sábado, 21 de junio de 2008

Lógica episcopal


El mismo lógico que nos explicó los oscuros y curiosos procesos de la lógica kukú, hace lo propio con la lógica episcopal.


-¿Mentir? ¿se puede mentir?
-Bueno, sí, en materia política, vale, a veces resulta necesario, otras veces es un recurso. A veces no te queda otra... con tal de que algunos te crean.
-¿Y robar? ¿se puede robar?
-Mirá, los políticos siempre han roba...
-¿Trusso, por ejemplo?
-Tendamos sobre él (y Mons. Aguer) un piadoso manto de olvido. También hay que saber perdonar, ¿no?
-¿Pero todos los políticos? ¿Siempre? A mí me parece que en otros tiempos, en otros países no.
-Sí bueno, pero acá los políticos roban, casi todos, y todo el mundo lo sabe, y a nadie le importa demasiado. A menos que los agarren. Y eso no pasa casi nunca. Y en cualquier caso para cuando se demuestra judicialmente por sentencia firme que robaron... ya no son políticos, ni gobernantes, ni nada. Son historia. Y aun así, mirá, no me acuerdo de un solo caso. Mirálo a Menem, mirála a Isabelita. De modo que sí. Se puede robar, se roba y eso porque a nadie le importa demasiado.
-¿Y la verdad? ¿A nadie le importa la verdad?
-Es una pregunta tonta e irrelevante. Por lo pronto vivimos bajo la dictadura del relativismo. Ratzinger dixit. Y eso, imagináte, en un país conocidamente cínico, farisaico y mentiroso. Agregále un poco de relativismo y listo. La verdad no existe, o mejor todavía, como decía Pilatos, ¿qué es eso?
-¿Entonces?
-Entonces hay que dialogar.
-¿Dialogar con los que mienten, roban y creen que todo es relativo? ¿Para qué?
-Es una cuestión de poder. Si sabremos nosotros los obispos de eso... Dialogando cada cual pone sobre la mesa cuántos fierros, o plata, o prestigio, o popularidad, o, en definitiva, poder, tiene. Y luego se juega el partido. Sobre la mesa. Dialogando. Y gana el que más tiene, y pierde el que menos tiene. Y listo. Y nos ahorramos otras formas peores de resolver los conflictos.
-¿Como cuáles?
-No sé, a las piñas, a tiros. Hay que pacificar los ánimos. Y para eso nada mejor que un poco de relativismo.
-¿Billetera mata galán?
-Mirá... se acabaron los valientes. Y se acabaron los galanes.
-¿Y por eso preguntó Stalin cuántas divisiones tenía el Papa?
-Pero, claro. El Papa padecía nostalgias del tiempo en que disponía de ejércitos. Estaba desactualizado. Ahora lo que importa es el diálogo... con divisiones de ejército o cualquier otra cosa que te dé poder. La guita por ejemplo. Y si no tenés, quedás fora na pista.
-Pero el Evangelio no dice nada de esto. Y Cristo se negó a dialogar con Herodes. Y tenía razón. Y lo embromaron con un plebiscito manejado con cinco fariseos. Y lo crucificaron igual.
-Porque los fariseos saben de poder. Y Cristo no.
-Bueno, pero al final resucitó, ¿no? Más poder que eso...
-Sí. Pero no sé. Porque el mensaje después se “espiritualizó” tanto que... no sé. Y cuando no, cuando se encarnó en el Imperio, aparecieron canalladas como las Cruzadas, la Inquisición y no sé cuántas cosas más... Esa no era manera buena de resolver los conflictos. Hemos progresado. Ahora tenemos el diálogo que es la Gran Conquista de Vaticano II.
-¿No me digas?
-Te lo digo. Y permite charlitas como ésta. ¡Qué tanta lógica, dialéctica, retórica, que arguo et redarguo! Por suerte estudiamos poco de eso en el Semi. No: el diálogo es como en un partido de truco. Te fijás en las cartas que tenés. Interviene un cachito la suerte. Y otro poco la picardía, la piolada y los socios que te conseguiste. Y como pasás las señas. Y otro poco cómo jugás las cartas. Y gana el má mejor y chau pinella.
-¿Y si ganan los mentirosos, los que roban, los que cometen injusticias, los crueles, los infames traidores a la patria?
-Ya te dije. No hay tal cosa.
-¿Cómo que no hay tal cosa?
-Es todo relativo. Lo importante es dialogar.
-Pero eso no está en el Evangelio, ché... y ahora me da por recordar las invectivas de Cristo contra los fariseos, y cuando los echó del Templo, cuando dijo que Herodes era un zorro y...
-Mirá. Lo que está en el Evangelio o no es asunto peliagudo por demás. Porque están las interpolaciones posteriores, la fuente única, y no sé cuántas cosas más. Dejá al Evangelio tranquilo, ché. Eso es para hermeneutas y exégetas y no para ustedes los laicos ni para nosotros los obispos. Es para especialistas.
-¿Y entonces, ustedes para qué están?
-Para promover el diálogo, ¿no lo dije antes? En eso, somos especialistas.
-¿Y si K. no quiere?
-Y bueno, que se embrome. Se va a prender fuego todo. Se va a ir a los caños. Y con él, buena parte del país. Porque no quiso dialogar, ché, el muy necio.
-¿Pero ustedes no tienen responsabilidad en eso?
-No. La culpa es de él, que no quiere dialogar. Si el país se hunde es culpa exclusivamente suya. Nosotros, argentinos. No tenemos nada que ver, al contrario, siempre quisimos...
-¿Dialogar?
-Exactamente.
-¿Y en el Juicio Final?
-Dialogaremos con el Juez, ché, ya te lo dije, hablando se entiende la gente. Esa es la Gran Conquista de Vaticano II, loado sea Dios.
-¿La “Gran Conquista”...?-Sí, eso y un poco de relativismo, y buenas noches.


3 comentarios:

  1. Muy bueno el articulo. "La Verdad os hará libres", y no "la libertad os hará verdaderos"...Los felicito por el blog. !Viva Cristo Rey y Maria Reina¡

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  2. Ludovicus dijo,

    Estimado Wanderer,
    me parece una absoluta falta de respeto que haya encabezado su post con una foto del Dr. Lavagna. Un poco más de ética periodística, che.

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  3. ¿Se enteraron? Bergoglio no autorizó ayer una Misa que la gente del campo quería hacer en la Carpa de Plaza del Congreso a las 19:00. Dijo que no quería "politizar" la cosa y que quería "pacificar". La gente del campo estaba desconcertada.

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