Hace algunos días, Rorate Coeli publicó un artículo firmado por James Baresel, titulado “¿Aceptar o rechazar la nueva misa?”. Allí sostiene lo siguiente: “Para las mentes basadas en la teología clásica, ‘aceptar el Novus Ordo Missae’ es un asunto bastante modesto: el mero reconocimiento de que ha sido promulgado adecuadamente para su uso en la Iglesia por una autoridad competente, contiene todo lo necesario para la validez (materia y forma) y la integridad (ofertorio, anáfora y comunión del sacerdote) del sacrificio de la Misa y no contiene nada que esté en estricta contradicción técnica con la doctrina católica”. Creo que la mayoría de los lectores de este blog estarán de acuerdo con la afirmación. En mi opinión, creo que el Novus Ordo es una versión sumamente empobrecida de la misa romana tradicional, en la que los elementos centrales y milenarios fueron desleídos por diferentes motivos, pero que eso no implica que haya perdido su validez o sea algo malo que debe necesariamente ser evitado.
Pero la cuestión que plantea Baresel, en el fondo, es una cuestión meramente teórica, y deberíamos comenzar la discusión estableciendo un acuerdo básico: ¿qué es la misa novus ordo? Y la respuesta rápida y católica sería: “Es aquella que se celebra siguiendo el texto y las rúbricas del misal publicado por el Papa Pablo VI”. Y la respuesta laica sería: “Es el despliegue escénico que se realiza siguiendo el libreto establecido por el Papa Pablo VI”. Es sobre este supuesto que escribe Baresel; sin embargo, es irreal, pues todos los que hemos ido, u ocasionalmente vamos, a misas celebradas según el novus ordo, sabemos que son muy escasos los sacerdotes que se ajustan al libreto. Más aún, en la enorme mayoría de los casos, cada sacerdote tiene un libreto propio, generalmente variable que, aunque referenciado en el promulgado por el papa Montini, deja importantes espacios para la improvisación. Por eso mismo, no es exagerado decir que hay tantas misas novus ordo cuantos sacerdotes la celebran. Y por eso mismo ocurre con mucha frecuencia que a los fieles les gusta más la misa del padre X que la misa del padre Z, algo que no debería ocurrir y que ciertamente no ocurre en el caso de la misa tradicional. En todo caso, podrán gustar más los sermones del padre X que los del padre Z, pero no la misa, porque todas son exactamente iguales.
Por supuesto que esta situación, que yo planteo aquí como un problema, y un problema serio, no lo es para los liturgistas del novus ordo missae. Ellos responderían enseguida y sin dudarlo que en el “espíritu” de la reforma litúrgica y del nuevo misal está no sólo la posibilidad sino incluso la conveniencia de agregar o quitar elementos del rito; dicho de otro modo, está prevista la creatividad del celebrante a la hora de oficiar la santa misa. Este principio es ni más ni menos que un factor indiscutible de destrucción de cualquier rito; lo sabe hasta Wikipedia que lo define como: “un acto religioso o ceremonial, repetido invariablemente en cada una de las comunidades culturales”. Si a ese acto religioso o ceremonial, que es el género de la definición, se lo priva de su especie que es la invariabilidad, entonces ese acto dejó de ser un rito. Podrá ser otro tipo de escenificación u otro tipo de ceremonia, pero ya no es un rito. Y aquí podríamos avanzar en una cuestión más teórica acerca de qué ocurre con las comunidades culturales a las cuales se las priva de ritos. O bien, acerca de la necesidad intrínseca que no sólo los humanos sino hasta los animales superiores tienen de ritos, si tomamos el concepto en sentido lato. Pero eso es tema de otro artículo.
Por supuesto que los progresistas no tendrán ningún problema si se les hacer ver que la misa que celebran o a la que asisten dejó de ser un rito. Ellos buscan deliberadamente que sea un “encuentro fraternal”; el rito petrifica la espontaneidad e impide las “sorpresas del espíritu”… Pero, ¿qué dirán los conservadores? Un grupo de ellos dirá con razón que ellos celebran un rito porque siguen puntillosamente el misal de Pablo VI. Pero creo yo que ese grupo es sumamente minoritario porque, una vez más, hay varios “modos conservadores” de celebrar la misa novus ordo. Y pongo un ejemplo: quien haya asistido a la misa dominical del Oratorio de Londres o el de Oxford, o incluso de la iglesia de Maiden Lane en Covent Garden, verá que allí se celebra un rito muy similar al de la misa tradicional, aunque los sacerdotes sigan escrupulosamente el misal reformado. Si camina unas cuadras y asiste a un misa en Grandpont House, la residencia del Opus Dei en Oxford, asistirá a una misa “conservadora”, pero muy distinta a la del Oratorio, y lo mismo ocurrirá si se acerca a los Blackfriars. Y todos ellos —oratorianos, opusdeístas y dominicos— afirmarían con total sinceridad que ellos siguen el misal del Pablo VI. Conclusión: aún el mejor de los casos —he puesto ejemplos de lo que ocurre en Inglaterra que es probablemente el lugar donde más se cuida la liturgia—, el nuevo misal no es un “libreto” al que hay que seguir puntualmente, como ocurría en el caso del misal tridentino, sino simplemente una “fuente de inspiración” para las celebraciones litúrgicas.
Podrán cuestionar algunos la recurrencia a ejemplos de lo que sucede en la pérfida Albión…, pero la cuestión es que lo que sucede en el mundo conservador latino e hispánico es peor. No voy a hacer referencia al mismo recurso fácil de comparar las misas celebradas por diferentes sacerdotes conservadores. Vayamos a una cuestión aún más profunda y que tiene que ver con la formación litúrgica de los sacerdotes conservadores. Y pongo un caso que conozco bien: en el seminario argentino que fue emblema de la formación conservadora, que se ufanaba de ser extremadamente respetuoso de la liturgia y que insistía hasta el cansancio en que “el sacerdote es para la misa”, la formación litúrgica era inexistente, al menos en las primeras décadas de su existencia. En el plan de estudios, existía una materia que se llamaba “Liturgia” y que se dictaba sólo en primer año, y cuyo profesor hacía lo que podía repitiendo lo escrito dom Cipriano Vagaggini en El sentido teológico de la liturgia. Sí, repitiendo a Vagaggini, el que junto con Bugnini hizo la reforma litúrgica y dio rienda suelta a su creatividad literaria al redactar la plegaria eucarística IV. Y luego, unos pocos días antes de la ordenación sacerdotal, alguno de los sacerdotes formadores —cualquier que estuviera con tiempo— les enseñaba a los diáconos los rudimentos de la celebración de la misa según su buen saber y entender, y los candidatos celebraban una “misa seca”, a modo de ensayo, supervisados por este instructor improvisado. Nunca se les exigía, o se les pedía o siquiera se les sugería que leyeran las rúbricas del misal romano de Pablo VI. Más aún, quien se entretenía en esas lecturas no era bien visto: era sospechoso de fariseísmo, sólo interesado en las formas exteriores y no en la verdadera piedad litúrgica; en pocas palabras, era un “rígido”. Y esto que afirmo de los seminarios de San Rafael y de Paraná (aclaro que la situación cambió para bien, y mucho, en los últimos años del seminario mendocino), ocurre también en los seminarios conservadores de España, aún en el de Toledo, el decano de todos ellos, según me han relatado quienes los transitaron, y no me sorprendería que lo mismo ocurriera en seminarios conservadores de Hispanoamérica, si es que existe alguno. Y, por supuesto, es ocioso preguntarnos lo que ocurre en el resto de los seminarios —la gran mayoría—, que son más bien progres.
En conclusión, si volvemos a la afirmación de James Baresel, yo acordaría con él siempre y cuando me diga antes, qué es, en la realidad cotidiana de las parroquias católicas del mundo entero, el novus ordo missae.
Objeción: "Wanderer, pareciera que en la crítica que hace a la formación litúrgica en los seminarios conservadores, usted da por supuesto que antes de la reforma de Pablo VI las cosas eran distintas, lo cual no es cierto. Con lo cual, debe admitir que los seminarios conservadores no hacen más que conservar lo que se hacía en la Iglesia desde hace varios siglos".
La objeción que me hace mi objetor imaginario es muy buena. Y tiene toda la razón hasta cierto punto. Es verdad que en los seminarios católicos no había formación litúrgica. Esa es una de las quejas más fuertes que formula Louis Bouyer. Por otro lado, el Movimiento Litúrgico surge a fines del siglo XIX justamente a fin de revertir la situación: que los sacerdotes, desde su etapa de formación hasta su ministerio pastoral, le dieran importancia a la liturgia, que era no más que un accesorio en la formación y en la espiritualidad.
No pareciera que existiera tampoco un entrenamiento litúrgico a fin de aprender a celebrar la misa muy distinto al que describí más arriba. Justamente ese es el motivo por el que el sacerdote, cuando celebraba su primera misa, lo hacía acompañado de un "presbítero asistente" que, en el rito, cumplía las funciones de instructor. Y esto ocurre también en los ritos orientales. Es decir, a celebrar la misa el sacerdote aprendía mirando como se celebraba durante todos sus años de seminario, y celebrándola con la ayuda ceremonial de un sacerdote experimentado.
Hasta aquí mi objetor tiene razón. Pero hay un detalle fundamental: hasta la reforma de Pablo VI todas las misas eran iguales; el seminarista, desde que había sido monaguillo en la parroquia de su barrio, había visto celebrar la misa de la misma manera: a su párroco, al vicario, al rector del seminario, al misionero pasionista y al arcipreste. La misa era siempre exactamente la misma, porque se respetaba escrupulosamente el rito.
El seminarista actual, en cambio, ha visto celebrar tantas misas cuantos sacerdotes han pasado por su vida, porque cada uno aporta su cuota de creatividad: un silencio aquí; una pausa allá; los brazos levantados como si lo estuvieran asaltando o extendidos en cruz como su fuera un cartujo; una reverencia al pronunciar alguna palabra que le parece importante; un santo al que tiene devoción que añade en la anáfora; etc. El seminarista, entonces, lógicamente tomará aquellos gestos y palabras que más le gusten y de esa manera "construirá" su propia misa. Y estará de lo más feliz y de lo más tranquilo en conciencia. Y también lo estarán sus superiores.
Es justamente por este motivo que, a diferencia de lo que ocurría anteriormente, hoy resulta necesario que los seminaristas aprendan a celebrar la misa no tanto mirando cómo celebran otros, sino leyendo las rúbricas del misal.
Una vez más: Excelente descripción de la situación, gracias.
ResponderEliminarEntiendo y corríjanme si me equivoco, que antes de la Codificación de San Pío V en 1570, se encontraban "tantas Misas como Iglesias había". Quiero creer que el canon era el mismo, pero lo dudo, por eso se unificó con el Romano. Es decir, y a lo que voy , que se volvió al "desorden" pre- Trento.
ResponderEliminarAntes de la codificación de San Pío V, había variaciones regionales más o menos antiguas, pero para nada una situación como "tantas Misas como Iglesias", entendiendo "iglesias" en el sentido de "edificios" o "parroquias", no en el sentido antiguo, en el cual tal vez sí correspondiera.
EliminarSan Pío V ve la necesidad de codificar para purgar de ciertos errores doctrinales, herejías, que se habían introducido en ciertos usos regionales, de ahí que se mandara remplazar obligatoriamente los que tenían, en ese entonces, menos de 200 años, en cambio para los demás se los consideraba "seguros" y no era obligatorio el remplazo (entiéndase de todos los venerables "usos" y "ritos" occidentales, tales como el dominicano, el de Lyon, el Sarum, incluso el mozárabe, entre otros).
Luego la realidad fue que muchos adoptaron el Rito Romano (de la "Iglesia de Roma") por una razón u otra (no es lugar ahora para discutir cada caso, aunque hubo algunos "más papistas que el Papa"), y así se perdieron casi totalmente muchas venerables tradiciones.
Muy buena pregunta Guillermo. Le responde desde lo que sé.
EliminarYo no hablaría de "desorden" pre-tridentino. Había allí una diversidad rica y católica, y es por ese motivo que San Pío V suprime solamente los ritos de menos de doscientos años, que eran de tendencia galicana, pero deja con total legitimidad a los anteriores. Es decir, la idea de centralidad o unificación en la liturgia, y en otras cosas más también, es nueva (siglo XVI) y no tradicional.
En cuanto cuanto al canon, entiendo que la mayoría seguí el canon romano (ritos ambrosiano, dominicano y el de Braga, por ejemplo) pero el rito mozárabe, tan querido por los hispánicos, tenía otro tipo de estructura: una antiquísima estructura antioquena, de base narrativa y una única epíclesis (invocación del Espíritu Santo) al final de la misma tras el relato de la Institución, pero con elementos alejandrinos, que posiblemente llegaron desde Roma, y se articulan en tres oraciones concatenadas que son variables según los días: l) Illatio, 2) Post Sanctus, 3) Post Pridie.
Y respondiendo al meollo de su pregunta, creo que de ninguna se pueden comparar las dos situaciones: antes de Trento, cada sacerdote seguía el rito de su diócesis o de su orden religiosa, pero seguía un rito perfectamente estructurado. En el caso de la misa de Pablo VI, nadie sigue el rito; cada uno inventa el suyo.
El hecho de que la condición de Trento sean 200 años de antigüedad del rito habla justamente de la estabilidad de las tradiciones católicas locales y los ritos establecidos.
EliminarGracias por las respuestas de todos. Queda claro por las mismas que el "desorden" pretridentino, no tiene ningún tipo de comparación con el actual que es prácticamente improvisación pura.
EliminarAunque no lo publiquen... esto es otro intento mas, desesperado, de salvar el novus ordo. Buscando una síntesis hegeliana. Y el evangelio nunca fue síntesis. La norma era, y es: si, si. No, no.
ResponderEliminarcierto
EliminarExcelente artículo Don Wanderer... cómo siempre...el novus ordo es el "sola scriptura" de la liturgia...cada quien hace lo que quiere con el...para que luego no digan que la Iglesia está protestantizada
ResponderEliminarLo evidente: si mal no entiendo, Wanderer sostiene su tesis a partir de la oposición que se puede hallar entre el vetus y el novus ordo de la misa católica. Si la liturgia supone la presencia de un rito del todo invariable, entonces, puesto que el novus ordo estimula, aquí y allá, durante la celebración de la misa, quitas o agregados, que dependen de la creatividad personal del sacerdote celebrante, entonces es claro, que mientras el novus ordo hace del incumplimiento a la fidelidad de las rúbricas de Pablo VI un estilo de celebración de la misa, sucede exactamente lo contrario en la misa celebrada según el rito antiguo o tridentino.
ResponderEliminarAhora bien, ¿qué difícil es para un fiel asistente a las misas según el novus ordo distinguir entre lo que se considera un cambio meramente accidental y otro de carácter esencial, cuando advierte que, al menos, algunos celebrantes hacen del “toque personal” un estilo obligatorio? Pero lo que más dudas me plantea en la celebración según el nuevo rito, es la misma diversidad de plegarias eucarísticas que se hallan en ella: pues, si se tiene en cuanta, que, entre los elementos de la misa, el Canon es el más importante, ¿no implica tal diversidad, presente en la mismo ritual ordenado por Pablo VI, una cierta intrínseca contradicción respecto de la invariabilidad que se debe guardar en la celebración de todo rito litúrgico? Y, lo que sería mucho más grave: ¿tal diversidad de plegarias en ese mismo nuevo ritual, ¿no daría pie a la quita o introducción en ella de elementos ajenos que podrían propiciar una interpretación insuficiente o, lo que sería mucho más grave, herética de las mismas? Luego, si ya las variaciones personales darían lugar a que se dé más importancia a lo cambiante –léase, “aporte personal” del celebrante- que a lo esencial del mismo rito, cuánto más grave lo sería el que, a fuerza de confundir lo esencial con lo cambiante, se terminara por vaciar de contenido a aquello que es esencial en la misa católica.
¡Dios guarde a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!
Hace muchos años...yo ya tengo 84...formaba parte del grupo pastoral de Liturgia de mi parroquia y visitàndonos el Señor Obispo (por caridad no voy decir su nombre) convocò a una reuniòn de todos los agentes de pastoral. Eramos como 30 e iniciando la reunión nos dijo que pensaba que nos faltaba formaciòn (?) y vino la preguntita: ¿Cuantos de los que estàn aquì, saben cuàntas Plegarias Eucarísticas hay?...silencio total... "Pues hay 40 Plegarias Eucarìsticas". Cosas veredes, Sancho...
EliminarEstimado Wanderer: usted da en el clavo, en el sentido de que la liturgia que, al menos en la década del 90, se enseñaba en algunos seminarios del conurbano, no estaba en clave de "rito", de "observancia de ritos" si no de "celebración de la comunidad".
ResponderEliminarAsí, se da lugar a lo "festivo", lo "creativo" (como el presentar en el ofertorio elementos simbólicos mas allá de la Hostia y el Vino), la música popular, los aplausos en Misa, etc...
El "liturgo", entonces, "prepara" la celebración con inspiraciones propias, agregando simbolos, ritos, gestos, muchas retomados de la Tradición, occidental u oriental. Especialmente para las grandes liturgias de Pascua y Navidad.
Nada que ver con tomar lo que dice el Misal y cumplirlo sin vueltas.
Habia liturgos mas "ortodoxos" y mas "heterodoxos", pero siempre con el elemento de "creatividad".
Me recuerda este post a otro de este blog, de hace años, donde un sacerdote (no recuerdo su nombre) disputaba con otro (con el Athonita), el cual armaba hermosas liturgias con elementos muy tradicionales, pero el sacerdote le decía "no tenes que armar nada, la liturgia tiene todo armado ya". Aunque uses materiales hermosos, lo tuyo no es armar, sino seguir el rito. Seguramente ud se acuerde de ese intercambio.
Y, lo mismo, ese concepto de "la comunidad celebra, presidida por el presbítero", donde se ve mal que uno, si la comunidad esta, por ejemplo, cantando, uno se ponga de rodillas en silencio. Donde uno es parte de la "asamblea" y no puede seguir una piedad personal por ejemplo en la Misa.
Juancho.
..."ha visto celebrar tantas misas cuantos sacerdotes han pasado por su vida"...
ResponderEliminarSeguramente de eso se trataba:
Cuando ya no hay una única misa en todo el mundo y durante todos los siglos, sino que cada sacerdote hace que que quiere, como quiere y cuando quiere, la liturgia deja de ser sagrada.
Y tiene que dejar de ser sagrada porque los protestantes no tienen liturgia sagrada (no tienen liturgia sagrada para quitar al sacerdote su carácter sagrado, que evita que se pueda someter al político y a la ideología de éste )
Bueno, yo no entro ni salgo en esto, pero si el catolicismo es una religión de 3 miles de millones de fieles y hay movimientos importantes transnacionales (ej. turismo, estudios, emigraciones...) ¿no hubiera sido mejor que hubieran conservado una liturgia que pudieran comprender todos, en vez de una oración comunitaria diferente en todo según el lugar y la lengua?
¿Por qué en la plegaria eucarística nos hacen decir: "para que le concedas la paz, la protejas, la CONGREGUES EN LA UNIDAD...?
La mejor manera de congregarse en la unidad es con una sola liturgia, no con millones...
¡Aquí me parece que hay gato s.j. encerrado!
Como ya se habló otras veces en este blog, este tema de la carencia de formación litúrgica genuina tiene un nombre propio: jesuitismo. Y eso, ciertamente, empezó mucho antes del Novus Ordo... y fue luego empeorado por éste.
ResponderEliminarLa contemplación se redujo a técnicas de oración, y por tanto la reverencia ritual se convirtió en ritualismo, de más en más vacío y autómata. Por eso el NO tuvo tanta aceptación, porque muchos que se sentían constreñidos y vacíos creyeron encontrar la libertad... en vano, porque sólo encontraron otro vacío más abismal.
Por otro lado, la cuestión acerca de si es suficiente que los Sacramentos celebrados bajo el NO sean válidos, es tratada ya desde hace años por liturgistas como P. Kwasniewski y otros del New Liturgical Movement.
En resumen (muy bruto), NO, no es suficiente, y justamente por la validez misma, que exige otras condiciones que el Novus Ordo no sólo no provee, sino que imposibilita o dificulta gravemente, incluso el "bien celebrado". Pero es algo que los conservadores no están listos para asumir, lamentablemente...
El artículo de James Baresel es muy bueno en cuanto que da el puntapié inicial para discutir varias cuestiones fundamentales para el movimiento tradicionalista (y para la Iglesia).
ResponderEliminarPero ateniéndome al planteo del Wanderer en este post, pienso que no caben dudas de que el Novus Ordo Missae no es - ni puede ser - un rito. ¿O acaso el Papa puede crear un rito litúrgico?
La misma creación del novus ordo rompe con esa invariabilidad propia de los ritos, quiero decir, el misal de Pablo VI en si mismo es una ruptura en la continuidad litúrgica del rito romano.
Ahora bien, dada esa "variabilidad" del novus ordo que permite todos esos "modos" conservadores de celebrarlo (aunque sean minoritarios, no me parece que se pueda poner como ejemplo válido las corruptelas o abusos litúrgicos, aunque sean la norma) ¿son igualmente "válidos" todos ellos? Si uno atiende a la intención o ars celebrandi del legislador (si es que eso es relevante), evidentemente, no. ¿Qué sentido tendría una reforma litúrgica tan ambiciosa como la posconciliar si la misa nueva termina siendo muy similar a la tradicional?
las corruptelas son ejemplos validos ya que no se han corregido a nivel eclesial. Se han permitido y fomentado en la formación o deformación de los sacerdotes. Además de que, con una exégesis torcida, permiten su aplicación según el misal.
EliminarResto al sentido de la reforma para parecerse a la misa tradicional, es justamente ese el motivo de la misma...volver a la forma, no crear una nueva. El principal problema liturgico era la formación y apreciacion de la vida litúrgica, y ante problemas similares la historia católica respondía con mayor formación, no con nuevas creaciones.
Pongo un ejemplo que es demasiado ilustrativo: se fomentó el idioma local de la celebración ya que la gente humilde e ignorante no podía seguir o conocer los textos de la misa. Justamente en la previa de la digitalización donde cualquier persona con un celular puede tener el misal completo y bilingue.
El profesor de liturgia del seminario conservador de Argentina que repetía a Vagaggini luego se licenció en liturgia en San Anselmo y escribió sobre la importancia de "dejar en evidencia que no se trata de aceptar el Misal de Pablo VI y toda la reforma litúrgica como un mal menor. No. Lo negamos rotundamente. El Misal de Pablo VI se acerca mucho más a la Misa romana antigua de los siglos quinto y sexto, que el Misal de san Pío V ... Rito que ha sido notablemente mejorado por la reforma actual".
ResponderEliminarRevista Diálogo Nª 10, 8 de diciembre de 1994, pág. 140.
Que esperar del IVE
EliminarJustamente hablando del IVE, creo que no me he encontrado hasta ahora con gente más cerrada contra el vetus ordo. Furiosos defenestadores de cualquier cosa que parezca tradicional, porque ellos celebran la misa tal como estaba en la cabeza de Pablo IV.
EliminarMuy bueno. A todo esto hay que agregar que los dicasterios romanos, las Conferencias Episcopales y los obispos diocesanos han desaconsejado (cuando no prohibido) aquellos elementos del Misal de Pablo VI que parecen "más tradicionales". Sobre lo primero, Peter Kwasniewski trae varios ejemplos en su libro "Rito Romano de ayer y el futuro". Sobre lo segundo, tenemos lo ocurrido en la Pandemia de 2020 o, antes, en el caso argentino, la imposición de la Comunión en la mano cuando era una costumbre extrañísima en el país. Y sobre casos diocesanos, recuerdo cuando en Bs. As. estaba prohibido decir "por muchos" en la Consagración y debía decirse "por todos", o cuando también estaba prohibido arrodillarse para recibir la comunión.
ResponderEliminarDe acuerdo. Lastimosamente, los elementos más tradicionales están mal vistos. Dada la falta de precisión en las rúbricas del misal, este se convierte en una simple fuente de inspiración, como dice Wanderer. Sí incluyes elementos más tradicionales, como el gregoriano o la postura ad Orientem, eres mal visto. Esa falta de precisión debería llevar al celebrante a mirar cómo se hacía antes, pero eso es imposible.
EliminarEn Costa Rica, ni bien salía Traditionis Custodes la conferencia episcopal prohibió la Misa de siempre y aun más, prohibió el Nuevo Rito en latín y ad orientem (algo que no me parece legal pero que sabré yo) y aun mas todavía, prohibieron el uso de ornamentos "del viejo rito" en el nuevo.
EliminarEntonces pueden meterse la mitra y el báculo por el... ¡miserables!
Por más variaciones que se encuentren, mucha gente no va a ninguna Misa porque le parecen todas aburridas, y ahí el problema está en el chancho y no en quien le da de comer (aunque los sermones muchas veces son de una pobreza intelectual que espanta).
ResponderEliminarEl Aburrimiento, es el gran tema del hombre moderno, que no es victima de otra persecución mas insidiosa que la de su propio hastío. De aquí proviene la búsqueda de novedades que produzcan algún tipo de subidón pasajero. La falta de interioridad, la falta de paz frente al destino, la falta de certezas ante la proximidad del vacío lo llevan a entregarse a una sucesión ininterrumpida de estímulos que anestesian el alma. Quien soportaría actualmente ver la misma película todos los domingos?
EliminarMuy bien dicho lo del aburrimiento. Gracias.
EliminarEl que quiere salvarse no se aburre, se preocupa.
EliminarEn muchos casos, lo que hay detrás del vetus y el novus ordo es una guerra ideológica y una desigual lucha de poder a favor de los defensores de la misa ordinaria o de Pablo VI.
ResponderEliminarEl problema Wanderer, es que a usted para dar como cierta esta opinión y ser intelectualmente honesto es que le falta dar datos históricos y fiables:
ResponderEliminar1 ¿puede asegurar que a lo largo de la historia, incluso cuando apenas existían algunos pocos misales, se celebraba en cada lugar puntillosamente unas rúbricas? (como en la época de san Gregorio Magno, a quien muchos utilizan para defender una hipótesis donde quieren venir a decir como que san Gregorio celebraba vetus ordo...)
La Misa es en sí misma un rito, pero todas las variaciones que se daban previas a la codificación de san Pío V no lo escandalizarían ni el 10% de lo que sucede hoy.
2 ¿No cree que se queda bastante corta su comparación, como si fuera un reductivismo, el comparar Novus Ordo vs Vetus Ordo y no dar ni una mención a los otros 20 ritos aceptados como válidos por la Iglesia? Un análisis rigusoso, o una opinión formada de la Misa incluiría por lo menos una mención a alguno de los otros ritos.
3 Algunos que son teólogos de internet se ponen bajo la bandera de algun que otro cura para "la cuestión acerca de si es suficiente que los Sacramentos celebrados bajo el NO sean válidos". ¿Acaso este hombre por lo menos leyó los trabajos históricos en liturgia de Archdale King -disponible en Archive.org- para ponerse a juzgar tan libremente una materia delicada?
Hay ponerse serio, por lo menos para que los progresistas tomen en serio al lado del Vetus Ordo
Estimado Jerry,
Eliminar1. No, no le puedo asegurar que en el siglo VI con San Gregorio Magno, los sacerdotes se apegan o no a las rúbricas. Más aún, difícilmente en esos tiempos existieran rúbricas y, en todo caso, las prácticas litúrgicas como de otro tipo, eran muy variadas de un lugar a otro. Pero esto no es argumento para decir que si estos venerables padres no se adaptaron a rúbrica alguna, tampoco es forzoso que lo hagamos nosotros. Y la razón por la que no es argumento la desarrolló magisterialmente el Papa Pío XII en la encíclica "Mediator Dei". A ello lo remito.
2. No, no me quedo corto por varios motivos. El más elemental, es que estoy escribiendo un artículo de 3 carillas y no un libro de 300 páginas. Pero el más importante es porque estoy comparando -y hablando de un modo brutal- de "dos ritos" romanos". Es decir, estoy comparando mandarinas encore con mandarinas criollas; no estoy comparando mandarinas con naranjas y, mucho menos, mandarinas con duraznos.
3. Me resulta llamativo que mande a los teólogos de Internet a leer un libro de naturaleza científica que tiene 70 años de antigüedad. Yo le recomiendo algo mucho más actualizado: Uwe Michael Lang, "The Roman Mass: From Early Christian Origins to Tridentine Reform", Cambridge: Cambridge University Press, 2022. 470 pp.
La estabilidad ritual no hay que buscarla exclusivamente en la Iglesia Católica. En cualquier libro sobre antropología, arqueología, historia, se demuestra hasta el hartazgo que el hombre antiguo buscaba la estabilidad y la transmisión de ritos de familia en familia, de clan en clan, etc.
EliminarY hablamos de épocas donde escribir un libro con letra roja y negra era simplemente inútil porque los sacerdotes encargados eran los responsables de la transmisión litúrgica.
Hay que pasar y releer el antiguo testamento donde el mismo Dios da una lección bastante contundente de la estabilidad de sus propios mandatos en materia religiosa y ritual.
Finalmente, las deformaciones rituales siempre se atribuyen a una degeneración gradual de la sociedad, el clan, la familia o el estado, nunca a la inversa.
Los estudios de King se refieren al rito romano, la liturgia de las sedes primaciales (Milán, Lyon, Toledo, Braga), la liturgia de las órdenes religiosas (cartujos, dominicos, carmelitas, cistercienses y premostratenses) y los ritos orientales.
EliminarSon interesantísimos, por cierto. Pero en este tema, no tiene nada que ver.
Ahí no se habla de que cada uno improvisara e hiciera cualquier cosa. Sino que describe los diversos ritos de la Iglesia católica.
Pues sí, me correrán a gorrazos por acá, pero me parece de lo más natural que la misa bien celebrada (conservadora, dicen aquí), destile una cierta naturalidad en el celebrante, y que permita esas ligeras variaciones de tono y estilo que Uds los tradis censuran. Por el contrario, si veo un sacerdote con un tono y gestualidad tan "fijos", se me hace como un teatro y una hipocresía. No digo lo sean, pero mi sensibilidad, que ha sido educada desde niño en la búsqueda de la "autenticidad", reacciona así. Y así, la mayoría de la gente. Por eso, me parece que esta lucha por la Misa Antigua, lo digo con todo respeto, me parece estéril porque es anacrónica.
ResponderEliminarEstimado, si la cuestión se reduce a un tema de sensibilidad, educadas en un momento o en otro de la historia, se reduce a un tema de emociones. Y sobre sus emociones yo no puedo decir nada; ni siquiera puedo decir algo de las mías.
EliminarLa cuestión que discutimos es si la liturgia pueda ser reducida a una cuestión emocional.
A mi me aburre de sobremanera los libros de medicina, y si me encuentro a un doctor que sabe de memoria como operar, mi sensibilidad seguro se aburrirá de su monotonía pero aun así le agradeceré por salvarme la vida cuando siguió el procedimiento quirúrgico con un tono y gestualidad tan fijo que parezca un teatro y una hipocresía.
EliminarSin duda lo prefiero al monótono por encima de un medico autentico que le guste destilar naturalidad y autenticidad a su cirugía.
Lo mismo para la cura de almas
Un ejemplo de creatividad https://www.youtube.com/watch?v=L9AJSVdy3-s
ResponderEliminarPero no es honesto citar como ejemplos los disparates, que obviamente no estaban en la mente de Pablo VI. Tampoco la Misa Antigua estaba libre de malos celebrantes, de los que la misa diaria se ufanaban de "hacerla" en 15 minutillos y a casa, o los curas de "misa y olla" que por supuesto no entendían el latín que rezaban, o aquel cura, y no era un caso aislado, al que S. Juan de Ávila tuvo que corregir por lo mal que celebraba, y le dijo el Santo al mal cura, refiriéndose a Cristo presente en el altar: "trátelo bien, que es de buena cuna".
EliminarEstimado, nada humano está libre de errores. Pero una cosa es pronunciar mal un genitivo o un acusativo, y otra muy distinta es hacer el disparate del cura del video que, le advierto, no es algo excepcional al menos en Argentina.
EliminarSobre la duración de la misa, ya hablamos hace poco en este blog: San Alfonso María de Ligorio y el Papa Benedicto XIV indican que la misa -sin sermón ni comunión a los fieles- debía ser rezada en no más de media hora.
Lo que se ve en el video es un auténtico mamarracho.
EliminarPero convengamos en que dentro de lo que es el novus ordo, no es de lo peor y no lo contradice.
Lleva puestos todos los ornamentos. Lee los textos que hay que leer. Hace algunas glosas aclaratorias que son estridentes. Pero son para explicar el rito. Reza la plegaria eucarística de los niños que está en el Misal. Canta lo que se puede cantar. Tiene allí a los chicos del catecismo.
Si siquiera hace recitar el Per ipsum a los fieles, algo bastante común en las parroquias.
La mayoría comulgó en la boca.
Wanderer, también convengamos en que la Misa "rezada en no más de media hora" se refiere naturalmente a la Misa "rezada", precisamente, o sea, sin canto ni solemnidad.
EliminarPero, como muestran los liturgistas que ya mencioné anteriormente, en realidad la "forma típica" del Rito Romano es la Misa Pontifical, que evidentemente no puede durar media hora.
Creo que habría que poner en contexto la recomendación de San Alfonso y el Papa Benedicto XIV, para no dar lugar a malentendidos.
Las recomendaciones de San Alfonso están dadas a una sociedad de sacerdotes que siempre vivió la liturgia tradicional. Conocían la forma de la misa, y curiosamente las transgresiones mas audaces eran saltearse partes y rezar mas rápido. Dudo que la adición de elementos siquiera estuviera en la ecuación
EliminarAnónimo, yo no estaría tan seguido de que solo fueran esas transgresiones. En el siglo XVIII se tuvo que prohibir en Italia a los sacerdotes tomar rapé en misa... Y en los archivos de la inquisición española ha denuncias alucinantes de sacerdotes sacrílegos. Otra cosa es que las actuales rúbricas permitan este libertinaje.
EliminarWanderer, la creatividad de la muchos sacerdotes que celebran el Novus Ordo, incluidos los "conservadores", suele ir más allá de los ejemplos que usted pone al final de su artículo. Suelen cambiar o introducir palabras e incluso párrafos enteros.
ResponderEliminarHay una modalidad muy común incluso entre curas conservadores, que es tomar un leit motiv de su sermón, e irlo intercalando en las distintas oraciones ordinarias. Por ejemplo, ¨Este es el cordero de Dios, el que quita el miedo a comprometerse y el pecado del mundo,etc¨¨Podemos ir en paz, sin el miedo a comprometerse...¨ ¨Dáos la paz, sin miedo a comprometerse¨. Son como payadores de la misa.
ResponderEliminarEl Pulpero de la Recoleta
Esos "payadores de la misa" el problema que tienen, es que están demasiado pagados de sí mismos, es decir, se enamoran de sus propias ideas sobre la Fe, más que de la Fe en sí.
EliminarY no sé si erro mucho al decir, que este fenómeno se da principalmente entre los curas conservadores y ciertos tradicionalistas, cometan o no abusos litúrgicos.
Los curitas modernistas suelen resolverse en citas de autores, modernistas por supuesto, o en ideas de autoayuda y psicologismo, y de todas maneras, como son relativistas, predican sin convicción, incluso cuando lo hacen con entusiasmo. Y si introducen abusos litúrgicos, es casi siempre copiando algo que vieron, a otro cura o en algún acto escolar, o asumiendo ocurrencias de laicos.
Por eso no me preocupan tanto estos últimos, aunque me repugnan, porque son tan obvios que dan pena.
Pero los otros, los que disfrazan su soberbia espiritual de "ortodoxia", esos sí son peligrosos.
Siempre me pregunté que pasa por la cabeza de esos sacerdotes. ¿Creen que la gente es tonta? ¿Que necesitan ser tarada como si fueran infantes? ¿Simplemente no piensan?.
EliminarLa gente es tarada, usted no lo será, pero considere que el cura confiesa a sus feligreses y "sabe" lo que necesitan (en línea con lo que dice Andrés).
EliminarSiguiendo con los conservadores que no conocen las rúbricas, es común que si celebran en un monasterio carmelita de BA que suele cantar los kyries no sepan "hacer" el rito penitencial y se queden esperando el canto. Algunos notoriamente descolocados.
Que va a saber el Cura? Ni saben donde estan parados el 90% de ellos. No tienen fe, ni capacidad, ni moral, ni inteligencia, ni formacion, ni vocacion.
EliminarEn una parroquia de Bs Aires he visto más de una vez a un sacerdote que celebra con el misal cerrado, es decir que dice "de memoria" (ponele) las partes del Ordinario e inventa / improvisa todo lo demás. Y por lo que cuentan los feligreses con los que he hablado (muchos de ellos indignados), eso lo hace siempre.
ResponderEliminarYo estoy llegando a la conclusión que no se puede ni comparar una misa con la otra. En una, la tradicional, hay ordinario de la misa y propio. En la otra no hay ordinario: el ordinario es un elige tu propia aventura del cura que celebra; puede o no haber confiteor o Kyrie por ejemplo al ppio. Se puede hacer infinidad de veces durante la misa exhortaciones u oraciones "similares" por parte del sacerdote. La creatividad forma parte del "ordinario" de la misa. Lo más estable es el ofertorio cuando la misa no tiene cantos (no existe tampoco el criterio de misa rezada, cantada, solemne; los cantos son siempre un "adorno", tendencia nefasta que venía de largo). Y lo más trágico: varias plegarias eucarísticas, con la contradicción de llamar a una Canon cuando no es una regla fija (eso significa canon: norma o regla fija). La Plegaria I no es el Canon romano, aunque sigue expresando la fe católica de manera bastante completa, sino que está inspirada en él: cambia nada más ni nada menos que las palabras de la Consagración.
ResponderEliminarYo quiero saber de qué hablamos cuando hablamos de Misa Novus ordo... Hablamos sólo de un cierto punto de partida. Y ni siquiera sé si le cabe el nombre de liturgia: porque la oración pública de la Iglesia no puede ser invención del celebrante de turno.
Sigo con un par de ejemplos: antes del Padre Nuestro el sacerdote puede hacer una "exhortación" que reemplace al "precepti salutaris..." (que como todo, es una opción). Esa exhortación se transforma en liturgia en el mismo momento que es creada por el celebrante.
Siguiendo al CV II, en Sacrosanctum Concilium, la homilía forma parte de la liturgia: otro soberano disparate. Lo que el sacerdote va diciendo se va transformando en liturgia de la Iglesia. No sé si el aviso de la Kermese también será liturgia, o las rifas de los chicos de la Acción católica o el arroz que piden para Cáritas... ¡Qué sé yo!
La liturgia es bien común, no bien particular, viene de lo Alto y nos conduce a lo Alto. El sacerdote muere a sí mismo para llevarnos al Cielo en la tierra; y por eso no hay hada "de él" sino que nos comunica lo que viene de Dios, lo que la Esposa de Cristo nos enseña a rezarle a Dios. En el mismo momento que el sacerdote inventa, automáticamente deja de ser liturgia. Pero la paradoja es que en el Novus Ordo, el sacerdote establece o inventa liturgia todo el tiempo: y no solo por los ad libitum sino porque hay lugar para las invenciones. Los redactores del NOM no tenían en clara la esencia de la Liturgia.
Así estamos.
Así es Don Pelayo, hoy la misa se valora por el sermón del cura. Tanto es así que se hace una acción de gracias luego del sermón pero no después de la comunión. Y mientras predican se pasean por el presbiterio como pastores protestantes.
EliminarEl problema es el N.O. y al mismo tiempo no lo es. Porque lo opaca el vardadero problema: el neocon. Que es culpable y victima al mismo tiempo. Ahora, gracias a su papolatria, y a sus gimnasias mentales para mantener la "obediencia" junto con lo que come todo los días en la vida parroquial esta ante el nudo gordiano de las uniones que ya han sido "bendecidas" con encíclica magisterial y soporte legal jurisdiccional de la diócesis. Y ellos ven los videos que dan vueltas por internet, de curas bendiciendo el amor de dos chicas vestidas de novia, en algún lugar "no tan visible" de la iglesia, y algo les hace ruido en la cabezota: "No... pero es un abuso. Porque se suponía que solo bendecían a las personas... pero... la iglesia tampoco puede hacer algo a "escondidas", por si fuera algo bueno lo tendrían que hacer frente al altar como los novios tradicionales, no?". Pero al mismo tiempo caen en la cuenta de que hay una encíclica, que hay jurisdicción, que es todo legal, que es recontra oficial, que el papa lo quiere, que no se puede decir que no porque sino caería en.... Oh!!! Vigano!!!!
EliminarHay tres formas de rito penitencial, pero no importa cuál se use, los kyries deben estar siempre.
EliminarCreo que fue el cardenal John Carmel Heenan (de Inglaterra) quién durante el "pre-estreno" de la Misa Nueva hizo un comentario preguntándose si los miembros del Consilium para la reforma litúrgica habían sido siquiera párrocos alguna vez en su vida.
EliminarMe imagino sus caras si les hubieran obligado a responder esa pregunta.
La mayor parte de la creatividad creo que se terminaría si las misas se celebraran ad orientem.
ResponderEliminarCréame que no.
EliminarNo hay ninguna rúbrica ni práctica exterior que baste por sí sola para corregir un defecto intelectual y un vicio espiritual, como es ese de la "creatividad", en liturgia y en doctrina.
Esto no va de voluntarismo y exteriorismo, es una batalla en las almas, en las inteligencias.
no, porque sigue la creatividad de recitar moniciones, reformar oraciones, hacer comentarios y/o sugerencias, múltiples variantes para cada parte, etc.
EliminarAdemás sigue la gran cuestión del canto litúrgico, que ya no es oración sino que es acompañamiento.
No se acaba para nada. La creatividad en los sacerdotes es efecto de la libertad de acción que dejan las "rúbricas" del Novus Ordo (si así se pueden llamar, porque se contradicen a sí mismas). La rúbrica marca el modo correcto y mejor de celebrar un determinado rito, pero si esta deja al libre albedrío del oferente, no estaría cumpliendo su finalidad.
EliminarCambiar la orientación ayuda muy poco, porque no está en lo exterior del rito sino en lo interior. Y créame, estuve 3 años seguidos con Misa NO ad Orientem, en latín y gregoriano.... lo exterior no cambia el desastre interior.
La misa nueva es a la tradicional como una sesión de jazz a un concierto de Mozart.
ResponderEliminarMás bien como un "concierto" de cantante urbano a un concierto de Mozart.
Eliminar¿Es ud frankfurtiano? Más bien es como una peña a un concierto de Mozart.
EliminarEl problema no es la creatividad de los curas. El problema es creer que la creatividad de Bugnini o Pablo VI pueden reemplazar legítimamente, siglos de inspiración del Espíritu Santo o las sólidas bases de la tradición apostólica. Lo dijo muy bien Kwasnievski en un artículo en que dice que en la cuestión de la misa hay mucho más allá de la validez. Ese es un mínimo minimorum.
ResponderEliminarHilbert.
Totalmente de acuerdo, Hilbert
Eliminarmuy preocupante wanderer, los seminarios catolicos en argentina estan muriendo! https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=49956
ResponderEliminarQue se mueran, son centros de corrupción herética, moral y psicológica.
EliminarPodemos ir al Cielo sin curas, pero no podemos ir al Cielo sin fe católica.
Adhiero Sr Peter! Muchisima razon.
EliminarNo podemos ir al cielo sin sacerdotes. Poder hacerlo es una gracia excepcional.
Eliminar"Podemos ir al Cielo sin curas, pero no podemos ir al Cielo sin fe católica."
EliminarQuerido Peter, perdón pero es una tremenda calamidad su comentario. La sola fides es la herejía luterana, no basta la fe para salvarnos es necesario de los sacerdotes que perdonen los pecados y otorgue por su poder Sacerdotal la gracia santificante.
Además, el alimento de vida eterna se da únicamente en la Santa Misa, y sin sacerdotes ella no existiría, porque no habría oferente.
San Leonardo de Porto-Mauricio dice: "Si no existiera la Misa, el mundo ya se hubiera hundido en el abismo, por el peso de su iniquidad. La Misa es el soporte poderoso que lo sostiene."
Quiero creer que no quiso decir nada de esto, pero así todo su comentario es totalmente desafortunado. La 'inutilidad' o falta de necesidad de los sacerdotes es la bandera de todos los protestantes y lo que nos diferencia de ellos.
es decir, sin el mequetrefe trucho fernandez no podre ir al cielo? vaya!
EliminarEstimado anónimo, yo no puse nombre particular. Estoy defendiendo el orden sacerdotal que proviene de Nuestro Señor Jesucristo, y por ende a la Iglesia Católica.
EliminarAsi todo, si el nefasto tucho fuera el único sacerdote de la tierra, a pesar de su doctrina, seria (en ese hipotetico caso) el único ministro de los sacramentos: le recuerdo que los sacramentos obran "ex opero operato" y no "ex opero operantis" es decir, no tiene en cuenta si el confesor (por dar un ej) es el Tucho o el Santo Cura de Ars, si hay materia y forma hay Sacramento porque Dios es el que obra por medio del ministerio sacerdotal.
Esperando que no profese doctrinas ajenas a la Iglesia Católica, lo saludo en Cristo.
Estimados, vamos por parte:
EliminarPrimero: No niego la necesidad del sacramento del Orden para la salvación de los hombres, por algo nuestro Señor instituyo el sacerdocio apostólico.
Segundo: Francia, Massa y Colombia.
Tercero: Tampoco asumo el error protestante de la sola fides, y ahora lo aclaro porque concedo que fui motivo de equívocos: Que los sacerdotes sean necesarios para impartir los misterios de Dios (I Corintios IV:1) es una cosa, que lo hagan es otra. Seamos honestos (no voy a hablar de esas honrosas excepciones que las hay pero) ¿le confiarían al cura argentino promedio la transmisión de la fe católica a sus hijos? ¿esperaría que crezca el espíritu de devoción y piedad en un su familia si va a la misa de cualquier cura argentino promedio? y sobre todo sabiendo la situación de los seminarios argentinos ¿dejaría a sus hijos (si le dicen que quieren ser curas) ir allí? Yo honestamente lo dudaría, y hasta diría que es más peligroso para el alma recibir los sacramentos de tipejos así que no recibirlos, claro que puedo estar exagerando mucho pero también creo que nos olvidamos que en los tiempos finales con suerte tendremos un cura para confesarnos, si no los mata ya el anticristo Ciro Dan a todos los clérigos fieles y nos deja los apostatas.
Los ordenados son necesarios, sin duda que sí, ¿cualquier ordenado en necesario? no, y menos si es peligroso para la fe o la moral de un cristiano so excusa de "pero me da los sacramentos".
Cuarto: "No podemos ir al cielo sin sacerdotes. Poder hacerlo es una gracia excepcional". Decídase estimado ¿se puede o no se puede? Nuestro Señor nos dijo que solo es necesario el Bautismo para salvarnos (San Marcos XVI, 16) y la Iglesia nos dice que el bautismo lo puede dar tanto laicos como clérigos (no estoy diciendo que no haya que buscar los otros sacramentos) pero tampoco es imposible vivir la vida cristiana teniendo poquísima relación con curas (los católicos de Japón estuvieron de 1587 a 1865 sin un sacerdote, y conservaron la fe y la caridad).
Quinto y basta: No me retracto de mi primera afirmación, los seminarios hoy son centros de corrupción herética, moral y psicológica, y aunque hagan falta sacerdotes, no puede permitirse que dichas instituciones sigan corrompiendo la mente, el alma (y el cuerpo) de jóvenes cristianos solo porque "de ahí salen curas". El seminario como tal es una institución moderna, posterior a Trento, antes de ellos había sacerdotes (buenos y malos, eso es otra historia) y después de ellos seguira habiendo sacerdotes ¿como? No sé, Dios preverá si pedimos que envíe mas obreros a su mies, los cristianos no dejamos de pedir, pero Dios no los esta mandando al seminario, evidentemente sino no estarían cerrando.
P.D: Me arriesgo a abusar de su confianza, estimado Wanderer, pero sería interesante un nuevo articulo actualizando el que hizo en el año 2007 sobre esta cuestión, ya ha pasado mucha agua bajo el puente y sería interesante un nuevo análisis mas actual sobre la situación de los seminarios.
http://caminante-wanderer.blogspot.com/2007/06/el-mejor-seminario.html
Estimado Wander, estimo no solo el contenido de su blog, mas siempre he apreciado las imagenes que sube, son siempre particulares... Esta no me es muy clara... seria la "sedia gestatoria"?
ResponderEliminarJaja, yo no me había fijado... es el Novus Ordo con forma de poliedro
EliminarAunque en realidad eso no es un poliedro sino una figura geométrica irregular... pero fue gracioso igual
EliminarFigura, no forma. No pego una hoy!
EliminarConociendo Wander que habla a través de las imágenes... En cambio era todo más simple! Las diversas 'caras' (lados) del Novus Ordo! Pero mi mente iba más allá, a la 'forma' de la figura...
EliminarHay una rúbrica bastante inusual en la liturgia del Domingo de Ramos previa a Pío XII. En la parte de la bendición de los ramos, luego de la epístola del libro del Éxodo, dice que se cante pro graduali el responsorio Collegerunt. Y luego del responsorio dice vel aliud y da como opción el responsorio In monte Oliveti.
ResponderEliminarEs la única rúbrica que yo haya identificado en la antigua liturgia romana que ofrece opciones a disposición del sacerdote. Distinto de las antífonas, himnos o responsorios de las procesiones en las que su uso depende de la duración de las mismas.
Obvio que no se trata de un antecedente que justifique la marea de opciones que da el novus ordo. De todos modos es una particularidad a tener en cuenta.
Hoy fui a Misa a la parroquia vecina, y el cura estaba celebrando cara a Dios, las señoras usaban mantilla, la iglesia tiene forma de iglesia, los cantos eran católicos y con un órgano eléctrico que no aturdía, para comulgar usabn el comulgatorio... Parecía otro mundo.
ResponderEliminarPor favor, sin compromiso, ¿podría indicadrnos dónde ocurrió esto y algún otro datonque le sea posible publicar? Muchas gracias...
EliminarMuy interesante el artículo. Hago dos observaciones, desde mi admitida ignorancia. La primera es que el problema no es tanto que la liturgia cambie, a lo largo de la historia cambió, y mucho, la prueba de ello es la gran variedad de ritos que tenemos. Sin embargo lo novedoso con el Novus Ordo es, como se indica en el artículo, que los cambios ahora se dejan al arbitrio de cada sacerdote, ya no desde una normativa dada por los liturgos de la Iglesia, que son los obispos. Digo esto porque noto en algunos sectores tradicionales una falsa concepción de que la liturgia tendría que ser exactamente la misma de un lugar a otro, y obviamente eso no era así ni siquiera antes de la revolución litúrgica, ya que habían los ritos de oriente, y en la misma iglesia latina había diversidad, por ejemplo los ritos ambrosiano, dominicano, mozárabe. Entonces sí que hay cambios de rito y de lengua en la celebración. Y tampoco es lo ideal que la liturgia permanezca estática e inmutable a lo largo de los siglos. Lo ideal es el desarrollo orgánico, como le llaman los entendidos.
ResponderEliminarLa otra observación es con respecto al consejo que se da al final a los seminaristas. Se entiende lo que quiere decir el autor, pero el consejo en sí mismo no es el que más conviene, por el sencillo motivo de que las rúbricas del misal no bastan para aprender a celebrar la liturgia de manera adecuada, ya que eso llevaría a caer en el rubricismo, que es un defecto litúrgico, pero en el caso particular del Novus Ordo, este deja tantos espacios sin especificar lo que se debe hacer en la celebración, que es necesario aprender de otros. Por lo demás, lo tradicional no es aprender de algo escrito, si no recibirlo de otros. Me parece que un consejo más adecuado sería que los seminaristas hagan el esfuerzo por participar y monaguillear tantas misas tradicionales como puedan, que ahí aprenderán mejor el verdadero espíritu de la Liturgia, y complementar eso con pasar de retiro tantas veces como puedan en monasterios benedictinos, o derivados de estos, con buena liturgia (inclusive algunos monasterios novus ordo, existen algunos que me parecen con buena liturgia).
Yo celebro la Misa de Pablo VI, nunca me gustó el Ofertorio tan pobre de la reforma... "Bendito eres Señor Dios del universo por este pan fruto de la tierra... etc" Asi que siempre use y uso el ofertorio de la Misa Tradicional donde realmente se ofrece el Sacrificio.
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