jueves, 29 de diciembre de 2022

Virgilio: Profeta de Cristo

 



por Eck

Teste David cum Sybilla

(Secuencia Dies Irae)


En nuestra triste época, mientras marchamos a través de las penumbras, oscuras, bajo la solitaria noche de nuestros días quizás sea bueno y puede que nos ayude en nuestro caminar el recordar que Dios no deja a la humanidad de su lado aunque lo parezca y lo merezca. Vayamos, por un momento, al pasado, a los tiempos de nuestros antepasados cuando el mundo estaba sometido por las tinieblas del paganismo y la idolatría producidas por el Diablo, cuando la vesánica voluntad de las deidades, disfraces de los demonios, empavorecía a nuestros abuelos con señales, prodigios, maravillas, eventos, portentos y fenómenos. Vida dura y muerte casi desesperada donde la mayor esperanza era un pasear mortecino por los campos asfodelos cuando no como sombras de un nombre en el recuerdo de los mortales. 

Sin embargo, como Abraham, esperando contra toda esperanza (Rm. IV, 18) a pesar de estar sin esperanza en la promesa y sin Dios en este mundo (Ef. II, 12) muchos paganos y sus pueblos vivieron en la búsqueda de la Verdad, del Bien y de la Justicia dando lugar hasta verdaderos mártires como Sócrates, Papiniano y otros. ¿Cómo Dios los iba a dejar en la oscuridad total, un Dios que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Timoteo II, 3) y que puso su Ley en el corazón de todo hombre (Rm, II, 14)? ¿No prepararía el Todopoderoso a esos pueblos como preparó a Israel para que, cuando llegara la plenitud del tiempo, durante la cual envió Dios a su Hijo (Gal. IV, 4), a esos pueblos, que caminaban en tinieblas, pudieran ver una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte les pudiera brillar una luz (Mt. IV, 12)?

Dios y su providencia preparó a esos pueblos de diversos modos y profetizó la llegada del Salvador. Así lo testimonia San Juan al hablar del Verbo como la verdadera luz, la que alumbra a todo hombre (Jn I, 9), lo proclama San Pablo ante los atenienses en el Areópago: “hallé también un altar en el que está escrito: ‘A un dios desconocido’. Eso que vosotros adoráis sin conocerlo, es lo que yo os anuncio” (Hch. XVII, 23) y lo confirma los semina Verbi de San Justino, que selló con su vida y martirio su fe u su búsqueda de la verdad en Cristo. 

Por eso, de repente, como un manantial, surgen revelaciones sorprendentes en medio de la noche de la idolatría. Así nos encontramos con Platón, que en su obra sobre el Estado intenta imaginarse cuál hubiera sido el destino del justo perfecto en este mundo, llegando a la conclusión de que habría sido crucificado tras grandes tormentos (La República, II 361e-362a) y otros testimonios como los de Hesíodo, Sófocles, Ovidio o Cicerón pero a todos los supera Virgilio, el archipoeta, como bien sabía Dante.


Virgilio el vate

El Viernes Santo del año 325 el emperador y sumo pontífice de Roma, Constantino, dio un sermón en el que afirmaba que el poeta Virgilio profetizó la venida de Cristo en su IV Égloga. “Esto, no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo Sumo Sacerdote en aquel año” (Jn, XI, 51) interpretó el gran poema como la mayor profecía de Roma sobre el Salvador y lo sancionó con su autoridad religiosa delante de la Corte, de su pueblo y de su imperio. Y desde entonces cada vez que se menciona este bellísimo canto del mantuano, se quiera o no, salta a la vista los inverosímiles paralelismos con las profecías del Antiguo Testamento, la clarividente coincidencia con el mensaje cristiano y la grandeza de una esperanza que en el paganismo era imposible de colmar y ni siquiera de imaginar. 

Virgilio era el vate romano por antonomasia. Para nuestros antepasados del Lacio, y para la mayoría de los pueblos, era la misma inspiración lo que hacía cantar a los poetas y a los profetas sus versos. La palabra sagrada no solo determinaba el Fatum (“lo dicho”, de fari: hablar), el Hado, sino que era más poderosa cuando cantaba y encantaba y hacía ver lo dicho (verbum) que revelaba la verdad (verum) de las cosas. Por eso los oráculos y las himnos sacros estaban en verso así como los poemas: eran un reflejo de la armonía del cosmos, reverberación de la música de las esferas y eco  de la palabra divina original.

Con Virgilio, Roma encontró a su Homero, al cantor de su vida y de su misión, al desvelamiento de su papel en la historia. Hombre de costumbres sencillas, apegado a la tierra y al campo y de tan gran bondad y pureza que en su amado Nápoles se le dio el mote de “Parthenias”, el virginal, según el testimonio de Suetonio (Vita Vergilii, XI) Hasta el pueblo lo vio y le cambió el nombre de Vergilius a Virgilius, relacionándolo con virga (vara de campo y varita) y virgo (virgen); le atribuyó poderes de mago en sus leyendas y sus obras se convirtieron en un método adivinatorio secular, las sortes virgilianae. Virgilio era el más grande vate que haya nacido y bien lo sabían los antiguos. Vidente del pasado y del porvenir, así le vieron los paganos y los cristianos. Somos nosotros, los modernos, quienes nos hemos vueltos ciegos a lo evidente, invidentes de las huellas de Dios por la historia, de su providencia. Es hora de volver a escuchar al pasado y abrir los ojos a sus mensajes de verdad, belleza y bien puesto que nuestro Dios es “el Dios de Abrahán, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivientes” (Mt. XXII, 32).


El vaticinio (el canto del vate): Para muestra un botón.

Dejo el comentario interno de la IV Égloga para los lectores, quienes pueden leerla y maravillarse por sí mismos tanto en latín, para quien lo sepa, como en las traducciones romances, sobre todo las de fray Luis, otro gran poeta. ¿Qué mayor prueba hay que el propio poema y su cotejo con los profeta Isaias y Jeremías? Pondré un pequeño detalle de muestra: la sincronía del poema con las profecías veterotestamentarias. Es, en el fondo, el aspecto más desconcertante de la obra virgiliana y la mayor prueba de que no es fruto del azar ni de la casualidad.

Teque adeo decus hoc aevi, te consule, inibit,

Pollio, et incipient magni procedere menses...

(Y en ti esta gloria de las edades empieza, Polión, siendo tú cónsul 

y comienzan a avanzar los grandes meses...)

Muchos han visto en estos versos que daba una coba a su amigo Asinio Polión y al hijo que tuvo en ese año, pero Marón no era amigo de adulaciones. Entonces ¿qué pasó en ese año, el año 40-39 a.C. siendo cónsules C. Asinio Polión y Cn. Domicio Calvino? Que fue nombrado rey de los judíos un idumeo, a manos de una potencia extranjera y con una inauguración pagana ante Júpiter capitolino. Era el rey Herodes, llamado “el Grande”:


“Acabada la sesión del Senado, Antonio y César (Augusto) salieron llevando entre los dos a Herodes y siendo escoltados por los cónsules y otros magistrados para ofrecer un sacrificio y deponer el decreto al Capitolio. (...) Y así fue nombrado rey Herodes, en la ciento ochenta y cuatro Olimpiada, bajo el consulado de C. Domicio Calvino, por segunda vez cónsul, y de C. Asinio Polión.”

(Flavio Josefo, Antigüedades de los Judíos, Lib. XIV, Cp. V)


Con ello se cumplía la profecía de Jacob en el Génesis: “No se apartará de Judá el cetro, ni el báculo de entre sus pies, hasta que venga Schiloh: a Él obedecerán las naciones”. (Genesis 49, 10). A pesar de que los reyes macabeos eran levitas, fueron nombrados reyes de los judíos y el sumo sacerdocio estuvo con ellos hasta la elevación de Herodes. Ahora, el Señor de los Ejércitos es desplazado del gobierno de su pueblo por un rey que no era descendiente de Jacob, nombrado por una potencia extranjera y, sobre todo, consagrado a una divinidad pagana. Esto fue confirmado solemnemente por el pueblo y el sacerdocio durante la condena a Cristo, cayendo el cetro (poder civil) y el báculo (poder religioso) de Judá: “Respondieron los sumos sacerdotes: “¡Nosotros no tenemos otro rey que el César!” (Jn. XIX, 15). El siglo mesiánico terminó cien años después, o ciento diez más de acuerdo con la creencia de los antiguos de que un saeculum equivalía al máximo de una vida humana, con la gran guerra judía (66-73 d. C) y la destrucción del Templo (70. d. C.) El muro entre los pueblos y, sobre todo y por encima de todo, el muro entre los hombres y Dios se derribó finalmente: Era la hora de adorar al Padre en Espíritu y Verdad y no en los montes o en Jerusalén.


Conclusión

Había llegado el momento en que el Señor puso a Su Hijo “por luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los términos de la tierra” (Is. XLIX, 6) y le diera la misión de “edificar las ruinas antiguas; levantar los cimientos echados hace muchas generaciones; será llamado reparador de brechas, restaurador de caminos para que allí se pueda habitar” (Is. LVIII, 9). Edificar la nueva humanidad regenerada por la gracia y levantar los cimientos del nuevo Israel, la Santa Iglesia Católica a partir de la asunción de todo lo valioso del pasado humano pues Omne verum, pulchrum et bonum, a quocumque dicatur fiatque, a Spiritu Sancto est (“todo lo verdadero, lo bello y lo bueno, dígalo quien lo diga o hagálo quien lo haga, viene del Espíritu Santo”). A Virgilio y sus compañeros y a los defensores de la ley natural del paganismo podemos llamarlos, nos atrevemos a llamarlos, profetas paganos de Cristo pues dan testimonio de que toda la historia tiene su centro y culmen en Jesucristo el cual dijo que no había venido “a abolir la Ley y los Profetas sino para darles cumplimiento” (Mt. V, 17) a fin de que tengamos “vida y vida en abundancia” (Jn X, 10). Volver a verlo no sólo es una muestra de pietas con nuestros padres y darles su lugar en la historia de la salvación sino recuperar la esperanza de que Jesucristo es el Señor de la historia y que su cruz no solo ilumina el futuro sino el pasado, centro del que parten todos los caminos, sol que ilumina a todas las edades y del que dependen todos los hombres.

Virgilio fue testigo, los antiguos y medievales lo reconocieron ¿Por qué nosotros con humildad no deberíamos verlo?

Tres sabios orientales fueron los primeros en contemplarlo y actuaron en consecuencia...sigamos sus huellas en estas Navidades.


10 comentarios:

  1. No se si lo escribió Ud Wanderer, pero la verdad que Ud y sus plumas colaboradoras están haciendo un blog de primera clase. Y con actualizaciones de minimo semanales. Dios se lo pague!

    Gracias por enseñarnos y por el contemplata aliis tradere.

    Un lector suyo desde hace 14 años.

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    1. Gracias por su felicitación y por advertirme. El artículo no es mío sino e Eck. Olvidé colocar el nombre de este gran colaborador del blog. Ya está corregida la omisión.

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  2. No hay que descartar que Virgilio conociera los textos de Isaías. El mundo antiguo y en particular el Imperio romano tenía muchas más conexiones de lo que podemos pensar. La Historia no es más que un apunte incompleto, mutilado, de una realidad mucho más rica.

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    1. Virgilio conocía en profundidad el griego y pudo perfectamente leer el Antiguo Testamento en la versión de los LXX, ya centenaria en su traducción. Además estaba vinculado a la Casa de Augusto, la gens Julia, que tenía estrechos contactos con los judíos romanos, casi todos acérrimos cesarianos, como demuestra el luto a la muerte de Julio Cesar, y antipompeyanos. No se puede ni descartar que ya hubiese versiones latinas de la Biblia para los "libertini", los hijos de los judíos esclavizados por Pompeyo y llevados a Roma.
      Tenemos pruebas de que las Escrituras eran conocidas por parte de la élite culta grecorromana lo tenemos en la obra de Dionisio Longino "De lo sublime", datado en el sg. I, que cita el Génesis (De lo sublime, 9,9) y en la polémica que nos permite atisbar la obra del ya citado Flavio Josefo "Contra Apión" donde vuelan las denuncias de plagio entre griegos, judios, fenicios, egipcios y otros pueblos mediterráneos.
      En la IV Egloga hay muchas alusiones a toda la literatura anterior, desde Hesiódo a los poetae novi, pasando por los neotéricos, los poemas religiosos latinos, los poemas pitagóricos y órficos, etc. y muchas que no conocemos que es muy dificil deslindarlas y a eso hay que sumar la gran inspiración personal de uno de los mayores poetas de la historia.
      De todas manera, hemos de agradecer Dios que nos conservase ese tesoro de belleza y verdad y que inspirase al poeta.

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  3. Se agradece una vez más que comparta su erudición, Eck.

    Recuerdo la letanía que alguna vez escribió o dijo Disandro y escandalizó (no sé bien si con o sin razón) a algunos amigos: "Sancto Homero, ora pro nobis!".

    Y también me vino a mientes el célebre hexámetro virgiliano que tanta admiración y desvelos causó a Borges, "Ibant obscuri sola sub nocte per umbram"; vgr. entre otros textos, en "Literaturas germánicas medievales" el vate criollo cita la visión de Beda el Venerable en que éste alude al verso de marras (pongo enlace al texto abajo).

    Fuera de ésta referencia, y pidiendo disculpe mi ignorancia, pregunto: ¿sabe usted de algún erudito que haya intentado una exegesis cristiana del hexámetro, si es que tal cosa fuera posible ...?.

    https://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/11/jorge-luis-borges-beda-el-venerable.html

    Armando Ricerche

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    1. Le agradezco sus elogios, al igual que a Wanderer y al anónimo y la intervención aguda de Ludovicus.
      Disandro jugaba con ventaja ya que Erasmo había escrito "Sancte Socrates ora pro nobis" allá en el XVI con grande escandalo y con gran razón... pues ya S. Justino Martir hizo alusiones a la santidad del ateniense cuando afirmo que fue el Diablo en inspirador de su condena.
      Que estas ideas son legítimas, en su justa medida, lo da el hecho que dos de sus más grande mantenedores fueron grandes mártires de la Fe: el antedicho Justino y Sto. Tomás Moro. Otro que pensaba igual fue S. Enrique Newman (que debería ser doctor), Chestertón, Tolkien, Dante ( que se negaba a condenar a los antiguos), etc.
      No sé cómo ha averiguado que la idea de poner ese maravilloso verso virgiliano, aunque un poco disfrazado, me vino de leer justo esa obra, para mi una de las mejores de Borges por ser más intima.
      Siento decirle que no conozco ningún erudito que haya interpretado cristianamente ese hexámetro aunque si hay una persona que le puede ayudar pues ¿Quien mejor que un gran poeta para entender a otro? Dante. Y que mejor clave que este verso: Taciti, soli, sanza compagnia, / n´andavam l´un dinanzi e l´altro dopo, / como frati minor vanno per via (XXIII 1-3) “Callados, solos y sin compañía / íbamos, uno adelante y el otro después, / como frailes menores por la vía”
      Un libro que quiero recomendar si no lo conocen y que debería ser estudiado por el ideal que refleja es el de Jean Leclercq: "El amor a las letras y el deseo de Dios". Hoy recuperar las letras, lo mejor tanto de las paganas como de las cristianas, no es ya un ideal sino una necesidad para resisitir y, si el voluntad de Dios, vencer a las fuerzas antihumanas y demoniácas que nos amenazan

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  4. Oiga, don Ricerche. Me parece que Usted no aprendió mucho de Disandro. Porque sería un poco rayado, pero sabía latín. Jamás pudo haber dicho ni escrito lo que Usted refiere. Si así hubiera sido se entiende el escándalo, pues es una barbaridad gramatical !!! Lo más probable es que haya dicho "Sancte Homere, ora pro nobis", lo que es gramaticalmente correcto, pero una boutade religiosa !!! Algunos amigos que lo frecuentaban me contaron que al fina de su vida, en el patio de su casa Disandro rendía culto a las musas y a los dioses. Sería en serio ? Sería pour eppater les bourgeoises ? Vaya a saber . Ex aedibus platensis

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  5. Sigamos las huellas de los Sabios de Oriente quienes, a su vez, siguieron la de la Estrella (Ex Oriente Lux...).
    El pasado día 20, en el Museo de La Ciencia y el Agua (Murcia), el Dr. Mark Kidger impartió la conferencia inaugural de la exposición "La estrella de Belén: el misterio más antiguo de la ciencia".
    ¡Feliz Año Nuevo!
    http://cienciayagua.org/exposicion/la-estrella-de-belen-el-misterio-mas-antiguo-de-la-ciencia/

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  6. Buisel, María Delia4 de enero de 2023, 0:07

    Me alegra la aclaración sobre el autor, pues estuve a punto de escribirle a Ud. respetado Wanderer acerca de la valiosa contribución del Dr. Eck. Sobre la IV ég. vengo estudiando desde que empecé a dar clases de Latín en la UNLP. x interesarme en el alcance de su profecía. Hice 2 comunicaciones sobre la naturaleza y la identidad del 'puer', la 2a se editó en 1986 x la UBA, la 1a más urticante en la Rev. Eclesiástica Platense, año XCII, 4-6, pp.505-521. Sobre el tema de la 'virtus' en el 'puer'. Mi investigación comenzó por las sibilas, particularmente sobre la sibila de Cumas y continué con el tema del que tengo editados unos 35 artículos que omitiré. En Stylos 9/2, año 2000, pp. 241-252 analicé el v. 4, uno de los de mayor dificultad interpretativa del poema 'Magnus ab integro...' x la crisis de la concepción cíclica del tiempo; en Lucidez y coraje, Gladius, 2013, pp. 177-200, donde escribe el mismo Dr Eck, redacté un art. sobre la búsqueda de un centro para la historia basado en la IV ég. El conocimiento de Isaías x V. es tema discutido y V. pudo vaticinar sabiendo del mismo o sin conocerlo, porque en el mundo greco latino hubo siempre una esperanza mesiánica, más apremiante cuanto más cercano estaba el advenimiento del Mesías. Sobre la ambigüedad de ciertos vocablos de la bucólica rechazando el tiempo cíclico trabajé una comunicación en Auster 17, revista del Centro de Estudios Latinos UNLP, 2012, pp. 27-47. Para el I Coloquio de Estudios Bizantinos, 2015 traduje y comenté la versión del emperador Constantino en la apertura del Concilio de Nicea y para 2023 envié un nuevo artículo sobre la doble naturaleza del niño. Espero que si alguien desea profundizar el tema pueda hacerlo con alguno de estos datos.
    No hay necesidad de recurrir a las profecías privadas, pero más de una declara que V. escribió inspirado x el Espíritu Santo, del que el mantuano no tuvo revelación y del que las Musas eran su nombre. No se espante el lector si Disandro veneraba las Musas, no paganizaba, ni Anónimo lo rete a Ricerche x poner un dativo en vez de un vocativo.
    Este es un sitio muy serio y académico, pero no es cuestión de agredirse con erudición nada humilde a los tortazos.

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  7. Buisel, María Delia
    Una aclaración xq se borró un renglón: Sobre el tema de la 'virtus' en el puer, recalco ese vocablo xq demuestra que el mismo aplicado al poder significa que este no se ejerce sin la libertad humana. el puer en su madurez gobernará el mundo con virtus aprendida y no heredada en la que habrá ido creciendo 'paulatim'; cf. Virtus y poder en la IV ég de V. en Discurso, poder y Política en Roma, UNRosario, Homo Sapiens, pp. 109-127.
    Una observación:
    Borges analizó el con su habitual agudeza el verso 'Ibant... solo como figura retórica: una doble hipálage, creo que en Otras Inquisiciones, pero no tengo el dato a mano; el mejor comentario es el que trae el Dr Eck en su respuesta a Ricerche.
    Otra observación:
    Herodes el Grande, x su amistad con Marco Antonio, acudió en el 40 aC a Roma a pedir auxilio x la invasión a Judea de reyes del Ponto o aledaños; se alojó en la casa de Asinio Polión, el cónsul de la IV ég., y de allí surgen las conjeturas sobre si V. supo o no de Isaías; ofreció apoyo logístico, pero ni Octavio (aún no Augusto) ni M.Ant. se la dieron hasta el 8 o 9 aC. Es el mismo Herodes que construyó la torre Antonia desde donde Pilato reconoció 3 veces la inocencia del Señor y el que asesinó a los niños inocentes.

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