no es lo mismo Eck, antes tenian a la verdadera iglesia y podían apoyarse en la autoridad de verdaderos papas, ¿ahora donde manda usted a la gente? ¿a la misa nueva que no vehiculiza la verdadera Doctrina sino el error modernista?¿a la fenomenología juanpablista? ¿al evolucionismo ratzingeriano?? no Eck no se equivoque ya no se puede ni siquiera usar esos métodos con sentido común porque esta gente hasta eso borró del planeta.
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