lunes, 30 de junio de 2014

De fundadores y fundaciones


Prometí a los lectores de este blog una nota respecto a un problema que preocupa mucho a la Santa Sede.
Hay un fenómeno que ha marcado las últimas décadas. Congregaciones, movimientos u otras figuras institucionales de reciente constitución en la Iglesia son objeto de denuncias por conductas del fundador y/o por maneras de manejarse estructuralmente en la vida de la asociación.
Hay algunos rasgos comunes, que se dan en todos ellos o algunos de ellos, en la mayor parte de los casos.
a) Se trata de asociaciones recientes y de matriz tradicionalista o (neo) conservadora (para el caso no hace falta entrar en precisiones y matices). Las corrientes secularistas no suelen generar asociaciones de vida religiosa. Lo que no es de extrañar, porque las tendencias secularistas suelen ser estériles. Más aún, órdenes y congregaciones de fuerte arraigo histórico, cuyos miembros están en crisis de identidad como religiosos, arriesgan extinguirse por falta de vocaciones. En el contexto secularista de occidente, la ausencia de una fuerte presencia de lo sagrado no atrae a los jóvenes a una vida consagrada.
b) Tienen una clara identidad simbólica, hábito, prácticas y devociones establecidas con rigor, estricta normatividad disciplinar.
c) La figura del fundador es muy marcada, como un punto de referencia absorbente y omnipresente, que desplaza la configuración con los vínculos interiores y exteriores con la jerarquía universal y diocesana, también condiciona la vinculación interior y exterior con los demás miembros de la Iglesia (incluidos familia y amigos).
d) Los problemas que se denuncian giran en torno a tres ejes, frecuentemente presentes todos ellos y en algunos casos uno o dos de ellos. Es notable cómo un eje promueve el otro. Estos tres ejes se dan también en asociaciones religiosas o espirituales ajenas a la Iglesia Católica.

1) El más común es la cuestión de la libertad de los miembros. El personalismo del fundador, o ese rasgo volcado a una estructura, genera una absorción o pérdida de la autonomía personal. En casos se denuncia un real “lavado del cerebro”. Es el problema más complejo para discernir; porque los límites son difusos o difíciles de objetivar. Frecuentemente jóvenes, que tienen carencias familiares o se sienten amenazados en su vida cristiana por el contexto secularista, son atraídos por la seguridad que les ofrecen estas propuestas. Muchos formadores de órdenes tradicionales, y con indudable fidelidad a su identidad, refieren casos de jóvenes occidentales con inquietud vocacional que no resisten un proceso de discernimiento y maduración, con educación de la libertad y la autenticidad en el contexto actual. Son tentados y atraídos por las propuestas más absorbentes y asegurantes, que les quitan desafíos, les dan rasgos externos (hábito, signos, lugares no seculares) y los ingresan con inmediatez. También suele darse un flujo de ingresos y salidas en cantidad; pero a veces es muy grave la situación humana, psicológica y espiritual de los miembros que salen, sobre todo después de crisis profundas (más o menos proporcional al tiempo de vinculación o permanencia con la asociación). Esto se profundiza cuando han sido llevados fuera de su país o contexto sociocultural y familiar.
2) Otro problema es la cuestión sexual. Son varios los fundadores que han sido denunciados por abusos sexuales; más frecuentes en casos masculinos (homosexuales, efebofilia). La absorción de la personalidad y la fragilidad psicológica de los jóvenes suele ser el contexto de estos hechos. También hay casos en donde el esquema se repite a escala en el interior de la asociación. Se trata de un problema gravísimo, análogo y diferente de los casos de pedofilia o efebofilia que se dan en el ámbito pastoral (educativo, parroquial, etc…), como también en familias, otras religiones y escuelas no religiosas.
3) El tercer problema es de tipo económico. En algunos casos, son los miembros y/o sus familias quienes padecen abusos en este sentido. En otros casos se denuncia manejos a favor de las obras de la asociación o de las personas que la dirigen, que no responden a criterios éticos y/ o legales.
A la Santa Sede llegan denuncias de todo tipo, a veces se trata de asociaciones de derecho diocesano y por tanto debe intervenir primero el Ordinario del lugar. Excepto en los delicta graviora de índole sexual, donde hay una jurisdicción inmediata de la Santa Sede a donde el Ordinario debe remitir lo actuado. Pero también hay denuncias de casos en donde no se trata de asociaciones reconocidas canónicamente, y por tanto no hay jurisdicción para actuar sobre la supuesta institución.
Para tener una idea podemos enumerar algunos casos más resonantes y donde hubiera algún tipo de miembros argentinos. Obviamente el más notorio es de los Legionarios de Cristo del p. Maciel, en vías de reestructuración. La Pía Unión del Sagrado Corazón de Karadima en vías de disolución. El Opus Dei, cuya normativa interna fue reformada ex officio por el papa Benedicto XVI para garantizar la libertad de los miembros. Los Franciscanos de la Inmaculada que están intervenidos no por la misa tridentina, sino por la cuestión de la autoridad del fundador p. Manelli y defectos en la formación. El Instituto del Verbo Encarnado con el fundador p. Buela separado y bajo observación. La Comunidad Emanuel o de las Beatitudes con el fundador p. Ephraim Croissant y dos cofundadores sancionados y separados. La comunidad de Mamma Ebbe (Ebbe Giogini) condenada penalmente por los tres problemas y disuelta. La comunidad Koinonía de Juan Bautista del p. Argañaraz, que fue condenado y cumplió la pena por delitos económicos; la comunidad funciona bajo observación. Los Heraldos del Evangelio y el Reino de María, su fundador, Joao Clá Dias y la organización bajo observación. La Fraternidad de la Misericordia Divina cuyo fundador Teófilo Rodríguez ha sido procesado; ya está en libertad y bajo observación. La comunidad San Martín de Tours y Nueva Jerusalén, vinculada a una vidente y que ha tomado una deriva cismática. La comunidad Punto Corazón con el fundador el p. Thierry de Roucy condenado. El Sodalicio de Vida Cristiana cuyos máximos exponentes Luis Fígari y German Doig han sido hallados culpables (en el segundo se intentaba iniciar un proceso de beatificación, que fue suspendido). La Comunidad Saint Jean cuyo fundador el p. Philippe ha sido oficialmente acusado, aún después de fallecido; la comunidad continúa normalmente. Los Franciscanos de la Renovación cuyo fundador el p. Benedict Groeschel ha sido amonestado. Los Misioneros de Cristo Sacerdote originados en el vidente mexicano Juan Angel Collado, cuestionados por lavado de cerebro.
El movimiento Comunión y Liberación además de haber tenido casos particulares de miembros de renombre (clérigos y laicos) con acusaciones y procesos, también ha sido observado por algunos hábitos en el manejo económico de emprendimientos corporativos. Continúa normalmente.
En la Argentina tienen el singular caso de las monjas carmelitas de Jujuy que fueron intervenidas por la Santa Sede, pero no acataron la medida y se fugaron estableciéndose en la vecina diócesis de Salta. No son reconocidas como comunidad religiosa.
En Estados Unidos hay un caso de una comunidad masculina notable por el cuidado de la liturgia y la observancia (externa). Se repetían las denuncias de que en la casa de formación se había propagado la sodomía entre los miembros, sin delitos civiles sino solamente canónicos (prácticas consentidas entre jóvenes, pero mayores de edad). Fue enviado como comisario (interventor) un religioso de gran prestigio. Resultó él también involucrado en esas prácticas. Se disolvió la casa y los miembros ajenos a los hechos fueron redirigidos a otra orden de la misma familia espiritual.
La experiencia ha ido clarificando algunos criterios. Reconocer que los frutos buenos no excluyen los frutos malos. Que de la misma persona se pueden seguir ambos, por la complejidad y la libertad de las personas. Distinguir los casos personales y los problemas estructurales en las asociaciones. Atender a los casos de denuncias (aunque sean pocos), a pesar de la pluralidad de exposiciones de apoyo y de testimonio de actos y/o actitudes ejemplares respecto a la misma persona. No desestimar porque el denunciante sea una persona que salió de la institución con algún conflicto.
Los casos de los fundadores son los de especial complejidad por los vínculos espirituales, afectivos y organizativos que se han generado. Pero se ve claro que hay que reconocer la realidad histórica tal cual es, con sus luces y sombras. Partir de ella y generar procesos de discernimiento y de afianzamiento de lo positivo y de exclusión de lo negativo.
El breve detalle descriptivo es apenas una muestra de las situaciones atendidas. Hay muchas que se desestiman por falta de elementos, otras porque se descubre que obedecen a calumnias o deformaciones. De todas maneras los procesos son lentos y se busca cuidar al máximo la justicia, que incluye los derechos de los denunciantes también los derechos de los denunciados y el bien común general.
 Dall’ombra der Cuppolone

Para quienes han preguntado, el blog tiene un promedio de 1000 visitas diarias. Más adelante, pasaré un reporte de los lugares de origen de los lectores.

viernes, 27 de junio de 2014

Et voilà. Rendición de cuentas

El sitio de nuestro amigo Jack Tollers tiene nueva dirección:  
Y aquí nos deja una rendición de cuentas:




Estimado Wanderer,
Anduve consultando mi página de la red en que, en los últimos años, he "colgado" 15 distintos textos compilados para descargar en nueve formatos diferentes. Aquí lo que he comprobado.
1) Encabeza el ranking la Catena Argentea con 1413 descargas (lo que me llena de alegría, orgullo y general entusiasmo). Se descarga desde acá:
2) Le sigue mi compilación de Psicología Humana de Castellani, con 1258 descargas. Ver aquí:
3) A continuación, para mi sorpresa, los Sermones de Fray Rabieta parecen gozar de bastante popularidad, con 889 descargas. Se baja desde aquí:
4) El ranking sigue con mi breve presentación de la vida y obra de Castellani en inglés. Las descargas comenzaron a aumentar a partir del presente papado y han llegado a 683:
5) Los dos libros de Castellani que traduje al inglés le siguen ahí nomás: Cristo vuelve o no vuelve (655) y Cristo y los Fariseos (651). Se ve que los que leen uno, leen los otros. Ver:
6) Algo parecido pasa con mis traducciones de Newman, Misión profética de la Iglesia (637 descargas) y Defensa del cristianismo (620).
7) Sigue la brillante (y por lo visto, bastante popular) conferencia del P. Baliña sobre Simone Weil: el Espíritu sopla donde quiere, con 581 descargas. Acá:
8) El Movimiento de Oxford (una explicación para argentinos) cuenta en la actualidad con 569 descargas:
9) La desacralización de la liturgia no anduvo del todo mal con 516 descargas y está acá:
10) A pesar del empujón que le dimos desde esta misma bitácora, mi traducción del María Magdalena de Bruckberger por ahora sólo cuenta con 493 descargas:
11) Mi breve comentario al Pater Noster fue recompensado con 330 descargas y se halla aquí:
12) Por otra parte, la versión por escrito de las Jornadas de Homenaje al P. Castellani, sólo recibió 195 descargas, posiblemente porque le puse precio (y bastante elevado, para probar un poco al público español sobre todo). Me lo compró un solo español, las demás descargas son de prueba nomás (y no picaron; ya veré cómo ponerlo gratis, como todos los demás). Está acá:
13) En orden descendente, mi Catecismo para tiempos difíciles (que es la versión por escrito de las charlas subidas al Youtube) sólo recibió 140 descargas:
14) Por último, y cerrando la lista, mi máxima frustración, una novela que escribí en inglés y que no parece gustarle a nadie, con sólo 137 descargas de prueba (posiblemente por su mala factura, aunque tiene precio también, eso sí, tres dólares no más). Se llama Victoria at the Falklands, y está acá (y no, no pienso ponerla gratis):

¿Qué concluir de todo esto? No lo sé del todo, pero hay una progresión en las descargas, cosa que me parece se debe más que nada a la multiplicación de usuarios de libros electrónicos.
Interesante también, cómo Castellani en inglés parece caminar bastante, aunque confieso que sólo uno de esos lectores me escribió mostrándose interesado.
Claro que ese lector es nada menos que Joseph Pearce.
¿Qué más?
Nada Wanderer, mientras podamos, continuaremos en la lucha.

Jack Tollers



jueves, 26 de junio de 2014

La estructura y el fundador. Responde Ludovicus


Brevemente, porque esto lo hemos tratado muchas veces.
Si la buena fe, convicción o heroísmo de sus integrantes fuera la regla para juzgar la bondad de una institución, la Iglesia de los Testigos de Jehová o Al Qaeda serían el summum.
Una institución se estructura alrededor de una serie de principios y normas ordenadoras. En la Iglesia Católica, los principios y normas de las congregaciones o movimientos, desde hace unos siglos, dimanan de su respectivo fundador, como recuerda la Lumen Gentium. De tal modo,un fundador con serias fallas daña severamente la organización, corrompiendo la estructura y por ende dañando a los miembros.
Estos daños, que son mensurables en sufrimiento, peligro para la fe, daño psicológico, ruina económica, pérdida de expectativas, etc, convierte a los integrantes de la organización en rehenes por partida doble de la estructura dañada. En efecto, sufren las deformaciones estructurales, y a la vez su heroísmo es utilizado por la organización como evidencia de su propia bondad.
Mi respeto a los miembros de la organización, pero un movimiento o congregación se juzga por su ortodoxia y por su ortopraxis, esto es, por la salud de su fe y de sus prácticas. Una organización sana puede estar llena de miembros podridos. Una organización podrida puede estar llena de miembros santos.
Si la organización está podrida y está llena de miembros sanos, generará sufrimiento, espiritual, psicológico y físico. Sólo la reforma radical de dicha organización, desde sus principios, criterios y normas, podrá ser efectiva.
Dicho de otra manera, y sin alusión personal, "¡Es la estructura, estúpido!" y "¡Es el Fundador!".
Toto corde
Ludovicus


El tema del IVE fue discutido hasta el hartazgo en este blog, y yo ya estoy también harto de él, y me interesa poco y nada.
Por tanto, CIERRO los comentarios a este post, y al tema IVE.

miércoles, 25 de junio de 2014

Los obispos argentinos y la deuda externa

Los días miércoles, mientras se desarrolla la Audiencia General en la Plaza de San Pedro, los organismos de la Curia se relajan un poco. Entonces caben comentarios colaterales, no sólo sobre lo que ocurre ese día en la Plaza sino sobre noticias y novedades en general.
Ciertamente esta mañana se comentaba con simpatía que el Papa, ante los treinta y tres mil asistentes, hubiera enarbolado la camiseta de la Selección Argentina. Sus aficiones futbolísticas -que parecen más fuertes ahora que cuando era arzobispo- le rinden buen beneficio de popularidad.
Pero otro era el comentario acerca de la noticia traída por las agencias Fides y Terra, respectivamente, de un pronunciamiento de la Conferencia Episcopal Argentina sobre la cuestión de la deuda externa del país.
Los vericuetos de la deuda argentina son conocidos por la prensa internacional que se lee en estos muros.
Por un lado no faltan los prelados italianos que tienen parientes o conocidos que han sido perjudicados en sus ahorros de toda la vida por la falta de cumplimiento argentino. Esos prelados notaban la falta, en el comunicado episcopal, de una palabra de justicia hacia los ahorristas, como si fueran delincuentes. En realidad, ellos se sienten estafados.
Por otra parte, prelados no italianos observaban en el texto episcopal argentino un gesto de gentileza o alineamiento con el gobierno del propio país. Para los eclesiásticos italianos ese tipo de expresiones de incidencia política interna han sido históricamente muy frecuentes. Ahora parece que la indicación del Papa es que las eviten. En cambio para curiales germánicos y aún asiáticos o nordafricanos un texto como el comentado suena a algo improcedente.
No entienden qué sentido tiene plegarse a un asunto estrictamente político y que tiene tantas facetas oscuras. No faltó el peruano que recordara que en tiempos de Juan Pablo II, mientras se proclamaba la separación entre religión y política (para América Latina, léase teología de la liberación), en Polonia la Iglesia hacía política como un partido de oposición. O sea, para Italia la consigna es no tocar temas de gobierno; en Argentina que los obispos jueguen en política del lado del gobierno.
Curas argentinos residentes en Roma ensayaban análisis acerca de la gestación del documento de la CEA. Las miradas iban para el lado del arzobispo Fernández (de la UCA) y de mons. Lozano.
En otro orden. Lo que publicó Wanderer sobre el fundador del IVE pertenece a uno de los problemas más grandes que tiene la Santa Sede: las nuevas congregaciones religiosas y otras más antiguas. Pero sobre esto les refiero algo otra vez.
Dall’ombra der Cuppolone


martes, 24 de junio de 2014

El prisionero de Génova

Nota previa:
1. Estoy convencido de que existen entre los sacerdotes y religiosas del Verbo Encarnado muchas personas de la más alta valía. Me precio de ser amigo de algunos de ellos.
2. Estoy igualmente convencido del mérito y virtud de los sacerdotes y religiosas de esa institución que se dedican a cuidar a personas gravemente discapacitadas, o que se mueren por el calor de Tunes, por el frío en Groenlandia, por el paludismo en Papua o por las bombas en Siria. Para ellos, no tengo más que palabras de admiración y profundo respeto.
Por favor, distingan. Este post se trata de otra cosa.

Con cierta frecuencia en los últimos dos años, cuando fieles laicos o humildes y jóvenes sacerdotes del IVE peregrinaban a Roma a fin de tomar gracia de los lugares bendecidos por el Fundador, extrañamente, volvían sin pronunciar palabra alguna acerca del personaje y, cuando eran interrogados al respecto, o bien callaban, o bien hacían referencia a difusos encuentros en los que no quedaba muy claro si los mismo habían sido encuentros reales, reuniones espectrales o relatos escuchados y vivenciados de un modo particularmente intenso. Y cuando se les recordaba que no podían haber visto a Buelca porque éste había sido castigado por orden de la Sede Apostólica, respondían que tal especie no era más que una calumnia urdida por los enemigos del IVE, los cuales necesariamente debían existir, y muy aguerridos además, como siempre ha sucedido en la vida de las fundaciones más imponentes de la Iglesia.
Pues bien, como el piadoso cuento sigue dando vueltas, y aún con reticencias porque es un tema que ya no me interesa tratar en este blog, he decidido publicar el texto del documento de la Santa Sede donde se confirma todo lo que desde aquí se insinuaba y que ahora relato con más detalle:
Luego de finalizado el proceso canónico contra Buelca, en el que se lo imputó y condenó por lo que, en términos breves y comprensibles podríamos denominar "reiteradas manipulaciones a la conciencia de sus seminaristas", a mediados de 2012 el Santo Padre Benedicto XVI le impuso la prohibición estricta de no injerir en el gobierno y en el “andamento” del IVE.
Y así fue… durante unos meses, porque el zorro pierde los pelos pero no las mañas. Se le ocurrió un ardid para salvar la prohibición pontificia: sus secuaces organizaron en las cercanías de Santiago de Chile un piadoso curso en el que el venerado padre Buelca enseñaría algunos rudimentos de la predicación de ejercicios espirituales, es decir, las técnicas por él mismo aplicadas durante décadas para manipular las conciencias de los incautos jóvenes…  Con el mayor secreto y discreción, los curas y monjas del IVE en Argentina comenzaron a llenar ómnibus con seminaristas, novicios y novicias y otro tipo de jóvenes miembros de la institución a fin de que, cual otra gesta sanmartiniana, cruzaran Los Andes para  conocer y escuchar al gran padre fundador. Y así lo hicieron en octubre de 2012. ¡Tamaña imprudencia! Enterado el obispo de San Rafael, montó en cólera y enseguida las noticias del encuentro llegaron a la Colina.
El recurso se resolvió estando ya aposentado en el Solio Petrino el papa Francisco quien decidió recluir al padre Buelca en el monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas de Palencia, España. Allí, el abad estaría encargado de vigilar al ladino porteño del Bajo Flores a fin de que no tuviera contacto con el exterior y terminara sus días en oración y penitencia. Podrán leer más abajo el texto italiano con su traducción, de la carta que le envió el cardenal Braz de Aviz en mayo del 2013 a Mons. Eduardo Taussig, obispo de San Rafael y personaje menor del episcopado argentino.
Y hacia la abadía que había sido hogar del Hno. Rafael marchó Karloncho, y allí comenzaron a trascurrir su tristes días, participando en algunos de los oficios monásticos y vigilado muy de cerca por los monjes, que habían sido advertidos de sus mañas y antecedentes, por lo que apenas si lo dejaban dar algún paseíto por el jardín y la huerta conventual. Allí estuvo de julio a octubre de 2013.
Pero las trenzas romanas siguen funcionando y vaya a saber uno qué influencias y presiones se movieron en Casa Santa Marta –seguramente a través de la cordata de Sodano-, pero la cosa es que el papa Francisco cedió y permitió que se recluyera al P. Buelca en una reciente fundación de su instituto en la ciudad de Génova, donde ahora se encuentra en silencio y oración, o conspiración, ayudado por un joven sacerdote que cuida de su salud y, probablemente también, de las llaves de su celda.
Y aquí el texto del dicasterio romano:

Città del Vaticano, 15 maggio 2013
Ciudad de Vaticano, 15 de Mayo de 2013
Eccellenza Reverendissima,
Excelencia Reverendísima
Al Suo scritto dell’8.1.2013 è stata riservata una particolare cura per la serietà e l'urgenza del problema da Lei ripetutamente portato all'attenzione della Santa Sede.
A su escrito del 8 de enero de 2013 se le ha dado un particular cuidado por la seriedad y urgencia del problema que Ud. ha, repetidamente solicitado de parte de la Santa Sede.
I fatti, le circostanze e le ragioni da Lei addotte hanno, suscitato una seria preoccupazione circa la possibilità di uno sviluppo negativo della situazione, con grave danno per l'immagine della Chiesa.
Los hechos, las circunstancias y las razones adoptadas por Ud., han suscitado una seria preocupación acerca de la posibilidad de un desarrollo negativo de la situación, con grave daño para la imagen de la Iglesia.
A questo Dicastero non è apparso facile dare una corretta interpretazione alla clausola apposta di propria mano da Benedetto XVI con la quale si stabilisce che "Al P. Buela non è permessa alcuna ingerenza nel governo e nell'andamento dell’lstituto". Proprio sulla portata di questo termine "andamento" sono sorte le difficoltà cui Ella fa riferimento.
A este Dicasterio no le ha surgido fácil dar una correcta interpretación a la cláusula colocada de propia mano por Benedicto XVI con la cual se establece que “al Padre Buela no le está permitida ninguna injerencia en el gobierno y en el ‘andamento’ (desenvolverse) del Instituto. Justamente sobre el alcance de este término “andamento” han surgido dificultades respecto de las cuales Ud. hace referencia.

Si è creduto così necessario presentare la questione al Papa Benedetto XVI quando era ancora sul Soglio di Pietro, per chiedere la corretta interpretazione di quanto Egli aveva disposto.
Se ha creído así necesario presentar la cuestión al Papa Benedicto XVI cuando todavía se encontraba en el solio de Pedro, para solicitar la correcta interpretación de cuanto él había dispuesto.
Atteso il corso degli eventi, la questione è stata presentata al Sommo Pontefice Francesco, il quale ha approvato in forma specifica la proposta di assegnare al P. Buela la dimora obbligatoria nell'abbazia cistercense di San lsidro (Palencia), in Spagna, sotto la vigilanza dell’Abate per quanto riguarda i contatti con l'esterno.
Esperando el curso de los acontecimientos, la cuestión fue presentada al Sumo Pontífice Francisco, el cual aprobó en forma específica la propuesta de asignar al Padre Buela la residencia obligatoria en la abadía cisterciense de San Isidro (Palencia), en España, bajo la vigilancia del Abad para cuanto respecta al contacto con el exterior.
Oltre a prevenire gli inconvenienti cui Ella fa cenno nel Suo esposto, tale provvedimento è un segno di riprovazione dei fatti addebitati al P. Buela documentati e provati nell'inchiesta da Lei svolta.
Además de prevenir los inconvenientes a los cuales Ud. hace referencias en su exposición, tal medida es un signo de reprobación de los hechos denunciados al Padre Buela, documentados y probados en la investigación llevada a cabo por Ud.
Poiché a questa disposizione il Santo Padre ha dato piena e definitiva fermezza di diritto approvandola in forma specifica che esclude Ia possibilità di ricorso, si ha fiducia che tale misura diventi veramente effettiva rimuovendo così per Lei il timore di poter essere in qualche modo accusa to di inerzia di fronte ad una situazione di irregolarità .
Puesto que a esta disposición el Santo Padre ha dado plena y definitiva firmeza de derecho aprobándola en forma específica que excluye la posibilidad de recurso, se tiene la confianza que tal medida se vuelva verdaderamente efectiva removiendo así para Ud. el temor de poder ser de algún modo acusado de inercia de frente a una situación de irregularidad.
Mi valgo volentieri della circostanza per salutarLa nel Signore Crocifisso e Risorto.
Aprovecho la circunstancia para saludarlo en el Señor Crucificado y Resucitado

Joao Braz Card. de Aviz

lunes, 23 de junio de 2014

Sonidos del silencio

Hace apenas algunas horas, CNN comunicaba que Meriem Yahya Ibrahim había sido liberada. Recordemos que se trata de la mujer sudanesa condenada en mayo a cien latigazos y a morir ahorcada por haberse convertido al cristianismo. El caso acaparó los reclamos de muchos países y los pedidos de liberación de muchos líderes mundiales.
Y hoy mismo, Sandro Magister nos cuenta qué hizo el papa Francisco para salvar a Miriam:

A mediados de mayo, el mismo día que la condena a muerte en el Sudán musulmán de la joven esposa y madre Meriem Yahya Ibrahim por la única culpa de ser cristiana pasó a ser de dominio público, Bergoglio recibió en el Vaticano al nuevo embajador sudanés. No dejó traslucir ni una sola palabra sobre la cuestión. Tampoco después. Silencio absoluto, a pesar de la creciente campaña mundial para la liberación de la mujer.
"La Santa Sede busca la manera más eficaz para intervenir, que no siempre es la de gritar", ha justificado el cardenal Parolin, secretario de Estado.
No sorprende que el Papa Francisco sea un convencido defensor de los silencios de Pío XII “para que no mataran más judíos”.

Bergoglio prefirió el silencio, tal como hizo durante el Proceso Militar en Argentina: no solo se quedó callado sino que le dio el doctorado honoris causa de la Universidad del Salvador, de la que era responsable directo, al almirante Massera.

Toda una línea de conducta.

sábado, 21 de junio de 2014

La religión del Papa

A riesgo de repetir algunas discusiones que ya hemos tenido en este blog, me interesa reflexionar ahora sobre un problema enorme que arrastramos los católicos romanos desde la Contrareforma y que, paradójicamente, en estas décadas anti-contrareformistas se ha acrecentado a niveles ya monstruosos. Y me refiero al problema que podría ser sintetizado con la expresión: “la religión del papa”. Es decir, la identificación de la religión con la figura de una persona, que es siempre circunstancial, y que adquiere las dimensiones de caudillo, cuanto menos.
Se trata claro, de una peligrosa perversión del hecho religioso y, en el caso del cristianismo, una involución dañina que, me animaría a afrimar, nos sustrae de los dominios de una religión evangélica y nos coloca muy cercanos a una religión tribal. Quiero decir: nos ajena de una religión en la que sus miembros siguen y se comprometen existencialmente con un mensaje que, de un modo radical, orienta a sus fieles hacia la vida trascendente que se abre luego de la muerte corporal. La adhesión al mensaje evangélico es reemplaza por la adhesión incondicional a la persona que, de un modo vicario, establece la referencialidad necesaria e imprescindible que toda religión debe tener. En efecto, en modo alguno estoy discutiendo la necesidad de una iglesia visible que, como tal, necesita de un culto (ya se ve en este blog la importancia central que le otorgamos a la liturgia) y de una estructura humana de gobierno y “acompañamiento pastoral” de los fieles. Y esta estructura, jerárquica por principio, se debe apoyar lógicamente sobre la figura de quien se constituye como vicario del fundador, es decir, el papa.
El problema consiste en trasladar la adhesión existencial, y en el fondo la fe, al Papa, desplazando o enturbiando el Evangelio. Es decir, que la fe del cristiano termina siendo la fe del papa o, peor aún, la fe en el papa. Esto es, sin más, la fe en una persona que aún poseyendo la legitimidad jurídica requerida y la promesa de la indefectibilidad en materia de fe otorgada por el Señor, no deja de ser un humano con todas las limitaciones del caso.
¿Qué problemas acarrea esto? Innumerables, pero aquí planteo dos. El primero, que es muy factible que tales cristianos terminen viviendo su fe no al ritmo del evangelio sino al ritmo del Papa, y esto es una perversión. Y veamos un ejemplo. No es de extrañar que los medios de prensa laicos, cuando hablan de religión, hablen del papa o de los obispos. Ellos no entienden y no les interesa entender la verdadera naturaleza del cristianismo. Pero otra cosa escuando los medios de prensa católicos han reemplazado el mensaje evangélico por la figura y las palabras del papa. Con alarma y mucha bronca descubro que, desde el fatídico mes de marzo de 2013 hasta la actualidad -aunque previamente ocurría los mismo aunque con menor intensidad-, la expresión mediática más popular y oficialista (y digamos también neocon) del catolicismo argentino, el semanario “Cristo Hoy”, dedica la casi totalidad de sus páginas a describirnos los gestos y palabras del papa Francisco y de los obispos argentinos. Nadie pretende, claro, que no hayan noticias clericales y eclesiales, pero cualquier persona ajena a la fe católica que hojeara la revista durante uno o dos meses, se llevaría la impresión de que los católicos somos personas que seguimos al papa y a los obispos y nos nutrimos de sus enseñanzas. Y eso no es así. Los católicos seguimos a Cristo y nos nutrimos del evangelio, dentro de la estructura visible de la Iglesia, que nos interpreta la Buena Nueva de acuerdo a la Tradición recibida de los apóstoles y los santos. El papa y los obispos son personas menores -algunos muy menores- y circunstanciales, que duran algunos años, muchos de ellos medrando en sus oficios, pero no más que eso. En el fondo, son personajes con una importancia muy relativa y sólo atendibles en la medida en que se ubiquen en la misma línea y espíritu de la Tradición recibida. En pocas palabras, la fidelidad del católico es a Cristo y su Iglesia, y no al papa y a los obispos.
Una segunda consecuencia es que, al confundir religión con papado o episcopado, la misma dinámica de la confusión exigirá afiliaciones y fidelidades más o menos estrictas a estructuras en general muy personalizadas como modo indispensable de pertenencia a la Iglesia y al evangelio. Es decir, un buen católico,  necesariamente deberá participar de la “vida parroquial” en algunos de los bobos grupos parroquiales que justifican las existencias desvaídas de los curas contemporáneos, o en algún movimiento supraparroquial y supradiocesano, como Fasta, Opus Dei, Neocatecumenales o el que fuera, que le garantiza su dependencia y seguimiento del mensaje de Cristo a través de la dependencia y seguimiento de un fundador, que suele ser demasiado humano: algunos compran marquesados, otros trafican misiles con Kadafi, otros abusan los cuerpos de los jóvenes seminaristas y otros los abusan en sus mentes y en sus almas.
Para ser buen cristiano nadie necesita ir a grupo parroquial alguno o, mucho menos aún, ser miembro de algún movimiento. Casi me animaría decir, para ser un buen cristiano hay que evitar cuidadosamente ese tipo de ambientes y los ambientes clericales en general. Y esto es así porque somos cristianos, y la nuestra es la religión de Cristo, y no la religión del papa.
Pero este no es solamente un problema de los neocons. Paradójicamente, es también el problema de los lefes. Ellos han adherido de un modo fundamentalista a los documentos del Vaticano I y de los papas posteriores hasta el Vaticano II, como modo de anclarse en lo que llaman “la Tradición”, pero el problema es que son tradicionalistas de la misma especie de la que lo son los neocons, y solamente se distinguen en la intensidad de la tradición. Porque ambos sostienen, quizás sin saberlo, la expresión antológica de Pío IX: "La tradizione sono io". Si la tradición es el papa, seguir la tradición es seguir al papa. Los neocones lo han seguido contra viento y marea, justificando lo injustificable en el caso de los últimos papas, como único recurso de salvar su religión. Los lefes la tuvieron más difícil porque, como buenos católicos, se dieron cuenta de que, por más papa y concilio ecuménico que fuera, habían cosas que no se podían cambiar, como la liturgia y ciertos aspectos de la doctrina. Lo que hicieron entonces fue afirmarse en la “tradición” de los papas preconciliares, es decir, la tradición de los '50, y poner a sus teólogos a trabajar. Ellos, últimamente están discutiendo la cesación del ejercicio de la autoridad papal por parte de Francisco. Es decir, basados en el absolutismo papal del Vaticano I, afirman algo así como que Francisco no es suficientemente papa. Un sandwich de pan, o un remedio peor que la enfermedad.
El problema sigue siendo el mismo: reemplazar la religión de Cristo, por la religión del Papa; reemplazar la Tradición de la Iglesia por la tradición del Papa.

miércoles, 18 de junio de 2014

Pronto sorella; sono il Padre Jorge...

El padre Urbano, con sus 84 años cumplidos y festejados hace poco, es un sacerdote véneto que irradia candor. Su rostro aparece joven, no porque carezca de arrugas, sino porque trasluce una luz interior. Especialmente en sus ojos claros. De mente despejada, buen latinista y políglota. Se le nota una educación familiar elegante y sencilla.
Siendo un joven sacerdote fue llamado a trabajar en la Curia romana, especialmente para redactar documentos en buen latín. De allí se lo llevó un cardenal como familiar suyo, es decir como secretario privado. Cuando falleció el cardenal habían pasado tantos años, que ya se sentía un poco extraño para volver a vivir en una comunidad de su congregación. A pesar de que fielmente había cumplido con la indicación de ir una vez por semana a compartir con sus hermanos en un convento.
El caso es que encontró una solución. Aceptó ir de capellán a un convento de monjas de clausura en la Toscana. Allí está feliz. No sólo atiende a las religiosas, sino también a los feligreses que se acercan, especialmente los días festivos, a ese oasis enclavado en la campiña.
Algo vino a traer una novedad a sus días. Las monjas se aficionaron a la devoción de la Virgen Desatanudos, que un sacerdote argentino difunde en Italia. A tal punto, la madre superiora decidió hacerle una ermita en un rincón del inmenso parque y huerta del convento.   Al saber del gran apego del papa Francisco por esta devoción mariana, le escribió pidiéndole que sea el Papa quien bendijera la piedra fundamental de la ermita. El padre Urbano sería el comisionado para viajar a Roma llevando la piedra, en una prolija caja decorada por las monjas, en la fecha que indicara el Santo Padre.
El sacerdote con gran entusiasmo comentaba su expectativa a sus dos círculos de amigos, a don Guido, el joven vice párroco de la iglesia del pueblo más cercano, y a sus contertulios de los jueves, cuando va a almorzar a un convento de su congregación, pero antes a tomar un café y jugar a las cartas en un bar pueblerino. Ya había mandado a la tintorería su hábito más nuevo, y se ilusionaba con que tal vez el Papa lo invitara a almorzar o a concelebrar en santa Marta. De todas maneras, quería tener ocasión de contarle cómo viajó a Buenos Aires para la Gran Misión de 1960; cómo predicaba en castellano y cómo confesó y dio primeras comuniones en cantidad.
Pero su alegría se trastocó y se quedó atónito cuando la madre superiora lo llamó para darle las novedades. Había llamado por teléfono personalmente el Papa. En vez de que le llevaran la piedra para bendecir, anunciaba que él iría al convento de la Toscana. Que permanecería allí de un miércoles a la mañana hasta un sábado al fin de la tarde. Que sería para él un descanso (huyendo del ferragosto romano) y también de recogimiento, compartiendo el rezo de las horas con la comunidad. Que quería poder andar en bicicleta en el parque-huerta y comer un asado al tipo argentino algún día. Todo el plan debía permanecer en estricta reserva aún respecto a las monjas, y sin que participen ni se enteren personas de fuera del convento para evitar que se rompiera el clima buscado. Así, ni el obispo de la diócesis ni el párroco, nadie debía saberlo; tampoco el capellán debía participar. Un chofer del Vaticano lo llevaría el miércoles y lo buscaría el sábado con total discreción.
Ahora bien, para alojar al augusto huésped no queda otra posibilidad que el departamentito del capellán. La superiora le comunicó temblando al padre Urbano semejante designio, y le previno que, sin dar explicaciones a la comunidad, era necesario que él no estuviera esos días. Más aún, que haría falta que se ausentara con anticipación para poder darle una mano de pintura a su departamento. También que dejara espacio en el ropero y liberara el escritorio.
Guardar semejante secreto y verse apartado de las trascendentes jornadas que se vivirían en su casa lo pusieron un poco triste. Se le notaba algo raro. Pero nadie sabía lo que el buen sacerdote llevaba dentro. Además tenía que resolver a dónde buscaría alojamiento para esos días de preparativos y los de la visita papal tan discreta. El Papa venía a su casa, él no lo podría ver y debía buscar asilo afuera. Estando en esas cuitas se confió con don Guido.
El buen vice párroco, que lo quiere como a su padre, hizo suya la circunstancia  y entró a participar del secreto, mientras pensaba cómo ayudar al padre Urbano.  En algún momento el joven sacerdote, lector atento de L’Osservatore romano, se dio cuenta de que había algo raro. ¡La fecha!! ¡Para esos mismos días de agosto está  anunciado el viaje del Papa a Corea del Sur!!
Con todo sigilo don Guido llamó a un condiscípulo, que trabaja en la Curia romana, y le consultó si la fecha del viaje papal a Corea estaba firme, y si era posible que hubiese alguna modificación. Esto resultaba imposible; la respuesta fue obvia. Quedaba saber si la superiora hubiera entendido mal las fechas. Le transmitió las dudas al padre Urbano y éste abordó a la superiora. Para ella no cabía malentendido, porque en la llamada por teléfono el Papa había mencionado el ferragosto que es el 15 de agosto, y porque había fijado para el día de la Assunta la bendición de la piedra de la ermita in situ “para participar del gozo de la Madonna que está en el cielo”.
Estando en estas contrariedades interiores y sin atinar a encontrar la luz en el embrollo, el padre Urbano quería ocultar su sufrimiento pero no podía. Su ánimo se trasparenta en el rostro. Finalmente llegó la piedad para él. Uno de los contertulios del café de los jueves, ante los cuales el padre había contado la historia de la carta y de su próximo viaje a Roma portando la piedra,  era el autor de la llamada a la superiora, imitando –como solía hacerlo con alguna complacencia de los circunstantes-  la voz y los giros del papa argentino.
Ya todo volvió a la normalidad. El padre Urbano no se muda, no hay que buscar bicicleta ni preparar un asado al modo argentino. Lo que no se sabe es qué respuesta habrá, o si ya la hubo, sobre la idea de llevar la piedra a Roma. Pero el padre Urbano ya no quiere hablar del tema. Si asoma el asunto se le hace un nudo en la garganta, pero se sobrepone y cambia de argumento.

Dall'ombra der Cuppolone



lunes, 16 de junio de 2014

Marketing del IVE



La verdad que me he quedado pensando bastante en el modo de interpretar el anuncio kukú. Se me ocurren algunas posibilidades:
¿Por qué vos no hacés los Ejercicios Espirituales (con nosotros) y te convertís también en uno de los hombres más influyentes de los últimos tiempos? 
¿Por qué vos no hacés los Ejercicios Espirituales (con nosotros) y te convertís en Papa? Y si no llegás, te aseguramos alguna missio sui iuris en Uzbekistán.
¿Por qué vos no hacés los Ejercicios Espirituales (con nosotros) y aprendés a reirte con la vulgaridad requeridas en la Iglesia bergogliana?

Y recuerdo que tres de los hombres más influyentes de los últimos quinientos años también hicieron Ejercicios Espirituales. Me refiero a Descartes, Heidegger y Rahner, y hasta los miembros del IVE saben el daño que tales personajes hicieron a la humanidad.
Y también pienso en los cientos de buenos jóvenes de ambos sexos que hicieron Ejercicios Espirituales con los sacerdotes del IVE y que de buenas a primeras "descubrieron" que tenían vocación a la vida religiosa, y que hoy, muchos años después, tienen sus vidas arruinadas debido a la irresponsabilidad y necedad de esos sacerdotes.

Y finalmente me pregunto: ¿es tan fácil "ordenar nuestras vidas" en sólo tres días, tal como vende el anuncio? Vaya poderes que tiene el P. Quintar...


viernes, 13 de junio de 2014

Precisiones de Ludovicus

Sólo una precisión al excelente post de Tollers, y es que lo que en la Argentina se desprecia es la inteligencia en su función especulativa, es decir, la búsqueda de la verdad por sí misma. El país de la plata y de la carne en lata, como decía Castellani, es la patria del filisteo. Las cosas tienen consistencia en la medida en que sirven. Es tal la avidez por el dinero, símbolo de la practicidad, que la misma moneda –paradoja casi chestertoniana- se destruye en ese mismo afán.

En ese orden, el arquetipo de la argentinidad es el vivo, como figura contraria al inteligente o sabio, al que desprecia. El vivo es el que desprecia a la inteligencia en su función más sublime, para prostituirla en la búsqueda de objetivos prácticos, tangibles, logrados a cómo de lugar. El vivo es que viola la recta razón del ordenamiento social, es decir, la ley y las reglas, para imponer su voluntad por atajos prácticos. El vivo es el que transgrede los usos sociales (la inteligencia decantada en la Historia) para destacar su propia personalidad. El vivo es el que se mete a todo el mundo en el bolsillo, para tratar a todos como algo que se lleva en el bolsillo.

El vivo, técnicamente definido, es aquel que ha hipertrofiado el entendimiento práctico a expensas del especulativo. El precio es alto: se pierde la verdad en aras de la ideología y del slogan; se pierde la estrategia y la visión sapiencial de la vida y se  la diluye en tácticas y técnicas; se canibalizan las instituciones; se destruye la juridicidad y la institucionalidad, sustituidas por la improvisación, la jugada afortunada, el capricho, la fullería. La religión se convierte íntegramente en política, y la política se reduce a un duelo de fulleros para determinar quién es el más vivo, es decir, quién transgrede mejor la ley, la verdad, la integridad. Quién engaña mejor, es menos “fundamentalista”, más vivo.

Ahora bien, la Argentina, un país con su sistema educativo desvertebrado hace décadas sino ab ovo, es una máquina de engendrar bluffs varios, debido a cierto barniz racial y superficial de su clase media. Vivimos de las rentas de nuestro pasado opulento (pero bruto, nunca tuvimos una élite intelectual en serio), de nuestros apellidos latinos y de nuestra piel blanca. Y de la audacia, "toujours de l'audace", como decía Danton.  El argentino es un ersatz de un europeo, pero sólo ersatz, privado de toda vertebración y disciplina intelectual y condenado a ver la realidad metafísica bajo la grosera y maniquea categoría Boca-River.

Esta apariencia engañosa se conjuga con lo que podríamos llamar seriedad académica del primer mundo, donde la clase dirigente recibe una educación cualitativanente diferente, frente a la cual el argentino ersatz es un zombie intelectual, un auténtico muerto vivo. De donde surge cierta ingenuidad, cierta inmunodeficiencia del sistema europeo para con arquetipos de la argentinidad, que en llegando a posiciones expectables logran vender humo y encumbrarse, bajo el embuste de que "hay algo más en este tipo". Efecto Gardiner. Quien maneja las reglas del arte tiende a ver al audaz que las quiebra como un hombre superior, que por ese eminente dominio del arte se puede dar el lujo de transgredirlas.
Efecto Picasso. Para luego sufrir la frustración de la revelación del chanta, prototipo perfecto del muricedismo antropológico de la inteligencia argentina. Hace unos años, la editora Tusquets escribió un libro donde contaba sus peripecias con un psicólogo argentino, integrante de la recua de chantas emigrados a España a fines de los setenta. Le costó innumerables sesiones darse cuenta de que el tipo era un irresponsable total, un alegre ignorante que le estaba arruinando la vida, una especie de Boudou de la picaresca psicoanalítica.

Por cierto, la situación de los compradores de bluffs tampoco es inocente. Nos preguntamos si los  alegres fanáticos o electores de argentinos transgresores escogerían con idéntica nonchalance un cardiocirujano, un piloto de avión o un administrador de sus ingresos. El virus argentino sólo se extiende a las disciplinas "blandas". 

El problema para los argentinos es que nos terminen por encontrar la vacuna.

jueves, 12 de junio de 2014

El porvenir de la inteligencia


¿Por qué, pues, no comprendéis mi lenguaje?
Porque no podéis sufrir mi palabra.
Jn. 8:43

Los que han de perderse en retribución
de no haber aceptado para su salvación
el amor a la verdad.
II Tes. 2:10

Esto que quiero decir es difícil. No porque no esté clarísimo que las cosas son como voy a decir; no porque se requieran grandes luces para entenderlo; no porque no se haya dicho, de distintas maneras, una y otra vez; no, nada de eso: esto es difícil porque entre nosotros muy poca gente quiere hablar de esto.
Quizás porque son muchos a los que les cabe el sayo. Pero, como fuere, el hecho de que nadie quiera hablar de esto, es, en sí mismo, díganme si no, interesante.
Me refiero a la envidia; pero a una envidia muy específica, muy particular.
Y muy argentina.
En una era dominada por el igualitarismo, algunas diferencias todavía se aceptan sin discusión: por ejemplo, que hay quien tiene más dinero que otros (y que eso no tiene nada de malo); o que en tal deporte sobresale fulano mientras que zutano no tanto; o que esta canta mejor que esta otra. Es más, aún en esta época sumergida en este veneno del igualitarismo, todavía se producen torneos y competencias deportivas, hay premios y reconocimientos públicos para los actores más destacados, para los periodistas más acreditados, para los mejores escritores, para las chicas más lindas, para el mejor tenista. Con el criterio que sea, pero todavía hay Premio Nobel, todavía hay Oscar en Hollywood (y acá, todo siempre un poco más grasa, el "Martín Fierro", je).
Pero el fenómeno al que me quiero referir subyace debajo de todo esto y rara vez muestra su verdadero rostro—como, por ejemplo, cuando las chicas feas de un colegio le pegan a la linda porque es linda, o "cheta", o simplemente diferente.
Claro, eso sólo pasa en la Argentina, esta envidia que nos caracteriza, esta envidia tan nuestra.
En "Escrutopo propone un brindis", Lewis supo identificar el fenómeno con su habitual agudeza:
En realidad, ninguno de los que dicen "soy igual que tú", se lo cree del todo. Si así fuera, simplemente no lo diría. El San Bernardo nunca se lo dice al caniche, ni el intelectual al tonto, ni el trabajador al holgazán, ni la mujer bonita a la fea.
Solamente reclaman igualdad [...] aquellos que de algún modo se sienten inferiores. Y lo que con eso se expresa es precisamente la picazón, la herida, la conciencia retorcida de una inferioridad que se niegan a aceptar justamente los que padecen esta afección.
Y que por tanto resienten. Así, el que padece esto resiente todas y cualquier forma de superioridad en la persona de otros; la denigran; desean su aniquilación. Muy pronto llegan a sospechar que cualquiera diferencia, por pequeña que sea, ha de ser, de parte del otro, una especie de reclamo de superioridad.
 El texto se las trae y es, claro, muy actual.
Por  lo demás, cabe anotar que el diablo de Lewis pone gran cuidado en que su paciente nunca use, nunca adquiera conciencia de que lo que padece es simplemente envidia: esa palabra no debe usarse nunca: será reemplazada por igualdad, democracia o cualquier otra que a mano venga.
Envidia, la palabra "envidia" debe relegarse al olvido.
Es un pecado diabólico (por la envidia del diablo entró el pecado al mundo) y es uno de los pecados capitales. Pero para el diablo su uso tiene una dificultad, y es que apenas detectada, la envidia desaparece. Si uno se entristece por el bien ajeno y cae en la cuenta de eso mismo, sanseacabó el pecado. Verlo y exorcisarlo sucede en el mismo instante.
Ahora, si el paciente no se da cuenta, el problema persiste (y de allí, la sutil caracterización que hace Lewis del fenómeno: "la picazón, la herida, la conciencia retorcida de una inferioridad que se niegan a aceptar").
Hasta aquí está todo claro y no creo que uno solo de mis lectores disienta con Lewis o conmigo.
Sí, bueno, esperáte un poco.
Claro, en el ámbito social, en el entramado de las distintas clases sociales, el resentimiento, el esnobismo invertido, es cosa conocida y fácil de ver. Luis D'Elía es más fácil que la tabla del uno. Y el resentimiento del "nuevo rico" es demasiado viejo como para no ser facilísimo de detectar, en las impostaciones que suscita, en la notable ridiculez subsiguiente.  Como también el resentimiento del pobre, sobre todo cuando se encuentra potenciado por la ideología socialista que lo ha formulado con una claridad irresistible: "yo no tengo plata porque la tienes tú". 
Pero aquí me quiero referir a otra cosa, más sutil, más difícil de identificar, una corriente que subyace, como digo, debajo de todo eso, una corriente subterránea que en nuestra país se encuentra en todas las clases sociales, en todas las instituciones, en los colegios y en las universidades, en los episcopados y en los seminarios.
Aquí no vale distinguir entre progresistas o tradicionalistas, segual, en la Iglesia Argentina se lo hallará, esto que digo, este fenómeno, en todas partes.
Se trata de una envidia encubierta, solapada, persistente, artera, nunca reconocida, jamás formulada, siempre escondida, siempre al acecho, que se conserva en las sombras, que siempre se hallará cuidadosamente oculta, disfrazada de mil maneras, apenas perceptible, siempre sutil. Y esta envidia tan particular a la que quiero referirme se ha extendido de tal modo, se ha impuesto tan exitosamente, reina tan indiscutible que en los días que corren el solo denunciarla apareja innumerables denuestos, inquinas y enemigas sin cuento.
Es la envidia del que tiene más inteligencia que yo, del que se muestra más inteligente.
Pues bien, aquí conviene precisar un poco más. No me refiero a la erudición, ni a los títulos académicos, ni a la acumulación enciclopédica de conocimientos, ni siquiera al mucho estudio… nada de eso.
Me refiero al que es más inteligente en el sentido original de la palabra: se trata del que "lee adentro" de la realidad, que ve más lejos, que con su mirada cala más hondo en la realidad de las cosas.
Y al que hace buen uso de su inteligencia se convertirá en sabio, en el sentido medieval del término: sabio es aquel a quien las cosas le parecen tal cual son. Y en estos precisos términos, por disposición divina, no hay dos personas iguales pues algunos son más inteligentes que otros, algunos más sabios que los demás.
Y hay otros que no tanto, que son menos inteligentes.
Pero como digo, el argentino infectado con esta envidia que digo no lo reconocerá jamás. En primerísimo lugar porque en este país hay muy poco amor a la verdad (si primara el amor a la verdad naturalmente la inteligencia resultaría sumamente apreciada, que es lo que sucede en otros lares, que es lo que sucedió en otros tiempos).
Y se dirán otras cosas, y se cambiará de tema, y se cubrirá este "escándalo" con la excusa que fuere: que lo de la inteligencia no tiene importancia, que lo importante es la humildad; que fulano no es más inteligente, sino que es más engreído, más jactancioso, más presumido, pero no, nunca más inteligente que yo. No lo reconoceré jamás.
Para sostener semejante sandez, se llegan a decir disparates sin cuento: qué sé yo, por ejemplo que San José, el Patrono de todos los santos, no era inteligente, y que para ser lo que fue, no necesitaba semejante cosa. O que los santos más grandes eran humildes (lo cual es cierto), en tanto que los inteligentes (Tomás de Aquino o San Agustín, por caso), no tanto. Non sequitur.
Claro, los que sostienen esta clase de estupideces, son precisamente los menos inteligentes: y por eso andan con bronca, y por eso dicen tonterías.
Porque no aman la verdad.
Lo cual, uno diría, no tendría demasiadas consecuencias.
Pero en la Argentina las tuvo (y las tiene). Poco a poco, lentamente, en la Iglesia argentina los más inteligentes fueron desoídos, perseguidos, desplazados, denostados, olvidados. Y empezamos a tener obispos más brutos, y profesores más ignorantes, y escritores más mediocres y "pensadores" más estúpidos.
Porque nadie puede ser más inteligente que yo, ese es un escándalo que no estoy dispuesto a reconocer. Y por tanto no me voy a dejar guiar, ni dejar enseñar por el que sabe más. Ni siquiera voy a reconocer que ese sabe más, que "docilitas" ni qué ocho cuartos.
(Esto es un poco al margen, pero digámoslo igual: no vamos a negar que a los más inteligentes esta persecución les vino muy bien, que Dios siempre saca bienes de los males: es que innegablemente el más inteligente padece una fuerte inclinación a la soberbia, al orgullo y a despreciar al que es menos inteligente. Y a fuerza de palos, quizás adquiera la humildad. Pero si es inteligente de veras, también sabrá cómo vencerse en eso también. Y será el más inteligente de todos. Lo que en modo alguno justifica a los que le dan palos por ser inteligentes, que un día serán apaleados, no te quiero decir cómo).
La inteligencia es el don más grande que le dio Dios al hombre. Y el cristiano dotado de inteligencia ha de hacerla fructificar como lo exige la parábola de los talentos. Cristo era supremamente inteligente y de los siete dones del Espíritu Santo, cinco se refieren a esto.
Podría seguir y seguir, pero ¿para qué?, si ustedes me entienden o por el contrario me malentienden (y entonces no hay tutía).
Pero, sí, da vergüenza este país, que no tenemos un Joseph Pearce, un Peter Kreeft, un Scott Hahn, un Roberto de Mattei, un Alejandro Gnochi, un Martin Mosebach o un Chris Ferrara. Por lo menos no en las cátedras, no en las revistas, no en los puestos de gobierno, no en los medios de comunicación.
Eso no es casualidad.
Y está a la vista para quien quiera ver. Al argentino más inteligente que Dios envió a este país, a Castellani, lo echaron de la Compañía de Jesús, lo suspendieron "a divinis", censuraron su obra y se empeñaron con alma y vida en cubrirlo de olvido.
Al otro jesuita argentino que todos conocemos, al ignorante, al que no estudió, al que no reconoció nunca a nadie más inteligente que él, al resentido, a ese lo hicieron Superior de la Compañía, obispo auxiliar, cardenal primado y finalmente Papa.
¿Y Castellani?
Bien, gracias (jamás reconoceremos que él era el más inteligente de todos).
Pero no quiero dejarle al lector el sabor inevitablemente un poco amargo de estas reflexiones. Mejor, mucho mejor, sería recomendarle las cuatro máximas de San Felipe Neri (cuya fiesta se celebró en estos días):
a) Despreciarse a sí mismo.
b) Apreciar a los demás.
c) Despreciar al mundo, y
d) Despreciar el ser despreciado.
Eso sería lo más inteligente de todo.

  Jack Tollers