Sí, contemplemos a Cristo, nuestro precursor, capitán y autor de nuestra salud, en camino hacia el Calvario. Ha pasado la noche, esa noche-crisol, visitación de Yahvé, “fuego devorador” para quienquiera que haya llevado con angustia la cuenta de aquellas interminables horas. Y sin embargo, aquella noche tampoco ha carecido de júbilo festivo, ni se ha ausentado el amor: el lavado de los pies, la inefable Eucaristía, la Gran Colecta pontifical del Viernes Santo¾¾porque, no lo olvidemos, la jornada litúrgica se inicia la víspera con el crepúsculo del día anterior¾¾todos los misterios de la suprema dilección atestiguan acerca de esta alegría manifestada en el Umbral de las lágrimas de sangre.
Frank-Duquesne
Jack Toller ha colgado en su página el texto completo de Júbilo de Jesucristo, de Frank-Duquesne, una excelente y apropiada meditación para "leer en familia" el Viernes Santo. Son sólo 22 páginas, y valen la pena.
(Inexistencia de piedad sansulpiciana garantizada)
Estimado Wanderer; es un poco tarde, pero usted prometió (cuando el post sobre Ostrov) que dedicaría un post a esa peliculita hollywoodense "La Pasión" según Mel Gibson. Me interesaría conocer su opinión.
ResponderEliminarDesde ya, muchas gracias.
The Seafarer