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martes, 5 de octubre de 2021

Juan XXIV, el sucesor del Papa Francisco


 

La prensa nos informa que hace algunos días el Papa Francisco respondió a la invitación que le hizo el obispo de Ragusa (Italia) a que visitara su diócesis en 2025 de este modo: ““El Santo Padre sonrió y asintió con la cabeza, y con una broma respondió diciendo que en 2025 Juan XXIV hará esa visita”.

Los titulares y analistas se han dado desde ese día a especular acerca del sucesor en el que piensa Francisco o, al menos, en las características que debería tener. Y si espera que tome el nombre de Juan XXIV es porque lo supone comprometidísimo con el más que fracasado Concilio Vaticano II. Un buen análisis del hecho puede encontrarse en el artículo de Carlos Esteban.

Sin embargo, los argentinos no podemos dejar de señalar algunos hechos. No hay duda que el obispo de Raguso se animó a develar a la prensa el diálogo privado con Bergoglio porque este mismo le pidió que lo hiciera. Así se ha manejado siempre a lo largo de su pontificado en Buenos Aires y en Roma. ¿Qué quiso decir entonces? ¿Solamente una broma sobre su sucesor al que ya eligió nombre? 

Podría haber algo más. El P. Leonardo Castellani, jesuita argentino expulsado de la Compañía, buen teólogo y mejor escritor, y al que Bergoglio conoce muy bien, escribió una novela en 1964 titulada Juan XXIII, Juan XXIV.Una fantasía (Theoría, Buenos Aires). En ella se narra que, cuando en 1963 murió el Cónclave elige a un papa argentino, un jesuita que ejercía su ministerio en el porteñísimo barrio de San Telmo, un teólogo excepcional, cuyo nombre era Ducadelia. Pío Ducadelia, al ser elegido papa, tomó el nombre de Juan XXIV.

El cura Pío Ducadelia es un sacerdote que ha tenido problemas con la jerarquía de la Compañía de Jesús por opiniones y actitudes juzgadas irreverentes. ¿Cómo llega Ducadelia al papado sin siquiera ser cardenal? En su fantasía anticipatoria, Castellani imagina una situación mundial caótica. Francia ha ganado una guerra contra la Unión Soviética, que desaparece, y los Estados Unidos han invadido América del Sur. Ducadelia se encuentra en Montevideo, pero el arzobispo de Buenos Aires lo va a buscar y le pide que lo acompañe a Roma, como asesor en el Concilio que ha de elegir al sucesor de Roncalli. Ducadelia es un gran teólogo. Y el Cónclave, debido a la situación excepcional del mundo y de la Iglesia, lo elige Papa. 

Juan XXIII, Juan XXIV. Una fantasía explica a lo largo de sus 342 páginas cómo la burocracia vaticana le hace la vida imposible al Papa y sabotea sus reformas. El libro narra las vicisitudes de ese papa para sobrevivir en Roma —conseguir mate, hacer comprensibles sus argentinismos, adaptar la picardía y algunos tics porteños que los romanos no entienden—. Al margen de estas tribulaciones cotidianas, Leonardo Castellani plantea la necesidad de una modernización y humanización de la Iglesia. Porque Ducadelia quiere reformar la institución partiendo de la acepción original de la palabra Iglesia, que significa asamblea, es decir, reunión de los fieles. Quiere vender los tesoros del Vaticano, quiere que los pastores sean austeros, quiere eliminar la pompa, los privilegios, las rigideces dogmáticas, quiere revalorizar la tarea de los laicos, clama contra el pecado eclesial, sale de noche a caminar por Roma y a compartir la vida de los pobres. Por todo ello le ponen palos en la rueda.

Parecería que Pío Ducadelia, Juan XXIV, es la anticipación de Francisco, o bien, que Francisco no hizo más que llevar a la práctica las reformas de la Iglesia que Castellani imaginó en su novela. Pero éste imaginó un final feliz y Pío Ducadelia era, además de excelente teólogo, una persona inteligente y hábil. Bergoglio es todo lo contrario. Y claro, el resultado es el desastre que tenemos ante nuestros ojos. 

Quizás el Papa Francisco, viendo el fracaso irremediable de su pontificado y sabiendo que su días están contados, espera que sea su sucesor que culmine la obra por él comenzada. Veremos. De lo que sí podemos estar seguro es que nunca más un argentino —y me atrevería a decir que tampoco un latinoamericano— será elegidos en un cónclave. El que se quemó con leche, ve una vaca y llora. 

23 comentarios:

  1. Yo lo que creo es que este señor ha destruido el pontificado como ha venido hasta nosotros.

    Cuando desaparezca habrá dos Iglesias Católicas, una destinada a existir y a hacerse más grande, la "tridentina", y otra destinada a hacerse cada vez más pequeña hasta extinguirse AMDG, la "Montinista".

    Nada profético, porque eso mismo le ha pasado a las ordenes y congregaciones religiosas contagiadas por el Concilio de los Horrores y los Errores II, Deo gratias.

    Lo que quede será mucho más pequeño pero también mucho más católico y mucho más influyente.

    Es posible que incluso la estructura jerárquica haya desaparecido sustituida por el sínodo parroquial y el cisma a que fuerza el jesuita.

    Y olvídense de la financiación automática a través del Estado con la X en la declaración de Impuestos:

    La política activa de Bergoglio y los de su cuerda obligará a los que no la compartan o se crean perjudicados a forzar su desaparición ("si el porteño quiere hacer política, que se presente a unas elecciones y las gane, pero no con mi dinero", dirán. Y con más razón que un santo)

    Visto así, que de todas formas iba a pasar de una manera o de otra, pues la situación no es tan mala como parece.

    Muy al contrario: Automáticamente se separará el trigo de la paja y no habrá oportunidades de que sigan engañando y pierdan a los piadosos.

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    1. Hasta la siega no se separará el trigo de la sizaña

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    2. No puede haber dos Iglesias porque uno solo es el Cuerpo de Cristo

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    3. Efectivamente, Carsten.

      Solo hay una Iglesia, que con sus ángeles y santos forman el Cuerpo místico de Cristo.

      La otra es el Cuerpo místico de Satanás, destinada a perder y condenar a la Humanidad.

      Espero que usted sepa apreciar la diferencia y obrar en consecuencia.

      y si duda, pida luces al Espíritu Santo.

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  2. Un par de apostillas totalmente al margen.

    El libro "Juan XXIII (XXIV)" viene a ser una continuación (o, mejor, una bifurcación) de "Su Majestad Dulcinea".

    Ambas novelas "futuristas", aunque se publicaron mucho tiempo después, están enmarcadas en la II Guerra Mundial (o en un futuro distópico paralelo a la manera de The Man in the High Castle). Ya en textos aparecidos a fines de la década del '30 en Criterio y otros lugares, así como después a principios de los '40 en Cabildo y Tribuna, se nombra al personaje de Pío Ducadelia -o Duca D'Elía- que vendría a ser el "Mi Tío el Cura" del propio Castellani.
    Además, también, de alguna manera, se vincula con "El nuevo gobierno de Sancho" (también enmarcado en tiempos de la II Guerra Mundial cuando Sancho queda solo por la muerte de D. Quijote), siendo que a "Juan XXIII (XXIV)" le pone de subtítulo "La Resurrección de Don Quijote (Sinfonía fantástica a lo Berlioz en tres movimientos y una coda; para uso de naciones subdesarrolladas)".
    En fin, pareciera que Castellani, a la manera de un Mozart literario, compuso innumerables variaciones sobre los mismos temas.


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    1. Buen punto. Siempre me pregunté cómo Castellani podía considerar a estas tres obras como una trilogía. Ahora lo entiendo. Gracias

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  3. Bergoglio es un sujeto sinuoso, lleno de curvas y oscilaciones igual que la huella que la serpiente va dejando en la arena.
    En el peronismo alguna vez incursionó en Guardia de Hierro, una derecha avergonzada. Después del '73 se sorprendió al ver que Perón empezó a perseguir a los Montoneros que en sus años de exilio había alentado. Por eso cuando después de su muerte vio que los Montoneros se convirtieron en sus herederos de un zarpazo, comprendió que si para triunfar en la vida había que traicionar porque ni la palabra ni la firma valen nada, él también tenía que cambiar. Y cambió.
    Desde entonces le da la razón a cualquiera; igual no hay que dejarse engañar, ya sabemos que aunque amague por derecha siempre dispara por izquierda.
    Conociendo entonces su prontuario, cuando le dijo al obispo de Ragusa que en 2025 tal vez sea Juan XXIV quien le haga esa visita, debemos entender que quien habló no es él sino su inconsciente.
    Así como Perón no pudo concluir su obra porque al sorprenderlo la muerte sus enemigos se quedaron con la herencia, Bergoglio también teme que su obra inconclusa se pierda si lo sucede un enemigo.
    De ahí que al decir Juan XXIV lo traicione el inconsciente, porque como él admira a Juan XXIII, teme que lo suceda un Pío XIII que arruine lo que tanto le costó en vez de un Juan XXIV progre que pueda terminar la obra de demolición que inició.
    Y algo más, el hecho de que hable de Juan XXIV también revela que la idea de la muerte no es extraña para él, al contrario, la Parca es casi una amiga y hasta se tutean.
    Es cierto que a lo mejor en 2025 podría ser él quien visite Ragusa, eso nunca se sabe, pero también puede morir mañana. Por eso a punto de cumplir 85 sabe que ya no puede hacer planes para el futuro, su cuerpo atormentado le habla y le dice que debe vivir el día a día, mañana... ¿quién sabe?

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  4. Osea, que ese tal Juan XXIV a que hizo referencia el Montonero s.j. es el de la novela de Castellani; esto es, Bergoglio mismo.

    Eso significa que está ahí para durar y que no le arrancan del solio pontificio ni con agua hirviendo.

    Tiene sentido, porque no se está molestando para que en uno o dos años el que venga detrás haga con su obra lo que él ha hecho con el trabajo de sus antecesores.

    Yo diría que este hombre está ejecutando la ideología oficial de la Compañía de Jesus, por eso sus colaboradores inmediatos son jesuitas y por eso esto no va a parar porque está muy bien planeado y mejor ejecutado.

    Ya sabrán que el infame Boston College es la Universidad de los Jesuitas en Boston. Y que allí vive, enseña y predica el P.James Martin s.j. promotor del homosexualidad y la sodomía.

    Esto va a durar y no tiene remedio.

    Habrá que organizarse y no esperar que el Hacedor le misericordie antes de tiempo, como él hace a los obispos que no le gustan.

    Si se quiere salvar algo del estropicio, claro.

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  5. La noche llega …
    Sin dejar de expresar mi más distinguida consideración por la investidura de nuestro actual Sumo Pontífice, por quien rezo todos los días, y sin ignorar tanto la gravedad de mis propias falencias morales, como los méritos, que sin duda su persona debe tener para alcanzar tan elevado rango en el seno de la Iglesia Católica, con preocupación, advierto algunas señales de peligro.
    Tales son, por ejemplo, las “dubia” señaladas por cuatro cardenales de la Iglesia Católica respecto de los puntos más controvertidos de “Amoris Laetitia”, o las cartas del arzobispo Viganò denunciando la conducta sexual del cardenal McCarrick. Cuando a tal punto se volvió a poner sobre el tapete la discusión sobre el celibato sacerdotal que obligó al Papa emérito Benedicto XVI y al cardenal Sara a escribir un grueso libro en su defensa; cuando en el Motu propio Traditionis custodes (2021) se restringió la libre celebración de la antigua misa de San Pío X o Misa Tradicional; cuando se abusa de las tan arbitrarias como amenazantes llamadas a Sínodo, que hoy un grupo particular de obispos alemanes apela a ellas para hacer reformas que puedan romper con la tradición de la Iglesia, o el claro desprecio que se hace de la labor evangelizadora de la Iglesia efectuada a través de la colonización española de la cual hoy todos somos claros beneficiarios (2021); y entre los más preocupantes, la manifiesta estima que se hace de los documentos postconciliares, con evidente desprecio que se hace de los documentos más antiguos; el prometido cierre del Seminario de la diócesis de San Rafael (Mza), y la persecución de quienes cometieron el discutible “delito” querer comulgar en la boca; la cesación en el cargo del obispo Martínez de la diócesis de la ciudad de San Luis.
    Mas, a todo esto, The Wanderer agrega todavía otras razones:
    “La reinstalación de herejes pertinaces, el recurso a pensadores heterodoxos, la expresión pública de sentimientos de afecto hacia sostenedores de ideologías peligrosas, el disimulo de malas conductas bajo el nombre de “misericordia” o “preocupación pastoral” (The Wanderer, 20 de septiembre 2021).
    “el adulterio ya no es pecado y en el “acompañamiento” a las personas con diversidad sexual” (The Wanderer, 29 septiembre 2021).
    “se refirió a los que van a misa, se confiesan con frecuencia y rezan muchos rosarios, como gnósticos o neopelagianos autorreferenciales y prometeicos”. (The Wanderer, 2 octubre 2021).
    Desde luego no se trata de negar todos los esfuerzos que hace el actual Vicario de Cristo por abrir las puertas de la Iglesia a todas las almas que buscan a Dios. Pero ello no quita el que haya que hacer muchos esfuerzos para reparar, con expreso espíritu de penitencia, tantos puntos controversiales de sus enseñanzas.
    ¡Señor ten piedad de nosotros! ¡Alabado sea Jesucristo!

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    1. Es, por todo lo dicho, como mínimo un cuadro hereje, no le demos más vueltas

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    2. Un cuasi hereje....quise decir

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  6. De alguna manera Castellani en Su Majestad Dulcinea y en Juan XXIII (XXIV) entra en diálogo con la obra de Benson. En Su Majestad Dulcinea el guiño es al Señor del Mundo (al final se menciona el gobierno del Anticristo Felsenburg) y en Juan XXIII (XXIV) el guiño es a "Alba Triunfante" (en ambas novelas lo que se narra finalmente es solo un sueño/delirio que tuvo el protagonista en medio de una enfermedad)

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  7. Hay que recordar que el P. Castellani tenía cariño a Juan XXIII porque le levantó las censuras y pudo celebrar misa libremente tras las duras consecuencias de su salida de la Compañía de Jesus. Por eso esa caracterización tan favorable de Juan XXIV, que es un modelo ideal de Papa sin los defectos de Juan XXIII, que Castellani sabía y vio. Lo pongo aquí porque en Argentina se conocen estos hechos pero en otras partes, como España, no.

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  8. AICA informa que ayer en el Coliseo romano el Papa Francisco presidió el Encuentro por la Paz organizado por la Comunidad de San Egidio, un evento que contó con la participación de importantes líderes judíos, musulmanes, ortodoxos y hasta de la canciller de Alemania, Angela Merkel.
    Entre otras recomendaciones, Bergoglio les dijo a los presentes: "les ruego en nombre de la paz, que en toda tradición religiosa desactivemos la tentación fundamentalista o cualquier otra insinuación que pueda hacer del hermano un enemigo".
    Dicho de otro modo, según la enseñanza del Papa los católicos debemos evitar a como sea ser testigos del evangelio, no importa el precio que haya que pagar, porque podríamos herir los sentimientos de quien no piensa como nosotros.
    También se entiende por qué Bergoglio condenó el proselitismo desde el primer día,
    una práctica nociva de los misioneros que en siglos pasados partieron de Europa a América, la India o Japón y que cediendo fácilmente a esa tentación fundamentalista convirtieron injustamente a millones.
    De ahí también el afán persecutorio de Bergoglio contra esos católicos de mala fama que insisten con la misa tradicional, con el cuento de que Cristo es el único Camino para llegar al Padre y con el poder salvífico de la Cruz, todas rémoras de un pasado que es mejor olvidar porque hasta podría justificar que más de un fundamentalista islámico degüelle adentro de una iglesia a un sacerdote o alguna vieja feligresa que puedan ofenderlo gravemente hablándole de Jesús, algo que ya ocurrió más de una vez en París.
    Y si a algún católico descolgado no le gusta esto que dice el Papa, no es para desanimarse, también puede optar por los alemanes que les dan la comunión a los luteranos y que hasta bendicen a las parejas homosexuales en contra de lo que manda el Papa.
    Como vemos, hay para todos los gustos. Es como decía Groucho Marx, si no le gustan mis principios, tengo otros...
    Lo más curioso es que todavía hay millones de católicos que niegan que la Iglesia esté en crisis, son los que dicen que siempre que llovió paró. Por eso ahora esperan con impaciencia que pase la pandemia para que todo vuelva a ser como antes...

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    1. Sí, yo creo que el Papa Paco s.j. tiene razón:

      Es mejor abjurar de la fe y hacerse islamista.

      al menos así nos dejara en paz, que se ve que no tiene nada que hacer en el día y se aburre.

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    2. "Ortodoxos", no es correcto afirmarlo así. Tendrían que estar delegados de todas las Iglesias y solo estaba Constantinopla... amiga del Vaticano desde el deplorable Atenágoras (sepultado con rito pagano).

      Focio

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  9. No conocía este blog y me aconsejaron que lo visitara unos amigos que lo leen desde hace mucho y tenían razón cuando me dijeron que es excelente. Sin llegar al nivel de wanderer ni de quienes aquí escriben muy atinadamente voy a dar mi punto de vista. Mucho se ha escrito sobre el Vaticano II y sus consecuencias y que este pontificado es el fruto podrido de éste pero creo que si Bergoglio ha llegado a ser Papa no se debe únicamente a esto sino al proceso de selección de jerarcas eclesiales. Por ejemplo: cuando se dice "hay un lobby gay en la Iglesia" habría que preguntarse quién o quiénes lo introdujeron. Pues también a Bergoglio. Porque el Papa es no solo el peor Papa de la historia sino alguien que tiene una carta que por los motivos que sean se quedó archivada en la que se dijo que psicológicamente no tenía las facultades para ser promovido. Además se conoce de sobra su obsesión por el poder y aún así llega a lo más alto. Si esto no se corrige y no creo que se haga habrá pontificados peores porque no se busca a los mejores para dirigir la Iglesia sino a trepas, carreristas, ególatras, homosexuales, incompetentes.

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    1. Hay muchos que han escrito denunciando el proceso de selección de Obispos, muchos y de varias corrientes ideológicas, como se dice ahora.
      Por ejemplo, el cura Rosmini, en una obra que si no me equivoco se llama "Las 5 llagas de la Iglesia"... una de las llagas es el proceso de selección de Obispos.

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  10. Bergoglio reúne en su persona dos características: la obsesión por el poder y la cobardía. Por eso no fue un líder, su obsesión por el poder siempre fue por el poder ajeno. Siempre se sometió y ahora que llegó a la cúspide buscó alguien a quién someterse y es la ONU más sus periferias. Nunca decidió, nunca se hizo cargo. Un segundón, un empleado chupamedias. Eso es Bergoglio y por eso lo eligieron.

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  11. El Papa ha inaugurado el camino sinodal, que consiste en que la Iglesia escuche todas la voces, de los de dentro y de los fuera. Sería bueno participar y no dejarlos sin que explícitamente escuchen y ninguneen a los que pensamos distinto de la conducción actual. Participar de modo masivo y capilar

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    1. No se haga ilusiones; la "sinodalidad" es para tener justificación suficiente para hacer cosas malas con el pretexto de haber sido "votadas" o queridas por el sínodo, cuyos resultados verdaderos nadie conocerá nunca.
      Si para muestra basta un botón, fíjense lo que ha acontecido con la Comunión en la mano, que se propagó en contra de los votos negativos de los Obispos, como lo narra Paulo VI en "Memoriale Dómini".
      O "Traditiones custodes", donde se ha falseado o falsificado el resultado de la consulta universal a los Obispos para cerrarle el paso a la Misa Tradicional. como ha denunciado la periodista Diane Montagna.
      El "camino sinodal" será como las elecciones peronistas: Gana el gobierno o gana el gobierno, no hay otra. Y la gente se queda apabullada por la "perra mala suerte" que no ha sido otra cosa que simple, sencillo, tradicional y mulero fraude.

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  12. Nueva amenaza en ciernes
    Se trata de una nueva convocatoria sinodal que gira en torno al futuro de la Iglesia Católica. Desde luego, la dificultad no reside en el intento de renovación de la Iglesia sino en los criterios bajo los cuales se pretende efectuar dicha renovación. "El objetivo de esta fase es la consulta al pueblo de Dios para que el proceso sinodal se realice en la escucha de la totalidad de los bautizados". Todo muy deseable, pero el punto es que, si no hay buena formación doctrinal por parte de quien se espera alguna opinión sobre el futuro de la Iglesia, entonces las perspectivas de llegar a buen puerto, no podrían ser más improbables. ¿O acaso la Iglesia católica no ha sufrido ya terrible la devastación doctrinal implícita en la “teología de la liberación”, o en la más actual “teología del pueblo”, como para sufrir nuevamente mayores tragedias? Resultado, los católicos terminaremos por recibir el malsano influjo de las correspondientes ideologías de turno, por partida doble, esto es, por la previsible actividad de los agentes que están operando sobre toda la sociedad desde fuera de la Iglesia, y, por la más siniestra acción de quienes, ya cómodamente instalados operan desde el corazón de la misma Iglesia. El demonio no duerme. Y mientras tanto la sana doctrina es sistemáticamente rechazada:
    “Me pregunta si pensar que no hay nada absoluto y, por tanto, tampoco una verdad absoluta, sino sólo una serie de verdades relativas y subjetivas, es un error o un pecado. Para empezar, no hablaría, ni siquiera para quien cree, de verdad “absoluta” […] ¡La verdad es una relación! De hecho, todos nosotros captamos la verdad y la expresamos a partir de nosotros mismos: desde nuestra historia y cultura, desde la situación en que vivimos, etc.” (Carta a Scalfari, 4 de septiembre de 2013).
    ¿Qué se puede responder a esto? Pues, simplemente, que, de sostener la relatividad historicista de la verdad, se terminará por descalificar el valor absoluto de la verdad revelada, y, consecuentemente, de la fe cristiana:
    “Se ha llegado hasta el punto de negar la existencia, en la divina Revelación, de un contenido moral específico y determinado, universalmente válido y permanente: la Palabra de Dios se limitaría a proponer una exhortación, una parénesis genérica, que luego sólo la razón autónoma tendría el cometido de llenar de determinaciones normativas verdaderamente “objetivas”, es decir, adecuadas a la situación histórica concreta. Naturalmente una autonomía concebida así comporta también la negación de una competencia doctrinal específica por parte de la Iglesia y de su Magisterio sobre normas morales determinadas relativas al llamado “bien humano”. Éstas no pertenecerían al contenido propio de la Revelación y no serían en sí mismas importantes en orden a la salvación” (Juan Pablo II, Encíclica “Ueritatis splendor”, n. 37).
    ¡Dios salve a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!

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  13. No estoy muy seguro de lo que quiere o deja de querer el Papa Francisco más allá de mantenerse en el poder. Lo que tengo claro es que su sucesor no va a poder culminar nada porque culminar es darle punto final a algo ya empezado. La cuestión es que el papado de Francisco, a mi modo de ver, no ha hecho nada más allá de la Traditiones, la Mitis Iudex y la Misericordia et misera. El primero que ha conseguido que en muchos sitios se persiga con más dureza la misa tridentina, el segundo que simplificó el proceso de nulidad y el tercero que dio potestad universal a todos los sacerdote a levantar la excomunión por el tema del aborto. Esos son los únicos tres cambios reales del pontificado a mí modo de ver. Todo lo demás es un brindis al sol como decimos en España, desde sus insulsas y, desde mi punto de vista como canonista, abusivas encíclicas (digo abusivas porque una encíclica no es para hacer propaganda política y, sobre todo la Fratelli Tutti, sin embargo la hacen) hasta la "reforma" del libro VII del CIC, que versa sobre el derecho penal. Su pontificado, en palabras de un amigo mío, es un yermo, un páramo estéril. El sucesor no va a tener nada que culminar, a no ser que quiera acabar 👌 con todos los católicos tridentinos a golpe de decretazo, que sólo serviría para lanzar a muchos de ellos a los brazos de la Fraternidad San Pío X.

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