lunes, 15 de abril de 2024

Francisco y el peronismo global


 

por Demóstenes


A quien no vive en Argentina le resulta difícil comprender el fenómeno del peronismo. Para facilitar la tarea, lo asimila a otra realidad conocida: socialismo, democracia cristiana, movimiento progresista o alguna variante no bien definida de populismo. Por otra parte, es algo bastante generalizado tratar de peronista al Papa actual. La conclusión parece sencilla: se espera del Papa una conducta propia de socialistas, populistas, etc.

    Sin embargo, cuando llega el momento de enfrentarse a las acciones papales concretas, los moldes provenientes de otros países resultan inadecuados. No se acierta en los hechos, ni en las motivaciones. 

    Es que el peronismo es un fenómeno propiamente argentino, que no se identifica con realidades de otros países. No se trata de un movimiento/partido que se funde en un desarrollo conceptual, sino más bien de una simple herramienta de poder. Una estructura de acceso, uso, conservación y acrecentamiento de poder. Hay peronistas de izquierda, de derecha y de centro. Los hay conservadores y los hay revolucionarios. Todos tienen sus razones para considerarse peronistas, apoyándose en momentos de la vida de Perón o de la historia del movimiento o partido justicialista. 

    Difícil es encontrar elementos comunes a todos los que se dicen peronistas. Hay aspectos que son propios de muchos peronistas, como la protección de los obreros, la animadversión respecto de Estados Unidos, el deseo de favorecer al pobre, la tendencia al estatismo, etc. No obstante, pondremos el acento en ciertos componentes que no hacen a la faceta conceptual-afectiva peronista, sino a la realidad de su funcionamiento en casi todas sus vertientes. Los elementos son los siguientes: 1. Primacía del poder. 2. Incomodidad con la excelencia. 3. Prioridad de la táctica sobre la estrategia. Está claro que se trata de una simplificación y generalización que no pretende agotar toda la realidad del peronismo. 

    El Pontífice actual logra conjugar en su persona al porteño vivo, al jesuita sinuoso y al peronista voraz. En este escrito nos ceñiremos a su faz peronista. Nada se dirá de otros aspectos de la personalidad papal, como la intrincada psicología, el itinerario formativo, las limitaciones académicas, las estrategias repetidas –de eficacia declinante– o la simpatía por los transgresores (incluyendo, paradójicamente, a la FSSPX). 

Veamos el reflejo de las características indicadas en la personalidad del Papa Francisco.


1. Primacía del poder

En este aspecto la trayectoria del actual Papa es lineal. La mayoría de sus actos llevan a obtener, usar, conservar o incrementar el poder.

    Hay que recalcar esto, porque muchas veces se pone el acento en ciertas contradicciones conceptuales en las que incurre. En otras personas, esto podría significar desgarramientos internos profundos o traiciones calculadas. Sin embargo, en el caso de Bergoglio, la contradicción teórica no tiene mayor importancia. Hoy puede decir algo y dentro de un tiempo sostener, sin mayor dificultad, una idea incompatible con lo dicho anteriormente, en la medida que todo esté vinculado a un objetivo único. Al desarrollo de ideas e ideales masónicos, le puede seguir la condena a los masones y, más tarde, la permisión del diálogo cercano con ellos. A la crítica a ciertos “zurdos” (recordemos lo que dijo con motivo del caso ocurrido Osorno, Chile), le sucede el favor y simpatía a múltiples personalidades de izquierda. En realidad, para quien prioriza los objetivos prácticos, esa contradicción es aparente. Para Francisco, lo que importa no son las ideas, sino las decisiones y las acciones. No es un teórico, sino un político. Se aplica aquí uno de sus famosos aforismos: “La realidad es superior a la idea”. “La única verdad es la realidad”, decía Perón. 

    Desde esta lógica también se entiende el derecho, que se convierte en un simple instrumento en manos de quien ejerce el poder. Y esta visión explica ciertas conductas que son irritantes para un jurista o que responden a concepciones jurídicas contrarias: Por ejemplo, cambiar las reglas procesales en el medio de un juicio (recordemos lo ocurrido durante el juicio al cardenal Becciu); defender, según sea el imputado, la prescriptibilidad o imprescriptibilidad de ciertas acciones penales; recibir o nombrar jueces garantistas a la vez que se restringe el derecho de defensa para ciertos acusados. Aquí también prima el resultado práctico. Las normas jurídicas deben ser invocadas cuando se busca un objetivo concreto. Si si lo deseado no se logra desde el derecho, se apelará a la misericordia o se actuará como si la norma no existiera. En lo judicial, se buscará neutralizar la riesgosa independencia de los tribunales reduciendo su actuación real al mínimo, salvo que el resultado querido tenga cierta garantía. El derecho, en síntesis, no puede convertirse en un obstáculo, puesto que es una herramienta de poder. A punto tal de vehiculizar la venganza. Como Perón decía, “al enemigo, ni justicia”.

    Toda organización intermedia fuerte también es una barrera para quien ejercer el poder supremo. Una asociación católica —en sentido lato— floreciente, toma sus decisiones internas con relativa autonomía, por lo que, en la vida diaria, tiene sobre sus miembros una influencia superior a la del mismo Papa. Por ello, cuando el alineamiento de las autoridades de las organizaciones eclesiales con el poder vaticano es débil, la actuación diaria se convierte, de hecho, en un límite a la voluntad papal. En este contexto, las intervenciones institucionales (visitas fraternas a obispos, comisariamientos a congregaciones religiosas o movimientos laicales, etc.), son un importante modo de terminar con esa resistencia. Las decisiones papales no deben pasar por el filtro de los mandos medios. Quien todavía no ha sido comisariado, se someterá, por temor, a las indicaciones de quien detenta el poder. En la misma línea debe entenderse la facultad de deponer obispos y el rechazo de los liderazgos vitalicios de los directivos de asociaciones católicas.

    También dentro de la estructura eclesiástica, los cargos inferiores deben contar con la menor autoridad posible. La escisión entre la autoridad formal y el poder real en los mandos medios va en esa línea. Un jefe de dicasterio puede ser una figura meramente decorativa, porque el contacto directo con el Papa lo tiene un subordinado del dicasterio y no el prefecto. Ese subordinado controla a su jefe, quien pasa a encontrarse en una situación incómoda. El resultado práctico es que las autoridades infrapapales tienden a decidir menos, a ejecutar las resoluciones papales o a llevar adelante solamente las políticas que saben con certeza que cuentan con la conformidad superior.

    Los procedimientos también otorgan a la organización un manejo de la situación que puede ser frustrante para quien ejercer el poder supremo. Si un Papa debe elegir a un obispo entre una terna de nombres que recibe de las nunciaturas, se convierte en un rehén de la estructura. Algo similar ocurre con las beatificaciones y canonizaciones. Por tanto, dejar de lado procedimientos, signos externos de autoridad o protocolos y ceremoniales, es mostrar que quien detenta el poder a nada se somete. Y esto se disfraza de eficacia, liberación de signos del pasado o prescindencia de formas inútiles.

    Lo mismo puede decirse respecto de la recompensa por méritos. No hay sedes cardenalicias, pues estas condicionarían la elección papal. Un beneficio que se recibe del Papa no debe fundamentarse en un derecho; por el contrario, su origen radica en la voluntad  del soberano. Mientras más excéntrica es la decisión, mayor es la deuda que el elegido tendrá con el Papa.

    Además, ninguna situación es definitiva. El que hoy es ascendido a cardenal, prontamente puede ser excluido del colegio cardenalicio. Todo es provisorio. El miedo continuo a perder sorpresivamente los beneficios es una gran herramienta de sometimiento. 

    Cuando la cuestión es difícil o complicada, se transfiere la responsabilidad a realidades u órganos impersonales. Un primer ejemplo es la insistencia de Francisco en manifestar que la política que lleva adelante se limita a seguir lo decidido por los cardenales durante el cónclave. Las comisiones designadas con posterioridad, le permiten adoptar o postergar una decisión, trasladando el costo político a una realidad impersonal. Con un beneficio adicional: adquiere fama de democrático y de directivo que tiene la sabiduría de actuar aconsejado por expertos.


2. Incomodidad con la excelencia

La segunda característica es la incomodidad con la excelencia. En Francisco, no hay desprecio al dinero ni deseo de austeridad. Lo que hay, es una resistencia o incomodidad respecto de todo lo que sea calidad. 

    Las aplicaciones son varias. Vive en Santa Marta, porque se sentiría incómodo en un apartamento vaticano espacioso; además, no quiere que se lo aísle, lo que implicaría una pérdida de poder (de paso, es un ámbito adecuado para los pedidos informales al Soberano, realizados informalmente en ese ámbito). Su liturgia es low cost. Usa ornamentos litúrgicos feos, porque con ellos se siente a gusto. Las estolas de calidad son pesadas e incómodas. Sus zapatos viejos son confortables, mientras que los nuevos ajustan. No concurrió al concierto que prepararon en su honor, porque no le gusta escuchar ese tipo de música. 

    Aunque se trate de promocionar que son muestras de austeridad, queda claro que no se trata de un  problema de dinero. Si el criterio general fuera la austeridad, se proyectaría en el resto de las decisiones. Sin embargo, no hay dificultad económica para llevar a Roma a músicos latinoamericanos de baja calidad o conferencistas mediocres. Tampoco hay problema de dinero cuando se trata de los enormes gastos de las Jornadas Mundiales de la Juventud o de las múltiples reuniones de todo tipo que se realizan en el Vaticano. 

    Pero debe maquillarse. Vivir en Santa Marta se explica como un ejemplo de austeridad o como un medio para el equilibrio psicológico. Toda su vestimenta —incluyendo la litúrgica—, como una manifestación de sencillez y pobreza. Su negativa a asistir al concierto, se muestra como un rechazo a la pompa renacentista.

    Adicionalmente, su modo de actuar es una demostración de que el logro de objetivos importantes no precisa de instrumentos de calidad. Puede llevarse a cabo un cambio relevante en la disciplina o en la liturgia de la Iglesia con un texto sin profundidad teológica. Más aún, no deja de ser una muestra de poder que graves intelectuales realicen sesudos análisis sobre documentos mediocres. Un triunfo oficial de lo vulgar.


3. Prioridad de la táctica sobre la estrategia

O, lo que es lo mismo, anteponer el corto al largo plazo. La vida es corta. El largo plazo queda muy lejos y las decisiones cuyos efectos verdaderamente influyen en la intensidad del poder y popularidad de un gobernante que asume su cargo con edad avanzada, son las que se toman con efecto a corto plazo.

    Aquí se encuentran las determinaciones que prioriza el Papa. En el registro táctico, el Papa tratará de no resignar decisión alguna. A él está reservada la designación de sus colaboradores reales, la influencia en procesos eleccionarios inmediatos, el beneplácito actual de los medios de comunicación, la gestión económica que estime decisiva, las operaciones políticas que le interesan, etc. De modo general, el Papa debe tener la posibilidad de intervenir, si así lo desea, en cualquier tipo de determinación. 

    Los acostumbrados operativos de prensa abonan el relato de un Papa reformador, que lleva adelante cambios irreversibles en todas las áreas de la Iglesia. Y que quienes se oponen son conservadores minoritarios, pero poderosos, anclados a estructuras caducas de las cuales se benefician. Aburre un poco la repetida generación de expectativas de cambios drásticos, que sistemáticamente terminan en nuevos partos de los montes. Es que la renovación permanente de los operativos de prensa es parte del corto plazo. Periódicamente deben surgir enemigos nuevos, gestos sorpresivos y grandes cambios esperados, cuya publicidad mantenga viva la importancia del líder

    El acento por la táctica es también un problema de limitación, común a la mayoría de los humanos. Son pocos los hombres capaces de decisiones que marcan una huella profunda y duradera. La mayoría somos mediocres, que vamos actuando según nuestras posibilidades.

27 comentarios:

  1. El peronismo (caleidoscópico y poliédrico) convirtió al granero del mundo y al lugar del progreso para los desarrapadosdel mundo, en una fábrica continua de generación de pobreza, miseria, indigencia y corrupción.
    El mismo sistema, trasplantado a la Iglesia Católica Apostólica Romana, la transformó de Madre y Maestra, más Experta en Humanidades, en una insulsa desorganización sociológica, donde el cero es igual al infinito y donde la nada es parecida al todo.
    Donde la letra del tango Cambalache es la mejor descripción de su actualidad.
    Sin lugar a dudas, el poder destructivo del peronismo (versión argentina del PRI mejicano) es notable e infalible. Se aplique donde se aplique.
    ¿No será adecuado convencer a Satanás que lo ponga en funcionamiento en el averno? Sería el fin de un lugar tan desagradable

    ResponderEliminar
  2. Para entender a Francisco y su peronismo global, primero hay que entender a Perón, así que los trataremos por separado:
    1) Perón nació, vivió y murió fascista desde sus tiempos de agregado militar en la Italia de preguerra donde se enamoró de Mussolini. Esto no hay que perderlo de vista.
    Ocurre que cuando sus camaradas lo echaron en 1955, se juró volver sin medir los medios a utilizar. El, que entre 1946 y 1955 persiguió sin piedad a los comunistas, en el exilio comprendió que la receta para volver era usar a los montoneros marxistas y su violencia armada. Para eso inventó el "socialismo nacional", un cuento chino que los montoneros se tragaron con anzuelo y todo.
    No obstante, al volver en 1973 se mostró generoso con todos y para ganar las elecciones formó el Frejuli, una alianza que abarcó desde la derecha nacionalista hasta la izquierda marxista de Abelardo Ramos.
    Para entender bien la sinuosidad resbalosa de Perón que luego copió Francisco, vale recordar que en 1972, poco antes de volver, un periodista español le preguntó por los partidos políticos argentinos y él respondió: "Mire, en Argentina hay un 30% de radicales, un 30% de conservadores y otro tanto de socialistas". ¿Y dónde están los peronistas? preguntó desconcertado el español. "Ah, no, peronistas somos todos", le dijo Perón con una sonrisa.
    Una vez que se calzó de nuevo el uniforme de General, lo llamó a Firmenich y le dijo que debían entregar las armas. Ah, no mi General -respondió Firmenich- nosotros lo ayudamos a volver y queremos ser parte del Gobierno. Y como Perón no estuvo de acuerdo, dos días después que Perón ganó las elecciones Montoneros asesinó a José Rucci de la CGT, casi un hijo para Perón. Entonces Perón creó la Triple A para perseguir y exterminar a los montoneros hasta en sus propias cuevas, lo cual demuestra que siempre fue fascista.
    A Francisco lo explico en el siguiente comentario.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Escribe usted que Perón fue siempre fascista, y algo después, afirma que para recuperar el poder inventó el "socialismo nacional". Pero el socialismo nacional, o nacional-socialismo es exactamente la definición de fascismo, así que ya estaba inventado.

      Eliminar
    2. Estimado Nachet
      El socialismo nacional que inventó Perón para convencer a los montoneros marxistas a que lo ayudaran a volver a la Argentina no tiene nada que ver con el nacional socialismo de la Alemania nazi, son como el agua y el aceite. El de Hitler estaba más allá de la ultraderecha, en tanto que el de Perón era parecido al socialismo marxista, aunque adaptado a un supuesto panperonismo argentino, de ahí lo de "nacional". Y los montoneros cayeron en la trampa como si fueran ratones. Lo demás es historia conocida...

      Eliminar
  3. 2) ¿Por qué Francisco nombró a Juan Grabois Consultor del Pontificio Consejo de Justicia y Paz del Vaticano sabiendo que era un marxista disfrazado de peronista? Lo hizo porque era hijo de su amigo Roberto Grabois, a quien conoció en la vieja Guardia de Hierro del Partido Justicialista. Antes de eso, Grabois había sido dirigente comunista universitario hasta que, igual que muchos otros, se dio cuenta que para llegar al poder había que hacerse peronista.
    Bergoglio nunca fue comunista, lo que hizo fue hacerse peronista de izquierda. De ahí que a poco de sentarse en la Silla de Pedro dijera que ahora la Iglesia iba a hacer política. Y por eso simpatizó con países comunistas al punto de llegar a hablar de "mi amigo Raúl Castro" refiriéndose al dictador cubano.
    Escurridizo como una anguila igual que Perón cuando dijo que peronistas somos todos, Francisco también usa a todos y luego los traiciona si es necesario.
    Ese es el peronismo global, porque está visto que igual que Perón, Francisco tiene estómago para todo. Pobre del que cae en sus garras.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué síntesis !!! Nunca tan bien explicado , cortito y al pie . gracias !!!
      Isabella Católica

      Eliminar
  4. Frente a esta herejía, granada o ridiculez que hicieron con la Virgen del Vallehttps://www.lavoz.com.ar/politica/hicieron-un-manto-de-la-virgen-que-muestra-un-bordado-de-milei-con-el-papa/
    Todavía no me decido qué es peor: si las imágenes del Papa y Milei o la menoráh bordada en un costado

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Peor, es una januquiá (nueve brazos) que viene de tradiciones del talmud, debe ser un guiño a milei por su simpatía con esa religión.

      Los bordados del manto lamentablemente hace tiempo que se lo toman para la joda en este pais como en lujan que pusieron las tres estrellas del mundial o bordaban dibujitos raros en el manto.. Incluso le ponen el escudo ese con el gorrito rojo y las manos que representan a la "revolución" que no tiene nada que hacer en una imagen de la virgen.

      Eliminar
    2. Anónimo16 de abril de 2024, 2:09

      Hasta donde recuerdo, la januquía viene de orígenes veterotestamentarios (Éxodo XXV, 31-40), no talmúdico, y cobro importancia con la creación de la fiesta de Janucá (en en libro de los Macabeos). Nuestro Señor celebro esta fiesta como cualquier hebreo (San Juan X, 22-23) y el uso de dicho candelabro puede ser legitimo para los cristianos, de hecho en las iglesias bizantinas existe un candelabro de varios brazos que se coloca detrás del Tabernáculo sobre el Altar.

      Eliminar
    3. Peter Porcupine
      Ese texto del éxodo hace referencia a la menorá dorada del templo (siete brazos) no a la januquiá (nueve brazos)

      Y sobre la fiesta de la dedicación sí, pero fue "reformada" por rabinos del talmud que agregaron leyendas, rituales y interpretaciones sobre el libro de Macabeos que son posteriores a Cristo.

      De entre esas leyendas talmúdicas que agregaron esta ese candelabro januquiá que no es un candelabro mas representa la leyenda talmúdica de "el milagro de aceite de ocho días" (de allí el ritual que realizan de encender una vela durante ocho días), esto es mencionado en el talmud pero no en la biblia

      Eliminar
    4. Las januquias no tienen por qué tener brazos. Ni ocho ni ninguno.

      Probablemente eso es una cosa moderna y europea, derivada de la representación de la menorá; y de la menorá de velas, que no es lo que había en Palestina.

      En los paises árabes, la januquia es simplemente un conjunto de ocho lamparillas de aceite, (presentadas en una bandejita, aunque seguramente esto es moderno también ). En paises donde hay aceite de oliva, no se usaban velas.

      Seguramente en tiempos antiguos estas lamparillas eran simples lucernas (un pequeño recipiente de barro para aceite que pueda sostener una mecha).

      Mucho más tarde, tal vez por influencia islámica, se utilizan vasitos de vidrio.

      También habrá habido pequeños candiles de metal, alineados, para poder encender uno con cada día del festival de las luminarias.

      Eliminar
  5. Estimado Wanderer. Muy bien lo definió Demóstenes a Bergoglio. Y los comentarios no tienen desperdicio.

    ResponderEliminar
  6. En línea con lo dicho por Fuenteovejuna, Perón había dicho en su primera presidencia:

    "Mussolini fue el hombre más grande de nuestro siglo, pero cometió algunos errores desastrosos. Yo, que tengo la ventaja de su precedente ante mí, seguiré sus huellas, pero también evitaré sus errores." [1]

    Notablemente, si bien de hecho Perón evitó el error que llevó a Mussolini y a Hitler a sus respectivas ruinas, esto es iniciar conflictos armados con otros países, cometió en 1954 el error que Mussolini evitó en 1931, esto es enfrentar a la Iglesia Católica, error que, al poner en su contra al sector nacionalista católico del Ejército, fue factor necesario y suficiente para provocar su derrocamiento en 1955, dado que la Marina y el sector liberal del Ejército ya le eran adversos.

    Volviendo a los regímenes fascistas y sus derivados, un eje principal de sus discursos y praxis es definir y combatir uno o más enemigos de la nación, los cuales pueden ser internos o externos, por ej. en el caso del fascismo los comunistas, socialistas y liberales durante los primeros 12 años del régimen y luego las "democracias plutocráticas" a partir de la adopción de la infeliz idea de conquistar Abisinia.

    En el caso del peronismo el enemigo fue siempre interno, una elite vendepatria en dos variantes: una principal, la elite económica que había entregado el país al capitalismo internacional y lo seguiría entregando si pudiera, y otra secundaria, la autopercibida elite ideologica ("vanguardia iluminada") que entregaría el país al bloque soviético si pudiera.

    A semejanza del peronismo, los enemigos percibidos por Bergoglio son todos internos a la Iglesia Católica, comenzando por una elite teológica (Müller, Burke, los cardenales dubiantes, etc.)

    [1] George Blanksten, "Perón’s Argentina" (Chicago, 1953), pág. 279.

    ResponderEliminar
  7. El peronismo es una ideología berreta, mezcla de resentimiento, viveza criolla, caudillismo, sentimentalismo, victimismo, latrocinio desvergonzado, antiamericanismo, oportunismo, holgazanería, narcisismo, y otros detritus acumulados en el alma argentina durante 200 años de historia. Llamar ideología al peronismo es como llamar teología a lo de Tucho y Jorge Mario. Es como llamar diplomacia a Alberto Fernández diciéndole "Si usted fuera argentino, sería peronista” a Xi Jinping en China.

    ResponderEliminar
  8. En definitiva, tras la primacía del poder, el odio a la excelencia y la primacía de la táctica, se reune en una sola figura un triple tipo humano porteño: el rosquero, el chanta y el vivo.

    ResponderEliminar
  9. Lo que se describe en el primer punto "primacía del poder" es la autocracia de toda la vida (o la dictadura, si se prefiere), y es más viejo que andar a pie. El peronismo no es nada original en eso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. GASTÓN: Esta equiparación que en linea y media y sin matiz alguno hace Amorós entre dictadura, autocracia y el primer punto del peronismo genera más confusión que otra cosa.

      Eliminar
  10. "El Pontífice actual logra conjugar en su persona al porteño vivo, al jesuita sinuoso y al peronista voraz." Woooow! Warender , Ud. debería ser perfilador (según los llaman en las películas) para Interpol. Este perfil de Bergoyo es genial.

    ResponderEliminar

  11. Estoy en desacuerdo con Fuenteovejuna al calificar a Perón de fascista.
    El peronismo no tiene contenido ideológico. Perón fue fascista en la década de 1940, simpatizante del eje y antiestadounidense, que sube al poder apoyado por la Iglesia y el ejército.
    Hacia mediados de la siguiente década era un dictador anticomunista latinoamericano pro-estadounidense indistinguible de Trujillo o Stroessner (fueron dictadores que lo veían como un par, como uno de su grupo, los que lo acogieron en su exilio).
    Termina derrocado por la Iglesia y el ejército en un año en el que borracho de poder tomó medidas de ultraizquierda, prohibió los símbolos cristianos en públicos en la Capital Federal (como los pesebres), mandó a incendiar iglesias, legalizó el divorcio 30 años antes que Alfonsín, legalizó la prostitución y los burdeles con sindicato de prostitutas en la CGT incluido (algo que ni siquiera hemos hecho al año 2024).
    Perón fue derrocado en el 55 siendo un cadáver político. Nadie esperaba que vaya a causarle problemas al país desde su exilio, del mismo modo en que Rosas no estorbó al país desde Southampton.En la década del 60, una generación de jóvenes de clase media con padres antiperonistas, se hizo comunista en la universidad bajo la influencia de muchas cosas distintas, el Mayo francés, la revolución cubana, el descontento con los continuos golpes de Estado en el país, el apoyo al marxismo de los intelectuales como Sartre, la necesidad de fingir ser de izquierda para levantarte minitas que leían Rayuela de Cortazar y creían que eran La Maga, Vietnam, Argelia, el deseo de poder etc. Lamentablemente la Iglesia y los católicos no fueron inocentes. En esa época existía la fusión marxisto-católica de la teología de la liberación, y mucha gente había crecido bajo la influencia del nacionalismo católico y el revisionismo histórico, ideologías que les habían infundido las ideas de que los sectores populares y los dictadores-caudillos populares (como Rosas o Solano López) son lo bueno y lo nacional, mientras que los otros sectores, clase alta, clase media, y sus políticos, son menos argentinos y que no son los buenos. Los chicos de clase media que eran educados así, y que tal vez tenían abuelos europeos, querían ser buenos, nacionales, argentinos, no como los gorilas de sus padres, y vieron que el peronismo era el camino para eso. Por eso los chicos de Tacuara se hicieron montoneros.
    Perón vio lo que estaba sucediendo con la juventud, y se dio cuenta de que si les decía que él era el Fidel o Mao argentino, estos chicos iban a causar caos en el país con su terrorismo, y que eso le iba a permitir a él regresar al país bajo la excusa de ser el único capaz de pacificarnos.Al final, tan pronto regresó al país, los peronistas jóvenes de izquierda se empezaron a matar con los de la vieja guardia. Al punto que el nuevo gobierno peronista recurrió a crear una organización paramilitar para matar peronistas de izquierda.

    Los peronistas de Perón existen, pero Perón no fue un peronista de Perón. Perón recorrió todo el arco ideológico en su búsqueda del poder, de modo tal que si sos de izquierda, te podés recortar un Perón de izquierda basado en cosas que hizo y dijo realmente, y si sos de derecha te podés recortar un Perón de derecha en base a cosas que hizo y dijo realmente.
    En ese sentido, Alberto Fernández que apoyó la amnistía militar de Lúder en el 83, después fue superintendente de seguros de Menem proliberal, y que terminó como progresista abortista con hijo transformista, se parece más a Perón que los peronistas de Perón. 

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La carencia, o por lo menos minimalismo, de contenido ideologico puede ser predicada tambien del fascismo italiano. Mussolini dijo a los fascistas antes de la Marcha sobre Roma: "Nuestro programa es sencillo: queremos gobernar Italia." Por otro lado, Peron no fue el unico gobernante fascista que adopto una posicion pro-estadounidense: Getulio Vargas era mas fascista que Peron y en la II Guerra Mundial se habia aliado decididamente con los EEUU.

      Eliminar
    2. Estimado anónimo de las 4:15
      Ud. dice estar en desacuerdo conmigo, pero aunque le parezca mentira, creo que estamos totalmente de acuerdo.
      Vamos al grano. Me dice que Perón fue fascista en los '40 pero después fue virando al centro en los '50 cuando se acercó a EE.UU., y terminó tomando medidas de ultraizquierda cuando se enfrentó con la Iglesia. Luego en el exilio se valió de los montoneros marxistas para volver triunfante. Que en los '60 "una generación de jóvenes de clase media con padres antiperonistas se hizo comunista en la universidad bajo la influencia de muchas cosas distintas..." desde el Mayo Francés hasta la Revolución Cubana y que "Perón recorrió todo el arco ideológico en su búsqueda de poder".
      Bueno, si eso no es estar de acuerdo conmigo, ¿cómo lo llamaría?
      En este asunto hay mucha tela para cortar y eso llevaría mucha tinta, así que le voy a dar algunos datos puntuales para que vea que sé de lo que estoy hablando:
      Todo empezó en los '60 en la Facultad de Derecho de la UBA. El Centro de Estudiantes estaba en manos del Movimiento Universitario Reformista (MUR) y de la Federación Juvenil Comunista (FJC). Su presidente era el legendario Moisés Ikonicoff, comunista empedernido que iba a la Facultad con una pistola a la cintura por los continuos enfrentamientos con el Sindicato Universitario de Derecho (SUD), baluarte del nacionalismo católico.
      Como es público y notorio, en los '90 Ikonicoff se hizo menemista y funcionario de Carlos Menem. El segundo de Ikonicoff en la Facultad era el "Negro" Roberto Quieto, otro comunista de cuidado, quien a fines de los '60 terminó fundando las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), hasta que a principios de los '70 las FAR, que eran cuatro gatos locos, se fusionaron con Montoneros. Quieto puso la ideología marxista y Firmenich los soldados y los fierros (fusiles).
      Y de Perón le doy dos datos que demuestran que a pesar de recorrer todo el arco ideológico siempre fue fascista. No lo fue desde los '40 como dice Ud. sino desde los '30 cuando se fascinó con Mussolini siendo agregado militar en Italia. Y en sus últimos días fundó la Triple A fascista para perseguir a Montoneros y matarlos en sus cuevas como si fueran ratas. Si no pudo acabar su obra fue porque murió pronto, aunque bien merecido lo tenía. Por eso a su muerte los montoneros se robaron la herencia del peronismo a pesar de odiarlo, porque después de usarlos para volver, Perón los tiró a la basura con asco como se tira un preservativo usado. Perón fue fascista de principio a fin, pero hoy estamos pagando las consecuencias de su maquiavélico accionar.

      Eliminar
    3. El fascismo tuvo contenido un contenido ideologico determinado, formulado en su momento por el filosofo Giovanni Gentile y estudiado en las ultimas decadas por el historiador Emilio Gentile, sin relacion de parentesco con el anterior. Emilio Gentile adopta una definicion sumamente precisa del fascismo en la que el belicismo y la militarizacion de la poblacion son esenciales, tal que en esa definicion no serian fascistas ni Peron ni Getulio Vargas ni Oliveira Salazar y solamente el nazismo podria asimilarse al fascismo (posicion que incluso Gentile rechaza). El punto es hasta que punto tiene sentido relajar el significado del termino fascismo para incluir en el a Peron, Vargas, Putin, etc.

      Eliminar
    4. Poniendo mi comentario anterior en el contexto del tema del articulo, la discusion de hasta que punto tiene sentido ampliar el significado del termino "fascismo" para que incluya al peronismo es ajena al tema del articulo. Lo que es relevante es que el peronismo tuvo como caracteristicas esenciales unas cuantas de las del fascismo.

      Eliminar
    5. Lo esencial en el fascismo es la militarizacion de la vida política, no el belicismo ni el expansionismo. Cito de la marcha del partido peronista femenino: "Por Perón y por Evita / la vida queremos dar. / Por Evita capitana / y por Perón General." Y de un artículo de Loris Zanatta:

      Eso es lo que pretenden algunos. La del peronismo hacia el fascismo, cuentan, fue una leve "simpatía" inicial. Tal cual: una "simpatía", como la mía por Paulo Dybala. Vaya simpatía: "fascista" era la comunidad organizada, "fascista" el sindicato único, "fascista" el partido-Estado, "fascista" la liturgia política, "fascistas" las veinte verdades y el adoctrinamiento en las escuelas, "fascista" el monopolio de los medios, "fascista" el destino manifiesto argentino. ¿Continúo? "Fascista" era, sobre todo, la idea peronista de "pueblo", de un cuerpo homogéneo basado en la identidad más que en la legalidad, en la fe más que en la Constitución. No era imitación, sino afinidad electiva, álbum familiar.

      Eliminar
  12. Resumen:

    "El Poder bien vale una misa"

    ResponderEliminar
  13. Así explicado el peronismo es algo así como americanismo, o la herejía preponderancia de la acción sobre la contemplación...

    ResponderEliminar
  14. Hay que recuperar el significado de ciertas palabras que fueron deformadas por los peronistas y los k.
    Ser austero no es volverse minimalista
    Ser pobre y de clase baja no es sinónimo de ser humilde
    Hacer repartija con fondos de dinero ajeno no es ser solidario

    ResponderEliminar