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jueves, 15 de agosto de 2024

La Misa, el gran Don de Dios

 


por Eck


Porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables.

Rm. XI, 29


Для мого брата і друга B.,

 дякую!!!


A veces la providencia nos da una oportunidad de ver lo esencial, de contemplar el pequeño gran  milagro de las cosas sencillas pero que son las más importantes para el alma y de volver con inocencia el corazón a las maravillas de Dios. Hace ya un tiempo que vino un muy buen amigo a una misa tradicional. Era su primera vez. Todavía me emociona recordar la admiración y agradecimiento que vi reflejado en su rostro. Sencillamente veía el rito como lo que es, como lo que fue y como lo que debería ser, la de un puro don de Dios a sus hijos, un gran regalo de verdad, bien y belleza que nos hace el Padre a través de su Hijo con la asistencia del Espíritu Santo. El encontrar a mi amigo es uno de los más grandes regalos que me ha dado Dios en la vida.

Aquí estábamos, bien lejos de las querellas entre los partidarios del Novus y el Vetus, de los modernistas y tradicionalistas, de antifrancisquitas y profrancisquistas, de otras guerras internas soterradas o públicas que azotan al mundo. Muy lejos de los sesudos tratados y críticas de la reforma litúrgica o del Concilio que pueden ser importantes pero, reconozcámoslo, también sirven a muchos, a pesar de sus buenas intenciones, para tapar la falta de fe y caridad que tienen y para buscar no el Reino de Dios sino algunas de sus añadiduras. Aquí estábamos con Dios, rodeados de la multitud de testigos y con los santos ángeles en la Iglesia, nueva Jerusalén celeste bajada del Cielo, enjoyada con todas las virtudes y las gracias.

Cuando san Volodímir de Kyiiv se convirtió con su pueblo allá en el siglo undécimo, lo hizo con la mejor de las razones: “No sabíamos si estábamos en el cielo o en la tierra. Era tanta belleza, que no sabríamos como describirla”. ¿Qué es la liturgia sino un anticipo, una participación de la vida divina a todos prometida por la inmensa bondad del Salvador? ¿No es este el mayor don posible que el corazón del Altísimo nos da en esta tierra? ¿No es el cumplimiento cada vez más creciente de la gran promesa de Cristo al Buen Ladrón de que hoy mismo estaríamos con Él en el paraíso? ¿No es la que nos convierte en ciudadanos del cielo, habitantes de la Jerusalén celestial ya en este mundo?


La misa, don de Dios a Su Iglesia


І на торжища і в чертоги 

Живого істинного бога 

Ти слово правди понесла.

“Y a las plazas y a los palacios,

del Dios viviente y verdadero

tú has llevado la palabra de la verdad”

Taras Shevchenco, Неофіт (Neófito).


La grandeza de la revelación, del misterio y de la manifestación de nuestro Dios, de su amor, bondad y misericordia y de su vida es tan incontenible, y todo lenguaje y corazón humano tan limitado, que la divina providencia decidió en su infinita sabiduría el crear, a través del tiempo, las diferentes liturgias para que cada rasgo resplandeciera en cada una de ellas en todo su esplendor. Así como la celeste blanca luz se expande en los colores del arco iris tras pasar por las gotas de la terrenal agua dando lugar a la belleza del mundo, así la liturgia divina, a través de la historia, da lugar a las liturgias de Oriente y Occidente en su fulgor iluminando la Creación con su hermosura.

Y sin embargo, todas proclaman la misma verdad, revelan el mismo amor y muestran la misma belleza, y nos envían el mismo mensaje de salvación porque el Hacedor quiere no la unidad de Babel sino la de Pentecostés, una misma fe, una misma comunión y un mismo corazón en todas las lenguas y en todos los idiomas. Una sinfonía en que se necesita la unidad de todos los instrumentos y en la cual cada uno es necesario para su perfección. ¿No vemos la gloria de la Transfiguración de Dios revelada en el rito bizantino; no vemos la dignísima austeridad de la cruz y de los primeros mártires tan contenida como llena de noble sentimiento en el rito romano, o la humanidad tan humana y a la vez tan divina de la Encarnación en el rito hispano? 

Anticipo del cielo, manifestación de Dios, compendio de la historia de la salvación, encarnación de la fe y, sobre todo y por encima de todos, el don supremo de la eucaristía, Dios dándose del todo a Sí mismo. Como el sol, no le podemos ver directamente sin quedar ciegos, pero sí sentirlo a través de sus rayos y calor; para recibirle dignamente tenemos los ritos y la fuerza de los sacramentos que nos permiten vislumbrarlo como en un espejo, que nos deifican poco a poco hasta compartir su vida divina mediante la recepción del Cuerpo y Sangre de Jesucristo y que, después de esta vida mortal, le podamos ver cara a cara, como el amigo al amigo, como verdaderos hijos del Padre, hermanos queridos de Nuestro Señor Jesucristo y templos vivos del Espíritu Santo y que nos hace gritar: Abba, Padre y estallar en alabanzas alegres.

Esta sinfonía de alabanzas de todos los tiempos y lugares por el gran don de Dios en la Eucaristía, es la respuesta de la Iglesia al Redentor, pues sus oraciones suben como incienso agradable ante su presencia


La misa, don de la Iglesia a Dios


Те слово — божеє кадило,

Кадило істини.

“Esa palabra es el incienso de Dios,

El incienso de la verdad“

Taras Shevchenco, Неофіт (Neófito).


¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él y que son sus acciones para que ganen tu gracia? No somos nada y, sin embargo, lo somos todo para Ti. Por amor nos creaste, por amor nos salvaste y por amor Te entregaste por nosotros hasta el extremo, hasta darte en cuerpo, alma y divinidad. Dios mendigo que busca hasta el más leve trazo de correspondencia a tu amor para darse del todo y Padre amorosísimo que acepta cualquier pequeño regalo hecho por cariño como la cosa más valiosa del mundo. En los frescos de Miguel Ángel aparecen dos almas salvadas por un humilde rosario, pescadas con él del mundo para Cristo en medio del Juicio Final, o la minúscula ofrenda de la viuda en el Templo alabada como las más grande y perfecta. ¿Que son a los ojos del mundo estos dones, un rosario o unos céntimos? ¿Qué son para un padre un dibujo de su hijo o un recuerdo para un amigo? ¡Qué distintas son las balanzas del Dios y el corazón con las del mundo y la carne!

¿Qué son nuestras liturgias ofrecidas al Hacedor con toda su gloria? Nada, pero son recogidas por Espíritu Santo, asumidas por Cristo y dadas al Eterno Padre. A través de ellas nos unimos a la Iglesia, que es el Cuerpo místico de Cristo y nos asociamos al sacrifico redentor de la cruz y a la resurrección pascual con nuestras penas y alegrías, de la esperanza y la fe de la historia y de cada vida, de la comunidad de los santos y de cada fiel

Por eso, todas las misas y todos los ritos son de todas las edades y de cada tiempo. Son lo mejor que la humanidad ha podido, puede y podrá ofrecer a Dios. Toda la Iglesia ha participado con sus dones en su erección, ha dado lo mejor de todos sus tesoros y cada generación ha añadido su sello a la tarea común, desde los mendigos a los reyes, desde los ignorantes a los sabios, hombres y mujeres, niños y ancianos. Desde Padres como San Gregorio, San Basilio, San Juan Crisóstomo, San Ambrosio o San Isidoro; sabios como Santo Tomás o poetas como San Efrén, en ellas se recogen todos los siglos de la oración cristiana, desde el Gloria paleocristiano hasta Leon XIII, y recuerdos históricos, desde el Acátistos hasta el Ángelus. Desde los mártires romanos hasta los del siglo XX. En ella se recorren y se recogen la vida de todos los cristianos a través de los santos que muestran que el Señor no hace acepción de personas si tienen un corazón puro y santo: Emperadores, reyes, papas y obispos, sabios ignorantes, artesanos y labriegos, ancianos y niños, monjas y casadas, hasta pecadores arrepentidos y persecutores convertidos de la Iglesia. Ha participado todo el pueblo con su fe y sus aclamaciones, y ha levantado pequeñas ermitas y grandes catedrales. Hasta ha recogido la esperanza de la profecía del antiguo Israel y las primicias del paganismo: Teste David cum Sybilla.


Conclusión


¿Qué padre, entre vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? (…) 

Si pues vosotros, aunque malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, 

¡cuánto más el Padre dará desde el cielo el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!

Lc. XI, 11-13.


En definitiva, la misa y las liturgias no son otra cosa que el diálogo místico y amoroso entre el Amante amado y el Amado amante, entre Cristo y su esposa la Iglesia, entre Dios y las almas Don de Dios y a Dios por eso en estos duros momentos de prueba y de aparente abandono de Cristo, debemos volver a lo esencial, al verdadero valor de las cosas, a la admiración y al agradecimiento, a ser como niños. 

Esto es lo importante y por lo que hay que luchar. Yo no lucho por volver al pasado, yo no lucho por retornar a un pasado en gran parte ilusorio y que nos ha traído hasta donde estamos. La misa tradicional y todos los ritos de la Iglesia, incluido también el de San Pablo VI, no están orientados al pasado, a lo anterior sino al futuro, a la Parusía, a la definitiva manifestación de Cristo, a la liberación de los Hijos de Dios y a la redención completa de la Creación de las cadenas de la corrupción, la muerte y el mal. Yo lucho por llevar el pasado, por el sagrado legado de nuestros padres, al futuro pues como la semilla de la mostaza ha de extender sus ramas con nuevo verdor y aún dar frutos de salvación para todas las gentes para que tengan vida.

De nada nos sirve la misa, sea la nueva o antigua, sea la romana o bizantina, si no tenemos su espíritu, su alma; si no entendemos su mensaje y no nos mostramos humildes y agradecidos por este don. Don de Dios y a Dios, como lo es la Encarnación de su Hijo, que nos dio su existencia, se encarnó y la divinizó dándonos su vida en abundancia y lo sigue realizando cada vez que se consagra el pan y el vino sobre nuestros altares, y ofreciendose al Padre por todos nosotros hasta que estemos todos juntos en el Cielo para siempre.


32 comentarios:

  1. GASTÓN: ¿"San" Pablo VI? ¿No sería más acertado no insistir en uno de esos "procesos" que es un insulto a la inteligencia y una afrenta a la ingente multitud de cristianos heroicos que con su sangre y toda su vida ha ganado de verdad ese título? Sólo por poner un ejemplo -porque desgraciadamente se podría extraer de muchos otros paises- la turba de obispos auxiliares que el Papa Montini logró introducir en España a través del siniestro nuncio Luigi Dadaglio a un ritmo nunca antes conocido tienen su cuota de responsabilidad bien reconocible en el hundimiento moral de lo que fuera en el pasado una nación católica.

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    1. Yo suspendo el juicio hasta el Día del Señor. Pablo VI no es santo de mi devoción pero cuanto más reflexiono sobre el estado de la Iglesia anterior al Vaticano II (a través de testimonios, incluso recuerdos familiares) más comprendo los errores en los que cayeron muchos de buena fe durante esos tiempos (otros se aprovecharon para meter de matute sus productos podridos) y la resistencia de tantos a volver a tan paradisiacos tiempos tradicionales (sic). Acaso no tenemos el terrible testimonio de Castellani y otros que nos deberían hacer más precavidos en el juicio y sentencia.
      Por otro lado y aunque no soy partidario de la tesis de que las canonizaciones estén cubiertas por la infabilidad de la Iglesia, no quiero meterme en un asunto del cual no soy competente como este tema y más cuando tal crítica a los procesos afectaría a santos tan queridos por mi como Newman o el Padre Pio (proceso moderno) o a la revisión de muchos del pasado (no nos chupemos el dedo, muchos santos antañones tuvieron como causas algunas muy alejadas de la religión.
      Más nefasta me parece la política de otros Papa canonizado cuya política sobre España todavía la estamos pagando en el alma por sus consecuencias. Me refiero a S. Gregorio VII y su eliminación manu militari del rito hispano en toda la península como un Pablo VI de 1969 avant la lettree.

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    2. Pablo VI no es santo de devoción de nadie, pregúntenle a cualquier católico en cualquier parte del mundo, nadie le tiene devoción, ni especial cariño.

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  2. "Yo no lucho por volver al pasado, yo no lucho por retornar a un pasado en gran parte ilusorio y que nos ha traído hasta donde estamos."

    Es un buen resumen de por qué yo no me apuro a definirme "tradicionalista", en ninguno de sus sentidos. No quiero hacer de la Tradición (ni menos de las tradiciones) un ídolo o una ideología, y al fin una máscara... un sepulcro blanqueado.

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    1. 12:26 Qué pena que ud. se pierda la riqueza inconmensurable de la tradición bimilenaria de la Iglesia por semejante prejuicio

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    2. Andreas, el abuso no quita el uso.
      Puedo vislumbrar la intención del comentario y la utilización del término tradicionalista, aunque el catolicismo es esencialmente tradicional. Tal es así que uno de los pilares de la revelación es la Sagrada Tradición; con mayúscula, por supuesto.
      Yo también me defino como católico, apostólico, romano. Sin más calificativos. Aunque esa definición implica necesariamente la Tradición. Cuando alguien me llama tradicionalista (aunque entiendo los matices del término) para mi es una redundancia.

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    3. A mi me aburre esta manía de poner etiquetas a todo el mundo. A veces es por restricción mental de quien las pone y otras para descalificar a los demás.
      ¿Puede alguien considerarse católico si no ama la Misa Tradicional de todos los tiempos? Los que consideran la Tradición como una moda pasada, simplemente ignoran su Fe. El punto 84 del Catecismo lo dice muy claro: "El deposito de la Fe, está contenido en la sagrada Tradición y en la sagrada Escritura".

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    4. Anónimo 16:27.
      ¿Quién dice que yo me pierdo nada?
      Usted confunde las cosas, o lee mal, o es usted el que tiene prejuicio.
      ¿Acaso hay que colgarse el cartelito de "tradi" para ir a "Misa tradicional"?

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    5. Fred, tiene usted razón pero tampoco puede considerarse católico quien no ame la Misa Tradicional de todos los tiempos de S. Juan Crisóstomo y S. Basilio, ni la de S. Felipe y Santiago ni la de S. Ambrosio y S. Carlos Borromeo ni la de S. Isidoro y S. Julián, tesoros de los apóstoles y los padres. Y yo me he encontrado muchas veces en el ambientillo "tradi" descalificaciones de estos ritos venerables y tradiciones no romanas, suspicacias, sospechas y afirmaciones de que la misa romana es la única puramente católica por ser la del Papa y que el resto se tolera, etc. etc.
      Mi primer encontronazo litúrgico por temas litúrgicos no fue por el Novus Ordo ni con los modernista (que los hubo después) sino con tradicionalistas por asistir y defender el rito hispano...

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    6. no existe la misa tradicional de san juan crisostomo, existe la liturgia de san juan crisostomo que es muy distinta de la misa tradicional, y la cual es celebrada por los ortodoxos y los catolicos de rito bizantino. y por cierto, la la liturgia del apostol santiago es mas antigua que la propia misa tradicional.

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  3. La Misa tradicional es todo lo que está bien, es lo que nunca debió haber dejado de ser la Santa Misa

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    1. Y con todo, no es suficiente.
      No es un remedio mágico que preserva infaliblemente de todos los males, de todas las corrupciones posibles de la Religión.
      Si así fuera, no habríamos llegado al estado de cosas actual.
      Además, ¿qué quiere decir usted con "Misa tradicional"? ¿Habla del Rito Romano exclusivamente, y si es así, el del Misal de Juan XXIII, o el de Pío XII, o el "Pre-'55"? ¿Qué hay de los otros Ritos Católicos de origen apostólico?

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  4. Magistral.Y para leer muchas veces....y alabar,dar gracias,pedir perdón,rogar." Non nobis Domine, non nobis,sed Nomine Tuo daGloriam! SAL 115

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  5. Muy buen artículo Eck, como nos tiene acostumbrados.
    Entiendo que el propósito del mismo no es la, ya muy larga (aunque no trivial), disputa de nosotros los latinos en torno al rito. En especial con el advenimiento del Novus Ordo Missae. Aunque es entendible también que la mayoría de los comentarios ronden en torno a esto. Es inevitable.
    Se entiende el punto perfectamente, aunque suena un tanto estridente poner al NOM en mismo lugar que los otros ritos milenarios de la iglesia. Sería mi única objeción. Mucho se ha hablado del tema y se seguirá haciendo, pero teniendo en cuenta su origen, los testimonios en torno a su confección (de aquellos mismos que algo aportaron o fueron protagonistas) y los frutos del mismo; ya con eso bastaría para generar cierto resquemor. Ni hablar de las objeciones litúrgicas y doctrinales.
    En fin, me quedo con el quid; realmente es un don, todo lo es.

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    1. Los principios en los que me baso para defender la Misa Romana (la santidad de todos los ritos públicos de la Iglesia como manifestación de la acción de Dios) son los que me llevarían a defender la Misa Vaticana en el caso de que se intentase prohibir o reprimir. Lo que no huelga a que el rito recientisimo no necesite una reforma de calado en sus rubricas y textos.
      Creo que es hora de desvincularnos de esa querella entre los dos ritos y centrarnos en lo principal: vida contemplativa y evangelización, que es vivir la misa como Dios quiere.

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    2. Estimado Eck: creo que no podemos desvincularnos de la querella entre los 2 ritos, porque el Tradicional esta amenazado de ser aniquilado. Y si nadie pelea por el, tiene muchas posibilidades de desaparecer, o solo quedar en las catacumbas.

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    3. Sé que está muy amenazado y ya hace unos años comente lo que trajo esa querella en la Tragedia del Rito Romano y cada vez estoy más convencido de que seguir centrándonos en ese vinculo falso es hacer el caldo gordo a nuestros enemigos. En verdad, es darles la razón de que el novus es una reforma del vetus en vez de un rito distinto y seguir ahondando en la ruptura de 1969. Cuanto más lo pienso, más me convenzo de que Benedicto XVI ha visto los rasgos fundamentales del problema y ha aportado las soluciones más sensatas y sabias al problemas salvo en su idea descabellada de fusión de ambos ritos.
      Pero tengo que reconocerle y a los demás también que esto son intuiciones mías y que necesitaría de más reflexión y estudio a las fuertes y justas razones de los oponentes de estas ideas e intuiciones mías.

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  6. Cuánta inspiración la de Eck para describir la grandeza de la Misa de ayer, de hoy y de siempre. Que Dios lo bendiga por el valioso aporte de su granito de arena para que los católicos podamos seguir creciendo en la fe.
    Pero no quiero dejar pasar una noticia que hoy publican todos los medios. Me refiero al comunicado de la Diócesis de Zárate-Campana donde el obispo Pedro Laxague informa que echó al Padre Javier Olivera Ravasi por "no dar testimonio cristiano" con su reiterada conducta que no se ajusta a lo que manda la Iglesia, algo que ahora llegó al límite al saberse que organizó la visita de seis diputados de LLA a los militares "genocidas" detenidos en la cárcel de Ezeiza por el grave delito de haber derrotado a la guerrilla marxista que en los '70 se levantó en armas para hacer de la Argentina la Cuba de Sudamérica.
    En la cárcel ya murieron más de 800 de ellos -un dato estadístico que los medios siempre silenciaron- olvidados como mueble viejo y sin el consuelo de recibir al menos una caricia o un beso de despedida de sus seres queridos porque hasta eso tienen prohibido.
    Por lo visto, para Monseñor Laxague y toda la Conferencia Episcopal Argentina esa visita no fue un testimonio cristiano, sin duda ellos prefieren la complicidad con el Papa argentino quien hace unos días envió una cálida bendición al Padre James Martin por el Encuentro LGTB que presidió en EE.UU. y que esta semana recibió en audiencia privada a la hija y nieta de dos terroristas de Montoneros desaparecidas a quien le manifestó su honda preocupación por esa visita a los militares presos porque podría ser aprovechada para beneficiarlos con una prisión domiciliaria, sin duda una mala señal para todos los argentinos.
    Bien dice el evangelio de San Mateo 10, 17-22 en su cita final: "...Y seréis odiados por causa de Mi Nombre, pero el que persevere hasta el fin, ese se salvará".
    Toda mi solidaridad para con el Padre Javier, un cura valiente que no le hace asco a poner el cuerpo y el alma para seguir dando testimonio en esta hora difícil pese al odio que recibe por el fuego cruzado de los enemigos de adentro y de afuera de la Iglesia.

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    1. Paseador de perros16 de agosto de 2024, 7:21

      De acuerdo con Fuenteovejuna. El post de Eck es excelente.
      Sobre el P. Olivera es manifiesto que quienes lo acusan sea el vocero de la CEA, P. Máximo, que los obispos son unos mediocres aterrados ante la opinión pública.
      La del P. Olivera es de las pocas voces católicas que podemos escuchar en Argentina. Por otra parte la mirada de la CEA sobre este tema no le interesa a nadie y menos aún vincula a nadie.
      Estos gordos de la CEA con cara de sátrapas no corrigen ningún error doctrinal ni litúrgico de los sacerdotes, pero se apresuraron a despegarse del P. Olivera queriendo provocar un linchaje mediático sobre él. Para colmo les salió al revés. En los medios la gente defiende al P. Olivera y los putea a ellos. El P. Máximo cerró los comentarios en su cuenta porque recibía un montón de puteadas.
      Basta ver la cantidad de seguidores que tiene el las redes el P. Olivera y los que tiene la CEA o el P. Máximo o las distintas diócesis argentinas.

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  7. GASTÓN: Entre otras cosas dice en su conclusión el autor del articulo: "La misa tradicional y todos los ritos de la Iglesia, incluido también el de San Pablo VI..." Pues no, lo que él llama rito de San Pablo VI no es tradicional. Porque no fue recibida de los siglos cristianos sino fabricada por un equipo de expertos -alguno de los cuales era tan merecedor de confianza como Annibale Bugnini- y -como añadiría el liturgista Klaus Gamber- "impuesta con brutalidad".

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    1. Estoy de acuerdo con Gastón

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    2. Ya es tradicional para un par de generaciones cristianas pues no han conocido otro rito a pesar de sus graves defectos y su origen bastardo y han recibido la gracia del sacramento.
      Hacer un 1969 ( o un Traditionis custodes) al revés, como desean muchos, sería cometer el mismo error y con los agravantes de conocimiento de los perversos efectos de tal brutalidad, de usar un rito venerable como instrumento ideológico y afianzar la revolución modernista aunque vestidita de tradicionalismo.
      Sencillamente, no se puede volver al pasado pre-1969 como si nada hubiese ocurrido y quitar a la mayoría de católicos su rito cotidiano y recibido y es este toro el que debemos lidiar y no las fechorías de Bugnini, Jungman et alii sino repararlas de manera verdaderamente tradicional recuperando los tesoros del pasado

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    3. Grande Eck. Usted da catedra.

      Juancho.

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    4. Seria un gran acto de caridad hacer que el rito bimilenario o tambien conocido como Vetus Ordo llegue a todos. El modo de lograrlo es para discutirlo, ya que estamos de acuerdo en que no debe ser impuesto con la brutalidad que se aplicó el novus ordo de Bugnini (inventado de la noche a la mañana), sino con toda la prudencia y sabiduría que ha caracterizado antes a la Iglesia. Pero esta prudencia no debe significar igualar ambos ritos, como se desprende de su texto, Don Eck. Creo que Gastón, que nos tiene acostumbrados a tan buenos comentarios como ud., no se equivoca en su observación.

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    5. En verdad, igualo todos los ritos de la Iglesia. Claro que es un acto de caridad dar a conocer el rito romano y sus riqueza a toda la Iglesia, sobre todo, a los latinos pues es la herencia de sus padres. Daría toda la razón a Gaston si estuviésemos en los 70 o, incluso, en los ochenta pero han pasado cincuenta años y el rito de Pablo VI ha venido para quedarse y no veo otra solución para parar la guerra litúrgica y atacar la revolución que adoptar al bastardo e integrarlo en la familia de ritos.
      Queramos o no ya forma parte de la historia de la Iglesia, una parte de los fieles lo tiene como propio (y muchos son hombres de fe) y no se van a pasar al Vetus. Conozco casos personales pues tengo amigos íntimos en este caso y sé de su fe y vida cristiana. ¿Qué hacemos en este caso? ¿Qué solución tenemos a este nudo gordiano sino que este rito moderno vaya cambiando por acción del Espiritu Santo, subsanando los pecados de sus padres y buscando su propio camino? A muy largo plazo no veo otra solución para la mayoría de la Iglesia y para salvar al rito romano de ese vinculo nefasto que lo ata al nuevo.

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    6. Estimado Eck.
      No creo que pueda decirse que el Novus Ordo "Ya es tradicional para un par de generaciones cristianas", eso sería estirar demasiado el sentido de "tradición" en la Iglesia y en particular, en lo que respecta a los Ritos.
      Recuerde que cuando San Pío V codificó el Misal Romano, prohibió los ritos con menos de 200 años de antigüedad, por el peligro de contaminación herética... el NO sólo lleva poco más de 50 años, y su deficiencia está más que probada.
      También, los ritos se llaman "tradicionales" por ser "de tradición apostólica" y en cuanto tales, vehículos de la Tradición, no simplemente por haber sido usados por x cantidad de tiempo en x cantidad de iglesias. El Novus Ordo no puede reclamar legítimamente ser de tradición apostólica, salvo en el aberrante supuesto de Benedicto XVI con sus "dos formas del rito romano"... una completa locura, desmentida desde el principio por los propios promotores del Novus Ordo, no por nada dijeron "hemos destruido el Rito Romano".

      De todas formas, es cierto que no sería prudente "Hacer un 1969 al revés". Pero lo ideal sería el gradual remplazo del NO por el auténtico Rito Romano (y éste, también depurado y refinado, porque no olvidemos que tanto Pío XII como Juan XXIII lo retocaron para mal, con principios similares a los que alentaron la creación del NO).
      También sería deseable la promoción de los demás Ritos latinos allí donde tuvieran su legítimo uso... por ejemplo, el Rito Hispano en lo que antiguamente fue el Imperio Español.

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    7. Estoy de acuerdo con anonimo de las 15.17, era una aclaración necesaria

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  8. El castigo al cura Ravasi significa que ya no puede dar misa? Quiero decir de hecho, tal vez pueda en teoría pero se quedó sin Iglesia (edificio físico) para hacerlo y no va a poder hasta que no le asignen otra en otro lado, si lo hacen.
    Tengo muchísimos desacuerdos con él en cuestiones de historia, desde Grecia hasta el nacionalismo católico, pero curiosamente no me parece mal lo que hizo al visitar a los militares presos, que en gran parte son ancianos que deberían tener prisión domiciliaria, contra los cuales la justicia se ensaña para satisfacer el deseo de venganza de la izquierda argentina, desde el trotskismo al peronismo-kirchnerismo.
    Los liberales-socialdemócratas, empezando por los mencheviques, nunca han salvado a un país del comunismo, pero siempre son inmensamente ingratos con los derechistas que los salvan a ellos. Venezuela o Cuba son los que pasa cuando un país hispanoamericano no tiene un Franco o Pinochet que los salve del comunismo. Nuestras dictaduras de derecha no son iguales que las de izquierda, sino que siguen el modelo republicano romano, como la dictadura de Sila, por eso siempre permiten la transición al regreso a la república una vez ya restaurado el orden. El dictador de izquierda siempre se eterniza en el poder y no permite ningún cambio de modelo político.
    Ravasi se atrevió a quebrar el tabú más fuerte de la república que nació con Alfonsín en 1983, y por eso está siendo castigado.

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    1. Significativa la pagina de Clarín de ayer:
      En un cuadrito, "Echaron al cura que organizó la visita de diputados libertarios a represores condenados por delitos de lesa humanidad en la cárcel de Ezeiza" con foto de prontuario de Ravasi
      Dos cuadritos mas abajo "El impresionante cambio de look de Imane Khelif, la boxeadora apuntada por su género en París 2024: "La apariencia no revela la esencia de una persona" presentando una video de la "hermosa/o" engendro para que todos lo tomemos como ejemplo.
      Todo en la misma página...

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  9. “Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, y con toda tu alma con toda tu mente. Este el el mayor y el primer mandamiento. El segundo es como éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 31, 37-39).
    Y en orden a estos dos mandamientos expongo mi comentario al luminoso mensaje de Eck. Con respecto al primer mandamiento, lo primero que cabe decir es que la Misa es el mejor testimonio de amor que el hombre puede ofrecer a Dios, porque en ella es el mismo Cristo quien se ofrece al mismo Dios Padre y porque Él mismo así nos lo pide: “Al Señor tu Dios adorarás y a solamente a Él darás culto” (Mt 4, 10). Y, por cierto, no se trata de una ofrenda que parta del corazón del hombre, porque debe entenderse más bien como un privilegio que el propio Dios concede a quien sólo Él decide. Pues, “ninguno puede venir a Mí si no se lo ha concedido el Padre” (Jn 6, 65). De modo que cuando participamos de una Misa, en rigor, en razón de su infinito valor, estamos participando de un inefable misterio de amor que jamás terminaremos de desentrañar. Frente a lo cual sólo podremos decir: ¡Gracias Señor por su infinita misericordia!
    Con respecto a lo segundo, nos debemos al prójimo, porque ése es el sentimiento que se sigue del amor a Dios. Porque, quien a Dios ama, ama también a aquellos a quien Dios ama. Pero aquí también me quiero referir a ese raro testimonio de amor que el P. Javier Olivera Ravasi ofreció con su visita a los vilipendiados presos de Ezeiza. ¿Por qué será que no me sorprende la inmediata descalificación de que su inobjetable conducta cristiana fue objeto por parte de su inmediato superior eclesiástico? Nada se dijo en su momento cuando algunos sacerdotes de nuestra querida Iglesia Católica se sumaron al escándalo de una guerrilla que sólo trajo desolación y muerte a todo lo ancho y lo largo de nuestra querida patria. Nada se dice ahora cuando un alma misericordiosa intenta poner un paño de consuelo a quienes, incluso con todos sus errores y horrores, osaron resistirse a aquella ordalía de sangre. Y hoy, luego de pagar sus faltas con décadas de total ostracismo, si es que ya ancianos y enfermos, todavía siguen viviendo, sólo pueden ser dignos de lástima. Penas de las que no sólo fueron totalmente exentos los verdaderos provocadores del mayor drama de la historia argentina, sino también premiados por sus viles atropellos. Como dijo alguno no ajeno a dicho drama: “¡al enemigo ni justicia! Y así con la insensata lógica de quienes parecen ser cultores de la banalidad del mal se preguntan, ¿por qué no castigar, incluso en nombre de Dios y de la patria, entonces también a quienes hoy osan apiadarse de aquéllos?
    Padre Javier Olivera Ravasi, ¡que Dios te bendiga y acompañe siempre!
    ¡Dios salve a la Iglesia! ¡çalabad sea Jesucristo!

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  10. Monaguillo sinodal19 de agosto de 2024, 1:11

    Excelente artículo y descripción de la Liturgia terrenal, espejo y reflejo (aunque imperfecto) de la celestial. Hacía tiempo que no había alguien que escribiera con tanta profundidad sobre la Liturgia.
    Haría 2 salvedades:
    1) Con referencia a los últimos párrafos, el problema es que en la Misa de Pablo VI no basta con tener el "espíritu" litúrgico, dado que la propia ordenación del rito rompe con toda la Tradición, y por ello (y su espíritu protestante), con el sentido Litúrgico en sí (no niego su validez).
    2) Con respecto a algunos comentarios y en consonancia con los últimos párrafos, hay que diferenciar bien la "Tradición" de la "tradicion" (con minúscula). Los tradicionalistas que se apegan a lo antiguo por lo antiguo mismo y no buscan el verdadero espíritu y alma litúrgica que comenta Eck, caen en el extremo de (vaya paradoja) "arqueologismo progresista". En cambio, no está mal aferrarse a la Tradición, no por su pasado, sino porque es el hilo conductor que nos une con los Apóstoles y Jesucristo, por ello, a la Verdad revelada y Encarnada: la diferencia esta en el foco de amor, si amo lo antiguo o amo lo verdadero (aunque puedan haber cosas que no me gusten subjetivamente). Hoy en día, lamentablemente, hay dentro de los tradicionalistas, "fanáticos" que han caído en lo que ellos mismos critican: "modernismo", por el arqueologismo que practican.

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  11. Excelente articulo, lo usaré de relectura espiritual.
    Dios bendiga a su autor y a su divulgador.

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