En el artículo anterior me preguntaba sobre la posibilidad del acceso al trono de Pedro de un Papa loco, o semiloco, al estilo Milei. Y postulaba para el puesto al cardenal Müller. Algunos lectores malinterpretaron el post, creyendo que yo profetizaba la elección de Müller y, por tanto, ellos mismos hacían sus propias profecías. Profetizar por profetizar es fácil; profetizar movidos por el Espíritu es mucho más difícil. Lo primero no tiene sentido, y lo segundo no depende de nosotros. Dejémoslo entonces de lado.
Una cosa distinta es lo que los ingleses llaman wishful thinking. Es una expresión que se refiere al acto de creer que algo es verdadero o posible simplemente porque se desea que lo sea, sin una base sólida en la realidad o en hechos comprobables. Se podría traducir al español como “pensamiento ilusorio” o “ilusión optimista”. Sabemos que no estamos profetizando; somos conscientes de que no es más que una ilusión y, sin embargo, nos convencemos de ella. No creo que sea algo malo siempre que se evite el peligro de creer que se trata del fruto de un fino análisis de la situación actual lo cual, el protagonista, se autoeleva al rango de intelectual clarividente. En el caso del post anterior, eliminé varios análisis de este tipo: el autor, o autores, elaboraban un fino análisis según el cual Mieli venía a destruir lo poco que quedaba de Argentina comisionado por el sionismo y la masonería, que tienen, como todo el mundo sabe, el objetivo principal de destruir a esta gran potencia in nuce, cuna de grandes hombres honrados por la humanidad como Diego Maradona o Jorge Bergoglio. Wishful thinkings distópicos, frutos de la pura imaginación.
Estos casos ingenuos, sin embargo, no son de los que más hay que precaverse. Creo que hay situaciones en las que los “pensamientos ilusorios” pueden nublarnos la capacidad de juicio sobre la realidad. Y pongo un ejemplo que recordé hace unos días releyendo algunos de los libros de Tatiana Góricheva. Muchos lectores se acordarán de esta escritora rusa, exiliada en los ’80, convertida a la ortodoxia y que se hizo famosa en Occidente por sus libros sobre Rusia y el sufrimiento del pueblo ruso bajo el régimen soviético. Entusiasmó a mucha gente, entre ellos muchos buenos amigos y grandes maestros que todos conocemos, que estaban expectantes ante la previsible caída del comunismo. Y ellos, como Góricheva, estaban convencidos de que una vez caído el régimen, el pueblo ruso volvería en masa a la práctica religiosa, y sería esa Rusia cristiana la que salvaría al Occidente decadente.
Después de más de treinta años, sabemos que no fue más que un wishful thinking. Es verdad que, caído el comunismo, hubo un tibio repuntar de la práctica de la fe. Sin embargo, en la actualidad sólo el 1% de la población rusa es practicante (fuente). Setenta años de militancia atea y los espejitos de colores que vende Occidente no pasaron en vano. No puede esperarse más de Rusia sino que siga conservando la liturgia y su literatura. No queda otra cosa.
Sin embargo, la necesidad de ser precavidos con respecto a los wishful thinking no debe llevarnos a vivir descorazonados, creyendo que estamos condenados a un ineluctable futuro oscuro y desesperante. Porque la historia nos enseña que el curso que parecía completamente previsible e imposible de torcer, no solamente puede ser torcido y desviado, sino que puede serlo como consecuencia de un solo personaje o de un solo suceso, y en muy poco tiempo.
Escribe Stefen Zweig en Mensajes de un mundo olvidado: “La historia pasa años fluyendo con normalidad a un ritmo casi monótono, pero en algunos instante extraordinarios, de pronto, las orillas se juntan, brotan los rápidos, surge una corriente frenética, una tensión excitante, y de golpe la escena histórica se llena y rebosa con una horda de figuras en ingenioso contraste”.
Tomemos el caso de Lutero, un fraile agustino del montón, que se alzó solamente con sus escritos, lo siguió un ejército de fanáticos salvajes como el de Thomas Müntzer, y eso provocó la Reforma, a la que se adhirieron varios príncipes alemanes. Y todo terminó con el alejamiento del emperador Carlos V al monasterio de Yuste en 1557 y, con esa decisión, la caída del gran imperio hispano-germánico.
O pensamos en la Revolución Francesa que, en un plazo de cinco años disolvió y transformó Europa e inspiró la independencia de los reinos hispanoamericanos, cuyos “libertadores” y próceres abrazaron e impusieron los ideales de la revolución a las nuevas naciones “libres” (e inmaduras para gobernarse por sí mismas). En otras circunstancias, este proceso sólo podría haberse desarrollado en no menos de un siglo.
En fin, que sin caer en los pensamientos ilusorios, tampoco está bien caer en la desesperanza, la tristeza y el tedio. Nadie sabe el día ni la hora de la venida del Señor, y tampoco de sus juegos e intervenciones en la historia.
Lo que pasa en Madrid es bastante elocuente.
ResponderEliminarLas personas que se van de la Iglesia Católica se van a las Iglesias Protestantes.
Y todos son " seguidores de Pablo"
La reforma protestante triunfó por el clima espiritual del momento y las ansias de renovación religiosa, el cansancio ante la corrupción del clero, el antirromanismo de una parte de la iglesia germánica —presenta hasta hoy—, el rechazo de algunos príncipes alemanes al proyecto imperial de Carlos V, la alianza política de Lutero con los príncipes alemanes y su rápida radicalización, la pasividad del papa, más preocupado por su enfrentamiento con el emperador y la incapacidad de Carlos V de alcanzar algún tipo de pacto con los luteranos. El concilio que tanto reclamó Carlos para frenar el luteranismo llegó muy tarde, cuando el protestantismo ya se había extendido con fuerza y arraigado en una parte de Europa.
ResponderEliminarSobre la posibilidad de una recristianización de Occidente, creo que la Revolución Francesa, la implantación de los estados liberales, la laicidad y la separación Iglesia-Estado podría ser un punto de no retorno. A mi juicio, una de las razones necesarias del triunfo del cristianismo en el pasado, además de su mensaje de salvación y de caridad y ayuda al prójimo, fue su conversión en religión oficial del imperio romano con Constantino y, sobre todo, que logró convertir la fe en la base del ordenamiento político-jurídico y de la cosmovisión institucionalizada durante la Edad Media, dando origen al régimen de cristiandad. La fe cumplió la doble faceta de “credo” como virtud teologal y “fides” como principio político. Una vez que en el siglo XIX la política se desentendió de la religión cristiana para organizar la sociedad, el cristianismo inició su decadencia progresiva. Sin política, es difícil y poco probable que una religión triunfe como lo hizo el cristianismo, pero, como dice Caminante Wanderer, el curso de la historia es impredecible y otros factores no políticos puedan influir en una vuelta del cristianismo como fundamento ideológico y moral de la sociedad.
El "catolicismo" (cristianismo niceno, sería más adecuado) se convirtió en religión oficial del imperio con Teodosio, no con Constantino.
Eliminar"La reforma protestante triunfó" ...porque hubo una fuerte crisis económica (inflación argentina) producida por la llegada de metales preciosos de América. Esto arruinó a mucha gente, tanto nobles como campesinos.
EliminarFueron los príncipes locales los que promueven la "reforma " porque por una parte significa que se quedan con TODOS los bienes de la Iglesia y por otro porque, al controlar totalmente al nuevo clero protestante, controlan a través de este a su población. Se produce una concentración de poder político.
No sé el caso de Alemania(s), pero en la Inglaterra de Enrique VIII, imponer la reforma a la población causa 70.000 víctimas.
Con su hija Isabel, el mismo gobierno inglés calculaba que un tercio de la población era católica, a pesar de las medidas para forzar a la población a aceptar la reforma.
No es la "incapacidad de Carlos V de alcanzar algún tipo de pacto".
Intentó todo. El inconveniente estaba en que los príncipes luteranos no querían devolver a la Iglesia Católica sus propiedades.
(En Inglaterra se calcula que las propiedades funerarias de la Iglesia Católica era un tercio de toda la tierra agrícola del reino)
" la corrupción del clero "
Habría de todo, como en botica.
Pero en España los Reyes favorecen esa reforma de costumbres, sin necesidad de robar nada.la
¿No habría en territorio luterano un monje o una monja justos que justificase no cerrar las casas religiosas y echar a la calle a sus miembros?
¿TODOS estaban tan corrompidos que no había otra solución que disolver las órdenes y robarles ( "desamortizar") sus propiedades?
Hay un libro de sociología histórica llamado "el triunfo del cristianismo" en el que creo que decía que la causa principal del triunfo del cristianismo fue que los cristianos no hacían abortos y tenían más hijos que los paganos. Y los hijos de cristianos e tan educados como cristianos.
EliminarAquí se mencionan una serie de factores que, indudablemente, provocaron la aparición y el triunfo de la Reforma protestante. Pero en ningún caso se menciona a Lutero. Yo creía que él había tenido algo que ver.
EliminarSoy de familia Luterana (lo cual no me da ninguna autoridad sobre el tema) y leí uno de los dos volúmenes de las obras completas de Lutero porque los encontré baratos en una librería.
EliminarMi impresión es que Lutero era un hombre que sufría de escrúpulos, que se había metido a monje cuando no podía dejar de pensar en sexo cotidianamente, y eso le causaba escrúpulos y la sensación constante de que estaba condenado al infierno. Recuerdo que él trató de resolver sus problemas mentales con asesores espirituales que intentaron hacerle confiar en la misericordia divina, pero no le sirvió de mucho.
Entonces, llegó a la "epifanía" herética de la salvación solo por la fe, como forma de poner fin a su drama mental, y poder dejar de vivir una vida de escrúpulos y terror constante al infierno. Básicamente, su herejía fue motivada por la necesidad personal de recobrar su salud mental. Su idea es que los hombres somos como una pila de bosta de caballo, pero que si tenemos fe, pasamos a ser una pila de bosta de caballo cubierta de blanca nieve.
Todavía hoy en día, en lugares como Estados Unidos, se ve protestantes que reparten papelitos que dice "do you accept Jesus as your personal saviour?", o los ponen en los parabrisas de los autos, e invitan a la gente a que diga que Sí, acepto a Jesucristo como mi salvador personal, porque creen que una vez que se hace esa manifestación de fe, ya están salvos de por vida sin posibilidad de perder la salvación. Eso viene de Lutero.
Ahora, el éxito de la reforma protestante en toda Europa no tiene que ver necesariamente con el drama psicológico de Lutero. Yo creo que lo económico fue muy importante. En la época del nacimiento del capitalismo, la reforma protestante les permitió a los europeos del norte robar todas las propiedades de la Iglesia, que eran muchísimas, y repartírselas entre nobles y burgueses. Además, fue posible ponerlas a trabajar de forma optimizada las tierras de la Iglesia para mayor producción y rentabilidad, de forma moderna, muy distinta a un monasterio medieval. Otra cuestión de índole económica es lo que Weber llamaba la ética protestante y el espíritu del capitalismo. En las sociedades católicas los ricos ven su riqueza como un problema para su salvación, recuerdan lo del camello y el ojo de la aguja, o lo de Lázaro y el hombre rico, en las protestantes, la riqueza no es problema sino prueba de elección divina y bendición de Dios. El ejemplo moderno más burdo sería el Prosperity Gospel de Estados Unidos.
A eso hay que sumarle otros factores. Inglaterra tal vez hoy todavía sería católica si Catalina de Aragón hubiera podido producir un heredero varón. Ahí se produjo la reforma por el deseo de casarse, divorciarse y recasarse multiples veces del monarca. En otros lados influyó lo político y nacional.
No creo que sea una completa casualidad que la frontera entre catolicismo y protestantismo en Europa sea tan parecida a la frontera del Imperio Romano.
El anónimo de las 19:35 da en el clavo con respecto a Lutero. Lutero no adoptó su herejía porque no quería confesarse: se confesaba todos los días, y aún así no lograba estar tranquilo.
EliminarMi hipótesis de psiquiatra de sillón es que era un caso de síndrome de Asperger, un aspie de gran capacidad obviamente, y a quien por ello el abad recargaba de tareas (enseñanza, manejo de las finanzas del convento, etc.) como él cuenta "trabajaba más que el resto de los monjes juntos". La clave es que si un aspie está abocado a tareas no le queda capacidad mental para controlar los pensamientos que le vienen. En otras palabras, si quiere "apagar la TV interna" tiene que dejar de hacer lo que está haciendo. (Eso se debe a una subconectividad neuronal de larga distancia.) Pero como él no era consciente de su atipicidad y de las limitaciones que ésta implicaba, no se daba cuenta de que los pensamientos que se le cruzaban mientras trabajaba no eran pecado!
La hipótesis del Asperger está alineada también con su total incapacidad de negociar. Recordemos que quien organizó la comunidad eclesial luterana fue Melanchton, no Lutero.
De paso, Milei es claramente aspie.
Agrego a mi comentario sobre la hipótesis de que Lutero tenía síndrome de Asperger (unido obviamente a un desbalance de neurotransmisores que causaba TOC, una comorbilidad muy común), que si la epifanía que dije que habría debido tener y no tuvo (que cualquier pensamiento que le venía y se desarrollaba mientras estaba haciendo algo era inculpable) no era suficiente para darle un grado de certeza de que no había pecado que le permitiera comulgar tranquilo, entonces debía haber concluido que a él no le daba el cuero para la vida religiosa, la cual implica la comunión diaria, y decidir vivir tranquilo como laico y practicar la fe hasta donde podía.
EliminarSu caso fue como si un albino, porque él no puede exponerse al sol más de unos pocos minutos sin desarrollar eritema, convenciese a la mayoría de la población que es dermatologicamente normal a evitar exponerse al sol.
Como cualquier otra crisis en los milenios de historia católica, la actual crisis está causada por una insuficiencia de santos. Por eso un patrón en las apariciones de Nuestra Señora: una llamada a cada uno a llevar vidas más santas, más profundamente católicas. Siempre que la Iglesia se descarría, la respuesta adecuada es siempre la misma: todos en la Iglesia deben vivir la llamada a la santidad de una manera más radical. Todos.
ResponderEliminarLa conclusión es dura para la naturaleza humana pero inapelable: solo se puede rezar y actuar dentro de lo que cada uno puede debe y debe hacer en cada momento. Lo que no controlamos lo controla Dios. Pluga a Dios concedernos lo que le pedimos. A partir de ahí, lo demás es trabajar en lo que cada uno esté. Si, es durísimo y a mí personalmente me cuesta mucho aceptarlo pero no hay más, pero si intento controlar lo que no está en mano controlar acabo loco. Ejemplo: yo que estoy convencido de la bondad de comulgar de rodillas en la boca y de la inconveniencia de hacerlo en la mano, explico a mis amigos mis razones y les invito a comulgar de esta manera. Tenemos la suerte de contar con sacerdotes diocesanos que nos comprenden y que no ponen ningún reparo a esta práctica y muchos la apoyan con reclinatorios. Hasta ahí lo que yo puedo hacer. Que por mi se restauraría la misa tradicional (suprimiendo el novus aún con el conflicto que pueda generar), un anhelo del corazón, pero no puedo perder mi tiempo haciendo cábalas y fantaseado. Solo queda rezar, pues no está en mi mano emitir la un Motu ni una Constitución Apostólica. Lo demás que puedo hacer pues apoyar las comunidades que celebran misa tradicional y explicar a quien pueda sus bondades. Si yo fuera sacerdote y fuera valiente pues o estaría en un Instituto o jugaría con el obispado teniendo mano izquierda. Pero estaría haciendo solo lo que puedo y debo en mi ámbito de control. Ya está la única solución rápida y no es una solución es poner bombas o chantajear al próximo cónclave. Mejor desengañarse
ResponderEliminarAnónimo 8:14:
ResponderEliminarLa conversión del cristianismo en religión oficial del imperio romano con Constantino fue una de las razones de su triunfo durante siglos. Es que no hay "solución" que no sea ambigua. Porque también es cierto que la Iglesia debió pagar no pocas veces el precio de su estatalización y últimamente sometimiento a la hegemonía. Hablemos sin rodeos de la relación Iglesia y Estado. Cuando Cristo dijo “Pues den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.” (Mt 22:21), establece un límite muy preciso, no dice que César es un usurpador, sino que aquél impuesto a pagar es de César, pertenece al César, es el derecho que el César tiene, es de su jurisdicción legítima, no tiene porqué copiar la ley de la Iglesia. Cuando la ley de la Iglesia se transforma en ley de Estado, deja de ser ley de la Iglesia, no depende más de la Iglesia, es otra autoridad la que se sobrepuso a la Iglesia y hace lo que quiere con ello. Y acá puede aprovecharse la mentada batalla cultural. La Iglesia tiene que ser una fuerza cultural capaz de oponerse al estado, algo completamente diferente a ser la madre del estado, la matriz del estado. El estado no tiene que ser cristiano, cristianos debemos ser nosotros, al punto incluso de no obedecer una imposición estatal anti-cristiana. Dejemos que el estado se constituya a su modo, pero conservemos nuestra fuerza. En tal sentido, la Iglesia debería constituir una fuerza cultural sin ninguna dependencia respecto del estado y tan poderosa que el propio estado no se anime a levantarse contra ella.
GASTÓN: Un eminente pedagogo español, D, Andrés Manjón (1846-1923) elaboró un catecismo a base de preguntas y respuestas no de contenido religioso sino de virtudes cívicas en el que entre otras se preguntaba qué es lo que tiene que hacer un buen gobernante para que su pueblo prospere: "Premiar a los buenos y castigar a los malos" Cualquiera que esté metido en la vida de la Iglesia conoce muchos laicos, sacerdotes y religiosos que son buenos, incluso muy buenos. Aparte del imprescindible auxilio divino la solución al actual desastre se encontraría en aplicar esa norma. Que gente buena en la Iglesia ¡vaya que la hay!. Aunque en el actual regimen -y ya hace décadas- se viene promoviendo en el mejor de los casos a mediocres. Lo que en parte se explica por el filtro de la conferencia episcopal que se rige por la ley del número y no de la molestísima excelencia. Por ahí podría ir la solución de la actual crisis. El problema es quién le pone el cascabel al gato
ResponderEliminarEl tema de las profecías es un misterio más que interesante. Nuestro Señor nos dejó muchas, alguna como la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70 ya se cumplió, otras están para cumplirse.
ResponderEliminarAcorde con ello, yo diría que el sueño de Góricheva y de algunos buenos amigos de Don Wander que creían que la caída del comunismo traería la conversión de Rusia y la salvación del decadente Occidente, a lo mejor está para cumplirse. Me refiero a lo que dice la profecía de Fátima según la cual Rusia finalmente se convertirá. Mejor me explico:
Cuando el comunismo cayó en 1991 y pasados ya 33 años Rusia todavía no se convirtió, muchos habrán pensado que la profecía de Fátima tampoco se cumplió. Sin embargo, tal vez no sea así. El viejo comunismo, reconvertido hoy en marxismo cultural que acepta la ideología de género y toda la corrupción LGTB igual que Occidente, por su fácil penetración parece encerrar un peligro aún mayor que el de la guerra fría.
Al menos esa es la realidad que tenemos ante nuestros ojos viendo lo ocurrido en Rusia desde el ascenso de Putin al poder y la vertiginosa dinámica del marxismo cultural en Occidente.
Todo indicaría entonces que la profecía de Fátima, lejos de quedar desactualizada, estaría más vigente que nunca.
Si hay alguna opinión en contrario me gustaría conocer los motivos, porque hasta que no se cumplen las profecías siempre son desconcertantes.
Fuenteovejuna, es posible que el alcance de la profecia "Rusia se convertirá" sea el definido por su contexto inmediato: "difundirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones contra la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas", en otras palabras, que la conversión se limite a dejar de hacer eso. Claramente los errores en cuestión se refieren al marxismo-leninismo, al cual Rusia dejó de difundir a más tardar en 1991, comenzando en agosto con la disolución del PCUS tras el fracaso del golpe contra Gorbachev y terminando en diciembre con la disolución de la URSS.
EliminarPor lo tanto, si entendemos el alcance de la profecía a partir de su contexto inmediato, entonces se cumplió en 1991.
Estimado anónimo de las 15:07
EliminarEntiendo sus razones, pero no estoy de acuerdo. Fíjese un detalle, la Virgen no habla de comunismo, habla de Rusia. Es cierto que después de 1917 el comunismo difundió sus errores por el mundo y promovió guerras y persecuciones contra la Iglesia tal como la Virgen profetizó, pero sospecho que la profecía es más amplia y va mucho más allá porque ella habló de Rusia, no del comunismo. Por tal motivo, creo que después de un siglo largo la profecía está a punto de cumplirse. Rusia está al acecho, la caída de Ucrania no tardará en llegar y Macron tal vez tenga razón cuando dice que si Ucrania cae Europa estará en grave peligro como nunca antes lo estuvo. No olvide que la Iglesia es la madre de Occidente, y a pesar de que la Civilización Cristiana que un día fue hoy ya no lo es, estoy convencido que el hijo correrá la suerte de la madre. Tal vez los dos podamos verlo, no creo que falte mucho...
Entendido.
ResponderEliminarA propósito del post Pensamientos ilusorios y desesperanza
ResponderEliminar“Es verdad que, caído el comunismo, hubo un tibio repuntar de la práctica de la fe. Sin embargo, en la actualidad sólo el 1% de la población rusa es practicante (fuente)” (Wanderer)
Coincido con usted Wanderer. No se puede vivir sin tener iiusiones. Pero tampoco es bueno apoyarse del todo en ellos. La idea es apoyarse en el único punto de apoyo que tiene base en la realidad. Y usted, como buen hombre de fe, lo dice bien, y eso es lo que todo hombre creyente y realista quiere escuchar: “Nadie sabe el día ni la hora de la venida del Señor, y tampoco de sus juegos e intervenciones en la historia”. Yo sólo quiero poner el acento donde no parece que haya mayor respaldo a la esperanza, como lo puede ser, la mención de ese muy humilde 1% de la población rusa practicante, cuya explicación estribaría en los setenta años de nefasta opresión del comunismo. Claro que no habría que ir tan lejos para mostrar la falta de fe de la población actual. Basta contemplar el triste cuadro de los templos católicos vacíos para advertir que en el frívolo Occidente tampoco hay mucho espacio para abrigar mayor esperanza d efe entre los hombres.
Lo que quiero decir, es que si ese 1% de la población rusa, habla de la escasa presencia de la fe cristiana del actual pueblo ruso, también es signo de que todavía hay una fe viva en la Rusia post soviética. Y si bien es cierto que, por otra parte, en Occidente las Iglesias hoy están prácticamente vacías, eso no quita la evidencia de que, si sus puertas están abiertas, es porque, por poca que sea, todavía hay gente que sigue entrando en ellas. Prueba cabal de que la reducción de la Iglesia de que hablaba el cardenal Ratzinger, aunque hoy lamentablemente ya es un hecho incuestionable, pero eso mismo es también prueba de que la Iglesia del siglo XXI, pese a todas sus debilidades y defectos, todavía sigue viva en el corazón de muchos hombres.
Desde luego, con inmenso realismo, hay que reconocer que la situación actual es ostensiblemente más grave que la de los primeros cristianos, porque, si bien estos tuvieron que luchar contra los errores y costumbres de quienes desconocían el mensaje evangélico, hoy, de lo que se trata es de hablar de Dios y de la Iglesia, a quienes, al parecer, ya han renegado manifiestamente tanto de Dios como de su Iglesia. No obstante, también hay que recordar que, tanto hoy como ayer, la Iglesia católica siempre tuvo tiene y tendrá un incuestionable punto de apoyo: la inconmovible realidad de un Dios, cuya omnipresencia y providencia se manifiesta tanto en la majestuosa inmensidad del universo entero, como también en el no menos maravilloso y vigoroso testimonio de los santos y mártires de todos los tiempos. Porque, lo importante no es que todavía el hombre siga creyendo en Dios, sino, que, como lo prueba el fascinante nacimiento de cada niño en el mundo, sea el propio Dios quien siga poniendo su esperanza en todos los hombres.
¡Dios, quédate con nosotros! ¡Alabado sea Jesucristo!
Lo que sucede muy a menudo es que siendo como somos seres humanos débiles, tendemos a la desesperanza olvidando las promesas que Dios nos hizo.
ResponderEliminarTal vez eso suceda porque no tengamos la fe suficiente.
Fe, lo que se dice fe, sí tenemos y en ella desbordamos.
EliminarLo que nos falta es la simple caridad, que se traduce en obras de Misericordia, las materiales y espirituales.
Eso nos falta, las obras y nos sobra la palabra fácil y vacua.
La fe desborda en esterilidad cuando lo único sustancial y necesario es caridad.
Motivos para el pesimismo hay:
ResponderEliminar"Obispos de la provincia argentina de Santa Fe: «La Provincia no es, ni puede ser, de ninguna manera católica»
Los obispos de la Provincia de Santa Fe (Argentina), encabezados por el arzobispo Sergio Alfredo Fenoy, han expresado su posición respecto al debate sobre la reforma constitucional en torno al artículo 3, que define a la Provincia como «Católica, Apostólica y Romana». Los prelados dicen que hay que adaptar la Constitución al pluralismo religioso y a la autonomía entre el Estado y las instituciones religiosas, y aseguran que la actual formulación de dicho artículo resulta inapropiada en el contexto actual de diversidad."
Nunca leyeron nada anterior al CVIi y a este lo interpretaron mal
EliminarEl comunicado de los obispos de Santa Fe tiene errores,inconsistencias y carece de prestaciones.
EliminarPor ejemplo menciona el concepto de "con todos" del Papa y deja afuera a los ateos.
El Padrón Electoral no se hace así.
Exactamente, Casaubon. Dignitatis Humanae es totalmente compatible con la confesionalidad del Estado.
EliminarTodo muy lindo, peerooo, veo a los Arzobispos de Bs As y La Plata y... Marcelo
ResponderEliminarLa crisis forma parte de la vida y la Iglesia desde sus inicios enfrentó crisis. La Verdad Revelada, contenida especialmente en la Enseñanza de Jesucristo, ha exigido siempre a la Iglesia, además de la aceptación de su contenido por la fe, un esfuerzo constante de inteligencia tendiente a lograr una mayor comprensión. A la par, siempre estuvo el desafío de la misión profética buscando dar respuesta a los signos de los tiempos. Así fue como pasó por la crisis de incluir a los paganos al Bautismo sin exigirles la circuncisión; aceptar que la terminología bíblica no era suficiente para resolver las controversias trinitarias y cristológicas, por lo cuál debió emplear terminología filosófica; abrirse a la estructura que el Imperio Romano le brindaba y aceptar la cultura grecorromana que enriqueció su función evangelizadora a través de los estilos artísticos y configuró su litúrgia, sobre todo con el empleo del latín. El mismo Santo Tomás de Aquino y la escolástica en general, que hoy resulta clásica y garantía de ortodoxia, en su momento fue revolucionaria por la incorporación de la dialéctica filosófica y la introducción de Aristóteles, que llegó a la cristiandad de manos de los musulmanes. Y así podríamos seguir repasando la historia percibiendo que, desde el principio, la Iglesia fue avanzando en su misión sin miedos a las culturas ni a los acontecimientos históricos. Lo que hoy notamos como amenazante o como peligrosa novedad, quizás los siglos lo perciban como realidades clásicas. El tiempo confirmará si lo que hoy estamos viviendo es malo o es el nacimiento de una nueva realidad querida y permitida por Dios. Que Gamaliel (Hch. 5, 34-40) nos sirva de inspiración.
ResponderEliminarDon Martin Lutero.Uno en la masa.
ResponderEliminarLeón Tolstoi en su Guerra y Paz desconfía de la incidencia de las grandes personalidades en la historia. El considera que los historiadores describen arbitrariamente los sucesos que son en realidad producidos por una infinita cantidad de actores, adjudicándolos a un determinado actor principal.
Pienso que en la historia el único actor principal es la Providencia que en ese misterioso menjunje con la libertad de los hombres avanza hacia un final predeterminado.
Pongo un ejemplo actualísimo. Según INFOVATICANA el Papa francisco estuvo a punto de firmar nuevas restricciones a la Misa Tridentina, y no lo hizo a pesar de tener el escrito sobre su escritorio, por una charla telefónica con un querido amigo ruso, de quien desconocemos la filiación.
Y así es en todo acontecer histórico, los que generan los cambios son los "sin nombre", como barruntaba en Guerra y Paz, Pierre Besujov prisionero junto a un viejo soldado, en la retirada francesa de Moscú.
Muchos piensan que si la Iglesia Católica no hubiera hecho el "aggiornamento" conciliar ni hubiera cambiado su liturgia, no habría sufrido la sangría de fieles que ha sufrido. Sin embargo, la Iglesia Ortodoxa Rusa no ha tenido un Concilio Vaticano II ni una reforma litúrgica y también se encuentra en horas bajas.
ResponderEliminarEs cierto, no obstante, que en la ortodoxia no existe la obligación de oír Misa entera todos los domingos como en la Iglesia de Roma.
pues a pesar de las horas bajas, la iglesia ortodoxa rusa se encuentra en una mejor situación que la iglesia catolica en europa occidental.
EliminarHay suficiente Fe para cambiar las cosas en alguna medida. Lo que falta es Caridad. Siempre estamos a vueltas con la extensión de las herejías, pero lo más peligroso que se ha extendido en la Iglesia es la indiferencia y el individualismo de la modernidad y las ideologías liberales.
ResponderEliminarA la caída de la URSS, en toda Rusia sólo quedaban abiertos sobre unos diez monasterios. Actualmente son más de ochocientos. Esto es un signo de vitalidad importante porque demuestra que muchos rusos han decidido consagrar su vida a Dios de forma radical.
ResponderEliminarEn vísperas de la Inmaculada abre sus puertas Notre Dame.
ResponderEliminarEl liberalismo en la Arquitectura quiso borrar toda la historia de la Iglesia en Notre Dame pero no pudo por hombres de buena voluntad que presentaron batalla cultural ante este avance del modernismo
Se llamo la batallas de los altares y confesionnarios.
Cuanto defensores de la historia tenemos en el mundo .
Eso si los enemigos está muy bien adentro, tenemos el ejemplo de los Obispos de Santa Fe que perdieron la Fe.
Dicen que quieren cambiar el nombre de la provincia Santa Fe, a Santa CHE.....
INMACULADA REINA
Hace instantes Macron recibió a los mandatarios de distintos países invitados a la reinauguración de la Basílica de Notre Dame. TN mostró las imágenes y para ilustrar las obras de restauración entrevistó a Romain Nadal, embajador de Francia en nuestro país.
EliminarVale destacar que como cierre de la entrevista Nadal manifestó que Notre Dame es la síntesis más acabada de "libertad, igualdad y fraternidad" que une a todos los franceses, más allá de cualquier religión o ideología.
Yo diría que Francisco debe estar más que de acuerdo con esa opinión del embajador, que por otra parte refleja de maravillas el viejo lema masónico que motorizó la Revolución Francesa más allá de que en esta ocasión puntual el Papa argentino no haya querido estar presente molesto -según se dijo- por la interpretación blasfema de la Ultima Cena que mostró el video de inauguración de los Juegos Olímpico de París. De todos modos, la presencia o no de Bergoglio en esa ceremonia es un detalle. Entre Macron y el Papa hay muchas coincidencias, especialmente el respeto a las minorías como la comunidad LGTB que según dice hace largo tiempo viene luchando por sus derechos.
Sí, no cabe duda alguna, el enemigo está adentro y ocupando los puestos claves...
Francisco no fue porque el no es el centro de atención.
EliminarCon Trump no va poder el Papa Populista.
«De la crisis actual surgirá una Iglesia que habrá perdido mucho. Se hará pequeña, tendrá que empezar todo desde el principio. Ya no será capaz de habitar los edificios que construyó en tiempos de prosperidad. Con la disminución de sus fieles, también perderá gran parte de los privilegios sociales». Esta afirmación es de Joseph Ratzinger.
ResponderEliminarUno de los grandes responsables de que haya pasado exactamente eso.
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