por el Cabo Reyes
Se difundió hace algunos días un informe bastante detallado que señala al Obispo Castrense de la República Argentina como protector de sacerdotes con conductas abiertamente homosexuales.
Preguntando sobre el tema en los cuarteles se observó que el informe parece estar bien documentado. Los más viejos sacerdotes militares agregaron que el papa Francisco, está –desde hace tiempo– al tanto de todos esos caso que allí se mencionan. Y que incluso hasta en alguno de ellos estuvo directamente involucrado, porque fue durante más de un año Obispo castrense interino y nada hizo para corregir esas situaciones.
Es de público conocimiento que Francisco suele distinguir los pecados por la posición que ocupan en el cuerpo humano, pues considera como poco relevantes los pecados de la cintura para abajo. Aunque Jesucristo no distingue, más aún, mezcla los pecados sin importarle la ubicación corporal de los mismos y afirma que nacen en el corazón del hombre (Mt 15, 19).
El papa argentino gusta también afirmar que "el diablo entra por el bolsillo". No precisa la latitud corporal del bolsillo, pues los hay en diversos sectores del cuerpo. El Obispo castrense argentino repite esta afirmación pontificia hasta el cansancio.
Es cierto que Nuestro Señor advierte sobre el peligro de atesorar tesoros en la tierra (Mat. 6, 21). Y si tomamos la frase de Francisco en modo literal se debería llamar a un congreso de exorcistas para atender la casa y la oficina de este prelado.
Es sabido que una de las primeras medidas que tomó fue buscar la recomposición de su salario, obteniendo una remuneración parificada a la de un subsecretario de estado, hoy superior a los $ 200.000. También continúa un reclamo administrativo por sueldos atrasados que no le corresponden, pero exige que el gobierno nacional se los pague.
A esto se debe sumar el dinero que les cobra a los capellanes, pues todos éstos deben hacer un aporte voluntariado (en la jerga militar voluntariado hace referencia al personal que es voluntario para alguna actividad por exclusivo imperio de su superior jerárquico) no de las colectas, sino de su sueldo personal. Así el Obispo funge como agente de retención. Este dinero es denominado Fondo de Auxilio Sacerdotal, aunque los únicos auxiliados por ese fondo sean él y su staff.
Algunos informantes agregan que él y sus adláteres realizan compulsivos pedidos de donaciones (siempre en metálico) para satisfacer las necesidades del obispo. A esto debe sumarse los préstamos solicitados por el ordinario militar. Algunos de quienes le prestaron dinero manifestaron que les costó meses de ruegos y súplicas para que les fueran reintegrados. El obispo militar aducía que había pensado que se había tratado de una donación recriminándole al prestador su avaricia.
Mientras tanto, el prelado se compró una casa por un precio cercano al medio millón de dólares, pues consideraba que la residencia que le fue asignada no era digna de su condición y rango de general de división. También compró un auto nuevo acorde a un funcionario de esa jerarquía. Todas las operaciones comerciales del obispo de las fuerzas armadas se realizan con el concurso de sus parientes.
* * *
En los primeros meses los altos jefes militares creyeron que los papeles estaban errados y que el apellido del máximo referente religioso castrense no era Olivera sino Olivieri. Decían que solamente un hijo de italianos podía ser tan afeccionado a comer pastas, pues había llenado de ñoquis (en el lenguaje argentino se refiere a los empleados que no concurren al puesto de trabajo) el vicariato.
Aunque se manifestó un férreo defensor de la anticorrupción, fue contratando mes a mes a religiosos y seglares a quienes jamás se les vio poner pie en los cuarteles. Interpelado discretamente por esta situación se encargó de aclarar ante el ministro de Defensa que éstos prestaban servicios en la sede de la Curia militar.
Fue entonces que los altos jefes concluyeron que evidentemente el obispo no era hijo de italianos sino un peligro inminente, pues la sede central castrense debía estar atiborrada por todas esas personas que el prelado afirmaba que allí prestan servicio y que –en caso de tener que desalojarlas por algún siniestro– todos perecerían dada la cantidad desmesurada de personal respecto de las pequeñas dimensiones de las instalaciones.
Los altos mandos en una reunión secreta decidieron crear una comisión ad hoc de seguridad e higiene para llegar a determinar los riesgos a los que estaban sometidos los empleados del organismo eclesiástico militar. La conclusión de la comisión fue que –como habían creído los altos jefes– el obispo es de origen italiano y fomenta los ñoquis. En su discreta inspección encontraron que incluso había oficinas vacías, sin ningún empleado que siquiera fingiera trabajar. Entonces procedieron a verificar el estado de los matafuegos y se retiraron. Informados de estos detalles, los altos mandos militares volvieron a llamarlo Olivieri y pasaron a otro tema.
Estos rumores llegaron a oídos de un religioso quien fue corriendo a decirle al obispo lo que estaba sucediendo. Grande fue su sorpresa cuando Olivieri le dijo que él rendía cuentas a Dios y no pensaba darle explicaciones a nadie. El religioso notó que sin embargo los sueldos no llovían del cielo sino que salían de las arcas públicas. Pero por temor a la furia episcopal prefirió callar.
* * *
No hay que olvidar que el obispo militar es un fervoroso admirador del tristemente célebre Mons. Oscar Justo Laguna, de quien fue fiel lacayo y chofer.
Olivieri es apasionado –como su mentor– de los viajes. Y le gusta llevar su séquito. Lo extraño es que estableció que cada sacerdote que en uso de sus legítimas vacaciones decida pasarlas fuera del país, deberá solicitar su permiso por escrito siendo éste publicado en el boletín informativo del Ordinariato. Sin embargo él no publica sus viajes exprés en los que se desplaza con su fiel servidor Brocherito, uno de los ñoquis, un joven sacerdote que trajo de Traslasierra.
Justamente en los días disfrutarán de unas lujosas vacanze romane con la excusa de llevar unos papeles muy importantes para entregar en mano a Francisco.
Mercenarios!!!
ResponderEliminarEn Página 12 de hoy, nos venimos a enterar que hay un lío entre las feministas radicales y las otras.
ResponderEliminarLas radicales, que las otras tachan de conservadoras, no quieren que vayan a las marchas los mariposones con peluca, por ser una cuestión ajena al problema principal que se circunscribiría entre mujeres vs. hombres. Además, alegan que ser travesti es un lujo burgués, mientras ellas son materialistas y dialécticas.
Estas chicas me están empezando a divertir.
rico mac pato jaja...... en su depósito lleno de dinero cual si fuera un bankster rothschild esos que en la actualidad nos oprimen con sus negociados.
ResponderEliminarEs una excelente muestra, otra más (ya parecen incalculables), de la profunda hipocresía de Francisco, quien obviamente, está al tanto de todo esto (de monedas y de homosexuales).
ResponderEliminarEmético. No puedo ni quiero expresar algo más sobre la conducta este personaje.
ResponderEliminarel clero castrense de Italia es un aguantadero gay. curas gay con problemas en sus diócesis suelen reciclarse ahí, al menos en los 90 y después del 2000. no estaba al tanto de esta situación en Argentina.
ResponderEliminarEs triste.
ResponderEliminarHabiendo estado treinta y un años en servicio activo en el Ejército NO conocí un capellán cuyo servicio pastoral fuera aceptable. No me atreveré a decir que no había, simplemente digo que yo no conocí. Cada fuerza tenía un Capellán Mayor, mientras que el Capellán Castrense dependía del Ministerio de Defensa. Siendo que los miembros se mueven al impulso de la cabeza, estimo que hacer desaparecer la Capellanía Castrense sería beneficioso para la Nación que gastaría menos, para las fuerzas que tendrían menos preocupaciones, y lo más importante, los verdaderos creyentes verían que un simulacro de pastoral deja de ser oportunidad para vivir parasitariamente.
ResponderEliminarComún y silvestre.
Yo estoy dentro de la fuerza, y comparto su opinión. Los militares que sean católicos pueden tranquilamente acudir a sus parroquias territoriales. Un obispado castrense es un engendro.
EliminarSería interesante que alguna vez se tratara el tema de la licitud del «clero castrense»
ResponderEliminarConocí a varios de estos curas «asalariados», que tienen automóvil, cobran aguinaldo y lucen abultadas barrigas...
«No se puede servir a dos señores», verdad?!
¿ A qué poder están subordinados? ¿A quien obedecen?
El obispo castrense es tío del periodista de La Nación Pancho Olivera. Creo que es un buen tipo (el periodista)...y lo vi vArias veces defendiendo la VERDAD..
El despreciado de Rivendel
Recuerdo la famosa frase de su mentor que con voz mariposona gritaba: "Santiago, Santiagoooo! El auto, por favor!!!"
ResponderEliminarTodo repulsivo
Los detractores de la Iglesia Católica chillan sin parar sobre los muchos abusos sexuales que en ella ocurren; de la Mafia Gay que la infiltro, negada sólo por quien se niega a ver el nefasto problema. Se sabe que este problema no es exclusividad de la Santa Iglesia. Escuelas públicas y particulares, denominaciones protestantes, clubes deportivos, universidades, familias enteras, empresas, sectas locas, reparticiones públicas, orfanatos, hospitales y abrigos de desvalidos. En todos estos lugares, y muchos otros que ciertamente dejé de mencionar, el número de abusos es igual, o muchas veces mayor. ¿Por qué el cobro con la Iglesia es mayor - y debe serlo? Porque su patrón es el más alto y el más Santo: Nuestro Señor Jesucristo. ¡Ahora noten! No hay, sin embargo, NINGUNA institución en el mundo que reconozca públicamente ese inmenso y vergonzoso problema y que todavía haga un serio esfuerzo para acabar con él ¡Nuestra casa primero!
ResponderEliminarComún y silvestre. En lo particular me ha pasado a revés que a Ud. Hace 12 años que estoy en el Ejército, y de los 14 sacerdotes que he conocido (que puedo recordar ahora, y estoy seguro que conozco algunos más), 3 son excelentes, 5 son buenos (o sea, tienen en claro que su finalidad de la adoración a Dios y la salvación de las almas, y actúan en consecuencia), 3 más son pasables (al menos lo básico lo cumplen), 1 estaba loco/enfermo (aunque no era malo, tenía las ideas muy claras), y otros 2 son un desastre. (No doy detalle porque seguro que Mons está leyendo).
ResponderEliminarNo sé por qué destinos habrá andado Ud. (Creo que los peores casos, son los sacerdotes del interior que son diocesanos que pasan por el cuartel).
En cuanto a que los miembros se mueven al impulso de la cabeza y por ello concluir que sería beneficioso hacer desaparecer la capellanía castrense, dos cosas: 1) con el mismo criterio hagamos desaparecer la Iglesia Católica porque el Papa que tenemos es el peor de la historia. 2) Por lo que dije arriba, hay curas buenos y hacen muy bien a las almas.
Soldado D'segunda.
Olivera es "infumable" las charlas con él más aún, son una especie de monólogo pre frabricado en el cual si formula alguna pregunta a su interlocutor se la termina respondiendo el mismo, uno sale de su despacho muy decepcionado y con la amarga sensación de no haber sido escuchado...
ResponderEliminarEstimado Unknown
ResponderEliminarCon casi treinta años de servicio activo en dos Fuerzas Armadas, incluyendo el Ejército, le digo que lo suyo es una simplificación del problema, además de una afirmación injusta. Yo si conocí capellanes afeminados, avivados, vagos y de los buenos. Gracias a uno de estos pocos últimos (que vivía como ermitaño urbano), muchos en la milicia hemos recibido la Fe y la sana doctrina.
Cierto es que muchos capellanes son unos perfectos inútiles o sencillamente indignos. Pero gracias a unos pocos sacrificados (estigmatizados por el propio clero argentino por tratar con militares), todavia hay presencia católica en las unidades. Tambien es cierto que esto no deja de ser un molestia moral para las inescrupulosidades y deslices de muchos jefes que buscan “menos preocupaciones” recurriendo a la típica tesis liberal: separación de la milicia y la iglesia con la excusa del ahorro dinero
Si de ahorrar dinero se trata, lo primero que habría que hacer desaparecer no son las Capellanias y el Obispado castrenses sino esta fantochada en que se han convirtieron las Fuerzas Armadas argentinas, en las cuales el militar dejó de ser un guerrero para devenir en simple burgués, cuya villanía bien se ve en sus actitudes de “viva quien vence”. Las FFAA renunciaron a su ser y a su misión, son la nada misma en un país a la deriva; verdadero antro para un gran número de cobardes oportunistas y cumple órdenes, voluntariosos genuflexos ante cualquier imposición política con tal de mantener sus cargos, mamarrachos institucionales de lo que alguna vez fueron, indignos de las pocas pero gloriosas tradiciones militares del país. No es de extrañar entonces que los pastores sean acordes al rebaño.
Si las FFAA cumplieran verdaderamente con su misión, que es lisa y llanamente entender en el negocio de la guerra, negocio de muerte, autosacrificio y heroísmo, generando hombres como Calderon de la Barca pedía para esa “republica mejor”, le puedo asegurar que no tendríamos entre nosotros capellanes putos ni obispos burgueses lameculos, sino tipos de cojones como Juan de Capistrano, el p. Güiraldes o los capellanes del Ejército de los Andes.
Y si la causa es no escandalizar a los “verdaderos creyentes” entre los militares argentinos, la vergüenza debería ser peor para nosotros, porque debiendo ser la sal que salase a esas FFAA, por cierto las dejamos bien insípidas.
No mi amigo, la solucion no es cerrar los hospitales para acabar con la enfermedad. Cerrar las capellanias no evita putos y ni ahorra dinero, que otros seguramente robarán o malversarán para obtener sus galones y tiras
Como dijo un vero guerrero (que algo sabía de milicia), la solución pasa por ser simplemente lo que se debe ser; de lo contrario nos transformamos en la nada misma, a la que se le puede imponer ministras montoneras, funcionarios corruptos y drogadictos, jefes ineptos y traidores, obispos inútiles y capellanes putos.
Ad Astra per Aspera
Despreciado de Rivendel. No entiendo su argumento.
ResponderEliminarCuál es el problema que los curas castrenses cobren salario? Que sirven al otro señor? En primer lugar no hacen voto de pobreza (los diocesanos tampoco le informo). En segundo lugar, si son buenos (y los hay), nada malo harán con ello. El tema es si son malos. (Es como en el caso de las maestras, vio? Si son buenas cobran una miseria. Si son malas, están robando).
O que tengan automovil? Para mí, hasta el cura más pobre debería tener una buena moto, o en su defecto un auto. Facilita la asistencia a moribundos. Precisamente un cura castrense de los buenos me contaba contento que con el nuevo vehículo había llegado en cinco minutos al hospital militar a atender a un moribundo. El cura brochero tenía su malacara.
Que sean gordos, habría que ver cada caso en particular. Pero estoy seguro que fuera de las FFAA armadas conocerá algún cura bueno y obeso. Salvo que Ud sea protestante y critique al cura por ser cura nomás (de hecho, sus argumentos son exactamente iguales a los que me plantean evangélicos dentro del Ejército).
Soldado D'segunda
Que buen humor Wanderer me he reido un rato!!!
ResponderEliminarNi idea de todo lo que dicen de Olivera, pero destaco dos cosas buenas de él: 1) desde hace un tiempo, reza una Misa el último domingo de cada mes por las víctimas del terrorismo; y 2) en Agosto del año pasado hizo una valiente y categórica declaración pública a favor de los militares presos en los mal llamados juicios de lesa humanidad que le valieron el repudio de la prensa zurda.
ResponderEliminarCreo que el clero castrense se justifica más cuando la Argentina tenía todavía algo de católica. Aunque por otro lado el remanente del Ejército cuasidestruido también se merece atención pastoral.
ResponderEliminarMons. Basseotto se justificaba porque rezaba la Tridentina : ) Aunque lo hacía bastante mal.
El orbe tradicional que desconoce la caridad y la misericordia. Gracias genio
Eliminar¿Qué tiene de verdad esto?:
ResponderEliminarArgentine Whistleblower Found Dead: Family Suspects Murder
Natacha Jaitt accused close friend of Pope Francis of sex trafficking
https://www.churchmilitant.com/news/article/argentine-whistleblower-found-dead-family-suspects-murder
Me encantó lo de Ad Astra.
ResponderEliminarCamarada Soldado D´segunda. Agradezco tu respuesta y respeto tu postura. Te ruego me permitas tutearte y que vos hagas lo mismo conmigo.
ResponderEliminarComo el tema es largo y apasionante te sugiero que intercambiemos opiniones en este mismo sitio, si el caballero Wanderer lo permite. En el intercambio seguro saldré enriquecido.
Comienzo aludiendo a pedir la desaparición de la Iglesia. A alguien se le podría ocurrir, no a mí, porque siendo de institución divina es irrazonable pretenderlo, siendo testigo la historia. Conviene citar una anécdota (que no recuerdo dónde la leí) retenida en la memoria. Parece que un día, enojado, Napoleón dijo: "Voy a destruir la Iglesia", a lo que el cardenal Consalvi le respondió: "No se gaste general, nosotros los curas hace mil ochocientos años que lo venimos intentando y no hemos podido"
Si aceptás mi propuesta, no vemos en la próxima. Atentamente.
Común y silvestre
Soldado de Segunda:
ResponderEliminarAlguna vez un amigo me citó un Concilio de la Iglesia que diría que un religioso no puede estar subordinado...,por ejemplo, a la obediencia de un poder militar... No tengo la cita, pero si alguien quiere aportarla..
Lo que quise decir, entre otras cosas, es que buena parte de estos curas están aburguesados y con plata y tiempo libre..., que no aprovechan para su misión.
Si yo fuera evangelista, seguramente vería como una injusticia que los curas cobren sueldo y los pastores evangelistas no. Y como argentina no es un país católico...
En lo demás, los argumentos de Ad astra son los más convincentes.
El despreciado de Rivendel
La única vez que entré a una iglesia castrense, la de Av Cabildo, y durante la confesión le conté al sacerdote el escándalo en mi parroquia por las andanzas sexuales del sacerdote, me dijo que era mala persona y que tenía que dejar de meterme en la vida privada del sacerdote en cuestión.
ResponderEliminarNo volví más, y tampoco se lo recomendaría a nadie.
Estimado común y silvestre.
ResponderEliminarNo tengo problemas de discutir nada. Nunca lo tuve porque me gusta la verdad. Sólo le digo que por este medio estoy limitado para hablar (hay que proteger a los curas buenos, y evitar que los ahoguen en una pileta de misericordina).
Sobre el punto que Ud trata, tiene razón. El ejemplo fue exagerado y en definitiva falso. Conocía la anécdota de Napoleón. Y no tengo duda de la perseverancia de la Iglesia hasta el fin del mundo. (Incluso podría alargarme diciendo que especulo que el fin no va a ocurrir sino cuando muera el último católico, tal vez sacerdote; así como Dios no destruyó Sodoma y Gomorra hasta que los buenos salieron de la ciudad. Y de ahí la pregunta de Cristo: "Creeis que habrá Fe... etc?").
A lo que iba, si todos los curas fueran malos, pues que cierren la Capellanía Castrense. Pero no porque el Instituto "Capellanía Castrense" sea malo, sino porque sus miembros lo son. Pongo otro ejemplo (más cercano en la idea que el anterior), si todos los maestros son malos, que cierren las escuelas. O lo mismo con médicos y hospitales. Pero no porque la escuela (en esto reconozco que tengo mis reservas) o los hospitales sean malos en sí, sino por el personal que tienen dentro.
Espero que quede claro lo que quería decir. Y sí, hay curas muy buenos dentro la Fuerza. (En líneas generales, a los progres no le gusta lo militar. Eso de la Iglesia "militante" la reemplazan muy fácilmente por "peregrina").
Soldado D'segunda.
PD: habiendo pertenecido a Fuerza y con más años de servicio, doy por supuesto que Ud es más antiguo. Así que sin quitar mi estima hacia un buen católico (sí lee este blog habitualmente creo que lo es) y supongo buen soldado, prefiero mantener el tratamiento de Ud.
Estimado despreciado de Rivendel
ResponderEliminarDesconozco el dato del Concilio que me cita. Por lo que tengo entendido, los sacerdotes castrenses dependen del Obispo Castrense. Y este último dependería del Papa (aunque el poder político tenga algunas facultades sobre el Obispo). Si después la cabeza episcopal se agacha, problema de él con Dios el día del juicio.
Sobre lo de los curas aburguesados, no lo niego en algunos casos (los veo), pero no todos son así. Al contrario, a muchos los veo desarrollando una actividad enorme. Incluso en los que mencioné en un comentario anterior como "pasables" (uno de los cuales, estaba siempre moviéndose para administrar el sacramento de la confesión, y dando catequesis para el resto. No pida datos).
Tenga en cuenta que tener a un sacerdote bueno en el cuartel, para nosotros es una gracia. Podría dar miles de ejemplos, pero insisto con que no quiero comprometerlos. Su trabajo es por abajo. Y lo hacen bien. Tal vez hay que estar adentro para verlo.
"Si yo fuera evangelista, seguramente vería como una injusticia que los curas cobren sueldo y los pastores evangelistas no." No es eso lo que me dicen.
Sobre los comentarios de Ad astra, podrán parecerle a Ud convincentes, pero no a mí. Pero no me interesa tratar el tema aquí. Solo dejo una frase: "Lo social condiciona lo político, y lo político condiciona lo militar". Y una reflexión: Me han repetido hasta el cansancio que la recuperación de la patria se da en lo cultural, y no tengo problema en admitir que es así. Pero resulta que cuando lo cultural fracasa la culpa es del militar.
Soldado D'segunda
Soldado de segunda, con 12 años de FFAA , el cálculo me da que usted debe andar por los primeros años de la carrera (si se restan los 4 de instituto). En cuyo caso espero sinceramente no haberlo desalentado con lo dicho.
ResponderEliminarLa otra opción es que ande ud de sotana y no en uniforme mimetizado Y probablemente sea de los buenos capellanes que este acompañando a uniformados desde hace 12 años; en cuyo caso entiendo su afecto sincero a las FFAA y la preservación de los nombres de los sacrificados cofrades. El ojo de Sauron siempre está.
Pero vivirlas y sufrirlas durante 30 años, también algo enseña. Concédame que el enfermo crónico “sabe” algo más de la enfermedad “real” que el sano que pisa un hospital por primera vez para control médico o el “médico” que acompaña para mitigar la pena, sin haberla padecido
Lo social condiciona lo político. Pero también condiciona lo militar, porque lo militar es eminentemente Político. Renunciar a esta realidad es simplemente dejar de “ser”. Y el que renuncia conscientemente a su ser no merece existir, porque ya está muerto. Eso paso con nuestras FFAA.
La mejor expresión de este proceso, fue ese dogma que llevó a la degradación actual, sostenido desde tiempo inmemorial: la “apolíticidad” de lo militar, una especie de “limbo social” dentro de la comunidad política.. Y paradójicamente, cuanto más hondo caló esta insensatez liberal en los cuarteles, tanto más enfangadas quedaron en toda clase de politiquerías e intereses partidocraticos, golpes de estado incluidos. Así nos fue y nos va.
Una cosa es decir que “el militar es la reserva moral de la patria” (como machacaron por décadas jefes, capellanes y doctores, lanzándolos a cuanta aventura hubiera) y otra bien distinto es “serlo”.
Una cosa es un “estamento de guerreros” y otra cosa es un limbo de burgueses a disposición del patán de turno en la Rosada. “Somos el instrumento del poder político” repiten muchos desvergonzadamente, como si fuera un toque de honor; cuando en realidad quieren decir “Quizás el capitoste de turno nos deje seguir tirando un poco más”. Los Masseras, los Balza o los Milanis no nacen de un repollo.
Y respecto a la “batalla cultural”, creo que se equivoca. ¿Qué militar no está hasta la coronilla de la eterna excusa “No se puede hacer nada; los políticos no nos quieren”?. Ese “condicionamiento político” que expresa usted como un atenuante, para mí es un agravante, porque deriva precisamente de ese renunciamiento cobarde a la propia naturaleza política. Y tal renunciamiento, con el desplome consiguiente de las instituciones, no podría haber sucedido nunca sin un renunciamiento previo y mucho más grave: el moral. La batalla cultural también se libró dentro de los cuarteles y la perdimos; aceptamos esa derrota a cambio de un estado confortable de humillante subsistencia. Y si hubo algunas reacciones menores, la batalla fue mal comprendida, desastrosamente ejecutada y peor concluida.El fracaso moral y material de la milicia es el fracaso moral y material de la Polis. Los hechos lo demuestran.
Mientras la mayoría de nuestros generales, almirantes y brigadieres jugaban a la politiquería institucional en vez de estudiar a Platón, Aristóteles, Tomás y los clásicos a toda rabia, los politiqueros montoneriles se aplicaban concienzudamente a Gramsci y devoraban e instrumentaban a la perfección lo que Maquiavelo recomendaba al principe sobre cómo tratar a ese “perro rabioso” que fue siempre la peor amenaza para los absolutismos burgueses del dinero.
En resumen, el modo de obrar sigue al modo de ser; por ser lo que somos tenemos lo que tenemos: ministras montoneras, jefes suplicantes de perdones sociales, obispos vividores y capellanes que cargan por popa. Y si queremos que el verdadero ”ser” de FFAA serias de un país serio resurja nuevamente, lo primero es animarse con lo que “no es”, animarse contra ese fantoche que es lo “paródico” del guerrero y la milicia, como decía Castellani.
Pero tiene, razón. Ya a pocos interesa esta discusión.
Ad astra per Aspera
Estimado camarada Soldado D’segunda.
ResponderEliminarGracias por creerme un buen católico y un buen soldado. Ciertamente los años de servicio anuncian mi vejez. Nací en 1945, ingresé al Ejército en 1962 y me retiraron en 1993. Pertenezco a la promoción 96 del CMN. Pasemos ahora a lo importante.
Aceptado que se me salió la cadena con lo de la desaparición de la Capellanía Castrense.
Por los organismos en que revisté debí conocer 12 capellanes. La realidad fue: a) a 3 ni siquiera los vi; b) 9 no pertenecían al clero castrense; c) 1 no sé dónde estaba incardinado. Salvo una excepción, su actividad estaba limitada a: a) la celebración de la misa de precepto; b) previa una muy modesta catequesis, la administración
de Primera Comunión y Confirmación al personal de Tropa que no los hubiera recibido antes. Es sabido que la confirmación es potestad del obispo, sin embargo en 20 años de estar en unidades del arma los que confirmaban por delegación eran los mismos capellanes.
La potestad de Magisterio (enseñanza, docencia) que tienen quienes han recibido el Sacramento del Orden, no sólo significa que pueden hacerlo sino que deben hacerlo. En 31 años una excepción, Guarnición Militar Sarmiento, Chubut, año 1985, Padre Pettiti, párroco y capellán. En 31 años una sola vez vi de lejos al Obispo Castrense, Mons Bonamín; al Capellán Mayor del Ejército ni eso. Esto no justifica pero sí explica mi postura respecto del clero militar.
Mi respetuoso saludo
Común y silvestre
Estimado Común y Silvestre. Comprendo ahora (o caigo en la cuenta) de que hablamos de dos épocas distintas, y entiendo su postura. Yo sólo puedo describir la situación actual que es la que conozco. Y puedo afirmar que en líneas generales, los curas son muy buenos. (Tampoco yo vi al Obispo Castrense, aunque en este caso, no lo quiero ver, je).
ResponderEliminarLe mando un saludo, y rezo por Ud. Atte
Soldado D'segunda
Estimado Ad Astra, me puse a contestarle en largo, pero al final borré todo. No todo se puede hablar por determinados medios. Y no veo por qué tendría que hacerlo con quien no conozco. Sólo hago unas aclaraciones:
ResponderEliminar1) Nunca dije que no me interesara la cuestión, sino que no me interesaba tratarla aquí. En lo particular, lo que Ud plantea es tema de discusión prácticamente diaria en donde me muevo.
2) Sobre lo cultural, no le comprendo: primero rechaza la batalla cultural, y luego me dice "Mientras la mayoría de nuestros generales, almirantes y brigadieres jugaban a la politiquería institucional en vez de ESTUDIAR a Platón, Aristóteles, Tomás, etc". La batalla cultural se da en todos los ámbitos. No debo haber entendido bien.
3) El punto principal de mi desacuerdo es la generalización de que todas las FFAA son lo que Ud describe. Creería que Ud leyó el libro de Allegri y (no recuerdo el otro autor), "Línea de Fuego". En el primer capítulo, plantea la división interna existente en las Fuerzas desde el comienzo de nuestra historia (unitarios y federales, azules y colorados, leales y carapintadas, etc. Liberales y Nacionalistas a grandes rasgos, aunque con matices). Sigue siendo igual.
4) Tampoco yo estoy de acuerdo con la apoliticidad del militar. Al contrario. La frase (“Lo social, etc”) la puse como una descripción de la realidad, pero apenas me la dijeron por primera vez, plantee la objeción de que si bien eso era un hecho, no teníamos que admitir que se impusiera, sino que, si lo social/político es malo, había que hacer resistencia.
Francamente me gustaría poder charlar con Ud más libremente. Espero alguna vez encontrarlo, así podemos hablar mejor. Dios dispondrá.
Soldado D'segunda
Estimado Soldado D'segunda. Ahora me doy cuenta que omití algo importante. Estoy convencido que los capellanes que conocí eran buenos, en ninguno vi algo reprochable. Lo que me pareció casi intrascendente es su actividad en el ámbito militar, quizá porque era una más dentro de otro montón de ocupaciones. Mi afectuoso saludo y gracias por sus oraciones.
ResponderEliminarComún y silvestre.