El pequeño pueblo de San Etelberto estaba creciendo discretamente. Nuevos vecinos, la mayoría llegados de la gran ciudad, se habían afincado en algunas de las casas que los antiguos habitantes habían abandonado para vivir en la gran ciudad. Las moradas habían trocado a los ilusionados de las luces, que pernoctaban ahora en dormideros de cuarenta metros cuadrados, por los desilusionados de esas mismas luces que preferían una vida más simple y humana.
San Etelberto era un lugar atractivo para vivir. Sus veranos eran benignos aunque los inviernos solían ser fríos y húmedos; estaba rodeado de frondosas arboledas y bosques que se extendían hasta el límite con las montañas, un pequeño río se desparramaba en regatos que atravesaban los jardines de muchas de las casas, una plaza con fuente, iglesia con un cura bobo, y completamente libre de monjas: la hermana Wanda había descubierto súbitamente su vocación a la vida laical, y las dos monjas viejas y bigotudas que la acompañaban habían sido trasladadas a otro convento.
Fueron estos factores los que finalmente decidieron al Sr. Forgeron a mudarse con su familia a San Etelberto. Era un hombre delgado y moreno, aún no talludo y con calva incipiente, que parecía estar siempre feliz. Había abierto una abacería en el pueblo que se destacaba por el amplio surtido de bebidas espirituosas de distinta calidad y procedencia. Esa fue la primer noticia que recibió don Gabino sobre el recién llegado, y la segunda, que sus amigos le comentaron bajando la voz, fue que el Sr. Forgeron estaba casado con “una mujer inteligente”, lo cual parecía ser motivo de precaución.
Ese atardecer lo había convidado don Gabino a su casa, y llegó acompañado de Bulgarov. La floración tardía del año había provocado un efecto feérico en el jardín: los aromos habían soltado ya sus intensas flores amarillas que alfombraban el suelo y, sobre ellas, estaban cayendo las flores azules y violetas de los jacarandás. Los colores, el perfume y el aire fresco que bajaba del cueto que dominaba, en la lejanía, al pueblo invitaba a la conversación reposada. Forgeron se apareció con provisiones, sabedor de la costumbre veraniega del gin and tonic que imperaba entre esas bardas: una botella de “Príncipe de los Apóstoles”, un gin argentino destilado de yerba mate, peperina, eucalipto y pomelo rosado, y “Pulpo Blanco”, una tónica excelente que se producía en una pequeña ciudad del país. Hielo y limón completaron los vasos.
- Yo creía, mientras vivía en la ciudad, que la fauna católica se clasificaba en progresistas y tradicionalistas, pero aquí me estoy enterando que hay otra categoría: los neocones.
- Y esa es la más peligrosa, don Forgeron -dijo Bulgarov.
- El problema es que yo no termino de entenderlas bien…
- No es tan difícil -respondió don Gabino- Veámoslo a través de la liturgia, que es lo más importante. Usted se da cuenta que son progresistas cuando asiste a una Misa y lo asalta la sensación de estar participando de un culto religioso que no es católico, y aplica el principio del tercero excluido: “O ellos son católicos, o yo soy católico”. Entonces, razonablemente, deja el templo y se va leer el Evangelio y rezar el rosario a su casa para cumplir con el precepto dominical.
- Clarísimo. Sigamos
- Un tradicionalista es el que siempre es catalogado por los neocones como extremista. Un cura puede usar una casulla con todos los colores del arco iris o celebrar misa sin casulla, y siempre lo justificarán diciendo que es un sacerdote creativo o que sufre mucho el calor, pero si se le ocurre ponerse una casulla guitarra, gritarán al cielo diciendo que es un extremista. Pude introducir en la misa un canto profano o un canto en quechua, y dirán que sólo está tratando de evangelizar la cultura, pero si se le ocurre cantar el Sanctus en latín, dirán que es un extremista. O bien, puede hacer una reverencia frente al Santísimo Sacramento, una inclinación de cabeza o no hacer nada en absoluto, pero si se le ocurre hacer una genuflexión también los apostrofarán de extremista.
- Es lo más fácil. Son los que hacen lo que les dice el obispo. Cuando tienen un obispo progre, sus misas son con guitarra y bombo; cuando les viene uno más conservador, tocan el órgano.
- Es decir, son los pollerudos -dijo Bulgarov.
- Los obispos ya no usan sotana -deslizó el viejo.
- Pero algunos usan polleras -respondió con picardía el jayán.
- Lo que quiero decir es que esta gente es incapaz, porque no quiere o porque no puede, de asumir la fe con madurez y, entonces, la hacen depender de las palabras y aún de los gestos de lo que llaman la “jerarquía”, como si la nuestra fuera una religión de caudillos y caciques, cuando en realidad nosotros tenemos “un solo Señor” (Ef. 4,5).
- En el fondo, una actitud cómoda -dijo pensativo el Sr. Forgeron mientras apuraba su gin and tonic. Es más fácil obedecer ciegamente a otro que formar, y seguir, la propia inteligencia de la fe.
- Al menos, la vida es más tranquila. La culpa, en todo caso, de los errores y equivocaciones la va a tener el obispo, y así se elude toda responsabilidad personal -le respondió Bulgarov repatigado en el sillón del jardín mientras contemplaba como el cielo dejaba de ser celeste y, poco a poco, iba transformándose en azul profundo.
Don Gabino preparó una nueva ronda de la bebida, mezquinando esta vez el gin, no fuera que el alcohol se les subiera a la cabeza muy rápido y dieran un espectáculo delante de la visita.
- La fe es cosa seria, don Forgeron. Implica un compromiso personal de cómo plantarse ante el mundo. Para nosotros, lo católicos, no hay compromiso con los poderes terrenales: no puede haberlo. Nosotros no prometemos ninguna utopía terrenal; al contrario, aseguramos la violenta destrucción de un mundo donde la mejor de las intenciones de los hombres han sido arruinadas por el pecado original. Lejos de proclamar la igualdad entre lo hombres, la fe enseña la profunda desigualdad que los rige, manifestada en los diferentes dones, premios y castigos que reciben. Y la democracia, entendida como la voluntad popular a la cual se llega contando las cabezas de los votantes, siempre será rechazada por nuestra fe. Recuerde que la crucifixión de Nuestro Señor fue un proceso democrático.
- ¡A la pipeta! -exclamó asombrado el Sr. Forgeron- Nunca lo había pensado en esos términos. Pero vaya usted a decirle todo eso al monseñor y va a ver como lo saca carpiendo del obispado, si es que no lo amenaza con la excomunión o entredicho.
- Ahí está. ¿Lo ve? Un neocon no se detiene a pensar y analizar la fe. Simplemente, sigue el criterio del obispo, lo cual no sería un problema si tuviéramos obispos santos, que es la condición que les pone Santo Tomás para ser consagrados, pero vea usted quienes son nuestros obispos desde un buen tiempo a esta parte… -dijo con ojos entre triste y aireados Bulgarov.
- Pero ellos igual exigen hacer “oblación de la inteligencia” ante su voluntad, como pedía un cura sandio que yo me sé a sus súbditos. ¿Escuchó alguna vez monstruosidad mayor que esa? -preguntó don Gabino con los restos de incredulidad que le quedaban después de haber leído hacía un tiempo esa expresión en la carta que un emperejilado superior general enviara a sus hijos.
El celaje se había trasformado ya casi totalmente en azul oscuro y algunas nubes deshilachadas, recostadas sobre el horizonte irregular que formaban las montañas hacia el poniente, no eran ya blancas o grises, sino que habían enrojecido.
El Sr. Forgeron se había quedado pensativo. Había algo que no terminaba de cerrarle.
- Pero ¿no es que lo obispos son maestros de la fe? ¿Es que, acaso, no debemos seguirlos y obedecerles?
- Sí, siempre y cuando enseñen y manden lo que siempre enseñó y mandó la Iglesia. Recuerde lo que dice la Carta a los Hebreos: “Es preciso que prestemos mayor atención a lo que hemos oído, para que no nos extraviemos”. Para no perdernos, y para no perder la fe, es necesario atender a lo que escuchamos. Y ahí está la clave, porque lo que hemos escuchado es lo que nos ha dicho la Revelación.
- Y la Revelación tiene dos fuentes: Escrituras y Tradición. A ellas debemos escuchar -dijo Bulgarov mientras preparaba su tercer vaso de gin and tonic.
- Por lo que sé, la tercera fuente de la Revelación es el Magisterio -se animó a decir Forgeron.
- No, no es así. El Magisterio no es fuente de Revelación. El Magisterio interpreta las Escrituras y la Tradición. De hecho, el Magisterio jamás podría enseñar algo que no esté contenido en las Escrituras o en la Tradición -dijo con firmeza don Gabino- Si así no fuera, tendríamos el caso de obispos con el pajarico de Chávez que le gorgojea de vez en cuando a Maduro.
- ¿Está seguro?
- Segurísimo. Fíjese que la misma Carta a los Hebreos dice apenas un versículo más adelante: “La cual (se refiere a la fe) comenzó a ser anunciada por el Señor, y nos fue luego confirmada por quienes la oyeron”. Ahí lo tiene. La fe la anuncia Jesús -Sagradas Escrituras- y es confirmada por quienes la oyeron -los apóstoles y discípulos-. Y serán éstos, justamente, lo que la transmitirán a sus comunidades y allí comenzará a ser explicada y desentrañada por los Santos Padres. Esa es la Tradición.
Un aire fresco había comenzado a bajar del cueto. Algunas de las flores amarillas y azules, empujadas por la brisa, caían en el arroyuelo que atravesaba el jardín de don Gabino, y se marchaban junto al sonido gozoso de la corriente de agua.
Me encantó. Gracias!
ResponderEliminarExcelente. Por si algún neocon duda:
ResponderEliminar"La Tradición y la Escritura constituyen el único depósito sagrado de la Palabra de Dios, confiado a la Iglesia. Fiel a dicho depósito EL PUEBLO CRISTIANO ENTERO, unido a sus Pastores, persevera siempre en la doctrina apostólica..." (Pío XII, const. ap. Munificentissimus Deus)
"...el Magisterio NO está por encima de la Palabra de Dios, sino a su servicio, para enseñar puramente lo transmitido..."
Los dos textos están tomados de Dei Verbum nro. 10...
El de H.
¡Grande Wanderer! En todo, totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarY sí, el "Príncipe de los apóstoles" no es mal gin.
Feliz Navidad y toda esa clase de cosas.
J.T.
ResponderEliminarFinalmente , todos usan guitarra .....
Querido Wander:
ResponderEliminarEntiendo que en tiempos K probara con el Príncipe de los Apóstoles y el Pulpo blanco, pero ahora que está Mauri hay que volver al Bombay o si prefiere al Tanquerey. Opción 3, para no iniciados el Beefeater.
Y para burbujas recuerde que es lo que le da más volumen a la bebida por lo que en estos tiempos habría que optar la Schweppes.
Gin & tonic sin tradición colonia inglesa no es gin & tonic.
Feliz Navidad
El barman de Gerli
La mayor dificultad ha pasado de ser coherentes con la relación de subordinación que tiene que existir entre nuestros actos y lo que hemos oído desde siempre, con lo que estamos leyendo desde hace unos poquísimos años a esta parte.
ResponderEliminarCasi como si nos estuvieran diciendo, ¡déjense de escuchar antiguallas y lean nuestras novedades!
Fransiskito Moreno, el ventisquero y pistolero, Pío y piopío
"- Ya entendí. Pero ahora dígame quiénes son los neocones.
ResponderEliminar- Es lo más fácil. Son los que hacen lo que les dice el obispo."
1) Si un cura no obedece, en lo que debe obedecer, no es neocon sino un mal sacerdote. ¿que debe obedecer?
2) ¿que es lo propio de un cura neocon? ¿como distinguirlo?
Señor Anónimo del 26 de diciembre de 2015 a las 17:04
ResponderEliminarUn neocón es alguien que hace las preguntas que Ud. hace.
El barman de gerli
¿como hace para que no se le inunde la casa cuando crece el río?
ResponderEliminarGracias Wander por el post de Don Gabino, por la claridad y las bellas imagenes para alimento de la imaginacion.
ResponderEliminarUna breve consulta tangencial, de parte de las chicas de la liga femenina de San Etelberto que se han sentido un poco inquietas con el post, y es que porque habria de ser un motivo de precaucion el que Sr. Forgeron este casado con "una mujer inteligente" ...
Como siempre, muchas gracias por estos "boquetes en el Cielo" de la mano de Don Gabino.
Mis saludos navideños!!
Wanderer:
ResponderEliminarLe hago una pregunta (extensiva a cualquier comentarista calificado). Perdón si es una bobería o si ya se ha respondido, pero sigo el blog desde hace muy poco. Juan Pablo II, en Ecclesia Dei Afflicta, hace referencia a que "es sobre todo contradictoria una noción de Tradición que se oponga al Magisterio universal de la Iglesia, el cual corresponde al Obispo de Roma y al Colegio de los Obispos". Y Ratzinger, que, como Papa, si por algo se lo ha reconocido es por ser un "defensor del Logos", en carta a Lefebvre del 28 de julio de 1987, dice que "asegurado en la promesa de Cristo, el Papa nunca será capaz de oponerse a la Santa Tradición ni al Magisterio auténtico". Lo de Juan Pablo me huele a "la Tradición soy yo", y lo de Ratzinger parece medio ingenuo. ¿Soy yo el mareado o aquí hay algo de esa hipertrofia magisterial contrarreformista?
Anónima de las 0:21: Yo soy un mero relator de los acontecimientos. Habría que preguntar a los amigos de don Gabino el motivo de precaución ante una mujer inteligente. Estimo que, en parte, podría deberse a que temen quedar en evidencia.
ResponderEliminarSr. Cathelineau: no me parece que en los casos que usted menciona se trate de hipertrofia. Más bien el contrario: los textos podrían leerse como una afirmación de la primacía de Tradición, a la cual el magisterio no puede más que acatar y jamás oponerse.
Hay que aclararle a las chicas de la Liga unas pocas cosas elementales que enseña a experiencia:
ResponderEliminarLo primero que debe ser una buena mujer es hacendosa.
Luego, si es inteligente -que obviamente puede serlo-, lo es porque sabe resolver con inteligencia las distintas necesidades y quehaceres de la casa, por ser los principales a las necesidades y a su estado.
Si tiene mucha inteligencia para otras cosas y no para las diarias del hogar, puede ser muy inteligente, hasta brillante, pero no puede ser el caso de esta señora de la que habla don Gabino; pues, el post deja entrever que su marido no es carente de un buen seso y si hubiese elegido de mujer a una literata o algo por el estilo que no sepa hacer pastelitos, ponerse linda, saber conversar o preparar rica merienda, lo relativo a la parte de la inteligencia del hombre cae por tierra. No es dable presumir inteligencia en el hombre que yerra en la màs importante de las elecciones que la vida le pone delante.
De hecho, no puede llegar a darse una sociedad ideal y modelo como la de San Etelberto, no puede haber tan siquiera civilizaciòn, sin mujeres inteligentes en el sentido real de la inteligencia femenina.
Jacques Cathelineau,
ResponderEliminarTal vez pueda ayudarlo a discernir lo que el Papa Benedicto XVI dijo el Sábado 5 de Mayo de 2005:
“El Papa no es un soberano absoluto, cuyo pensamiento y voluntad son ley.
Al contrario: el ministerio del Papa es garantía de la obediencia a Cristo y a su Palabra.
No debe proclamar sus propias ideas , sino vincularse constantemente a sí mismo y a la Iglesia a la obediencia a la Palabra de Dios, frente a todos los intentos de adaptación y alteración, así como frente a todo oportunismo.”
Saludos,
Kill The Gaard
Mi estimado Wanderer: si lo bueno se dice bien, se aprende doblemente. Así me enseñaron la vez pasada con un cuento infantil. Muchas gracias!
ResponderEliminarEn cuanto a la Biblia y la Tradición como fuentes de la Revelación, hay un luminoso párrafo de Bouyer donde dice que "no son dos fuentes independientes que se complementan externamente..." No. La Tradición "es la BIBLIA DEVUELTA, o mejor, mantenida en la atmósfera que le es propia, en su ambiente vital, en su luz nativa. Es la Biblia y nada más que la Biblia, pero la Biblia entera, no en su sola letra sino con el Espíritu que la dictó..." Y punto.
Lo abraza,
El poeta.-
Disculpe W., me olvidaba:
ResponderEliminarPibe de rivendel, yo no tengo mucha experiencia, pero déjeme arriesgar y decirle que usted es un machista.
Conozco bien al sr. Forgeron y su mujer. Ella es inteligente en el segundo sentido y hasta más "leída" que su marido; y no por eso Forgeron eligió mal o queda en evidencia, pues tiene la autoridad que le da su condición y virtud... Muchas veces nuestra grandeza consiste en dejarle lugar a los que son mas grandes que yo. Eso es humildad...y sentido común.
Ahora si me marcho. Con mi afecto,
El poeta.-
Pero, señor pibe de ribendel, una mujer inteligente puede tener un trabajo que le permita , a medias con su marido, pagar a otra ( u otro ) que se dediquen a las tareas del hogar y a hacer pastelitos. Y, si la cosa no da para tanto, una mujer inteligente no cargará en solitario con las tareas del hogar porque le cuenten que esa es la " inteligencia real femenina ".
ResponderEliminarAhora mismo en mi familia hay una médico, una abogada, una economista, una ingeniera y una bióloga. Cuénteles lo de los pastelitos.
Lo cual no es óbice para que una mujer inteligente decida que le gusta hacer pastelitos.
Decida.
Porque da la impresión de que el ideal de mujer en ese pueblo no responde mucho al " compañera te doy que no esclava "
Querido amigo wander: aquí hay lucidez y poesía. Gracias por don Gabino.
ResponderEliminarSaludo cordial,
Mario Santos
Anónimo de las 15:27: ¿Cómo sabe usted cuál es la mujer ideal en San Etelberto? Cuéntemelo porque yo todavía no lo descubro.
ResponderEliminarQue rica debe ser esa bebida, me recuerda a unas variedades terma que aparecieron hace no mucho tiempo, también muy sabrosas, pero eso si medio caritas.
ResponderEliminarEstimado pibe de Rivendel, convendría distinguir entre la capacidad practica que debe tener una mujer a cargo del hogar, para resolver los quehaceres diarios. Luego, la inclinacion que puede tener una mujer a una vida inlectual, como dice usted una literata. Y en una tercera distincion, una mujer que cuente con las anteriores carcteristicas o no, pero que posea intuicion para sentir ciertos temas... Intuición dada por Dios, animada por el Espiritu Santo que sopla donde quiere... Mujer o varon.
ResponderEliminarSi se me premite, no creo que las mujeres que hayan decidido trasladar su familia a San Etelberto sean meras hacendosas mujeres, al cabo de varios meses de soledad e inviernos frios y humedos como los caracteristicos del pueblo, si la decision no es acompañada de una fuerte determinacion de la inteligencia, no habria matrimonio que soportase.
Mucho mas si los maridos tienen amistades como Don Gabino que los saca del hogar "para tomar gin tonic". La mujer que se queda sola en casa entiende que esas reuniones no se tratan solo de eso.
Saludos.
La secretaria de la liga feminista de san etelberto.
lamento mi mala redacción , Don Wanderer . Debería haber escrito " porque da la impresión de que, según usted, el ideal de mujer en ese pueblo...."
ResponderEliminarEstaba contestando al comentario de pibe de Rivendel
No tengo ni idea de como son las mujeres en San Etelberto. No suelen ser invitadas a la casa de Don Gabino.
Ladies y anònimos,
ResponderEliminarLa civilización no mora sino en casas solariegas. En aulas universitarias muere de frío. (N. Gòmez Dàvila)
Falta lectura seria de Petit de Murat, falta experiencia y esos largos años que se necesitan para constatar resultados, y sobra feminismo aun entre tradis, me temo.
ResponderEliminarPibe de R., ha citado a don Colacho para justificar no sé que cosa... Eso no me gusta mi amigo, no es cuestión de andar derrochando sus escolios porque sí. Pero ahora es tarde. Mañana quizás le refuto, pero es que no quiero se pierda el motivo del post, tan rico para la reflexión y el debate... Veremos.
ResponderEliminar...aaah, me olvidaba, arriesgo otra vez:
Anónimo de las 20:32 = pibe de rivendell
Suyo,
El poeta.-
Señor pibe de Rivendel, bonita frase. Y ?
ResponderEliminarLa ultima casa solariega de mi familia se quedó en Navarra allá por el siglo XV.
Y también las últimas mujeres de mi familia que vivieron como amas de casa tradicionales fueron mis abuelas y ninguna de ellas puso un pie en su vida en la cocina.
No creo que sobre feminismo , anónimo de las 20:32 , lo que sobra entre los tradis es machismo. Y le aseguro que tengo alguna lectura y muchos años de experiencia. Si ustedes tienen mucho interés en ser varones architradicionales, paguen servicio doméstico y saquen a sus mujeres de la cocina.
Uno dijo una vez que les habló con el corazón y le contestaron con la billetera.
ResponderEliminarTal vez lo mismo suceda ahora: el pibe de rivendell les habla de civilización y le contestan con necesidades y modos modernos de la economía.
En el eje.
Don Wanderer, lo que sugiero a continuación nada -o poco- tiene relación con este magnífico post (como siempre digo, usted es como Gardel: cada día mejor).
ResponderEliminarPero como anteriormente aquí se habló sobre Macri, creo será de interés para algunos.
Si lo juzga conveniente, publique este comentario cuando quiera, cuando le parezca más pertinente.
El periodista que presenta el tema no lo parece: está informado de algunas cosas sobre las que habla. Dura unos 7 minutos.
EL EXORCISMO DE MACRI
http://tn.com.ar/programas/odisea-argentina/odisea-argentina-bloque-3-21122015_643453?destination=programas/289910
Atentamente
Ni muy muy, ni tan tan.
ResponderEliminarLo ideal es que no salgan a trabajar, pero que lo hagan a media jornada estando en sus casas por el medio día no me parece inaceptable.
Y una vez que sus hijos menores andan por los veinte años, si quieren trabajar fuera más horas también me parece bien.
Es lo que hicimos en mi casa. El problema es que ahora que los chicos alcanzaron cierta edad es ella la que no quiere buscar trabajo.
Qué lindo sería que se vaya de madrugada y vuelva a la nochecita cinco días de siete.
Ya maduras no les contás el cuento de la mujer liberada (salvo cuando decide irse a Pinamar o a Europa unos días con sus amigas).
Terminan ellas más machistas que nosotros.
(esposo y padre de cinco mujeres y cuatro varones)
Esposo y padre... Tiro la toalla.
ResponderEliminarEsposo y padre,
ResponderEliminarPorque con los años se ponen sabias, como todo el mundo.
Salud y saludos en la coincidencia.
"se va leer el Evangelio y rezar el rosario a su casa para cumplir con el precepto dominical"
ResponderEliminarSi no fuera por el Rosario, la sentencia suena tan obsesivamente protestante que da escozor...
Don Gabino y companía no son ni progres, ni tradis ni neocones. Aparentemente se respaldan en un complejo entramado de interpretaciones personales de todo lo que no es estrictamente dogmático. Y aún ésto último sujeto a la disponibilidad y "necesidad" coyuntural.
Ojo, que tanta viveza criolla y gin tonic les pueden jugar una mala pasada bajo la apariencia de vida vivida, sobriedad y lucidez.
ResponderEliminarMi mujer , con los años , se puso porfiada.
La amo igual o más , pero tambien me cuesta más ....
Mas que de rivendel, parece no haber salido de la torre de orthanc...
ResponderEliminarY si, la misa hay que aguantarla igual, por culpa de woytila que la persiguió, pero al soportarla pensemos en Jesucristo en el Sagrario que también lo soporta, y pidámosle fortaleza porque cada vez se celebra "pior".
ResponderEliminarMientras tanto además de la misa común podemos también los domingos y días de semana ver esta:
http://livemass.org/LiveMass/live.html
cuatro y cinco a caramba osté está como mi biscabuelo.... jjijij
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