Hoy, la gracia del Espíritu Santo nos reúne. Todos levantamos tu cruz y cantamos: "¡Hosanna en las alturas!"
La Palabra de Dios Padre, su Hijo coeterno, que tiene al cielo como trono y a la tierra como escabel, hoy se humilló a sí mismo entrando en Jerusalén montado sobre un asno. Y es por eso que los hijos de Israel lo alaban, portando verdes palmas y gritando: "¡Hosanna en las alturas! Bendito es el que viene, el Rey de Israel".
Sticheron del Domingo de Ramos, liturgia bizantina.
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