En mi niñez y en la de muchos lectores de este blog, tres payasos españoles —Gaby, Fofó y Miliki—, nos hacían reír con un humor sano y ingenuo que los niños de hoy, con celulares y Netflix, desconocen por completo. Y una de sus canciones decía: “Mi barba tiene tres pelos, tres pelos tiene mi barba…”. Los puntanos quiere saber cuántos pelos tiene Barba. Me temo que los suyos serán pelos hirsutos y muy alejados de las inocentes canciones de Miliki.
Pasada la tormenta de clemencia pontificia, propongo algunas reflexiones:
1. El día mismo de conocida la renuncia, Mons. Martínez Perea dio algunas breves entrevistas explicando la situación. Más allá de lo patético de algunas de sus afirmaciones, a todos nos resultó claro que estábamos frente a un hombre aplastado y hundido. Y no le pasó por encima una aplanadora sino la misericordia del papa Francisco. Este mismo personaje, Bergoglio, tal como informan hoy los medios, volvió a admitir ayer en su alto cargo en la administración vaticana a Mons. Gustavo Zanchetta, acusado de abuso sexual a seminaristas, cuyas fotos en las que aparecía desnudo y que enviaba a sus contactos de Facebook fueron publicadas y autor, además, de varios desfalcos financieros. Mientras se persigue y expulsa de su sede a un obispo que, con virtudes y defectos, procuraba el bien de sus fieles y conservaba la fidelidad a la enseñanza de la Iglesia, se reivindica a otro que ha pasado su vida en la abyección de los vicios más vergonzante y ha utilizado su posición para ejercerlos.
Sé que este blog lo leen muchos obispos y sacerdotes. ¿Necesitan más ejemplos para caer en la cuenta de quién es verdaderamente el papa Francisco? Creo que es una cuestión de dignidad personal reaccionar frente a tamañas e inocultables injusticias.
2. Sabemos que Mons. Gabriel Barba lee y escribe, y últimamente aprendió a usar el cuchillo y tenedor. Probablemente sea también un hombre coherente. Si ese fuera el caso, los puntanos podrían esperar buenas noticias. Convencido como está sobre las bondades de la nueva iglesia inaugurada por el Vaticano II (al margen, resulta absolutamente imperdible la carta publicada hoy por Mons. Viganò sobre este tema), seguramente considera que los laicos son adultos y deben tener un papel activo en la iglesia. Por tanto, los escuchará y aceptará sus razones para, entre otras cosas, seguir con la tradición de la comunión en la boca, de la música sagrada en las misas en vez de guitarreadas y la enseñanza del catecismo católico.
La iglesia que peregrina en San Luis, de la que se hará cargo don Gabriel, tiene características propias y un hombre tan adicto a la sinodalidad que predica el Sumo Pontífice, seguramente sabrá respetar estas particularidades y no pasará por su mente imponer otros usos y costumbres que son rechazados por su clero y sus fieles. Todos sabemos la importancia que tienen las iglesias particulares y la imposición del centralismo romano no se condice con la iglesia renovada y en salida que nos anuncia el papa Francisco.
Me temo, sin embargo, que la coherencia en estas cuestiones no sea una de las virtudes de Mons. Barba.
3. Como se ha dicho en muchos comentarios del artículo anterior, el resto católico del país estará expectante de la reacción del clero y de los seglares puntanos cuando comiencen los primeros escarceos de Barba. Yo no me hago muchas ilusiones. Es más fácil decir que hacer, y la cuarentena eterna que estamos viviendo ha mostrado que buena parte de los cruzados de la cristiandad y la tradición, que se llenaban la boca con heroicidades, han cerrados sus iglesias y muy modositos obedecen las disposiciones del gobierno.
Sin embargo, podemos hacer un análisis de lo ocurrido en las diócesis cuyanas y, de ese modo, arribar a algunas previsiones sobre el futuro de San Luis.
a. La arquidiócesis de Mendoza es la más grande e importante de Cuyo, y se llevó la peor parte. En 1965, veintisiete curas tercermundistas se rebelaron contra el arzobispo Alfonso Buteler. Luego vino el pontificado progresista de Maresma, el acomodaticio de Rubiolo y el catastrófico de Arancibia. La arquidiócesis quedó arrasada, con curas que valían nada y menos que nada, pero está situación provocó que ya a fines de los ’70 grupos importantes de laicos “hicieran rancho aparte”. Se organizaron, crearon instituciones, con grupos de estudio y otras actividades formativas, luego fundaron colegios; se organizaron para importar, o contrabandear, sacerdotes de otras diócesis a fin de que les predicaran retiros espirituales y les administraran los sacramentos. Hoy, este laicado paralelo es sanamente anticlerical, autónomo con respecto al obispo y al clero, y mucho más fuerte y valioso que el lumpen que se amontona en las parroquias. Consecuentemente, que el arzobispo sea Barba o sea Bigote, no tiene en ellos demasiado incidencia. Están acostumbrados a vivir frente al enemigo.
No será esta la situación de San Luis cuyo laicado es profundamente clerical.
b. San Juan es la otra arquidiócesis de la región, más antigua pero más pequeña que Mendoza. A diferencia de ésta, tuvo una larga sucesión de buenos obispos: Orzali, Rodríguez y Olmos, Sansierra y Distéfano, que lograron que las cosas se mantuvieran tranquilas y pasablemente católicas, aunque con un clero cada vez más decadente. Arribó luego Mons. Delgado, del Opus Dei, en el que se habían cifrado muchas esperanzas a las que él se preocupó de defraudar sistemáticamente. Su pontificado fue desastroso pero, aún así, el laicado permaneció sumiso. Aparecieron aquí y allá valientes reacciones e iniciativas, pero nunca lograban despegarse de los remanidos discursos y actitudes clericalistas. A Mons. Lozano, el actual arzobispo, le importa un bledo San Juan, y sus intereses se concentran en su ocasional protagonismo como portavoz de la pastoral social del episcopado. Su arquidiócesis, sus curas y sus laicos, por su parte, siguen durmiendo apaciblemente la siesta.
c. San Rafael es la cuarta diócesis de la región cuyana y la más similar a la situación puntana. Fue marcada por el pontificado de Mons. León Kruk, un santo varón al que crucificaron al hacerlo obispo, pero que dio su vida, literalmente diría yo, por los suyos. La fundación del seminario diocesano que formó y sigue formando buenos sacerdotes —con virtudes y defectos, como todo lo humano—, estableció una suerte de curioso bastión clerical. Luego de la inesperada muerte de Kruk, el episcopaje argentino apuntó toda sus armas a destruir San Rafael y su seminario. En esos momentos, era la casa de formación con más seminaristas de todo el país, cosa extraña siendo como es una diócesis pequeña y suburbial. Enviaron a Mons. Roldán, que nada pudo hacer y terminó a los pocos años con un cruel cáncer de cerebro. Luego, en 1997, Juan Pablo II —sí, ese mismo al que muchos dan por santo—, envío allí a Mons. Guillermo Garlatti, una personaje malvado, que destilaba bilis en cada una de sus intervenciones y al que llegaron a odiar todos, curas y laicos, conservadores y progresistas. Huyó a la primera ocasión que tuvo y terminó ciego como arzobispo de Bahía Blanca, sin haber podido domesticar al clero sanrafaelino ni arruinar su seminario.
Finalmente, llegó el turno de nuestro conocido Mons. Taussig, del que ya hemos hablado suficientemente en este blog. Luego de dieciséis años, las cosas siguen como estaban, casi tan firmes como en la época de Kruk. Más aún, hace dos días, reaccionando a la nota que aparece en la imagen de la derecha, con fecha equivocada y tan propia de su temperamento y en la que, contra todo derecho y racionalidad (en su extensísima diócesis nunca hubo un solo caso de coronavirus), prohibía distribuir la comunión en la boca, todo su clero —o al menos, los decanos y párrocos—, le elevaron una durísima carta en la que le señalan los continuos desaguisados de sus gestión y, de frente, le comunican que no obedecerán su orden por injusta e ilegítima.
Finalmente, llegó el turno de nuestro conocido Mons. Taussig, del que ya hemos hablado suficientemente en este blog. Luego de dieciséis años, las cosas siguen como estaban, casi tan firmes como en la época de Kruk. Más aún, hace dos días, reaccionando a la nota que aparece en la imagen de la derecha, con fecha equivocada y tan propia de su temperamento y en la que, contra todo derecho y racionalidad (en su extensísima diócesis nunca hubo un solo caso de coronavirus), prohibía distribuir la comunión en la boca, todo su clero —o al menos, los decanos y párrocos—, le elevaron una durísima carta en la que le señalan los continuos desaguisados de sus gestión y, de frente, le comunican que no obedecerán su orden por injusta e ilegítima.
Aunque el laicado sanrafaelino es clerical, su clero es indómito. Pasaron tres obispos y un administrador apostólico y no pudieron contra él, a pesar de varios traidorzuelos que se arraciman en torno al prelado de turno.
¿Qué ejemplo seguirá San Luis? Probablemente no siga ninguno. No tiene por qué hacerlo. Si queremos hacer previsiones, diría yo que no será el de Mendoza, porque tiene un laicado débil y clerical; tampoco el de San Rafael, porque una fracción mínima de su clero sería capaz de presentar batalla frente a los avances episcopales; me inclino entonces por el caso de San Juan. No correrá sangre y no me parece que aparezcan grandes tragedias. Será un declinar lento y cansino y, cuando queramos darnos cuenta, las solemnes y conmovedoras misas en la catedral, con la música sonando en su vociferante órgano de tubos, y las solistas cantando el bellísimo Tulerunt Dominum meum de Mendelssohn, no será más que un recuerdo sobre el que derramaremos lágrimas.
Gracias Wanderer. Muy buen análisis. Bueno lo que dice del clero de San Rafael, no se podía esperar otra cosa.
ResponderEliminarBuenas tardes Wanderer, ¿el Papa Francisco querrá "misericordear" a Fasta, o darles mínimo un tirón de orejas? ¿O pesara mas las larga amistad de Fosbery y Bergoglio? Puede ser que los enemigos de siempre de la Iglesia estén detrás de ésto, pero la forma en que ciertos colegios de congregaciones neoconas son administrados y el trato que se les brinda a los alumnos, dejeme decirle que deja bastante que desear. Saludos
ResponderEliminarNicolas III
Buenas. Cómo dato a tener en cuenta: es sabido que después de las denuncias públicas los obispos y la mayoría de las diócesis han manifestado su apoyo a Fasta, y han hecho circular campañas de acompañamiento y de defensa de la educación religiosa. En cualquier caso es claro que el ataque a Fasta tiene el objetivo final de suprimir la enseñanza católica en los colegios (todos), con el mismo modus operandi que se sigue en Europa.
EliminarEs importante estar atentos al caso porque puede haber un na reacción en cadena que derive en persecución dura; más allá de los cuestionables manejos de esta institución.
Muy buen análisis.
ResponderEliminarMi amigo, tenga Esperanza, Dios hace si obra con los miserables laicos, cómo somos lo de San Luis.
ResponderEliminarEl Barbero, va a experimentar algo único, caminar con Sotana, dónde la gente que cruce, lo saludé, le pida la bendición, tal vez alguna confesión.
Cosas que en otras Diócesis no existen, lo de la madre de todas las batallas, no me preocupa mucho, la belleza puede convertir al pecador.
Seguro el Barbero, va a expresar sus ideas, pero van a quedar en el Aire y el buen Dios hará la obra.
No pida que luchemos, les recuerdo que ni provincia quedó diesmada por la campaña del Libertador, el General se llevó todos los hombres, que mucho muriendo heroicamente.
Somos la cuna de los pilotos de Malvinas, creo que merecemos un poco de respeto, miren la historia.
A esta diócesis la Marco el buen pastor de cuyo, Orzali.
A Martínez, lo queremos mucho y vamos a extrañar y a todos lo que opinan, gracias por los tips de Resistencia.
PD: No carguen las espaldas de las Monjas, se que muchas leen esto, son mujeres y están histéricas y tristes.
Está claro q las Hnas de Mater Dei están tristes. No es para menos. Pero se equivoca Ud. (o las insulta) si piensa q están "histéricas". No las conoce lo suficiente.
EliminarConcuerdo en todo con este análisis, es una excelente descripción.
ResponderEliminarEn cuanto a San Luis, solo puedo decir que hay que confiar en la capacidad de resistencia de sus fieles. Clero resistente en Argenzuela brilla por su ausencia (basta ver cierta diócesis bonaerense cuando defenestrarón a su principezco arzobispo por un payaso mimado).
Confío en la capacidad de resistir de sus fieles, cómo digo, sirve más que pensar que el clero haga algo contra la tiranía Episcopal de turno.
¡Feliz Corpus Christi! Y que vivan los anticlericales (siempre que sea en medida sana).
Estimado Wanderer, lo sigo desde hace años. La mayor parte de las veces he estado de acuerdo con usted, aunque no siempre. Lo que es seguro es que ud. no trata de disfrazar su verdad, es de una gran honestidad intelectual. Entonces no me explico por qué hace propaganda al blog Linum Fumigans, que es de un noconservadurismo aplastante.
ResponderEliminarUd. siempre ha criticado esta posición que hace malabares para quedar bien con Dios y con el diablo, como la defensa que hace ahora del Concilio Vaticano "bien interpretado".
Por eso repito, y con todo respeto, no parece que sea para ponerlo como punto de referencia, mire lo que dice:
"Cuando Viganò o de Mattei dicen que la "hermenéutica de la continuidad" del papa Benedicto XVI fracasó, lo dicen sólo por análisis histórico, no lo dicen como teólogos, que no lo son, y no lo podrían decir tampoco. Dicen que la "hermenéutica de la reforma en la continuidad" ha fracasado históricamente para solucionar los problemas del post-Concilio, es decir, los problemas de los abusos del post-Concilio, abusos de los tradicionalistas, que son minoría, y abusos de los modernistas, que son legión; porque esos problemas se solucionan con gobierno, y con la Gracia de Dios, por supuesto, suplicada de rodillas. Pero la hermenéutica de la continuidad no puede fracasar desde el punto de vista de la Fe y de la Teología, porque es el único modo de entender el Concilio" ???????
Un tema que viene a la cabeza, la renuncia de Martinez, es un fracaso de el arquetipo de Cura del Grupo Paraná, San Rafael.
ResponderEliminarSáenz, Rossi, Gonzáles, Rodríguez, Etc.
En qué fallaron?
Otro tema, es que directiva y bajada de Línea tendrá el barbero en el encuentro de mujeres Autoconvocadas
Dejar hacer dejar pasar.
EliminarRecuerde Delgado en San Juan. Un amigo de Jorge.
No fallaron, el progresismo liquidó esas estructuras y persiguió a esos curas. Que no es que uno esté de acuerdo en todo con cada uno de ellos, ojo. Pero la persecución ha sido implacable. El p. Sáenz a lo mejor es el último gran exponente de esas figuras nacionales que --con yerros y aciertos-- han sido fieles a la doctrina sin caer en la trampa del tradicionalismo, y que han sabido guiar sabiamente a muchos que se lo han pedido. Bergoglio fue implacable con él. Estaba (está) vedado para cualquier cosa oficial. Y ha sembrado tan buenos frutos (que la gran mayoría desconocidos hasta para sus seguidores)...
EliminarQué ingrata ha sido la Iglesia en Argentina, copada por el progresismo, el peronismo acomplejado y revanchista, el obrerismo a-contemplativo, la mediocridad teológica y litúrgica... qué obispos. Qué pastores. Tan preocupados del qué dirán, tan embarrados en la política, instrumentalizadores de la liturgia, obsesionados con los números, perseguidores de cualquier cura que asome la cabeza... Todo miedo, miedo y miedo de que de arriba les llamen la atención. Entregan su laicado y sus presbiterios por miedo a perder sus carreras.
Es bueno que se haga referencia a la extraordinaria carta de Monseñor Vigano, seguida de la dirigida al presidente Trump.
ResponderEliminarLa carta anterior fue de hace unos res días fue leída ya por 3 millones de personas.
Esta carta es extensa y jugosa.
Para destacar, el acto de humildad del propio Vigano , reconociendo que ingenua, pero equivocadamente creyó que el Vaticano ll , podría no haber sido lo que fue , una operación del enemigo, y que podría haber sido remediado con los años.
También critica el poco alcance de las “Dubia”.
Recientemente , el Arzobispo Vigano escribió otra carta con motivo del “virus”, carta que acompañaron tres Cardenales , y algunos obispos .
Carta de la que se borró Sarah, después de haber dicho que si, pero no se borró Muller, ni Zen, y eso que firmaron Gracida y Lenga.
Es imposible referirse aquí al extenso contenido , pero me parece importante el reconocimiento a su propio error del pasado, porque sirve de ejemplo, y está marcando un camino que podrán seguir sacerdotes y algunos obispos.
Es llamativa la destemplada reacción de Carlos Esteban en Infovaticana ..
Lo de Esteban también me sorprendió pero descalificó su propia reacción al haber usado un argumento ad hominem.
EliminarMe desencanté del tal Carlos Esteban cuando empezó a no publicar NINGUNO de mis comentarios, dijera yo lo que dijera, hasta que dejé de tratar de comentar en sus posts.
EliminarNo sigue lógica su actuar.
Puede decirse tal vez que le enojara que tocara yo temas como la validez o no de la renuncia de Benedicto, pero en otros casos, la mayoría, he de decir, no creo que hubiera idea alguna que censurar.
Alguien dijo algo de mujeres histéricas; pues bien, él me parece un hombre histérico, si tal cosa existe...
Isaac
En 21:49 quise decir
ResponderEliminarneoconservadurismo aplastante
Jav, no creo que se deba considerar un fracaso ese arquetipo de sacerdote. Podremos encontrar en él fallas y muchas cosas que se podrían haber hecho mejor. Lo hemos tratado algunas veces en este blog, pero eso no constituye un fracaso.
ResponderEliminarSacerdotes como el padre González Guerrico o el padre Ramiro Sáenz deberían ser obispos desde hace varios años. Tienen todas las condiciones, y sobrepasan con creces a los obispuchos nombrados en los últimos años. No es culpa de su "fracaso" que estén olvidados y marginados. Es culpa de la Iglesia, que se olvidó de ellos o, mucho mejor, los castigó malamente y los ocultó.
A mi modo de ver, es un gran pecado del que tendrán que dar cuenta en su momento quienes tomaron las decisiones.
No hay mejores curas que los de la frater! He conocido varios y de distintos lugares e institutos y no me cabe duda de esa conclusión.
EliminarUsted tiene razón don Wanderer, pregunte desde mi corta edad, experiencia y sobre todo, ignorancia de la historia sobre ese grupo, el de Paraná y San Rafael.
EliminarEn las revistas Gladius, encontré muchas respuestas.
Usted que como dice mi abuelo espiritual, tiene en sus escritos el color del tiempo y la verdad
las hermanas del Mater Dei, tiene mas coraje y valentia que muchos curas " acomodaticios" de San Luis.
ResponderEliminarWanderer, no lo conozco, ¡pero me queda claro que su corazón está en San Rafael!
ResponderEliminarAtte.,
Costia
No ha sido de práctica nombrar obispos conservadores en diócesis progresistas ni viceversa: además de poder generar problemas no tiene sentido ni efectos duraderos.
ResponderEliminarMe parece que W. es injusto con Garlatti. El error estuvo en la selección, pero es error y no maldad de Primatesta y del nuncio Calabresi. No le tire el mochuelo a Juan Pablo II, porque no lo conocía a Garlatti. A éste lo mandaron por su perfil disciplinado, moderado, de doctrina oficial. Pero el destino sanrafaelino era un aquellarre con el IVE, necesitaba un domador de fieras con mucha calle y cintura política. El contexto lo superaba totalmente a Garlatti; los ataques provocaban respuestas suyas que tampoco ayudaban. En momentos él pensaba que el asunto era irrescatable. La casi totalidad de la CEA pensaba sí. Los muchachos del IVE ayudaban y mucho para que esa fuera la apreciación. Si no hubiera sido por Sodano .......
ResponderEliminarQue sería "clerical"? La utilización claramente peyorativa me confunde....Por lo demás, muy interesante analisis
ResponderEliminar12 de junio de 2020, 12:09 :
ResponderEliminarEntiendo que es más fácil pensar que Primatesta, que Calabresi, etc. Todos dependientes de JP II. No seamos ilusos. La CEA no engaña a nadie. Son de terror apenas se los ve y escucha.
Si fuera como Ud dice: "Juan Pablo II [...] no lo conocía a Garlatti", digamos que fue un poco irresponsable en mandar a algo tan delicado a alguien que no conocía y que tenía muy poco tino al confiar en Primatesta y Calabresi.
Y sepamos que luego que JP II conoció a Garlatti lo promovió a Arzobispo de Bahía Blanca.
En fin.
Al comentaristas de las 18:55: Soy feligrés de la FSSPX desde hace casi 30 años, como lo es gran parte de mi familia. Pero hay que reconocer que los buenos padres no tienen grandes problemas: feligresía asegurada, obediente, poco quilombera, con un cepillo razonable. Por el contrario, conocí muchísimos sacerdotes diocesano o religiosos de probada ortodoxia que la tienen que parir para poder ejercer su ministerio y en algunos casos, subsistir pobremente.
ResponderEliminarLos buenos padres de la Fraternidad tienen mucho mérito, pero pescan en una pecera (de la cual soy parte).
Un saludo
Creo que se equivoca, pues cada uno cosecha lo que siembra. Usted estaría poniendo el acento en "la buena feligresía" cuando los buenos son los curas, y de recta doctrina, de ahí los frutos. El mérito está en adherir a la Iglesia de siempre, a la tradición doctrinal y sacerdotal que se hubiera perdido sin el bueno de Monseñor Lefebvre.
EliminarAl paseador de perros (ayer hs. 12:09) . Si usted cree que los papas conocen a cada obispo que nombran se equivoca feo. Los nombramientos se cocinan en el pais de la diócesis entre el nuncio y - sobre todo- el obispo de mayor aprecio o confianza del papa. Después de las consultas (que son un rejunte de opiniones y chismes) se arma una terna y eso se manda a Roma. Allá los cardenales miembros de la Congregación para los Obispos examina la documentación que se mandó y si la aprueba eso pasa al papa en un orden de prioridad. Los días sábado a la mañana le llevan eso al papa y éste elige, obviamente por lo general sigue lo que viene ya dado. Los papas ponen directamente un candidato o se salen de lo que viene cuando se trata de una diócesis muy importante (v. gr. Paris, Milan) o cuando tienen conocimiento personal de la diócesis y de los candidatos. No era el caso de Juan Pablo II sobre algo tan pequeño como San Rafael. Ahí pesó no solo Primatesta y Calabresi, sino - especialmente- Quarracino, que promovió a Garlatti. Ahora el papa Francisco usa su conocimiento de las diócesis y personas de la Argentina y sigue su criterio. Pesa muy poco lo que piensen otros.
ResponderEliminarEl comentarista de 12 de junio de 2020, 18:15, ha dicho una verdad enorme.
ResponderEliminarSumado a esa costumbre, un poquito abusiva, de que el papa nombre a todos los obispos de la tierra como si fuensen meros delegados personales o virreyes y no verdaderos pastores. Así, junto a esa facultad omnímoda de designar, vino la de remover sin juicio canónico, sin advertencia, a puro bife, como los recientes casos (para no andar revolviéndole la memoria a gente habitualmente desmemoriada) de Zecca, Mollaghan, Livieres, Martínez, et al. No entro a comentar cada caso, si está bien o mal.
Entre la agresión progre y el abuso de autoridad (¿acaso creemos que el Papa nombró a San Agustín de Hipona, a San Atanasio o San Ambrosio...?) hemos recibido la Iglesia tal cual está hoy: a punto de periclitar por la acción destructiva de su propia jerarquía.
Otra cosa es que Dios la salve in extremis, como creemos que sucederá. Pero esto, es harina de otro costal.
Los tradicionalistas ultramontanos y los neocones cuando denuncian las desviaciones del modernismo y del progresismo reclaman la más férrea autoridad del papado, de un modo centralizado y sin lugar a defensa ni apelaciones. Oh, la Iglesia sociedad perfecta y el papa monarca absoluto !! Lo que no preveían es que llegue uno que se lo tome en serio a eso de la jurisdicción universal inmediata y la ejerza, a su criterio claro. Pero, entonces ¿esa autoridad vale cuando yo estoy de acuerdo y no vale cuando yo la veo desorientada? ¿Quién zanja el debate de ideas en la Iglesia? La concepción tradicionalista ultramontana y conservadora genera el Leviatán eclesiástico: et voilá
ResponderEliminarExcelente. 👏👏👏👏 completamente de acuerdo.
Eliminar13 de junio de 2020, 13:42
ResponderEliminarDe acuerod en parte. Pero
1º la responsabilidad es del JPII, lo haya hecho por sí o por otros.
2º el tema San Rafael lo conocía perfectamente por diversos motivos (por todas las denuncias que le llegaban, porque Kruk antes de morir en ese accidente le había presentado la renuncia, por Primatesta que por haber sido obispo de allí siempre estaba atento a lo que sucedía y luego refería). Sabía bien todo lo que sucedía, el punto es que -como siempre- el tema era que hubiera paz en la CEA. Y esa paz estaba basada sobre el consenso, no en Cristo.
3º siempre buscnado la kínea media: ni muy muy ni tan tan. Así fue todo su pontificado.
Por el resto, es cierto lo que Ud dice.
El laicado sanrafaelino cada vez está más anticlerical (en el mejor de los sentidos) conozco a varios de ellos hombres grandes con experiencia, pero también padres de familia jóvenes y muy bien formados. Se han dado cuenta que no pueden depender de los sacerdotes por más buenos que estos sean. Conozco a los muchachos de Alvear y a varias mujeres de armas tomar en Malargüe, en San Rafael está la gente de la Guardia y también los que se prenden cuando van para allá los curitas de la fraternidad. El tema de la comunión en la mano se está poniendo áspero en las redes por lo que estoy leyendo ahora. En buena hora
ResponderEliminarEstimado Wanderer, comparto el comentario de un anónimo de más arriba. Nos gustaría una respuesta al blog Linum Fumigans y sus acusaciones de herejía a diestra y siniestra.
ResponderEliminar...también he visto como los laicos del sur de Mendoza están tomando más la iniciativa y animándose a hacer cosas sin la orden expresa de sus párrocos. Un poco como lo que pasa en Mendoza capital desde hace mucho tiempo. Hay un laicado más lúcido y operante porque nunca tuvieron buenos curas ahí.
ResponderEliminarLS
Me parece preocupante el aumento de Obispos y Sacerdotes francotiradores .En general todos de buena doctrina .
ResponderEliminarEl drama es la obediencia .
No creo que Mons. Martinez caerá en esa trampa .
Don Paseador: si creyendo eso, usted está contento, siga nomas. Pero la realidad es más prosaica. San Rafael no es el ombligo de la Cristiandad ni el centro de las miradas. En todo gobierno quien es cabeza tiene que delegar y fiarse de colaboradores, no puede vivir el pulso de cada rincón. Se volvería loco. Entre esa pequeña comarca cuyana y el Vaticano hay muchas , muchas mediaciones, y también hay muchísimas cuestiones de importancia que acaparan simultáneamente la atención en otra dirección. Qué vamos a hacer !!! Forma parte de la madurez aceptar la realidad.
ResponderEliminarLamento que no haya publicado mi comentario de hace unos días acerca del Rvdo. Ramiro Sáenz como obispable y la referencia a la lectura del padre Castellani sobre las condiciones para ser obispo...
ResponderEliminarCreo que usted, Don Wanderer, hay cosas en las que se equivoca por falta de conocimiento, como en el caso de R. Sáenz o el semiasnario de San Rafael en la época de R. Sáenz, Miguel A. López, Biestro y otros...
No es la primera vez que no me publica un comentario...
Lamento...
El hilo conductor es otro.
Eliminar14 de junio de 2020, 19:13
ResponderEliminarComo le dije anteriormente, de acuerdo. Pero en parte.
Siguiendo su razonamiento: JPII delegó mal. Y luego se fueron sucediendo situaciones que llegaron a sus oídos varias veces, y la promoción temprana de Garlatti, cuando correspondía mandarlo a la casa. O si creía que estaba haciendo las cosas bien, dejarlo.
Si quiere hablar sobre la política de nombramientos de JPII y siguiendo sus palabras en otra ocasión, veamos las diócesis que Ud cita: París, Milán. Lustiger y Martini. Saque Ud sus conclusiones.
Ahora bien Medice cura teipsum. Si quiere Ud ser feliz pensando en el Papa mal informado, sea feliz y piénselo así.
Creo que es natural llamar al sacerdote "padre", y obedecerle como hijo en la vida sobrenatural. Creo que sembrar un sentimiento de "anticlericalismo en el buen sentido" iría contra lo que debería ser natural en el católico. Quizás en el gran Mendoza hayan tenido mala experiencia. Por mi parte, con los diocesanos de Malargüe, luego seminario de San Rafael, y fraternidad en Mendoza, he tenido una hermosa experiencia. Amo tanto a mis sacerdotes que me bautizaron, absolvieron y dieron la comunión, que por más que no pise más una misa del novus ordo, sigo queriendo y rezando por ellos. También les pido oración por mi familia, y si nos encontramos, asado de por medio. Siguen siendo los padres. Por más que prefiera a La Reja, me duele lo que le han hecho al seminario diocesano. Al contrario, pienso que hay que reclamar paternidad a nuestros sacerdotes. Que no nos abandonen, que nos den siempre de comer los pastos de la eternidad. El que tiene hijos me va a entender: a quién le dejamos el futuro de nuestros hijos y nietos sino en manos de una buena familia de padres santos?
ResponderEliminarExcelente!
EliminarCuando hablamos de anticlericalismo no nos referimos a eso. Sino a no depender en cada acto de la opinión y el visto bueno del sacerdote.
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ResponderEliminarMurió Jean Raspail .
Alguien tiene la carta que le escribieron a Taussig en respuesta al tema Comunión en la boca??? Gracias.
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