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lunes, 21 de noviembre de 2022

Francisco, un papa providencial

 


Se trata de un tema acerca del cual siempre se vuelve de una manera u otra. Y que el paso de los años está verificando la hipótesis que en este blog arriesgamos pocos meses después del 13 de marzo de 2013: Francisco es un papa providencial.

Al papa no lo elige el Espíritu Santo; al papa lo eligen los cardenales que pueden tener más o menos disposición para seguir las gracias divinas. De eso se trata la libertad; los cardenales no la dejan a las puertas de la Sixtina cuando entran a votar. La llevan consigo, y votan lo que quieren.

Esto no significa que a Dios se le escape el curso de la historia y de su iglesia. Él es el Señor de la historia y el Logos es la cabeza de la iglesia. Nada escapará de su designio y, por eso mismo, tampoco puedo escapar el pontificado de un malandra como Bergoglio.

Como nos informaba hace pocos días el imprescindible Specola comentando una investigación que acaba de publicarse, ante la inminencia de la muerte de Juan Pablo II, comenzó a moverse en firme el grupo de San Gall. “El cardenal Murphy-O’ Connor se relacionó con el cardenal Bergoglio y lo presentó al grupo como posible candidato anti-Ratzinger. Martini fue su mayor opositor por la información que recibió desde dentro de la Compañía de Jesús. Y en cónclave de 2005, el cardenal Martini anunció al cardenal Ratzinger que pondría a su disposición sus votos”. Sin embargo, en el cónclave de 2013, Martini estaba ya fuera de juego, y se enfrentaron entonces dos candidatos: un ratzingeriano, es decir, conservador, el cardenal Angelo Scola, y un progresista, delegado de la mafia de San Gall, el cardenal Bergoglio. Y aunque la mayoría de los cardenales eran conservadores, Scola era el peor candidato que podría haberse elegido para representar esa facción: era italiano, y no había ninguna posibilidad que el sacro colegio eligiera a un italiano para el pontificado. Demasiado desastre habían hechos los italianos en las últimas décadas dentro de la iglesia; basta repasar nombres como Bertone, Sodano o Silvestrini. La candidatura de Scola fue gravísimo error de Benedicto XVI, muy propio de él: nunca tuvo buen ojo para elegir a sus ayudantes, ni voluntad para echarlos cuando descubría su verdadero rostro.

Pero, en mi opinión, Scola era también el peor candidato por otros motivos. Los que recorren los pasillos de la curia ambrosiana, aseguran que poco antes de ingresar al cónclave, ya había hecho imprimir los tarjetones con su firma como romano pontífice. Había elegido llamarse Pablo VII. Todo un programa aterrador, si recordamos el siniestro pontificado de Montini, intelectual y arzobispo de Milán como Scola. Con el hipotético Pablo VII habríamos continuado con los zapatos rojos, la muceta y hasta con la piel de conejo; con encíclicas y discursos cuidados y con un artesonado teológico que seguiría ocultando el desastre real en el que se encontraba y se encuentra la iglesia luego del Vaticano II. Habrían sido varias décadas más de agonía, suturando una y otra vez la herida a fin de evitar que los propios —sobre todo los propios—, vieran el estado terminal de la infección.

Bergoglio, en cambio, en poco tiempo dejó al descubierto la situación catastrófica tal como era en realidad. Su personalidad chabacana, sus modales chuscos, su ignorancia documentada a diario y, sobre todo, su arrogancia han sido un bofetón para aquellos que lo aclamaban como el pontífice que por fin implementaría a fondo las reformas conciliares. Y habían hecho un buen cálculo: la iglesia que representa Bergoglio es la iglesia conciliar; la iglesia de las órdenes y congregaciones religiosas moribundas, de los seminarios desiertos, de la confusión doctrinal, de la corrupción enquistada en buena parte del episcopado y del clero, de la disolución y la pérdida de la fe, de la irrelevancia social, de los templos demolidos o vendidos por falta de fieles, de la desacralización litúrgica, etc..

Nadie que tenga un mínimo de sinceridad intelectual puede negar esta situación, y nadie puede hacerse el distraído y decir que el Concilio no tuvo nada que ver: estamos viendo los frutos sesenta años después de su celebración. Y hay que decir que cada vez son menos los negacionistas. Por un motivo u otro, continuamente me llegan testimonios de sacerdotes y también de obispos en este sentido. Y cuando me ha tocado participar de reuniones con asistencia de clérigos jovenes y que de ninguna manera podrían ser adscriptos a grupos tradicionalistas o conservadores, me he quedado sorprendido por su claridad de pensamiento, su crítica clara al pontificado de Bergoglio y, sobre todo, por su fe. Son pocos, muy pocos, los que aún creen el discurso francisquista, y de esos pocos, buena parte lo hace a fin de hacer carrera y conseguir un puesto cómodo y ambiente climatizado para pasar los calores del verano, como es el caso del ecopárroco del que hablamos hace poco. 

Por eso mismo, Dominus conservet eum. Dios le de larga vida al papa Francisco, y lo tengamos entre nosotros un par de años más, a fin de que supure todo el pus que aún queda, que la herida pueda ser cauterizada y que la iglesia, débil y enclenque como todo convaleciente, pueda lentamente recobrarse de la zozobra en la que fue colocada por la imprudencia de los últimos cinco pontífices.

23 comentarios:

  1. Muy de acuerdo con todo, don Wanderer. Con todo menos con la petición de dos años más de bergogliato: ¡eso sería demasiado! Ya hemos tenido suficiente papa providencial.

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    1. Sí, qué sé yo. También aprendimos (a gran costo) que la cuestión Papa bueno/Papa malo no es tan importante...

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  2. No, no hemos tenido suficiente. Tiene que destrozar todo mucho más y dejar un colegio cardenalicio desastroso para el próximo cónclave. Así nadie podrá negar en qué han convertido Roma.

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  3. Si entendemos por providencia lo que Dios ha dispuesto desde antes de la creación del mundo para la salvación de los hombres, podríamos coincidir en que esa Providencia responde a un Plan, un designio divino que se ha de cumplir de manera inexorable, le pese a quien le pese. Dios no es un monigote como esos políticos de cuarta que bien conocemos y que hoy están con Fulano y mañana con Mengano según la vereda que calienta el sol.
    En esa inteligencia, no hay duda que Francisco -aquel cuervito azulgrana que de pibe aprendió a patear una pelota de goma en su vieja casa de Membrillar 531 del barrio de Flores- hoy es un Papa providencial.
    Pero no debemos equivocarnos, Francisco no es el Papa que vino a salvar a la Iglesia de la crisis terminal que la devora, muy por el contrario, es el Papa que vino a consumar esa crisis para que, fatalmente, se cumpla el Plan de Dios tal como Dios lo dispuso desde toda la eternidad.
    Aclarado ese punto, coincido con Don Wander en que después de Francisco y aunque todavía "débil y enclenque, como todo convaleciente la Iglesia pueda lentamente recobrarse de la zozobra en la que fue colocada por la imprudencia de los últimos cinco pontífices".
    Pero ojo, la Iglesia no se recuperará gratis, antes deberá pagar un alto precio, será el precio del cisma que ya revolotea sobre nosotros como los buitres que desde lo alto avizoran la presa malherida esperando su muerte para darse un festín con sus despojos.
    Es cierto que ningún católico bien nacido podría ser partidario del cisma, pero sería de necios negar la realidad que nos golpea y no se aparta de nuestros ojos por más que nos duela reconocerlo.
    Digo esto porque esa larga vida que Don Wander le pide a Dios para el Papa Francisco y espera que no sea menos de dos años, es a mi juicio el plazo máximo que tenemos como la soga del ahorcado para que el cisma tan temido estalle con la fuerza de un volcán en erupción; porque si miramos bien, dos años es el plazo también dispuesto por Francisco para clausurar el ostentoso Sínodo de la Sinodalidad en 2024.
    De no ocurrir antes, en el cierre de ese Sínodo el cisma será una realidad inevitable. Lo que nos espera después sólo Dios lo sabe. Entonces vendrá el tiempo de dar testimonio, un tiempo de gran tribulación pero también de gran esperanza porque sabemos que Cristo ha vencido al mundo y a la muerte.
    Animo entonces, porque pase lo que pase, lo mejor está por venir.

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    1. Don Fuenteovejuna, mire , yo dudo ya de que ocurra ese cisma. Es decir, de hecho la mayoría de obispos alemanes ya están en cisma y herejía. Pero se vio , en la visita ad límina que acaban de hacer a Roma, que nadie los declarará en tal estado, al contrario!! De manera que lo que pasará es que de a poco, esa falsa iglesia,con su falso profeta, se impondrá sobre la verdadera. Ésto supone o supondrá persecución a los veros fieles. "Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; 11 y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo. 12 Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre. 13 Y esto os será ocasión para dar testimonio. 14 Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra defensa; 15 porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan.(A) 16 Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; 17 y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. 18 Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. 19 Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas"(San Lucas 21)

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    2. Estimada Teodolina
      Según cuenta Specola, el miércoles pasado el Papa recibió a los obispos alemanes pero sólo hablaron de paparruchas. El verdadero debate sobre el Sínodo alemán fue al día siguiente cuando los alemanes fueron recibidos por los cardenales a cargo de la Secretaría de Estado, de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de la Congregación para los Obispos.
      Contra lo que se esperaba de rutina, Francisco no se hizo presente. Y la razón es obvia, sabía que no hubiera podido permanecer mudo porque el que calla otorga.
      Parece que la voz cantante la llevó Parolin, aunque los alemanes no se movieron un ápice en sus pretensiones. Prueba de ello fue que al terminar la reunión Monseñor Bätzing dejó trascender que ellos nunca pensaron en dejar de ser parte de la Iglesia; al contrario, quieren permanecer adentro, pero a su manera, claro. Por ejemplo, dijo que si más parejas homosexuales quisieran recibir su bendición no tendría ningún problema en bendecirlas.
      Así que como usted bien dice, el cisma existe ya de hecho. Aún así, si el rimbombante Sínodo de la Sinodalidad servirá para algo, todo indica que será para que ese cisma de hecho se convierta en otro real y de derecho. Allí las herejías finalmente se tendrán que poner sobre la mesa y los buenos obispos que aún quedan -aunque sean minoría- no podrán tolerar que esa situación perdure indefinidamente.
      Después de eso y como usted bien destaca, creo que la profecía de San Lucas, capítulo 21, se tendrá que cumplir tal como fue escrita con letras de fuego. ¡Cuántas generaciones habrán querido ver lo que muchos de nosotros vamos a ver! El que persevere hasta el fin, ese será salvo.

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  4. "...que supure todo el pus que aún queda, que la herida pueda ser cauterizada..."

    Pero, Wanderer, ¿usted cree que tras Francisco vaya a venir un Papa cirujano que cauterice la herida? En vista de la actual composición del colegio de cardenales, es casi seguro que el próximo Papa va a ser francisquista y probablemente profundizará muchas de las heridas que ha a abierto Bergoglio.

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  5. Acaso no deberíamos rezar para que cese el mal, es decir, la conversión de Francisco, ya que nada es imposible para Dios ... o bien su muerte, para no tenerlo más y cese el mal que hace.

    Y si viene uno peor, pues lo mismo, intensificado.

    Creo que es la opción que todos deberíamos apuntar... usted que tiene llegada, porque no arma un grupo con este fin específico, se anima? :)

    Saludos en Cristo.

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  6. GASTÓN: Viviendo en una España en la que cada vez que aparece por ejemplo la mención del aniversario del viaje que hizo aquí uno de esos últimos 5 pontífices se produce un oceánico desbordamiento emotivo y ditirámbico sobre el "Papa Magno" que hace absolutamente incomprensible la situación eclesial porque si tan recientemente hemos tenido un "gran Papa" durante nada menos que 26 años ya me dirán Vds cómo hemos llegado a lo que hemos llegado -¡es que no hay quien lo entienda!- son muy de agradecer las 4 últimas lineas de este artículo. ¿Cómo no se dan cuenta de que si Juan Pablo II fue realmente un gran Papa esto no hay quien lo entienda?Y eso sí, creo que Don W. olvida el rasgo más vil, con diferencia, del papado bergogliano: el tenaz olvido de miles de mártires y de la actual persecución anticristiana

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  7. El tiempo me va confirmando que el peor de los últimos 5 papas fue Juan Pablo II. Pero hay algunos giles que lo siguen aclamando, incluso en grupos tradicionales. El motivo es que combatió al comunismo. De no creer

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    1. Yo de teología sé tanto como de medicina, cero al as, pero si usted dice que Juan Pablo II fue un Papa peor que Francisco, bueno..., creo que habría que darle el Premio Nobel de la Carcajada. Y creo que me quedo corto, gracias a usted nunca me reí tanto como esta mañana. Voy a tener un día bárbaro. Gracias de nuevo.

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    2. GASTÓN: No seré yo quien entre en la cuestión de cuál de los dos citados es mejor o peor pero lo que sí puedo decirle es que el 2º llegó donde está porque el 1º le firmó no uno sino 2 nombramientos, el de obispo y el de cardenal.

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    3. Estimado Gastón
      Tiene mucha razón en destacar que Bergoglio le debe a JPII haber llegado a obispo y cardenal, no hay duda que el polaco cometió muchos errores. Pero de ahí a deducir que fue peor Papa que Francisco, hay un trecho enorme.
      Me parece que si ponemos en el Debe y el Haber los aciertos y desaciertos de cada uno, habría que llamar a la policía porque el cuervo de Avenida La Plata está con la cuenta en rojo y le gana al polaco con la fusta abajo del brazo.
      Por muchísimo menos a Savonarola lo quemaron en la hoguera.

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    4. Bueno, también Juan Carlos llegó a rey porque le puso Franco. Uno no puede estar en todo.

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    5. Aporto un detalle en defensa de la iglesia medieval: a Savonarola no lo quemaron, lo ahorcaron, y posteriormente quemaron su cadàver.

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    6. Proby, justificar a Juan Pablo II con uno de los mayores errores de Franco no parece muy buena idea.

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  8. Yo no creo que Bergoglio desee o apoye el cisma de los alemanes.
    Simplemente, está intentando posponerlo, ralentizarlo, apostando a morirse él antes de que suceda para pasarle la papa caliente al sucesor.

    Un poco como Ménem vendiendo la acción de oro de YPF en 1999 para no tener que devaluar él como Brasil ese año, y poder aguantar sin que la situación explote hasta pasarle el gobierno al sucesor, o como Cristina vendiendo dólar futuro con el banco central quebrado para llegar en paz al fin de su mandato y dejarle todos los problemas al sucesor (que ella creía sería Scioli, no Macri, actúan así aún con los de su partido).

    Son las tácticas clásicas de la política argentina que el Papa conoce muy bien. Y esta conducta inmoral es admirada por muchos, lo llaman "tener cintura política". Los que no son argentinos a veces imaginan a un Bergoglio muy activo, pero más que eso, su principal actividad es hacer la plancha, posponer problemas, dejar que la mugre se acumule, con la esperanza de que su habilidad política le va a permitir que la bomba no le explote a él. Después de mi, el diluvio.

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  9. Ojalá los clérigos que ven el mal de Francisco también remontaran el río... en mi experiencia, hasta ahí llegan. Pegarle a Bergoglio es fácil. Pero hace falta mucho coraje para hacer la de Viganò y reconocer sencillamente que uno estuvo equivocado durante 50 años. Y sin eso, no llegamos a la raíz de los problemas.

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  10. No creo que este sea un pontificado digno de la más mínima franquicia; no me parece que lo fueran tampoco los de los últimos 60 años, por caso, responsables de poner las causas de estos desastres presentes. Más bien los veo a todos ellos como los sucesivos eslabones de una decadencia anunciada, que culmina con un masón de tomo y lomo (escuadra y compás, que embromar) como los porteños sabemos es el actual, sentado en el trono de Pedro. Un sujeto que alaba la homosexualidad, el feminismo, promvueve la desacralización permanente, envía besos a las madres de Plaza de Mayo y cosas cientas de esa laya, no lo hace sin un plan preconcebido, sin un propósito preliminar bien definido, y sin la plena conciencia de que lo que está haciendo es destruir el Papado, co-cimiento de la Iglesia de Cristo (gracias a Dios, no el único ni el principal, aunque eso creen y han creído siempre los masones: destrucción del Papado=destrucción de la Iglesia).
    Bergoglio es la catástrofe preparada -probable que fuera de modo inconsciente- por todos los papas desde 1960, al erigirse en autócratas de la Iglesia-institución mundana y promoviendo irresponsablemente a cualquier pelafustán a la dignidad episcopal, con el único deber de ser obsecuentes a Roma, aunque no sirvieran a Cristo, verdadera y única Cabeza de la Iglesia. ¿Quién nombró obispos a los alemanes disidentes ....? Sería una sorpresa saberlo. En fin: esta Iglesia aparente -no visible: aparente- que hoy conocemos, probablemente deje de existir por lo menos, tal cual la conocemos. Dicasterios, advéniats, autos, boato desmedido y cualesquier mundanidades es probable concluyan su vida útil (sí; fueron útiles durante centenares de años) sin pena, gloria o siquiera gratitud, para permitir el surgimiento de una Iglesia ... como Dios la quiera, que yo no sé cómo será, pero no será como ésta de ahora, la "conciliar", muchachista, chabacana, superficial y completamente heterodoxa.

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  11. GASTÓN a FUENTEOVEJUNA: Perdone Vd pero expresamente he dicho que no quiero entrar en comparaciones. No trato de comparar sino del hecho de que los 2 nombramientos que han colocado al porteño donde está se los debemos a JP II. Nada extraño porque no menos disparatado por parte de JP II fue su elogio público a Maciel, su beso no menos público al Corán, los actos interreligiosos de Asís, denigración de la Iglesia histórica y supongo -sólo supongo- que otros nombramientos tan aberrantes como el de Bergoglio. Y de nuevo le ruego me perdone pero lo de Savonarola, a quien no le mataron como Vd dice, está fuera de lugar aquí. El P. Huerga en la BAC tiene una excelente biografía del dominico que me permito recomendarle. Y a PROBY con respecto al nombramiento de Juan Carlos por parte de Franco le digo que tiene razón sólo que la tónica media de nombramientos de Franco no creo que coincida con la tónica media de JP II. Los elegidos por Franco para ministros eran con frecuencia ingenieros con nº 1 de su promoción, padres de familia numerosa, etc...¿Era este el caso de la calidad media de los nombramientos del papa polaco cuando todo indica que llegaba exhausto de aquellos viajes, cuya utilidad hoy podemos admirar, y firmaba lo que fuera que le ponían delante?

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  12. Óptimo artículo, estoy de acuerdo al 100%. "Buonasera buon pranzo" es providencial.
    Sobre Scola: aquí en Milán hay quienes dicen que había elegido León XIV como nombre. Inclusive la diócesis hasta hizo salir un comunicado congratulandose con él.

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  13. Óptimo artículo, estoy de acuerdo al 100%. "Buonasera buon pranzo" es providencial.
    Sobre Scola : aquí en Milán hay quienes dicen que había elegido León XIV como nombre. Y hasta que la diócesis había ya sacado un comunicado de felicitaciones.

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