lunes, 14 de febrero de 2011

¿Quién fue Louis Bouyer?


El blog de Natalio Ruíz, en su última entrada, cuestiona al P. Louis Bouyer y lo ubica dentro de los sospechosos peritos conciliares que tanto daño hicieron a la liturgia y a la Iglesia. Y sobre esto quiero decir algo.

Ciertamente, no es el caso de Natalio, pero me temo que muchos sospechan de Bouyer porque leyeron algún librito que decía que había que sospechar de Bouyer, pero nunca leyeron a Bouyer. Es decir, repiten lo que algún gurú teológico escribió o dijo en alguna ocasión.

No voy a ponerme yo a defender a Bouyer, que bastante bien se defiende solo. Por otro lado, no es mi intención convertir a Bouyer en un gurú al que se debe seguir a pie juntillas, actitud que siempre hemos criticado en este blog. Efectivamente, en algunas cuestiones de liturgia tiene posturas que no me convencen. Es preciso decir, sin embargo, que todas ellas fueron dichas antes de la reformadel Vaticano II, en una suerte de ingenua esperanza. Pero cuando muchas de esas ideas provenientes del Movimiento Litúrgico se malaplicaron por Bugnini, Montini y los suyos, Bouyer saltó como una fiera.

Como testimonio de todo esto, les copio una sección de un artículo titulado La liturgie rénovée, publicado en “La France Catholique” el 6 de noviembre de 1964, en pleno Concilio Vaticano II, y cuando acaba de aplicarse en Francia la reforma litúrgica. Insisto: estas durísimas palabras fueron escritas en la portada de un semanario que, en esos momentos, tenía una enorme tirada, pertenecía a la Acción Católica francesas y estaba monitoreado por los obipos galos y, además, el mismo año en que se comienzan a aplicar las reformas del Concilio.

Como podrán ver, Bouyer es más nuestro de lo que muchos creen.

La misa cara al pueblo: una cuestión perimida

Digámoslo de una vez para disipar una quimera: el altar “cara al pueblo”, aunque legítimo por una tradición eminentemente respetable, no es primitivo. Como en todos los banquetes de la antigüedad, Jesús y los primeros cristianos celebraban la “cena” en una mesa (sin duda sobre caballetes), en la que todos los comensales se encontraban en el mismo lado. Este es el único modo de celebrar la Eucaristía que Oriente conoció y el único que fue casi universal en todo Occidente. La misa “cara al pueblo” era una particularidad de las basílicas romanas y nunca tuvo en sus orígenes nada en común con la idea de una mesa redonda en torno a la que se sientan los comensales. Parece provenir simplemente del uso de las basílicas helénicas, que se continuaron utilizando tal como se hacía durante su uso profano, con el trono del magistrado (ahora el del obispo) en el fondo, y el pueblo separado de él y de los oficiantes por la balaustrada. El altar cristiano, entonces, se ubicó entre esos dos grupos, separados y opuesto, por lo que el obispo celebraba “cara al pueblo”. Pero esto no se hacía para estar “más unido” al pueblo, sino todo lo contrario: estaban totalmente separados. Y tampoco para ser visto por ellos, porque en las basílicas romanas antiguas se colocaba una cortina que ocultaba el altar. Por otra parte, como afirma el Prof. Cyrill Vogel, la noción moderna de liturgia espectáculo era totalmente desconocida y la idea misma, todavía viva, de participar de una acción común era opuesta a ella.

(Continúa Bouyer que la única razón que él habría considerado para permitir la misa cara al pueblo era que, según las antiguas rúbricas, las lecturas debían leerse desde el altar, y no resultaba muy lógico que el sacerdote lo hiciera dando la espalda al pueblo). “Pero ahora que las lecturas en todas las misas pueden ser hechas desde al ambón, lo cual es positivamente recomendado por las nuevas rúbricas, puede considerarse que la única razón que podía militar en favor de un cambio tan radical del altar, ha desaparecido”.

Una semana antes, el 30 de octubre de 1964, escribía en el mismo semanario una enfurecida columna denunciado lo que muchos sacerdotes de Francia estaban haciendo en sus templos con el pretexto de aplicar las instrucciones de Roma: destrucción de los retablos, venta de ornamentos y libros litúrgicos, de-formación de los templos, etc. Afirma que su accionar es peor al de las “bandas negras” que se entregaron al pillaje de las iglesias luego de la Revolución y, con su acostumbrado cinismo, afirma: “Nadie tiene el derecho de vender lo que no le pertenece, ni siquiera para comprar un televisor comunitario a fin de poder ver la Tour de France o los concursos de bikinis, que ahora son “más pastorales” que un breviario “trágicamente inadaptado”.

Y continúa algunas párrafos más adelante: “Pero es mucho más escandaloso… que algunos clérigos incultos pero arrogantes… no solamente liquiden precipitadamente todos los tesoros del arte religioso francés, sino que busquen reemplazar el culto tradicional de la Iglesia por una mélanges de didactismo fastidioso y pueril y de manifestaciones de masa, copias ridículas de los meetings políticos, y todo esto bajo el pretexto de “adaptación pastoral”.

13 comentarios:

  1. El Papa no se puede equivocar. No tiene margen y debe estar a la altura de las circunstancias cuando decide una reforma tal de la Iglesia.

    Pero, un experto-teólogo-asesor, se puede equivocar? Se le puede perdonar la candidez o no? Allí está el tema en Boyer.

    Yo lo disculpo aunque ruego que no haya más bouyeres, ni chenus, ni ninguno de ellos, aun con sus diferentes matices, en la Iglesia.

    RH Positivo.

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  2. Varios teólogos de la SSPX lo critican. También en Panorama Cismático.

    Je Je.

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  3. A RH Positivo le agradezco que haya puesto a Boyer en la misma bolsa que Chenu, pero no que Ranher ni de otros.

    Chenu también se equivocó a pesar de haber sido un tomista notable (Pieper dixit). Lo mismo Bouyer. Solo que Chenu no se arrepintió, que yo sepa.

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  4. Como le dije allí, no creo que Bouyer fuera el responsable ni muchísimo menos de muchos de los desastres. Para bien o para mal tenía muchas ideas de las cuales se agarraron (muy mal a veces) muchos otros.

    También es verdad que se puso chango con determinados temas (el versus orientem que ud. cita) e incluso con algunas "adaptaciones" que se hicieron sobre sus ideas en materia litúrgica. Creo que no es el único caso de pensadores que creyeron ver con alguna claridad algunas cosas que luego, al descubrirlas en su aplicación, habrían querido quemarlas. Lo mismo creo que pasó con Ratzinger (más en materia teológica que litúrgica). Y también creo que hay (a Dios gracias!) evoluciones o involuciones en los pensamientos.

    De todos modos, creo yo, el problema está en lo que llamamos "los nuestros" o "la ortodoxia" o.... Porque hay que ver, como creo que pasa hoy, que muchos de los "ortodoxos" eran en realidad meros conservadores de cáscaras. Es decir, como charlábamos con Ludovicus, los personajes tenían muchas categorías entremezcladas. Para muchos Pío XII es el único bastión de la tradición mientras que para otros era más bien un revolucionario. ¿Y qué era? Creo que un poco y un poco, o un revolucionario que no quiso terminar la revolución, o un coservador revolucionario.

    No sé si logro explicarme.

    Creo que al Concilio, sus hombres, sus ideas, sus consecuencias, etc. hay que mirarlos con la mayor distancia ideológica posible.

    En lo personal hay cosas que me encantan de Bouyer aunque creo que la idea del nuevo ofertorio y de las dos liturgias salieron de él y su entorno. Y no me gustan, al menos en su aplicación (como ya dije en otros lugares).

    En fin, todo muy largo.

    Respetos litúrgicos.

    Natalio

    pd: gracias por la exclusión!

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  5. Anónimo de las 10:12: ¿La FSSPX tiene teólogos?

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  6. No sé si tendrá teólogos, lo que sí es seguro que en Panorama escriben personas comunes (y ni siquiera todos son lefes) y corrientes como las que aquí escriben y no teólogos.

    Elemental.

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  7. Da igual si tiene o no teólogos la Frate.
    Creo que no los tiene, por suerte.
    No hay más que ver qué sucede cuando existen, con Bouyer, por caso.

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  8. ¿El Papa no se puede equivocar?

    ¿Ah, sí?

    ¿Désde cuándo?

    A mí lo que ya me escama es que los sacerdotes que defienden el Novus Ordo (sí, que D-E-F-I-E-N-D-E-N el Novus Ordo) no lo hacen, o no lo suelen hacer, porque sea una forma más clara, eficaz y contundente de celebrar el Mysterium Pietatis y de mostrárselo a los fieles, sino simplemente porque es más fácil de celebrar que el Otro.

    O esta es la impresión que te queda.

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  9. Estimados:
    El libro donde se hace una critica a Bouyer y a Guardini es el "Movimiento Liturgico" del P. Bonaterre de la FSSPX, creo, si la memoria no me falla.
    Despues de leer los libritos de Mons. Gamber, del P. Lang y de Mons. Bux, y del Card. Ratzinger; llego a la conclusion que comparten muchas visiones de Bouyer, por lo que me parece, que este ultimo era un buen liturgista.

    Leyendo "la descomposicion del Catolicismo" no me queda la misma impresion de algunas de sus ideas en cuanto al tradicionalismo, a Billot y a algunas posturas muy contrarias al barroco o post-Trento.
    Discutibles , por cierto. En lineas generales me gusto y me sirvio mucho el libro. Me causo la misma imnpresion que el libro de Newman "Los Fieles y la Tradicion", es decir, me hizo replantearme muchos conceptos que creia muy solidos.

    Son autores muy interesante, que jamas ( o por lo menos poco) seran leidos por los conservadores, pues ellos prefieren la facil. Aqui hay que pensar con espiritu critico, incluso de ideas tomistas. Eso es un pecado y causa de excomunion. ¡Como si Santo Tomas no hubiera criticado ideas de otros para avanzar en la Verdad!

    UN ABRAZO

    Beto

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  10. Sigan explicando!

    No es má fácil decir en esto tuvo razón y en esto otro no?

    Si no pasa como con Benedicto que quienes lo defienden a capa y espada quedan en off side cada tanto y los que lo atacan se pieden de cosas muy buenas.

    Simplificador

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  11. Beto: Bienvenido al club de los lefoprogresistas!

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  12. Ludovicus dijo,

    Debe ser un momento de salida de la adolescencia intelectual cuando descubrimos que no hay pensadores buenos y malos, sino verdades y errores.

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