Hace exactamente dos años, me reuní con un grupo de buenos amigos. Allí nos preguntamos sobre cómo veíamos el futuro de la iglesia. Mi opinión en ese momento fue que el estado de descomposición de la fe promovido por el Papa Francisco y secundado por la enorme mayoría de los obispos, provocaría que muchos sacerdotes fueran exonerados de sus parroquias y labores pastorales y suspendidas sus licencias puesto que se resistirían a acatar la nueva doctrina pretendidamente católica. Esto provocaría la aparición de una suerte de “parroquias” o “comunidades” organizadas por los católicos laicos en torno a esos sacerdotes fieles, y desligadas del obispo, y serían ellas las que mantendrían la fe. La Iglesia oficial poseería los edificios, y la pompa y circunstancia, mientras que una iglesia subterránea y clandestina mantendría la fe de los apóstoles.
Alguien del grupo me objetó con razón que la iglesia siempre se construye en torno a una jerarquía, y que no sería propio de la iglesia católica estar asentada solamente sobre sacerdotes y fieles, sin obispos. Y me pareció que tenía razón.
Sin embargo, habiendo pasado apenas dos años esa conversación, creo que la razón la tenía yo. Y lo creo por las circunstancias que estamos viviendo y quien ha venido a expresar mi idea mucho mejor que yo es el arzobispo Viganò en su su conferencia del 26 de octubre. A la iglesia subterránea, que es ese resto fiel o pusillus grex, se superpone una jerarquía traidora y cismática.
Esa iglesia pequeña y casi invisible, sufrida y hasta perseguida es donde ser conserva la verdadera fe y es la Esposa Inmaculada del Cordero. La otra, la iglesia de los obispos, de los templos y del tutti frutti es la que Meinvielle llamaba iglesia de la publicidad y que, al decir de Viganò, se ha sobrepuesto a la iglesia verdadera. Creo que hacia eso vamos, al menos en Argentina.
Es posible que en otros países la situación sea distinta. Estados Unidos, por ejemplo, tiene un laicado tradicionalista y conservador mucho más fuerte, organizado y poderoso que el que poseen los países hispanos. En Europa el movimiento tradicionalista es también relativamente fuerte y numeroso. Lo que nos llevamos la peor parte somos los hispanos y, de entre ellos, los argentinos.
La iglesia en nuestro país está perdida, al menos para las próximas décadas. Bergoglio se dedicó a destruirla con un plan sistemático. Y lo logró. Durante su pontificado colonizó el episcopado argentino con nuevos obispos, en una cantidad inusitada e injustificada —por ejemplo, diócesis pequeñas con obispos auxiliares—, y todos ellos poseedores de las mismas características: sin formación (generalmente apenas la básica del seminario o, en el peor de los casos, con alguna licenciatura en “teología pastoral” conseguida en la UCA), progresistas berretas, puramente pastoralistas, obsecuentes y sumisos a Bergoglio, ignorantes absolutos de la tradición litúrgica y teológica de la iglesia y, en general, vulgares y zafios. El paradigma es Mons. Chino Mañarro, a quien le dedicamos algunas entradas (aquí y aquí).
Paralelamente, se dedicó a neutralizar de la peor forma y sin ahorrar humillaciones a los obispos que por un motivo u otro tenía en la mira, y que en general eran de tendencia conservadora: Zecca, Sarlinga y Martínez. Esperó ansioso la jubilación de otros como Aguer o Marino, y se aprovechó del ánimo vil y rastrero de otro, como el caso de Mons. Taussig, que pasará a ser uno de los pocos obispos argentinos que gozará de la damnatio memoriae de toda su diócesis.
Justamente, lo ocurrido en los últimos meses con la nominación de Mons. Barba en San Luis y la previsible liquidación del pequeño seminario conservador de esa diócesis y el exterminio del seminario de San Rafael por parte de Mons. Taussig, siguiendo órdenes vaticanas, indican claramente que Bergoglio quiere tierra arrasada en su propio país. La situación de la iglesia argentina es irremontable, y lo será en las próximas tres décadas, por más bueno que sea el Papa que suceda a Francisco.
Sin embargo, en Argentina hay muchos sacerdotes buenos, piadosos y católicos, y con verdadero celo por la salvación de las almas. Ya están siendo perseguidos por sus obispos; yo conozco a varios, aún cuando no me precio de frecuentar ambientes clericales, y su número aumentará con el paso del tiempo.
Las medidas draconianas impuestas por el gobierno argentino en razón de la famosa pandemia y dócilmente aceptadas por los obispos, ha sacado a la luz a muchos de esos buenos curitas que se han resistido, por ejemplo, a dar la comunión en la mano o a dejar de celebrar la misa para sus fieles. Y como nos dice el Señor en el evangelio, “las ovejas conocen la voz del pastor”, y están siendo esas ovejas las dan cobijo a sus pastores aporreados por los báculos episcopales.
Los datos que se están manejando en la mayor parte de las diócesis argentinas son escalofriantes: aún cuando los oficios religiosos ya están autorizados con un aforo limitado, lo cierto es que nadie va a misa. El cupo de treinta personas rara vez se alcanza, y los curas no saben ya qué imaginar para acercarle a sus fieles el número de sus cuentas bancarias para implorar una limosna. Y el motivo por el que la gente dejó de ir a misa no es el temor a la peste. Es que se tomaron en serio lo que los obispos se cansaron de decirle: no hay obligación de cumplir con el precepto, celebren Semana Santa en su casa, comulguen espiritualmente ya que es lo mismo que comulgar sacramentalmente y, si quieren recibir la comunión, lo deben hacer en la mano. La gente se acostumbró a “ir a misa” por televisión, a la hora que les conviene, y cómodamente sentados en su sofá.
Y aquellos que no se conformaron con el abandono al que fueron arrojados, se buscaron sacerdotes que celebraran en secreto en casas de familia, que dieran la comunión en la boca y que continuaran administrando los sacramentos. Y otros, poblaron las capillas de la FSSPX.
Yo estimo que esto no es más que el comienzo de un movimiento que se acelerará en los próximos meses: crecimiento de las comunidades tradicionalistas, mayor presión y persecución por parte de los obispos a los sacerdotes considerados críticos a la nueva iglesia francisquista y, consecuentemente, surgimiento de comunidades de fieles en torno a estos sacerdotes perseguidos que, fuera de toda jurisdicción episcopal, se preocupan de administrar los sacramentos y mantener viva la llama de la fe.
Haciendo un ejercicio de imaginación, podríamos pensar que el sostén episcopal que falta a esta iglesia subterránea puede que sea dado por un grupo pequeñísimo de obispos que se animen a dar un paso análogo. Mons. Viganò ya lo dio, y quizás pronto deba darlo Mons. Schneider. Y, ¿quién dice?, por qué no lo darían otros obispos de los tantos que han sido humillados y depuestos por Bergoglio.
Justo es decirlo: estoy describiendo un camino paralelo al que hizo Mons. Marcel Lefebvre a comienzos de los ’70. Y es necesario reconocer, como lo hace Mons. Viganò, que tenía razón. Lefebvre vio con décadas de anticipación lo que ocurriría, y se animó a decirlo y a actuar en consecuencia. Él, los sacerdotes y los fieles que lo siguieron fueron expuestos sistemáticamente al ludibrio público una y otra vez, de todos las maneras posibles, y hasta fueron vergonzosa e infamemente excomulgados por Juan Pablo II. Ahora vemos que tenían razón.
Así es don Wanderer, suscribo. Aunque según santo Tomás los efectos de la comunión espiritual son los mismos que los de la sacramental.
ResponderEliminarEl tema de la salida de la Iglesia de la Publicidad u Oficial es cada vez más notorio. El "proceso viral" no hizo más que acelerar las cosas. Mucha gente que hasta hace unos meses ni se le hubiera cruzado asistirse con un sacerdote de la FSSPX , ahora lo hace de muy buena gana. Pero amén del Covid este, la situación ya estaba aniquilada anteriormente. Al menos en las Iglesias "comunes" las cabezas grises abundaban, y los jóvenes escaseaban. Pienso que ni la Iglesia de la guitarra volverá (al menos a gran escala), subsistirán las que están vinculadas a algún Colegio con misas para veinte personas los domingos y algún veterano que viva cerca los días de semana. Si siguen sin ver la causa el proceso de descomposición será en progresión geométrica...
ResponderEliminarYo también critiqué muchos años a Mons. Lefebvre, pero en efecto tenía razón. Un verdadero profeta.
ResponderEliminarSin tanta vuelta, es la formalización del cisma material. Es querer meterse en una pecera por el miedo de ser depredado en aguas abiertas. El miedo y la desesperanza no provienen de Dios
ResponderEliminarDígaselo a Nuestro Señor que anunció lo de la prqueña grey fiel.
EliminarEn España no existe esa Iglesia profunda fuera del ámbito de la FSSPX y muy poco más. Y los fieles que iban a la iglesia antes del confinamiento han vuelto en su gran mayoría.
ResponderEliminarMons.Lefrevre fue un profeta de su tiempo.Y la providencia sabrá cuando elevarlo a los altares.
ResponderEliminarPara escribir esta línea uno no debe ser necesariamente lefrvrista,ese es mi caso,sino solamente un católico fiel a la Fe recibida y con la esperanza y la mirada puesta en el oriente desde donde llegará la salvación.
Tal vez no sea como en el abismo de Helm pero quien te dice...
Mientras tanto y sabiendo que nuestras comunidades visibles (al menos la enorme mayoría en la Argentina) han sido OVERUN hay que obrar con la prudencia y astucia de la que nos previene el Salvador.
Sostener las posiciones sin atacar ni retirarse.Resistir con la esperanza puesta en que seremos rescatados.
No cometer los errores de las guerras de la Vendee,que por falta de un liderazgo efectivo y con competencia dejó de tomar París en la primera guerra y pretendió enfrentar al experto enemigo a campo abierto en las subsiguientes.
Paris hace rato que dejo de existir como posibilidad ahora no cometamos los demás errores.
Como decía Dom Chautard formar pequeños grupos con Fe,Doctrina y oración firme.
Y finalmente recordar con el peregrino ruso que "Somos hombres y cristianos por gracia de Dios y por nuestras acciones grandes pecadores"
Arriba los corazones que la salvación está cerca!!!!
el Ruso blanco.
De acuerdo con casi todo, precioso artículo don Wanderer. Pero necesitamos obispos fieles a la tradición. Las comunidades de laicos en torno a un sacerdote morirán de inanición sin obispis que ordenen sacerdotes verdaderamente catolicos.
ResponderEliminarBrillante. Brillante. Brillante.
ResponderEliminarEl Ignoto
Los que describe el artículo es muy similar a la "La petite Eglise" constituida en Francia en la revolución por quienes reaccionaron a los sacerdotes "juramentados".
ResponderEliminarAtte.,
Costia
Me hago mi deber recordar que hacia los años '70, cuando acaeció el desarrollo del movimiento de sacerdotes del Tercer Mundo, hubo un profesor Dussel, con títulos de doctorado en Filosofía y Teología, que escribió una rara Historia de la Iglesia cuyo contenido, según los expertos, en su mayor parte, en vez de aludir a lo acontecido en el pasado a partir del siglo I, puso especial énfasis a los acontecido en el siglo XX. Obviamente, con la clara intención de poner de relieve lo acontecido a partir del CVII, para despreciar lo acontecido en ella a lo lalrgo de dos milenios. Ya entonces se hablaba de la creación de una Iglesia clandestina cuyo siniestro objeto era reemplazar la Iglesia fundada por Nuestro Señor. Hace unos pocos años, el sacerdote católico Reale, publicó su versión libre de lo que debía ser la Iglesia, e incluso sobre el Dios en el cual no creía. Desde luego, en su delirante teología no encontré ninguna coincidencia con las enseñanzas de tomadas de las Escrituras, Tradición y Magisterio de la Iglesia. Por supuesto, su rechazo sistemático de la admisión de un orden jerárquico, dentro de la Iglesia también se hacía presente, ¡pese a que el propio Reale, tenía un hermano, ya extinto, que había sido ungido obispo! Pero, cuando fue entronizado en la silla de Pedro el actual Papa Francisco, sorprendentemente, su desprecio por la jerarquía cedió dando paso a una expresa adhesión a la persona del Papa Francisco. No me pareció, que la adhesión del P. Reale al actual papa Francisco, fuese, precisamente, un buen augurio respecto de lo que podría acaecer con el futuro de la Iglesia. No soy teólogo, ni tengo autoridad alguna para emitir mi opinión respecto a la actual gestión de la Iglesia, pero cuento lo que viví con sumo dolor a partir de los '70 hasta el presente. Como quiera que sea, en los ámbitos donde me desplazaba, siempre encontré el seguro abrigo espiritual de buenos sacerdotes, que mantuvieron viva la fe de quienes recibíamos su testimonio de fe. Ahora, ante las campanadas de advertencia de tantos buenos cristianos avisando sobre los desórdenes doctrinales y morales que acaecen en la actualidad en el seno de la Iglesia, me pregunto, quién podrá mantener la integridad de la fe. ¿O acaso entre los actuales obispos no hubo quienes hacia los años '70 no adhiriesen con entusiasmo a las extrañas a consignas de los partidarios de la teología de la liberación? Y, por cierto, si no fuese así, ¿de qué otro modo se podría entender el trágico cambio entre una Iglesia clandestina que, a mediados del siglo XX, estaba constituida por unos pocos heterodoxos, y una nueva Iglesia clandestina, que según Wanderer, y como lo habría profetizado el, por entonces, futuro papa Benedicto XVI, podría estar constituida por los que se empeñan en mantener incólume la fe de nuestros padres en la fe? ¿O acaso la expresa desestima que el actual papa hace de la doctrina ortodoxa, no es una buena prueba de que algo muy serio está pasando hoy en la Iglesia? Dios proteja a la Iglesia. ¡Alabado sea Jesucristo!
ResponderEliminarReales hace varios lustros que viene desvariando y siendo una personaje vergonzante para propios y extraños.
EliminarTuvo un momento de presencia sostenida en los diferentes medios locales (antes del boom de las redes) que no hizo más que dar lástima y confundir a la gente... propio de su deterioro mental.
Impecable. No le falta ni le sobra una coma. Así es. Que Dios nos ayude a todos.
ResponderEliminarYa existe la Iglesia Catacumbal y es así gracias a Mons Lefevbre.
ResponderEliminarSe cumple la profecía Castelaniana:
"En los últimos días, el residuo de cristianos fieles y su jefe serán visibles. ¡Y tanto! Serán explosiva ente visibles, a causa mismo de la furiosa persecución contra ellos..."
Ánimo, don Wanderer!
Para los que somos un poco duros de oído con los idiomas extranjeros, el texto en inglés de la conferencia de Viganó aquí :
ResponderEliminarhttps://remnantnewspaper.com/web/index.php/articles/item/5124-archbishop-vigano-addresses-the-catholic-identity-conference-2020-francis-the-new-world-order
Señor Anónimo de las 12:23, puedo decirle que sí la hay en mi ciudad y que "la de la Publicidad" la combate fieramente con la intención de controlarla y desactivarla.
ResponderEliminarLa idea de catacumbas católicas que puedan conservar el depósito de la fe bajo la dirección espiritual de los pocos sacerdotes fieles que aún nos quedan me parece acertada, pero todo depende de cómo evolucionen los acontecimientos.
ResponderEliminarMe explico: si fuera cierto que en nuestro país "la Iglesia está perdida al menos para las próximas décadas" -como dice don Wander- entonces la idea de sobrevivir en las catacumbas no creo que pueda funcionar por la sencilla razón de que pasadas esas décadas los pocos sacerdotes que nos quedan podrían morir.
En ese caso, creo que tenía razón el amigo de don Wander cuando objetaba que esa idea estaría condenada al fracaso porque si la Iglesia se funda sobre la Jerarquía una Iglesia sin obispos no podría funcionar.
Seguramente ese fue también el dilema que Monseñor Lefevbre debió enfrentar al término del Vaticano II, algo que resolvió muchos años después cuando se vio forzado a nombrar obispos para que su Fraternidad no quedara condenada al fracaso.
Aún así, me gusta su idea don Wander, ¿sabe por qué? porque no soy el único convencido de que abundan señales de que el Anticristo no puede tardar en entrar en escena.
De ser así, no habría necesidad de nombrar obispos, con los pocos sacerdotes que nos quedan nos podríamos arreglar, la batalla que se avecina no se prolongaría durante décadas porque según el Apocalipsis 1.260 días después del reinado del Anticristo se producirá la Segunda Venida de Cristo y el problema quedará solucionado. ¿Qué más podemos pedir?
Fuenteovejuna. ...es muy probable su análisis.
EliminarEsta catástrofe es de alcances mucho más profundos que (y corre paralela a) the great reset
ResponderEliminarEstimados, aprovecho tan relevante artículo para consultar si alguno conoce alguna parroquia o sacerdote que pueda servir de refugio en Resistencia, Chaco. Muchas gracias.
ResponderEliminarEn Madrid hay una parroquia tradicional, si está interesado, mi mail es lachispa1989@protonmail.com
EliminarPareciera que, con los aciertos que tuvo y los desaciertos que se le puedan achacar, en una cosa no falló Mons. Lefebvre: Hay que mantenerse lo más lejos posible del poder destructor de la Iglesia de la publicidad aunque eso signifique romper con su jerarquía y sustraerse a su obediencia en todo lo que manden contra el sentido católico. Y por lo demás, dejar que sea Dios el que juzgue y provea.
ResponderEliminarLa mayoría de la gente que va a misa hoy en día o que participa de las actividades parroquiales lo hace más por cuestiones sociales que espirituales, como siempre ha sido. Esa gente es la que sostiene al decadente Vaticano actual, y no va a migrar hacia comunidades sacerdotales que conserven los ritos y defiendan los dogmas. Simplemente van a seguir yendo a la parroquia y aceptar todas las cosas que los curas obedientes les propongan, por más descabelladas que suenen.
ResponderEliminarHay buenos sacerdotes sí, a esos los dejan como anzuelo. Si echaran a todos los buenos sacerdotes se les acababa el cuento a los Bergoglios, Tuchos etc. Eso sí, los estamentos superiores de la jerarquía les están vedados. Yo creo que este siglo vamos a ver el fin de la Iglesia organizada tal como se la concibió desde Constantino hasta aquí. O viene Nuestro Señor o surge otra cosa.
ResponderEliminarComparto lo que dice Jorge sobre los buenos sacerdotes, es verdad porque en nuestra Parroquia, Monseñor Colombo le pidió la renuncia a nuestro Párroco como es de público conocimiento sin ningún motivo justificado.
Eliminarhttp://jcmonedero.com/la-pastoral-de-gabriel-mestre/
ResponderEliminaruf.....
Don Wanderer le agradecería me dijese el nombre del autor del cuadro, si le conoce. Gracias
ResponderEliminarMass in a Connemara Cabin by Aloysius O'Kelly (1883)
EliminarBien dicho. Estoy enteramente de acuerdo. Y me encantaría que nos llamaran "los Reaccionarios".
ResponderEliminarQue sí, que eso somos.
La Reacción.
Su amigo tenia razón y usted también. La prudencia de monseñor Marcel estuvo en garantizar una generación más de sucesion apostólica. Seguramente los obispos por el ordenados harán lo propio ante una negativa de Roma a nuevas ordenaciones episcopales.
ResponderEliminarDios quiera!
Al otro obispo retirado que usted casi refiere en sujeto tácito, no le tengo tanta Fe, la tara de la obediencia ciega le nubla su juicio practico, ojalá me equivoque o recapacite.
In Domino!
Como muchos , estoy confundido
ResponderEliminarPero la razón se dará en el juicio final ...
"Él, los sacerdotes y los fieles que lo siguieron fueron expuestos sistemáticamente al ludibrio público una y otra vez, de todos las maneras posibles, y hasta fueron vergonzosa e infamemente excomulgados por Juan Pablo II. Ahora vemos que tenían razón."
ResponderEliminarNo entiendo lo de San Rafael . Piden un comisario ... ¿pero a quien ..?
Pedir un comisario es como pedir al verdugo que les cortará la cabeza. Basta con ver la experiencia de los Franciscanos de la Inmaculada y la que conozco muy bien de la congregación de la beata Mamá Antula....
EliminarNo hay que tener miedo a volver a las catacumbas, esa siempre fue la situacion del cristiano, aun en los tiempos más gloriosos de la Iglesia.
ResponderEliminarEl problema es estar a la altura de los mártires.
La imagen del fin de los tiempos que puedo ver ad intra ecclesiae, es la del monasterio de la película "Catholics The Conflict" (1973). Unos fieles cristianos perseguidos por la Roma traidora al Evangelio.
¿Estaremos a la altura? Dios así lo quiera...
Alguno expresa por allí que respecto de la FSSPX existe, citando a Castellani, una "furiosa persecución". Es evidente que Lefebvre tuvo razón en muchas cosas, basta conocer que dijo y compararlo con los hechos acaecidos y la situación actual, pero no veo que padezca la fraternidad una furiosa persecución, es más, el Papa Francisco les ha dado algunas cosas, quizás migajas puedan pensar, quizás un cebo para que entren al trampero, no se. Hoy no sufren persecución siquiera y es evidente que al Papa no le interesan, algo así como "están allá pero no molestan". Lo que si es evidente es que su ánimus se ha centrado en los grupos tradicionales que están "dentro" de la Iglesia (antes que me caigan a la yugular entiéndase el concepto), en nuestro caso San Luis y San Rafael, en otros lares Rivieres y Manelli por ejemplo. Quizás aquí lo haga por venganza -y ya caerá algún otro-, pero lo concreto es que estos son los que sufren persecución en todas las letras. Es quizás un buen momento histórico para que la Fraternidad deje su cómoda posición de esperar a que vayan llegando mientras les dice "se los dije" esperando que se sonrojen, y busque mecanismos creativos con los perseguidos para velar, aunque sea en catacumba, por ese resto fiel. Pampeano
ResponderEliminarAnónimo 10:09. Afirmar que la Fraternidad tiene una posición cómoda es propio de alguien que desconoce. Quizás no aparezca en los medios de comunicación. Pero lo que sufre cada sacerdote en misión para abrir un nuevo priorato, o ver cómo mi familia es difamada por pertenecer a un 'grupo sectario", es muy doloroso. Más aún cuando por esos prejuicios los amigos y cercanos por no unirse a la feligresía de la Fraternidad, con el tiempo van perdiendo la fe, porque la iglesia conciliar no les da el alimento suficiente, van muriendo de inanición lentamente. Vivimos sufriendo por nuestros seres queridos que prefieren estar en comunión con el Papa más que con Nuestro Señor.
EliminarMilito en la FSSPX desde que tenía 20 años y voy a cumplir 64. ¿Posición cómoda? Le puedo decir que las nuevas generaciones y los que llegan encuentran muchas cosas hechas y de alli el peligro de perder el celo militante, pero "posición cómoda" no es una expresión feliz para describir la que vive la institucion. Para algunos de nosotros puede ser, porque la parte más dura ocurrió antes.
EliminarDe todos modos sugiero que lean la Carta a los Amigos... del Jubileo de bodas de oro de la FSSPX. Allí queda bien claro que esto es la lucha de siempre o, dicho de otro modo, bajo circunstancias extremas ( ya previstas en las profecias canonicas, es la persecución del mundo y de su Príncipe. Se acaba con la Parusía, cuando Dios lo disponga
https://fsspx.news/sites/sspx/files/lettre_50_ans_es.pdf
Anónimo 10:09 me consta que ya lo están haciendo...sin recriminación alguna...buscamos un salvavidas y nos encontramos con un porta-aviones.
ResponderEliminarSuscribo el comentario anterior del Anonimo. No sé cómo fue inmediatamente después del Concilio, pero no se ve que la FSSPX sea un blanco directo de la persecución, sino los que, al mismo tiempo que fieles a la verdad, han mantenido la plena comunión con la jerarquía también.Siempre muy inteligentes los artículos de Wanderer, pero en este caso definitivamente no comparto el reconocimiento a Lefebvre y su posteridad: desde luego que rescato mucho de su crítica y su análisis, pero encuentro completamente inconsistentes los argumentos que tratan de compatibilizar la posición de la FSSPX con la recta doctrina católica y el derecho de la Iglesia, por decir solo algo. Por otro lado, veo con preocupación que la profundización de la crisis eclesial en Argentina, tan agudamente descrita en este artículo, va empujando a muchos hacia el tradicionalismo, de hecho, ya que cada vez son menos los buenos sacerdotes a quien recurrir, y aun los pocos que quedan tienen cada vez menos libertad a la hora de ejercer su ministerio. Dios ayude a su Iglesia
ResponderEliminar3 de noviembre de 2020, 11:53
EliminarEl derecho positivo de la Iglesia está subordinado a la salvación de las almas. Dígame cuál es el problema entre la doctrina y el derecho
Anónimo de las 8:40: una búsqueda por imágenes en Google me arrojó eso:
ResponderEliminarhttp://onlinecollection.nationalgallery.ie/objects/11923/mass-in-a-connemara-cabin
Volviendo al tema de la pintura, tiene una historia interesante: estuvo desaparecida por más de 1 siglo, estaba en una iglesia en Escocia pero nadie se había dado cuenta de quién era ni el valor (tanto artístico como monetario) que tiene.
ResponderEliminarhttp://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/scotland/2393667.stm
En 2012, cuando editamos Una familia de Bandidos en 1793, eramos conscientes de la relevancia del relato. De su pequeña prefiguración de lo que seguramente vendrá en materia de persecución. Recomiendo su lectura o relectura para aquellos que -como niños- saben disfrutar una buena historia, y sacar provecho con simpleza.
ResponderEliminarThe Seafarer.
Los que provenimos del neoconismo juanpablista, ya sea de matriz pavota, opusjudéica o nacionalista, y finalmente recalamos en las aguas limpias de la tradición católica conservada por la FSSPX, podemos tener un picture in picture de la situación global bastante mejor que los que opinan de la Fraternidad sin ni siquiera haber leído lo mínimo indispensable sobre el génesis del CV2, implementación y posterior invernada eclesial hasta la situación de hoy que describe quirúrgicamente W.
ResponderEliminarPor eso es que a pesar de lo tremendamente nefasto, impío y globalista que es, Bergoglio es un don del Cielo para terminar con los grises y dudas: o estamos con la Iglesia católica, o con una jerarquía vaciada de catolicismo por negligencia o peor aún, por cómplice del señor del mundo.
El Ignoto
Versión con correciones, favor ignorar la anterior: Ánimo amigos. La buena nueva no es una ideología, riesgo que podemos vivir todos: tanto conservadores como movimientos progresistas. El evangelio como ideología es una tentación. Para los conservadores que hacen letra el espiritu de la Buena Nueva, llevándolos a una lectura integrista y fundamentalista del mensaje de Cristo y su Iglesia. El riesgo es caer en una defensa ciega de dogmas y canones, cuyas verdades a la luz del movimiento de la historia, paradógicamente puede quebrar las certezas. La perspectiva invertida, explorada y estudiada por Florensky es fundamental para desarrollar el tema. Por lo demás, los progresistas o modernistas, no encuentran nada inmutable en las enseñanzas de los evangelios. Su apertura a todo, a toda innovación, a toda cultura, a todo movimiento social, los hace titeres de su propio autoengaño, como si no fuera necesario un sano etnocentrismo diferenciador frente a la otredad y a la diferencia cultural, como camino para afirmar la otredad de la experiencia eclesial. Es decir, valorar nuestra propia otredad. Ambas posturas, la ultra-conservadora y la liberal, nos lleva a vivir una experiencia individualista de Dios, sujeta a los vaivenes ideológicos de la historia. El santo Juan Climaco, como muchos Padres de la Iglesia, nos señalan el camino para un auténtico testimonio de estos tiempos extraordinarios que vivimos: Lo que sigue lo tomo literal de: (https://www.ecured.cu/Juan_Cl%C3%ADmaco) <>. Ánimo, palabras de Dios a los patriarcas del Antiguo Testamento como condición esencial y fundamental para poder vivir, dialogar y mantener las bendiciones de Dios en su trayecto histórico de éxodo hacia la Tierra prometida. Sin buen ánimo estamos condenados al silencio de Dios, Dios se aleja de los vencidos por falta de ánimo, condición esencial para la manifestación de la gracia en nuestras vidas personales. FCT
ResponderEliminarIgnoto: El lefebvrismo -por llamarlo simplemente así- arrancó hace 50 años en Francia y Suiza de la mano de Monseñor y la compañía de grupos tradicionales (monárquicos, petainistas, eviadicendo). Aquí Monseñor vino dos veces: la primera en 1972 o 73 muy de incógnito y de la mano de la TFP, ilusión que le duró muy poco y fue todo un señor fracaso, pues aquí esta gente no pisaba nada. Volvió en 1977 (ocasión en que lo conocí, fugándome de la fiesta de casamiento de un amigo para, cruzando la aún inexistente av. 9 de julio, ir a verlo a una casa de familia) apoyándose en los pequeños grupos nacionalistas católicos y contando con el auxilio de dos portentos del catolicismo local: Guido Soaje Ramos y Roberto Gorostiaga, entre otros.
ResponderEliminar¿A dónde quiero ir a parar? A que ningún grupo "tradi" de aquellos años entendió el mensaje del arzobispo emérito de Dakar, salvo algunos nacionalistas trasnochados y trasnochadores. Los nacionalistas (de ideas tan variables cuanto el número de sus integrantes) eran principalmente antirrevolucionarios y, por lo mismo, antiperonistas y, de consiguiente, ninguno se forjó ninguna ilusión duradera juanpablistasegundo, aún aquellos que lagrimeaban al oir hablar de Perón; yeites de aquellos años.
Es interesante como observación sociológica, no como reclamo de "yo fui primero", porque para muchos no fue sino una pose obligada de lo que constituía, como ahora, un combo inseparable de creencias infrangibles, antes que una convicción personal. Pero también eso llegó con el tiempo.
Dios escribe derecho sobre renglones torcidos: Le dió a un grupo de perdedores y fracasados políticos profesionales, acostumbrados a luchar por amor a la lucha y medio orgullosos de ello, de ser perdedores, organizar la Fraternidad en la Argentina, para que se hiciera realidad esa Argentina que ellos soñaban en los modestos templos inaugurales de la FSSPX («esa larga legión de perdedores, que hicieron que esta tierra aún subsista», del poema dedicado por Edgardo Díaz Araujo al soldado Poltronieri). Es increible lo que digo si no lo hubiese visto, y me parece que algo de esta rarísima epopeya ha sido descripta por don Juan Lagalaye con datos me han parecido muy precisos. Nadie se envanece por ello porque, además de haber sido algo que, humanamente nacía para el desastre, la mayor parte de aquellos "patriarcas" están muertos.
Hoy, que tantos y tan encumbrados actores ven la importancia de aquella modesta fundación -todo lo grande tiene orígenes bien discretos- no puedo dejar de recordar a aquellos extravagantes instrumentos de que se valiera la Providencia para instalar la FSSPX en nuestra Patria. Dios quiera recompensar aquellos sueños con Su largueza habitual.
LbC
Doy gracias a todos ellos en mis oraciones porque tal vez hoy estaría esperando soluciones de Taussig o Poly, cuando son el problema. Asi que Rubio, Margarita, Abelenda, Quantin, etc fueron lo que se necesitó que fueran en su momento y que ahora no hay réplicas pq el eunuquismo es el verdadero virus neocon, sea en sus vertientes pavota, opusjudéica o nacionalista.
EliminarEl Ignoto
Para los que hablan de que no existió persecución contra la FSSPX, no sé si sirve de algo, y debo afirmar que es mi experiencia personal sobre el tema, pero en el pequeño ambiente en el que crecí, de corte conservador, era muy usual la crítica sistemática y ensañada contra la FSSPX. Juampablistas acérrimos, veían en la Fraternidad al demonio mismo y no se cansaban de ponerla en el cadalso. En algunos casos, llegué a presenciar agresiones verbales colectivas por parte de niños contra sus compañeritos de la Fraternidad en los colegios de dicho grupo.
ResponderEliminarA eso habría que sumar el "discurso" o el "relato" (palabra tan cara para los argentinos) creado en torno a la la figura de Mons. Lefebvre: soberbio, rebelde, desobediente, cismático, etc., etc., etc.
Entiendo que a los que están clavados férreamente en torno al rechazo visceral de la Fraternidad (a veces condición necesaria del conservadurismo juampablista) deben de sentir ganas de masticar ladrillo cuando escuchan a alguien revindicar la figura de Mons. Lefebvre y su obra, pero que la cosa haya cambiado en los últimos años (particularmente desde el inicio del pontificado de Francisco), no cambia el hecho de que sí hubo persecución. De otra naturaleza, por supuesto, y ni remotamente tan espectacular como la romana...
Con respecto al contenido del artículo, Dios quiera que más obispos se animen a dar el paso que ha dado valientemente Mons. Viganó. No me cabe la menor duda del heroísmo de este obispo, más allá de que a veces "se le suelte la cadena". Admitir que se ha estado equivocado durante tantos años debe implicar un nivel de humildad gigantesco, así como tremendo coraje. En última instancia, el problema que he visto (o creído ver) en obispos y sacerdotes que están a un tris de dar el mismo paso es, como dijo un comentarista más arriba, el de la obediencia (mal entendida, por supuesto). En última instancia, parecen encarnar y contestar afirmativamente el dicho famoso de todas nuestras madres: "¿si tu amigo te pide que te tirés de un precipicio, vos te tirás?"
A modo de complemento a su comentario, si me permite, debo decir que proviniendo de ciurculos del catolicismo "oficial" también he oído muchas cosas símiles sobre la FSSPX a las que Ud. Describe. Verbi gratia: que Mons. Lefebvre era un "hereje sismático" y que todos aquellos que osasen entablar aun el más epidérmico contacto con alguno de sus sacerdotes ipso facto caían en excomunión. Aclaro que estas afirmaciones no se las escuché al P. Pepe Di Paola o al P. Paco de Olivera sino a beneméritos sacerdotes muertos incluso con fama de santidad, ordenados antes de Concilio y hasta con cierto dejo de nostalgia por sus años mozos en la iglesia "tridentina". Termino con la última burrada que escuché también, en éste caso hace muchos años de parte de un actual Sr. Obispo cuyo nombre prefiero no citar y es que "Como Mons. Lefebvre habría fundado su propia iglesia cuando confería los sacramentos, especialmente las ordenes sagradas, no tenía la intención de hacer lo que la iglesia siempre-hizo y por eso todo era inválido". Recalco por último que estas aseveraciones no eran en charlas de café con amigos sino expresadas con tono solemne a simples fieles. Ven Señor, no tardes!!!
EliminarSoldado Colifo...lo último que cuenta es increíble. Y es obispo??? Mamita! !
EliminarAsí es, es obispo hace varios años, recientemente titular de una diócesis y no de la peor línea de la CEA.
EliminarColaboración: La fidelidad corre en gran porcentaje por parte del laicado. Solo un puñado de la jerarquía permanece fiel, o conserva La Fe Católica. El Espiritu Santo hará el resto. Apremia la toma de posición. Los fieles, quienes tiene un contacto directo con las realidades contingentes diarias se ven apremiados en la necesidad de los auxilios de la Fe, que les han sido quitados por el IMPEDIMENTO SANITARIO (estatal, eclesial). Ellos son quienes se ven arrojados a tomar posición habiendo sido abandonados por la Iglesia oficial. La fe no puede transmitirse por medios electrónicos. Aunque se haya planteado, con reuniones en Roma y Argentina la posibilidad de los sacramentos on-line. La IO (Iglesia Oficial) se arrojará en brazos del estado (como se vió en la semana social) para rrascar un morlaco. Y compartirán agenda. El desdoblamiento del papado, prefigura el futuro próximo, two Churches, two popes. Los sacerdotes fieles sobreviviran gracias a los fieles-fieles. Rezar, estar preparado. No temer a las catacumbas. Allí suceden cosas maravillosas. De casa en casa, persona a persona.
ResponderEliminarLas jurisdicciones se han desdibujado por la Internet. Podemos estar en comunión con quien predica la verdad, aun a kilómetros.
Apuesto a eso y mi familia también...
Gracias Don Wanderer!!!
Una pregunta, qué traducción usa la FSSPX para las lecturas en español?
ResponderEliminarDon Wanderer: Quería consultarle su opinión sobre la Filocalia. Gracias.
ResponderEliminarLo fundamental del sacerdocio es la administración de los sacramentos, sin ellos estamos perdidos, luego para verdadera doctrina ya está todo escrito....
ResponderEliminarhttps://youtu.be/m9-vHhib930
ResponderEliminarAhi va con subtítulos.
Interesante el testimonio de LBC. Cabe agregar que el gobierno de Videla prohibió a Lefebvre una aparición pública, a pedido probablemente del arzobispo de Buenos Aires.
ResponderEliminarLuciano Gentile
Suscribo y refrendo palabra por palabra el comentario de "Anónimo" ya que mi historia es similar y los caminos de Dios son realmente insondables. De cómo me hizo conocer la FSSPX y la tradición católica (todo nuevo para mí). Y a todo eso le sumo la bendición de que el año entrante, Dios mediante, mi hijo ingrese al seminario de La Reja. Puedo aplicarme las palabras de Nuestro Señor a Zaqueo: "Hoy llegó la salvación a esta casa", a mi casa. AMDG.
ResponderEliminarAnonimo dijo...
Los que provenimos del neoconismo juanpablista, ya sea de matriz pavota, opusjudéica o nacionalista, y finalmente recalamos en las aguas limpias de la tradición católica conservada por la FSSPX, podemos tener un picture in picture de la situación global bastante mejor que los que opinan de la Fraternidad sin ni siquiera haber leído lo mínimo indispensable sobre el génesis del CV2, implementación y posterior invernada eclesial hasta la situación de hoy que describe quirúrgicamente W.
Por eso es que a pesar de lo tremendamente nefasto, impío y globalista que es, Bergoglio es un don del Cielo para terminar con los grises y dudas: o estamos con la Iglesia católica, o con una jerarquía vaciada de catolicismo por negligencia o peor aún, por cómplice del señor del mundo.
El Ignoto
3 de noviembre de 2020, 14:06
Los felicito por reconocer humildemente la lucha y razón de Monseñor Lefebvre. Viva Cristo Rey y María Reina!!!
ResponderEliminarSuscribo lo de Marcelo G., muy apreciado amigo y cuasiculpable de que esté con mi familia dentro de la FSSPX desde hace 15 años, luego de 30 años de protestonto (bautizado en la IERP, aunque sin militar) y otros 15 de deambular por parroquias y congregaciones conciliares sin "encontrar la luz". Creo que este es mi lugar en el mundo, mi trinchera en el (buen) combate. Y observo, en estos meses, el fervor de unos cuantos que llegan a las capillas como pidiendo permiso, tímidamente, y están maravillados con la vera liturgia latina y la recta doctrina... al mismo tiempo, debo decir, que algunos "tradis" de larga data se han contagiado del virus "plandémico-sanitarista", lamentablemente.
ResponderEliminarDeo gratias.
Me parece que no hay que convertir todo en un partido de fútbol. Nadie niega lo meritorio que ha hecho la Fraternidad. Ciertamente es para muchos de nosotros un faro al que tratamos de divisar para no estrellarnos. Tampoco hay que negar la heroicidad de muchos de sus feligreses (más allá de los que antes o después dispararon para cualquier lado); nos consta a muchos que la frecuentación de sus capillas en muchos casos significó el ostracismo en sus familias (hermanos que no se hablan hace 50 años) y grupos de pertenencia (expulsiones de colegios o amenazas de eso hacia los hijos).
ResponderEliminarPero convengamos que por mucho que se esfuerce -y nos constan lo mucho que se esfuerzan- la Fraternidad no puede cubrir todo el país, apenas algunos puntitos dispersos en el mapa.
También (reconozcámoslo) hay sacerdotes que hoy son perseguidos por sus obispos que no pueden irse a la Fraternidad, ya sea porque no quieren abandonar a su gente, ya porque tienen cierta vocación distinta a la requerida por los sacerdotes "lefes".
Lo bueno es que nos consta que ya hace un tiempo se están tejiendo "redes" de buena gente. Hemos visto curas ajenos a la Fraternidad frecuentar (dentro de sus posibilidades) algunos de sus prioratos. O a curas de la Fraternidad reunirse en casa de algún amigo con sacerdotes ajenos a la misma.
Quizá, como dice Michael Matt (el del Remnant), sea la hora de "unir a los clanes". Bienvenido sea. En las catacumbas que se vienen hará falta.
Por lo que dice
ResponderEliminaranónimo del 5 de noviembre de 2020, 18:00
el cisma ya está , y hace tiempo .