En la Sagrada Congregación para el Culto Divino, la base está. El Papa Benedicto es como jefe máximo. El prefecto, cardenal Cañizares, el segundo subsecretario, Mons. Juan Miguel Ferrer y el padre Lang, aseguran no sólo la protección de la liturgia tradicional sino también su promoción. El prólogo escrito por el cardenal al libro del padre Nicola Bux – “La reforma de Benedicto XVI (Ciudadela, Madrid, 2009) - y la historia que Mons. Ferrer escribió en Toledo con sus acciones decididas a favor del rito romano antiguo y de los sacerdotes que lo celebran, garantizan mi afirmación.
Tal como decíamos en un post anterior, había una espina. El primer subsecretario que permanecía enclavado en su cargo. Pero en las últimas horas, los corrillos curiales hablan de un nuevo “colpo di scena” del papa Benedicto: removería al espinoso personaje y, en su lugar, nombraría al padre Bux, hasta ahora asesor de las ceremonias pontificias.
Hasta hace unos poquísimos años, decisiones de este tipo parecía milagrosas, o imposibles. La asunción del papa Ratzinger a la sede de Pedro nos ha deparado más sorpresas que las previstas.
Dominus conservet eum, vivificet eum et non tradat eum in manibus inimicorum suorum!
Ludovicus dixit
ResponderEliminarEt bonus cibi probator det.