por Mons. Salvatore Cordileone, arzobispo de San Francisco (USA).
Cuando la Catedral de Notre Dame de París estalló en llamas el 15 de abril de 2019, el mundo entero se unió para llorar la pérdida de una gran belleza antigua y sagrada que conmovió los corazones y las almas, incluso más allá de los católicos que rezan allí y los católicos de todo el mundo.
Me impresionó aquel fenómeno entonces, y me impresiona en cierto modo un fenómeno similar que se está produciendo ahora como reacción a los rumores de que Roma planea imponer más restricciones a la celebración de la Misa católica según el Misal Romano de 1962 (popularmente conocida como “misa tradicional” o “misa en latín”).
El 3 de julio, más de 40 personalidades británicas firmaron una carta dirigida al Papa Francisco en la que le piden que preserve el acceso a la misa en latín. Entre los firmantes hay católicos y no católicos, creyentes y no creyentes.
Al igual que los firmantes de la petición de 1971 que preservó la Misa en latín en Inglaterra, destacan, además de las preocupaciones espirituales, una preocupación por el patrimonio cultural del mundo en caso de que la Misa en latín sea más difícil de experimentar. En su propia petición, los firmantes utilizan el mismo lenguaje de la petición de Agatha Christie de 1971 al afirmar que “el rito en cuestión, en su magnífico texto latino, también ha inspirado logros inestimables... de poetas, filósofos, músicos, arquitectos, pintores y escultores de todos los países y épocas. Así pues, pertenece a la cultura universal”.
A esta preocupación, los actuales firmantes añaden su propia voz: “La liturgia tradicional es una “catedral” de texto y gesto, que se desarrolla como esos venerables edificios a lo largo de muchos siglos. No todo el mundo aprecia su valor y eso está bien; pero destruirla parece un acto innecesario e insensible en un mundo en el que la historia puede deslizarse con demasiada facilidad hacia el olvido”.
Subrayan: “Este llamamiento, al igual que su predecesor, es ‘totalmente ecuménico y apolítico’. ... Imploramos a la Santa Sede que reconsidere cualquier nueva restricción de acceso a este magnífico patrimonio espiritual y cultural”.
El hecho de que una de las firmantes sea la conocida activista por los derechos humanos Bianca Jagger subraya el carácter apolítico y no ideológico de la petición. Sin duda, la “rigidez” no puede explicar una efusión tan extraordinaria y diversa de amor por esta forma litúrgica.
Me preocupa que se haya instalado una impresión sesgada de los amantes de la Misa en latín debido a unos cuantos extremistas en Internet. Como demuestran esta petición y otras anteriores, la misa en latín tiene un curioso atractivo inclusivo.
La mayoría de los que asisten a la Misa en latín también asisten al Novus Ordo (conocido coloquialmente como la Misa del Vaticano II). Saben que ser católico significa permanecer dentro de la barca de Pedro, por tempestuoso que sea el mar. No abogan contra la nueva Misa, sino por la forma que aman, que les alimenta y les inspira, hasta el punto de que constituyen una proporción visible de los que llegan a ser creadores de nuevo arte y belleza que el mundo comparte y celebra. Por eso la Misa en latín ha atraído el apoyo de los no creyentes que comprenden su papel crucial en la creación de la civilización occidental.
Entre los firmantes de la petición más reciente figuran muchos grandes músicos clásicos: cantantes, pianistas, violonchelistas, directores de orquesta y, por supuesto, Sir James MacMillan, que encabezó esta iniciativa. MacMillan es el compositor católico de música clásica más célebre e interpretado de nuestros tiempos. El Vaticano encargó su Stabat Mater, que se interpretó en la Capilla Sixtina.
Otros artistas importantes son el célebre novelista, guionista y director de cine Julian Fellowes, ganador del Oscar, el Emmy y el Tony. Fellowes es quizás más conocido por su papel como creador de la serie de televisión Downton Abbey. Otro de los firmantes, Andrew Lloyd-Webber, es quizá el creador de musicales de más éxito de nuestra era (entre ellos Cats, Evita, Joseph and the Amazing Technicolor Dream Coat y la moderna obra de la Pasión Jesucristo Superstar).
Entre los firmantes de la petición “Agatha Christie” de 1971 figuraban también célebres artistas y literatos, como los poetas Robert Lowell, Robert Graves, David Jones y el poeta laureado de Inglaterra Cecil Day-Lewis; novelistas como Graham Greene, Nancy Mitford, Djuna Barnes y Julian Green, así como el más célebre escritor argentino Jorge Luis Borges, cuya obra literaria dio origen al movimiento del “realismo mágico” de finales del siglo XX entre los escritores españoles de América. Además, entre los firmantes figuraban incluso los obispos anglicanos Robert Cecil Mortimer, de Exeter, y John Moorman, de Ripon.
En 1966 hubo una petición similar, organizada por Cristina Campo, traductora de Marcel Proust (otro ejemplo de católico laxo que comprendió el valor de la misa en latín para preservar la civilización, incluso en un sentido laico), y dirigida al Papa Pablo VI, en la que pedía que se mantuviera la misa en latín al menos en las comunidades monásticas. Recogió firmas de 37 escritores y artistas, entre ellos dos premios Nobel. Entre los firmantes se encontraban W.H. Auden, Evelyn Waugh, Jacques Maritain, el novelista francés ganador del Premio Nobel François Mauriac, el compositor Benjamin Britten y Gertrud von Le Fort, autora del clásico católico Diálogo de Carmelitas, que más tarde sirvió de base para una ópera de Francis Poulenc.
El Concilio Vaticano II nos enseñó a leer los signos de los tiempos. Uno de ellos es: la belleza evangeliza.
Vivimos en una época en la que necesitamos aprovechar el poder de la belleza para llegar a las mentes, los corazones y las almas, porque la belleza tiene la cualidad de una experiencia ineludiblemente real, que no está sujeta a discusión. La máxima cultural actual, “Tú tienes tu verdad y yo tengo la mía”, lleva a negarse a reconocer incluso la realidad física y biológica obvia, mientras que la belleza elude el proceso cognitivo y llega directamente al alma. La belleza sagrada nos saca del mundo del tiempo y nos permite vislumbrar lo que trasciende el tiempo, lo que perdura en última instancia, lo que es nuestra meta y nuestro hogar final: la realidad de Dios.
Tomemos el ejemplo del cineasta Martin Scorsese. A pesar de todas las críticas por sus controvertidas representaciones de temas religiosos, e incluso del propio Señor, Scorsese es un artista moderno cuya imaginación se formó por el contraste entre lo que transmitía la misa en latín y la cultura de los tipos duros de las calles de Nueva York. Como decía un perfil en The New York Times en 2016:
En el interior de la vieja catedral, quedó claro hasta qué punto Scorsese nunca ha olvidado literalmente, ni el esplendor de la iglesia, ni la presencia cercana del sufrimiento y la muerte, el pecado y la redención. El párroco le señaló los detalles de una renovación: los santos retocados con sus colores originales, los apliques de mármol y latón del altar restaurados tal y como eran antes de un esfuerzo modernizador de 1970. Scorsese, que abandonó el barrio en 1965, no necesitaba guía. Conocía cada rincón del lugar. “Imagínese a un niño de 8 años aquí mismo, con una sotana blanca, recitando una oración en latín. Ese soy yo”, reflexionó en voz alta. Le pedí que estableciera una conexión entre [su película de 2016] “Silencio” y lo que estaba viendo en la vieja catedral. Se golpeó la frente con dos dedos. “La conexión es que nunca se ha interrumpido. Es continuo. Nunca me he ido. En mi mente, sigo estando aquí todos los días”.
En una época de ansiedad y sinrazón, la belleza es así un recurso en gran medida desaprovechado para llegar a la gente, especialmente a los jóvenes, con el mensaje evangélico de esperanza. Queda mucho trabajo por hacer, pero honrar y alentar la vocación especial de los artistas es una parte clave de esta labor.
En una era descristianizada, cada vez más inhóspita para cualquier sentido tradicional de la religión, la Iglesia necesita funcionar con todos los cilindros. La misa tradicional en latín y la belleza que inspira es uno de esos cilindros. El hecho de que incluso los no creyentes se sientan atraídos por ella lo demuestra.
¿Por qué suprimir lo que es uno, entre otros, medios exitosos para conectar con las almas alejadas de Cristo y llevarlas al encuentro amoroso y salvador con Él dentro de la comunión de su Esposa, la Iglesia?
Confío y rezo para que este cri de coeur de los artistas y otras destacadas personalidades británicas sea escuchado y visto como lo que es: que, en lugar de dividir al mundo en nombre de la pureza ideológica, es una oportunidad para unir al mundo por la belleza, un camino que, al final e inevitablemente, conduce a la Belleza siempre antigua, la Belleza siempre nueva.
Fuente: National Catholic Register
Buenos días, estimado Wanderer. ¿Es posible que este último post no tenga título? Rezo diariamente por ustedes desde la comarca y la Posada Errante. Gandalf, el gris.
ResponderEliminar¡Excelente! Ahora si aparece y se puede indexar y seleccionar el post. ¡Muchas gracias por la pronta resolución! AMDG.
EliminarEl título original es "Objective Beauty of the Traditional Latin Mass Evangelizes"...
EliminarAnónimo18 de julio de 2024, 9:12
EliminarSi usted quiere utilizar esas iniciales, aproveche las posibilidades que ofrece el latín con los casos de las declinaciones, no vaya a ser que no le confundamos a usted con un malvado jesuita.
Pruebe por ejemplo con AMGD
Es decir, salvar la Misa por su belleza, se queda un poco corto me parece, digo yo que habrá razones mas fundamentales que las culturales. Pero no se quieren señalar para no "desmerecer" la misa nueva y los cataloguen de preconciliares etc.
ResponderEliminarLa belleza de la liturgia forma parte de la doctrina católica como un rasgo complementario del significado teológico de los ritos, pero asumir el argumento de los valores estéticos y culturales de la misa tradicional esgrimido por artistas e intelectuales no católicos y no religiosos para defender su conservación me parece un arma de doble filo, ya que se corre el riesgo de sobrevalorar la dimensión esteticista de la misa.
ResponderEliminarOh, Mons Cordileone, muchos nombres! El Papa Francisco provable no consca ni uno de ellos, tal vez ni siquiera el Stabat Mater y por ahí ni la Belleza con B mayúscula. Creo que para hablar o hacer razonar al Papa Francisco, más que pedir, uno tiene que 'bajar' y decir las cosas "papal-papal"... desde abajo...
ResponderEliminarDe todos modo, bien vengan todos los pedidos, son siempre documentos que quedarán para el futuro, y en el caso su respuesta sea negativa, quedaria clara su incapacidad del valorar.
Tal vez no he hablado claramente, y para evitar un mal entendido, me explico.
EliminarCuando digo 'hay que bajar... decir las cosas papal papal... desde abajo... Entiendo decir:
desde el punto de vista de un niño/a o alma infantil...
Son ellos los que podrian hacer encender una lamparita en la mente de Bergoglio. Un enfrentamiento con uno de ellos, ignorantes de toda fina cultura, sin defensas en este sentido, pero son los elegidos, protegidos, directamente, de Dios. Bastaria que en un encuentro con ellos fuera al revés, es decir no el papa que pregunta, mas bien sean ellos, con un: "Papa Francisco, quién es Jesús?" o "Papa Francisco, estoy frecuentando el segundo año del catequismo, por qué San Pablo dice que la sodomia es pecado y tu la bendices?" o "un compañero miotiene dos mamas
(disculpen, me partió el comento)
Eliminar... "mi compañero de clase tiene dos mamás , cómo es eso posible? y dice que tú amas tanto su familia que la haz mandado especialmente a bendecir", ecc, ecc.. Algo de esto, asi sencillo, podria shockear este hombre.
Como dice Mc 10,14-16
EliminarJesús :"Dejen que los niños vengan a mi (dirigiendose a los apóstoles) y no lo impidan, porque quién es como ellos apartiene el reino de Dios... El que no acoja el reino de Dios como un niño, no entrará en él."
Yo realmente este "niño" en Bergoglio no lo veo.
Ha destruido todo aquello que habia construido Benedicto XVI, en modo violento. Si tendría que ver un niño en él, éste sería caprichoso y malo, como aquel que apartiene a un grupo, y quisiera ser lider, y cumpliría las acciones más malas para ser aclamado por el grupo. Lo vería en una playa donde un papá con su hijo construyen con paciencia un castillo, él observa de lejos y espera que ambos vayan al agua para ir y derrumbarlo.
Si tengo que ver... Èste es el niño que veo en Bergoglio.
Lo de Msr. Cordileone es muy importante como también la inquietud de Wanderer. La liturgia es central, es el ámbito donde se manifiesta lo sobrenatural en nuestras vidas. Nuestro pobre clero no es educado ni sensibilizado en este sentido y el resultado es el que conocemos. Este domingo en la misa parroquial por ejemplo, resonaban bombos acompañando un coro destemplado más acorde con la copa America que con Dios. Es lo que hay.
ResponderEliminarCordileone se queda en lo estético, que es válido, pero olvida lo más profundo del misterio y milagro de la Misa, presente en el rito tridentino
ResponderEliminarCordileone está escribiendo un artículo; no un libro. Que en esta ocasión hable de los estético, que es importante, no significa que niegue lo teológico.
EliminarAlégrese de que un obispo importante diga al menos eso con todas las letras.
Totalmente de acuerdo con Don Wanderer!
EliminarTotalmente de acuerdo con Don Wanderer!
EliminarCoincido. Del gataflorismo líbranos Señor.
EliminarCoincido con quienes comentan que la misa antigua es valorada por su adoración de la divinidad, por su exposición y vivencia del infinito misterio de Dios allí presente, del "con Cristo, por Cristo y en Cristo"...la belleza se desprende de todo ello... Pero esa misa nos permite adorar, abajarnos en adoración... algo que todos necesitamos hacer, sobre todo en estas épocas de tanta agitación ...
EliminarEn cada batalla que a través de 2.000 años la Iglesia tuvo que librar para mantener intacta la doctrina que Cristo puso en manos de sus Apóstoles, siempre supo salir invicta porque la Divina Providencia suscitó los hombres clave para alcanzar la victoria.
ResponderEliminarAhora que la Iglesia vive una crisis terminal porque el enemigo está adentro no ocurrirá de otra manera. Dios nunca necesitó del número para vencer.
En el momento decisivo, el optimismo progresista se derrumbará como una castillo de naipes porque tanta soberbia con pies de barro se estrellará contra la última trinchera de combate donde los espera el "pequeño resto" de los elegidos liderados por María Santísima.
No dudo que cuando llegue ese momento Monseñor Cordileone también estará en esa última línea de combate. Será así porque la Iglesia nunca fue más grande que cuando fue perseguida.
Que se preparen los apóstatas y herejes que hoy en Roma disfrutan las mieles del poder. Cuando les llegue la hora huirán despavoridos en todas direcciones porque el castigo será sin ejemplo.
¿Quién como Dios?
Fuenteviejuna 47, 36-39
EliminarEstimado anónimo de la 1:15
EliminarGracias por sus elogios, no sabía que entre mis fans había un cómico. Lo reconozco porque cada vez que me escribe se refiere a mi como Fuenteviejuna. Siga así, no se desaliente, yo le veo un gran futuro. Lo espero en la próxima parada.
A un zafio, berreta y ordinario como Bergoglio la Belleza le es casi genéticamente ajena. Aún en el improbable caso de que pudiera reconocerla, la aborrecería porque es un resentido.
ResponderEliminarAtención al editor: Colocar este comentario en lugar de mi comentario anterior del mismo día, porque he corregido esencialmente dicho comentario.
ResponderEliminarEs llamativo que esta vez, no se presentan los argumentos en favor de la necesidad de defender la realización de la misa con arreglo al rito antiguo en razón de la incuestionable vinculación del rito antiguo con el sagrado Depósito de la fe, sino sólo poniendo en evidencia su profundo valor cultural. Ciertamente esto obedece a que, en razón de su belleza, no sólo la valoran quienes adhieren a una postura de corte más afín a la tradición dentro de la Iglesia católica, sino también quienes están fuera de ella, como lo pueden ser los que adhieren a distintas ramas del protestantismo, incluyendo también a quienes se reconocen a sí mismos como agnósticos y ateos. De donde, en el mejor de los casos, se puede interpretar que Mons. Cordileone pone el acento en el valor evangelizador de la misa tridentina en razón de su belleza.
No obstante, una tal argumentación que omite alegremente las hondas razones de carácter teológico, según las cuales hay una íntima vinculación entre la oración y la fe –lex orandi, lex credendi- no hace más que poner en evidencia que la ceguera intelectual que hoy afecta a la turba multa de la actual sociedad occidental, ha alcanzado también a las supuestas cumbres de la Iglesia católica.
¡Dios guarde a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!
No es casualidad de que muchos comentarios desprecien lo estético como algo de poca importancia. Se olvidan que el pulchrum es uno de los atributos de Dios. El jesuitismo ha hecho mucho daño, también entre cierto tradicionalismo.
ResponderEliminarNo comparto los comentarios criticos con Mons. Cordileone, por el hecho de que defienda la Misa Tradicional, sobre todo, basado en la belleza.
ResponderEliminarCuando se escribe un articulo, hay que pensar en el publico, a quien va dirigido. En este caso, a los catolicos americanos, pero sobre todo a Roma.
En Roma les importa un pimiento las razones teologicas, de la Misa Tradicional. Y a los católicos, en general, les llega mas los argumentos emocionales, que racionales. No deberia ser así, pero es lo que hay.
Es cierto Fred. Además.... en la defensa del Sacrificio ¿por qué no puntualizar en la belleza? Otros haran lo proprio desde la teología, la historia, etc. Sólo, sentido común.
EliminarMe parece un grave error el etiquetear a los que argumenta también con la belleza de "esteticismo" o menospreciar la "vía pulcritudinis". Hay una ìntima relación entre ética y estética y es lógico debido a la unidad entre los trascendentales Verdad, Bien, Belleza. La Belleza es el esplendor de la Verdad. Se sigue que no puede haber ni bien, ni Verdad allí donde se manifiesta la fealdad. La Santa Misa de Siempre es realmente una cima inigualable ya que es la más perfecta síntesis de contenido y forma. Por lo tanto no sorprende que espíritus menos embrutecidos, todavía en posesión de una sana sensibilidad , formados , personas que trata a diario con la cuestión de contenido y forma como son los artistas, pero que aún no profesan la fé católica, tengan en alta estima la Auténtica Misa del Rito Romano y no quieran permanecer callados y ser cómplices - a diferencia de la mayor parte de los católicos y de la jerarquía- ante lo que sería el mayor acto de vandalismo bergogliano (para lo cual habría que crear nuevas palabras, ya que iconoclasta no alcanza, seria más bien "veroritoclasta" y propiamente "fides-clasta"). Salta a la vista la enorme diferencia con la práctica cotidiana de la fealdad por parte de la mayor parte del clero y con la arrogante brutalidad de la mayor parte de la jerarquía eclesiástica. Ante el silencio, la cobardía y la complicidad ¡qué bien que los artistas, sean o no católicos, alcen su voz!
ResponderEliminarAsí es estimado Nico. Que la gente considere el pulchrum como algo "estético" es señal que Hegel ha ganado otra batalla. El que denominó a la belleza "Estética" fue precisamente Hegel. Y luego Heidegger siguió en la misma (más allá de que en este tema tenga cosas interesantes).
EliminarNo hay Verdad sin Belleza y viceversa. Como no lo hay sin Bondad. Pero para un tradi de Denzinger puro y duro, es perdir demasiado.
Empecé reconociendo que la belleza (no hace falta la mayúscula inicial) de la liturgia es parte de la doctrina católica y creo que, efectivamente, valores estéticos y teológicos no solo no son incompatibles, sino que son complementarios, pero también creo que, con los argumentos basados en los valores estéticos y culturales, el “riesgo esteticista” y de que quede un tanto oscurecido el verdadero sentido de la misa está ahí. En la Iglesia Ortodoxa ese riesgo es un hecho, con unas celebraciones que han caído en excesos esteticistas, que no son necesariamente del gusto de todos. Una misa sencilla sin gran boato y aparato “estético” puede también ser bella. Por cierto, quien introdujo el término “estética” como ciencia de lo bello fue Alexander Gottlieb Baumgarter.
EliminarCuales son segun Usted, explicite por favor, los "excesos". Yo en misas de lss nuestras he visto curas hacer tales payasadas que empece a dudar de que fueran sacerdotes realmente.
Eliminar"... belleza (no hace falta la mayuscula..."
EliminarEn cambio sí, cuando referida a la Suprema Belleza, Jesús Cristo, la mayúscula es NECESARIA.
Para algunos, el ¨tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva" demuestra que Agustín era un esteticista...
ResponderEliminarMuchas veces nos han dicho a los tradicionalistas que lo único que nos importa es lo estético, porque gozamos y nos transportamos a otra dimensión mientras asistimos a la Misa de Siempre, siempre tan nueva y tan antigua. Sin embargo , a contrapelo de lo que se dice, sostenemos que no nos debemos quedar solo en lo estético sino marcar su basamento teológico -de allí su belleza- y las diferencias con el novus ordo y la influencia protestante en él. Está muy bien que Mons. Cordileone "al menos" comience por fijarse en lo estético, como dice Wanderer.
ResponderEliminarAyer el blog "Rorate Caeli" publicó una actualización acerca del temido documento para suprimir la Misa tradicional:
ResponderEliminar"Nuestras fuentes aseguran que el borrador del documento de supresión casi total de la Misa Tradicional en latín está listo, y lo está desde hace tiempo, pero "sigue sin firmar".
Francisco parece dudar. Quizá Viola, que es un verdadero fanátic, se ha esforzado demasiado y eso hace que Francisco dude… Francisco ha estado escuchando puntos de vista alternativos de la jerarquía y mensajes de católicos y no católicos. Y siempre tenemos nuestras oraciones…
Según se informa, el cardenal Parolin, Secretario de Estado, también estaría firmemente a favor de la supresión."
Cordileone es buen obispo, pero en mi humilde opinión, defender la misa "tridentina" apoyándose en el malhadado CVII no es el mejor ni más fructífero esfuerzo intelectual, es como querer apagar un incendio con nafta. El conservadurismo es progresismo en cámara lenta.
ResponderEliminarHilbert.
El Concilio decretó conservar la misa exactamente como estaba.
EliminarFue el malvado Montini el que, desobedeciendo al Concilio, impone a todos los miles de millones de católicos la misa de Bugnini por su sola autoridad (pontificia)
Por tanto, si la mafia de san Gallo insiste que la misa moderna es una orden del Concilio, es justo y necesario que alguien nis recuerde que la Misa de Bugnini no es la misa que aprobó el Concilio.
La misa que aprobó el Concilio Vaticano II fue la santa misa de siempre (la misa de los santos) en latín.
Esto es, lo que hoy llamamos falsamente "tridentina", para hacernos creer que viene del siglo XVII.
Y la realidad también es que la "lectura de la Palabra" o "banquete eucarístico" protestantizante de Bugnini no tiene nada que ver con la "santa misa tridentina".
Además que la teología que hay detrás de ambas no es igual.
¿Quiere decir que el Vaticano nos ha dado gato por liebre?
EliminarMuy estimado anónimo de las 13:03. No es correcto lo que Ud. dice, lamentablemente, el malhadado "Concilio" dió para todo y mandó revisar no sólo el ordinario de la misa, sino también casi todos los demás ritos, oficio divino y sacramentales. Puede hallarlo en la "Sacrosantum Concilium" cuyas ambiguedades dieron pie a que la reforma de Bugnini y "San" Pablo VI, pasara como por un tubo. Si la llamamos "tridentina" no es porque venga de ningún siglo XVII sino porque San Pio V la codificó luego del Concilio de Trento. Es una forma de simplificar. Creo que todos en este blog saben que la así llamada es el rito romano de tradición apostólica. Por lo demás, y con las salvedades apuntadas, estamos en general de acuerdo.
EliminarUn saludo en Cristo.
Hilbert
Muchos son atraídos por lo estético dell rito y comienzan su proceso de conversión. Otros directamente por razones teológicas o históricas o lo que sea. Sólo Dios sabré de estos misteriosos pasos. El artículo aporta.
ResponderEliminarMuy estimado Wanderer. Mi comentario se relaciona con los dos últimos posteos de su blog. Según mi humilde y para nada calificada opinión hay un error que se repite en amplios sectores de la Iglesia y que creo tiene que ver con una visión clerical de algunos de los problemas que la aquejan. Puntualmente en la cuestión litúrgica se ve con cierta claridad en los dos últimos artículos a que me refiero y a gran cantidad de los comentarios que a su respecto se suscitaron. En muchos de ellos se elogió el articulo de Mons. Cordileone, en los aspectos en los que merece elogio. Me refiero puntualmente a la cuestión estética, que no es una cuestión menor. Con ser importante y destacable no puedo dejar de objetar que el tono del articulo de Mons. Cordileone parece escrito como para no incordiar a nadie (y no es un juego de palabras). Hasta llega a referirse al carácter “inclusivo” de la misa tradicional, casi como si con ello pretendiera que merece la aprobación y la indulgencia del progresismo. También hay irritantes referencias al Concilio Vaticano II o a la aceptación de la nueva liturgia por muchos de los que asisten a la vieja liturgia de la Iglesia. Y he ahí el punto de discrepancia. Porque de algún modo, aunque hay quienes dentro de la jerarquía eclesiástica quieren destruir la misa tradicional, eliminarla, borrarla de la faz de la tierra, creo que no son los peores enemigos a quienes ésta se enfrenta. A sus peores y más terribles enemigos les basta con que los que adhieren de corazón a la misa de todas las eras, admitan la “validez” de la misa de Pablo VI, y que acepten (como si estuviesen obligados a ello) el Concilio Vaticano II. Y al hacerlo, habrán caído en la trampa, pues ya no podrán sostener que media contradicción entre aquélla y estos últimos, habrán consentido la existencia de una continuidad sin ruptura. Lo cierto, por más que Cordileone no quiera decirlo para no dejar de ser obispo, es que tanto la doctrina perenne como la misa multisecular están en abierta contradicción con las doctrinas melifluas (por decir lo menos) del CVII así como la misa de siempre es absolutamente incompatible con la misa de Pablo VI, prescindiendo o mas allá de su posible validez. En otro comentario me referí a la postura de Peter Kwasniewski acerca del mínimo minimorum que supone la “validez” de la misa de Pablo VI. Resulta interesante recordar su postura. Continúa
ResponderEliminarHilbert.
Continuación...Lo cierto es que en la sumisión a la “validez” con motivo en la autoridad de quien la promulgó radica la peor trampa porque ¿que argumentaran los defensores de la misa tridentina cuando, habiendo reconocido el rito “ordinario”, sea la propia autoridad la que suprima el “extraordinario”? Sólo podrán decir que la antigua era mas bella, que les gustaba más, que movía más su piedad, pero ya habrán incensado el ídolo, ya habrán pagado el tributo al CVII y a “San” Pablo VI y sus sucesores “conciliares”. En buena lógica solo podrán retirarse a un rincón nostálgico pidiendo un indulto o un permiso especial para poder seguir celebrando según sus añorados ritos. No estarán en posición de exigir lo que es su inalienable derecho, más aún, se habrán olvidado de que no importa “su” derecho, sino el derecho de Dios de ser adorado conforme la dignidad que su culto exige y de acuerdo con la forma brotada de la sostenida inspiración del Espíritu Santo a lo largo de los Siglos. Lo cierto es que si se quiere el bien para toda la iglesia hay que luchar por la abrogación tanto del misal de Pablo VI como del nefasto CVII que solo nos trajeron este crudo invierno de la Iglesia. Y sostener la validez del vetus, ligándola a la validez del novus, o a su "bendición" por el CVII, no es el camino. Nadie dice que tenga que ser de un día para el otro, pero si pretendemos que incensando al ídolo del CVII o endulzando los oídos del Papa tirano de turno vamos a defender la misa tradicional y la ortodoxia, entonces estamos fritos. La falsedad repetida por Cordileone, de que el CVII nos enseñó que la belleza evangeliza (como si la Iglesia antes del CVII no hubiera sabido evangelizar por la belleza) es indignante. Es querer quedar bien con Dios y con el diablo. No me resultaría para nada extraño que si el actual Papa tirano abrogase la “forma extraordinaria”, Cordileone fuese de los primeros en aplicar su prohibición. Eso sí, mechando sus misas nuevas con latinazgos, pompas y cantos decorativos, ya que es una de las tantas formas admisibles de la poliédrica realidad del Novus Ordo. E imagino un escenario peor aún, si el demonio quisiera acabar definitivamente con la misa tradicional, optaría por la vía ratzingeriana del mutuo enriquecimiento, en el que reinaría la confusión y el poliedro, como el cáncer, destruiría el cuerpo sano del Misal Romano Tradicional.
ResponderEliminarCordialmente.
Hilbert.
Muy interesante este artículo. Lo de la belleza que evangeliza ya lo había escuchado mons. Robert Barron, quien a su vez cita a Dostoievski y von Balthasar.
ResponderEliminarEn particular esta pregunta que palnteas al final es de gran sentido común, y por eso mismo puede tener fuerza persuasiva: ¿Por qué suprimir lo que es uno, entre otros, medios exitosos para conectar con las almas alejadas de Cristo y llevarlas al encuentro amoroso y salvador con Él dentro de la comunión de su Esposa, la Iglesia?
Me parece que esa pregunta complementa bien los demás argumentos, también sólidos y fundamentales, que da Benedicto XVI en su carta posterior a sumorum pontificum.
También es notable que un cardenal de México escribió una carta al Papa con la misma petición, aunque no con los mejores argumentos que podría esgrimir un cardenal. A esa se suma también una carta de Eduardo Verastegui, que conoció personalmente al Papa con motivo de su película sound of freedom.
La película Silencio de Scorcese, digan lo que digan algunos tradicionales o conservadores, me pareció fantástica.
Dios nos libre de los "medios exitosos", y del éxito también.
EliminarLeyendo abajo del agua, lo de Santiago del Estero es una pícara y calculada jugada de la dupla demoledora Bergoglio-Fernández. Como ellos bien saben que al porno-cardenal es cuestión de tiempo que lo eyecten del Vaticano y que el opispo Bokalic está cerca de los 75 años prepararon la guarida para que el Tucho vuelva con todos los oropeles como primado de la Argentina. Veremos.
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