Páginas

domingo, 18 de julio de 2010

Si el Templo existiera...


Muy interesante el rabino Levin. Como acota Lupus, tiene dos aristas, pero dice las cosas como son. Otra que Alessio. Vale la pena escucharlo:

21 comentarios:

  1. Wanderer, debo adherir al concepto de TFP: estos preservan más elementos del "judaísmo" de tiempos de Nuestro Señor. Por lo tanto menos elementos "revolucionarios" (gnósticos-persas), entonces hay una mayor proximidad a la enseñanza de Nuestro Señor, que según las propias palabras suyas "no agregaron una sola coma" a la Fe de entonces. Simplemente, como ahora nosotros, los judíos la estaban olvidando.

    Ex-Cenador

    ResponderEliminar
  2. [continuación]

    "En el Nuevo Testamento, el primer tiempo es el de la difusión de los carismas; el segundo, el de la vocación de los gentiles; el tercero, el de la institución de las Iglesias según las leyes; el cuarto, el de la multiplicación de las religiones; el quinto, en el fin, será la restauración de los caídos [los judíos], porque es necesario que venga Elías que restituirá todas las cosas; con él vendrá también Henoc. Pero la bestia vencerá a aquellos dos testigos, de donde es necesario que primero sean derribados, y venga la ruina, y luego la restauración; será tanta la tribulación que aún los escogidos si posible fuere caerían en el error."

    "Así como en el séptimo tiempo, en los tiempos figurales, sucedieron estas tres cosas: la reedificación del Templo, la restauración de la Ciudad, y la concesión de la paz; así en el futuro séptimo tiempo tendrá lugar la reparación del culto divino y la reedificación de la Ciudad. Entonces se cumplirá la Profecía de Ezequiel, cuando descienda del cielo la Ciudad, no ciertamente la que es de arriba, sino lo que es de abajo, es decir, la militante, cuanto sea conforme a la triunfante en cuanto es posible en este mundo. Entonces tendrá lugar la edificación de la Ciudad y su restablecimiento como en el principio, y entonces habrá paz."

    San Buenaventura, Colationes.

    ResponderEliminar
  3. "Hallamos en la vieja Alianza dos tiempos: el tiempo anterior a la Ley, y el tiempo en que el pueblo vive bajo la Ley; en la nueva Alianza corresponde a éstos un doble tiempo: el tiempo de la vocación de los gentiles y el tiempo de la vocación de los judíos. Este tiempo todavía no ha llegado, porque entonces se cumplirá aquello de Isaías: 'No desenvainará la espada un pueblo contra otro ni se adiestrarán más en el arte de la guerra'; esto todavía no se ha cumplido, pues aún funcionan dos espadas, y todavía hay disputas y herejías. Por eso los judíos, por lo mismo que lo esperan, creen que aún no ha venido el Mesías."

    "Pero que los judíos se convertirán es cierto por Isaías y por el Apóstol, que aduce su autoridad.... Isaías dice: 'Ea, subamos al monte del Señor y a la casa del Dios de Jacob', y sigue: 'No desenvainará la espada un pueblo contra otro ni se adiestrarán más en el arte de la guerra'. Contra esto dicen los judíos que todavía esto no se ha cumplido; pero el Profeta no se refiere a la primera venida o primera vocación, sino a la última, cuando el día del Señor se manifestará para todos los soberbios; ni se ha de entender que Dios abandone así a aquellas almas."

    [sigue]

    ResponderEliminar
  4. Coronel, no le suena ligeramente milenarista el último concepto? Quizá, digo en mi ignorancia, se condenó una concepción extrema del milenarismo... pero no la paz previa al Gran Final.

    Con todo lo humillante que estamos viviendo, ojalá Dios nos conceda escuchar las palabras de quienes gustaron el Paraíso en vida, los dos bienaventurados Elías y Henoch. Sería un alivio único el escucharlos, y recibir la esperanza que sin duda traeran, a pesar de saber que serán derrotados.

    Personalmente, querría conocerlo a Henoch, que llegó a conocer el mundo antediluviano y fue llevado por Dios hasta lugares tan recónditos y misteriosos de los Cielos. De chico leí muchos textos atribuídos a ese gran Patriarca, el primer abogado de todos los tiempos!

    C.A.

    ResponderEliminar
  5. Estimado C.A.: Puede ser, habría que preguntarle a San Buenaventura.

    Lo curioso es que, si no me equivoco, y que me corrija el amigo Wanderer, Buenaventura escribió esto pensando justamente en los milenaristas que estaban revolucionando su Orden.

    Quizá, habría que encajarlo con esto del Catecismo: 674.- La Venida del Mesías glorioso, en un momento determinado de la historia se vincula al reconocimiento del Mesías por "todo Israel" (Rm 11, 26; Mt 23, 39) del que "una parte está endurecida" (Rm 11, 25) en "la incredulidad" respecto a Jesús
    (Rm 11, 20). San Pedro dice a los judíos de Jerusalén después de
    Pentecostés: "Arrepentíos, pues, y convertíos para que vuestros
    pecados sean borrados, a fin de que del Señor venga el tiempo de la
    consolación y envíe al Cristo que os había sido destinado, a Jesús, a
    quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de que Dios habló por boca de sus profetas" (Hch 3, 19-21). Y San Pablo le hace eco: "si su reprobación ha sido la reconciliación del mundo ¿qué
    será su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?" (Rm 11, 5). La entrada de "la plenitud de los judíos" (Rm 11, 12) en la salvación mesiánica, a continuación de "la plenitud de los gentiles (Rm 11, 25; cf. Lc 21, 24), hará al Pueblo de Dios "llegar a la plenitud de Cristo" (Ef 4, 13) en la cual "Dios será todo en nosotros" (1 Co 15, 28).

    ResponderEliminar
  6. la verdad que escuchar gente que diga las barbaridades que esta diciendo este tipo, no vale la pena. cae en varias incoherencias. primero dice que los homosexuales son enfermos y que hay que crear hospitales para curarlos. y depsues dice que hay penas de muerte. o sea que no hay ningun Judio puto?? lo que debe pasar es que viven una hipocresia para su sociedad y la oscuridad hacen sus cosas. es increible no es de extrañar que. ademas no dice dios NO MATARAS?, o sea que ya de por si esta en contra de lo que tanto profesa. en fin., la verdad, no me cierra

    ResponderEliminar
  7. chiquilín de bachín19 de julio de 2010, 18:47

    Sur, ...paredón y despúes, suuuuur...

    El "no matarás" no es "absoluto".
    En rigor es un "no asesinarás", que no es igual.
    Matar sí se puede y la Iglesia lo ha hecho "correctamente" por épocas. Hoy, desgraciadamente, ya no.

    ResponderEliminar
  8. Quién le da entidad a este delirante para que se exprese de esa manera?

    La Organización Mundial de la Salud, hace ya muchos años se expidió con respecto al tema: la homosexualidad NO es una enfermedad (me siento en la Edad de Piedra diciendo ésto... como si no se supiera ya).

    El homosexual NO ELIGE su preferencia sexual. ES así. Alguien eligiría ser discriminado, acechado, burlado, inclusive ejecutado? NO.

    Patético que exista gente así. Yo propongo que lo internen a este hombre. El enfermo es él.

    ResponderEliminar
  9. Lo que dice este rabino es: cuando existía el Templo y los judíos se encontraban reunidos y no dispersos, varones y mujeres a partir de cierta edad se consideraban Mitzvah y en tal condición eran moralmente responsables de sus actos, o sea, eran obligados por el precepto, los 613 mandamientos de la Torá (ley judía), englobados ppalmente en las grandes prohibiciones (de la idolatría, del asesinato, de la inmoralidad sexual). La homosexualidad entre varones era penada con la muerte (entre mujeres no, pero se consideraba una abominación, al igual que el aborto, el suicidio y la eutanasia). La Torá era extremadamente rigurosa, pero no agarraba a nadie desprevenido. Tema posterior es la hipocresía o ese primer grado farisaico de exigir a otros pero no cumplirlo uno, por donde les empezaron a llover los furiosos relámpagos de Cristo.

    Concluyamos, Sur, que el homosexual sabía hacia dónde caminaba, y estaba obligado a enmendarse si quería seguir viviendo entre los hombres. Crudo y claro. Distinto de la ternura y la claridad modernas, que toman la vida de un infante antes de que pueda entender siquiera en qué anda equivocado o no, para pasarlo a crianza abominable o directamente convertirlo en pedazos.

    ResponderEliminar
  10. Doña Patricia, francamente creo que debería plantearse la posibilidad de que no sea cierto lo que le vendieron. ¿Lo pensó?

    El rabino es duro en sus palabras, pero piensa por si mismo, y habla cargando con la gran dificultad que implica saber que el mundo entero está en contra de su opinión.

    Opinar lo que opinás es la fácil. Todavía si fueras una defensora profunda de estos males, podría llegar a aceptar tu opinión como un aporte, pero creo que debés hacer un esfuerzo más para estar a la altura de la charla.

    Otra ronda de café porfavor, que se nos duermen las ladies!

    Cacho el cafetinero

    ResponderEliminar
  11. Estimada Sra. Keller: Me parece que hay una contradicción en su argumento. Nadie elige una enfermedad, al menos no en cuanto al fin. Por lo tanto, si la homosexualidad no se elige, cabe la posibilidad de que sea una enfermedad. Si se elige, entonces no es una enfermedad, sino una cuestión moral. Si es una enfermedad, lo que corresponde es intentar curarla o, al menos, tratarla para mantenerla controlada. Si es una cuestión moral, corresponde discutir si está bien o no. Si la homosexualidad es conforme a la naturaleza del ser humano, entonces estará bien; pero sino, estará (objetivamente) mal.

    Le cuento algo. Yo soy talasémico, por lo tanto no puedo donar sangre (o, al menos, eso me han dicho quienes saben). No lo elegí, sino que me viene por herencia materna. Pero claramente es una anormalidad. Ahora bien, no hago de esto cuestión de orgullo, ni haría lobby por una ley igualitaria que me permitiera donar sangre porque sí o porque me parece discriminador que los médicos no me dejen donar (incluso cuando seres muy cercanos a mí lo han necesitado desesperadamente). Simplemente, tengo que adaptarme a esta limitación que me ha impuesto la naturaleza. Por supuesto que si alguna vez se inventara una cura, tras informarme sobre sus eventuales efectos secundarios, concurriría a dármela.

    No sé si es el caso de la homosexualidad; no sé si es una característica genética, una tendencia psicológica o una elección moral, pero en cualquiera de esos casos, lo que un homosexual merece es caridad, esto es una cura o tratamiento. Hacer como si esto no importara y fuesen personas "normales", es --en el fondo-- indiferencia y desprecio.

    ResponderEliminar
  12. Me asusta pensar que hay gente como este "personaje". Me asusta pensar que un religioso, de cualquier religion dice semejantes barbaridades. Si Dios existiera, se revolcaria a llorar por haber creado abominaciones como este rabino ou otras religiosos. Si dios existiera el mismo destruiria su religion por evitar semejante blasfemia...."porque a estos enfermos se los tiene que matar" Si Dios existiera, el hubierse querido jamas existir

    ResponderEliminar
  13. Y no, pues... se los podés explicar de setenta y cinco modos, pero el que no quiere entender, no entiende, y el que no puede, tampoco. Lo que estoy empezando a trasegar es que también existen algunos que no deben entender. ¿Hay algún renglón patrístico al respecto?

    ResponderEliminar
  14. Pero vamos a intentarlo, anónimo de las 15:41. Lo que el rabino dice es que así ocurría en tiempos del Templo, no ahora. Lo dice para extremar su argumento, que consiste en considerar a la homosexualidad como una enfermedad, agravada actualmente por el hecho de no aceptarla como tal, como una desviación o una anormalidad, ya que anula el fin primario de la especie humana, que es el de multiplicarse naturalmente. Una enfermedad que puede ser tratada y enmendada. Pero la imbecilidad del periodista lo pone loco al rabino, que ya de por sí se parece un poco al Tío Cosa. Le da un ejemplo de calles y automóviles y al fabuloso reportero no se le ocurre mejor idea que proponer leyes nuevas para los automovilistas que quieran ir marcha atrás. Fíjese usted: el rabino se contuvo de decir que según la ley mosaica y la del cerebro humano habría que decidirse primero a aniquilar periodistas, pues bastaba dar testimonio y estrangularlo en el acto, pero eso era imposible, porque estaban hablando por teléfono. No entiendo bien qué piensa ud., pero a mí se me ocurre que Dios existe, y si escuchó esta conversación más bien me lo imagino revolcándose de risa.

    ResponderEliminar
  15. Gracias por aclararnos los tantos... Dios?

    Marche otro pinguino pá los huecos!

    Cacho el cafetinero

    ResponderEliminar
  16. Tendría que leer la resolución completa y ver sus consecuencias, pero lamento avisar que por resolución N° 1184 del ministerio de salud, se acaba de despenalizar el aborto merced a la redefinición de peligro para la salud de la madre y la posibilidad de que la mujer, aunque sea menor de 14 años y no cuente con el consentimiento paterno, haga una simple declaración jurada de que fue violada.

    Si la resolución es como informa P/12, tenemos el aborto casi despenalizado en los hospitales públicos, y sin siquiera una ley de infame congreso.

    ResponderEliminar
  17. chiquilín de bachín20 de julio de 2010, 20:01

    No estoy de acuerdo con usted Coronel.
    Enfermedad es la que usted comenta, pero no la homosexualidad.

    La homosexualidad es un vicio, una inmoralidad, no una enfermedad.

    Actúan contra la naturaleza por perversos, no por enfermos.

    Si fuera una enfermedad no sería "un pecado" nefando que clama la cielo, ni la Escritura la trataría como lo hace.

    Tampoco parece argumento convincente decir: "es enfermedad, pero pecado al ceder a ella".

    No aceptemos el "punto medio" entre "derecho" y "pecado", como podría ser "enfermedad", que aquí no sucede como en las virtudes, sino como en la verdad, la que no se ubica entre un exceso y un defecto, sino donde debe, aunque sea extremo.

    Lo saludo afectuosamente, con la ñata junto al vidrio...

    Ah, ¡Cafetinero!, otra vueltita, si no es molestia.

    ResponderEliminar
  18. Los activistas no entran a los blogs para intercambiar pareceres sino para imponer opiniones absurdas...y legales.
    No perdamos tiempo: lo único a mano para denunciar su execrable presencia es ridiculizarlos en su mentirosa pretensión.
    A por ellos, como dirían en España.
    Aunque si mío fuera el blog, les sacaba el micrófono, como lo hicieron mil veces ellos cuando se les cantó amparados como ratas en el usufructo temporario de mísero poder.

    ResponderEliminar
  19. Sin meterme en otros detalles, sólo hago notar que el hecho padecer una enfermedad no significa inmediata "inmunidad" legal y moral: pongamos por caso que alguien contrajo una enfermedad contagiosa sin culpa y tiene actitudes sociales que facilitan su contagio y difusión, no sólo obra mal moralmente, sino contra el bien común y por eso es pasible de punición por parte de la autoridad. Ser enfermo no excluye ser culpable...

    ResponderEliminar
  20. Estimado Chiquilín: Se apresura a sacar conclusiones. Por supuesto que sólo me estoy refiriendo a la homosexualidad en cuanto a una tendencia (que a un varón le gusten los varones, o a una mujer, las mujeres) --que funcionaría como un desorden en la pasión del apetito concupiscible (lo remito al Aquinate, I-II, qq. 22-48)--. No me refiero a la práctica activa de esa homosexualidad. Adicionalmente, si fuese enfermedad (note por favor el condicional), tampoco es lícito esparcirla --como (creo) quiere decir el último anónimo--.

    ResponderEliminar
  21. Lo que dice este rabino me parece lamentable. Concuerdo con la señorita Keller. No voy a gastarme en explicar por qué, me parece que una persona que tiene conciencia debería darse cuenta sola.

    ResponderEliminar