Se conoció hoy la noticia de la renuncia de Mons. Eduardo Taussig a la sede episcopal de San Rafael a la tierna edad de 67 años. En octubre se le había comunicado en Roma la decisión pontifica tomada en épocas de plena sinodalidad. Y la noticia ya ha tenido repercusiones en otros medios católicos.
El suyo fue un episcopado fracasado y desperdiciado que dejó en el camino una buena cantidad de heridos y de muertos que pesarán en su conciencia. Y aquí van algunas reflexiones sobre el hecho:
1. No hay peor cuña que la del mismo palo. Este axioma popular se ha cumplido a rajatabla en la vida de Mons. Taussig. Formado en la escuela del P. Echeverry Boneo, participó en su juventud en los círculos más conservadores y nacionalistas que se nucleaban en torno a la iglesia del Pilar en Buenos Aires, liderados por Carlos Sacheri, de quien fue discípulo y amigo cercano. Se formó en el tomismo del Angelicum y fue tenido como una esperanza de los sectores de línea media frente al caos eclesial de los ’80 y ’90. Sin embargo, fruto de algún misterioso mecanismo psicológico, en algún momento de su vida comenzó a odiar a los que eran como él, a los que llevaban su propia sangre, a los que habían sido alimentados con la misma leche que lo había alimentado a él. De regreso de Roma, fue nombrado en la codiciada parroquia universitaria de San Lucas, y allí comenzó a perseguir a los sacerdotes conservadores que el buen cardenal Quarracino le ponía como vicarios. Fue conocido el caso de un cruel berrinche que tuvo contra uno de ellos porque éste se empeñaba en usar el velo del cáliz. Este característica, rayana en lo patológico, lo acompañó a San Rafael. Se recuerda uno de los primeros conflictos que provocó con su clero: prohibió que los sacerdotes unieran el pulgar y el índice luego de la consagración en la celebración de la Santa Misa. Junto a un lacayo que lo acompaña todas partes, se empeñó en demostrar científicamente (sic) la no presencia de Nuestro Señor en las partículas eucarísticas, a fin de contar con argumentos para obligar a sus sacerdotes a dar la comunión en la mano. En fin, son innumerables las anécdotas de este tipo, y todas muestran que lo que él odiaba y perseguía era lo que él mismo había sido en su juventud y primera madurez. Algunos podrán adjudicar esta extraña conducta a sus ansias de ascenso en la carrera episcopal. Ciertamente que ese elemento cuenta, pero yo sospecho que hay una razón más profunda, anclada en lo hondo de su psicología, que lo explica. Probablemente algunas sesiones de psicoterapia simbólica le ayudarían a descubrir el trauma, y a sanarlo.
2. Obsesión con el ejercicio del poder. Mons. Taussig concibió el ejercicio del ministerio episcopal como un ejercicio de poder. Había en él una extraña concupiscencia por dar órdenes y por ser obedecido; un deseo casi enfermizo de someter a sus sacerdotes a sus caprichos y berrinches, no importa qué medidas de crueldad y dureza fueran necesarias para conseguirlo. El audio que circuló hace pocas semanas por todo el mundo con el diálogo que mantuvo con el P. Alejandro Casado (RIP) es una muestra elocuente de esta conducta habitual que tenía el ahora obispo emérito de San Rafael. Se deleitaba, por ejemplo, en cambiar de destino anualmente o, a los sumo, cada dos años a sus sacerdotes, como si estos fueran religiosos, provocando en ellos la destrucción de hábitos y de necesarios y saludables vínculos afectivos, con las consiguientes consecuencias psicológicas. Esta obsesión por imponer su autoridad llegó a límites absurdos, como amenazas con negar la ordenación sacerdotal o persecución de académicos que no pensaban como él, a los que amenazó con el entredicho o con tomar represalias contra sus hijos sacerdotes. Hay que reconocer que este es un mal que sufre la mayor parte de los obispos, y sería interesante hacer un estudio al respecto buscando sus causas, pero lo cierto es que Mons. Taussig no tuvo ningún prurito en demostrar su concupiscencia descaradamente.
3. Odio por la liturgia tradicional. Desde el primer momento en que comenzó a celebrarse públicamente la misa tradicional en su diócesis, demostró un odio particular hacia ella, el que canalizada poniendo todos los obstáculos posibles a su celebración y persiguiendo a los sacerdotes que querían celebrarla. A uno de ellos, y uno de los más meritorios, lo exilió a la parroquia más alejada y desamparada de su diócesis: que celebrara allí a las cabras y a los chimangos la misa en latín y de espaldas, parecía decir. Hace pocos meses, y aprovechando la puerta abierta que le sirvió en la mano Bergoglio con Traditiones custodes, mandó a sus casas a varios sacerdotes que preferían el rito tradicional, y lo hizo literalmente. Los que tenían familia en San Rafael viven ahora con sus padres, y los otros han debido recurrir a los laicos para conseguir algún lugar donde vivir. Y, faltando a su deber de pastor, los ha privado de cualquier medio de subsistencia, debiendo mantenerse estos sacerdotes con las limosnas que ocasionalmente reciben. He aquí un fruto conspicuo de la misericordia predicada por el Papa Francisco.
4. Crueldad con sus sacerdotes y seminaristas. Ya hicimos alguna referencia a este rasgo probablemente patológico de su personalidad, pero Mons. Taussig se caracterizó por perseguir con saña y constancia a sus sacerdotes. En muchos casos, se preocupaba obsesivamente en impedir que pudieran desarrollar sus talentos, por ejemplo, estudiando alguna carrera universitaria o escribiendo libros, a los que negaba su autorización para ser publicados. Podemos recordar casos públicos más graves como los del P. Fernando Yañez o del P. Jorge Gomez: llegó a confinarlos durante años en monasterios o a lograr su expulsión del estado clerical por faltas objetivas, es cierto, pero que de ninguna manera ameritaban semejante castigo. Últimamente, esta saña la dirigió contra los seminaristas de su ex-seminario: sólo aquellos cuyas familias vivían en la diócesis de San Rafael fueron enviados a otros seminarios del país; el resto, que era la mayoría, fueron dejados a la intemperie. Se trata de jóvenes excelentes, que habían cursado en algunos casos seis o siete años de estudios, y que estaban cercanos a la ordenación. Ahora están en la calle, sin saber qué hacer de sus vidas y de su futuro. ¿No se daba cuenta Mons. Taussig que con esta actitud, si bien saciaba su sadismo, ponía en peligro la fe y la perseverancia de quienes eran sus súbditos y ovejas de su rebaño?
5. Usado y desechado por Bergoglio. Mons. Taussig, cuando le llegó la noticia de su elección al episcopado, decidió recibir la consagración de manos del cardenal Bergoglio y de Mons. Héctor Aguer, del agua y del aceite. Todos vieron en esto la duplicidad de su personalidad: quería quedar bien con todos. Y así le fue. No quedó bien con ninguno, ni siquiera con su ángel de la guarda. El 13 de marzo de 2013 debe haber sido uno de los días más negros de su vida. Con Bergoglio como Papa su destino, como el de varios obispos argentinos, estaba echado. La personalidad y los antecedentes intelectuales y aristocráticos de Mons. Taussig es, justamente, uno de los aspectos que más odia el Papa Francisco: no era un obispo con olor a oveja —demasiado intelectual—, y provenía de la alta burguesía católica, algo que el resentimiento pontificio no puede soportar. No tengo ninguna prueba, pero sí fuertes sospechas de que el cierre del seminario de San Rafael fue una decisión tomada en Santa Marta, y no en la calle Rivadavia. Y Taussig obedeció al inicuo deseo pontificio —al que debería haberse opuesto, aún si eso le costaba la cabeza como le habían enseñado su padre, y sus maestros Echeverry Boneo y Sacheri—, pensando en la recompensa: alguna mitra archiepiscopal o, aunque más no fuera, el traslado a una diócesis menos periférica y problemática que la suya. Y hoy le llegó la recompensa de Bergoglio: la degradación y la humillación. Bergoglio lo usó y lo desechó.
6. Odium plebis. El Código de Derecho Canónico de 1917, en su canon 2147, establecía que un párroco podía ser removido debido al “odio del pueblo, aunque sea injusto y no universal, si es tal que impide el ministerio útil del párroco y no se prevé que ha de cesar pronto”. Mons. Taussig consiguió que este viejo canon fuera aplicado también a un obispo, puesto que desde el momento que ordenó el cierre del fructífero seminario de San Rafael, se granjeó el odium plebis, el odio de su pueblo. Ya casi no visitaba las parroquias, ni siquiera para sus fiestas patronales, porque en el mejor de los casos era recibido con frialdad, y en el peor y más frecuente, ni siquiera era recibido: muy pocos asistían a misa cuando era él el celebrante. Y lo mismo ocurría incluso en su iglesia catedral. Pasaba largas temporadas fuera de la diócesis, no estando presente si siquiera para festividades tales como la Navidad, recluido en depresiva meditación en su departamento familiar de Recoleta.
7. El futuro de San Rafael. Todos se preguntan quién será el sucesor de Mons. Taussig. Creo que es irrelevante. Cualquiera que vaya será lo mismo, y cualquiera que vaya hará lo mismo, es decir, nada, porque no hay nada por hacer. Deberá limitarse a un control de daños. En el caso de San Luis, Mons. Barba tenía mucho por destruir, y hay que reconocer que lo hizo muy bien y en muy poco tiempo. Pero el único modo de destruir San Rafael sería con una explosión nuclear u ordenando el degüello de todos sus sacerdotes. Se trata de un clero que, más allá de las típicas divisiones y rencillas internas propias del gremio, es compacto y abarca toda la diócesis. Los únicos religiosos son los franciscanos, que ocupan un lugar insignificante, y el IVE, religiosos secundum quid y que tiene la misma formación que los sacerdotes diocesanos. La mitra de San Rafael será un castigo para cualquiera, y muy pocos querrán ponérsela, porque su destino será vegetar limitándose a contener un clero y un laicado levantisco.
Triste destino el de Mons. Eduardo Taussig. Si hubiese sido fiel a lo que le enseñaron sus maestros, hoy probablemente no sería obispo, o probablemente sería un obispo depuesto por el Papa Francisco pero reverenciado por millares de fieles de todo el mundo. En cambio, hoy es un obispo depuesto y humillado, despreciado por Francisco y odiado por su pueblo.
"A cada cerdo le llega su San Martín"
ResponderEliminarseguramente creyó que no le iban a aceptar la renuncia... Roma locuta causa finita! ¡viva!
ResponderEliminarEstimado: la renuncia no se la aceptaron. La renuncia se la impusieron.
EliminarMejor así, ¡Misericordia para él! ahí se vá el autor de los daños...
Eliminarbuen punto. la malicia de Francisco puede ser la primera explicacion.
EliminarPero me permito (y lo mio es teologia ficcion) sugerir que quizas fue Taussig el que tira la toalla, siendo esa la razón por la que se quedó sin puestito post-SanRafael... conviertiéndose en no-asignable para cargo eclesiástico alguno (al menos temporariamente).
Quizás alguien en este honorable blog pueda desbaratar dicha posibilidad, explicando cuál fue el gran delito/error que cometió Taussig para que lo quiten de San Rafael. Taussig nos ofendió a todos pero no ofendio al Vaticano. Qué es lo que obliga al Vaticano para que a Taussig lo dejen así en el limbo? No creo que haya sido porque Taussig fue cruel con sus seminaristas/clero, el odium plebis, el apego al ejercicion del poder, o porque dejo de mandar cajones de Malbec a la curia romana (pensemos en McCarrick como piloteó el sistema por una vida). Todos los obispos/superiores de religiosos o religiosas tienen una o más cosas de ese tipo y la curia romana no pestañea siquiera.
No hay mecanismo mejor aceitado en la curia romana que el promoveatur ut amoveatur, y no se aplicó para este caso. Por eso pienso que Taussig tira la toalla, no lo sacan.
Roma no paga traidores y así paga el Diablo a quien bien le sirve. Berg lo esta llevando al culmen casi insuperable tanto en sus secuaces como consigo mismo. Si siguiera la pseudolista de S. Malaquías sería este el moto: Roma traditoribus non praemiat!
ResponderEliminarOtro triste destino en un triste pontificado, fruto de una triste trayectoria histórica de la Iglesia desde hace algunas décadas. Pero estos casos nos permiten ver lo que se oculta detrás de la tramoya y sus causas con un poco de reflexión. Cada punto aquí expuesto daría no para un artículo sino libros enteros sobre puntos fundamentales de nuestros problemas y sus posibles soluciones.
Hace muchos años tuve un buen amigo -ya fallecido- que en su juventud había conocido al padre de Monseñor Taussig en la Liga de Padres de Familia. Un día me dijo: Taussig padre era un buen hombre y un gran católico, si hoy viera a su hijo se llenaría de vergüenza.
ResponderEliminarEl hijo le salió rana.
EliminarDesde los tiempos de Viriato, Roma no paga traidores.
ResponderEliminarCreo que desde antes, desde Tarpeya,la mujer traidora y que según recuerdo, da origen a la frace "Roma no paga traidores".
EliminarAl que envían de San Juan hasta que nombren nuevo obispo lo persigue la justicia. Averigüen.
ResponderEliminarEn efecto, Carlos María Domínguez, obispo auxiliar de San Juan ahora designado por Francisco administrador provisorio de la Diócesis de San Rafael, fue denunciado por estafa por los hijos de un jubilado de 78 años que padecería graves problemas mentales.
EliminarSegún la denuncia, Domínguez le compró su casa en diciembre de 2020 en nombre del Arzobispado de San Juan.
Según el Registro de la Propiedad de San Juan, Domínguez adquirió la casa por un millón de pesos cuando los hijos del jubilado dicen que vale diez millones, de ahí que el fiscal lo acuse de estafa.
Asimismo, la compraventa se habría realizado con la condición de que el anciano podrá seguir viviendo en la casa hasta que muera; después la propiedad pasaría a poder del Arzobispado, con lo cual los hijos quedarían desheredados.
Y no sólo eso, los hijos dicen que el millón de pesos que habría pagado Domínguez no aparece por ningún lado.
Esta noticia fue publicada en diversos medios gráficos cuando los hijos del jubilado hicieron la denuncia en agosto de 2021, razón por la cual habría que ver en qué estado se encuentra hoy esa causa penal.
Es de suponer que todo tendría que haber sido aclarado como un malentendido de pésimo gusto, porque si la causa penal sigue su curso y Monseñor Domínguez está acusado de estafador, no se entiende cómo el Papa puede haber nombrado en San Rafael a un obispo sospechado de cometer semejante delito.
Se nombra a alguien "con problemas judiciales" para que siga cometiendo delitos. Es el liquidador. Como en la política peronista.
EliminarLilito Carrió
Y no es chiste. En San Juan a la destruccion de Delgado-Becerra le siguio Lozano-Dominguez. Son progresistas no sean ingenuos.
EliminarEs muy difícil que el que lo siga sea mejor; pero mucho más difícil aún es que pueda hacer más daño.
ResponderEliminarEn mi opinión ya comenzó sin hacer presencia aún con el daño en San Rafael, curas ingenuos o endulzados x Eduardo repitiendo como pusilánimes cobardes " quizá este nuevo obispo nos favorezca o se aún menos malo " rezaré por ellos para que su ingenuidad les haga ver poco mejor ....
EliminarYa están haciendo daño sin estar presentes!!! Curas ingenuos o inocentes o cansados de tanto golpe...diciendo que este obispo va a ser más bueno con ellos ..pobres!!!
EliminarPor si no se entendió la frase, en su giro retórico: difícilmente el próximo obispo que sea designado efectivamente sea mejor (en efecto, no creo que ninguno de los candidatos posibles venga, ni siquiera remotamente, de las mismas raíces de buena formación y buena doctrina, de las que sí provenía -y a las que traicionó- MT); pero el mal que hizo MT es el mal mayor que se podía hacer: no destruyó sólo el acto, sino el acto y la potencia, por así decirlo, destruyó la raíz, destruyó el útero, destruyó el seminario, que con tanto esfuerzo y tanta colaboración generosa de los fieles se hizo y se mantuvo. El que venga, siendo muy probablemente de malos principios teológicos, va a seguir haciendo daño, y mucho daño si se quiere: pero ya no es posible hacer ese daño mayor. Salvo que el próximo ponga una bomba atómica, qué se yo.
EliminarUn final previsible; y, se me hace, esperado por el propio involucrado. Probablemente, sea compensado con algún otro cargo. No lo daría por muerto.
ResponderEliminarLamentable como el ejercicio que hizo de sus funciones, es la situación en que puso a muchos sacerdotes y a muchos seminaristas; y, con ello, el daño ocasionado a estos, a los que dejaron de serlo, a las familias de todos, y a la sociedad que se le confiara.-
Un reino dividido está condenado a ser pasto de sus enemigos. Lamentable, todo.
No por sabido, esta pequeña muestra de la Iglesia Católica Universal, quizás explique muchas de las razones de por qué se está como se está. Y de lo que habrá de venir…
Dios se apiade de todos nosotros.-
Mala hierba nunca muere.
Eliminar¿Cuánto se apuesta que Bergoglio, para confundir más a sus enemigos, le da públicamente un acto de estima?
Como concelebrar con él misa en el Palacio Apostólico de Santa Marta, comer juntos "al fresco" (con periodistas y fotógrafos) en una tipica osteria romana (foto-ortunidad) o hacerle Presidente de un dicasterio nuevo (dicasterio para los derechos humanos de los animales)...
A Anónimo 6 de febrero de 2022, 12:05
EliminarNo puedo apostarle nada. No necesita confundir enemigos; le basta tenerlo doblegado y humillado pues para algo le servirá. No creo que al ex Obispo de Orán (Salta), ni al que lo fuera de una diócesis del Oeste del Conurbano Bonaerense, les resultara gratuito el “salvataje” que se les confirió.-
Con sinceridad: no lo festejo. No se debería haber llegado a esto; y, como tantos otros casos, sólo dañan a todos -y cada uno- de los involucrados, como a la propia Iglesia en su conjunto.
Tampoco como vidrio: en el caso específico de nuestros pastores, deberían revisar –muy seriamente- a qué se encuentran abocados y con qué fines. El limitarse a aceptar los daños colaterales “por el bien de la Iglesia”, no creo lleve a nada bueno; y, escudarse en obediencia, tampoco. Los resultados están a la vista, de cualquiera que quiera ver. Claro que, para eso, deberían dejar de engañarse a sí mismos, no rodearse sólo de alcahuetes y dejar de utilizar a los que hacen el trabajo sucio por ellos.-
Cuando el cardenal Wolsey falleció en la Torre de Londres sus últimas palabras fueron: "Si hubiera servido a Dios tan bién cómo he servido a mi rey, no me hubiera dejado morir aquí."
ResponderEliminarMons. Taussig ha sufrido el destino de los tibios, ha sido vomitado de la boca del poderoso. Ninguna misericordia practicó, ninguna recibe. Ahora le espera penar en silencio y recoger las tempestades de los vientos que sembró. Sólo nos queda rezar para que su destino no le recalcitre en su amargura y se convierta a Dios, antes de que sea tarde y la puerta se cierre para siempre.
!Malas noticias!
EliminarWolsey no falleció en la Torre de Londres.
El cardenal Thomas Wolsey murió en la abadía de Santa Maria de Pratis, en Leicester, cuando iba camino de Londres obedeciendo la orden del Rey para hacer frente a la acusación de alta traición por no haber conseguido del Papa el divorcio de Catalina de Aragón.
Las palabras que supuestamente dijo fueron:
"I see the matter against me how it is framed. But if I had served God as diligently as I have done the King, he would not have given me over in my grey hairs".
Estimado Anónimo,
EliminarTiene usted razón, quise citar de memoria y olvidé que Wolsey nunca llegó a comparecer en Londres por su acusación de alta traición. En cualquier caso el contexto general aplica igual.
Pues yo si veo un doble paralelismo directo entre Enrique VIII-Bergoglio por una parte y Wolsey-Taussig por otra.
EliminarEl que sirve a un tirano para tiranizar a los débiles y pobres es tan tirano como su amo y merece la misma suerte.
https://www.tiempodesanjuan.com/sanjuan/2021/8/13/tras-la-denuncia-por-compra-fraudulenta-reaparecio-en-publico-el-obispo-dominguez-pero-no-hablo-320979.html
ResponderEliminarSe va este lobo, pero le mandan otro mas patotero. Van por todo su misión es destruir.
ResponderEliminarEmpiezan con que hay que tener una vision mas amplia y luego amplian el repertorio. Mas tarde empiezan a correr a los feligreses y curas problematicos y luego hacen lo que quieren.
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ResponderEliminarConclusión , por lo que se viene , los católicos de San Rafael van a lamentar la partida de Mons Taussig.
ResponderEliminarY sus hermanos (y parientes) del San Pablo... ¿No tienen nada que decir?
ResponderEliminarEl monstruo de la laguna
Don Wanderer:
ResponderEliminarDos líneas para agradecer la nota, dándome por aludido en algún párrafo, que particularmente valoro. Todo lo abominable sobre este homúnculo ya fue dicho y probado. Su lema episcopal nunca escrito, pero siempre para su ignominia aplicado, pareció ser aquel pasaje de las Sátiras de Juvenal (6,223), que copio ahora: ‘Hoc volo, sic iubeo, sit pro ratione voluntas’. El déspota indocto terminó como aquel personaje infatuado de Castellani, que se autoerigió en “estatuo”, reclamando tratos solemnes y acatamientos serviles, y que al rodar de su pedestal quedó a la vista que "el infeliz tenía los calzoncillos sucios". En tal sentido, bien por Pacopepe, que se desvinculó de todo eufemismo o circunloquio, y lo llamó certeramente, mierda.
Me permito sospechar de que haya dado cumplimiento al refrán, según el cual, “no hay peor cuña que la del mismo palo”, como usted dice. Me parece – y es un pálpito, nada más- que más bien, se cumple en él lo que dice San Juan(1, 2,19): “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros”.
Dios salve a los fieles católicos de San Rafael, y Bergoglio no se entere.
Vaso en alto, brindis prolongado
Antonio Caponnetto
"la obediencia es el entierro de la voluntad y la resurrección de la humildad"....difícil tema de abordar en personajes antológicos y casi mitológicos con una prosapia familiar tan rica en héroes y santos (el martirio nos hace santos ipso facto) de indiscutible trayectoria y gran formación. Otrora supe disfrutar de esas arengas que nos sacaban de sus charlas con el pecho inflamado de devoción a la Verdad. Con los años, intacto el amor a la Verdad, al Bien y a la Belleza, me hago eco de una frase de Chesterton que jamás olvidare , "a mi esposa la convirtió el demonio". Dios nos libre de las conversiones fruto de la mitologia. Sepa ud disculpar mis faltas de ortografía y por supuesto mi pobre redacción.
EliminarTodo es muy triste y lamentableme. El daño que causó Taussig, Domínguez involucrado en una posible estafa ( ¿en diciembre de 2020 1 millón de pesos era menos poco menos de 10 mil dólares?, de ser así es un delincuente que se aprovechó del anciano)
ResponderEliminarPor qué se meten a curas estas personas si van a ser tan miserables y faltos de caridad? no hay forma de filtrarlos con tests psicológicos? o hacerlos juramentar como los médicos con el juramento hipocrático?
ResponderEliminarLa Iglesia es luz del mundo. Pero, que pasa si se pone una luz en el medio del campo a la noche? Que se vienen todos los bichos atraídos por la luz.
EliminarPienso, que estas personas tienen inicialmente un deseo egoista de alcanzar los bienes espirituales, pero estos les rehuyen, con lo que desarrollan un resentimiento hacia aquellos que si los han recibido.
Si en octubre ya estaba decidido el "misericordiamiento" de Taussig, ¿cómo es que no se ha hecho efectivo hasta ahora?
ResponderEliminarPregúntele a Bergoglio. Es propio de su sadismo.
EliminarAlguien sabe dónde se amontonan los obispos renunciados ? Hay un hospicio preparado? o cada uno se las arregla como puede ? Les sigue pagando el Estado ? Qué hacen de su vida hasta que se les acabe ?
ResponderEliminarEstá cada uno en su casa, tejiendo al crochet mientras miran la novela turca de la tarde. El triste final de aquellos a quienes alcanzó la misericordia pontificia.
EliminarNo creo que el obispo armenio esté viendo la novela turca.
EliminarAladino
Francisco y su fuente inagotable de misericordia...
EliminarPara quienes no lo conocemos directamente la descripción de su trayectoria pastoral, o mejor dicho antipastoral, muestra una persona de mente enferma o dominada por el Mal, en todo caso merecedora de lástima y necesitada de que oremos por su conversión y por las victimas del daño que ha causado, en especial en su fe.
ResponderEliminarEste mismo comentario sirve para nuestro argentino en el solio pontificio.
Siempre hay q rezar x los pecadores; ni qué decirlo. Y no olvidar de encabezar la lista de ellos con uno mismo. Pero, no todos los q obran mal son enfermos, ni todos los pecadores son inimputables. Así q se pueden hacer lícitamente ambas cosas: denunciar sus yerros y orar x su alma.
EliminarLo de Taussig no puede ser simplemente que renunció porque es bastante insoportable ser obispo de una comunidad que te detesta, que no concurre a tus misas, que hasta te ven como un agente del mal?
ResponderEliminarEso me parece más probable. Renunció porque su situación era insostenible, y Bergoglio aceptó para poner a alguno sin agotamiento moral muy sinvergüenza capaz de soportar cualquier cosa por un sueldo mejor o un cargo de mayor jerarquía.
Dios se apiade de su alma! Rezemos por su conversion!
ResponderEliminarRecuerdo hace muchos años haber visto una versión cinematográfica de Robin Hood, no de mis favoritas precisamente, creo que de finales de los 80, no recuerdo.
ResponderEliminarLo que si recuerdo es la escena del asedio al castillo del rey Juan, cuando intentando escapar por las escaleras de una torre un obispo tan gordo como corrupto se encuentra con fraile Tuck, quien lo asusta soltando el obispón las bolsas de oro que llevaba en las manos. El buen fraile las toma y se las devuelve ante la atónita mirada del episcopo, y Tuck le dice "Aquí tiene excelencia, ahora puede pagarle al diablo su lugar en el infierno" y lo patea haciendo que el mitrado caiga a su muerte.
Espero que Taussig antes de irse de su martirizada diócesis no se encuentre con otro fraile Tuck, ya recibió una trompada de uno, espero no reciba la patada de otro.
Sic semmper tyrannis
Estimado Wanderer:
ResponderEliminarCreo que dejamos fuera de la ecuación a los fieles de San Rafael, a los buenos y fieles sacerdotes, a los profesores del seminario, etc. En definitiva a los que han antepuesto su caridad y su piedad al amor a este mundo. Que ejemplo mas estimulante nos han ofrecido a todos, "buscad el Reino de Dios y su justicia y lo demás se os dará por añadidura". Esto va de rezar y de estar al lado del Señor....
Newmantino
Pensaba que los " misericordiados " eran siempre los buenos .
ResponderEliminarAguer no fue muy distinto a Taussig lamentablemente.
ResponderEliminarNo comparto lo que dice usted, si Aguer era parecido a Taussig también era parecido a Bergoglio. Es como decir que el caballo del lechero que venía a casa cuando yo era chico era parecido a Yatasto. Los dos eran caballos, es cierto, pero nada que ver, ¡por favor!
EliminarSaludos; Soy español y leo este blog desde hace mucho; me gustaría preguntar a los lectores agentinos sobre un obispo de su país del que no sé mucho pero del que leí hace un tiempo un artículo en un medio de mi país que me pareció muy bueno e impropio de la jerarquía de su país -dicho esto con mucho pesar-; se llama Mons. Jofré Giraudo y si el bloguero lo ve oportuno me gustaría conocer más si algún lector le conoce personalmente o trató con este obispo para confirmar o no mi opinión; agradecido de antemano a tod@s.
ResponderEliminarNo sé cómo evitó ser misericordiado. No sólo tiene el gran pecado de profesar la Fe Católica sino que carga con la más infamante mancha: ser descendiente de una de las más antiguas familias fundadoras de este país.
EliminarEs obispo de la diócesis cordobesa de Villa María, fue nombrado obispo de la misma por Benedicto XVI el último día de su pontificado, 28 de febrero de 2013 si mal no recuerdo. Es un obispo serio. Me pregunto porqué aún no recibió las misericordias desde Roma.
EliminarNo lo van a misericordiar por su muy bajo perfil y, además, porque ser obispo de Villa María ya es un castigo en sí mismo.
EliminarConversando ayer con unos amigos me.decian que no hay nada que festejar ni nada por lo que alegrarse ya que lo que se viene seguramente será peor (no lo sé, y realmente a estas alturas me tiene sin cuidado), otro comentarist más arriba escribía que los fieles sanrafaelinos vamos a pedir que vuelva Taussig.
ResponderEliminarLo siento por ellos pero no, el daño que causó y que siguió causando Taussig hasta hoy es inmenso, aún sabiendo que fue misericordiado en lugar de simplificarle las cosas a los sacerdotes, se dedicó a vengarse. Es probable que lo suyo sea patológico, pero también es satánico. Tal vez quien venga sea más desprolijo, o más bruto o más delincuente, pero siempre fue más jodido el mal con apariencia de bien.
Cómo católico y sanrafaelino hoy voy a festejar la "muerte política" del tirano. Con lo que venga después ya sabremos apechugar" a cada día le basta su afán".
El Carbonero
Me enteré ayer temprano lo de Eduardo Taussig, me compré una botella de Champagne "nature" y, brindando, me la terminé... (en grata compañía, es claro).
ResponderEliminarDespués me puse a pensar en la bondad divina con los malvados, porque a este mequetrefe le quitó de las manos el instrumento de sus maldades, su ocasión próxima, para devolverlo a su vida anterior, cuando era un joven de familia católica con vocación sacerdotal -un poco medio bastante pretensioso y pedante, sí-. Supongo que volverá a su ciudad natal, donde su madre, muy viejita y enferma grave, celebrará su retorno y lo tendrá para aquietar sus últimas horas; acaso, todo esto logre remover las durezas de un corazón empedernido (dicho ésto en su más prístina acepción) y pueda reencontrar el camino hacia Dios que perdió, sólo Dios sabe con qué, dónde o por quién.
Si San Rafael tiene un nuevo obispo que por lo menos sea simpático, habrá adelantado mucho aunque, como es previsible, no sea del paño de Santo Toribio de Mogrovejo y ni siquiera un cura anodino y oculto como el arzobispo y cardenal de mi pueblo.
He dicho
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Tomando noticia por d. Wanderer sobre el régimen de vida los obispos renunciados, me surgen dos inquietudes. Primera: ¿alguien sabe de qué manera se les puede encargar trabajos? Por ejemplo mantas cortas en crochet, son muy útiles para poner en los pies de la cama. ¿Cómo hacer para encargar, elegir colores, tamaño, precios? Para el otoño es algo muy práctico. Segunda: ¿no ha surgido ningún Fundador que los reúna?, por ejemplo en vida contemplativa y apostólica, como pia unión, como verbo fantasmal o lo que sea ? Me bullen las ideas, mi creatividad es casi sinodal
ResponderEliminarSi tiene suerte lo mandarán como supervisor del 2do escalón de la 4ta escalera de alguna biblioteca en Roma...
EliminarPobre nuestra madre, la Iglesia. En lo que se lee, el odio de los que se creen mejores se suma al de los que defenestrado. Cero misericordia, cero caridad. En definitiva, cero Amor.
ResponderEliminar"Cero Amor", no sé de dónde saca que la inquina contra Taussig procede de gente que "se cree mejor".
Eliminar¿Y por casa cómo andamos, Cero-amor?
Es el típico argumento de movimiento (con nombre en latín, cita de San Benito Abad...):
EliminarCallate y seguí obedeciendo, cualquier objeción es soberbia y cualquier crítica -por más fundada que sea- pecado contra la Caridad. Son los que aprobaban con su silencio la pasión y crucifixión de Nuestro Señor hace 2.000 años.
Mel Gibson
Y ahora que se prepare el vocero. Como buen corchito siempre flota, como buen gato siempre cae parado. Pero esta vez podría ser la oportunidad para que ponga sus barbas en remojo.
ResponderEliminarDon Wander:
ResponderEliminar“Cuando le llegó la noticia de su elección al episcopado, decidió, recibir la consagración de manos del cardenal Bergoglio y de Mons. Héctor Aguer, del agua y del vino”
Entiendo que el drama de Mons. Taussig no es distinto del drama de la misma Iglesia, guiada por pastores entre los cuales unos tiran en una dirección, o otros en otra. Sólo Dios sabe el calvario que debió haber sufrido el propio Mons. Taussig para resolver el franco dilema que significaba la abierta contradicción que suponía ser educado bajo la forma de la escuela tradicional, y el hecho de ser ordenado con mano de hierro por una cabeza de cuño manifiestamente progresista. Dilema, que, acaso, por un excesivo celo por permanecer fiel a su voto de obediencia, -después de todo el Papa no dejaba de ser el Papa- terminó por inclinarlo por el lado del programa progresista. Y lo hizo aplicando su decisión hasta las últimas consecuencias, con el resultado por todos conocido. El drama surgió cuando sus subordinados, entendieron que sus órdenes conculcaban el derecho de conciencia de ofrecer a la Hostia consagrada la debida reverencia. Por supuesto, detrás de todo esto se alzaban otras razones de vieja data entre una comunidad de espíritu tradicional, como lo es la comunidad de San Rafael, y una jerarquía que, desde lejos, buscaba imponer los discutibles criterios de una mentalidad progresista.
Algo de lo cual, alguien de mayor jerarquía que la de este obispo, en algún momento, tendrá que rendir acabada cuenta por el desastroso efecto de tales órdenes: un seminario de impecable trayectoria, cerrado por causa de la obstinada voluntad de un obispo, que, al proceder de ese modo pretendía responder al asfixiante mandato de sus superiores e incluso de otros obispos del país, y el comprensible rechazo de la comunidad diocesana hacia este obispo, por su ostensible falta de comprensión hacia las razones que movían a sus subordinados a rebelarse contra los excesos de sus determinaciones. Un obispo, que, a su vez, al serle exigida su renuncia, como lo acabamos de ver, no sólo terminó siendo víctima de sus propios excesos de autoridad, sino también de la fría manipulación de la cual él mismo fue objeto –y vaya uno a saber durante cuánto tiempo- por parte de otros que estaban, o bien a la par o por encima de él. ¡Cuántas vidas desechas por la miope mirada de quienes debían velar por el bien de toda una comunidad eclesial! Todo muy triste y escandaloso para todo creyente fiel.
Con tremendo dolor, hablando humanamente, me pregunto: ¿terminará pasando esto mismo en el todo de la Iglesia Católica? Hablando como hombre de fe -¡Dios sea loado!- con gozo, me respondo: Dios, a través de su propio poder y la fidelidad de muchas voluntades santas, no lo permitirá. “Non praeualebunt”. Porque, aunque, se valga, de hombres débiles, la Iglesia es fundamentalmente obra de Dios:
“[Dios] no eligió como piedra fundamental al brillante Pablo, ni al místico Juan, sino a un pillastre, un fanfarrón, un cobarde y, en una palabra, un hombre. Sobre esa piedra construyó su Iglesia; y las puertas del infierno no han prevalecido sobre ella. Todos los imperios y los reinos han perecido a causa de su debilidad inherente y continua, a pesar de haber sido fundada sobre hombres fuertes y sobre hombros fuertes. Sólo la Iglesia cristiana histórica fue fundada sobre un hombre débil, y por esa razón es indestructible”. (Gilbert Keith Chesterton)
¡Dios protege a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!
Me sumo a las inquietudes de un preopinante. Los kukuses no tienen rama episcopal. Me parece que les falta. Es la oportunidad de armar la rama con los renunciados
ResponderEliminarSino que la rama sería más grande que el árbol...
EliminarNo se olviden que entre los consagrantes de Taussig estaba Karlic. Eso implicó marcar una distancia importante con todo lo que implicara Paraná.
ResponderEliminarEl P. Ramiro Sáenz debería ser nuestro próximo Obispo.
ResponderEliminarNo gracias
EliminarEl Carbonero
Me alegro con los que se alegran y festejo con los que festejarán el fin de este pontificado.
ResponderEliminar¡¡¡Animo, las cosas mejorarán!!!
Según la historia que ud. nos cuenta Sr. Wanderer, Taussig fue maleado en Roma. Lo cual explica muchas cosas sobre los nuevos obispos educados en la ciudad eterna.
ResponderEliminarNo es un niño, tomó sus decisiones. Es quien él hizo de si mismo.
EliminarJohn Wayne
Roma veduta, fede perduta.
EliminarPequeña corrección a mi comentario:
ResponderEliminar"Espero que Taussig antes de irse de su martirizada diócesis no se encuentre con otro fraile Tuck, ya recibió una trompada de uno, espero no reciba la patada de otro."
Taussig ya recibió tanto el golpe de fray Tuck como la patada de Roma, le espera la muerte y que la reciba confesado, pero ante todo sea alabado Jesucristo.
NI FINAL, NI TRISTE. La verdad es que asombrosa la capacidad que tiene, algo muy comun en la grey catolica que se considera de la mejor ortodoxia, de juzgar acciones, intenciones y hasta de torcer la realidad, donde por supuesto, siempre apareceran demonios que martirizaran a los defensores de le Fe, y elevados a la santidad incuestionable (ya en vida por supuesto) por parte de todos. Les aclaro que en mi adolescencia fui parte de esos "elegidos y perseguidos" y estuve en mas de una arenga, donde si nos pedian meter una bomba a un asilo de viejos donde teoricamente se atacaba la Iglesia y estaba llenos de demonios, no lo dudabamos. Por supuesto, les sigo aclarando, mi fe esta intacta, amo a la Iglesia como Madre, me duelen mucho las luchas internas y sobre todo, creo que el demonio existe y actua, y no descansa. Dicho esto, a los efectos de situar en contexto mi comentario....
ResponderEliminarMonseñor Taussig, a quien tuve el gusto de conocer de manera cercana, creo que sin dudas, fue el mejor obispo que conocio san rafael en los ultimos 40 - 50 años. Mal que les pese, su silencio frente a tanta afrenta, solo tiene el sentido de no aumentar las grietas dentro de la Iglesia, lo cual por supuesto engrandece mas su figura de Padre de una diocesis por demas conflictiva. Y cuando digo conflcitiva, me refiero a una diocesis donde proliferan hace años ese espiritu casi sectario de los unicos portadores genuinos de la buena fe y doctrina, donde brilla por su ausencia la humildad y la obediencia (y por si acaso voto sacerdotal prioritario), y por supuesto el gran gran asusente, don SENTIDO COMUN.
Pude vivir de cerca las traiciones, agachadas, puñales escondidos de esta gente frente a mons Taussig. De hecho, la famosa grabacion donde teoricamente "aprieta" al sacerdote de malargue, se ve claramente la cobardia y la mentira de un tipo acorralado que quiere zafar de poner la cara como hombre, y hacerse cargo de la trampa tendida al obispo en su diocesis por el famoso tema de la "comunion en la mano" (tema por demas aclarado por parte de la iglesia que no comprometa la fe, por otra parte).
Seria larguisima la cantidad de situaciones como estas vividas por Mons Taussig, quien ademas, no solo puso la otra mejilla en forma personal, sino que ademas, como padre acompaño a cada sacerdote parte de esta "camarilla" infame.
Ningun obispo cuadrara en san rafael mientras exista esta camarilla, porque es gente que estan lejos de querer humildemente el crecimiento de la Iglesia, en comunion con el obispo y el Papa. COmo dije mas arriba, el demonio existe, ¿y que mejor disfraz que el de ponerse del lado de los perseguidos...?
La realidad es que el mayor problema del Papa es y lose obispos en comunión con él es el cambio de fe. Ud. dice que la conserva. Me pregunto qué entiende por fe, si un sentimiento católico o la aceptación de un cuerpo doctrinal. Si es lo primero, claramente Ud está en comunión con Roma, la sentimental, la modernista. Si es lo segundo, no podría Ud defender a monseñor y la comunión en la mano, porque claramente Roma, y los que comulgan en sus ideas con Roma, están opuestos in extremis a la doctrina católica, es decir la fe. Ud no puede decir tener la fe y no tenerla según lo que observamos en sus comentarios, o se tiene y se rechaza toda idea que disminuya la presencia de Nuestro Señor en la Eucaristía, o no se tiene y le da lo mismo cualquier manoseo, por más que tal permiso venga de la más alta jerarquía. No se da cuenta que tal permiso está viciado? Eso es lo que quiere el demonio. Quiere colar el mosquito y se traga el camello
EliminarJajajajaja el mejor chiste que escuche en los últimos meses me alegró la semana Ud. Es un gran humorista
Eliminar"...si nos pedian meter una bomba a un asilo de viejos donde teoricamente se atacaba la Iglesia y estaba llenos de demonios, no lo dudabamos..." Con eso lo dice todo. Se entiende su admiración por Mons. Eduardo Taussig, supongo que en el caso "teórico" que ustede menciona, también afirmaría que los pobres viejos se disfrazaron para ponerse del lado de los perseguidos.
EliminarMe alegra mucho no compartir su posición :-)
Apolo
Usted ha delatado cándidamente los motivos de sus preferencias: obediencia irracional. Si era capaz de poner una bomba en un asilo de ancianos, fuera por el motivo que fuere, algo mal, muy mal, estaba funcionando en lo profundo de su alma. No es raro entonces que haya caído rendido a los pies de alguien como Taussig que buscaba esclavos que cumplieran ciegamente sus órdenes, enamorados casi de su amo.
EliminarComo diría el personaje de Capusotto, ¿quién no pensó en poner una bomba en un asilo de ancianos si se lo piden? Es completamente normal...
EliminarEl Pulpero de la Recoleta
No tengo aprecio por el clero de San Rafael. Varias cagadas for export han hecho y para todos los gustos... pero menos aprecio tengo por estos monseñorinos porteños iluminados que pretenden enseñarle a la gente dónde está el agujero del mate.
EliminarEstimado, en el clero diocesano, la obediencia no es un voto sino una promesa, y en modo alguno es "prioritarios". Le recomiendo volver a leer las consideraciones de San John Henry Newman sobre la prioridad de la conciencia por sobre la obediencia y, ya que estamos, también un buen tratado de ortografía de la lengua española.
ResponderEliminaren fin... mas de lo mismo .... como decía el gran Chesterton ..." al entrar a la Iglesia Dios nos pide que nos saquemos el sombrero, no la cabeza..." ... Ahhh..si...! ... Gracias por el consejo de la ortografía !!, si... es mi tema hace años, me como los acentos y por supuesto malísima mi redacción..!
EliminarY ojala le haga caso a Chesterton. Que es bien incoherente su comentario.
EliminarQuizá sea por no atender el tema de la ortografía y la redacción.... Como sea, es triste pero verdad, como la pasión tiñe el juicio. Y una pena que se trate de cobarde y mentiroso al padre Alejandro....
Que los muertos descansen en paz
Roma no paga traidores.
ResponderEliminarSí, Roma no paga traidores (ya lo veremos en este caso), pero como dijo un cura muy perspicaz, AHORA LOS FABRICA.
EliminarBueno, tampoco debemos concentrar las causas de lo que pasó en una o dos personas. El Fariseismo en la Iglesia Argentina viene de hace décadas, en especial antes del Concilio Vaticano II. Ese fue el gran mensaje del P. Castellani, para tratar de revertir eso, dió su vida.
ResponderEliminarY cuando lo hizo, se rezaba la Misa Tradicional, no habían guitarras ni aplausos en los Templos. Sin embargo, todo era un corcho, una corteza sin savia.
Entonces no debemos demonizar a Mons. Taussig ni a Don Pancho I. Ellos fueron el "continuose de un empezose"que arrancó hacen muchos años.
Escuche el audio. Y lo que puedo inferir es que los aristocraticos obispos de buena familia aprendieron muy buen de sus maestros conservadores en la manera de tratar a los que se le oponen.
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