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martes, 1 de noviembre de 2022

La infantilización de los católicos. Lo eclesialmente correcto y la crisis actual




 

por Eck


Leche os di a beber, no manjar (sólido), porque no erais capaces todavía, 

y ni aun ahora sois capaces 

(I Cor. III, 2)


Ese día volví contento a casa. Tras subir y bajar empinadas cuestas, buscar entre peligrosas montañas, reptar por los sembrados suelos y escalar estantes inestables, di a la caza buen alcance. Buena pieza creí cobrarme. Grande, reluciente, nuevo, se vino conmigo mansamente, sin resistencia. No podía imaginarme que tendría sorpresas ocultas y que yo sería el cazador cazado. Era una edición castellana de La Ciudad de Dios de S. Agustín en un solo volumen, cosa rara por su grandeza no sólo interna, de una traducción de cuando se estudiaba oratoria y retórica latinas, sin la cual no se puede entender al Águila de Hipona. Sólo revoloteaba al mi alrededor la molesta sombra de una duda al aparecer las letras SJ en el mamotreto, pero aparté inmediatamente el mal agüero; no creo que se atrevieran con el maestro de Tagaste... ingenuo de mi. Ya en casa estaba al punto de echarle el diente a semejante manjar intelectual y ansioso de llegar a mi parte favorita, la parte en que habla de la gentilidad romana, que es donde da sopas con honda a los eruditos germánicos, cuando leí este párrafo y casi me desgracio el pie:

Lejos de nosotros pretender corregir en lo más mínimo una frase siquiera del Oráculo de la Iglesia; con todo parecía conveniente omitir pasajes demasiado realistas, que si a los cristianos de aquella época, acostumbrados a escuchar las monstruosas torpezas de los dioses paganos entre cuyos adoradores vivían, no les hería el sentimiento, en los oídos más delicados de nuestros días resonarán sin duda disonantes.” S. Agustín, La Ciudad de Dios (trad. Cayetano Diaz de Beyral), ed. Apostolado de la Prensa, Madrid, 1929, p. XIV)

¡Que Santa Lucía te conserve la vista!¡Y los oídos! En 1929... Se me pasó por la cabeza cuantos pasajes bíblicos herirían el sentimiento en los oídos delicados de aquellos días, pasajes realistas como el Sara y Abraham, el de Lot y sus hijas, el de Tammar y Amnón, etc. que horrorizarían a cuanta damisela burguesita decimononica o a cuanto cura gazmoñito, flores mustias de invernadero, lo leyesen. Si esto hacen con el leño verde ¿Qué no harán con el seco? Lejos de nosotros la funesta manía de pensar que estos tiempos han pasado sino todo lo contrario. ¿Cuantos aspectos de la Verdad, cuantas cosas de lo real en nuestros días se ocultan por parte de tanto sacerdote y laico católico comprometido para no herir el sentimiento, que en los oídos más delicados de nuestros días resuenan sin duda disonantes con su realismo? Cambian las marcas de las carteras pero no las mañas de los ladrones en cogerlas. 

Este ocultamiento, esta velación de la Verdad produjo y produce una infatilización del pueblo cristiano, incapaz de ver lo real y actuar en consecuencia cuando chocan con ello. Los vuelve bobos e incapaces de dar un paso sin un tutor que los controle y, a la vez, rebeldes y frívolos, malcriados, tontos caprichosos. Esto es tan contrario al hacerse como niños, que nos pidió el Señor, porque estos se asombran por todo, viviendo en un mundo de maravillas y ya afirmaba el sabio Aristóteles de que los “hombres comenzaron a filosofar al quedarse maravillados ante algo” (Metafísica, I, 2, 982b). El asombro es madre de la Verdad, del Amor y del Agradecimiento pues se ve todo como regalo y don de Dios a sus hijos. 

Es deber de todos recobrar el sentido de la realidad y el asombro y volver a proclamar la Verdad oportuna y inoportunamente para que vean con sus ojos, y oigan con sus oídos y con su corazón entiendan, y se conviertan y encuentren la salvación


Ad usum delphini: la Verdad

Esta infatilización toca todos los aspectos de la Iglesia, pudriendo todas las fuentes del Ser en su raíz, en los trascendentales. La más atacada es la Verdad. En 1949 un padre jesuita, sí, otro, el P. Garmendia de Otaola publicó en España un libro especial, una especie de donoso escrutinio de toda la literatura conocida (por él) en la que no se salva ni el apuntador. El libro se titula “Lecturas buenas y malas a la luz del dogma y la moral” y para muestra de su carácter un botón:  “P. Virgilio Marón: La Eneida (…) De moral pagana, es útil a estudiantes debidamente formados en materia religiosa. Tolerable para chicos mayores de catorce años.”

Con esta mentalidad, que así trata al gran poeta latino, maestro de Dante, luz del Medievo y profeta de Cristo, ¿Cómo no tratará a los demás? Es la visión de la cultura  ad usum delphini: utilitarista, correcta y falsa. Son conocidos por todos los bibliófilos estas ediciones de clásicos hechas para la lectura del Delfín Luis, hijo de Luis XIV que no podían tener ningún pasaje escabroso, ni siquiera alusivo que pudiera turbar al príncipe. Lo peor es que, frente a las antologías, epítomes e, incluso, los expurgos, estas ediciones manipuladas hacían decir a los autores lo que no había dicho, cambiando sus expresiones y palabras piissimis auris offensivas por otras más “correctas”. Cámbiese el tema y es la mismo actitud: pena de muerte, infierno, etc. son los temas vitandos como si no existieran y ¡ay !cuando se encuentran.

Con ello se oculta la Verdad y se les hace vivir en un mundo inexistente y sin aristas, sin lucha ni sufrimiento, sin gloria ni mérito. Eso si, todo para no escuchar las palabras que en los oídos más delicados de nuestros días resonarán sin duda disonantes


De Saint-Sulpice a Rivas-Vaciamadrid: la Belleza

Despues del Barroco, canto de cisne del gran arte católico, el gran arte cristiano decayó al abismo del que todavía no ha salido. No sólo le abandonó la Fe sino que con ella también se fugaron las musas. A partir de entonces el arte religioso ha estado oscilando entre el rococó y el neoclasicismo en sus muchas metamorfosis hodiernas, es decir, entre la estética sentimentaloide pueril y la estética racionalista cementerial. Incapaz de alcanzar la grandeza espiritual del pasado, se centró en la vaciedad  del didactismo y del sentimentalismo, en un sucedáneo de todo gran arte que conmoviera el alma y el cuerpo, la razón y el corazón. Así hemos pasado de las estatuas relamidas y cursis de Saint-Sulpice y Olot a los engendros brutalistas de Rivas-Vaciamadrid, de didactismo ramplón encorsetado por reglas absurdas a la abstracción epatante sin rozar con el Misterio de la belleza encarnada por el Logos de Dios, con ese Creador que dejó todo vestido con Su hermosura.

En el fondo son lo mismo, pseudoarte eclesialmente correcto de acuerdo con la sociedad de su tiempo, de la burguesía del siglos XIX al turbocapitalismo del XXI evitando cualquier cosa que en los ojos más delicados de nuestros días se vieran sin duda disonantes.


De la Caridad a la Solidaridad: el Bien

Hemos pasado del término martirial y cristiano, caridad, a otro con tufo leguleyo y politiquero, solidaridad. Hemos pasado de la caridad heroica a la solidaridad de autoayuda. Ya no se hace por amor inflamado por Dios y los hombres sino por el frío egoísmo de sentirse bien, por la vanidad y aplauso del mundo que enorgullece a tantos con sus disfraces y sus juguetes. Como el niño que besa a la abuelita que huele a rancio y a la tía solterona fea para conseguir sus chuches y los regalos, así actúan los contemporáneos, pero tiene un límite y muy marcado: esta solidaridad, bajo los ropajes del pacifismo y la libertad, es incapaz de oponerse al mal, a la mentira y a la verdadera injusticia si va contra los poderes de la tierra. Como el budismo, por eso atrae tanto, es un disfraz del más puro egoísmo, no un darse uno mismo a los otros sino darse a uno mismo a través de los otros. Es la misma diferencia entre el suicida y el héroe: Me sacrifico, no para que los demás no sufran, sino para dejar de sufrir yo.

En una época materialista y egoísta como la nuestra esto se traduce en la ocultación de las obras de misericordia espirituales que a los antiguos no les hería el sentimiento, en las manos más delicadas de nuestros días resonarán sin duda disonantes.


Conclusión: Misa para Dummies 

Siendo la misa el culmen de toda la vida cristiana, tenía que llegar hasta ella la marea infatilizadora recogiendo los ataques contra la Verdad, el Bien y la Belleza. El resultado fue el Novus Ordo o Rito Vaticano, es decir, una misa para dummies donde la contemplación del Misterio a través de palabras y gestos es sustituida por esa papilla indigesta de didactismo para tontos y sentimentalismo para idiotas, digno de un programa de teletubbies, donde todo ha de ser explicado ad nauseam aunque sea transparente como el vidrio. Todo con la finalidad de crear solidaridad entre sus miembros cantando como lelos juntos como hermanos, miembros de una iglesia pero sin crear una comunidad verdadera sino un club de egoísmos infantiles. Huyen como alma que se lleva el Diablo del Misterio, de la Fe, de todo noble esfuerzo y mérito, de toda Cruz y Gloria. Dicho en plata, es una misa para niños de parvulario por lo que no es de extrañar que el verdadero modelo ritual, la regla del culto, sea las misas del pollito, sacerdotes disfrazados de payaso y fieles bailando el corro de la patata mientras la seño explica la propaganda hodierna. A tal iglesia, tal misa.

Una de las principales características del paso de niñez a la madurez es cuando se choca con las verdadera realidades de este Valle de Lágrimas: el sufrimiento, el pecado y la muerte. Como vio el sabio Chesterton, los cuentos, juegos y canciones infantiles preparan a los infantes frente al mal y nos enseñan a valorar los dones de la vida y nos muestran que es posible vencerlos, que es posible matar al Dragón como S. Jorge. Gritaban en el fondo: Esto vir!, ¡Sé hombre!

En cambio la tendencia a ocultar aquellas cosas que hieren el sentimiento y que resuenan en los oídos más delicados de nuestros días sin duda disonantes en lo eclesiásticamente correcto, tanto de antaño como de hogaño, provoca cristianos maleducados, caprichosos, delicados y vanidosos; hojas que vuelan con los aires de la moda y son arrastrados por las olas del mundo. En vez de ayudar a crecer, decrecen. En vez de hacer que se desarrollen como los grandes arboles, los convierten en pequeños bonsais. Son como niños o, mejor dicho, como ancianos ya gagás que caen en una segunda infancia pero sin su inocencia y pureza, con todos sus vicios y mañas a cuestas pero sin el asombro que vuelve cristal a lo creado, que hace ver que todo es un milagro y un regalo amoroso del Creador. 

24 comentarios:

  1. Brillante Eck, como siempre. Sobre la parte final, para muestra de lo dicho, baste este click: https://gloria.tv/post/2J8EptorPksDECYXySaAaeZs3

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    1. De terror. La decadencia no tiene fin. Totalmente de acuerdo con el análisis de Eck.

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  2. Sí, tal cual. Siempre pienso que la liturgia antigua es liturgia viril. Esto vir !! Qué bien dicho.

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  3. Ni la Sagrada Escritura escapa de esta obsesión por omitir o suavizar las disonancias con la sensibilidad moderna. De tal suerte que proliferan hoy traducciones de la Biblia y leccionarios litúrgicos que rayan en lo blasfemo. Porque no sólo se busca ya omitir lo que pueda herir los delicados modernos, sino incluso escoger los términos que complazcan dichos oídos. Cualquiera que se vea obligado a escuchar las lecturas de la Misa en una traducción latinoamericana contemporánea, entenderá lo que digo.

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    1. Muy de acuerdo. Me cuesta horrores escuchar las traducciones del leccionario. Y lo peor es conocer que hay tantos recortes de textos significativos en el nuevo leccionario surgido de la reforma. Recortes de los que no se hablan en las clases de liturgia de los seminarios y facultades.

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  4. Excelente entrada!
    Gracias
    A.G.

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  5. Los tiempos recios ya pasaron, hoy todo está dado vuelta, el hombre se feminizó y la mujer se masculinizó; a tal punto, que la candidata a presidente Patricia Bullrich, molesta con su socio Felipe Miguel, le advirtió sin vueltas: "la próxima te rompo la cara, conmigo no se jode". Y el varón domado se fue al mazo como un cuatro de copas.
    Así como en el mundo lo políticamente correcto es decir lo que agrade a todos, todas y todes, en la Iglesia lo eclesiamente correcto es hablar de ecología, del cuidado de la Madre Tierra, del peligro del cambio climático y de apoyar la Agenda 2030 de la ONU con su zanahoria de que, si bien pronto no seremos dueños de nada, viviremos eternamente felices.
    ¿Cuánto puede durar este grotesco de vodevil?
    Algo grande está por pasar, y tendrá que ser mucho antes del 2030 porque de lo contrario la Iglesia desaparece. Pero como no puede desaparecer porque Cristo así lo ha prometido, seguramente Dios nos tiene preparada una sorpresa que ni siquiera imaginamos.
    Ya está por sonar el teléfono para Francisco, Biden y Putin, que no vengan después con que no lo sabían...

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    1. Estimado, siempre dando en el clavo. Pero no se haga ilusiones. Van a decir que no lo sabian y que no se podia saber. Y que Putin era de los nuestros y se dio vuelta, etc, etc....desprecian las profecias o las interpretan de acuerdo a sus gustos. Ya vas a ver, si sale cara gano yo y si sale seca perdes vos.

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  6. Imposible ponderar lo suficiente este escrito, que es una lección no sólo para progres, sino también para "tradis", es decir, los que infantilizan y romantizan "la tradición", o sea los siglos XIX y principios del XX, mezclándolos con recreaciones estilizadas de los siglos de Cristiandad. Y así es su espiritualidad. Hacen de la Religión Verdadera un hazmerreír, una gazmoñería intragable. Por eso vino el modernismo, como reacción contraria pero con el mismo vicio de fondo. Esto lo vio bien Castellani, cuándo no.

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    1. "Hacen de la Religión Verdadera un hazmerreír, una gazmoñería intragable. Por eso vino el modernismo, como reacción contraria pero con el mismo vicio de fondo"... muy bueno eso.

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  7. Se supera usted. Magnífica entrada.

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  8. Gracias don Eck. Me supongo que Vd. es un sacerdote. Que lindo un sacerdote culto y letrado. Ud. no solo sabe, sino que dice bien lo que sabe. Juancho, de Marmol.

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  9. Recuerdo al p. Fernando Peña contándole a Lanata lo que hacia en la catedral de San Isidro. Y el asco que le daba a él, que después de su "gimnasia " con un prete de ahí, al parecer, este último lo invitaba a la misa dominical. "Veni a compartir, a participar "... ¿te parece, después de lo hacemos?
    Hay cosas que no quieren escuchar, pero si que se dan licencia para hacer. Hace unos años creí que mentía el famoso conductor , hoy con el diario del lunes, ya no me parece cuento.
    Para los ñoños de siempre, increfulos, infantiles, esta todo en YouTube.

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  10. 👏👏👏👏👏👏

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  11. Simplemente EXTRAORDINARIO , mejor descripción de esta “primavera viejuna eclesial “, imposible . Y lo que queda 😩🥲

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  12. Excelente artículo, como todos los de Eck. Una anécdota boba al hilo de lo que cuenta: grande fue mi sorpresa cuando usé un leccionario donde alguien se había preocupado de tachar con minucia la palabra “adulterio” en los textos proféticos… para escribir encima “idolatría”. Claramente, Oseas era ejemplo de literatura piis auribus offensive. Y esto en la sacristía del oratorio de una institución cuyo fundador escribió algún libro para “hombres muy barbados… y muy hombres”. U otra ocasión en la que fue reprendido un sacerdote, por explicar qué decía San Pablo en Filipenses 3,8: ir más allá del más educado “basura” era inapropiado y de mal gusto. Oídos rococós se ve que los hay en muchas partes.

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  13. Gracias una vez màs, Eck.

    Su artìculo me hizo acordar de Orìgenes, quien iniciò el metodo de la exègesis simbòlica de los textos sacros (que pasan a tener un primer sentido literal y segundo simbòlico), y me surgiò una inquietud: el alejandrino decìa que en el Tratado sobre el Cantar de Cantares "os he dado a beber leche, como a niños, y no alimento sòlido" que es de adultos; el cual alimento sòlido darà despuès en sus Homilìas, pero estas explicaciones màs hondas sobre el segundo sentido simbòlico de las Escrituras son para "los que puedan entender". En suma, ¿no habrà siempre en el cristianismo quienes deban inevitablemente "permanecer niños" siempre, porque ciertos saberes no son para todos ...?. (y espero esto no se interprete en el sentido de "esoterismo cristiano"). .

    En fin, que sobre este asunto creo hay una buena introducciòn aqui:

    http://www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/im3.htm

    Armando T. U. Multos

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    1. Hay una diferencia clave en este tema. S. Pablo y Orígenes daban leche para fortalecer a los creyentes y pudieran crecer en la fe hasta ser adultos (santos). Esto no está cerrado para los menos inteligentes sino sólo depende de la Fe y la Caridad. Los mayores santos del siglo XIX, los que mejor evangelizaron o eran unos zotes o se hicieron zotes. Me refiero al Santo Cura de Ars y el p. Brochero.
      En cambio, lo que denuncio es lo contrario, es infantilizar a los creyentes eliminando lo eclesiásticamente incorrecto de cada época frente a la parresía medieval y antigua. En el sg. XIX escandalizaban los sermones contra los ricos de S. J. Crisóstomo y hoy sobre el infierno, la sodomía y otros. En esto hay más continuidad que ruptura aunque haya degeneración a peor. Es el reflejo de la sociedad, de cada época, en la Iglesia, sobre todo cuando esta es débil en la Fe e intenta adaptarse al mundo (ser de él).
      Como decía S. Agustín de las S. Escrituras. Son como una fuente, cada cual bebe de ella lo que necesita, desde el elefante hasta los pajaritos. Puede haber infinitos misterios divinos por explorar pero el ABC y lo importante es igual para todos porque el único saber que salva es amar al Amor.

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  14. Bien claro se expresa usted, Wanderer. Es un placer leerle. Tras muchas décadas de paños calientes, de adaptaciones claudicadoras, de complejo de inferioridad ante la modernidad... sus palabras resuenan y recuerdan que ¡el emperador está desnudo!. Que nunca dejemos de asombrarnos ante la sorpresa y el Misterio. Ante Dios escondido en un trozo de pan. Aunque algunos "quieran dejarle por entender que... ¡muy duras son sus palabras!.

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  15. Los sacerdotes echan litros y litros de agua en las homilias. Pero el Evangelio se prende fuego.
    Lo que abunda hoy son los eufemismos. Este es un fenomeno que abarca a toda la sociedad, a su vez, no solo a la Iglesia.
    Por ejemplo al asesinato en masa y en forma legal de niños por nacer, se le llama "interrupcion legal del embarazo".
    Y en realidad es un asesinato, porque "interrumpir" podriamos decir que puede pasar con una funcion de cine, una llamada telefonica, una funcion de teatro, pero una vida cuando se "interrumpe", no sigue adelante, es la muerte, y hay que ser muy cinico o un idiota para hablar asi.
    Lo mismo a muchos les parece mejor Biden que Putin, pero yo digo que Biden es igual de criminal, ya que propicia el aborto y entonces como otros lideres del mundo, seran causa de tantas o mas muertes que el mismo Hitler.
    A la sociedad actual le encanta mentirse. La crueldad, la malicia, el odio, el crimen se han refinado, y siguen ahi.
    Y estas cosas no se puede decir,les estallarian los oidos de la conciencia si vieran lo que es un aborto, como es un aborto.
    Los creyentes deberiamos revelarnos contra esto, casi a cualquier costo, exceptuando ir contra la fe o lo que nos pide el Señor.
    El mundo sin Dios, es triste, previsible, horrible, deprimente, Hoy la muerte acampa en todas las esquinas, en todos los rincones de esta perversa sociedad de consumo.
    A la gente ya no saben como entretenerla o drogarla, porque si despertaran, quien sabe lo que sucederia. Se acerca el dia en que el Señor dira basta, y ahi, agarremonos, porque va a tronar el escarmiento.
    Parece que aun nos da un tiempo para arrepentirnos y cambiar.
    Habra que aprovecharlo. Que El nos inspire y nos guie.

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    1. Tiene mucha razón el anónimo, hoy se trata de reemplazar todo con eufemismos como si quisieran hacernos creer que de ese modo la vida es mucho más placentera. Pura hipocresía.
      De ahí que el aborto ya no sea más aborto sino interrupción del embarazo. Claro que en este caso la hipocresía es doble porque si entendemos por interrumpir que algo después se puede volver a reanudar, ¿se puede reanudar un embarazo interrumpido?
      No hay duda, nos toman por idiotas, por no decir algo peor.
      Si alguna vez María Elena Walsh dijo que atropellando la democracia y prohibiendo las elecciones los militares nos trataban como si la Argentina fuera un país jardín de infantes, ¿qué podemos decir de esta democracia que nos emborracha con eufemismos al punto de hacernos creer que la ideología de género es el descubrimiento más grande de la humanidad? ¿No es este un jardín de infantes peor que el de la dictadura?
      No hay duda que el mundo está muy enfermo, pero si la Iglesia también está muy enferma porque acabó por darle la razón al mundo justo cuando todo se está por derrumbar, ¿qué podemos esperar?
      Parece que sólo nos resta esperar lo peor.
      Que Dios tenga piedad de nosotros porque el castigo será sin ejemplo.

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  16. "De la Caridad a la Solidaridad"

    La masonería y algunos liberales, que tal vez hayan sido masones, llevan más de dos siglos "laicizando" el cristianismo, esto es, quitándole su elemento sobrenatural o "religioso" y convirtiéndolo en una ética que reconocen necesaria (como diría Voltaire para impedir que sus trabajadores le roben su trigo y su vino ). Una ética que se impone por la razón y no por una obediencia a un ser superior.

    De aquí a sustituir las normas, liturgias y costumbres cristianas por algo parecido "laico" es todo uno y con ello se está sustituyendo una religión verdadera por otra inventada, pero, como estamos viendo últimamente con los marxistas culturales, inventada a voluntad de cada momento de los multimillonarios que lo controlan.

    Un ejemplo es la llamada "Biblia de Jefferson", que es una versión de la Versión Autorizada del Rey Jaime en la que Jefferson recortó con sus tijeras todo aquello que sonaba a irracional, ilógico, milagroso... El resultado es un libro que recibe cada nuevo representante en el momento de jurar su cargo en el Capitolio estadounidense,

    Otro ejemplo son los "Derechos Humanos".

    Que no son otra cosa que la secularización de normas cristianas (por eso los musulmanes no los aceptan) donde se ha quitado toda referencia a Dios y a su obediencia y se "proclaman" como saliendo del éter sideral.

    Con las fiestas, que antes eran religiosas, porque la sociedad era cristiana, ahora las han sustituido por "cívicas" (para que "quepan todos"/en nombre del "laicismo" y los "Principios Republicanos"/"para no ofender a los no cristianos"/ porque el Estado debe ser "neutral"...)

    Así la caridad cristiana ha sido sustituida por la solidaridad.

    Esto no sería un problema agravado (podía ser un sincretismo; y después de todo enemigos siempre ha tenido la Iglesia) si la misma Iglesia Católica no lo hubiera hecho también. La Iglesia Católica se ha "laicizado", "desreligionizado"...Ella sola.

    Una de las cosas que explican la caída de las Iglesias cristianas es que su mismo contenido ha sido secularizado, por lo que ya esa religión no es necesaria (después de todo, tras la crítica constante de los liberales, filósofos e ilustrados, ¿quién quiere "creer" si es mucho mejor creerse un "pensador")

    El problema es que una vez "proclamados" esos derechos, que además son "inalienables" (¿por qué; ¿quién lo dice?) se abre la puerta para que el que controle con las finanzas y los medios de comunicación a los políticos proclame otros más (el matrimonio homosexual, los derechos humanos de los animales de compañía) o su interpretación judicial (decidir que una blasfemia dentro de una iglesia es una "performance" y los que la cometen están expresando su "derecho humano" a la expresión (en este caso, "artística").

    Esto no sólo pasa por el odio, el desprecio y la ubris de los "intelectuales", "ilustrados" y cualquiera que se crea con más capacidades de las que Dios le otorgó.

    Esto pasa también porque vivimos en un medio cultural cuyo run run de tanto repetirlo ya no lo oímos conscientemente, sino que lo recibimos inconscientemente.

    Y esto no es de ahora. Es una de las cosas que explican las tonterías del Concilio Vaticano II y sus pretensiones de "aggiornamiento" (es decir, de secularización, de hacer desaparecer de la sociedad a la Iglesia haciéndola invisible e innecesaria)

    Volviendo a la "caridad":

    ¿qué mal hay en amar al prójimo como a uno mismo? ¿imitar al buen samaritano? ¿ver a Cristo en el pobre, en el enfermo, en el que sufre?.

    ¿No ha dado el mismo Cristo unas normas relativas a esto muy precisas a sus seguidores?

    Sí, dirán algunos, como todo lo relativo al diablo y al infierno, convenientemente bowdlerized ad usum Delphini, para no herir las sensibilidades modernas, laicas y republicanas...

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  17. Infantilización…y ausencia, completa y absoluta, de virilidad, como también apunta el autor de tan magnifico escrito…esto vir!

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