Páginas

lunes, 17 de julio de 2023

La llama de la esperanza

 


Hablábamos la semana pasada sobre la aceleración del mal y la herejía que estamos viendo en la Iglesia. Es verdad que, por ejemplo, los conceptos que el papa Francisco escribió en la carta que acompañó el nombramiento de Mons. Víctor Fernández en Doctrina de la Fe, y que el neoprefecto se ha encargado de propalar por todo el mundo, ya habían sido dichos con palabras muy similares por el papa Juan XXIII, y que ese dicasterio había sido desmantelado por Pablo VI (el cardenal Ottaviani, prefecto de esa Congregación dijo en esa ocasión: «Soy un general que ya no lucha y a quien se le llama director»). Es la misma luna que comenzó a iluminar a la Iglesia hace sesenta años la que la sigue iluminando ahora. Sin embargo, ha cambiado la tonalidad y la intensidad de esa luz fría. Ahora, con el papa Francisco, todo es más brutal, despiadado, cruel y desfachatado. Cuando en 1968 Pablo VI decidió desplazar al fiero guardián de la ortodoxia que era Ottaviani, nombró en su lugar al cardenal croata Fanjo Seper, que no era precisamente un tradicionalista, pero que tenía las condiciones necesarias para ocupar el cargo. El nombramiento de Tucho Fernández es una vergonzosa desfachatez que sólo puede permitirse un pontífice como Bergoglio. 

Estos movimientos, sumados al nombramiento de los nuevos cardenales, ha sumido a muchos católicos en tristeza y desánimo. Basta leer los sitios católicos —no necesariamente tradicionalistas— del mundo entero (por ejemplo, esta columna del siempre mesurado Bruno Moreno, de Espada de doble filo). Hay que decir que, en principio, es un buen signo, pues indica que nos importa la Iglesia y que sufrimos por ella. Muy mal estaría que nos diera lo mismo que un puesto tan importante como el discasterio encargado de la custodia de la doctrina católica estuviera ocupado por un fantoche; o que el nuevo cardenal portugués afirme que no está interesado en convertir a los jóvenes a Cristo. El problema, en todo caso, es que aparezca aquello que San Juan Damasceno llamaba tristitia agravans, una tristeza que va hundiéndose por su peso cada vez mayor en el alma del hombre y a la que después es muy difícil expulsar. 

Claro que para poder detener el hundimiento en esta suerte de arenas movedizas de la tristeza y el tedio, necesitamos agarrarnos —sí, con garras— de algo, de un sostén que puede evitar que nos sigamos sumergiendo. En otras palabras, necesitamos sostener la esperanza. Y en este punto, creo que pueden venir bien algunas reflexiones. En primer lugar, a partir de la literatura. Tolkien, en El Señor de los anillos, nos muestra una comarca y un mundo que vivían despreocupados, festejando cumpleaños, bebiendo cerveza y fumando pipas tras pipas. Sin embargo, el mal se preparaba para invadirlo todo. Algunos eran conscientes de la amenaza que se cernía y que poco a poco iba avanzando; pero parecía que ya nada podía hacerse, más que resignarse a los hechos y dedicarse a llorar por lo perdido. Y, sin embargo, de un modo misterioso e inesperado apareció Aragorn, el rey que vuelve a tomar posesión de lo que es suyo y que le había sido arrebatado. Y pudo hacer lo que hizo porque detrás de él, con un peso insoportable sobre sus espaldas, subía Frodo las alturas de la montaña del mal a fin de destruir el anillo.

Esta referencia a Tolkien no es un capricho literario. Los grandes cambios de la humanidad —para bien o para mal—, son obra de una sola persona, y no de sistemas o instituciones. San John Henry Newman lo pone en estos términos: «No hay sistema que haya llevado a cabo una obra grande, al revés, sí: los sistemas surgen del esfuerzo de individuos concretos. Lutero fue un individuo. Las mismas faltas de un individuo concitan la atención, él sale perdiendo, pero su causa gana (si es buena, y él es de miras amplias). Así van las cosas, promovemos la verdad a base del sacrificio propio» (Apologia pro vita sua, c. I.). Sin Lutero no habría existido la Reforma tal como la conocemos, y sin Lenin no habría sucedido la Revolución Rusa. Y al revés, sin San Bernardo no se habría configurado la Europa del esplendor medieval, sin Juan Sobieski los turcos habrían invadido Europa y sin Isabel de Castilla, América no sería lo que es. Una sola persona fue suficiente para cambiar la suerte de países y de continentes enteros. Y no siempre ocuparon puestos de relumbrón: un monje vestido de sayal blanco, un marginal príncipe polaco o una muchachita a la que le cayó encima la corona de unas áridas tierras españolas. Eso fue suficiente para que Dios cambiara la historia de los hombres.

Y en uno de sus sermones parroquiales, continúa Newman [agradezco a la condesa Rostova por recordar la cita]:  

Las personas no religiosas no pueden saber nada sobre los santos escondidos. Y nadie, practique o no la religión, puede descubrirlos sin estudiarlos muy atentamente.

Ellos solos bastan para llevar adelante la obra silenciosa de Dios. Así fueron los apóstoles; y en cada generación pueden nombrarse otros que les sucedieron en la santidad. 

Son ellos quienes comunican la luz a cierto número de astros inferiores, que la distribuyen a su vez por todo el mundo. Los focos principales de esa luz quedan fuera del alcance de la mirada, incluso de la mayoría de los cristianos sinceros; del mismo modo que no se ve al Autor de la Luz y la Verdad, del que procede todo bien.

Un puñado de hombres, con una gracia sublime, rescatarán al mundo durante los próximos siglos. Estos hombres son puestos en su atalaya, como lo fue el profeta, y encienden sus faros en las cumbres.  

Cada uno recibe la llama sagrada y luego se la pasa a otro, reponiendo sus carbones y ajustándolos mejor si cabe para que siga tan brillante como cuando llegó a sus manos.

Y así, el mismo fuego que se encendió en el monte Moria, aunque parezca a veces que se apaga, se ha mantenido incólume hasta llegar a nuestras manos, y confiamos en que ellos lo mantendrán vivo hasta el final.

No sabemos en qué lugar está oculto ese santo, ese hombre de la Providencia que podría disipar las nieblas que cubren hoy a la Iglesia. Es verdad que puede ser que estemos viviendo los tiempos postreros, o que seamos nosotros los encargados de mantener las hogueras encendidas en medio de años y décadas de tinieblas, y que no aparezca ya hombre alguno, sino que sea el Hijo el Hombre quien regrese en gloria y majestad. No lo sabemos. Pero sea una posibilidad o sea la otra, lo cierto es que aún es tiempo para mantener la llama de la esperanza encendida. 

35 comentarios:

  1. Romanos 8,24: " In spe,salvi"

    ResponderEliminar
  2. Ahora si!!!!!!
    Arriba los corazones que la batalla ya esta ganada!
    Xristos voskres!!!!!


    ResponderEliminar
  3. Para mí está claro que los hay. Todavía no veo a ese capitán "completo", digámoslo así. Pero sí hay guías. Lo son para mí, Schneider y Viganò. Y todos los curas que le siguen y escuchan a ellos dos.
    Es mi opinión.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En el capítulo 11 del Apocalipsis, se habla de los dos testigos que vendrán antes de la venida de Nuestro Señor Jesucristo.
      Se cree que son Elías y Enoc.

      Eliminar
  4. Bergoglio es jesuita, formado por jesuitas con ideología jesuita (arrupismo es más exacto )

    Entonces el problema no es Bergoglio, sino esa organización política.

    No hay que olvidar que Bergoglio, como todos los que hubo antes que él y todos los que vendrán, tiene los días contados, pero los malvados jesuitas, no.

    ResponderEliminar
  5. "Estos hombres son puestos en su atalaya, como lo fue el profeta, y encienden sus faros en las cumbres".
    Dicho sermón me recuerda a un viejo Arzobispo, que al borde de su retiro prefirió el escarnio publico, prefirió "quemarse" antes que abandonar lo que hay de Sagrado en la Iglesia. Dicho clérigo, maltratado y catalogado de extremista, cerrado, intransigente, etc (algo común en la jerga periodística), fue de los pocos -¡poquísimos!- que se atrevieron a levantar la voz contra la tormenta de desacralización que significó el CVII y, por se necesario, atrincherarse alrededor de la Esposa de Cristo. Hoy, aun cuando sus predicciones se encuentran casi totalmente consumadas, su memoria sigue siendo tratada con resquemor, pero mucho de sus críticos se han tenido que refugiar en la Fraternidad fundada por él.
    Gracias a ese esfuerzo, hoy tenemos un lugar donde se puede mantener la Llama de la Esperanza y de lo Sagrado. Por el contrario, los moderados, los tibios (¿los conservadores?) no han sido más que cómplices en todo este desastre; si ahora se hacen los arrepentidos, es solo por miedo y conveniencia, y hay que mantenerlos a una saludable distancia.

    ResponderEliminar
  6. Hoy la luna que ilumina a la Iglesia está en cuarto menguante y con el Sínodo de octubre pronto entrará en la noche oscura de la luna nueva, porque tal como anunció la Virgen de La Salette, en esos días "sólo la fe vivirá".
    Aún así, si San Pablo dice en su Carta a los Romanos que "esperando contra toda esperanza fue que Abraham creyó y llegó a ser padre de muchas naciones", nosotros no sólo debemos conservar la fe, también aferrarnos como nunca a nuestra esperanza contra toda esperanza, porque como bien nos advirtió Nuestro Señor en Mateo 24:13, sólo "el que persevere hasta el fin se salvará".
    En cuanto a que el día en que se cumplirán todas las profecías llegará con la Segunda Venida del Señor o bien con la aparición inexplicable de un "santo oculto, un hombre de la Providencia", eso me recuerda la vieja profecía de Bug de Milas -muerto en olor de santidad- cuando dijo que el Tajo parirá un Gran Guerrero valiente como el Cid y religioso como el tercer Fernando que derrotará al enemigo formidable y llevará la Cruz hasta las márgenes del Volga, iniciando así una era de esplendor espiritual que hará la felicidad de todo el género humano.
    Es cierto que hoy parece imposible que esta España que ha perdido la fe pueda ser capaz de dar lugar a semejante prodigio, pero visto el sacrificio sin par de la España católica y la sangre generosa de sus mártires derramada al servicio de la Iglesia, si hoy Dios quisiera premiarla con el Gran Guerrero del Tajo que nos devolverá la fe perdida, ¿quién podrá impedirlo?

    Fuenteovejuna

    ResponderEliminar
  7. No.
    Era mucho más acorde con la realidad y los tiempos que corren, el post inmediatamente anterior. Allí se preguntaba "¿Nosotros, que haremos?". Era mucho, muchísimo, más realista.
    Lo demás son especulaciones humanas.

    La verdad es que hay un concepto en las SSEE. Que habla de LA ABOMINACION DESOLADORA EN EL LUGAR SANTO.

    Todavía no se ha llegado a la consumación plena de dicho concepto, que además, representa una situación tal que resulta ser completamente inimaginable, incluso hoy en día, y a pesar de los desastrosos momentos ya vividos y que pareciera imposible que todo se ponga peor . Pero, se va a poner peor mucho mayor confusión, mucha soledad, mucha más oscuridad .

    Aunque pueda sonar tremebundo, y producto de una visión pesimista, les aseguro que es todo lo contrario.

    ¿Acaso mintió el Señor cuando profetizó que al momento de su retorno no habría Fe sobre la tierra? Pues. No la habrá, entonces. Lo que quede, será oculto. Invisible a los ojos de la gente. Catacumbal, si se me permite el término.
    Y muchos perderán la fe ante ese panorama o situación . La fe sola vivirá.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nuestro Señor no dijo que no habrá fe. En todo caso se interpreta como lo siguiente que usted dice, que habrá poca y será oculta, incluso en medio de una multitud que crea tener fe y no la tenga.
      La Fe sobrenatural no sobreviva sola, siempre con la Esperanza y la Caridad.
      Y eso hasta la consumación. Luego Fe y Esperanza cederán su lugar y sólo habrá Caridad.

      Eliminar
  8. Quiero compartir un pensamiento que me llamo la atención.
    De un pueblo perdido llamado provo en el estado Mormon de Utah, saldria productora Ángel studios a distribuir la película sonido de libertad.
    Cuando uno piensa que todo está perdido en el cine , Dios les moja la oreja a los satanistas de Hollywood.
    Algo análogo puede surgir en la iglesia, algún movimiento que llame a la Resistencia, mí opinión es que es imposible la restauración de la Cristiandad, pero si de la Resistencia organizada y el refugio seguro de la familia.
    Dios tiene la última palabra.


    ResponderEliminar
  9. Don Wanderer, muchas gracias por su columna. Solo una acotación, que no contradice en nada lo dicho, pero que ayuda a tener una mirada mas esperanzadora: la dimensión escatológica de la Historia y de la Iglesia. Nosotros sabemos que hay una crisis gigantesca en la Iglesia, que sus enemigos no están ya afuera sino adentro; pero tenemos, si somos hombres de fe, el consuelo de que "las puertas del infierno nunca prevalecerán" contra Ella. Nosotros sabemos que en los últimos tiempos será la segunda venida, se hará justicia, se separará el trigo de la cizaña y serán aplastados los enemigos de la Iglesia. Esto que, a pesar de que se repita mucho, muchas veces no se toma lo suficientemente en serio en ciertos ambientes tradicionalistas. No estoy diciendo que usted, don Wanderer, peque de desesperanza, ni mucho menos. Lo que digo es que a veces hay que recordar "en nuestras filas" que el triunfo final le pertenece a Cristo y a su Iglesia. No nos corresponde saber cuándo será esto, pero sí nos corresponder nunca abandonar las esperanzas.

    ResponderEliminar
  10. Esperanza! Gracias! Pero que misterio el que artículos como éste aún sean escritos cuando el 95 / por ciento de los fieles no se plantean ni por asomo estos problemas para nosotros existenciales. De mañana trabajo en una institución católica y de noche leo The Wanderer. El cortocircuito es absoluto: ¿cuál de los dos mundos es el verdadero? El de la mañana es rosadito, esperanzador, ajeno a cualquier conflicto de fe o curial. Viven de una iglesia de la alegría, en buena fe, donde trabajo rodeado de gentes generosas y algunas religiosas muy piadosas. Se respira virtud y paz. Qué misterio Mi Señor!!!!¡

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hachece, no ha pasado nada hasta que pasa. Si es verdad que el sínodo va a aprobar la bendición de uniones de homosexuales o algo así, toda parroquia del planeta deberá sentar posición ante eso, a favor o en contra. Es como la guerra, si un país entra en guerra con conscriptos, termina afectando también a las aldeas más lejanas y pacíficas.
      Es por eso que me cuesta creer que ocurra lo que se dice del sínodo. Pero muchos al parecer lo dan por seguro. Tal vez termina ocurriendo como con la aprobación de la contracepción que todos daban por seguro y fue rechazada sorpresivamente. Pero es Francisco capaz de un nuevo Humanae Vitae que sorprenda a los progres?

      Eliminar
  11. “In the end the Shadow was only a small and passing thing: there was light and high beauty for ever beyond its reach.” (J. R. R. Tolkien, The Return of the King.)

    ResponderEliminar
  12. Hubo un "sistema" que fue fantástico y a pesar de las miserias de sus hombres: El Imperio Romano. Es en el orden natural, pero fue fabuloso.
    A veces los sistemas sirven y mucho. Las personas importantes de la historia también dejan sistemas organizados para la posteridad. Se ha nombrado a Isabel la Católica: su legado permitió que existieran las leyes de Indias por ejemplo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El Imperio romano fue fabuloso como modelo geopolítico expansivo. Y en su legado jurídico y quizá en lo cultural. En todo lo demás fue terrible.
      Es apabullante el romanticismo que algunos hacen de algunas épocas.
      En cualquier caso el verdadero cimiento cultural, filosófico y geopolítico de Occidente es Grecia, específicamente durante el Imperio de Alejandro.

      Eliminar
    2. Coincido con su idea de la romantización de la historia.

      Eliminar
    3. Estoy de acuerdo con lo contestado ... Pero era un buen "sistema". A eso iba el comentario. No hay Roma sin Grecia, por supuesto.

      Eliminar
    4. Aunque sea torpe especular con el diario del día después nada impide señalar que Roma hubiese existido sin Grecia. Una no quita la otra. En todo caso algunas cuestiones hubiesen faltado de la romanización..... pero de ahí no se desprende que la una se deba a la otra.

      Eliminar
  13. Gracias. El texto respira mirada sobrenatural, sin la cual, todo se oscurece, y con la cual, todo se alumbra. Mas que nunca, necesitamos de esas lecturas, estar en contacto con un Newman, con un Agustin, cono una Santa Catalina, Santa Teresa o Teresita, o Santo Tomás, es decir, con los santos. Necesitamos también de las Sagradas escrituras, diariamente. Porque nos recrea el alma, nos da visión sobrenatural amplia. También la literatura, es cierto, la buena, da respiro y refresca el alma. Y la oración y los sacramentos bien preparados y recibidos. A tener cuidado con las noticias diarias, controversias, análisis de la debacle y demás cosas, todas necesarias sin duda, pero a las que hay que acercarse fortalecidos por las otras anteriormente mencionadas y primeras sin duda en orden de importancia. Mantengamos la llama viva. Lo tomo.

    ResponderEliminar
  14. De lo que hay que agarrarse y nunca soltarse es de la gracia.
    Acoger la Palabra, recibir la Eucaristía, confesar los pecados, hacerse ofrenda, interceder por los demás y por el mundo, crecer en el deseo de estar más y más cerca de Dios y cultivar una íntima amistad con Jesús, apoyados por la presencia intercesora de María, los Ángeles y los santos y con la fuerza arrolladora del Espíritu Santo, compartiendo sus dones en provecho de nuestros hermanos.
    Y de lo que Dios haga con nosotros tal vez el mundo quizá crea. De todo lo demás Dios se encarga.

    ResponderEliminar
  15. Acaba de aparecer el filme “Sound of freedom”
    Obra hecha por católicos en serio como Caviezel y Verastegui…
    El viento sopla, hay que confiar.

    Richard

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto, y según parece, algunos no católicos defienden mejor a la Iglesia que los herejes atrincherados en Roma. Donald Trump -por ejemplo- a quien el "católico" Joe Biden se afana por encarcelar porque según él es un peligro para la democracia, acaba de invitar a Mel Gibson y otros católicos comprometidos a ver Sound of Freedom en su campo de golf en Florida, una película que desnuda las miserias sin fin de la pedofilia, cosa que Biden -paladín del aborto y la homosexualidad- podría aceptar visto los esfuerzos de organismos internacionales como la ONU y la OMS que ya tienen en carpeta varios proyectos para legalizar la pedofilia como un "derecho inalienable" de los niños a vivir plenamente su vida sexual.
      ¿Dijo algo Roma sobre los peligros que entrañan esos proyectos a los que sin duda el mundo pronto les encontrará la vuelta para legalizar? Yo no leí ni escuché nada, pero apuesto una cosa, cuando esté todo consumado y la pedofilia legal sea una realidad, Roma exclamará: ¡Oh, qué barbaridad! Y listo, con eso cumplió.

      Fuenteovejuna

      Eliminar
    2. Existieron otros grandisimos Directores de cine catolicos como Robert Bresson, quien entte otras genialidades hizo "Diario de un curar rural" Version del famoso libro de Bernanos. Y otro film profetico y extraordinario "El diablo, probablemente"
      Tambien esta el genial Andrej Tarkovski, un martir, un santo.
      Ortodoxo, pero gracias a el recupere la fe. Y conoci a un martir del estado sovietico, de una vida tristisima pero entregada a Dios el gran Pavel Florenski. Esa si que fue gente de fe, probada en la tortura qje el regimen impuso.Y nunca renegaron de Dios y de Nuestro Señor. Y murieron en su manos.
      Si queremos ver lo que sigue hariamos bien en ver las cosas que hizo el estado Sovietico. Esas cosaa nos esperan a nosotros.

      Eliminar
    3. John Ford, aunque no era muy practicante, como buen irlandés era católico. Hay toques católicos en su obra, pero la película que se recomienda a este respecto es "El Fugitivo", basada en la novela de Graham Green "el Poder y la Gloria", que es la historia de un sacerdote durante la persecución católica en México.

      Martin Scorsese, norteamericano de origen italiano, fue durante un año novicio jesuita. Rodó la película "Silencio", basada en el libro de Shusaku Endo del mismo título y que cuenta la historia de la apostasía de un jesuita en Japón durante las persecuciones anticatólicas de Tokugawa, ayudado por los holandeses, tras la rebelión Shimabara en el s. XVII (la película no fue bien recibida por los católicos japoneses)

      Eliminar
  16. Algo bueno que ha traído este penoso y vergonzoso pontificado es que muchos se dan cuenta del desastre que supuso el CVII, y que lo reivindiquen más quienes más cercanos son a este papa más nos ayuda a marcar distancias a los buenos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente estos bergoglistas y sus socios jesuitas están haciendo bueno el Concilio de Trento.

      El Concilio Vaticano II ha sido un desastre total que ésta destruyendo la Iglesia de Cristo sin traer nada a cambio, porque ni hay más santidad ni hay más fieles. Muy al contrario.

      A este respecto Bergoglio es como un quiste de pus maloliente que acabará reventando, esparciendo su podredumbre cangrenosa; pero que una vez fuera y limpio se cerrará y curará solo. Solo así el Cuerpo Místico de Cristo podrá retornar a la normalidad

      Para mayor gloria de Dios, naturalmente, y la salvación de Su Pueblo.

      Eliminar
  17. OFF TOPIC (pero de interés para muchos de acá). Excelente noticia:

    Peter Kwasniewski anunció que, junto a TAN Books y Os Justi Press, llegó a un acuerdo con UNA VOCE ARGENTINA para la realización de una edición argentina de su libro EL RITO ROMANO a un precio más accesible que la edición estadounidense en español.

    ResponderEliminar
  18. Si nosotros queremos saber lo que nos espera. Tenemos que alentar una profunda esperanza. Nos espera el martirio, por Nuestro Señor.
    En formaa sutiles o en formas crueles, de caracter mas tosco.
    Otras opciones mas sutiles: la difamacion, la censura, la persecucion y muchas otraa opciones. Para nosotroa esa es una gran esperanza.
    Que vengan ya, a buscarnos.
    Por ejemplo mi Padre ejercio la Medicina y jamas avalo el aborto. Era ateo y me dijo un dia; Hijo, no sigas mis pasos como medico. Llegara el dia que te van a obligar a practicar abortos.Y ese dia si el aborto se hace legal, abandonare la medicina.
    Estudie Psicologia, pero en el camino tuve profesores como Caponetto o Komar. Mi fe no se perdio. Mi Madre logro que mi Padre se convierta a los 60 años y ejercio la medicina hasta los 80 y tuve que velarlo vestido de Doctor en su consultorio, por lo mucho que lo queria la genre.
    Me dedique a familias, niñez y adolescencia.
    Ya perdi la cuenta larga de casos en los que me opuse y frene abortos, convenciendo a familias y oacienres y pidiendole al Swñor de ridillas que no lo hicieran.
    Ya siento que pronto me haran juicios y me perseguiran por mi labor. Me sacaran el tirulo o quizas me demanden economicamente.
    Ya hay colegas que lo vivieron.
    Pero puedo traicionar la fe que mi Madre me enseño?
    Puedo ir en contra del Señor?
    Seria mi condenacion.
    Yo veo que estos curaa de hoy dia solo buscan salvar el pellejo.
    El problema es que no saban lo que les espera despues.
    Y el daño que hacen a la juventud y a los fieles y a la Iglesia.
    Hay que orar y entregar al Señor cada dia todo esto que nos agobia y ese agobio se volvera Esperanza que bos dara la fuerza para pasar las pruebas.
    Hasta que El Señor diga. El buen combate se ha de dar. El nos sotiene y nos ama.



    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buen testimonio. Dios lo conserve leal hasta el final.

      Eliminar
  19. Coincido -oh inveterado vicio- con Wanderer y Newman

    ResponderEliminar