Trauma, en griego, significa “herida” o “daño”. Conviene repasar las heridas o daños nos dejó la larga vigilia de meses durante la que se cernió sobre el país la amenaza muy real del infanticidio legalizado.
Por parte del gobierno: Macri cometió un gravísimo error al habilitar la discusión sobre el aborto, fruto de su liviandad, de su irresponsabilidad, de su oportunismo y de su sumisión al tándem Durán Barba - Peña -que hasta el último minuto maniobraron para que la ley fuera aprobada- y, también, a los organismo de crédito internacionales. Esto no es solamente mi opinión. Lo mismo dice un liberal catolicón con simpatías derechosas como Zuleta Puceiro, y un liberal hebreo como Fidanza. Y esta equivocación le traerá numerosas complicaciones, entre las que menciono
- La creación de otra brecha dentro del mismo gobierno, como si no tuvieran ya bastantes. Las heridas y rispideces que dejaron estos meses no creo que puedan saldarse muy fácilmente. Echaron sal a la herida. Basta escuchar los comentarios personales de la vicepresidente Gabriela Michetti cuando inadvertidamente dejaba su micrófono encendido.
- Dividieron al electorado de Cambiemos, buena parte del cual es católico y de perfil conservador. Para las próximas elecciones no solamente deberán enfrentar al opositor que los peronistas decidan, sino también a millones de votantes que jamás votarían por regresar al mundo de la corrupción y el engaño propio de los gobiernos peronistas, pero que tampoco apoyarán a un candidato traidor y abortista como Macri.
- Incineraron a buena parte de sus cuadros políticos. Me refiero a aquellos diputados, senadores y funcionarios que quedaron fuertemente identificados con la postura verde pro-aborto. Menearlos en una campaña electoral será condenarse a no ser votados por buena parte de la población.
- Instalaron el tema del aborto como central en la próxima campaña electoral. Hasta ahora, se trataba de un tema secundario y que podía eludirse fácilmente diciendo, por ejemplo: “Yo estoy a favor de la vida”. Ya no será así. Los próximos candidatos deberán decir, por sí o por no, si están a favor o en contra de la legalización del aborto. Y eso no le conviene a ningún político porque, necesariamente, le quitará muchos votos de un sector o del otro.
Por parte del país: los Poderes Oscuros que gobiernan el mundo pretendían que Argentina fuera el leading case de América Latina y que, después de la aprobación del aborto en nuestro país, le siguieran en cascada otros países de la región. No se explica de otro modo varios hechos. Por ejemplo, que la contratapa del The New York Times del día anterior a la votación hubiese sido de color verde, diciendo que el mundo estaba expectante por el resultado. Y algunos, sin tapujos ya, hablaban de la Irlanda de Latinoamérica.
A Dios gracias, se les aguó la fiesta y tendrán que esperar. Por cierto, ya encontraron a los culpables de su fracaso que, ¡vaya coincidencia!, son los mismos que provocaron el Brexit y también los que le dieron el triunfo a Trump: ignorantes pescadores del norte de Inglaterra, ignorantes granjeros del Midwest americano y, en el caso argentino, ignorantes habitantes de las provincias del norte. Los periodistas se han desgañitado afirmando que la causa del fracaso fueron las provincias norteñas, que son las más ignorantes, las más pobres, las más agrícolas y las más católicas. Los pobres salteños, jujeños, santiagueños, tucumanos, catamarqueños y riojanos son tan pero tan ignorantes que ni siquiera saben lo que les conviene, como sí lo saben los porteños y los habitantes de las otras grandes ciudades del país que, paternalmente, quieren ayudarlos a que se den cuenta de lo que les conviene. Y creo que hay bastante razón en el análisis periodístico, y no es casual: esas provincias del norte argentino fueron las evangelizadas por la corriente que provenía del virreinato del Perú, que es mucho más antigua y fue mucho más profunda que las otras corrientes que desembocaron en el país. Gracias, entonces, a los norteños que, con su hablar cansino, con sus erres arrastradas y su porte señorial salvaron al país del aborto. Y gracias también y una vez más, a España y a sus hijos que supieron sembrar hace cinco siglos una semilla que aún perdura.
Por otro lado, la discusión terminó con el mito según el cual el peronismo es mucho más cercano a los principios cristianos que los otros partidos políticos. Lo cierto es que en el Senado, votaron a favor de la ley veinte peronistas y trece lo hicieron en contra. Por el lado de Cambiemos, ocho votaron a favor y diecisiete en contra. Además, el mascarón de proa del peronismo abortista no fue un kirchnerista; fue el ofídico Miguel Pichetto, un peronista clásico. Los grupos católicos que parasitan del peronismo y se alzan con cargos políticos cuando ese partido gana las elecciones, aclarando por cierto que lo hacen ad maiorem Dei gloriam, deberían tomar nota.
Por parte de la Iglesia, fue indudablemente un triunfo que demostró que aún tiene un fuerte e ineludible poder de presión, es decir, que es un factor político que puede ser determinante. La votación se habría perdido si los obispos no se hubieran puesto al frente y no hubiesen instruido a todos sus cuadros que pelearon fuerte contra el aborto. Esto es un realidad que no puede negarse. Sin embargo, no creo que haya mucho espacio para el optimismo y muchísimo menos para el triunfalismo. Y por varias razones:
- Los obispos argentinos no se convirtieron de pronto, por la acción milagrosa de la Virgen de Luján, en valientes caballeros. Siguen siendo tan pusilánimes y tan melindrosos como siempre. Su actitud aguerrida se debió a dos factores externos a ellos: la orden terminante que bajó del Vaticano y la presión por parte de los fieles y de muchos sacerdotes que se los llevaban puestos. Los obispos no actuaron por convicción o valentía; actuaron por coacción.
- ¿Y el Papa Francisco? Es evidente para todo el mundo que el pontífice es un cotidiano defensor de la vida de los inmigrantes musulmanes, de las cucarachas, madreselvas y de la mismísima madre tierra, a lo cual dedicó un encíclica. Sobre la vida del niño por nacer, en cambio, es más discreto, casi silencioso. Él dice que ya todos saben lo que pensamos los católicos y no es necesario andar pregonándolo porque eso causa muchas divisiones, y todos sabemos que la misión de la Iglesia es alcanzar la fraternidad universal. Para el Papa Francisco, lo ocurrido en Argentina se trató de una cuestión eminentemente política: no podía perder contra Macri. Y le ganó. Y le pegó una buena trompada, que bien merecida se la tenía.
- Por este motivo es que insisto en que no hay razones para los triunfalismos. Los obispos lideraron una buena causa y los argentinos salieron masivamente a las calles a defenderla. Y eso es bueno, y nos alegramos que así haya sido, pero no olvidemos que se trató de una causa biológica y, una vez más digo, la Iglesia no es Greenpeace. ¿Los prelados y los católicos hubiéramos reaccionado del mismo modo y las calles se hubieran coloreado de celeste si lo que se discutía era, por ejemplo, la prohibición del culto público a Dios? No lo creo. Y mejor no pensemos si lo que el Congreso hubiese tratado hubiera sido una declaración negando la divinidad de Nuestro Señor. No estamos frente a un triunfo de la fe. Estamos frente a la manifestación -potente, es cierto- de los rescoldos de una fe que se perdió hace mucho. Seamos conscientes que son apenas algunas brasas, pero no hay fuego. Lo acontecido en todo caso demuestra en el mejor de los casos que Argentina aún conserva restos del antiguo orden, pero de ninguna manera que Argentina es un país católico.
- Hay un hecho que no puede pasarse por alto. El sábado pasado, las iglesias evangélicas más conservadoras (no adhirieron las evangélicas históricas como las luteranas o metodistas) reunieron en Buenos Aires a seiscientas mil personas para manifestarse contra el aborto. Yo me pregunto si la iglesia católica, convocando como tal, sería capaz de reunir esa multitud. Me temo que tantos aggionarmenti, tantas reformas litúrgicas, tanto aperturas y tanto olor a oveja, lo único que ha logrado es convencer a muchos que no vale la pena cumplir los mandamientos porque, si no se cumplen, está Francisco que te recibe su hospital de campaña. ¿Para qué, entonces, hacer el esfuerzo? Las iglesias evangélicas son directas, aguerridas, con pocas o ningunas concesiones. Eso seduce más. El número de los evangélicos que se movilizaron y el hecho en sí es un dato que los obispos no debieran pasar por alto.
Agregue a mi San Juan, don Wander, también. Sus 6 diputados y sus 3 senadores votaron a favor de la vida.
ResponderEliminarNo es para ser muy optimista o triunfalista. Estoy de acuerdo. Hay mucha conveniencia política. Pero precisamente porque saben que ganan nunca más una elección si hubieran votado a favor del aborto.
Falta mucho por pelear todavía. Pero si no revertimos la derrota cultural, el aborto y muchas otras barbaridades, son una cuestión de tiempo. Nuestros jóvenes en escuelas y universidades públicas... y también privadas, son sometidos a un bombardeo constante de toda esta porquería. Si no revertimos eso, insisto, la victoria de hoy será efímera.
El sanjua
Viva San Juan!! Los senadores cordobeses..una vergüenza..y el falso de Lienzo (Chubut) se perdió las encuestas en lo más profundo de su ser..
EliminarLa región más "abortista" del país resultó ser por lejos la Patagonia, sin competencia. Debe haber una relación entre ser una provincia joven, posterior a la colonia, y ser socialmente así. Eso también explicaría a Uruguay, la provincia más joven de lo que fue el virreinato.
ResponderEliminarMe parece muy buen análisis, sobretodo político. Adhiero todos los puntos, salvo el último sobre los "evangelistas". Ellos se adhieren a todo lo que sea "espamento" y alharaca; su convicción está en eso. No quito el mérito de la manifestación hecha y su presión.
ResponderEliminarTodo esto me hace acordar cuando Benedicto XVI hizo esa declaración apenas elegido: Dios se vale también de instrumentos imperfectos (cita no textual; pero me impactó su inmensa modestia). Gerald.
Una ley no es más que un accidente, deberíamos preocuparnos en ser capaces de dar las razones de nuestra fe y transitirselas a nuestros hijos. Nos falta la ayuda de la jerarquía, preferiria a los obispos en esto más que en presionar a políticos. En el fondo gran parte de la opinión pública fue ganada por las exposiciones de agnósticos liberales.
ResponderEliminarEstimado Wanderer:
ResponderEliminarEstoy bastante de acuerdo, excepto algún matiz. Agregaría un par de notas que se me ocurren ahora:
1- Sociológicamente, el fenómeno evangelista (como se decía antes) o evangélico (como dicen ahora) ya no es mayoritariamente de las clases bajas como hasta hace unos 20 años atrás, evidentemente han crecido a costa de católicos pésimamente formados en esos años entre las clases medias y medias altas. El abandono de los obispos desde hace décadas y del Papa Francisco desde el nefasto 2013 no han sido inocuos. Tendremos que aceptar que la "Argentina católica" es cosa del pasado y elaborar estrategias con eso en mente. (A ese respecto, no hay que confundir "lo conservador" de las provincias norteñas con una verdadera influencia de la Iglesia jerárquica. Según comentaba los otros días R. Fraga en una entrevista, en el NOA la asistencia a misa dominical es idéntica a la del resto del país: 12% de los que se dicen católicos. La mayoría no pisa una iglesia desde algún bautismo, casamiento o primera comunión.)
2- Fue en algún sentido una victoria pírrica: Muchos de los senadores que votaron en contra del aborto (y lo mismo pasó con los diputados) quieren la "despenalización" (que en el sistema jurídico nuestro es equivalente a la legalización) y mayor injerencia y presión del Estado en temas como "educación sexual" (y ya sabemos lo que eso significa). Lo que quiero decir es que para ganar se "entregaron" varias trincheras, lo cual tendrá sus consecuencias antes de lo que pensamos. Mi única esperanza es que las ineficiencias típicas de toda la burocracia de nuestro país, nos permitan un respiro o nos dejen espacios por donde esquivarla. Gracias a Dios, en estos momentos no somos Alemania.
3- Hay que reconocer que "las verdes" ya no son sólo las feminazis asquerosas y violentas de las marchas. Ayer hubo muchas chicas de apariencia normal, casi seguramente estudiantes o egresadas de colegios católicos, con sus trapitos verdes. Y, además, también hay que tomar conciencia de que la "onda verde" abortista es muy mayoritaria entre las adolescentes. La educación y la cultura juvenil están casi absolutamente en manos de la izquierda cultural. No es Gramsci o Frankfurt, es mucho peor. En 20/30 años esa gente va a dirigir el país.
No nos alcanza con lenguaje de barricada, arengas cuarteleras o barroquismos completamente indescifrables para conquistar esa generación (millennials + centennials), es necesario un trabajo de largo aliento, inteligente y de mucha dedicación para chicos que hoy parecen (o están) completamente perdidos.
Estimado Walter, coincido en todo, con una vuelta de rosca más, en el caso de aquellos que son conservadores aunque no por influencia de la jerarquía católica, no debería extrañarnos que sea precisamente porque no van a misa. Recuerdo que hace años, viajando por Francia, por la zona del bas Limousin, visité a un primo lejano que hacía mucho tiempo había dejado de ir a misa (porque detestaba los estragos progresistas) y conservaba intacta su forma mentis católica. Otra vez, viajando por Salta me crucé con un conocido cura sanisidrense pariente del Che Guevara, que caminaba revoleando una bolsa con hostias recién compradas, y le pregunté por su apostolado en l Norte, en medio de comunidades semi indígenas en los cerros, y me dijo: "Y, es difícil, ellos tienen sus creencias", probablemente él querría inculcarles nuevamente el culto a la Pacha Mama y ellos se aferraban a la fe de sus padres. Creo que hoy, dado el penoso estado de nuestro clero, los bajos índices de participación en misa no deberían alarmarnos.
EliminarHilbert.
Walter
EliminarDespués de los millenials viene la Generación Zyklon, mas que conservadora reaccionaria. Cansada de de tanto zurdaje y propaganda desmotivadora de la escuela de Frankfurt (hermanos mayores). Ocurre ya en EEUU y Europa. Quizás en Argentina también.
Ademas recordemos aue los pro aborto tienen menos hijos que los pro vida. Tienen las de perder demográficamente. Son parásitos en el sentido que están obligados a capturar adeptos mediante lavado de bocho.
Estimado Wanderer, realmente no me decepciona. Esperaba un análisis de este tipo de su parte.
ResponderEliminarYo, por la mía, me permito ser un poco más "pesimista":
No creo que haya victoria. No puede festejarse un resultado democrático como éste, no por el resultado sino por lo democrático. Podremos alegrarnos de que (momentáneamente) los dineros "públicos" (hay que ver si no es un mito) no se utilicen para financiar asesinatos crueles y demoníacos de inocentes. Pero desde el vamos este no debió discutirse. Perdimos esta guerra hace mucho, cuando la gran masa de los sedicentes católicos (Obispos a la cabeza) se embarró (como tanto lo gusta a Pancho) en la politiquería partidista, en lugar de bregar por el Reinado Social de Cristo. Como se dijo en este blog hace varias semanas, "no me toquen los fideos". Eso no puede ser llamado victoria.
Además, de entre aquellos senadores ("y senadoras", como dicen por ahí algunos pretes estultos) que votaron en contra de la legalización, ¿las intenciones y motivos de cuántos son verdaderos? ¿quién de entre ellos rechaza una ley abortista por ser contraria a la Ley divina? Que la rechacen por convencimiento personal, porque no les gusta o por cualquier otro motivo democrático, es decir liberal, no es más que hacerles el juego a los enemigos. ¿Y cuántos de entre ellos no votaron como votaron sino por conveniencia política, que es casi tan ruin como votar a favor?
No hay victoria aquí. A lo más, se evitó una gran desgracia... por un tiempo. Se frustró el plan de los enemigos de Dios, es cierto, se los frustró en parte y por ahora. Pero, como dice El sanjua, si continúa esta deriva cultural, esto no servirá de nada a la larga.
Incluso entre los católicos que salieron a la calle, ¿cuántos de entre ellos no tienen sino motivaciones liberales, y no católicas? ¿cuántos marcharían en procesión hasta la Catedral Primada de Argentina a pedir la conversión del Papa, que se puso a negar explícitamente doctrina reveladas?
¿Cuántos caerán en la trampa del "voto castigo" en las próximas elecciones democráticas? Y creerán cumplir con su "deber civil", votando al "mal menor" con criterios minimalistas que adelantan la rendición.
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ResponderEliminarEstá bien que el aborto no haya salido. Ahora bien, ¿fue la causa del rechazo la defensa materializada en las manifestaciones, las deposiciones en las comisiones de médicos, filósofos, abogados, la presión de la Iglesia, de los evangelistas? Puede ser. No digo que no. Aunque más bien me da que la verdadera causa es una de las que menciona el artículo: El no querer muchos de los legisladores tirarse un tiro en el pie y perder cientos de miles de votos para las elecciones del año que viene. Tomen Alperovich, por poner un caso. Es evidente que había varios legisladores convencidos sinceramente de su postura anti aborto (¿o debería decir pro vida?), pero me parece que los que inclinaron la balanza para el lado del No no fueron éstos sino aquéllos.
Pues bien, no salió, esta vez. El año que viene, veremos. Por lo pronto la despenalización va a salir con el nuevo código penal cuyo trámite parlamentario creo ya está en curso. Cierto, no tendrá el efecto devastador que tenía este proyecto, que iba al extremo de criminalizar a médicos e instituciones, negando la objeción de conciencia y obligando a los profesionales y auxiliares a cometer los asesinatos legales. Tampoco habilitará el multimillonario negocio de los inversores extranjeros de la muerte (Planet Parenthood y secuaces).
Y mientras tanto, sigue la práctica de facto del aborto legal, canalizada por el inicuo fallo de la CSJN y sus famosos “protocolos”, habilitado en la gran mayoría de hospitales públicos con una mera declaración jurada de violación.
¿Festejar? No estoy seguro. El aborto ya está. Sólo falta la cucarda del reconocimiento de la legalización y el sometimiento de los elementos díscolos.
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ResponderEliminarPero más allá de eso, viéndolos festejar anoche como si hubieran ganado un campeonato de fútbol; si uno hiciera un paneo de la composición de la “marea celeste”, de los legisladores y del clero, en punto a qué es lo que creen, qué los motiva, vería que de católicos tienen y poco nada. Apenas un reflejo tardío de advertir el último límite: No aceptar la muerte de un inocente.
“Valen las dos vidas”, es su lema. Pero lo que proponen en su gran mayoría, diría abrumadora, es educación sexual, anticonceptivos, pobreza cero. Un mundo feliz en el que se puedan pasar por alto todos los mandamientos católicos sin culpa (Y digo todos porque si de lo que específicamente se está hablando es de los mandamientos referidos a la moral, al violarse éstos se quebrantan los referidos a Dios, “Porque si uno guarda toda la Ley, pero tropieza en un solo (mandamiento), se ha hecho reo de todos” y porque si uno peca contra su prójimo, peca contra Dios, y si no ama a su prójimo al que ve, ¿cómo puede amar al que no ve?).
“Vale toda vida”, es otro peán. Un corno. Pregúntenle a Santa Felicitas animando a sus hijos a afrontar el martirio. O a cualquier mártir. El martirio no se encontrará entre su vocabulario. Vale toda vida para ser felices, eso sí, siendo buenitos y solidarios con el prójimo, y dándose un gustito que otro, también.
Creen existencialmente en ésta vida y sólo esta vida, lo del cielo queda como una entelequia, una canción melosa para canturrear en los entierros de manera festiva y superficial, y volver rápido al mundo a seguir viviendo. Creen en la inviolabilidad de “derechos humanos”, acá y ahora. Tienen la misma concepción de la vida que la que tiene Bergoglio, de la cual nos acaba de dar una muestra en su última modificación del catecismo en relación a la pena de muerte.
Creen que ayer ganaron, y que ganaron democráticamente. No se dan cuenta que están en el mismo punto de partida, en la misma plataforma en la que estaban los verdes tres o cuatro generaciones antes. No hay diferencias esenciales ni de fondo entre este tipo de celestes –que no digo que sean todos sino la mayoría, incluyendo el clero y legisladores- y los verdes de ahora. Sólo les falta “maduración”. Tiempo al tiempo.
Creen en este mundo. Y los cristianos no somos del mundo. Vivimos en el mundo cómo si no fuéramos del mundo (o deberíamos). San Pablo vivía así.
Es cierto que hay varios grupos celestes que no son así, que tienen la fe íntegra, que dicen estar “katejoneando”, o bien sencillamente haciendo lo que se puede dadas las circunstancias. No lo niego, pero con el grueso del “ejercito celeste”, que incluso abominaría de un mote tal, se va derecho a desembocar en el lago de la gran apostasía.
Gran Apostasía en la que probablemente ya estamos inmersos y de la que estos "celestes" ni siquiera tienen idea. O de la que se niegan a hablar.
No, no veo que haya mucho que festejar.
Perplejo.
Don Wanderer: coincido con casi todo su análisis (con los énfasis y matices que cada uno le ponga) salvo con lo que dice sobre el improvisado liderazgo de los Obispos y los manejos del Papa Francisco.
ResponderEliminarEs verdad que súbitamente parecen haberse revestido de valentía y algunos de los mensajes han sido sorprendentemente claros. Y también la llamativa unanimidad, que quizá ha obedecido a una ‘línea’ bajada de Roma. Pero de allí a decir que se hayan “puesto al frente” y hayan “instruido a sus cuadros” hay una distancia sideral. Conociendo el paño, y algunas curias, tengo la impresión de más bien han sido arrastrados por un laicado que (con todas las carencias que pueda tener) se puso en pie. Yo tengo la esperanza de que sea el mismo envión el que le ponga algún coto al proceso de deconstrucción que vive la Iglesia, por acción de algunos malos pastores y omisión de otros tibios. Excepciones hay…
En cuanto al Papa, hay que agradecerle que no haya intervenido, al menos visiblemente, ni con un mensaje de aliento (como no lo hizo con Irlanda: ni para alentar ni para consolar). Francisco interviene en estos asuntos politiqueando, no desde la fe. A los hechos me remito… En este mes tendrá lugar el Encuentro Mundial de las Familias en la castigada Irlanda, y uno de los oradores-estrella será el jesuita James Martin, el hacedor de multicolores puentes LGTBI+ ¿No es uno de los slogan francisquistas “construir puentes, no levantar muros”? Mucho me temo que dicho encuentro sea otra ocasión para seguir instaurando los nuevos paradigmas.
Mientras el pueblo fiel defiende las murallas, los ‘nobles’ avalan el saqueo de los santuarios (aras y hogares). Pero el Señor de los Ejércitos vela por su pueblo, y se las ingeniará para hacernos prevalecer sobre el Enemigo (y los enemigos).
Acá en Chile es de temer que el aborto libre pase como aplanadora. La Iglesia chilena fue recientemente descabezada por Bergoglio, con todos sus obispos en estado de renuncia, lo que no sería tan grave de no haber quedado en evidencia la desidia -cuando no el encubrimiento- ante oleadas de depredadores sexuales en el clero. El catolicismo chileno está en el fondo de la alcantarilla y no se sabe cuando levantará cabeza.
ResponderEliminarPor el lado evangélico, al igual que en Argentina tienen mayor credibilidad y convocatoria, pero están siempre a merced de ser estigmatizados a causa de los predicadores de caricatura amigos de la cámara y los escándalos.
Quizás nuestro peor enemigo somos nosotros mismos. En el mundo “pro vida”, pululan decenas de impresentables que apenas se sienten en confianza claman con matar a medio planeta o celebran con sorna ciertos hechos luctuosos de las dictaduras, como si lanzar personas por helicóptero fuera objeto de burla. Los abortistas no pierden el tiempo respondiendo argumentos: se limitan a decir “esos son los pro vida, desequilibrados mentales y curas pedófilos”.
Así las cosas, sólo nos queda la Providencia. Recemos, aguantemos y, de paso, no colaboremos con la mala publicidad.
A algunos contertulios que se lamentan de que se no se ganó como “debió ganarse” o que no se lucha “por lo que debería lucharse”, favor no se olviden de la Escritura: a cada día su afán. No hablemos tanto de establecer el Reinado Social si no tenemos una sociedad ni medianamente cristiana.
GASTÓN: Con relación a alguna de las cosas que ha dicho Vd en su artículo me permito sugerirle el revelador y documentadísimo libro, que también es muy ameno, de MARIA ELVIRA ROCA: "Imperiofobia y leyenda negra".
ResponderEliminarCoincido con todo lo dicho por W.
ResponderEliminarMe permito agregar solo tres cosas,
1) Macri y Peña dicen estar en contra pero en realidad lo apoyan, Macri es imbecil y Peña es Judio (Salvo Alperovich sabemos bien para donde van los hermanos mayores)
2). Coincido con El Cnl Kurtz, ayer cuando volvia por la nueve de Julio veia las paradas de colectivo repletas de cientos de niñas (no mayores de 18 años) no saben ni que es lo que hacen ahi pero ahi estaban a las 3 AM bajo la lluvia gtitando pavadas. Si no es ahora lo van a volver a impedir en un par de años.
3) Me quede con ganas de un obispo o un Papa que avisara que los politicos que votaran a favor serian excomulgados. No hubo nada.
Unos mequetrefes cobardes. Anoche los unicos curas que habia en la Plaza eran de los que usaban sotana el resto dormia calentito en casa.
Benigno
Para aquellos que dicen que nuestra victoria es "temporal": toda y cualquier victoria de la fe en este mundo lo es. En algún momento, que no sabemos cuándo pero sabemos que inevitablemente sucederá (y quizás falte poco), las fuerzas del enemigo lograrán extenderse y tener un dominio total sobre este mundo, a tal punto que la única manera de salvarlo será con la parusía. De cierta manera, esta "derrota" es inevitable. Pero lo único que Dios espera de nosotros en lo que dice respecto a la acción social es que tratemos de retrasar al máximo la venida del Anticristo. Yo veo las Cruzadas o la Guerra de los Treinta Años desde este punto de vista: si aquellos cristianos no hacían lo que tenían que hacer en su tiempo, el Anticristo probablemente ya hubiese venido. Sin dudas, aquellas victorias lograron resultados mucho más duraderos, de varios siglos; estando hoy ya tan avanzada la decadencia espiritual y moral de la sociedad, imagino que Dios estará satisfecho con los que lucharon para que la ley del aborto no sea aprobada ni que sea por un par de años. Mucho más no podemos hacer, y creo que Él no espera más tampoco. Peor destino es para aquellos que, lejos de luchar en contra de los poderes que tratan de establecer el reinado del Anticristo, se aliaron con ellos tratando de convencerse que el "príncipe de este mundo" no es malo, que todo está bien, que lo que todos buscan es la paz y la justicia y la libertad.
ResponderEliminarMuy bueno el "post". Quisiera agregar un breve comentario. La actitud de la jerarquía local, y la de Bergoglio, tuvieron un antes y un después el 14 de junio. Hasta ese momento la movilización de los cristianos había sido espontánea, "autoconvocada", absolutamente inesperada. Y masiva, y muy efectiva. Sin ella la votación en Diputados hubiera sido catastrófica; y resulta que, si no hubiera sido por la acción empecinada del gobierno a último momento, hasta tal vez se hubiera ganado. En ese momento se suceden: el silencio ominoso de Bergoglio -con la llamada el mismo día de la votación ... pero para felicitar al seleccionado-; y el comunicado de la Conferencia Episcopal agradeciendo "a los que piensan distinto" y diciendo que la Virgen había tenido "un embarazo inesperado". Allí la ira de la gente resistente, en las redes sociales, fue indescriptible, y tan sana como había sido su movilización en la calle. Es recién entonces cuando los políticos y sociólogos que fungen de pastores "pusieron la barba en remojo" porque habían quedado en un escandaloso (escandaloso en sentido estricto) "off-side". Es recién entonces cuando los obispos comienzan a moverse. Hacen la misa en Luján, y otrs cosas. Y Bergoglio habla. Un poco.
ResponderEliminarFue la movilización del pueblo cristiano, "sin caudillo y sin poeta" (así nomás, aunque parezca increíble) la que traccionó a la dirigencia eclesiástica. Como también lo hizo con la dirigencia política. Y es así como hemos ganado.
Y no cedamos totalmente al "argumento jacobino" (Carl Schmitt) que usan los periodistas enemigos. Reconozcamos que Buenos Aires hizo lo suyo: un signo impresionante de que algo vivía en la Patria (o de que la Patria vivía, tout court)fue la multitudinaria primera marcha de Buenos Aires; cuando en Tucumán no se habían juntado 3.000 personas (¡!): menos que en Bariloche.
Y sí: parece que, como dice la excelente nota de Romano en Infobae, los traidores de adentro y los poderes de afuera "se han chocado con la Argentina". Ni nosotros, ni nadie, lo sospechaba.
Totalmente de acuerdo!!
EliminarBuen análisis Wanderer. La victoria de ayer es consuelo de pobre porque seguramente el proyecto se va a aprobar el próximo año y porque como dice Walter Kurtz, está gente del panuelo verde en 20 o 30 años van a estar dirigiendo el país. Pero aún asi, por más que la victoria sea pasajera, que bien se siente ganarle por lo menos una batalla directa al demonio y a todos sus secuaces!
ResponderEliminarEn tu cara simio de Dios!
Lo siento, pero tengo que darles la mala noticia de que el aborto está legalizado de hecho hace años ¿conocen a alguna que haya ido presa por abortar o a algún médico preso por hacer abortos? Coincido en general con el análisis de Wanderer. Para mi, este asunto tuvo solo utilidad como termómetro de la situación moral y religiosa del país.
ResponderEliminarLos porteños todavian creen que tenemos arco y flecha en el norte.
ResponderEliminarNo generalice amigo..En la ciudad de de bs as hay de todo..Yo q soy portero Hasta la médula amo y admiro el norte criollo. Y aprovecho estas líneas para agradecerle a todo ese norte gaucho q tanto ama a la patria. Un saludo Pablo
EliminarMuy buen post. Sólo quiero remarcar que es una gran verdad que las feminazis no son sólo esos esperpentos contrahechos y mugrientos que aparecen en varias imágines, peludas, impúdicas y abiertamente diabólicas.
ResponderEliminarLamentablemente puedo dar fe de cuatro chicas cercanas, y dos varones, todos entre 20 y 26 años, fanáticos de los pañuelos verdes, egresados de colegios "católicos" más o menos tradicionales de Buenos Aires, e incluso un par ya egresados de la UCA. Tienen una actitud sobradora, cerrada a toda posibilidad de argumentar; es decir, les han lavado el cerebro.
Igualmente preocupante me parece que los padres de esos jóvenes, algunos de los cuales son amigos y hasta hace cinco años hubieran estado totalmente contra el aborto, han asumido un actitud cobarde de neutralidad. No se animan a enfrentar a sus hijos, a encauzarlos. Dicen que "hay que respetarlos". Hablo de padres de familias católicas que fueron a colegios católicos, a la UCA que todavía era potable. Son totalmente pusilánimes. Lamentablemente, un par son buenos amigos, y estas cosas nos ponen en la disyuntiva del afecto y lo que no puede tolerarse. ¿Cómo mantener lazos de amistad con gente que cae tan bajo? Pero a la vez, ¿habría que intentar, con paciencia, convencerlos, aunque sus hijos estén perdidos?
Saludos.
Berenguer
Bravo les Argentins!
ResponderEliminarUn comentario sobre las Iglesias evangélicas:
ResponderEliminarSon directas y aguerridas, sí. Tal como lo era tal vez la Iglesia temprana en el mundo romano y griego. Pero cuando estas Iglesias evangélicas tengan mayor poder de influencia en las elecciones provinciales y luego nacionales, seguramente estas cosas cambien. Eso sucedió con las "Iglesias libres" de Europa que ahora son parte del establishment religioso, y desde luego, sucede con la Iglesia católica en muchos países como Argentina.
Cuando tenés poco que perder podés darte el lujo de amenazar y gritar mucho. En cambio cuando sos un actor social de gran influencia como lo es la Iglesia de Argentina, tenés márgenes, pero tampoco podés salirte tanto del molde cuando tenés mil temas negociados (para bien) con el Gobierno y las Legislaturas.
El día que las Iglesias evangélicas ganen mucho poder, empezarán a gritar menos en la calle para presionar en los pasillos, y harán esas concesiones tan odiosas como las que sufrimos nosotros de nuestros obispos.
El "filósofo canchero" de apellido imprununciable Darío Sztajnszrajber escribió esta madrugada este twit:
ResponderEliminarSe votó y paró de llover. Parece que Dios existe al final. Será contra él entonces la verdadera lucha...
No son tan ignorantes como cree el buenismo de nuestros obispos y muchos curas.
Anónimo de las 15:02
ResponderEliminarLa ciudad de Buenos Aires tuvo dos senadores que votaron en contra y uno que votó a favor, igual que Catamarca o Corrientes (y mejor que Tucumán, Chaco o Santa Fe).
En lo que sí tiene razón es que los liberales y/o progresistas piensan así sobre el norte del país, pero no creo que la ciudad de Buenos Aires sea la parte del país con más gente que piense así (como % de la población), todo lo que sucede en Buenos Aires para bien o para mal es sobredimensionado por la exposición mediática.
Muchos de los abortistas que vimos en estos días, los que provienen del mundo de la facultad de Ciencias Sociales o de las carreras de humanidades/periodismo/psicología, eran muy simpatizantes del norte argentino durante el kirchnerismo (a la vez que odiaban a la ciudad en la que vivían), y ahora por el aborto se les dio vuelta la tortilla.
El aborto ha unido a liberales de izquierda estilo Obama o PSOE, con marxistas clásicos, marxistas estilo Chávez y feministas. Gente que se odiaba hace 5 años, ahora se abraza por el aborto.
Escalofriante, Coronel, lo de ese tipo...
ResponderEliminarEstimado Hilbert: Era una observación especialmente traída contra el argumento de abortistas y también de algunos de los nuestros sobre el papel de la Iglesia en esta "victoria".
ResponderEliminarAnónimo 17:05: Hay una excepción notable a lo que Ud. dice. La teocracia protestante que gobierna la alcaldía de Río de Janeiro. No sólo lanzaron campañas moralizadoras en las playas sino que fueron contra el Carnaval.
Las cosas son más simples y, a la vez, más complejas.
Me asombra lo que dice Carlo: afirma que esto del Senado fue una "victoria de la fe" y la compara con las Cruzadas y demás gestas de la Cristiandad. Algo no anda bien...
ResponderEliminarDice "lo único que Dios espera de nosotros en lo que dice respecto a la acción social es que tratemos de retrasar al máximo la venida del Anticristo"... no sé, yo creo que San Pedro nos exhorta a adelantar la Venida de Cristo, lo cual implica dejar que el Anticristo venga si tiene que venir - que sí tiene que venir, y que gobierne "tranquilamente" sobre los suyos, o sea los enemigos de Cristo. No recuerdo ningún pasaje escriturístico ni doctrina de la Padres y Doctores que exhorte a retrasar el advenimiento del hombre de pecado... lo cual sería retrasar la Parusía, y responde más bien a la tentación de crear un paraíso terrestre, o tal vez la tentación del milenarismo carnal.
Hay una diferencia no menor entre luchar para retrasar la llegada del Anticristo, y luchar para salvar lo que pueda salvarse, en espera de la Venida gloriosa de Cristo.
Estimados Guánder, estimados lectores:
ResponderEliminarDice Usted Guánder que los obispos lideraron una buena causa. La evangelización es una tarea cultural, y sobre natural, permanente. En los últimos meses quienes se opusieron al proyecto de ley adoptaron un formato de campaña electoral. Asumieron que podrían explicar a la sociedad en tan sólo meses por qué el aborto es una aberración. Es una profunda injusticia que quienes hemos recibido formación desde la familia y el entorno le exijamos a los demás que entiendan nuestra razones bajo la forma de un caldo concentrado.
La iglesia no es una máquina efectista. Busca la salvación de cada alma. Los obispos no luchan por la evangelización. Han claudicado. No veo que hayan liderado en estos últimos meses ni siquiera ese "electoralismo pro vida", lo cual podemos comprobar en el formato que tuvo esta campaña: un amontonamiento de watssapp y golpes de Fésibuc, sin ningún sentido, taxativos, declamativos, llenos de inseguridad. La prueba incontrastable de que ni siquiera este electoralismo tuvo una insteligencia institucional....o sea....política. por que la votación se perdió por los senadores originarios de las provincias donde abunda el fiel católico incapaz de dar razones de lo que cree.
Ni siquiera esa lucha dieron los obispos. la lucha política. ¿Orden terminante de Roma? ¿Emitida por el peronista Blanco, que el día de la votación en diputados se burló de todos limitando sus palabras a un saludo a la selección de fútbol? Me causaría una terrible frustración tener que explicar justamente en ESTE blog quién es Bergoglio. Dígame por favor que no debemos repasar sus posts y mis chispeantes comentarios de 2013 y 2014.
Bergoglio y los obispos no lideran la buena causa. ¿Quién le ofrece la Palabra de Dios a los que apoyaron el proyecto? Es esa buena causa la que va a evitar el desastre del aborto y la relajación total de la moral sexual. No una campaña electoral.
Los obispos, empezando por el peronista Blanco, jugaron a la política electoral, instrumentalizando la oposición al proyecto. Me declaro exento. no fui a ninguna de esas marchas que el peronista Blanco debió negociar con lo peor del PJ montonero, para su vuelta al poder.
En nada se fortalece la buena causa con el resultado de la votación en el senado. La realidad no cambiará con una campaña electoral sino con lo que los obispos no hacen: la prédica de Cristo crucificado.
Nada hay, en mi opinión, que celebrar. El problema sigue intacto. La militancia del watssapp con corazoncitos se irá a descansar tranquila. Yo, no.
Una nota curiosa: el partido que en proporción más votos aportó en contra del aborto, fue la UCR: 9 de sus 12 senadores, votaron en contra
ResponderEliminarY ahora el latiguillo de la separación de Iglesia y Estado. Y dale con las grietas!!!
ResponderEliminary que gobierne "tranquilamente" sobre los suyos...
ResponderEliminaray si... como no ¿ud es o se hace?
cuando venga el anticristo será una tiranía, no va a haber elección, todo el que no tenga la marca del inicuo no va a poder comprar ni vender, vaya mejor preparándose para ayunar por varios años o para el martirio.
Estimado Dark Henry,
ResponderEliminarEl "éxito" demográfico no es tal. No se engañe. Siempre la izquierda ha sido intrínsecamente estéril. Pero caza en el coto del vecino.
Le doy un ejemplo y creo que me va a entender. Los curas progres no nacen, se hacen. Los progres no entran al seminario. Entran conservadores y hasta tradicionales, pero salen más o menos progres y se irán corriendo a izquierda año tras año.
A las del trapo verde no le importan sus hijos porque no los va a tener. Le importan TUS hijos, los nuestros.
Ése es el gran problema del comunitarismo, que necesita un marco institucional y jurídico estable y relativamente indiferente. Un contexto que ya no existe y si lo hay, cada vez existirá menos. Es como en la película"La aldea": A la larga el mundo te contacta.
Por eso estoy convencido que no nos podemos quedar contentos descontando un éxito a largo plazo porque ellos abortarán a sus hijos... Ellos quieren los nuestros. Fíjese que se la pasan hablando de la necesidad de una ESI obligatoria y universal donde no haya restricciones por motivos religiosos o ideológicos (nótese que no sólo les molestamos nosotros o los protestantes, sino también los neohippies).
Nos guste o no, la solución es "política". No necesariamente partidocrática pero sí por quien controle las instituciones.
Fue un triunfo momentáneo,pero bienvenido sea. Lamentablemente el lobby abortista obra con mucha astucia y ha ido "conquistado" jóvenes que no son intrínsicamente malos pero han sido convencidos y confundidos por argumentos equivocados y falaces. La izquierda cultural y ese llamado feminismo que pretender decir que la mujer tiene derecho a matar a sus hijos no deseados, y nuestros gobernantes, sin valores que van detrás de lo que les de triunfos electorales. Felicito a los valientes que en serio defendieron la vida de los nacidos por nacer. Recemos para el corazón y la razón de los Argentinos se encamine al bien y a la Verdad
ResponderEliminar"El "filósofo canchero" de apellido imprununciable Darío Sztajnszrajber escribió esta madrugada este twit:
ResponderEliminarSe votó y paró de llover. Parece que Dios existe al final. Será contra él entonces la verdadera lucha..."
Otro insignificante "filósofo"... Rescato una de las respuestas a ese tweet:
"Contame qué "manipulación de masas" sobrevivió 2000 años con la cantidad de ataques q tuvo desde el principio? Te cuento q a Jesús y a 11 apóstoles los mataron en los primeros 50 años de cristianismo, y los primeros cristianos los romanos los tiraban a los leones. Y acá estamos."
Estamos reflexionando sobre hechos realmente importantes, y cada uno aporta desde distintos lugares, distintas experiencias, distintas formaciones, y esto es una gran riqueza. Los doce Apóstoles no eran todos iguales, ni mucho menos. Lo constatamos también en los santos, esos grandes amigos de Dios.
Pensemos un instante aunque sea, aunque alguno considere inútil el "análisis contrafáctico", que estaríamos diciendo si se hubiese aprobado el proyecto de aborto libre con un voto de diferencia de un senador cualquiera que se hubiese dado vuelta a último momento convencido por el mensaje de whatsapp de una nietita de unos dieciséis años, digamos, fruto dilecto de la "educación" kirchnerista...
Estuve frente al Congreso, bajo la lluvia y el frío, tratando de ser voz de los que no tienen aún voz, para que la masacre que hoy es ilegal no sea al menos "legal"; igual es masacre.
Mucho análisis por hacer, muchos pensamientos para expresar, mucho por hacer, Dios quiera podamos hacerlo y nos dé fuerza y la gracia necesarias. Hoy al menos, y como siempre en realidad, demos gracias a Dios: el proyecto de aborto libre, rechazado.
No voy a entrar a valorar su estudio, pues no conozco la realidad argentina lo suficiente para hacerlo, si ben es cierto, parece acertado y ajustado a la situación social de aquella nación. Mi comentario es para invitarle a que, como evidente defensor de la verdad y de la verdadera historia, rechace de plano el uso del término "Latinoamérica" y todos sus derivados. Sabemos que es un término acuñado en Francia a partir del gobierno (por llamarlo de alguna manera) del emperador Maximiliano en México, para apantallar, disimular y, en definitiva, desprestigiar, la presencia y labor de España en el continente americano. Es mucho más justo y veraz hablar de Hispanoamérica, y sus derivados, o en su defecto Iberoamérica. Lo de "Latinoamérica" no tiene perdón de Dios.
ResponderEliminarEs muy difícil realizar un análisis de las consecuencias del resultado adverso obtenido por las fuerzas del mal en la votación en el Senado.
ResponderEliminarEs innegable que se obtuvo una victoria, tanto como lo es que sólo se trata de una batalla y no de la guerra.
Guerra descrita por San Agustín en La Ciudad de Dios y que tiene un final anunciado en las promesas de Nuestro Señor Jesucristo y que se relata en el Apocalipsis.
Me parece sí muy claro que el panorama desolador que exhibe la realidad mundial, y Argentina está en el mundo, no se compadece con alegrías momentáneas por la obtención de un éxito circunstancial.
El fruto de tanta revolución mental llevado a cabo por los discípulos de Gramsci y la Escuela de Frankfurt está a la vista de quien no tenga una venda en sus ojos y unos impenetrables tapones en sus oídos.
Es más, el penetrante hedor que expelen los basurales mentales, a cielo abierto, que constituyen las manifestaciones públicas de la mayor parte de los estamentos religiosos, sociales, políticos, culturales, económicos y de costumbres en la realidad mundial, en forma creciente desde hace varios siglos es imposible de obviar.
Lo único qué nos queda es, como siempre, librar el buen combate, tratar de ser mejores que ayer y confiar en que las puertas đel infierno no prevalecerán.
Pero que las fuerzas del averno están desatadas y han invadido la Ciudad de Dios nadie, con un mínimo de sentido común, lo puede negar.
Y este presente ominoso y pérfido que constituye la cultura de la muerte, la droga, la homosexualidad, el odio a Dios y la promoción de la fealdad y el mal corno si fueran la Belleza y el Bien, está más firme que nunca en la mente de la casi totalidad de la sociedad contemporánea.
No olvidemos que hasta el Vicario de Cristo y la misma Iglesia católica parecen estar a las órdenes de la contraiglesia y su máximo referente.
No confundamos una victoria circunstancial con haber ganado la guerra. Ello sólo sucederá cuando el Salvador venga de vuelta en gloria y mate al inicuo con el aliento de su boca.
Intl Peronist: Dice que fue una militancia de whatsapp con corazoncitos porque fue una reacción donde las mujeres fueron el corazón y la columna vertebral. Reconozco que no fui a las otras marchas (Buenos Aires me queda bastante trasmano), pero sí a la última. Pensé que me iba a encontrar columnas de rugbiers de Regatas, CUBA, etc. Pero no, lo que más había eran grupitos de veinteañeras mojadas y muertas de frío con una envidiable alegría que tampoco dudaron en abuchear las mentiras de los abortistas cuando no sé qué pasó con el audio. Varones, unos pocos, aquí y allá, más cuarentones que otra cosa. Nos han amariconado a la sociedad mientras dormíamos. Por eso los whatsapp de corazones...
ResponderEliminarA todos: Ojo ahora con lo que se viene. No creo que tras haber apostado millones en la causa del aborto, las organizaciones internacionales y sus filiales locales se queden tan tranquilas. Decía alguien que se encontraron con un gigante dormido que usa pañuelo azul, esperemos que no se quede dormido de nuevo mientras le meten el aborto y toda la ideología de género por el patio de atrás.
Andreas - pensé que había dejado bien en claro la diferencia de magnitud entra las cruzadas (que tuvieron un efecto benéfico sobre varias naciones que perduró por siglos) y el rechazo a la ley del aborto (a lo sumo unos pocos años, quizás solamente uno), eso está explícito en mi comentario. Sea como fuere, cualquier defensa de las enseñanzas de la Iglesia es un logro, independiente de su magnitud, no importa cuan amplia y duradera sean sus consecuencias.
ResponderEliminarSobre retrasar la venida del Anticristo, es algo que a mí siempre me pareció evidente, y si me equivoco (en especial si lo que digo va en contra de las escrituras o el magisterio) estaré muy agradecido al que me lo demuestre. En primer lugar, me parece que es una consecuencia lógica del mismo concepto de tradición, transmitir fiel e íntegramente lo que uno recibió - dejar a las generaciones siguientes lo mismo, no menos, pero lo que viene sucediendo ya hace algunos siglos es que cada uno deja a los siguientes un poco menos de lo que recibió, y llegamos a la situación actual de repliegue de la fe; y en segundo, está basado en el imperativo que dio Nuestro Señor a los apóstoles de evangelizar todo el mundo - que un día nuestra fe esté reducida a poquísimos hombres, escondidos y perseguidos, no es algo que deberíamos activamente buscar, sino todo lo contrario. Y ejemplos de la historia lo demuestran: que se sepa ningún obispo o teólogo le sugerió a Carlos Magno dejar que los musulmanes conquisten y sometan a Europa, permitir que obliguen a la población a apostasiar y matar los que se rehúsen, y establecer un Sultanato universal, porque así la parusía sucedería antes. Lo mismo la Guerra de los Treinta Años, nadie parece haber sugerido entonces que sería una buena cosa que los protestantes lograran dominar todo el continente y hacer desaparecer la verdadera Iglesia porque así entraríamos en tiempos apocalípticos y Nuestro Señor volvería.
Santiago: y por qué "hispanoamérica"? Y los evangelizadores portugueses y franceses, dónde quedan? La antigua colonia portuguesa ocupa la mayor parte de la superficie sudamericana, mientras que hoy muchos ignoran que las colonias francesas en América (Quebec y Louisiania) fueron hasta el siglo 18 bastante más grandes que los correspondientes estado y provincia que hoy existen con esos nombres, antes que fueran conquistados por los ingleses. No hay que menospreciar lo que hicieron otros católicos no hispánicos en este continente.
ResponderEliminarLos "ignorantes" norteños. Entusiasmo incomprensible y malversación de inteligencia, la del columnista. La tradición peruana, los cristianos viejos, el catolicismo que vino de la mano de la "evangelización" colonialista de los reyes católicos, socios del Vaticano, etc., etc., todo cierto… pero la discusión fue en el Congreso de la Nación, que no tuvo nada que ver con el ruido de la calle, ya que la cámara de senadores es en gran medida territorio de dominación política de los caudillos eternos -siempre los mismos, solo cambia el nombre - de esos distritos poco poblados y sin "riesgo" de opiniones públicas plurales. Y sus razones no son religiosas y ni siquiera "políticas" sino de conveniencia personal, partidista. Más allá de la obvia y nunca modificada realidad de que esos territorios con poco pueblo, imponen el criterio de sus caciques a millones de ciudadanos de las provincias más pobladas. Y a eso le llamamos democracia "representativa". El resto es falso entusiasmo en nombre de esa entelequia que llaman "fe".
ResponderEliminarLuciano Tanto.
Estimado Wanderer:
ResponderEliminarCoincido con su post. Me permito agregar unas cositas.
La llamada "ola celeste" ests conformada por una variopinta fauna que integran entre otros, católicos que se consideran a si mismos muy comprometidos. Los mueve seguramente el horror del descuartizamiento de un ser humano ya casi conformado, porque "visiblemente" es impactante. Sin embargo, estos católicos "comprometidos" no tiene ningún empacho moral en defender métodos anticonceptivos,para poder fornicar sin "consecuencias indeseadas". Posturas no muy alejadas de aquella frase pintada en la pared de la facultad de Medicina una veintena de años atrás en la que se recomendaba el sexo contra natura para evitar el aborto.
La consigna "pro vida" es demasiado geéerica, por lo cual sirve para hablar del no nacido o de los gusanillos que tanto le preocupan al Sumo Pontífice. Los pro aborto son más claros: quieren el aborto.
No sé qué fuerza hizo el Papa, recibiendo al que le entregó un pañuelo verde. Al igual que la pastoral porteña que salió a decir que los pro aborto, a su manera también defienden la vida.
Y sí, nada que sea religioso es defendido por nuestros obispos. Cuando la Provincia de Buenos Aires quitó del calendario escolar el asueto en los colegios católicos por el 15 de agosto no dijeron nada. Hoy están preocupados por los recortes a las subvenciones.
Los colegios católicos no son más que formadores de anticatólicos. No sólo se vieron pañuelos verdes, hoy también los hay color naranja.
Pero nuestros obispos le agradecen al Senado y seguirán dialogando.
Así estamos... Y será peor
"...estos católicos "comprometidos" no tiene ningún empacho moral en defender métodos anticonceptivos,para poder fornicar sin "consecuencias indeseadas"..."
ResponderEliminarNo generalicemos injustamente. Eso no es cierto. Podría dar muchísimos nombres de amigos que estuvieron y no hacen ni piensan lo que Ud. dice.
Tiene razón, la frase no fue bien redactada. No fue mi intención generalizar. Pensaba mientras escribía en personas que sí conozco y no es sólo una.
EliminarAl que habla de la UCR: el gravísimo problema es que todos los partidos están divididos. La UCR es históricamente izquierdista, filo-socialista, anti-clerical, republicana y profundamente masónica. Y de ese nido de serpientes salió la senadora tucumana Silvia Elías de Pérez, la espada pro vida más filosa del Senado, tal vez junto a la salteña Cristina Fiore Viñuales (que pertenece al PRS, aliado electoral del FpV en Salta).
ResponderEliminarOvación a esas dos senadoras que han sido crucificadas y escrachadas en todos los medios pero que lideraron el movimiento pro vida en el senado. Pinedo y Bullrich miraban muy de cerca.
La gran icógnita para los que tratamos de seguir luchándola con las reglas de juego de estas lacras, es a quién votaremos en el recambio legislativo, y a quién para el Ejecutivo.
Por suerte, la estatura política y moral de Macri queda cada día más patente:
https://www.clarin.com/politica/mauricio-macri-rechazo-aborto-legal-necesitamos-dialogo-educacion_0_BkPuL2tSQ.html