jueves, 12 de marzo de 2015

¡Qué te hicieron!

Nos hemos referido en este blog en varias ocasiones (por ejemplo aquí) al periodista argentino Omar Bello, autor de uno de los primeros libros biográficos del papa Francisco (que pueden bajar desde aquí), quien acaba de fallecer en un accidente automovilístico.
El finado Bello desenmascaró a Bergoglio, casi sin quererlo, dejando ver al astuto e inescrupuloso jesuita que se esconde detrás del hábito blanco.
Es en su libro donde aparece la anécdota famosa que lo pinta de cuerpo entero: un alto empleado de la curia porteña fue despedido de su puesto luego de muchos años de trabajo por orden del entonces cardenal Bergoglio. Cuando el pobre hombre se acercó al cardenal para consultarle los motivos de su despido, éste le dijo: “¡Qué te hicieron! Son los viejos empleados de la Curia. No puedo hacer nada. Me torcieron el brazo”.
“¡Qué te hicieron, Omarcito, qué te hicieron!”
Recen por él, y que nuestro corresponsal romano nos anoticie si Stiusso anduvo por el Santa Marta en los últimos días.


miércoles, 11 de marzo de 2015

El elefante barroco

El 20 de septiembre de 2009 publiqué una memorable entrada de Ludovicus acerca de los problemas que periodo barroco implicó para la fe católica, y que se habían planteado en post anteriores. Aquí va nuevamente. Vale la pena releerlo.
Desde aquí pueden acceder a la entrada original y leer también los comentarios.

Sólo un aporte para seguir pensando este interesante tema.
Efectivamente el término paradigma lo introduje en forma no inocente. Y la referencia a la analogía con Kuhn se la debo a un amigo muy "psíquico" pero sobre todo físico él.
La fe desnuda, químicamente pura, es imposible, y por cierto no condice con el misterio de la Encarnación. Perdónenme la palabra demodée, pero siempre hay -horresco referens, parece tan viejo ya el juanpablismo- "inculturación".
Es decir, esa fe se encarna temporalmente en "paradigmas", animalitos conformados por una espiritualidad, un énfasis en determinadas verdades en desmedro de otras, una praxis más o menos recta y una forma de vivir el Misterio -un culto-, todo seleccionado y filtrado conforme el "air du temps". Es inevitable.
Aunque sea reaccionando en contra, como dice San Ignacio (y qué interesante destacar la modernidad de ese "reagere contra" ignaciano). Estos paradigmas no son la fe, sino son la forma en que esa fe se vive y manifiesta, velándola o volviendola más lúcida. Hoy los llamaríamos ideologías, pero son más que ideologías.
Habitualmente se opacan más por el lado de la praxis, habida cuenta de que la Iglesia cuenta con la promesa de la infalibilidad en materia dogmática. Se opacan y deforman en la praxis, y desde esa praxis contaminan la doctrina, con énfasis desmedidos, sin una formulación explícitamente herética. La herejía es un sabor, más bien. De ahí la dificultad que tenemos con Wanderer en aislar el "paradigma barroco, preconciliar" o como se llame, ponerle nombre, cazar al animalito.
En realidad, el animalito se ve o no se ve. Cuando lo palpamos, nos pasa como a la parábola de los ciegos y el elefante: que el barroco es muy sangriento - pero señor, si el cristiano debe derramar la sangre - que el barroco es anticontemplativo - pero no, señor, rezaban todo el día - que es dolorista - acaso en la Edad Media no decían que la vida es un valle de lágrimas - el barroco descentra la ascética - ¿pero san Francisco no se flagelaba con ortigas y san Simeón no vivía en una columna? - que está obsesionado con la muerte - entonces Platón que define la filosofía como preparación para la muerte y no digamos los Padres, ¿son barrocos? Y así ad infinitum, recorriendo la trompa, la cola, las patas del elefante...
Hay que ver el animalito completo. Y el animalito tiene una estructura, una "forma" que formaliza todo: la elefantiasialidad. Si no la vemos, seguimos discutiendo, porque me van a traer innumerables ejemplos prebarrocos para demostrar que todo eso está en el cristianismo. Sí está. Lo que no está es la "forma" del paradigma.
O para decirlo con el ejemplo de Elder Sofrony: Si tienes un gran mosaico y lo rompes, no por tener todos los pedazos tienes el ícono. La modernidad barroca tiene todos los mosaiquitos, pero no sabe armar el ícono. O lo arma como lo armó.
La verdadera fe, como dice Santiago, es preservarse de la contaminación del mundo. Los paradigmas mezclan teorías estéticas, doctrinas, ideas del Zeitgeist con la fe. A veces sale muy bien, a veces muy mal. Nunca es perfecto. El hombre es un animal situado, encarnado, inmerso en la temporalidad.
Ese carácter anfibologico se revela no sólo en nuestras culturas laicas, propias del "two-storey Universe", como las llaman el mismo Elder Sofrony, sino también y sobre todo en una sociedad que se revela cristiana. Como en los países católicos durante los siglos posteriores a la reforma, afectados por el enorme giro antropologico renacentista, que recién se ha completado en el siglo XX. A las puertas del Concilio de nuestros afanes.
El "paradigma" barroco se conforma pues en un clima antropocéntrico, crecientemente antimetafísico, afectada por el "olvido del ser heideggeriano", activista y pragmático, anticúltico, nominalista, voluntarista, apartado de la gran Tradición mistérica, moralista y enemigo de la mística.
¿Puede sorprender que la formulación del paradigma haya sido afectada por el Zeitgeist? “Estáis en el Mundo”, dice el Señor. ¿Es que el Espíritu Santo garantiza la intangibilidad del paradigma que asume el cristianismo en cada tiempo? ¿Habría que esperar un milagro permanente? ¿Una pureza química en medio de las desviaciones sin cuento que trae que el hombre haya decidido ser el centro del Universo?
El milagro es lo contrario: un San Pío V respetando las venerables tradiciones liturgicas seculares en el mismo siglo en que hubo Papas que encargaban Himnos liturgicos cambiando el nombre "Cristo" por "Apolo" o "Yaveh" por "Jove"; o un Benedicto XIV, flor del pontificado, baluarte de la razón catolica en medio del agnosticismo más descarado de la Ilustración; o que en el fango del Sulpicianismo más burgués y cursi surja la Flor de Lisieux. Que entre los jesuitas más extraviados en el nominalismo suareciano se ierga un San Roque González. Que, en fin, en un contexto de oportunistas italianizados, rosqueros y obsecuentes papólatras aparezca la figura señera del Siervo de Dios John Henry Newman.
Cuando empieza a hacer crisis el paradigma, por la creciente obsolescencia de sus elementos constitutivos, que no alcanzan a explicar la "realidad" -en este caso, la fe-, viene el cambio de paradigma, la sustitución, lo que ocurre en bloque, como dice el estimado Kuhn. Algunos se aferran el paradigma, lo identifican con la fe. Otros rechazan in toto paradigma y fe. Tiran al bebé con el agua de la bañera sucia. Voilá la lucha.
En eso estamos. Pero esa es otra historia.
Ludovicus

jueves, 5 de marzo de 2015

Pepinos en vinagre



"...y al final nuestra cara no transmite esa alegría sino la nostalgia, una melancolía que no es sana. A veces estos cristianos melancólicos tienen más cara de pepinos en vinagre que de personas alegres que tienen una vida bella". 

S.S. Francisco, Homilía en Casa Santa Marta, 10 de mayo de 2013.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Heterodoxos contemporáneos: Juan Masiá, S.J.

Un amable lector del blog me ha enviado una serie de breves artículos con información acerca de lo que podríamos llamar el Elenco de los Heterodoxos Contemporáneos. Los iré publicando periódicamente.

P. JUAN MASIÁ S.J.
Una biografía de este célebre hijo de la Compañía pueden leer en su en su página web.
Sacerdote jesuita nacido en Murcia (1947), se doctoró en Filosofía con una tesis sobre Unamuno, y ejerce la docencia en Japón, donde se lo considera experto en Bioética. Asesora al Episcopado japonés y a la Asociación de Médicos Católicos.
Sus posiciones en temas doctrinales suelen contradecir las enseñanzas del Magisterio. Es ilustrativa al respecto su página web sobre la cantidad de libros, artículos y traducciones publicadas. Por ejemplo, en la sección sobre Espiritualidad hay un manifiesto sobre la anhelada reforma de la Iglesia, donde se dice (entre muchas otras cosas): "El problema del doble cambio antes citado (cambio de actitud y cambio de paradigma de pensamiento) no se resuelve mientras no se sale del sistema romano que impone con autoridad de magisterio eclesiástico el paradigma dogmático, deductivo y legalista de la neoescolástica de la contrarreforma."
El jesuita Juan Masiá tiene muchas opiniones heterodoxas: defiende el aborto, el divorcio, las uniones homosexuales, la abolición del celibato, el sacerdocio femenino, la maternidad no-divina de María, la simple humanidad de Jesús, etc.  Pueden verlo en este link.
El sitio progresista Religión Digital -del ex-sacerdote José Manuel Vidal-  lo defiende a ultranza. Si prefieren, pueden ver la nota en video aquí.
Ignorando la petición de sus superiores, el P. Juan Masiá Clavel ha publicado en Religión Digital un artículo titulado «La pasión atea de Jesús, El Que Vive», en el que escribe: «En plena agonía se mofaban ironizando: 'Haz un milagro, si eres capaz, bájate de la cruz por arte de magia y te canonizamos como santo súbito más pronto que a Juan Pablo II el Avasallador'».
Y postula reformas doctrinales de tal magnitud que nada tienen que ver con la enseñanza milenaria de la Iglesia. Dice, por ejemplo: "Los dogmas hay que tocarlos, es que los dogmas son una expresión y la expresión está formulada en una época, en una cultura y en un lenguaje y tienen que ser reexpresados y mucho más en estos casos que ni se tratan de un dogma." Y, más adelante, niega la indisolubilidad del matrimonio, niega validez a la Humanae Vitae de Pablo VI, admite la eutanasia, niega un "orden natural" y propone en su lugar la "autodeterminación" de la persona

lunes, 2 de marzo de 2015

Evelyn Waugh y la liturgia VII (y último)

Publicamos la última entrada de la serie. En este caso, algunas cartas de Evelyn a sus amigos y una entrada de su diario. Hacia el final, las circunstancias de su muerte y las reflexiones de su familia.




Carta a Lady Diana Cooper
Combe Florey House
Día de todos los Santos, 1964.

Querida Pug,
            ... El Concilio Vaticano pesa gravemente en mi espíritu. No tengo dudas de que la verdad prevalecerá pero se están hablando muchas pavadas . .  .
Con amor,
Bo.


Carta a Lady Diana Cooper
Combe Florey House
7 de febrero de 1965.

Querida,
            . . . Es lindo ir a Roma. Están destruyendo todo lo que era superficialmente atractivo en mi Iglesia. Es un gran dolor para mí y, por una vez, inmerecido. Si ves al Cardenal Bea escúpele en el ojo.
Cariños,
        Bo.

Entrada del diario: Pascua, 1965.
Un año en el que el proceso de transformación de la liturgia ha seguido un curso planeado. Las protestas no sirven para nada. Una minoría de chiflados, a favor y en contra de las innovaciones importa muchísimo. No creo que a la mayor parte de la gente le importe un ardite.
Más que los cambios en la estética, que despojan a la Iglesia de poesía, misterio y dignidad, se sugieren cambios en la Fe [sic] y en la moral que me alarman. Hay una clase de anticlericalismo que busca reducir la posición sacramental única del sacerdote. Se escribe acerca de la Misa como si fuese una ‘comida social’ en la que el ‘pueblo de Dios’ realiza la consagración.
Ruego a Dios nunca apostatar pero ahora sólo puedo ir a la iglesia como un acto de deber y obediencia – del mismo modo como un centinela en el Palacio de Buckingham es apostado sin posibilidades de ser empleado en defender la vida de su soberano.
El Cardenal Heenan se ha mostrado doble en este asunto. Tuve una comida con él a solas en la que expresó completa solidaridad con los conservadores y, según le entendí, prometió resistencia a las innovaciones que ahora está llevando a cabo. ¿Cómo supone él que la causa de la participación es promovida por medio de la prohibición de arrodillarse en el Incarnatus durante el Credo?
La prensa católica no ha realizado oposición. No viviré para ver las cosas enderezadas.


Carta a Lady Mosley
Combe Florey House
9 de marzo, 1966.

Muy querida Diana,
… he envejecido mucho en los últimos dos años. No enfermo sino debilitado. No hay ningún lugar a donde quiera ir y no tengo ganas de hacer nada y soy consciente de ser un completo pelmazo. El Concilio Vaticano me ha destrozado las entrañas . . .
Con amor,
Evelyn
                                         
Última carta a Lady Mosley
Combe Florey House
30 de marzo, 1966.

Muy querida Diana,
            . . . La Pascua significaba tanto para mí. Antes del Papa Juan y su Concilio – ellos destrozaron la belleza de la liturgia. Todavía no me he rociado de nafta y prendido fuego, pero ahora me aferro a la Fe tenazmente sin gozo. La asistencia a la Iglesia es un puro alarde de deber. No viviré para verla restaurada. Es peor en muchos otros países. . .
Con amor,
Evelyn.

La profunda tristeza que asolaba el alma de Evelyn le impedía, como había ocurrido en años anteriores, esperar con ansias la Pascua de 1966. Sabía que no podría suportar la misa bullanguera y en inglés que se celebraría ese día en su parroquia. Le pidió entonces encarecidamente a sus amigos, los monjes de la abadía benedictina de Downside, que alguno de ellos le celebrara para él y su familia la misa tradicional latina en una pequeña capilla ubicada cerca de su casa. Los monjes se negaron. Finalmente, consiguió que el P. Philip Caraman, s.j., de Londres, accediera a ir a Somerset y celebrara la misa que él tanto añoraba.
Al terminar la celebración pascual, Evelyn había cambiado. Estaba feliz y conversador como en los viejos tiempos. Su familia no cubía en sí de felicidad: habían recuperado a su marido y a su padre.
De regreso a la casa, y mientras se preparaban para el almuerzo, Evelyn sufrió una descompensación y falleció a los pocos minutos.


Carta de Margaret Waugh, una de las hijas de Evelyn, a Lady Diana Cooper
Combe Florey House
Jueves de Pascua.

Querida Lady Diana,
            No se sienta demasiado acongojada por Papá. Pienso que fue una especie de maravilloso milagro. Vd. sabe cuánto deseaba él morir; y morir como él el domingo de Pascua, cuando toda la liturgia es acerca de la muerte y la resurrección, luego de una Misa en latín y la Santa Comunión, es exactamente lo que deseaba. Estoy segura que pidió la muerte en la Misa. Estoy muy, muy feliz por él.
Hablaba mucho de Vd. en sus últimos días. Estaba muy preocupado y molesto por el robo que Vd. sufrió. Asimismo hablamos mucho acerca de nuestra estancia con Vd. en Chantilly hace exactamente diez años.
Con todo mi amor,
Margaret

Carta de Laura Waugh, la mujer de Evelyn,  a Lady Diana Cooper
Combe Florey House
Jueves de Pascua.

Querida Diana,
Muchas gracias por tu carta. Significabas tanto para Evelyn y lo entendías tan bien –pienso que estuvo pidiendo la muerte desde hacía mucho tiempo y que no pudo haber ocurrido de un modo más bello y feliz para él –sin ningún sufrimiento físico o enfermedad –de tal modo que sólo puedo agradecer a Dios por esta gracia para Evelyn. Pero la vida nunca volverá a ser lo mismo para nosotros sin él.
Habrá una Misa en su memoria el jueves en la Catedral de Westminster pero no iré pues bien sé [sic] que siempre hemos detestado las pompas de la muerte. Pero por favor reza una oración por él y por mí.
Con todo mi amor,
Laura

(Traducción: P. Carlos Baliña)