miércoles, 11 de noviembre de 2015

La nave vacía

La semana pasada apareció en la revista americana The Spectator un artículo titulado “El Papa versus la Iglesia. La anatomía de una guerra civil católica” (que pueden leer aquí en traducción de “Adelante la Fe”) y cuya portada se ilustraba con el dibujo que acompaña este post. La idea que subyace es: “El Papa Francisco está destruyendo la Iglesia a puro golpe de herramientas de demolición”. Sin embargo, yo creo que Bergoglio no está destruyendo la Iglesia sino vaciándola
Estamos asistiendo al mismo proceso de vaciamiento que sufrieron las iglesias cristianas occidentales a lo largo de  dos siglos aunque, en el caso de la iglesia católica, los tiempos se han acelerado exponencialmente. 
Las iglesias protestantes, luteranas y calvinistas, más allá de su herejía, conservaban estructuras que actuaban como refugios o barcas a las que los hombres podían izarse a fin de escapar del oleaje que golpea a todos los mortales. Es fácil verlo en la historia y los relatos literarios. Por ejemplo, la novela de Karen Blixen, La fiesta de Babette, llevada magistralmente al cine por Gabriel Axel, muestra la vida de los habitantes de una perdida aldea de pescadores en la península de Jutlandia a mediados del siglo XIX. Allí, la iglesia protestante local, elemental y carismática, les ofrecía un encuentro semanal, una mínima liturgia, normas morales, reglas ascéticas, memoria de un Dios encarnado y de un líder religioso y la esperanza de una vida futura. Todos ellos elementos secos y despojados con respecto a la Iglesia católica como lo muestra la obra, pero elementos religiosos al fin. 
Frente a eso, relato una experiencia personal. En enero de 1999 visité la catedral de Lausanne, emblemática ciudad junto a Ginebra, del calvinismo. El templo del siglo XIII había sido católico hasta la Reforma, y yo no vi más que un gran espacio vacío: sin imágenes religiosas y con apenas una mesa en el centro en remedo de un altar. Pero lo más significativo era una gran lápida moderna colocada en el pórtico que explicaba a los visitantes qué era la iglesia reformada del cantón de Vaud: el largo texto no mencionaba en ninguna ocasión la palabra “Dios”. Era el manifiesto de lo que el protestantismo es en la actualidad: una mera organización de carácter social y asistencial vaciado completamente de contenido religioso. 
En la iglesia anglicana ocurrió algo similar. Y para entender el fenómeno basta leer al cardenal Newman. Él, durante la primera mirad del siglo XIX, cayó en la cuenta que el liberalismo estaba socavando los fundamentos de la iglesia de Inglaterra, y como reacción nació el Movimiento de Oxford que frenó en buena medida este proceso, pero no lo detuvo del todo. Un siglo más tarde, Ronald Knox alertaba sobre la tormenta que veía avecinarse luego de las conferencias de Kikuyo, que tratamos en este blog hace un año. Finalmente, ocurrió lo que está a la vista: el anglicanismo ya no es más que una instancia cultural reducida a su mínima expresión. Es sintomático del proceso el hecho de que el anterior arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, un conocido patrólogo profesor en Oxford, haya renunciado y la sede primada haya sido ocupada por el ex Ceo de una multinacional devenido obispo. La iglesia de Inglaterra, despojada de todo contenido religioso, ha dejado de existir.
La Iglesia católica romana había resistido con mayor o menor acierto a estos embates. El paso de los siglos, es verdad, había acumulado en la barca de Pedro una buena cantidad de cosas inútiles de las que había que desprenderse y, por otro lado, había que redistribuir las cargas a bordo fin de encontrar el punto de equilibrio que evitara que la nave escorara. Nada nuevo para una Iglesia bimilenaria. Pero el problema fue que la tripulación no acertó esta vez en encontrar al piloto apropiado: Juan XXIII convocó imprudentemente un concilio ecuménico que se le fue rápidamente de las manos y que, con la ayuda del papa Montini, empezó a tirar por la borda todo lo que pudo: desde lo latines y las puntillas hasta el dogma y la moral. Los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI lograr frenar, en buena medida, el naufragio: el primero de ellos, sosteniendo con firmeza los principios morales de nuestra fe, y el segundo, la doctrina y el dogma. Pero a comienzos de 2013 nos encontramos con que los cardenales colocaron como timonel de la barca al personaje más inapropiado que pudieron encontrar. Como escribe Damian Thompson, autor del artículo del The Spectator, Bergoglio “a veces se asemeja a un conductor que va a toda velocidad sin un mapa o espejo retrovisor. Y cuando el coche se detiene, intenta solucionar el problema golpeando el capó con un palo”. 
El Papa Francisco está vaciando la Iglesia, despojándola de todo aquello que la convertía en segura y acogedora arca de salvación para los perdidos y entumecidos náufragos del mundo.
Newman, varias años antes de su conversión, hizo un viaje a Italia. Y describe: “Haciendo una excursión caminando por las zonas rurales de Sicilia, a las seis de la mañana llegué a una pequeña iglesia, escuché voces y entré. Estaba llena, y todos los fieles cantaban. Por supuesto, se estaba celebrando la Misa aunque yo en ese momento no lo sabía. Y, en los agotadores días que pasé en Palermo [donde estuvo gravemente enfermo], me resultó muy reconfortante y consolador visitar las iglesias, lo cual nunca olvidaré. Y en esos días nuevamente, reconocí como de origen apostólico el celo de la Iglesia católica por mantener la doctrina y la regla del celibato, y su fidelidad a muchos puntos de las doctrinas antiguas, lo cual fue para mí un argumento en favor de la gran iglesia de Roma”.  Newman descubría en esos momentos que la Iglesia católica conservaba elementos de origen apostólico -la doctrina, la liturgia, el celibato- que su iglesia, la anglicana, estaba desechando. Y será ésta una de las razones por las cuales, varios años más tarde, se convierte. Y su caso no es aislado. Hace pocas semanas setenta ex-pastores protestantes y ciento cuarenta intelectuales conversos pidieron al Papa que evitara caer en los errores del protestantismo. Lo que argumentan es que todos ellos se convirtieron a la Iglesia de Roma porque ésta conserva los principios apostólicos de la fe y, con enorme preocupación, observan que las políticas del actual pontífice consiste en tirar todo por la borda, rodeado de los aplausos del mundo. 
Estamos todos en una nave milenaria que, probablemente el paso de los siglos había sobrecargado y necesitaba un reordenamiento de los pesos. Y  nos encontramos con que el timonel ha ordenado vaciarla, arrojando por la borda desde la muceta y los zapatos colorados, hasta la disciplina sacramental y la fe ortodoxa en el Dios trinitario. 

Advertimos desde este blog desde el mismísimo 13 de marzo de 2013 que todo esto ocurriría, frente a la incredulidad y críticas de la gran mayoría de sitios colegas. Decíamos: “Hagan algo; frénenlo porque este hombre se lleva puesta la Iglesia”. Ahora, hasta The Spectator nos da la razón: “Comienza a parecer como si Jorge Bergoglio fuera el hombre que heredó el papado y luego lo rompió”, finaliza Thompson su artículo.  

22 comentarios:

  1. PP Franciscus en Florencia: http://www.famigliacristiana.it/articolo/firenze-2015-il-testo-integrale-del-discorso-alla-chiesa-italiana-di-papa-francesco-.aspx "La riforma della Chiesa– e la Chiesa è semper reformanda – è aliena dal pelagianesimo. Essa non si esaurisce nell’ennesimo piano per cambiare le strutture. Significa invece innestarsi e radicarsi in Cristo lasciandosi condurre dallo Spirito. Allora tutto sarà possibile con genio e creatività."

    ResponderEliminar
  2. La publicación es inglesa no ameriana, excelente comentario.

    ResponderEliminar
  3. Excelente. Así mismo está ocurriendo.

    ResponderEliminar
  4. The news is that he said in an interview that when was a little boy he dreamed to become a butcher, that's the way he is now, the church' butcher.....tout se tient.

    ResponderEliminar
  5. Excellent!!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  6. No soy profeta ni nada por el estilo, pero cuando rezo suelo abrir la Biblia al azar.
    Esta vez no fue cualquier pasaje:

    "He aquí, el Señor estaba junto a un muro hecho a plomo, y tenía en su mano una plomada. Y el SEÑOR me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y respondí: Una plomada. Entonces el Señor dijo: He aquí, pondré una plomada en medio de mi pueblo Israel. Ya no volveré a dejarlos sin castigo. Los lugares altos de Isaac serán asolados y los santuarios de Israel destruidos"

    Amós 7:7-9

    ResponderEliminar
  7. Mientras tanto, miren lo que está pasando en la Iglesia Ortodoxa: El actor Cary-Hiroyuki Tagawa ( http://www.imdb.com/name/nm0846480/ ), que interpretó al cura ortodoxo japonés en la pelicula "Priest San" (pelicula rusa) y conocido por su rol en Mortal Kombat, se convierte a la Fe Ortodoxa y será bautisado mañana.

    ResponderEliminar
  8. Excelente Ana.Tengo pendiente la biografía de Knox hecha por Evelynn Waugh perdida entre montones de libros...Me cachis.

    ResponderEliminar
  9. Gran artículo. Sí señor.
    ¿Y ahora, qué hacemos?
    Porque de lo que se trata, lo importante, es: ¿qué hemos de hacer?
    ¿Nos fiamos de Francisco, o no nos fiamos?

    ResponderEliminar
  10. Bergoglio es el arquetipo pleno de la máxima decadencia de los jesuitas. La historia trágica que vivimos me recuerda los años de rector del jesuita colombiano Gerardo Remolina, quien antes de asumir la rectoría de la Pontificia Universidad Javeriana, por allá en el año 2000, asumió la rectoría consultando el I-Ching o libro de las mutaciones chinas. Sus otros hermanos en la fe, se dedicaban por esos días a estudiar el eneagrama. Parece que Remolina, en los años siguientes, como rector se dedicó a despedir a los pocos intelectuales católicos que trabajaban en la universidad. Hoy la Javeriana, y los jesuitas de Colombia, son uno de los abanderados de los movimientos LGBT y abortistas. Sus teólogos más preparados, como el padre Novoa, aprovechan cualquier seminario abortista para teorizar sobre el sentido misericordioso que tiene el aborto en la sociedad. Me imagino que Bergoglio, también andará consultando el I-Ching, poderoso libro de adivinación. Tal vez, a todos nos tocará consultar, pues son estos artefactos los que Bergoglio y sus huestes hoy consideran como indispensables posesiones que los santos ministros tienen que manejar; son artefactos indispensables para el diálogo multicultural y rosa que parece que tanto le gusta a sus mentalidades ecuménicas. O quizás Bergoglio es un maestro del Tarot, o tiene su adivino personal. No tiene que buscarlo muy lejos, con seguridad sus hermanos de religión le facilitan las cartas y al adivino.

    ResponderEliminar
  11. Excelente análisis. Y creo que el vaciamiento explica el éxito de los evangélicos. Cualquier sermón del Pastor Carlos Anacondia -en su grasitud- menciona al Pecado, a Satanás, y al Infierno, más que todos los Cardenales durante un año. Y la gente humilde parece que no es ni tan materialista ni tan tonta como nuestra jerarquía cree.

    ResponderEliminar
  12. Este papado no es el origen de la enfermedad descrita, mas sí se ha propuesto expandirla donde aún no llega.

    Hay Iglesia ejemplar en África, donde te encuentras a los fieles cargando con sus sillas a las 5 de la mañana porque no hay sitio para todos en los templos y sus alrededores. Donde los sacerdotes promueven vida de comunidad creyente, donde aunque seas un recién llegado te abren las puertas a participar y ser parte viva y activa de la Iglesia...

    En Europa la mayoría de los párrocos son funcionarios más dedicados a la asistencia social que a la salvación eterna de los fieles. Hay más preocupación económica que teológica, más trámite y compromiso que evangelización y ejercicio de la fe. Hemos llegado al absurdo en el que el sacramento del matrimonio se supedita al trámite administrativo civil: primero el César y con su permiso, si lo da, luego Dios.

    No deja de ser preocupante a la par que curioso que en el último siglo, en lugar de atraer a los países subdesarrollados al modelo de los desarrollados, la evolución de los gobiernos y la corrupción ha sido la contraria, los mejores modelos han degenerado y sucumbido (al abandonar valores por relativismo oportunista). De ahí que la Iglesia se haya convertido en enemigo incómodo del poder, los valores tradicionales que generaron el éxito pretérito con obstáculo de los nuevos intereses.
    Sin embargo el pueblo de los países que llevan todo este tiempo imbuidos en un entorno de opresión y abuso tiene cada vez más claro cuales son los valores y el camino que llevan a la salvación tanto social como personal.
    Es muy doloroso ver cómo este papado ha decidido activamente renunciar a ser la luz y el líder moral para el mundo para subirse al carro de los culpables de la crisis global que sufrimos.


    En otro orden de cosas, es habitual que se confunda la religión con el uso político de la religión. Creo que de ahí viene el enfrentamiento pasado del liberalismo decimonónico con la Iglesia al identificar a esta con el poder.
    Actualmente algo persiste minoritariamente de este error entre los liberales, pero en cuanto a valores y congruencia catolicismo y liberalismo van de la mano. Son las únicas corrientes que no justifican los medios mediante los fines (aunque luego tengamos papas que no sigan esta máxima...).

    ResponderEliminar
  13. En las últimas semanas pasaron dos veces los Testigos de Jehová por casa. Me engancharon las dos veces con tiempo y disposición. Hacía mucho que, a excepción de mi círculo más cercano, no me sentía tan cómodo hablando sobre la familia con alguien.

    La cosa no es tan complicada.

    Saludos.

    JW.

    ResponderEliminar
  14. "Pero ¿no tendrían más bien nuestros contemporáneos, los habitantes de esta Argentina destartalada y en quiebra, no tendría que esperar más bien de nosotros la predicación del nombre soberano de Jesús? Me autocritico y lo propongo fraternalmente a ustedes: tengo la impresión de que hablamos poco de Jesús; los grupos evangélicos usurpan el monopolio de su nombre mientras nosotros divagamos con apelaciones éticas más o menos estratosféricas acerca de cómo transformar la sociedad para que la gente viva un poco mejor. Disculpen la exageración, pero algo de eso hay..." fragmento de la homilía de Aguer a la Conferencia Episcopal Argentina el lunes.
    El de H.

    ResponderEliminar

  15. Del Cuerpo manaron agua y sangre.

    ResponderEliminar

  16. No me cansaré de afirmar que el VACIAMIENTO está por cumplir 150 años,
    y hay que leer ( y entender ! ) la encíclica PASCENDI y este artículo del
    Padre Garrigou-Lagrange sobre el relativismo dogmático modernista

    http://infovaticana.com/blog/adelante-la-fe/la-nueva-teologia-donde-nos-lleva-padre-garrigou-lagrange/

    En paralelo con estas novedades teológicas corre la exégesis moderna que no duda
    en sostener que el Cristo de la Fe es una construcción de la comunidad primitiva.

    Es estudio de toda esta bola de nieve es algo profundísimo. El Cristo de la fe ya no tiene fundamento en el Jesús de la Historia, y en Filosofía destruyeron la noción aristotélica de sustancia como fundamento óntico del mundo....entonces sólo queda el sujeto y sus experiencias y sus elucubraciones y un lenguaje capaz de construir la realidad por medio de un "relato = kerygma".

    Wanderer....pensalo un poco.... qué tal si empezás a trasncribir la Pascendi por partes y la vamos comentando ?

    ResponderEliminar
  17. Bien anónimo 16:00, a lo suyo si que se le puede llamar abrevar en las mejores fuentes para sacar las conclusiones correctas.

    ResponderEliminar
  18. GASTÓN:¿Dónde se puede encontrar una buena exposición de la naturaleza e historia del liberalismo católico?

    ResponderEliminar
  19. ¿Qué tenemos que hacer?

    Hay mucha gente desanimada por la política. Andan preguntando: “¿Qué tenemos que hacer?”. Algunos ni siquiera preguntan, sino que resueltamente dicen: "No hay nada que hacer."
    Para un cristiano, la respuesta es muy sencilla: hay que salvar el alma.
    — ¿Y la Patria?
    — Salvar la Patria también, de ese modo.
    — Primero salvar el alma, y ¿después?...
    —No. Las dos cosas juntas. A la vez. Pero la segunda condicionada a la primera. Al mismo tiempo y una en ancas.
    —No entiendo —dice el argentino, que le gusta más que el alma la política.
    —Es muy sencillo. Ustedes, que se llaman nacionalistas...
    — ¡Alto!
    — Perdón; ustedes, los nacionalistas —algunos, digo, no todos—, más bien muchos, exceptuando lo presente...
    — Ahorre salvedades...
    — Muchas veces quieren poner orden afuera, sin tener primero orden adentro. Mucho hablar de disciplina... para los demás. Mucho clamar por la jerarquía y algunos en la práctica no practican ni respetan ninguna jerarquía. ¡Dios, Patria y Hogar!... Algunos con el hogar andan cimarrones, y a Dios no lo conocerían si lo encuentran en la calle. ¿Qué van a hacer por la Patria? Nadie da lo que no tiene.
    —Vos querés que primero seamos santos y después hagamos política.
    —Ningún santo ha hecho política. Santos a estas horas deberían ya serio, empezando por mí. No. No hay primero ni segundo en este asunto: las dos cosas son la mesma cosa. Para algunos, por vocación de Dios, salvar el alma es lo mismo que salvar la Patria. Cuanto a mí, por vocación también, yo tengo que empezar por el otro lado; pero en finiquito, es lo mismo.
    — ¿Y nosotros?
    —Ustedes dicen que lo que viene sucediendo es un desastre nacional. Los desastres sirven para purificar. Purificarse. Todo desastre es una prueba. De probar y salir probado. Examen de conciencia: poco echar la culpa al 1 prójimo y mucho mirar por las culpas propias. ¿Negarán ustedes, los que se llaman nacionalistas...
    — ¡Un momento, cura!
    — Perdón, ¿negarán ustedes, los nacionalistas, que tienen culpas treme­bundas?
    — Las reconocemos ante Dios; pero no admitimos discusión.
    — No deseo discutirlas.
    — En concreto, ¿qué hay que hacer?
    — En concreto, hacer todo el bien que uno pueda alrededor suyo, a corta distancia, lo que está a mano, sin embarazarse de grandes planes, de grandes empresas, de grandes proyectos, de grandes revoluciones. Lo que dice la fá­bula de el ladrón ¡Miren qué mal les fue...!
    — Miren qué mal nos fue...
    — Perdón. Miren qué mal nos fue con el famoso "castigar a los culpables y recobrar los bienes mal habidos". Nos castigaron a nosotros; y si nos descuidamos, nos van a quitar hasta los bienes bien habidos.
    — ¿Y adónde deja usted el martirio?
    — El martirio lo dejo para mí. Eso no es para ustedes. Ustedes son los que se las dan de políticos...
    — ¡Basta, cura!
    Perdón; ustedes son políticos. Cuando un político va al martirio, fracasó. El político tiene la obligación de triunfar. Sólo el cura tiene la obligación de fracasar... porque el cura, cuando fracasa bien, triunfa a su manera. “Mihi vivere Christus est et mori lucrum.”
    — ¿Y cómo es esa acción que usted denomina a corta distancia?

    [sigue]

    ResponderEliminar
  20. [continúa]

    — Les voy a poner primero un ejemplo y después la teoría. Hace poco se constituyó una S. R. L. de ganaderos, unos diez hermanos, primos, hijos y nietos, y labraron un contrato al uso antiguo, de esos en que al principio se nombraba a Dios; y no a cualquier Dios, sino a la Santísima Trinidad y hasta al mismo Jesucristo, si a mano viene. Aquí tienen el preámbulo de contrato. Esto llamo yo acción nacionalista a corta distancia, acción de raíz y no de hojas. Léanlo.

    N. N. HERMANOS, S.R.L. Preámbulo

    Dios puso alma en el hombre, para que ésta lo guiara hacia su fin verda­dero.
    Encabezamos los estatutos de nuestra asociación de trabajo con este preámbulo, que contiene los principios cristianos fundamentales que inspiran nuestra acción, para que nos marque el rumbo permanente a seguir.
    Por varias generaciones los N. N. han vivido unidos al campo argentino; de la "buena tierra" que trabajaron y trabajan según las leyes de Dios y las costumbres dé los hombres, les ha venido todo lo que tienen.
    Hoy, cuando el mundo está revuelto, cuando parece que se ha perdido el rumbo y cuesta encontrar la huella, descendientes de Manuel N. N., en lo más profundo de su sentimiento, han concebido la idea de unirse más to­davía, sumando a su misma sangre, a su idéntico concepto cristiano respecto a la existencia humana, a su coincidencia en la apreciación de la vida, iguales intereses en el trabajo.
    Padres, hijos y nietos, todos educados en la misma escuela, han aprendido a admirar las mismas virtudes, a cultivar las mismas cualidades; y, por sobre todas las cosas, a querer entrañablemente a la tierra y a su trabajador.
    Al morir, el abuelo Manuel dio a sus hijos los consejos del labrador a los suyos.
    Ese mandato más que nada es lo que procurarán cumplir; y su fin verda­dero, el único, absolutamente el único, es vivir en la tierra como Dios manda y como Cristo enseñó.
    Por eso, y como gratitud con el campo, esta reunión de varones de una misma sangre prometen conservar las puras tradiciones de la familia.
    Bajo el Signo de la Cruz, símbolo de Quien está por encima de todo, guiará sus afanes la pasión de ser justos, en el más grande sentido de la palabra.
    Recíproca comprensión, bondad ilimitada, confianza, fe y caridad, debe­rán tener sus actos todos. Resumiendo: Unidos trabajarán la tierra, que rega­rán con sudor; y el fruto que les dé emplearán sólo para subsistir y mejorar conforme a las leyes de Dios.

    Provincia de Buenos Aires, enero 17 de 1946

    — ¿Lo han leído? ¿Qué les parece?
    — Estupendo escrito. ¿Quién lo hizo?
    — Un joven capitán del Ejército(1), que es al mismo tiempo hacendado, y 1quiere salvar su alma al mismo tiempo que —si es posible— la Patria. No an­tes ni después. Al mismo tiempo. ¿Quieren ahora la teoría?
    — ¡No! Déjenos primero meditar esto.
    — Meditar para imitar, imitar para mejorar. Hasta pronto.

    Leonardo Castellani. “Cristo ¿vuelve o no vuelve?”

    ResponderEliminar
  21. Gracias, Coronel. Y es muy alentador saber que ahí, en su patria —la de ustedes—, funciona ahora mismo otra sociedad de reciente fundación pero muy semejante a esa, salvo que el patriarca de esta familia no se llamaba don Manuel, sino don José Ramón, y murió en 2001.

    ResponderEliminar
  22. Queremos Que Dios reine en todo el mundo. ¿No lo decimos en el Padre Nuestro? Que Jesucristo reine no sólo en los corazones, no sólo en la vida privada sino también en la sociedad, en las empresas, en las escuelas. Queremos que el crucifijo esté en las aulas. Queremos salvar nuestras almas y las de nuestros niños y las de todos los hombres. Queremos pues, que el gobierno luche contra el vicio y la corrupción en los jóvenes, prohíba el aborto y el terrorismo. Y que remos luchar nosotros mismos, en la medida de nuestra influencia social o política. Que remos que los Estados nos "coaccionen" suave mente para ser buenos católicos siguiendo el consejo de Jesús (Lc. 14-23):

    "Obligadles a entrar para que se llene mi casa".

    Si esto es hacer política, haremos, entonces, la política de los santos, la política de san Fernando y de San Luis, y si Dios quiere hare mos otra nueva cruzada para salvar la civilización cristiana de manos del comunismo, del judaísmo, y del islamismo y, salvar a España. Y confiamos en que la Virgen victoriosa de Lepanto nos dé la victoria otra vez.
    http://elquijotesiglo21.blogspot.com.ar/2015/11/el-opus-dei-caballo-de-troya-del.html

    ResponderEliminar