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domingo, 20 de junio de 2021

El Papa paraguayo

 


por Ludovicus

Me disculpará el lector doblemente: por insistir sobre este personaje menor llamado Bergoglio y por robarle el título del post a Umberto Eco; vaya pues mi homenaje al hombre que como Joyce, debía a Tomás de Aquino y a la Iglesia más de lo que, infortunadamente, les devolvió.

Para lo primero, no tengo más excusas que el intento de vincular las cada vez más excéntricas declaraciones y gestos” bergoglianos con la gran crisis que envuelve al pensamiento católico y a la Iglesia en los últimos siglos. Bergoglio es un epifenómeno de la crisis —pintoresco y desestructurado, eso sí, como los hippies lo fueron de la sociedad de la posguerra. En otras ocasiones, ya hemos procuramos mostrar en este blog cómo algunas desviaciones de Bergoglio no son más que manifestaciones de tendencias antiguas, de vicios seculares. Y en otras causas, sus declaraciones hacen daño, subvierten y confunden, como con su reciente declaración sobre el carácter secundario de la propiedad privada.


Y vamos al título. Cuando lo pergeñó Eco (ver aquí), pensaba, más que en el padre” Fernando Lugo — y me refiero a aquel obispo paraguayo que debió renunciar en 2006 ante la aparición de numerosos hijos y que terminó como frustrado presidente de su país—, en un Papa heredero de la tradición de las misiones jesuíticas, más paraguayo que argentino”. Como en el mismo artículo Eco confiesa que el principal conocimiento sobre las misiones que posee procede de la película homónima protagonizada por Robert de Niro, perdonémosle la porteñada.

Pero hay algo en lo que Eco no se equivoca. Insinúa que el ideario político del primer y último papa argentino es precisamente la estructura socio política de la misión guaraní. Y con mucha gentileza se queja de la inconsistencia con el Estado moderno y laico de una teocracia basada en un socialismo utópico, la teología de la liberación.

Eco ha dado en el blanco. El proyecto bergogliano es fundamentalmente clerical, en cuanto pretende imponer estructuras sociales y políticas prudenciales subordinadas a la ideología de su portador. Cuando el papa subleva a las masas latinoamericanas al grito de destruir las estructuras económicas y combatir al capitalismo, está entrometiéndose en el ámbito secular igual que un Papa güelfo o renacentista. Cuando apoya en forma descarada una opción política y descarta otra está cometiendo un abuso de poder. Esta intromisión de los poderes espirituales (bien que a la mayor gloria de Bergoglio) en el Estado tiene su correlato en la intromisión del pintoresco magisterio” bergogliano en el ámbito de la razón natural. Es tan ilegítima la promoción del kirchnerismo o sus coqueteos cubanos como la aceptación de la hipótesis del calentamiento global o la condena de la teoría del derrame o de los aires acondicionados.

Las misiones jesuíticas eran paternalismos benevolentes que aplicaban la gradualidad para sacar a los indios de la promiscuidad colectivista, tanto en materia sexual como de trabajo y propiedad. No tenía sentido defender la propiedad privada entre quienes no tenían noción clara de ésta. En cierto modo, eran una especie de reformatorio para adolescentes, a cargo de adultos — los padres” jesuitas. Ahora bien, está claro, lo supieran o no los jesuitas, que ni el paternalismo clerical ni cierto socialismo eran fórmulas deseables o permanentes. Eran tan perecederas como las campanadas que, según algún comentarista pícaro, marcaban el horario del officium naturae al que algunos indios restringidos a una sola cónyuge se mostraban renuentes. Si tal paternalismo se atrofió y perduró, pues habría que concluir que el experimento falló antes de la expulsión de América de la Compañía. 

Parecería que Bergoglio porta ese ideal. Por un lado, el ejercicio desvergonzado de la acción política clerical —hace algunos años se permitió vetar a Trump como si fuera Gregorio VII—; por el otro, la presentación de un proyecto definitivamente socialista. Quien lee sus documentos encuentra ya no la condena de la acción única del derrame como mecanismo de distribución, sino la negación del hecho del derrame en sí; la urgencia por frenar el ritmo de desarrollo económico del planeta, no la morigeración de los efectos del desarrollo; la condena del lujo y del consumo, no del consumismo ni del hedonismo. Aquí queremos ser justos: desde que el magisterio papal, a partir de Juan XXIII, toma el tema del desarrollo económico, incurre en una fatal inconsistencia. El ideal de la pobreza evangélica se confunde con la pobreza material, el moralismo que condena la sociedad de consumo” choca con la promoción del desarrollo, las invectivas contra los países desarrollados obvian que sus sistemas son los más eficaces para salir de la pobreza. Estas debilidades aparecen incluso en los textos de nuestro llorado Benedicto.


Pero el pobrismo de Bergoglio es disruptivo. En primer lugar procede de la sagrada categoría (para la Teología del Pueblo) pueblo, fuente de toda verdad y costumbre. El pueblo, como dice el máximo ideólogo de esa “teología” porta un valor originario y deontológico enorme. El pobrísimo de Bergoglio es un pobrismo popular, comunitario. El pobre vale porque es pueblo, y pueblo pobre y si deja de ser pobre ya no es pueblo, tal como a los políticos argentinos el pobre que deja de serlo no es mas negocio. Ahora bien, esta pobreza surge del carácter prístino (diríamos indígena para volver a las misiones) del pueblo, porque en el principio hay pobreza. Hay una edad russoniana, mítica, de oro —tendríamos que decir de barro— en que el pueblo pobre vivía feliz, sumido en sus costumbres, sumiso, ajeno a las novedades, absorto en su localismo. La alienación se produce cuando los no-pobres, no-sumisos, los hostis-extranjeros turban la felicidad de ese pueblo, lo tientan con lujos y novedades, lo alejan de sus costumbres, lo civilizan. Hay como una refracción de la vieja antítesis tramposa de Sarmiento en el Facundo (“Civilización o barbarie”), sólo que optando por la barbarie, por lo indígena, por lo público. Entiéndase bien: no hay una crítica del proceso del pensamiento moderno, o del devenir de la revolución o la inmanencia, apenas queda un residuo de la buena crítica tradicional al Estado liberal moderno. Hay una defensa cerrada de lo propio, bueno o malo, de las miserias qua nostras, en un clima de guerra de clases muy poco tradicional. Right or wrong, is my people, parece sostener Bergoglio. 

Sumiso: he ahí la clave. La libertad es una creación foránea, la prosperidad un peligro. Late en Bergoglio una nostalgia del clericalismo, donde el seglar debe vivir como un religioso pobre y obediente. Lo que Bergoglio exige y predica es una sumisión más o menos vaga a una autoridad superior, que mantenga el statu quo de la pobreza y abaje a esa clase media no originaria. Para ello, el pueblo pobre tiene que vivir como en una misión jesuítica, como en un convento, confundiendo el status económico de un religioso con el de un seglar.  Sólo el socialismo garantiza pobreza para todos, solo el socialismo genera continuamente el pueblo pobre en el Estado benéfico. Entendido esto, no resultan tan extrañas las referencias a que el cristianismo se preocupa de los pobres como el comunismo, o que la propiedad privada es un derecho secundario (confundiendo la idea de “secundario” como “derivado” con la idea de “irrelevante”. En ese sentido, me gustaría saber qué diría Bergoglio si se afirma con la Escolástica que la monogamia es “secundaria”; o que es “secundaria” la  condena a la tortura).

Pero nada más lejos de esta postal socialista que una sociedad enérgica y libre frente al Estado, productiva, cumpliendo las aspiraciones legítimas de sus miembros, con un Estado que coadyuve al bien común. Que tendrá sus infinitas lacras, pero que sigue siendo, en la medida en que conserva un mínimo de libertad y de propiedad, infinitamente mejor que el pantano socialista.Pero Bergoglio lleva la inconsistencia a su clímax: quiere una sociedad de pobres, no necesariamente espirituales, sino pobres en serio, austeros, sudorosos por la prescindencia del aire acondicionado, produciendo pocas cosas, sin mascotas ni cosméticos ni restaurantes. Al mismo tiempo, condena a los países desarrollados por no acoger a quienes en aluvión quieren ingresar para dejar de ser pobres en sus países pobres, estragados por la tiranía, el socialismo y la corrupción.

En definitiva y fruto de su formidable confusión entre religión” y política, Bergoglio pretende imponer a una sociedad el tratamiento de una comunidad religiosa en cuanto al voto de pobreza y probablemente de obediencia; el de castidad se le complicaría. Su solicitud por el régimen cubano, su amplia sonrisa y alegría con la que lo vimos cuando visitó la Isla hacen ver que es allí donde se siente más cómodo y adonde apunta su corazón. Sólo falta que el régimen dé a leer a sus esclavos sus indigestos documentos, repita sus slogans y comparta con Fidel el culto a la personalidad, y habrá encontrado su misión paraguaya, en las que cosas como las libertades civiles y la autodeterminación estaban de más. 

Es paradójico que luego de décadas de llenarse la boca con el sano laicismo, exaltar al laico adulto y promover la autonomía de la razón frente a la fe, todo lo que pueda proponer este papado posconciliar sea una misión jesuítica a escala planetaria, bajo el cielo gris del paraíso socalista.

74 comentarios:

  1. ¡Magnífico análisis el de Ludovicus! Lo deja chiquito a Loris Zanatta.

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  2. En mi opinión, el problema fundamental de Pancho es su carencia de una excelente formación filosofico-teol'ogica. Sé, por algunas personas que lo han tratado, que es, como decimos en España, un pobre diablo desde el punto de vista intelectual. Esa es la clave, me parece.

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    1. Pues hombre! Quite lo de "excelente"...

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    2. No lo quito puesto que formación tiene, pero no excelente sino deficiente.

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  3. Excelente artículo Ludovicus! Felicitaciones. Ha dado en la tecla.

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  4. ¡Ja! El mito del "laico adulto", "el gigante dormido que despertó en el CV2"... Y allá va el Magno "despertando" a los laicos del mundo en las JMJ.

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  5. El papa siempre necesita que alguien salga a explicar lo que quiso decir, o bien porque no quedó claro, o bien porque es motivo de confusión o inquietud.
    Primero fue Navarro Valls, después Federico Lombardi, ¿quién no recuerda las trabajosas aclaraciones que Lombardi tenía que hacer para explicar las insólitas definiciones que Eugenio Scalfari -director de La Reppublica- ponía en boca del papa?
    A veces ese rol también lo ocupó Spadaro y hasta Víctor Fernández, como en esta oportunidad.
    Y cuando hay que aclarar, ya sabemos que muchas veces es cuando más oscurece. Así que por más que ahora Tucho Fernández quiera explicar los alcances de las palabras de Bergoglio, su afirmación de que el derecho de propiedad es un derecho secundario es una novedad que ningún otro papa había dicho antes que él. Y eso es grave, claro, porque da lugar a muchas interpretaciones, a veces peligrosas, que los enemigos de la Iglesia utilizan para avivar el fuego de la Revolución. Después de todo, si lo dijo el papa debe ser cierto.
    A poco de sentarse en la Silla de Pedro, Bergoglio también dijo que ahora la Iglesia se tenía que dedicar a la "alta política". Así fue que metió la cuchara en Cuba para acercar a Raúl Castro y Obama, una experiencia que terminó en el fracaso con la llegada de Trump. Lo mismo hizo en Colombia cuando se metió para apoyar el proceso de pacificación con la guerrilla de las FARC, otro ensayo que terminó en fracaso cuando el pueblo lo rechazó en las urnas. Y lo mismo pasó en Venezuela cuando apoyó a Maduro y hasta lo recibió en Roma, aunque al final y al ver que la cosa no caminaba, a regañadientes tuvo que apoyar a los obispos venezolanos contrarios a Maduro.
    Pero a Bergoglio no le importan ni sus fracasos en política internacional ni sus disparates doctrinarios que tienen a los católicos con el Jesús en la boca, si él lo dice todo el mundo lo debe aceptar porque es el Papa, así con mayúscula.
    Viendo todo eso, no sé si descubri la cuadratura del círculo, pero tengo mis grandes sospechas de que si Bergoglio se maneja como un tirano griego es porque como buen peronista se dio cuenta que como Perón era militar, su palabra era palabra santa y podía manejar al peronismo como si fuera un cuartel.
    De modo que ahora él hace lo mismo, como buen jesuita sabe que San Ignacio también era militar y que la Compañía es un cuartel. Y si Dios quiso que además de jesuita ahora él también es papa, igual que Perón lo que él dice es palabra santa. Y al que no le guste le corta la cabeza.

    Fuenteovejuna

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  6. Un porteño fuera de porteñolandia solo sirve para hacer pelotudeces.

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  7. No había reparado nunca en esta correlación que marca Fuenteovejuna: San Ignacio militar, Perón militar...muy interesante para comprender mejor al Bergoglio

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  8. Anónimo de las 11:51
    Tanto el Papa como el presidente de la república pertenecen a la minoría de peronistas porteños. Son peronistas en el distrito más antiperonista del país. Recuerden que los peronistas porteños en el congreso votaron recientemente a favor de sacarle coparticipación a su localidad, algo inimaginable en legisladores de cualquier otra provincia del país.
    No me parece justo juzgar a los porteños en base a una minoría aberrante bastante traidora.
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    Existe algún recto entendimiento de "derecho secundario"? Parece raro cuando el 20% de los 10 mandamientos son No robarás y No codiciarás los bienes ajenos.
    Creo que la idea de propiedad privada definitiva vía compra y venta está muy clara en el Génesis
    Si van de vacaciones a Israel (en una época en la que no esté en guerra con los palestinos), es posible visitar la Tumba de los Patriarcas en Hebrón, Cisjordania


    —Si tienen a bien que yo sepulte allí, escúchenme e intercedan por mí ante Efrón hijo de Zojar, 9 para que me dé la cueva de Macpela que está en el extremo de su campo. Que por su justo precio me la dé como propiedad para sepultura en medio de ustedes.

    10 Efrón estaba sentado entre los hijos de Het. Y Efrón el heteo respondió a Abraham en presencia de los hijos de Het y de todos cuantos entraban por las puertas de la ciudad, diciendo:

    11 —No, señor mío. Escúchame: Yo te doy el campo y te doy la cueva que hay en él. En presencia de los hijos de mi pueblo te lo doy; sepulta a tu difunta.

    12 Pero Abraham se inclinó ante el pueblo de la tierra. 13 Y respondió a Efrón en presencia del pueblo de la tierra, diciendo:

    —Más bien, te ruego que me escuches: Yo te daré dinero por el campo. Tómamelo, y yo sepultaré allí a mi difunta.

    14 Efrón respondió a Abraham diciéndole:

    15 —Señor mío, escúchame: La tierra vale cuatro kilos y medio de plata. ¿Qué es esto entre tú y yo? Sepulta, pues, a tu difunta.

    16 Entonces Abraham escuchó a Efrón, y en presencia de los hijos de Het, pesó para Efrón la plata que este le dijo: cuatro kilos y medio de plata de buena ley entre mercaderes. 17 Así el campo de Efrón que estaba en Macpela, frente a Mamre, tanto el campo como la cueva que había en él, junto con todos los árboles que había en el campo y en sus contornos, pasó 18 a ser propiedad de Abraham, en presencia de los hijos de Het, de todos los que entraban por las puertas de su ciudad. 19 Después de esto, Abraham sepultó a Sara su mujer en la cueva del campo en Macpela, frente a Mamre, es decir, Hebrón, en la tierra de Canaán. 20 Así Abraham adquirió de los hijos de Het el campo y la cueva que había en él, como una propiedad para sepultura.

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    1. Algo peor que un porteño... un porteño peronista.

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    2. La propiedad privada es derecho derivado o subordinado.
      No sé qué quiere decir con "definitiva", pero espero no esté pensando en "absoluta".
      O sería usted un vulgar liberal.

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  9. Bastante pobre me parece la crítica de Ludovica. Hay múltiples puntos que parecen más bien una crítica por la crítica en si a Francisco.
    Siendo bastante libertario en lo económico, al estilo austriaco, no dejo de reconocer que el Papá repitió casi textualmente la doctrina tomista del destino universal de los bienes.
    Están queriendo ver el pelo en la sopa muchachos.

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    1. Gracias, marqués.

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    2. El post de Ludovicus es una crítica a todo el pontificado de Bergoglio y apenas hace mención un par de veces a su frase suelta sobre la propiedad privada. Sin embargo, se aferran a ella para comenzar a criticar.
      ¿No le parece, señor marqués, que el que busca el pelo en la sopa es usted?

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    3. Marqués. Yo también me considero bastante "paleolibertario" y no veo contradicción entre afirmar el destino universal de los bienes y la propiedad privada como principio no negociable, por llamarlo de algún modo. Pues por mucho que los bienes de la tierra han sido destinados por Dios para toda la humanidad, el aprovechamiento concreto de esos bienes solo puede hacerse por personas o grupos concretos en un lugar y tienpo determinado, y para ello se fijan lo que Alvaro D'Ors llamaba las "preferencias jurídicas" de aprovechamiento de las cosas, lo que nosotros llamamos derechos de propiedad.

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  10. El derecho a la propiedad privada es primario y no secundario porque es indispensable para el crecimiento y la actividad del ser humano.
    El derecho a la propiedad tampoco se "deriva" del destino universal de los bienes sino que está implícito en él. No es un derecho extraño al bien común.

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    1. Es un derecho subordinado y no absoluto, y por eso se dice "secundario", que no quiere decir necesariamente "de poca importancia".
      Incluso más: todos los derechos con respecto a los bienes materiales, incluido el destino universal de los bienes, son subordinados el último fin del hombre, que no es material y es la salvación, la vida eterna.

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  11. El artículo es bueno, pero a estas alturas ya sabemos que es socialista, del que antes se llamaba 'socialismo real', es decir, auténtico, no socialdemócrata, pero no se debería perder más tiempo en analizar sus dislates, hoy sobre la propiedad privada, y así un día tras otro, es agotador. El daño ya está hecho para los que lo siguen, los conduce al precipicio, y los demás después de los primeros años de sufrimiento y una vez vista la realidad, tratamos de ser el resto fiel y mantener la Iglesia Católica.

    He comprado 'El nacimiento de la cultura cristiana' de Rubén Peretó, libro del que se nos informó aquí, y lo encuentro maravilloso, gracias.

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    1. Es un libro luminoso y con una prosa excelente.

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    2. Magnífico libro. Es cierto.

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  12. Si la propiedad privada es un derecho secundario ¿porqué no renuncia el Vaticano bergo liante a sus múltiples propiedades privadas, tan mal administradas, por cierto, y a sus oscuros negocios que tanto dañan a la Iglesia? Bergoglio nunca predica con el ejemplo. Siempre espera que sean otros los que renuncien, a ser posible en su favor.

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  13. Existe algún recto entendimiento de "derecho secundario"? Parece raro cuando el 20% de los 10 mandamientos son No robarás y No codiciarás los bienes ajenos.
    Creo que la idea de propiedad privada definitiva vía compra y venta está muy clara en el Génesis.
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    Lo dijo R. Bellarmino arriba. El problema de Francisco es que piensa poco, es un osado y muy poco perspicaz.

    Alguien tendría que explicare que la propiedad privada, la existencia de naciones y fronteras, la existencia de la muerte, ..etc son consecuencias del pecado original, porque este tipo de pecado -lo que fuera- como explica Aquino, fue un pecado contra la naturaleza, que transmutó la realidad previa.

    De ahí que todas esas cosas: la propiedad privada, la muerte, las naciones, son bienes que Dios permite en este estado caído, para que nuestra vida sea algo mejor en el destierro y sobre todo, que ayuden a poder llegar al cielo, y sean asideros que nos hagan la vida más fáciles a la gran mayoría, que no vivimos en un convento.

    Francisco no puede pensar tanto. El ha leído lo de lo destino universal de los bienes y lo suelta sin más, sin pensar que ese destino universal era previo al pecado original. Y que desde el pecado original, temporalmente, la propiedad privada es un derecho derivado, pero primario, en nuestro estado de naturaleza caída. Por eso el comunismo solo es válido dentro del convento, que es donde debe quedarse como primicia, para volver a ser común tras la recapitulación de todas las cosas en Cristo.

    Esto es de cajón, y sorprende que Francisco que es el mandamás de la única religión que tiene estado propio y es de largo la más rica del planeta, hable del destino universal de los bienes, que ellos mismos incumplen como clérigos.

    También es descoranzador que después de ver lo que ha pasado desde fines del siglo XIX, es decir, el asalto a la propiedad privada por parte de religiones políticas (inspiradas en el catolicismo)el clero no haya aprendido nada, y no hayan entonado el mea culpa de favorecer los marxismos y los socialismos.

    Los 100 millones de muertos del siglo XX se merecen un Papa menos osado.

    Por cierto estaría bien que algún Papa actualizara la Rerum novarum porque SJPII ya hizo bastante, pero no es suficiente, visto lo visto.

    Esto es un desastre. Se han hecho tan evolucionistas que el pecado original lo han olvidado, y no dan una.

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    1. No confunda comunismo con la administración apostólica de los bienes. El primero es obra del psicópata perverso de Marx, que lo desarrolla como vía para dominar la sociedad sin mérito alguno de su parte, y el segundo -sí- es una vida monacal. Es una confusión muy típica, originada en malos teólogos.

      Plotino

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  14. Pío XI en la Quadragésimo anno:

    Del dominio o derecho de propiedad

    Y para entrar ya en los temas concretos, comenzamos por el dominio o derecho de propiedad. Bien sabéis, venerables hermanos y amados hijos, que nuestro predecesor, de feliz recordación, defendió con toda firmeza el derecho de propiedad contra los errores de los socialistas de su tiempo, demostrando que la supresión de la propiedad privada, lejos de redundar en beneficio de la clase trabajadora, constituiría su más completa ruina contra los proletarios, lo que constituye la más atroz de las injusticias, y, además, los católicos no se hallan de acuerdo en torno al auténtico pensamiento de León XIII, hemos estimado necesario no sólo refutar las calumnias contra su doctrina, que es la de la Iglesia en esta materia, sino también defenderla de falsas interpretaciones.
    Su carácter individual y social

    Ante todo, pues, debe tenerse por cierto y probado que ni León XIII ni los teólogos que han enseñado bajo la dirección y magisterio de la Iglesia han negado jamás ni puesto en duda ese doble carácter del derecho de propiedad llamado social e individual, según se refiera a los individuos o mire al bien común, sino que siempre han afirmado unánimemente que por la naturaleza o por el Creador mismo se ha conferido al hombre el derecho de dominio privado, tanto para que los individuos puedan atender a sus necesidades propias y a las de su familia, cuanto para que, por medio de esta institución, los medios que el Creador destinó a toda la familia humana sirvan efectivamente para tal fin, todo lo cual no puede obtenerse, en modo alguno, a no ser observando un orden firme y determinado.
    Hay, por consiguiente, que evitar con todo cuidado dos escollos contra los cuales se puede chocar. Pues, igual que negando o suprimiendo el carácter social y publico del derecho de propiedad se cae o se incurre en peligro de caer en el «individualismo», rechazando o disminuyendo el carácter privado e individual de tal derecho, se va necesariamente a dar en el «colectivismo» o, por lo menos, a rozar con sus errores.

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  15. Excelente post! Apocaliptico, en definitiva no resulta más que la puesta del poderreligioso al servicio del político del cual tanto nos advirtió Castellani; el tema es que yo me imaginaba algo más burdo, una especie de Iglesia convertida en superestructura propagandística al servicio de algún dictadorsucho liberal.
    Pero, al menos, el mismo no se ha manifestado, pareciera mas bien un movimiento de fuerzas espirituales posicionándose previo a su manifestación personificada. Está todo escrito...

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  16. Dios le da a Israel la tierra en posesión, y si incumplen sus leyes se las quitará. Por eso los impuestos deben ser únicamente sobre la propiedad. Cualquier otro impuesto es robo.

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    1. Vaya tontería, acaba de soltar. Los impuestos deben ser sobre las ganancias, y no sobre el patrimonio, de lo contrario, se desincentiva el ahorro y la inversión, que son imprescindibles para crear empleo y riqueza.

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    2. Como en mayo de 1810 debemos abolir todo el vigente regimen de impuestos al trabajo y al consumo fuente del derecho esclavista romano y reponer su opuesto el sistema fiscal bíblico de rentas a los recursos naturales fuente del derecho natural o cristiano y de la economía clásica y científica.

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    3. La Biblia no es un libro de economía, y la realidad económica de hace 3000 años no tiene nada que ver con la sociedad actual.
      O usted es de los que piensa que, como los primeros cristianos lo ponían todo en común, el cristianismo es algo así como un comunismo primitivo?
      En el presente artículo deja claro que un régimen económico monacal no se puede aplica a la sociedad, de ahí vienen los desvarío de tantos clérigos.

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  17. Sobre preceptos primarios y secundarios de la ley natural:

    https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/22399/2/WIDOW.pdf


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  18. No recuerdo haber leído un post tan brillante como éste en torno a Bergoglio, y eso que hace mucho que sigo el blog. Finísimo análisis. ¡Gracias Ludovicus y W.!

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  19. Off topic (o no tanto): Tremendo este artículo de Aguer:
    https://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=40866

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    1. Si, relato descarnado del maltrato y la venganza sufrida por parte de sus enemigos históricos. Sin embargo, nos hubiera gustado a todos escuchar estas cosas mucho antes.

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  20. El peronismo más que con San Ignacio de Loyola, semeja al COVID-19, con variantes cada vez más dañinas y que afectan órganos más vitales. La del Bajo Flores, por ejemplo, intoxica Roma.

    Plotino

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  21. Siempre notables sus artículos, Ludovicus. Por si tuviera ganas y/o tiempo, y rogándole disculpe mis escasas luces, una consulta: ¿que hay de la Constitución del 49 en relación al derecho de propiedad? ¿Sampay era católico o más bien un social cristiano-peronista?. Tal documento habria sido inspirado por Carl Schmitt: ¿acaso este no era católico conservador ...? ¿Terminará entonces teniendo razon el tano Zanatta, habrá una conexión inevitable entre estatismos 'catolicista' y socialista? ¿Habrá sido el finado Fidel el 'ultimo rey catolico' (sic)?.

    Armando B. O. Lonquis

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    1. Armando. En el Tradiverso muchos que dicen añorar la "Cristiandad", en realidad desean un socialismo confesional, ojalá coronado con alguna casa Real defenestrada, o bajo una junta militar permanente, una especie de shogunato católico.

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  22. Zanatta copia al Wanderer

    https://www.lanacion.com.ar/opinion/francisco-juez-y-arbitro-de-la-agenda-argentina-nid23062021/

    Chico Carlo

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  23. Aquí el análisis de Loris Zanatta que, como dije antes, se queda corto frente al de Ludovicus: https://www.lanacion.com.ar/opinion/francisco-juez-y-arbitro-de-la-agenda-argentina-nid23062021/

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  24. Zanatta analiza el tema de la influencia política del catolicismo con una lente distorsiva. En sus primeros libros había distorsión, pero también una cantidad respetable de información útil. Ahora es casi todo distorsión. Su leit motiv es, como dice en artículo citado por los lectores, la idea de que existe un concepto hegemónico en la política argentina, el de la "nación católica". Un verdadero disparate. Si así fuera, ¿cómo se explica el retroceso continuo del catolicismo en los planos público y privado, como se verifica por ejemplo en la legislación (biopolítica antivida) y en la asistencia al culto, respectivamente?

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    1. La "información útil" en sus viejos libros se la aportaba Roberto Di Stefano. Loris Zanatta siempre fue zanatero.

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  25. Zanatta disecciona cadáveres creyendo que son cuerpos vivos.

    El Pulpero de la Recoleta

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    1. Muy bueno. Yo diría "queriendo hacer creer". Pero sería juzgar sobre intenciones.

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  26. Con el respeto que me producen la mayoría de sus artículos me permito discrepar frontal y radicalmente en este. El derecho a la propiedad privada no es absoluto. Y sí, es "secundario" no en tanto que derivado, sino al ser de "segundo orden en importancia" por estar supeditado su ejercicio al del destino universal de los bienes (que es uno de los principios de la DSI). Por lo tanto no veo que el Papa haya dicho en esta ocasión ningún disparate. Y me resulta muy sospechosa la algarabía que han montado los liberales, esos que anteponen el capitalismo a cualquier otra cosa. Un capitalismo que es de inspiración protestante en su origen y desarrollo (harían bien en leer a weber, que les aclarará mucho, ya que la Doctrina Social de la Iglesia les suele importar poco).

    Quizás yo he tenido la suerte que otros no, al haberme criado y formado en el tradicionalismo español -donde nuestros pensadores políticos y sociales siempre han tenido estas cosas claras-. Pero no se puede hacer pasar por católico lo que no lo es. Y el sistema liberal-capitalista, el capitalismo liberal es cualquier cosa menos católico. La falsa dicotomía comunismo-liberalismo no vale para un católico que quiera serlo de verdad. Se puede ser anticomunista y rechazar de plano el capitalismo liberal.

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    1. Lo que usted dice está bien. Pero está claro (se desprende del contexto y el resto del discurso) que no es ése el sentido que le da Francisco. Más bien lo toma de cierta teología de la liberación.

      'Teólogos modernos, como el P. Laurentin y Diez Alegría, a los que siguen muy de cerca los teólogos latinoamericanos defensores de la “Teología dela liberación”, sostienen que el derecho primario del destino universal de los bienes implica la socialización del dominio y propiedad privada de los bienes(derecho secundario o derivado), negando que éste sea un medio eficaz para el cumplimiento de, como aquél como señalara Pío XI. Incluso, en su arrogante posición magisterial, acusan a la Iglesia de cierto compromiso con la la clase capitalista en desmedro del destino universal de los bienes.' (Carmelo Palumbo, Guía para un estudio sistemático de la Doctrina Social de la Iglesia, CIES EDITORIAL, pág.352)

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    2. Mi amigo, el "destino universal de los bienes" se realiza de hecho en la propiedad privada, porque no hay una forma "universal" de poseer algo. No existe tal cosa existente como el "destino universal"; siempre hay alguien que posee algo, sea un particular, una familia, o una camarilla de vivos encaramada en un partido "colectivista" en nombre del Estado. Nada tiene que ver aquí el tema del capitalismo liberal o los análisis de Weber, la propiedad privada lo antecede por milenios. Son los comunistas los que identifican la noción tradicional de propiedad con el capitalismo, que como todos sabemos es el principal inspirador del derecho de Justiniano.
      En cuanto a la noción de "derecho secundario", completamente extraña al corpus tomista que en todo caso jerarquiza la ley natural por grados de evidencia, le repito que también la monogamia y la prohibición de la tortura son preceptos naturales secundarios. A ver si le parecen de "segundo orden en importancia".

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    3. Ludovicus ¿qué bibliografía hay o en dónde puedo encontrar información o referencias acerca de la monogamia o la prohibición de la tortura como "preceptos naturales secundarios"? Lo agradecería; me interesa especialmente el tema.
      Quiroga

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    4. Estimado, aquí tiene para empezar.La noción de primario o secundario sigue más bien el orden de certeza respecto de las inclinaciones de la naturaleza humana, aunque seguramente involucra una jerarquía ontológica.
      https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/22399/2/WIDOW.pdf

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    5. Le agradezco mucho, Ludovicus. Saludos en Cristo.
      Quiroga

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  27. Estimado Ludovicus: Niego la mayor. En primer lugar parece desconocer el concepto económico y jurídico de la propiedad privada. Haría bien en revisar eso. En su discurso de arriba llega a la conclusión de que toda propiedad es privada. Por lo tanto, lo de "privada" sobraría. Y de ese modo llegamos a una especie de pleonasmo: "toda propiedad es propiedad".

    Pero lo cierto es que entre la propiedad privada y la pública hay distinción. Una carretera estatal, o comarcal, no es propiedad privada, por más que los que manden sean unos ladrones. Y sí, el concepto de propiedad privada (y sus límites) tienen mucho que ver con el liberalismo y el capitalismo liberal.

    Me temo que el gorro frigio les pesa demasiado allende los mares. Así afirma usted en su artículo eso de que los jesuitas en las misiones lo que hacían era "gradualmentre" sacar a los indios de su "promiscuidad colectivista" (que no se me ocurre figura menos afortunada), cuando la realidad es que jesuitas, franciscanos... la Corona Española respetaba la propiedad comunal como una forma natural de organización que era tradición inveterada en la España peninsular. Donde siempre hubo distinción entre el propio y el común. La península Ibérica estuvo plagada de bienes comunales (pastos, tierras de cultivo, molinos, aperos...) que los liberales, la Revolución, con sus desamortizaciones hicieron desaparecer en aras de la sacrosantísima propiedad privada (o sea, todo para mí y que arree el que pueda). Enajenando propiedades del común y repartiéndolas a placer entre particulares (esto es, privatizándolas). Y fue la Revolución, y sólo la Revolución, la que hizo esto, destruyendo el sistema tradicional español.

    En América pasó lo mismo. Revoluciones liberales (pues no otra cosa fueron las independencias) sustituyeron el sistema tradicional -en TODOS los órdenes- por un modelo de clara inspiración anglosajona.

    La propiedad privada y la comunal coexistían perfectamente en el sistema político-económico y jurídico tradicional español (el más católico de cuantos han existido en la historia). Y desde luego no eran pasos previos diseñados para llegar a una arcadia capitalista como usted sugiere. Les pesa el gorro frigio, repito. No me voy a poner aquí a ponerle ejemplos, innumerables, de cómo funcionaba el sistema católico, tradicional, español. Puede buscarlos por sí mismo.

    La Iglesia, a posteriori, tuvo necesidad de aclarar que ese concepto de la propiedad privada liberal tenía sus límites. Y los tenía en el destino universal de los bienes, que es superior al antedicho. Y sí, es secundario en importancia, porque el BIEN COMÚN -concepto, por cierto desterrado del lenguaje por el liberalismo y su principio de que el afán de máximo lucro individual es el que rige la actividad económica- es más importante que el bien individual. Y el segundo muchas veces perjudica al primero. Por eso requiere de límites. Esto es una obviedad tan obvia que no necesita explicación.

    Ustedes viven en una dicotomía que es liberal, en sus entrañas y en su desarrollo. Capitalista-Comunista. No les culpo. Pero la cosa no es así.

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    1. Lo reconozco, Anonimo de las 8.43, estoy abrumado por el gorro frigio; no sòlo eso, sigo a autores pergeñadores de la arcadia liberal como el que escribió estos conceptos tan claramente liberales y exaltadores de la propiedad privada:
      "Con razón, por consiguiente, la totalidad del género humano, sin preocuparse en absoluto de las opiniones de unos pocos en desacuerdo, con la mirada firme en la naturaleza, encontró en la ley de la misma naturaleza el fundamento de la división de los bienes y consagró, con la práctica de los siglos, la propiedad privada como la más conforme con la naturaleza del hombre y con la pacífica y tranquila convivencia. Y las leyes civiles, que, cuando son justas, deducen su vigor de esa misma ley natural, confirman y amparan incluso con la fuerza este derecho de que hablamos. Y lo mismo sancionó la autoridad de las leyes divinas, que prohíben gravísimamente hasta el deseo de lo ajeno: «No desearás la mujer de tu prójimo; ni la casa, ni el campo, ni la esclava, ni el buey, ni el asno, ni nada de lo que es suyo»

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    2. ¿Ha leído usted el arte de tener razón, de Schopenhauer? Porque su respuesta es "de manual". Citar parcialmente el Magisterio, descontextualizándolo (ignorando deliberadamente, por ejemplo, que León XIII respondía a una situación concreta en la historia creada por el liberalismo) y obviando el resto, para tratar de ese modo llevarse el ascua a su sardina no es obrar rectamente en un debate serio.

      Ya le he explicado rápidamente y a vuelapluma el por qué de mi respuesta. Y usted me despacha con una cita de autoridad de la que, lógicamente ha de desprenderse que yo soy una especia de "comunista" (quizás todos los tradicionalistas hispanos lo son, a menos "avant la lettre"), cuando jamás he negado el derecho a la propiedad privada (y además soy propietario de una pequeña empresa, por si le sirve de dato). Lo que no hago es tratar de absolutizar ese derecho, como no lo hace el Magisterio de la Iglesia. Le he puesto de ejemplo una sociedad católica ejemplar (valga la redundancia). Y su respuesta ha sido ésta.

      Debate agotado, por tanto. Soy demasiado modesto y mi tiempo demasiado limitado para arrancar siglos de gorro frigio de una cabeza ajena.

      Quede con Dios.

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    3. Mire, amigo los ejemplos históricos de propiedad colectiva se llamen kibbutz o koljoces o propiedades comunales son deprimentes y siempre ineficaces. En cuanto a la "sociedad católica ejemplar" lo ultimo que se me ocurriría es confiar en la economía de un país que tiene una literatura llena de mendigos que roban uvas o se disputan panes ajenos. Cordialmente.

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    4. La tradicion comunal peninsular no es gracias si no a pesar de la iglesia catolica y la monarquia. Fue una conquista popular de la alta edad media

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    5. Anónimo, Los Reyes Católicos, sin ir más lejos, intervinieron en numerosas ocasiones obligando a restituir al común propiedades comunales enajenadas por particulares poderosos. Un "a pesar" muy extraño. En cuanto a la Iglesia, muchas de sus propiedades eran de explotación común también, e igualmente fueron desamortizadas por los liberales. Las propiedades comunales las ganaron por expresa concesión regia (y no a pesar de ella) los españoles que derramaban su sangre en la reconquista. El hombre libre castellano, modelo católico desconocido en toda Europa, no tenía que ver con los siervos, que aquí no los hubo.

      A Ludovicus... ya se ve que su modelo social y político es más los EEUU. Liberalismo, masonería y Revolución. El gorro frigio, que es lo suyo. Recuerde que esa "ineficaz" sociedad, al parecer con una organización nada católica, porque lo católico de verdad de Adam Smith, evangelizó medio mundo. Incluida la llamada hoy Argentina.

      Pero nada, usted a lo suyo.

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    6. No ha existido en toda la Iglesia Universal una nación, una sociedad o un pueblo que haya aportado a la Iglesia de Cristo, que haya hecho por la Iglesis católica, lo que ha hecho España. Ni una.

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    7. Conste que no busco la gresca. Pero no respondió a nada de lo que planteo. Ni propone un modelo de "país católico" que desde su punto de vista y según los parámetros de la economía libérrima haya existido o funcionado en la historia. Esto aparte de que me parece que afirmaciones como la de "confiar en la economía de un país que tiene una literatura llena de mendigos que roban uvas o se disputan panes ajenos" están fuera de lugar por no ceñirse al caso y por ser una treta para desviar el debate. Entre otras cosas porque ese país es el que más santos ha dado a la historia de la Iglesia.

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    8. Yo no estoy discutiendo ni el capitalismo ni si España ha sido católica ni si ha dado santos innumerables. Sólo me ciño al debate sobre la propiedad privada, que como he dicho citando a León XIII es una institución universal, superior a todas las otras formas de propiedad colectiva y debe ser la regla común de organización de una sociedad normal. Las excepciones excepciones son y si se convierten en regla de la sociedad se llaman socialismo. Y, por otra parte, el desdén de la misma sustituyéndola por la propiedad comunal o colectiva ha generado innumerables catástrofes y millones de muertos.

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    9. Summa Th, II II, q 66, art 2. Fin de la discusión.

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  28. Anónimo, no atribuyo intenciones ni "contextos". Me limito a decir que lo que el Papa dijo en esta ocasión no es ningún disparate. Sencillamente porque no lo es. Un saludo.

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  29. Y aquí el discurso del Papa, para el contexto:

    El extracto concreto: https://www.youtube.com/watch?v=mbgGgcs4rSA

    El discurso completo: https://www.youtube.com/watch?v=F9ZQ5KWHL08

    En él se dirige a los empresarios y en todo momento reconoce, y no ataca, el derecho a la propiedad privada. Lo que hace es recordarle la "hipoteca social" que tiene. ¿Dónde está el problema? Lo que dice es CATÓLICO. Y si se le puede criticar en muchas otras cosas, en esto precisamente no.

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  30. Una inteligencia preclara decididamente desperdiciada en objetivos deleznables es la de Umberto Eco. Lástima que tanto estudio no le sirviese para practicar la virtud, antes para atacarla. En cuanto a la conquista castellana de América, epopeya increíble que ninguna otra nación pudo hacer ni hará jamás, sencillamente se traga toda la porquería de los enemigos de la corona española sin masticarla.

    "Resumamos: de México a Perú, los conquistadores españoles llevaron a cabo matanzas indescriptibles, con el apoyo de teólogos que consideraban salvajes a los indígenas y creían tener la justificación divina para dominarlos. A principios del siglo XVI, el valiente misionero y cronista español Bartolomé de las Casas cambió de bando, renunciando a sus siervos indígenas y regresando a España para abogar por una forma de colonización más pacífica."

    Resumamos: los conquistadores españoles fueron a América por el oro y la gloria, la de Dios y la suya. Las leyes de Indias protegían a los nativos (no así a los negros esclavos traídos de África), algo pionero en su época, y el sistema de encomiendas se creó teóricamente para que cada colonizador estableciera una especie de "comuna paternalista católica" al estilo de las posteriores reducciones jesuíticas, con el objetivo de evangelizar y civilizar a los indios. Y resultó que muchos (no todos) encomenderos antepusieron aquello del oro a la gloria, y abusaron y explotaron a sus sirvientes indios para obtener más ganancias. Pero precisamente porque querían explotarlos mejor es por lo que jamás hubo "matanzas indiscriminadas" de indios por parte de los conquistadores. Poco beneficio saca uno de los muertos. Barotlomé de las Casas, hombre bienintencionado, estaba loco, y otros religiosos, tan deseosos como él de corregir los abusos de los encomenderos (sin "cambiar de bando", como tampoco lo hizo fray Bartolomé), testimoniaron en la comisión real que muchos de los datos que daba estaban exagerados o eran directamente falsos: cayó en el pecado de pensar que el buen fin justificaba los malos medios, como la mentira. El hecho de que existiese una comisión real para corregir abusos, y que tomara muy en serio las denuncias, a veces delirantes, de De las Casas, es prueba suficiente de que jamás hubo intención en los conquistadores de llevar a cabo una destrucción sistemática de los aborígenes americanos.

    Eco ya ha muerto, pero hubiera estado bien que dedicara más tiempo de estudio al genocidio de bereberes que hicieron sus paisanos italianos en Libia sobre aquellas tribus que no aceptaban su colonialismo. O la salvaje guerra química y de exterminio que llevaron a cabo sobre Etiopía en 1936, porque había que vengar la derrota en la guerra de 1896. El lugar bajo el sol primero liberal (en el reparto de Libia) y luego fascista (en el de Abisinia) arrasando culturas y pueblos que no les habían hecho nada, algunos de ellos, para mayor vergüenza, correligionarios cristianos.

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  31. El origen de la propiedad privada viene en la Biblia y, como ya ha sido citado, proviene del pecado original (como todo lo humano, vaya).
    En el estado de naturaleza, el hombre obtenía sus bienes gratuitamente en el jardín del Edén. Cuanto necesitaba (que era poco), Dios se lo otorgaba, y podía ver su rostro directamente.
    Pero en el estado caído, la mujer pariría a sus hijos con dolor y el hombre "obtendría su pan con el sudor de su frente" (Gen 3,1) hasta que vuelva al polvo del que salió. Porque, sí queridos católicos, el trabajo es un castigo divino. De haber mantenido la amistad con Dios, hubiésemos obtenido los bienes necesarios gratuitamente. Y si Dios quiere que regresemos a Él tras la muerte en cuerpo y alma, así será de nuevo.

    Establecido que hay que obtener los bienes necesarios con el trabajo propio, queda así establecida la propiedad privada fundamental: cada uno es dueño de su trabajo. Y el fruto de su trabajo puede consumirlo, o intercambiarlo por otro bienes que otros hombres producen. Y ahí nace el comercio y, supongo, eso que se llama mercado libre. Abraham paga 4 kilos y medio de plata al hetita, porque esa plata la ha obtenido de la venta del vellón, el queso y la carne de las ovejas que ha criado con su conocimiento, tiempo y esfuerzo, y el de sus empleados.
    Y los bienes obtenidos con el fruto del propio trabajo son tan nuestros como el fruto del trabajo por el que se ha obtenido. Y ese es el origen de la propiedad privada. La propiedad privada es natural porque todas ellas provienen del fruto de un trabajo legítimo.
    Luego existen trabajos cuyo fruto se obtiene mejor si se hace entre varios. Y ahí aparecen las propiedades comunales, que no son más que una variante más eficiente de lograr los bienes, y que son tan legítimas como las privadas, porque en realidad son privadas, pero de un grupo. Algunos han quedado dañados por el marxismo y parecen creer que lo comunal es malo per se, porque conduce al marxismo, cuando comunales son los monasterios desde el siglo IV. Los bienes privados y los comnunales son dos formas distintas de posesión, adecuadas cada una a sus fines, que coexisten y que son igual de buenas. Lo malo no es que haya bienes privados o comunales, sino que uno u otros se prohíban o impongan por decreto de una potestad, que podrá tener la fuerza, pero no la autoridad.

    Dos son las objeciones básicas que se plantean al sistema natural de propiedad.
    - La primera, que toda propiedad, a la muerte de su generador, acaba en manos de alguien que no la ha ganado con su esfuerzo. El heredero de esa propiedad (normalmente descendientes u otros familiares directos) no la merece directamente, sino por la voluntad libre de su propietario verdadero. Aquí es donde ciertos regímenes totalitarios discuten que esa voluntad pueda tener efecto una vez muerto el titular, y procuran arrebatar parte o la totalidad de los bienes a los herederos. Pero da la casualidad de que es natural a la persona que el fruto de su esfuerzo quiera darlo a sus hijos, y ese derecho familiar antecede a cualquier otra consideración. Por tanto, las leyes contra las herencias son ilegítimas, por muy idiotas o gandules que sean los hijos.
    - La segunda es la especulación, es decir, que en el intercambio de bienes, el justiprecio, eso tan difícil de establecer, pueda alterarse porque una de las partes aproveche la debilidad de la otra para obtener más bienes de los correspondientes en el intercambio, lo cual muchos teólogos y juristas cristianos han establecido que es equiparable (y tan ilegítimo) como el robo. Por cierto que la extorsión de los gobiernos para obtener por medio de la coacción de la ley y la fuerza impuestos abusivos de sus súbditos no deja de ser una forma de especulación, y por tanto, de robo. Este tema está abierto y es candente. Se han probado tantísimas soluciones porque ninguna es óptima, y porque por desgracia el mal opera en el corazón del hombre en estado de naturaleza caída, y no es posible corregirlo sino es por la Gracia de Dios.

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  32. Por último, toda acción humana debe tender al bien supremo, que es la reunión con Dios, y que en aspectos políticos (aquellos que atañen a todos) se llama Bien Común, y que como saben los lectores, es aquel que permite a cada hombre desarrollar su máxima perfección (con vistas al fin sobrenatural, claro está). Por tanto, la propiedad privada, la comunal y la pública (aquella que se supone es de todos, pero administra exclusivamente la potestad), todas ellas son subordinadas o secundarias al fin del Bien Común, o sea, al fin sobrenatural de la reunión de todos con Dios (salvación de las almas, vaya) por medio de la práctica de virtudes que conduce a la santificación. Por tanto, si un bien privado, comunal o público es empleado para el mal, por supuesto que no se debe respetar su titularidad, y si no hay otra alternativa para eliminar el mal que produce, el legítimo privar de su posesión al que lo detenta. Eso quiere decir que los bienes son secundarios. Desconozco si es eso lo que quería decir el confuso Bergoglio, pero eso es lo que significa en buen magisterio católico.

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  33. Ni el origen de la propiedad privada ni del trabajo es el pecado original, eso será Rousseau o un agustinismo trasnochado. La propiedad, como el matrimonio monogámico o la asociación política, arraiga en la naturaleza humana y al ser de ley natural, proviene de ahí. Sus desviaciones o mal uso por cierto que son pecado. Si no hubiera habido pecado original, igual habría habido matrimonio monogámico, hijos, sociedad política, leyes y propiedad privada. Cuidado con la maximización agustinista (que no agustiniana) del pecado original.
    En lo demás habría que hacer varias distinciones: "usar la propiedad para el mal", simpliciter, no cancela el derecho, salvo que se cometa con la propiedad una injusticia; la secundariedad del precepto no procede de su ordenación al Bien Común (de lo contrario la vida sería secundaria, porque también se ordena a dicho fin); etcetera.

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    1. Que el origen del trabajo es un castigo divino está en el Génesis, no en san Agustín.
      Si no hubiese habido pecado original, no sabemos que hubiese ocurrido. No se nos cuenta que Adán y Eva estuviesen casados, ni tenían propiedades privadas en el jardín del Edén, ni tuvieron hijos hasta después de ser expulsados del mismo.
      Si la Jerusalén Celestial será la reunión de Dios como antes del pecado original, entonces allí no habrá matrimonios (Mt 22, 30). Tampoco dice nada de propiedad privada ni hijos el capítulo 21 del Apocalipsis, y en el 22 se describe de agua de agua de vida y los frutos de las árboles de la vida, que curan todos los males, lo cual sugiere que tampoco habrá necesidad de trabajo ni de propiedad.
      Aunque igual esto último es de Rousseau.

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    2. Niego la mayor, la Jerusalén Celestial no será la reunión de Dios como antes del pecado original, será una cosa distinta. Es evidente.
      Adán y Eva fueron "casados" por Dios en el Paraíso (creced y multiplicáos, etc).
      La Escritura en ningún momento dice que el trabajo sea un castigo divino. Sólo "el sudor de la frente". Lo mismo con el parto "con dolor". De hecho, el primer "trabajo" que tuvieron nuestros Padres en el Paraíso fue dar nombre a todos los animales. Ud. hipertrofia el pecado original y sustrae la naturaleza.

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    3. Hombre, no será lo mismo, pero sin duda será el estado de recuperación de la plenitud de la gracia perdida entre Dios y el hombre, causada por el pecado original, y que únicamente la Virgen María, por predestinación divina, vio preservada. La similitud en ese aspecto, que es el que estamos discutiendo, es evidente.
      El trabajo como castigo es explícito en el Génesis, puesto que va inmediatamente antes de la expulsión de Adán y Eva por el ángel, y junto al "maldito sea el suelo por tu causa", o el anuncio de su mortalidad, o a Eva el "parirás a tus hijos con dolor" que todos parecen castigos. Por lo demás, es evidente que en el Edén no hay trabajo (nombrar animales y plantas no es producir un bien o servicio), por lo que todo cuanto necesitaron los primeros padres lo obtenían sin esfuerzo (ahí está la realidad o alegoría de los "frutos de los árboles del jardín", de los ríos del Edén). Coincidencia nada casual con los árboles de la vida y la fuente de vida eterna de la Jerusalén celestial.
      Tampoco consta en ninguna parte que hubiese un contrato y menos aún un sacramento matrimonial en el Paraíso entre Adán y Eva. Nos escandaliza que Dios les dijera "creced y multiplicaos" sin pasar por la sacristía porque en el estado de inocencia del hombre no hacen falta ni sacramentos ni contratos, puesto que su unión con Dios es plena (veían su rostro sin esconder la cara). Otra coincidencia con el final del Apocalipsis, en el que Dios no tiene templo en la Jerusalén Celestial porque toda la ciudad es su templo, y los fieles le ven cara a cara.
      Estimado Ludovicus, al que sinceramente admiro por su sapiencia y prudencia, creo que existe una cierta prevención hacia la consideración clásica del trabajo como castigo. Proviene, a mi juicio, del calvinismo, que lo exalta hasta límites de deificación, de donde se ha filtrado al liberalismo (también al marxismo, por cierto, que lo tiene por legitimador de la condición de persona). Decir que el trabajo es un castigo no es alentar a la pereza, que siempre fue pecado capital. El verdadero cristiano no es el gandul que vive parasitando el trabajo de otros, sino el anacoreta que apenas necesita nada, y lo poco que necesita lo obtiene por sí mismo, porque el espíritu y la contemplación de Dios llenan su vida. El místico es la persona más cercana a los bienaventurados, y no ha existido místico glotón en su vida: casi todos presentan historias de privaciones casi antinaturales. En cambio, quien se apega a los bienes materiales (esos que produce el trabajo), normalmente no sirve bien a Dios (Lucas 16, 13).
      Por otra parte, no veo contradicción entre lo que yo afirmo y la ley natural, puesto que la ley natural es aquella adecuada al hombre en su estado caído, y siendo buena, que lo es, el propio magisterio nos enseña que por ella se alcanza la justicia, pero que se precisa la ley revelada para alcanzar la santidad. La ley natural nos enseña la bondad del trabajo bien hecho, lo cual está bien en este valle de lágrimas, pero obviamente el estado superior del hombre será espiritual y de cuerpo glorificado, y el trabajo será innecesario entonces. Cuando el hombre regrese a Dios, ese castigo, como la muerte o el pecado, será abolido.
      Un saludo.

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    4. Estimado, su identificación Paraíso-beatitud lo vuelve a extraviar. Comete además el craso error de sostener que en el Paraíso nuestros Padres veían a Dios cara a cara, en "unión plena con Dios" lo que es imposible para el viador, aún en estado de inocencia original. Ni que hablar entonces de poder cometer un pecado.
      Que la ley natural sea la adecuada al hombre caído = falso. Que el trabajo consista en el esfuerzo = falso. Es igual que con el parto, éste es doloroso por consecuencia del pecado, pero el parto (y el sexo) en sí no resulta del pecado. Que la Designación de las criaturas no sea trabajo = falso, produjo un bien añadido al mero estado natural. Eso es el trabajo: perfeccionar la Creación mediante la razón, "dominar la tierra". Y para ello, aún sin pecado original, habría sido necesario la familia, la sociedad, la ley, el trabajo y la propiedad privada. Ninguna de estas cosas son consecuencia del pecado, aunque sí luego de la caída se han visto afectadas al par de la naturaleza humana.

      De allí se siguen el resto de sus errores.
      Saludos cordiales

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  34. Nos estamos desviando, y llegando a un punto de la libre interpretación de las escrituras. Lo que le pido, le he pedido desde el principio, a Ludovicus es que se defina, en dos sentidos:

    1- ¿Por qué la coexistencia de la propiedad privada y la comunal son contrarias al Magisterio de la Iglesia? Y si es así, ¿por qué jamás fue condenada la Monarquía española -la más católica de cuántas han sido- siendo que defendió y promovió con ahínco este modelo económico?

    2- Que se defina clara y concisamente en qué modelo económico, según él, es el verdaderamente acorde a la doctrina católica. Porque alguno ha de haber, digo yo. Sólo así se puede llegar a conclusiones ciertas. Que llevo años ya leyendo teorías de lo más variopintas -el libertarismo, por ejemplo, del que podríamos hablar a fondo y que es en su raíz ultra protestante-. O los que se definen como seguidores de la Escuela Austriaca -identificándola con la Escuela de Salamanca, de la que difiere, por cierto-. O los defensores del distributismo chestertoniano (ciertamente interesante, pero que no pasa de un esbozo), que ignoran la existencia previa de modelos económicos plenamente católicos.

    Eso es lo que realmente importa. Porque es necesario saber en qué se condena y desde qué posición. Y sobre todo qué alternativa se propone o defiende.

    Todo lo demás: es decir, citar pasajes bíblicos fuera de contexto para hacer decir a los textos sagrados, es un mero artificio.

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  35. En cuanto a lo de que no discute cuántos santos ha dado España a la historia universal, le cito nuevamente, para que quede claro:

    «En cuanto a la "sociedad católica ejemplar" lo ultimo que se me ocurriría es confiar en la economía de un país que tiene una literatura llena de mendigos que roban uvas o se disputan panes ajenos».

    Si para usted España queda desacreditada como modelo económico porque se escribiese, por ejemplo, el Lazarillo de Tormes y le opongo que esa sociedad y su economía evangelizaron medio mundo y han llenado, literalmente, los altares de santos.

    Me parece una guía para fijar criterio más fiable la segunda que la primera.

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  36. Anónimo de las 4.39, tiene un talento particular para ver cosas que no se han dicho. Contesto sus preguntas:
    1. Nunca dije que la coexistencia de propiedad privada y comunal, etc. Unicamente he dicho que la propiedad privada es la regla, y todo lo demás, excepción. Es lo que dice Santo Tomás y lo que dicen las Encíclicas.
    2. No sabo.
    Saludos

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  37. Y en relación con su último comentario, nada tiene que ver la proporción de santos de una sociedad con la bondad o maldad de su modelo económico o la estupidez de su gobierno o la baja calidad de su ciencia. Que, en el caso de España y particularmente en relación con América, fueron muy malos, sobre todo a partir de los borbones. Al César lo que es del César.

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