Se me dio anoche por mirar un poco de televisión nacional y, como de costumbre, fue una experiencia breve y repugnante. Pero esta vez tuvo un plus de asco y, sobre todo, de tristeza ocasionada por la descarada defensa de todos los medios de comunicación, periodistas y actores de la ley del homomonio. No sabemos si saldrá o no saldrá pero, como sea, es sólo cuestión de tiempo; se trata de una batalla perdida. Ciertamente, había que darla y batirse con gallardía, pero sabiendo que más pronto que tarde la perderemos. Pero, en fin, no me interesa hoy hablar de eso. Muy bien lo ha hecho un amigo cuyo texto podrán encontrar en el Arcón de archivos de Wordpress.
El dolor y la orfandad propia de los discípulos que miran al cielo en el monte de los Olivos, y que muchos de nosotros sentimos cada día con mayor intensidad en la persecución que el mundo envalentonado inflige a la Iglesia de Cristo y a sus hijos, me lleva a preguntarme “¿Hasta cuándo?”. Es lícito, como lo hacían los primeros cristianos, desear y suplicar con vehemencia por la segunda venida del Señor y rezar cada día: ¡Maranatha!. Sin embargo, no está en nosotros conocer el momento de ese día venturoso y, por eso, creo que bien podemos pedir una visita o un signo que nos ayude a seguir.
La pregunta que me hago es quiénes podrán reconocer esa visita. En el Antiguo Testamento, las “visitas” son reconocidas por los perseguidos, los solitarios y los despreciados, no sólo del pueblo, sino también de los sacerdotes judíos. Tal es el caso de Elías que reconoce al Señor en la brisa, refugiado como estaba en el desierto debido a la persecución de su pueblo, y tal es el caso de Daniel, único capaz de reconocer al arcángel Gabriel.
En esta segunda etapa de la historia de la salvación, quien reconocerá al Señor será, ciertamente, la verdadera Iglesia. Y aquí está el problema, porque no podemos identificar sin más a la verdadera Iglesia con la Iglesia católica como estructura. En efecto, creo yo que la mayor parte de nuestros obispos son incapaces de reconocer al Señor. ¿Alguien, por ventura, puede imaginar al cardenal de Buenos Aires reconociendo al Señor y a sus signos? Yo creo que en la verdadera Iglesia hay muy pocos obispos, muchos sacerdotes y muchísimos laicos (me queda la duda si habrá alguna monja). Entiendo que esta afirmación es peligrosa porque muchos podrían estar tentados a dejar la Iglesia oficial, o la estructura de la Iglesia, lo cual sería un error. Mal que nos pese, necesitamos de los obispos y ellos tienen una función que cumplir, aunque resulten, como sucede con frecuencia, los constantes y peores traidores del mensaje evangélico.
Pero, entonces, ¿quién sabe cuál es la verdadera Iglesia y quiénes están en la verdadera iglesia? Sería también muy fácil decir: “Yo estoy, porque soy del grupo de los buenos”. Es esta otra actitud peligrosa, porque si yo soy del bando de los buenos, Dios está conmigo y todo lo que yo y mis amigos hagamos estará bien. Y de aquí a una secta, hay muy poco trecho. Ciertamente, hay una certeza interna, que no es luz, de que estamos en la verdadera Iglesia y de que seríamos aptos para reconocer al Señor cuando venga. Pero, ¿hay algún modo de comprobar esa pertenencia? O, al menos, ¿algún modo de falsarla? No lo sé; me parece que solamente queda la opción de creer, es decir, de caminar a ciegas.
La tercera pregunta que me hago es de qué manera reconocer la visita del Señor. Como dice Newman, todas sus visitas, sea para destruir a sus enemigos, sea para librar a su pueblo, son silenciosas, súbitas e imprevisibles para los hombres del mundo, pero comprendidas de un cierto modo y esperadas por su verdadera Iglesia. Es casi como la imagen de Holman Hunt que ilustra este post. En medio de la noche y en silencio, el Señor golpea la puerta. Y será, quizás, que lo reconocemos por la luz tenue que lleva en su candil o por la paz inconmensurable que deposita en el alma.
Yo creo que es esto último, justamente, la fuente de las certezas relativas que podemos tener: reconocemos al Señor porque nos “toca” el alma. ¿Postulo un fenómeno místico? No lo sé. En todo caso, es un tema que merece otro post.
Estimado Wandderer,
ResponderEliminarA que se refiere usted con visita?
Nuestro señor en persona o alguna enviado y/o señal?
Porque si hablamos de señales, tenemos varias apariciones de Nuestra señora que no dejan lugar a dudas (Fatima, Guadalupe, etc).
Por ahi no hacen falta ni visitas ni señales porque no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Ahora con respecto a si pertenezco a la Iglesia verdadera o no, yo en mi ignorancia resuelvo ese problema de la siguiente forma: rezo el Credo (el de Nicea para eliminar dudas) y no veo incongruencias entre lo que ese credo dice y lo que yo creo. Que hay severos problemas con obispos, laicos y curas, no es novedad, y ellos tendran que responder por sus faltas llegado el momento.
Ahora lo unico que no termino de entender es que cuernos pasa al final de los tiempos con apocalipsis el antipapa y el anticristo, Se equivoca la Iglesia "institucional" al final?
Ahi no se, a veces pienso que todo se esta yendo al garete y que todo se acaba mañana, y realmente coincido con esa sensacion que me pide de adentro, por el bien de mis hijos, rezar por una segunda venida pronto, (no porque me crea impoluto de faltas, lejos estoy de ser una persona santa y rezo para llegar al menos a arañar la puera del purgatorio en clase turista) ya que temo por mis hijos y que va a ser de sus almas en este mundo cada vez mas perdido.
Perdon, estoy leyendo a M D O'Brien y estoy un poco pesimista.
Benigno
Wanderer:
ResponderEliminarAyer en la misma situación que usted pero obligada porque estaba de visita en casa familiar, también vi el horrendo espectáculo de la televisión nacional. Que más que Televisión es televisio. Y mientras trataba de evadirme como fuera del horrendo espectáculo, que atentaba sobretodo contra la dignidad de las mujeres (todavía no sé como las feministas no le hacen juicio a Tinelli por denigración ofensiva). Veía una sociedad nauseabunda arruinada, presentada igual que lo hiciera Castellani; la tapa de la novela de Dulcinea en seguida se me presentó con su sarcástico "Pornográfico es lo único que le falta para ser un éxito". Y mi reflexión siguió a un lugar parecido, ya estamos pisando el living de esos tiempos.
Sin embargo, siguiendo al Danés nuestro signo ya no el de Jonas, es el de Abraham, el de la Paradoja, el de la no certeza, el del salto de la fe. En nuestra época se nos ha vedado ver, la consigna de la fe es contra-intuitiva cada vez más; todos los carteles nos dicen de andar ¡atrás, atrás, atrás!. Y ese es el mismo signo, la duda y el salto, no la certeza. Por que sino caemos en el fariseismo de los pobres, "nos elegirán por que somos perseguidos", cuando en realidad es "nos perseguirán porque somos elegidos".
saludos
Mary
Ludovicus dijo,
ResponderEliminarA ver estimado y desanimado Wanderer, la verdadera Iglesia está donde esté la Iglesia Católica. Si hay obispos que no mantienen la fe, están fuera de la Iglesia, no que la Iglesia esté fuera de ellos. "Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros".
Este pathos no se diferencia mucho del reiterado leit motiv de Benedicto, que constata "el fenómeno de la desaparicion de la misma idea de Dios, como de una llama que se extingue"... ¡en una carta dirigida a los obispos, con motivo de su falta de solidaridad con su acción pastoral y litúrgica! (el Papa dice cosas terribles, lástima que el physique du rol no lo acompaña).
De cualquier manera, las diferencias no se pueden tensar al infinito, los "cismas de baja intensidad" no son eternos, las aguas se van a dividir. ¿Será ese el momento de la "visita"?
Malachi Martin dijo:
ResponderEliminarFelicitaciones, Wanderer, por el blog gemelo y el archivo...Ya lo he utilizado muy bien.
Qué tema delicado el que plantea en esta entrada: cómo saber reconocer las visitas del Señor y si formamos parte de la verdadera Iglesia...
Me parece que, si reconocemos la visita del Señor, es porque estamos en el Espíritu de la verdadera Iglesia (por gracia de Dios, por supuesto).
Y creo que podremos reconocer sus visitas en la medida en que el Espíritu Santo pueda desplegar la acción de sus Dones en el alma. Y para ello es necesario dejarse "divinizar", una metanoia verdadera que sólo recibimos con la oración y la "rumia" de la Sagrada Escritura, que nos hace ir captando el sello propio de las Personas Divinas y sus obras.
A medida que el Señor nos lleva más adentro en Él, nos desprendemos de las cosas de este mundo y vemos más claramente: fíjese que el único que pudo "abrir el Libro y sus sellos" fue el Cordero Degollado. Me parece que, en la medida en que estemos dispuestos a dejar esta vida y todo lo de ella (por la Gracia, claro, porque no es por "esfuerzo" propio), recibimos los rasgos del Cordero y podemos, también, abrir el Libro y sus sellos, es decir, descubrir la manifestación del Señor y "ver" el cumplimiento de las profecías...
Que el Señor nos lo conceda a todos.
- M. Martin -
P.D.: Sí creo que habrá "monja" que sepa descubrir la Visita del Señor. Conozco a más de una, gracias a Dios. No sea machista...
Muy bueno, Malachi, su comentario. Lo de las monjas es, por cierto, una broma. Yo conozco tres o cuatro que zafan. Y no lo digo por machista, sino que tengo cierta inquina con las monjas, que se agrava con el correr de los años.
ResponderEliminarEstimado Wanderer uno de los problemas está en que algunos agarrándose de cierta ortodoxia piensan que eso los pone del lado de los buenos.
ResponderEliminarHay un cuento intereseante de Borges interesante: "Un teólogo en la muerte".
La verdad que el interrogante que ested plantea ess profundo como cuando se plantea: "Cuando vuleva el Hijo del Hombre, encontrará fe...." Yo creo que aquí se aplica de manera muy ilustrativa el pasaje de los "Reyes Magos" en el Evangelio de Mt que son de los primeros que reconocen a Jesús, y que no son precisamente del pueblo de Israel, sino de "afuera"
Me parece que lo de los sellos tiene un signifado más profundo... y que nadie, aun despues del Cordero Degollado, puede abrirlos....
ResponderEliminar"El capítulo V del Apocalipsis narra la apertura de los sellos colocados en el libro que el Rey eterno tiene en la mano. Un Ángel pregunta “¿Quién será digno de abrir el libro y romper sus sellos?” Nadie puede abrirlo: ningún Ángel, ni hombre, ni demonio (v. 3). Juan se deshace en llanto, pero un Ángel le consuela: “Ha vencido el león de la tribu de Judá” (v. 5). Cuando el “Cordero inmolado” toma en su mano el libro, los cuatro Anteles del trono y los veinticuatro ancianos cayeron delante del Cordero (v. 8).
El texto demuestra que los Ángeles del trono que entonan el Trisagio no están allí únicamente para sostener el trono de Dios y mediante esto glorificar al soberano de la eternidad; también se vuelven hacia el Cordero; esto nos explica por qué también ellos dicen la “Eucaristía” y no sólo tributan “gloria y honor” como ya dejamos dicho.
Los veinticuatro ancianos se postran al mismo tiempo que los cuatro Ángeles del trono, pues el culto de la Iglesia tiene su origen, así en el cielo como en la tierra, en el hecho de que el Cordero tomó el libro de la diestra de Dios y abrió los sellos. Y al preguntar el Ángel a todo el universo espiritual (v. 3) quién es digno de abrir el libro y soltar los sellos, la Iglesia responde por boca de los veinticuatro ancianos:
Digno eres de tomar el Libro
Y de abrir sus sellos.
Porque fuiste degollado
Y con Tu sangre has comprado para Dios
Hombres de toda tribu, lengua, pueblo y nación,
Y los hiciste para nuestro Dios reino y sacerdotes,
Y reinarán sobre la tierra.
La Ciudad Celeste Edificada por la Victoria del Cordero
El Ángel dijo: “Ha vencido el león de la tribu de Judá”. Por este motivo, el Cordero es juzgado digno de abrir el libro de Dios y soltar sus sellos. La apertura del Libro está ligada a la victoria del “León de Judá”. El himno de la Iglesia celeste es, pues, un himno de victoria. Ningún otro “vencedor” puede abrir el Libro, es decir, ninguna decisión puramente política, vinculada a una “victoria” terrena puede lograr la lectura del Libro del destino que está en las manos de Dios. Únicamente la victoria del “León de Judá” abre los sellos del Libro de la historia, y por esto los ancianos entonan sus alabanzas."
Erik Peterson, El Libro de los Angeles.
Anónimo: Peterson es una autoridad y es apropiado lo que Ud. dice. Sin embargo, me parece que es posible una interpretación alegórica en el sentido en el que la hace Malachi.
ResponderEliminarMalachi Martin dijo:
ResponderEliminarWanderer, yo también le hice broma con la referencia a las monjas, no se aflija...
Anónimo de 18:44, lo que dice es así, sólo que, como bien comprendió Wanderer, no está mal afirmar esta consecuencia de la participación de los hijos en el Hijo: si Él mismo ha rogado al Padre para que nos de otro Intercesor, el Espíritu de Verdad, y nos dice en seguida "Él os lo enseñará todo", ¿cómo no nos permitirá participar de lo que Él ve y comprende?
Y esto es nada más que "Una" de las consecuencias de la filiación divina... Estamos llamados a muchísimo más (nada menos que a ir al Padre, y que Él sea "nuestro" Padre), así que no tenga escrúpulo en considerar las otras maravillas que se derivan de la más grande.
Con Dios, todo es así... "Magnalia Dei", como diría Daniélou...
Saludos.
- M. Martin -
Malachi Martin dijo:
ResponderEliminarWanderer, abuso de su hospitalidad trayéndole jugosas referencias sobre el asunto del derrame petrolero en el Golfo de México...
Atender bien al video de A. Salbuchi, hay datos muy interesantes allí... Copio en 2 partes.
"Derrame de petróleo en el Golfo de México
El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida. Apocalipsis 8:8-9
Según varias fuentes del blog Reloj Profético, los puntos de derrame son varios y no solo uno y posiblemente originados por movimientos sísmicos. Lo preocupante es que no solo sale petróleo del lecho marino, sino también benceno y otras substancias cancerígenas venenosas y volátiles que se evaporan y vuelven a caer con las lluvias.
Según Ira Leifer, investigador del Instituto de Ciencia Marina de la Universidad de California en Santa Bárbara, la cantidad de petróleo que escapa supera los 100.000 barriles diarios.
Con la temporada de ciclones que cargan agua justamente en el Golfo de México, toda la zona productora de alimentos de EEUU, las grandes llanuras donde se produce maiz como Kansas, Arkansas, etc., posiblemente queden envenenadas y las aguas no serán más potables.
Las aguas dulces no podrán purificarse naturalmente, porque al evaporarse éstas se evaporán también las substancias tóxicas volátiles, y esto sumado a los dispersantes que están derramando en el golfo, que también son venenosos y evaporables.
Nuevos informes de los Estados Unidos están confirmando las sombrías predicciones de los científicos rusos concernientes a los venenos de los dispersantes de petróleo que está usando la BP y que están siendo recogidos hacia las nubes y cayendo como lluvia tóxica destruyendo a todas las plantas vivas que toca."
Continúa.
Malachi Martin, continuación y datos del video
ResponderEliminar"Al entrar el petróleo en la corriente del golfo, que es la que se calienta en el Caribe y luego distribuye el calor a Inglaterra, Irlanda y el Norte de Europa, en pocos meses este fenómeno (contaminación de aguas dulces y cosechas) llegará a Europa y se repetirá en todos los países nórdicos.
El Golfo de México se está calentando conforme avanza el verano. El petróleo y el Corexit 9500 (dispersante) están pasando ahora por una transición molecular, al pasar de líquido a gas y luego ser absorbidos por las nubes y lanzados como tóxicos por la lluvia. El petróleo en el medio ambiente es tóxico a las 11 PPM (partes por millón). El Corexit 9500 es tóxico a tan sólo 2,61 ppm. El aceite contiene una serie de productos químicos peligrosos, incluyendo el benceno, tolueno, etilbenceno, xileno, naftaleno, sulfuro de hidrógeno, y otros.
Este evento puede estar preparando el escenario para el evento de Apocalipsis 8:8-9 y también el acontecimiento de Apocalipsis 16:3
El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar.
EL POZO DEL INFIERNO - ADRIÁN SALBUCHI
El gran analista económico, Adrián Salbuchi, explicando como el derrame de petróleo en el Golfo de México impactará la economía e impulsará a la implementación del Nuevo Orden Mundial.
Leer artículo completo:
http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/ciencia_industryweapons94.htm
Malachi Martin dijo:
ResponderEliminarPerdón, Wanderer, pero aquí sí sale bien el link al video de A. Salbuchi que le mencioné. No deje de verlo.
http://www.youtube.com/watch?v=qeUglyM72p4&feature=player_embedded
WESTMORELAND
ResponderEliminar¡Ójala tuviéramos aquí ahora
Aunque fuera diez mil de aquellos hombres que en Inglaterra
Están hoy ociosos!
REY ENRIQUE V
¿Quién pide eso?
¿Mi primo Westmoreland? No, mi buen primo:
Si hemos de morir, ya somos bastantes
Para causar una pérdida a nuestro país; y si hemos de vivir,
Cuantos menos hombres seamos, mayor será nuestra porción de honor.
¡Dios lo quiera! te lo ruego, no desees un solo hombre más.
Por Júpiter, no codicio el oro,
Nime importa quién se alimente a mi costa;
No me angustia si los hombres visten mis ropas;
Esos asuntos externos no ocupan mis deseos:
Pero si es pecado codiciar el honor,
Soy la más pecadora de las almas vivientes.
No, creeme, primo, no desees un solo hombre de Inglaterra:
¡Paz de Dios! no perdería un honor tan grande
Como el que un solo hombre creo que me arrebataría
por lo que más deseo. ¡Oh, no pidas uno solo más!
Proclama, en cambio, Westmoreland, por mi ejército,
Que el que no tenga estómago para esta pelea,
Que parta; se redactará su pasaporte
Y se pondrán coronas para el viático en su bolsa:
No quisiéramos morir en compañía de un hombre
Que teme morir en nuestra compañía.
Este día es la fiesta de Crispiniano:
El que sobreviva a este día y vuelva sano a casa,
Se pondrá de puntillas cuando se nombre este día,
Y se enorgullecerá ante el nombre de Crispiniano.
El que sobreviva a este día, y llegue a una edad avanzada,
Agasajará a sus vecinos en la víspera de la fiesta,
Y dirá: ´Mañana es San Crispiniano´.
Entonces se alzará la manga y mostrará sus cicatrices
Y dirá, ´Esta heridas recibí el día de Crispín´.
Los viejos olvidan: y todo se olvidará,
Pero élrecordará con ventaja
Qué hazañas realizó en ese día: entonces recordará nuestros nombres.
Familares en sus labios como palabras cotidianas
Harry el rey, Bedford y Exeter,
Warwick y Talbot, Salisbury y Gloucester,
Se recordarán como si fuera ayer entre sus jarras llenas.
El buen hombre contará esta historia a su hijo;
Y nunca pasará Crispín Crispiniano,
Desde este día hasta el fin del mundo,
Sin que nosotros seamos recordados con él;
Nosotros pocos, nosotros felizmente pocos, nosotros, una banda de hermanos;
Porque el que hoy derrame su sangre conmigo
Será mi hermano; por vil que sea,
Este día ennoblecerá su condición:
Y los gentileshombres que están ahora en la cama en Inglaterra
Se considerarán malditos por no haber estado aquí,
Y tendrán su virilidad en poco cuando hable alguno
Que luchara con nosotros el día de San Crispín.
Carmelo