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jueves, 16 de enero de 2025

Mons. Carlos Ponce de León, nuevo beato argentino en perspectiva

 


Pasó desapercibido. Una de las primeras resoluciones tomadas por Mons. Marcelo Colombo, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, pocos días después de asumido su cargo, fue nombrar una Comisión encargada de estudiar la vida, obra y muerte de Mons. Carlos Ponce de León, obispo de San Nicolás. Se trata, con toda certeza, de los primeros pasos para elevar a los altares a este obispo de izquierdas tal como se hizo hace algunos años con Mons. Enrique Angelleli.

Veamos el estado de la cuestión.


¿Quién fue Mons. Carlos Ponce de León?

Nació el 17 de marzo de 1914 en Navarro, provincia de Buenos Aires. Fue ordenado sacerdote en 1938. En 1966, fue designado obispo de San Nicolás de los Arroyos. Asumió el cargo en un contexto histórico complicado para la Argentina, caracterizado por gobiernos militares y una creciente polarización política. Desde su llegada, Ponce de León se destacó por adoptar una postura pastoral que priorizaba el diálogo con los sectores populares y la denuncia de las injusticias sociales; es decir, un obispo con olor a oveja.

Sin embargo, Mons. Ponce de León no fue solo un pastor preocupado por las injusticias sociales, sino también una figura polémica debido a su estrecha relación con movimientos políticos de izquierda, activistas radicales y figuras ligadas al terrorismo que asoló el país en aquellos años. Su vida y ministerio estuvieron profundamente marcados por su “defensa de los derechos humanos”, pero también por una clara inclinación hacia causas políticas asociadas al progresismo y, en algunos casos, a sectores radicales.

Manifestó abiertamente y en muchas ocasiones su simpatía por los postulados de la izquierda política. Este compromiso no se limitó a declaraciones teológicas o pastorales, sino que se tradujo en acciones concretas, como su respaldo a sacerdotes del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM) y su cercanía con militantes de organizaciones como Montoneros. Ponce de León no dudó en utilizar recursos de la Iglesia para apoyar a estos grupos. Por ejemplo, permitió que parroquias de su diócesis fueran utilizadas como refugio para activistas políticos perseguidos por las fuerzas de seguridad. Además, facilitó encuentros entre líderes sindicales y miembros de la Iglesia en busca de apoyo logístico y protección frente a las amenazas del gobierno militar.

Se le acusó de intermediar en operaciones para proteger a militantes montoneros, ayudándolos a escapar del país o a esconderse dentro de su jurisdicción. Un caso documentado es su participación en la entrega de documentación falsa a militantes de izquierda que buscaban evadir la persecución estatal. Estas acciones, aunque presentadas como humanitarias, fueron interpretadas por muchos como una muestra de su alineación con los objetivos de la guerrilla. Este tipo de hechos fueron documentados y presentados en la nunciatura, entre otros, por el Dr. Héctor Hernández, uno de los maestro del pensamiento católico argentino.

Por otro lado, Mons. Ponce de León no ocultó su respaldo a sacerdotes progresistas que desafiaban abiertamente las políticas del régimen militar y las estructuras conservadoras de la Iglesia. Entre ellos, se destacaron figuras como el padre Carlos Mugica, a quien Ponce de León defendió públicamente incluso cuando su activismo en favor de la lucha armada contra el gobierno constituido fue clara. En su diócesis, promovió el trabajo de sacerdotes comprometidos con la teología de la liberación, entre ellos una banda de salesianos altamente politizados.

Murió en un accidente automovilístico el 11 de julio de 1977 mientras se dirigía a Buenos Aires acompañado de un soldado conscripto.


El accidente

Ese día, Mons. Ponce de León viajaba desde San Nicolás a Buenos Aires conduciendo su automóvil, un pequeño Renault 4. Irónicamente, iba a visitar al hospital a un grupo de seminaristas que habían sufrido un accidente de tráfico y a entrevistarse con el Nuncio. Era un día de lluvia y una densa niebla cubría la ruta. A poco de salir, el automóvil fue envestido por una camioneta que venía detrás de un colectivo que, al intentar sobrepasarlo, provocó el accidente que le costó la vida al obispo. 

La camioneta, una Ford F100 último modelo, era conducida por Luis Antonio Martínez, acompañado por Carlos Bottini, ambos productores agropecuarios y empresarios de Entre Ríos. Bottini tenía su empresa, llamada Agripolo, ubicada a pocas cuadras de un batallón militar y, para peor, su hermano mayor era personal civil del Ejército. Estos hechos fueron suficiente para que la izquierda argentina, y algunos eclesiásticos, afirmarán que el accidente de Mons. Ponce de León había sido un atentado.

Pero esta postura deja al descubierto muchas debilidades. Veamos:

1. Si el Ejército había planificado un atentado contra el obispo, ¿por qué permitió que un soldado lo acompañara, poniendo en riesgo la vida de alguien de su propia tropa?

2. ¿Es creíble que los militares hayan convencido a dos empresarios para que provocaran un accidente de esa naturaleza, poniendo en riesgo sus propias vidas? Y, en todo caso, ¿por qué dos personas a bordo de la camioneta? ¿Tiene sentido incrementar inútilmente el número de autores del crimen?

3. ¿Los militares reclutaron también al conductor del colectivo de modo tal que en el lugar apropiado y cuando la niebla era más densa, mantuviera su marcha lenta a fin de permitir el accidente?

4. ¿Habrían sido tan osados los militares en provocar un atentado sobre el que podrían testimoniar numerosos testigos: el soldado, los pasajeros de la camioneta, el chofer y los pasajeros del colectivo?  Nada de esto parece verosímil. El accidente en el que murió Mons. Enrique Angelelli, al menos, no tuvo más que un lejano testigo.

Horacio Verbitsky, un asesino devenido periodista, dedica varias páginas al caso en el tomo IV de su Historia de la Iglesia Católica, y saca de la galera comentarios y dimes y diretes que nunca fueron probados porque era simplemente imposible hacerlo. Y, de paso, acusa del Dr. Héctor Hernández, que era defensor oficial, de haber ocultado el expediente ¡hasta 2004!


¿Qué pretende Mons. Marcelo Colombo?

Recordemos, en primer lugar, que fue Mons. Colombo durante su pontificado en La Rioja, quien llevó adelante la causa de beatificación de Mons. Enrique Angelleli. Tiene experiencia en pesquisar accidente de tránsito episcopales, siempre y cuando los epískopos sean de izquierdas. Al iniciar subrepticiamente los preliminares para una nueva causa de beatificación —la de Mons. Carlos Ponce de León— podemos proponer varias posibilidades, no excluyentes entre sí:

1. Mons. Colombo ha sido contratado por Luchemos por la vida. Asociación civil sin fines de lucro, a fin de concientizar sobre los peligros de manejar en las rutas argentinas y, en vez de pintar estrellas amarillas en el lugar de los accidentes fatales, elevar a los altares a las víctimas del clero muertos en esas trágicas circunstancias. Si así fuera, yo tengo una lista, bastante larga -lamentablemente-, de amigos sacerdotes que han muerto en tales dolorosas circunstancias. Y aprovecho la oportunidad para nombrar sólo a algunos de ellos y pedir a los lectores una oración por el descanso eterno de sus almas: P. Alejandro Laudadio (+1990), P. José Luis Ruani (+1993), y P. David Specchiale (+2024).

2. La intención es, sin más, beatificar a Mons. Ponce de León pero como será mucho más que imposible probar la heroicidad de las virtudes de este obispo, el presidente de la CEA ha optado por la vía rápida de declarar su martirio, dictaminando contra toda evidencia y contra a la doble investigación judicial realizada en 1977 y en 2004.

3. Mons. Marcelo Colombo está empeñado en proponer ejemplos de obispos virtuosos y buenos pastores a fin de edificar al clero y a los fieles. Sería éste un noble propósito, pero no veo el motivo de hacerlo con una figura tan controvertida como Mons. Ponce de León, habiendo en la historia episcopal argentina muchos y mejores ejemplos, varios de los cuales tienen abierta ya su causa de beatificación. Y recuerdo a Mons. José Américo Orzali (1863-1939), primer arzobispo de San Juan de Cuyo; Mons. Jorge Gottau (1917-1994), primer obispo de Añatuya y Mons. Pablo Cabrera (1848-1921), obispo auxiliar de Córdoba. Y, si las condiciones impuestas por Mons. Colombo exigen que el obispo haya muerto en accidente de tránsito, propongo comenzar por Mons. León Kruk (1926-1991), obispo de San Rafael, aunque sospecho que esta última idea no será de su agrado.

Me temo, sin embargo, que el afán beatificador de Colombo no terminará aquí sino que, una vez declarado el martirio de Ponce León, como hizo ya con Angelleli, le siga el de Mons. Alberto Devoto (1920-1984), obispo de Goya, tan de izquierdas como los anteriores y muerto también en un accidente de tránsito, aunque este caso le resultará más difícil porque su deceso se produjo cuando el país ya estaba felizmente en democracia. 


42 comentarios:

  1. Embestido, no *envestido ;)

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  2. Dicen que el "accidente" de Kruk puso muy contento a Don Buela, que fue otra señal del Dios altísimo para que siguieran con la obra.....

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    1. Por qué a Buela le convenía que Kurk muriese?

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    2. Yo creo más bien que los dolores de cabeza de Buela comenzaron ahí, con los sucesivos obispos que siguieron a la muerte de Mons. Kruk.

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  3. Embestido*

    R.I.P. otros dos curas fallecidos en sendos accidentes viales, en la misma ruta (la nacional 34), ambos párrocos en el mismo pueblo (Salto Grande y pueblos vecinos, en pcia. de Santa Fe): los pp. Félix Lépori (+1991) y Pablo Bruera (+2007).

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  4. No es solo Colombo, el es el ejecutor, ya hace tiempo se viene viendo la maniobra de la CEA y todo comenzó con Bergoglio al frente, estos siguen el camino y las órdenes de Pancho. Si llega a tiempo serán Ponce de Leon, De Nevares, Novak, Palomino, Musica y sigue la lista los próximo elevados a los. Antares. Dicen que entre las eliquias veremos fusiles Caseros y el capital.

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  5. Según el obispo Colombo, Nuestro Señor no debería haber sido crucificado por los soldados romanos, por órdenes de Poncio Pilato, bajo denuncia e instigación de la flor y nata del pueblo judío, sino atropellado por una caravana de dromedarios en el camino que iba de Jerusalén a Cafarnaum un día cualquiera mientras iba a visitar a sus amigos Marta, María y Lázaro. Entonces sí que hubiera sido una muerte martirial y popular, digna de representar a los pobres oprimidos por la injusticia social.

    Así de absurdo.

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    1. Aunque no lo creas, en el seminario de Mendoza intenté decir que Jesús habla sido asesinado por los judíos y me dijeron que aumentaba la grieta jajaja. Entones, lo judíos no tuvieron nada que ver jajaja

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  6. Es así como Usted dice. Pero agrego: a nadie le importan estos "santos". Quién pide la intercesión de Angelelli? Alguien cree sinceramente que está en el Cielo? Quien de las nuevas generaciones conoce a Mons. Romero? Quién hace votos a Juan Pablo II? La "fábrica de santos" produce mercadería que nadie consume. Luego, la mercadería vence y se tira al olvido. Está subsidiada por el Estado Vaticano. Solo así puede seguir produciendo lo que nadie reclama. Son los "santos"del establishment clerical.Nosotros, argentinos, sabemos cómo termina esto. Permítame la analogía, quizás un poco irreverente. Pero es así. Estos "santos" producidos a granel son una farsa. Algún día saltará la metida de pata que se mandaron con alguno. Y ese día, seguramente, pondrá fin a esta payasada. Mientras tanto, lo que los modernistas digan de Ponce de Leon, no les creo nada.

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    1. Se equivoca, se equivoca, se equivoca! Hay miles que le rezan a Escriva de Balaguer. Imagínese.
      Si esto sigue así no se espante de ver a Lizy Tigliani en los altares.

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    2. Bueno, Juan Pablo II sí que tiene club de fans, incluso entre mucha gente por lo demás muy fiel y sincera en su fe (más que la mayoría de los tradis)... Dios sabe cuántos niños fueron nombrados "Juan Pablo" por sus padres.
      Más allá de eso, esto de la "fábrica de santos" siempre me ha parecido como la idea del villano de la película animada "Los Increíbles", el cual quería desarrollar una tecnología que igualara los superpoderes por venganza, pero además quería forrarse de dinero con ella y, finalmente, distribuirla a todo el mundo; en palabras del personaje, la venganza quedaría consumada del siguiente modo: "cuando todos sean súper, ya nadie lo será".
      Y esto es un poco lo mismo, ¿no? Se rebaja tanto la canonización, las virtudes heroicas y los milagros, que ya a nadie le importa realmente, la veneración a los Santos se convierte en poco más que una elección de un ídolo como el jugador de fútbol o de cualquier deporte... y es que toda la Fe Católica se está reduciendo a eso, en definitiva, lo cual viene bien para el narcisismo de nuestra era.

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    3. Totalmente, son espectáculos para un teatro de butacas vacías. Por mí como si canonizan a Hebe de Bonafini.

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    4. Actualmente, salvo alguna abuelita nonagenaria, nadie pide la intercesión de los santos, sean nuevos o clásicos.

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  7. A este ritmo, el Dicasterio para la Causa de los Santos debería tener una delegación en el Automóvil Club.

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  8. Sin duda la causa de beatificación de Ponce de León es un calco de la de Angelelli, dos montoneros iguales. En caso de prosperar, Francisco lo beatificará con milagro incluido con la excusa de que fue asesinado "por odio a la fe" -una mentira monumental- como antes hizo con Angelelli.
    Sobre el caso del riojano, vale recordar que el único testigo que declaró en la causa dijo que al auto lo vio volcar por una mala maniobra, que no vio otra cosa. Pero de nada valió, Bergoglio lo quería beato y así lo hizo.
    Y si ahora Colombo impulsa la causa de Ponce de León como antes hizo con la de Angelelli, la culpa no la tiene la chancha sino el que le da de comer: este cuervo del barrio de Flores que ha perdido la fe -si es que alguna vez la tuvo- porque más que Papa de la Iglesia Católica parece papa de la iglesia del Anticristo de los últimos días.

    Fuenteovejuna

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  9. como están las cosas, los ortodoxos, coptos y armenios dirán que sus santos son mejores que los nuestros.

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    1. Qué quiere que le diga... entre San Serafín de Sarov y estos mártires automovilísticos la opción no es difícil...

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  10. ¨siga el de Mons. Alberto Devoto (1920-1984), obispo de Goya, tan de izquierdas como los anteriores y muerto también en un accidente de tránsito, aunque este caso le resultará más difícil porque su deceso se produjo cuando el país ya estaba felizmente en democracia¨.

    Difícil pero no. imposible, en esa época operaba la temible banda de Anìbal Gordon.


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  11. Otra perla negra de monseñor Colombo es la causa de beatificación del cura villero Macuca Llorens, impulsada por una supuesta Asociación Identidad y Dignidad de Mendoza con la que Colombo colaboró activamente recibiéndola en tres oportunidades siendo Arzobispo de la provincia.
    Macuca fue un cura jesuita que en los años '60 y junto a un grupo de gente humilde se puso a trabajar en un basural que primero se convirtió en un asentamiento precario y más tarde con la ayuda del gobierno provincial en el barrio San Martín donde hoy tiene una calle con su nombre y un monumento que recuerda su memoria.
    Macuca fue el creador de los Campamentos Universitarios de Trabajo (CUT) -una experiencia luego replicada en otras provincias- donde estudiantes de distintas universidades iban a ayudar a los pobres para salir de la miseria.
    Ese choque emocional ante tanta injusticia, en realidad escondían que se trataba de verdaderos cursos de politización donde a partir de los '70 salieron muchos jóvenes combatientes que se sumaron al ERP y Montoneros para poner bombas, asaltar bancos, camiones blindados, secuestrar ejecutivos para cobrar millonarios rescates y asesinar a mansalva con la bendición de estos curas y obispos convencidos de que Cristo vino al mundo para terminar con la injusticia social.
    Colombo siempre supo de esa historia oscura y aún así impulsó la causa de Macuca hacia los altares.
    Bergoglio también lo supo desde sus tiempos de Cardenal en Buenos Aires, así que en cuanto se calzó las sandalias de Pedro en ese mismo 2013 nombró a Colombo Obispo de La Rioja, en 2018 Arzobispo de Mendoza y en 2024 presidente de la CEA.
    La culpa entonces no la tiene la chancha, la tiene el que le da de comer en el chiquero.

    Fuenteovejuna

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    1. Gracias SR Fuenteovejuna
      Nose le escapa ninguna y siempre informando datos que los Progres no quieren que salga a la luz.
      Dios le Bendiga

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  12. Esto es tan absurdo que son capaces de beatificar a todas las ancianas de Plaza de Mayo, sean madres o abuelas,. Y en sus estampitas se verá junto a las imágines de estas mujeres, a un compungido Bergoglio, quitándose el sombrero ante ellas, por haber tenido hijos desaparecidos.
    Y recuérdese que él mismo afirmó que se quitaba el sombrero.

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  13. La Chancha no descansa, lo hacía en las Maldivas.
    Raro que este laburando a la Chancha.
    Seguiremos rezando por la conversión de la Chancha.
    En la ultima reunión se reían del traje, decían tené cuidado cuando hables con la chancha no vaya a ser cosa que te pegue un botonaso o con la Cruz cuando explote la camisa...

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  14. El Episcopado sigue empujando a la Iglesia Católica Argentina a marchas forzadas hacia la irrelevancia total. De esta canonización -si ocurriera- se podrá llegar a enterar algo así como el 3% de la población argenta, y le pude llegar a interesar a digamos el 0,01% (a algún cura, a alguna monja, a algún laico comprometido, a algún setentista nostálgico, y paremos de contar)...Entretanto acá -Conurba primer cordón- veo cada vez más templitos evangélicos.

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  15. Por Favor Don Wanderer, podría hacer un artículo sobre como el día de hoy fue Misericordiado el R.P Alejandro Gwerder, Sacerdote Excelente y de los mejores, incardinado en Mercedes-Luján, su delito "Supuesta desobendiencia" la oficina para el clero en Roma, dió Hoy su "Sentencia" , Indignante.

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    1. Si el se mantiene en obediencia y fomenta la unidad...sera un tiempo que le ayude a su crecimiento espiritual y crecerá en humildad. pero si sigue dando opiniones que no fomenten unidad...no solo que no lo ayudará en su crecimiento espiritual sino tampoco será de provecho para quienes lo escuchen.Que ore mucho, lea La Palabra, y a los pies del Señor opte por la humildad y obediencia.

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    2. Anónimo 9:57
      Su comentario revela, o un desconocimiento total del caso, o una hipocresía total.
      Póngase usted a orar y obrar en humildad.

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    3. 9:57, aplíquese Vd. su propio consejo, y sepa (si es que tiene un cerebro funcional) que la obediencia no ha sido ni será la cuarta virtud teologal, y que quien más habla de humildad es el que más carece de ella.

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    4. ¡Muchas gracias Don Wanderer! el P.Alejandro Gwerder gran sacerdote, que Dios sabra confortar a su Ministro fiel, y al comentario primero, creo que a los burros no hay responderles, ya lo decia el Estagirita ''Lo evidente no merece respuesta''.
      Chirstus Vincit+++

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    5. para el A. de 09:57. No se da cuenta Usted de que le aplicaron la pena máxima, la pena de muerte. ésta no es una pena remedial, para que se corrija en alguna falta. Es la extinción. Los cadáveres no recapacitan y vuelven mejorados. Salvo que Usted piense en la reencarnación, que no sería raro.

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    6. Hay penas que no son válidas porque son abusos de autoridad como fijo un santo dominico.

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  16. Monseñor Sueldo, obispo de Santiago del Estero, también falleció en un accidente de tránsito. No eran los militares, pero estaba Menem...

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  17. Aprovecharía para plantear un asunto, con permiso de ustedes. Tengo entendido que los procesos canónicos, al menos a partir de la canonización de sujeto y su inscripción en el Catálogo de los Santos, se consideran protegidos por la infalibilidad papal. Pero hace ya tiempo que adquieren la condición de santos, personajes que, como mínimo, suscitan grandes dudas; frecuentemente han muerto hace no mucho y sus andanzas personales son conocidas al dedillo, pueden haber tenido comportamientos cuestionables, por decirlo con moderación y, en ocasiones, con el tiempo van surgiendo datos que hacen pensar en procesos canónicos mal instruidos, efectuados sobre documentación sesgada, incompleta, o poco rigurosa. No voy a decir que una persona que suba a los altares por procedimientos aparentemente cuestionables no haya, ya en el momento de su canonización, purgado sus pecados y, por tanto, no sea Santo en presencia de Dios. Pero eso sería como todo el que se salva y goza del Señor por su misericordia, sin tener esa cualidad de ejemplo a seguir que se esperaría de alguien de quien la Iglesia autoriza su culto. La cuestión es: ¿Se puede pensar que la infalibilidad que protege el acto papal, ejercitada sobre los resultados de un proceso riguroso como, según tengo entendido, fijó Benedicto XIV, sigue protegiendo las actuales canonizaciones que, desde las modificaciones introducidas por Juan Pablo II pueden quedar (y quedan) al albur de las decisiones personales del papa, que decide qué normas se aplican y cuales no, si se requiere milagro o no se requiere y, por lo que se ve, si el sujeto canonizable es mártir, virgen o confesor, según convenga? Porque me parecería que la infalibilidad, así entendida, se parece más a una función propia de un oráculo o del chamán de la tribu y no a lo que se entendería por infalibilidad papal. ¿Estamos hablando de canonizaciones de otro orden, por decirlo claramente, abiertas a cuestionamiento legítimo?¿Santos de no tomarse muy en serio?¿De cultos reversibles, como le pasó al pobre San Jorge y otros tantos, descatalogados por Paulo VI por no cumplir los estándares que el mismo pontífice fijó, aunque llevasen encima siglos de devoción? Como soy católico a nivel usuario y no tengo idea de cánones, puedo haber enhebrado una sarta de despropósitos, pero en cualquier caso, agradecería que alguien con conocimiento del asunto me pudiera aclarar el panorama... Más que nada, por saber a qué atenerme. Mil gracias.

    JM

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    1. Nunca hubo consenso absoluto sobre si las canonizaciones caen bajo el carisma de infalibilidad o no.
      Antiguamente, la opinión mayoritaria era que sí, y había mucha confianza en el proceso mismo, el cual era minucioso, hasta por demás (particularmente la figura del Defensor Fidei más conocida como "abogado del diablo" que le buscaba el pelo al huevo de cualquier posible objeción). Juan Pablo II tiró todo eso por la borda, y por eso se habla ahora de la "fábrica de santos", con lo cual, el proceso que antes era motivo de confianza en la infalibilidad, ahora es lo contrario.
      Además, la eliminación y/u ocultamiento de algunos Santos considerados "legendarios" y por tanto no reales, por parte de los Papas posconciliares, arroja otra sombra sobre el asunto.
      Ergo, si a usted le proponen un Santo que usted sabe que no es tan ejemplar como parece, ignórelo y acuda a Santos "probados", digamos. Pero hágalo con prudencia, no vaya a exagerar fanáticamente como los sedevacantistas y otros que cortan el nudo gordiano para "hacer la fácil".

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    2. A mi entender, si la función del magisterio está vinculada al depósito de la fe, no se ve que las canonizaciones impliquen magisterio infalible, porque "x está en el cielo" no es una proposición ni explícita ni implícitamente contenida en la Revelación.

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    3. Redoblo la apuesta y pregunto: siendo que no está definido ni hay consenso respecto a si las canonizaciones integran el depósito de la fe ¿podría decirse lo mismo del culto a los santos en su conjunto? Excluyendo desde ya a la Bienaventurada Virgen María, por supuesto.

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    4. Estimado Birlibirloque.
      El culto a los Santos es parte integral de la Fe Católica, de modo que ha de considerarse definido. Si no estoy mal encaminado, la herejía que rechaza la veneración a los Santos es la iconoclasia, y fue condenada en el siglo VIII.

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    5. Gracias por la aclaración. Abrazo fraterno.

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    6. Muchas gracias por su aclaración, don Andrés. Mi pregunta tenía una finalidad meramente teórica, no albergo intención de organizar un expurgo del santoral, ni siquiera a título privado. A esos efectos, allá cada cual con sus devociones. Pero sí me interesaba saber, y eso me lo ha dejado usted muy claro, hasta qué punto se había implicado en las canonizaciones el carisma de la infalibilidad pontificia, porque podría parecer un tanto comprometido en determinados casos concretos. Ya veo que, a pesar de algunas afirmaciones tajantes en sentido afirmativo (tajantes e interesadas, lógicamente, en la promoción de tal o cual culto), el asunto nunca estuvo cerrado y sobre él nunca hubo, como usted dice, consenso absoluto.

      JM

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  18. En el caso que nos ocupa, si van a investigar su vida no tiene sentido plantearse la causa de canonización. Otra cosa es si van por la vía del martirio, porque éste limpia todo. Pero no parece que tenga verosimilitud lo del atentado. Mons. Ponce era imprudente en el manejo automovilístico. Le gustaba correr y no perder tiempo en la ruta.

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  19. Se le ve la pata a la sota. ¿No es demasiado evidente que, una vez allanado el camino para perseguir sus propósitos, Mons. Colombo lo volvería a hacer? Le salió bien con Angelelli, ¿por qué no insistir por el mismo camino en el caso de Ponce de León? Me pregunto: ¿por qué poner en evidencia el discutible testimonio de un clero, que como en los casos de Angelelli y Ponce de León, están abiertamente comprometidos con la criminal causa de la revolución marxista de los años ’70? ¿O acaso los muchachitos que amenazaban, mataban, robaban, saqueaban, y ponían bombas por doquier a todo lo largo y ancho del país, eran inocentes chicos de comunión diaria? ¿Por qué, sin negar los excesos cometidos durante la represión de la subversión marxista, los documentos eclesiales no hacen una clara observación crítica respecto del escandaloso proceder de tantos sacerdotes y obispos que, sin miramiento alguno, apadrinaban o empujaban, sin más, a la juventud a la lucha armada en contra de la misma sociedad argentina? ¿En manos de quiénes está la Iglesia hoy?
    ¡Señor ten misericordia de nosotros!
    ¡Con Dios! ¡Alabado sea Jesucristo!

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