Uno de los peligros a los que estamos expuestos es la fanatización. Es natural. Cuando se ataca a instituciones, principios o personas que nos son caras, nuestra respuesta comporta a todo el complejo humano, y poseen un fuerte ingrediente pasional. Y esto, que es natural, puede convertirse en problemático cuando esa pasión obnubila el juicio y no permite distinguir matices.
Ninguna duda cabe acerca del modo absoluto con el que debemos defender todas y cada una de las verdades de nuestra fe. Debemos defender con la vida si fuera necesario nuestra fe en la Santísima Trinidad y en la divinidad de Nuestro Señor. Y debemos defender del mismo modo a la Santísima Virgen. Cualquier católico tenía el derecho, e incluso el deber, de asentar una buena trompada en la jeta a Mons. Manuel Linda, obispo de Oporto, que hace pocos días negó públicamente la virginidad física de Nuestra Señora. Y eso no es fanatismo. Es simplemente la conducta de hijos bien nacidos que defienden lo que creen.
Pero aquí aparece el peligro: elevar al mismo puesto de la fe cuestiones que son meramente humanas, o poner en el mismo nivel de certeza la divinidad de Jesucristo con la maldad o bondad de un hombre, y reaccionar de modo similar cuando una u otra son atacadas. Esto es lo que yo entiendo por fanatismo. Nos apropiamos de una premisa sobre la cual no podemos tener más que una certeza moral y humana, y por tanto falible, y la absolutizamos, como si fuera una cuestión de fe, negándonos obstinadamente a siquiera considerar la evidencia que pueda contradecirla. En términos chestertonianos, la volvemos loca, en tanto que comenzamos sacar de ella todas las consecuencias que en buena lógica deberíamos sacar de una verdad absoluta. Por ejemplo, “Si el obispo Mengano es progresista y habla bien del Papa Francisco, entonces todo lo que haga será necesariamente malo y cuestionable”. O al revés, “Si el padre Zutano es conservador, usa hábito, es muy espiritual y predica como un místico, es necesariamente bueno y todo lo que haga está bien”. Y lo peor es que seguimos sacando consecuencias. Para el primer caso, será atacar indiscriminadamente y por todos los medios a Mons. Mengano, y en el segundo, será defender “hasta con la vida” al P. Zutano, negándonos en ambos casos a actuar prudentemente. Sin darnos cuenta y con la mejor de las intenciones, nos talibanizamos.
Alguien talibanizado contra el papa Francisco se negará a reconocer que el pontífice tiene aciertos, por ejemplo, algunas de sus críticas al capitalismo o a los obispos y sacerdotes. Y alguien talibanizado a favor de Marcial Maciel o del P. Marie-Dominique Philippe, seguirán aún hoy defendiéndolos a pesar de las evidencias y condenas en contrario. Y nada de eso sirve.
Pero vayamos a Mons. Tucho. Ya hablamos en el post anterior sobre el decreto que firmó en la vigilia de Navidad y que pueden leer aquí. Yo decía que había varias disposiciones sensatas y Hermenegildo me preguntó si era una ironía porque, pareciera, él no encontraba ninguna sensatez en el decreto y muchos lectores quizás no admitan siquiera la posibilidad de encontrar sensateces en ninguna de los escritos o disposiciones tuchescas, lo cual sería una talibanización.
Poniendo bajo un paraguas la opinión que tengo sobre el novus ordo y que todos conocen, y dadas las circunstancias que la enorme mayoría de los católicos asiste a misa en esa forma del rito romano, encuentro sensato lo siguiente del decreto de archiepiscopal:
1. En el apartado titulado MONITOR, Mons. Fernández regula la intervención de los fastidiosos guías de la misa, y sugiere su desaparición cuando dice “No es necesario que exista una guía (o “guión”) en las celebraciones litúrgicas”. Es que las guías no tienen ya ningún sentido. Esa fue una práctica que se introdujo en la Iglesia en la tercera y peor etapa del Movimiento Litúrgico, luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando comenzaron las “experimentaciones litúrgicas”. Como los fieles no entendían lo que ocurría en la misa latina tradicional, decían ellos, necesitaban a un monitor que los guiara en lengua vernácula. Y así, mientras el sacerdote hacía las oraciones al pie del altar, el guía explicaba, por ejemplo, el sentido de la festividad del día; luego explicaba la idea central de las lecturas mientras el cura las leía en voz baja y en latín, y así con el resto. Una vez que se cambió el rito y se celebra en lengua vernácula, la guía deja de tener sentido, sencillamente porque no es necesario explicar lo que ya está claro.
Me parece bien, entonces, que se sugiera la desaparición de esa figura anticuada e inútil, y si no quieren hacerla desaparecer para no quitarle protagonismo a las viejas de las parroquia, por lo menos que las limiten y que interrumpan lo menos posible el rito.
2. Cuando habla de la MÚSICA, todos estaremos de acuerdo con que los cantos de la Santa Misa deben ser “musicalmente armoniosos, bellos, que susciten la piedad y la oración, y cuya letra transmita contenidos religiosos”. Más allá de que seguramente no nos pondríamos de acuerdo con Su Excelencia acerca de lo que él entiende por “piedad” o por los “contenidos religiosos” que deben transmitir, no por eso su disposición deja de ser sensata.
3. Aplaudo particularmente su disposición sobre la HOMILÍA, que en la mayor parte de los casos se ha convertido en la tortura semana de los fieles católicos. Dice Tucho: “La predicación deberá ser preferentemente breve, no superando los 15 minutos… En cualquier caso, la extensión deberá asegurar que queden a salvo la armonía y el ritmo de la liturgia; de otro modo, deberá optarse por una conferencia antes o después de la celebración”. Convengamos que en muchas ocasiones las homilías duran media hora y son la oportunidad que encuentra el cura para su lucimiento personal. Está muy bien que quiera explicarnos la enseñanza de Santo Tomás sobre la caridad o la última encíclica del papa Francisco, pero no puede obligar a los fieles a escuchar como público cautivo su ocurrencia semanal. Acertadamente dice el arzobispo platense que, para eso, organice una conferencia a la que asistirán los que están interesados, pero los curas no tienen por qué martirizar a su comunidad con sus monsergas interminables.
4. Finalmente, me parece también sensata su disposición sobre la ORACIÓN UNIVERSAL, que en muchas ocasiones termina convirtiéndose en una interminable perorata en la que se empieza pidiendo por la Iglesia y se termina pidiendo por el kioskero de la esquina al que ayer le extirparon el apéndice. Dice Tucho con toda cordura: “Al igual que el guión, las “preces” también deben ser breves en su extensión, en poca cantidad (no más de 5 ó 6),…”.
Se trata de evitar el fanatismo y la talibanización, para un lado o para el otro, y buscar la verdad, y sólo la verdad, por más dura que sea y por más contraria que en ocasiones aparezca a nuestros deseos o aspiraciones.
tal cual, coincido en apariencia con Tucho. 1- en cuanto al "guía", detesto ese tema, no sabía que venía del preconcilio. Para mí era un invento progre pastelero y meloso. 2- seguro que no coincido con Tucho en este tema( en cuanto a lo entiende por música sacra), los progres rellenan la misa con cantos "piadosos" al mejor estilo DJ. 3- AQUÍ SÍ... le doy toda la razón, sobre todo desde que voy a misa tradi en fsspx. Tradicionales pero malos oradores!!!! Aparentemente les dijeron, prediquen 35 minutos sí o sí. No siguen las reglas de la homilética. Salvo honrosas y raras excepciones, cansan y no llenan.
ResponderEliminarBueno, bueno...Tucho, como todo reloj ( aunque descompuesto) da la hora correcta, al menos una vez al día...
ResponderEliminarDos veces al día...
EliminarEstimado Wanderer: pensé lo mismo al leerlo. El problema es que esas cuestiones son el abc de cualquier entendido en liturgia y detrás de esas normas quedan sepultados los decretos de Mons .Aguer (quién dicho y sea de paso nunca supo hacerlos cumplir), pe:sobre los modos de recibir la Eucaristía.
ResponderEliminarEl antecesor de Don Tucho hizo algún decreto sobre el canto litúrgico aunque nunca nadie le llevó el apunto. Supongo por cómo vienen las cosas en La Plata que ahora será mucho más eficaz el poder judicial...
Una vez más Wanderer, uno no puede sino suscribir lo dicho en este post. Y esto aunque mi posición personal respecto de la misa novus ordo es de rechazo.
ResponderEliminarPero es destacable lo dicho respecto de ciertas actitudes irreflexivas y fanáticas. Gracias.
Totalmente de acuerdo. Excelente Wander.
ResponderEliminarHace unos meses fui al monasterio trapense de Azul, y compré el último libro del padre Bernardo Olivera, "Líbranos del Malo - El combate espiritual". El prólogo es de monseñor Tucho. Más allá de algún palo que le da a los "tradicionalistas" que el papa tanto critica, me pareció (desde mi ignorancia) que doctrinalmente era correcto sobre el espinoso tema del demonio y la tentación. Alguno más que lo haya leído y piensa lo mismo que yo?
ResponderEliminarTodos piensan, incluso la jerarquía, que las homilías no son demasiado complejas. Mas se equivocan, porque no reparan en el sensato y agudo principio enunciado por un experimentado obispo, D. Francisco Terrones. En su Instrucción de Predicadores escribió: "Hay que repartir la doctrina cernida conforme a la capacidad del auditorio". No vale hacer teologías con iletrados, ni boberías donde hay doctores. Por eso el sermón es una de las tareas más difíciles del sacerdote, que sin perder la altura y la oratoria debe recorrer los paramentos de la doctrina con elegancia, sinceridad, claridad y emoción, para llegar a todos: ancianos y jóvenes, hombres y mujeres, operarios y profesiones liberales etc. Muy complejo y delicado, sin duda. En toda mi vida, no llega a una docena de ocasiones en que he presenciado homilías cuasi perfectas, pronunciadas tanto en una parroquia popular como en una añeja colegiata. Raramente en catedrales, pese a la existencia de canónigos magistrales (demasiado ampulosos, incluso absurdos, en sus elocuciones). De homilías abiertamente heréticas ya ni hablo.
ResponderEliminarSi los predicadores conocieran REALMENTE a su comunidad y preparasen sus homilias con dedicación, esmero, oración y estudio, no resultaría tan tedioso el tema de las homilias. Pero como, en general, los sacerdotes no conocen a su comunidad, ni saben quiénes son, ni qué grado sociocultural tiene, salen de los seminarios mal formados, amén de practicar una pereza activa con reuniones de las extrañas comisiones que pululan en las parroquias (Alcoholicos Anónimos, clases de yoga, decoración de pastelería mixturado con las reuniones clericales con el obispo o similar) y salen a dar charlas en vez de homilías, tocando temas típicos de autoayuda, psicología barata, sensiblería pegajosa, sociología marxistoide, afán de protagonísmo chabacano y una chatura espiritual que espanta. Bueno sería que los fieles más avispados exijan de sus sacerdotes un poco de preparación para que la comunidad avance en la vida espiritual porque justamente de eso se trata.
ResponderEliminarMuy importante lo de evitar los fanatismos. No hay que atacar todo lo que haga un progre ni defender todo lo que haga un tradi. En el marco de las mejores doctrinas y las más piadosas liturgias pueden filtrarse las peores conductas. El diablo y el espíritu humano tienen muchos repliegues y muchos ardides.
ResponderEliminarNadie quiere tocar el tema en esta página, pero a todos nos está doliendo lo mismo. Al menos en este Cuyo.
Cuando uno combate talibanes ponerse inteligentemente en taliban puede ayudar a llevar la guerra a una discusiòn racional.
ResponderEliminarEl problema de las homolias es que los sacerdotes abarcan demasiados temas juntos. En 20 minutos se puede transmitir un y solo un concepto, deberîan preguntarse Que quiero transmitir? Y circunscribirse a ello. El lenguaje si es claro es entndible por todos y no tiene que influir en el nivel.
Decía un viejo cura que si no se logra mover los corazones en 10 minutos de homilía, lo que se logra es mover los culos (del asiento).
ResponderEliminarDicho esto, invito a alguien que escuche las homilías del padre Jorge y después explique si entiende algo de la religión o cree estar frente a un místongo vendedor de tónicos capilares, con diligencia incluida.
Inmisericorde Charlone, soprano del coro Flatus Vocis
Don Wanderer, comparto lo que dice, pero qué raro es ver que el mismo progresismo debe "corregir" las consecuencias del progresismo... igualmente creo que aquí el principal "taliban" es el Tucho, y que más útil sería brindar un documentado comentario sobre el abuso que realizó. Porque se perdió mucho más de lo que es está "corrigiendo".
ResponderEliminarRepito, me parece que su comentario es correcto y llama a la reflexión, pero ¡qué mal que estamos para tener que aclarar estas cosas!
Bueno... el vaticano II tiene muchísimas cosas ciertas.. sin embargo...
ResponderEliminarAcá el tema no es el documento, es la acción concreta, el desarrollo de las ideas en el plano práctico. Mons. Aguer hizo quiticientos decretos de correcta doctrina y apego a la tradición, sin embargo casi no existen más que en el papel, no habrá limitado por decreto la misa tradicional, pero se dedico a humillar a curas que quisieran oficiarla y a fieles que quisieran asistir a ellas diciendo que ninguno sabe latín, que es una ridiculez que gente joven sienta nostalgia de algo que nunca vivió... en fin. Mons. Aguer era mas progresista que el Tucho.
Los que a veces dicen la verdad y a veces la falsean son los peores enemigos de Cristo y de su Iglesia.
ResponderEliminarDesde Adán y Eva para acá está probado que no hay mejor forma de mentir que decir la verdad a medias. Y esta vez no será distinto. Con Tucho o sin Tucho.
Me he quedado de piedra sl leer concomitante el nombre de Philippe y de Maciel: ¿qué le acusan al p. Marie-Dominique?
ResponderEliminarEn lo de los guías es que son insoportables, en algunas parroquias suben hasta tres personas a leer cosas explicativas de todo, y te hacne perder el ritomo y la concentración. Aunque cada vez también hay que decirlo que igual por la pereza de las nuevas generaciones de parroquianos, ya no hay ganas de preparar el papel para el teatrillo que montan. En esto hay que agradecer que se van extinguiendo estos guías ya anticuados y pesados.
ResponderEliminarSi es el fundador de los petit gris, como supongo, le acusan de conducta impropia con algunas mujeres adultas sin llegar a tener relaciones sexuales con estas. Algunos no ven clara del todo esta acusación y otros la aceptan sin reservas, pero sin decir el alcance de las mismas como es el caso del nuevo superior general(¿fueron algunas caídas ocasionales precedidas de una tentación provocada por estas mujeres? ¿fue una conducta más reiterativa iniciativa del P. Philippe?l). En todo caso no es comparable la conducta de quien actuaba como Maciel como un completo pervertido depredador con la de quien, en el peor de los casos, cayó en pecado con más o menos reiteración. De hecho, aunque la congregación de los Hermanos de san Juan ha detenido las averiguaciones respecto a la promoción de la beatificación del. P. Philippe, al inicio de las cuales apareció esta acusación, no conocida mientras vivía, el sigue siendo honrado como fundador de la congregación y sus escritos, de base tomista, por cierto, siguen plenamente vigentes. No cabe comparación posible, lo que no deja de ser lamentable, tanto si es cierto, aunque fuera en su mínima expresión (otro fundador no progre manchado), como si fuese calumnia (¿de dónde vendría esta maldad entre católicas que buscaban crecer en la vida espiritual para semejante mentira?).
ResponderEliminarP. ALBRIT: Lo del p. Philippe no tiene, por cierto, la gravedad del caso Maciel, pero el capítulo general de la congregación por él fundada, los "petits gris", reconoció en 2013 algunas patinadas del fundador: http://www.lavie.fr/religion/catholicisme/les-freres-de-saint-jean-revelent-les-manquements-a-la-chastete-de-leur-fondateur-13-05-2013-40155_16.php
ResponderEliminarOtro obispo dictador, esta vez en La Pampa. Expulsa a sacerdote por conservador. No sé si la noticia es vieja, pero aquí va:
ResponderEliminarhttps://adelantelafe.com/obispo-martin-expulsa-de-diocesis-de-santa-rosa-al-padre-murri-por-conservador/
Los progres y heterodoxos varios, como Tucho, al final, siguen la misma estrategia que el Opus, que en palabras de Escrivá era «conceder para no ceder». Una especie de trampa gramsciana
ResponderEliminarGASTÓN: En los petits gris ingresó en su dia Damien, un hijo del santo Dr. Lejeune, con quien se asesoró el rey Balduino para negar su firma a la ley belga sobre el aborto, y el fundador en cuestión es uno de los que pedían a Mons. Lefebvre que fuera más allá de lo que fue en lo referente al rechazo de la misa nueva. Luego él abandonó a Mons, aceptó la misa nueva y por lo demás pues ya ven.
ResponderEliminarGASTÓN a FALSTAFF: Coincido con Vd. Lo de Escrivá -si es que lo dijo él, es un camelo para justificar, quizá inconscientemente, el oportunismo. Don Gerard OSB decía algo así como que a veces hay que aceptar perder una batalla para ganar la guerra. Mons. Lefebvre le respondió que la guerra se gana ganando batallas, no perdiéndolas.
ResponderEliminarFalstaff esta sugiriendo un Bolsonaro para la Iglesia?
ResponderEliminarA mis hijos les digo, si se toman con un cura fundador, crucen a la vereda del frente. Parece que el espíritu fundador anda viniendo con mañas muy perversas. Cuando se hacen rodear de la admiración, de la fama de auténticos, crece la autoestima, y las bajas inclinaciones se abren camino camufladas de cualquier silogismo y disfraz de combate por el Reino.
ResponderEliminarRocamario de las Hileras
"Hermenegildo me preguntó si era una ironía porque, pareciera, él no encontraba ninguna sensatez en el decreto y muchos lectores quizás no admitan siquiera la posibilidad de encontrar sensateces en ninguna de los escritos o disposiciones tuchescas, lo cual sería una talibanización"
ResponderEliminarNo había leído el decreto porque no lo encontré. Le preguntaba si era ironía porque me sorprendía que usted encontrase sensato algo de Tucho, pero, por supuesto que, en la vida, no todo es negro ni blanco.
Para GASTÓN & FALSTAFF:
ResponderEliminarEl lema es: "Conceder, sin ceder, con ánimo de recuperar"
https://books.google.es/books?id=QJj6AwAAQBAJ&pg=PA86#v=onepage&q&f=false
GASTON a ANONIMO 7:09 "Lo de Escrivá -si es que lo dijo él". Como puede ver me había curado en salud. De todos modos puedo decirle desde España que recuperar, lo que se dice recuperar, los del Opus a dia de hoy no han recuperado nada. Conceder, lo que se dice conceder, si que han concedido mucho. Todo lo que haga falta. Aunque me encantaría que alguien demostrase lo contrario.
ResponderEliminarNo se si alguna vez asisti a una misa con "guia" pero me parece descabellado. En relacion con la homilia coincido con Tucho, mas de quince minutos y el feligres se distrae y en el rito que sea: mi hijo siempre me pregunta si hay homilia...
ResponderEliminarah, recién vi que esta grabada la Homilía, y fueron 18 minutos...igual la Misa cantada dura mas de 1 hora y 25 min.
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