jueves, 12 de septiembre de 2024

Los estragos del personalismo

 



Emmanuel Mounier, uno de los principales pensadores del personalismo, de hecho el mismo que acuñó el término «personalismo», deja claro que no se puede dar una definición precisa de la persona. Escribe en su libro más representativo, titulado Personalismo: «Cabría esperar que el personalismo comenzara por una definición de la persona. Pero sólo se pueden definir objetos situados fuera del hombre y que el hombre puede colocar ante sus ojos. En cambio, la persona no es un objeto: al contrario, es precisamente lo que en cada hombre no puede ser tratado como un objeto». (E.Mounier, Il personalismo, Garzanti, Milano 1952, p.7).

Por tanto, si no se puede dar una definición precisa de persona, significa que la metafísica clásica, lo que nos gusta llamar «filosofía natural y cristiana», está equivocada. El propio Severino Boecio (475-525) se equivocaría cuando afirma que la persona es: «Rationalis naturae individua substantia», es decir: «Sustancia individual de naturaleza racional», donde la persona viene dada por ser una sustancia completa, individual, y sobre todo capaz de razonar. No. Mounier y los personalistas no están de acuerdo. Para ellos, la persona sería un conjunto de emanaciones y manifestaciones psicológicas, en las que los sentimientos, las emociones, los estados de ánimo... serían centrales.

Usted se preguntará: ¿por qué semejante creencia ha influido en la crisis actual de la Iglesia y de la fe católica? Para responder a esta pregunta, recordemos lo que el modernismo teológico y el neomodernismo (que son la verdadera «alma» de la crisis actual) dicen sobre la fe. Ya no debe concebirse como un asentimiento del intelecto a las verdades reveladas, sino más bien como una forma de sentimiento religioso que brota de las profundidades de la subconsciencia.

Hoy en día, los católicos «razonan» paradójicamente apartando la razón en el acto de fe. Esto (la fe) sólo sería una creencia ‘ciega’, mejor aún: una creencia en el absurdo. Al contrario, uno se convence de que cuanto más se crea en el absurdo, más meritorio sería el acto de fe. Pero esto no es un razonamiento católico: es un buen razonamiento protestante. En resumen, ser católico significaría ante todo «sentirse» como tal, no estar inteligentemente convencido de serlo. Si se preguntara hoy a muchos católicos: ¿Por qué lo es usted? La respuesta sería muy probablemente: “Soy católico porque siento que lo soy”. Se trata, en definitiva, de una reducción de la fe a «experiencia». Por supuesto, no se puede negar que la fe es también una experiencia de vida con Dios, pero una cosa es decir que la verdad juzga la experiencia y otra muy distinta decir que es la experiencia la que juzga la verdad. Si «sentirse bien» bastara para justificar la propia fe, ¿qué decir del musulmán que puede decirnos: “yo también me siento bien siendo musulmán”? Y de hecho, es precisamente esta reducción de la fe a la «experiencia» lo que ha abierto aún más la puerta al sincretismo religioso y al relativismo que promueven cada vez más los modelos aperturistas del llamado «diálogo interreligioso».


El amor debe juzgarse a sí mismo
Otro punto en el que la influencia del personalismo es evidente en la crisis actual del catolicismo contemporáneo es el relativo a la concepción del amor. Para comprenderlo, hay que partir siempre de la concepción «fluida» de la persona que hace que ésta sea vista predominantemente bajo el aspecto psicológico. También aquí hay que hacer una aclaración: una cosa es decir que hay que dar importancia también a la dimensión psicológica y otra muy distinta pretender definir a la persona sólo bajo el aspecto psicológico. Si se cae en este error (la persona es predominantemente una dimensión psicológica), resulta consecuente que el amor, que es una pasión, ya no tiene que someterse al imperio de la razón para ser juzgado por ella, sino que se convierte en un criterio por derecho propio. Dejemos hablar a Mounier: « (...) el acto de amor es la certeza más firme del hombre, el cogito existencial irrefutable: amo, luego el ser es, y la vida vale la pena (vivirla)» (ib., p.37). Esto explica por qué tantos católicos de hoy ya no se sienten obligados a corregir a quienes viven en estado de pecado grave debido a condiciones de vida como la cohabitación extramatrimonial u homosexual. No son pocos los católicos (incluso practicantes) que comentan estos casos diciendo: ¿Qué hay de malo? Si se aman…


La fe reducida a un «encuentro»

Como decíamos antes, la concepción auténticamente católica de la fe es ésta: el asentimiento del intelecto a las verdades reveladas. Así, hay asentimiento y hay implicación del intelecto en Dios que se revela. Es evidente que la fe se finaliza viviendo con Dios, eligiéndole, abrazándole; pero todo ello es el resultado de un asentimiento, de una comprensión, de una adhesión a Aquel que se revela. En el neomodernismo actual, en cambio, el encuentro ya no es el resultado lógico del acto de fe, sino que se convierte en su conjunto exclusivo; provocando así esa deriva experiencialista de la fe de la que hablábamos antes. Esta convicción, por desgracia, también ha sido llevada adelante por realidades tendencialmente positivas (pero por cierto también influidas por el personalismo) que inicialmente querían contrarrestar cierta deriva neomodernista. Pensemos, por ejemplo, en la teología de Don Luigi Giussani, fundador del movimiento Comunión y Liberación. Leamos con atención estas palabras suyas, tomadas de su All'origine dell'esperienza cristiana: «El objeto primario de mi fe no consiste en una lista de verdades, inteligibles o no. (...) es el abrazo de una Persona viva (...) Eso es lo esencial, el objeto revelado no se concibe como una serie de proposiciones (…)»  (L.Giusssani, All’origine dell’esperienza cristiana, Jaca Book, Milano 1988, p.56.).


El olvido de la apologética

El olvido de la apologética que caracterizó las décadas postconciliares no es sino la consecuencia de todo esto. Los catecismos de antaño eran de una claridad sublime, una claridad que dejaba clara la diferencia entre la verdad y el error. Entonces no se entendía nada más (en el sentido literal del término), porque no se entendía nada más. Los catecismos modernos (perdón: modernistas), y no nos referimos sólo a los locos de la teología holandesa, lo presentan todo de forma vaga, intelectualista (intelectualismo es lo contrario de inteligencia) y sentimental. Precisamente porque había que acabar con la apologética, había que acabar con ella para promover la deformación del concepto de fe de la que hemos estado hablando.


Olvido de la mortificación y de las virtudes pasivas en favor del activismo

Hay un punto del personalismo que no hemos tocado hasta ahora, a saber, que la persona se realizaría abriéndose necesariamente a los demás. También aquí hay que hacer una aclaración. Una cosa es decir que la persona es un ser naturalmente social y que tiene la obligación moral de abrirse a las necesidades de los demás; otra muy distinta es afirmar que ontológicamente lo necesita. Tal afirmación, de hecho, convierte la relación en la sustancia misma de la persona, haciéndola aún más evanescente. Pues bien, esta convicción se ha reflejado en la forma de pensar de muchos católicos que ahora parecen estar convencidos de la inutilidad, cuando no de la franca nocividad, de las virtudes llamadas «pasivas»: mortificación, ayuno, templanza, castidad... ¿De qué sirven las monjas de clausura? ¡Mejor las que están en la calle ayudando a los pobres!


La Iglesia en su dimensión horizontal

Y llegamos al último punto: cómo ha afectado el personalismo al concepto de Iglesia tal y como ha «evolucionado» (perdón: «involucionado») en el neomodernismo dominante. Hemos dicho que en la concepción de la persona de Mounier y sus asociados, la relación se eleva a sustancia, por lo que la apertura a los demás se convierte en el ser mismo de la persona. Si es así, la Iglesia acaba siendo considerada esencialmente como ‘comunidad’ y ya no como el ‘Misterio de la presencia de Cristo en la historia humana’. Lo que hace que la Iglesia sea ‘Iglesia’ ya no sería Cristo, sino la unión de los hombres. Esto explica que hoy se piense que el problema más grave no es rechazar a Cristo con el pecado, sino todo lo que pueda amenazar la convivencia pacífica entre los hombres (conflictos, guerras...) o su salud física (contaminación ambiental, enfermedades...). Pero no sólo: si la Iglesia es predominantemente «comunidad», si la Iglesia es ante todo un «misterio de apertura al otro» más que de unión con Cristo, entonces todos los hombres, en tanto que hombres, son automáticamente hijos de Dios y ya estarían «salvados» en cierto sentido. Este es el ‘cristianismo anónimo’ de Karl Rahner.


Fuente: Missa in latino


[Nota histórica: Estaríamos tentados en decir que Francisco es un personalista. Sería demasiado. Quién sí fue personalista fue Juan Pablo II. Y eso explica muchas cosas, por ejemplo, el encuentro de Asís y muchos otros disparates que tanto daño hicieron a la Iglesia].


49 comentarios:

  1. Pongo algunas opiniones polémicas para abrir debate:
    1) No se puede definir persona porque no se han elaborado los conceptos y maneras de pensar que lo podrían hacer. Por eso podemos decir que los personalistas hacen filosofía (y teología) precipitada, sin hacer pie siquiera en la reflexión sobre las personas divinas. La definición de Boecio fue un hito pero está lastrada de una concepción cosificada (no personal que es sui generis de esto) de la ontología metafísica griega y ni siquiera alude a los descubrimientos de S. Agustín.
    2) Es cierto que la Fe es la aceptación de las verdades reveladas por Dios pero también la Escritura nos recuerda (Sg. II, 19): "¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. También los demonios lo creen y tiemblan." De hecho, los satanistas consecuentes se toman más en serio la Fe, los sacramentos y los mandamientos aunque sean para oponerse. Creo que es necesario retomar los pensamientos de S. Enrique Newman sobre los tipos de verdad.
    Y ¿Por qué no decirlo? La crítica al encuentro con Dios como experiencia de la Fe tiene mucho tufo racionalista cuando en Cristo mensaje, mensajero y canal son Él mismo..
    3) ¿Por qué llamarlo Amor cuando se le puede llamar sentimiento? Es muy interesante que se cite el cogito aunque cambiándolo a "siento luego existo" cuando el propio cogito es un error fundamental metafísico pues lo primero es el Ser.

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    1. La fe de los demonios no es la fe infusa, Eck, como cualquier tomista lo sabe. Es una fe natural adquirida, como dice el P. Garrigou-Lagrange.

      F.M.

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    2. Lo sé pero el texto habla de una fe que es un asentimiento de la inteligencia a las verdades reveladas en su forma dogmatica. Y los demonios son mejores teólogos que nosotros por lo que saben perfectamente los contenidos de la fe una vez revelados a la Iglesia.

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    3. Pues sin la fe infusa no puede haber en verdad sagrada Teología. De allí que ni el hereje formal ni los demonios sean teólogos, por no poder tener el hábito de la sagrada Teología, al no tener fe infusa. Sí pueden conocer materialmente algunas proposiciones de la Teología: así como el perro que oye una sinfonía, pero no la "entiende", según el ejemplo que pone el P. Garrigou-Lagrange.

      F.M.

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  2. 4) No sé si se da cuenta el articulista de que cae en contradicción sobre si la persona necesita estar abierta ontologicamente abierta para serlo. Si es social por naturaleza, es decir, por esencia, creo yo que esta muy claro de que si, por lo menos para realizarse plenamente. Y saltando a la analogia (sin entrar en consideraciones etimológicas sobre máscaras y esto es saltar mucho) no sé como se puede encajar en la teología trinitaria con las relaciones entre las personas divinas y el hombre con Dios.
    5) Respecto a la Iglesia, también hay que tener cuidado porque tenemos la Comunión de los Santos por la cual los miembros son solidarios entre si. De hecho, en feliz frase de Bossuet la Iglesia es Cristo comunicado que nos hace ser una comunidad en comunión con Dios.
    Hay que tener cuidado, como dicen los ingleses, de arrojar al niño con el agua sucia de la bañera no vaya a ser que por oponernos a los errores modernistas caigamos en los mismos pero dados la vuelta como les pasó a los monofisitas contra los arrianos.

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  3. Rahner, Lubac y Woitila tienen mucho qué decir sobre esto. Se puede leer con provecho el librito de Johannes Dörmann sobre "El itinerario ideológico de Juan Pablo II hasta Asís". Lo tiene publicado la FSSPX y es muy barato, 128 páginas.

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    1. Lo he buscado pero no lo encuentro. ¿Podrías indicar el link? Gracias

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    2. En "Adelante la Fe" puede encontrar toda la magistral exposición de Dörrmann. Demuestra que el " todos, todos, todos" viene de lejos, y es el resultado de una errónea teología.

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    3. https://adelantelafe.com/tag/el-itinerario-teologico-de-juan-pablo-ii-hacia-asis/

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  4. 👌 comentario, Eck.
    Y muy cierto el cierre del artículo: JPII fue el gran personalista (su teología de la persona estaba marcada por esa cuenta.). Y esas ideas lo llevaron a cosas como la nefasta reunión de Asis.
    En cuanto a la concepción del amor como.un sentimiento y no como el acto propio de la voluntad (el cual, incluso puede contradecir el sentimiento), ha calado tan hondo que, muchos de mis compañeros de la Lic de Derecho Canónico afirmaba que los matrimonios arreglados x los padres o aquellos de reyes y similares, eran todos nulos. Bestias personalizas y sensibleras!

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    1. Errata: en mi comentario anterior (que salió colo Anónimo), donde dice "cuenta", debe leerse "corriente ".

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    2. Por supuesto que el amor es TAMBIÉN un sentimiento. De hecho santo Tomás dirá que es una pasión. Por tanto el amor es un concepto analógico: pasión, acto, virtud, don...

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  5. Por eso Lacan diferenciaba el Yo del Sujeto.
    Lacan era católico conservador.

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    1. Esto no es asi. No tiene idea lo que esta diciendo! El hermano de Lacan era sacerdote, si. Lacan tiene una vision profundamente incompatible con el Catolicismo.

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  6. Lo curioso es que Wojtyla nunca usó para sí mismo el adjetivo "personalista", ni encontramos en sus obras citas de ninguno de los principales representantes...

    En relación a la concepción del amor, en Amor y responsabilidad realiza un análisis psicológico y metafísico del mismo que está completamente enclavado en la visión clásica.

    Está claro que lo de Asís fue un error, pero creo que es necesario ser precisos y honestos en la crítica.

    En relación al "concepto" de persona, hay un autor que intentó profundizarlo aún más buscando la síntesis entre el pensamiento clásico y las intuiciones válidas del personalismo, el prof. Leonardo Polo.

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    1. Y en cuanto al primer punto del artículo, es claro que K. Wojtyla no cae en lo que se critica, toda vez que él mismo define expresamente a la persona como "centro de interioridad cognoscente y amante...", o algo semejante, según recuerdo.

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    2. Gracias por esta respuesta. Buena crítica de la crítica. Además, presenta a Mounier en la misma trinchera que a Giussani (que no es santo de mi devoción), a Rahner con San Juan Pablo II, y a todos con todos, y eso tampoco es honesto. Parece que para ser tradicionalista pata negra haya que tener el carnet de renegar de un santo como Juan Pablo II, que algún error debió de cometer, como todos, pero que no merece una enmienda a la totalidad. Recuerden que la Iglesia es LA Iglesia: esta no termina donde dice fulano o mengano, ni en el año 325, 1517, 1964 o 1994.

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    3. Los dos anónimos que me preceden son una prueba del status quaestionis del personalismo y su profundo arraigo en la sociedad católica. Por defender a JPII se pierde de vista la verdadera fe. ¿Cómo explican el encuentro herético de Asís de JPII si no es a causa de una desviación doctrinaria grave...? A menos que la expliquen como una desviación moral grave, lo cual es mucho más serio y terrible.
      Ahí estaba presente una montaña de errores, desde el "giro antrooplógico"a de Rahner, hasta tesis vecinas del "cristianismo anóniimo" y la creencia en la salvación uviversal y la legitimidad de todas las religiones, que parte de considerar al hombre como el fin mismo de la acción divina y a su integración a la vida Trinitaria por el sólo hecho ade nacer, como sugieren algunos textos CVII. Hay que estudiar más amigos, y no entregarse a sentimentalismos que terminan siendo devastardores.

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    4. El anónimo que me precede es una prueba del status quaestionis del tradicionalismo extremo y su profundo arraigo en ciertas personas. Por defender sus posiciones, y desde una atalaya de soberbia, critican a un hombre santo y enmiendan la totalidad sin tener ni puñetera idea (por mucho que estudien desde su sofá de piel) de todo el contexto, las motivaciones y los detalles de un evento como el de Asís. Yo no digo que no fuera un error. Tampoco niego que el modernismo esté infiltrado hasta el tuétano en la Iglesia. Digo (1) que puedes admitir que te falta información clave para emitir un juicio tan severo contra un hombre santo, (2) que el artículo mezcla a todos con todos, y (3) que no es justo emitir una enmienda a la totalidad. Además, te puede gustar más o menos, pero esta es la Iglesia, y no la que dices tú desde tu sofá, que no se sabe si es la del año 1243 o la de 1964. Hay que estudiar más sí, y también ser más honestos y modestos.

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    5. Su tesis se basa en el encuentro de Asís para definir al Papa JP2 como personalista?
      Conoce su obra desde que fue seminarista hasta su muerte ?
      Rhaner, el CV2 y demás yerbas es lo que define a JP2 ?
      Me parece muy simple su argumentación.
      No lo tome a mal.
      En Xto

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  7. En cuanto a la socialidad, es una nota intrínseca de la naturaleza humana, al punto que dos inclinaciones raigales, de tres, de la ley natural, según Santo Tomás la contienen. En realidad el personalismo, al sustraer a la persona del fin o bien común de la naturaleza humana, aisla al sujeto y lo proyecta fantasmalmente a una trascendencia unilateral igual de fantasmal, porque Dios es el bien común de las personas y del Universo, por cierto que distinguiendo los planos.

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  8. De Koninck y, antes, Meinvielle, entre nosotros, fueron lapidarios con el personalismo, al menos el de Maritain, que creo, nunca pudo dar respuesta a sus objeciones.
    Hilbert

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  9. En el rechazo de que la persona pueda ser "objeto" parece latir una gran ignorancia de lo que significa clásicamente el ser, en efecto, objeto: se puede decir que con ello no se menta sino el ser término de un acto u operación. El mero hablar de la persona implica que ella es objeto de cierto conocimiento. Y claro que si se la ama la misma es objeto de un acto de amor (el amor, vale aclarar, no es sólo una pasión: los ángeles y el mismo Dios, que no tienen pasiones, aman).

    En cuanto a lo citado de don Giussani, no está de más recordar que por sobre las verdades creídas, conforme al CVI y a santo Tomás, tiene cierta primacía el objeto formal "quo" de la fe, en cuanto razón: la autoridad del mismo Dios revelante ("credere Deo"). Lo cual no significa, claro está, que lo creído, dichas verdades, no sea importante. Nuevamente, volvemos a la lúcida caracterización según los objetos. E incluso lo creído viene a resumirse, fundamentalmente, en Dios mismo: ("credere Deum").

    F.M.

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  10. Dice Don Wander... "Es evidente que la fe se finaliza viviendo con Dios, eligiéndole, abrazándole; pero todo ello es el resultado de un asentimiento, de una comprensión, de una adhesión a Aquel que se revela".
    Precisamente eso es lo que se llama resignación cristiana, algo que no tiene nada que ver con la resignación del mundo.
    Para el mundo "resignación" es una palabra con una carga negativa y hasta peyorativa si se quiere porque está identificada con el dolor irreparable ante una fatalidad que no tiene remedio; por ejemplo una enfermedad incurable que cuando todo nos iba bien, de golpe nos arrebata la vida de un ser querido -un padre, un hijo, una esposa- dejándonos en el mayor desconsuelo.
    ¿Por qué a mi? Es la primera pregunta que nos suele asaltar y la que muchos le hacen a Dios y hasta se rebelan contra El.
    Esa impotencia ante lo irreparable es también la que sufre todo buen cristiano, con la diferencia que después recapacita, comprende que Dios no es culpable y hasta se puede sentir reconfortado al ver que su gran desdicha puede ser también una oportunidad, una prueba que Dios le manda, y si la supera ofreciendo su cruz a Cristo para compensar en algo lo mucho que padeció por él, tal vez le pueda servir para ganar su salvación.
    Mirado así, no hay duda que la resignación cristiana de querer lo que Dios quiere puede convertirse hasta en una alegría enorme que en este mundo ruin y materialista no se puede comparar con nada.

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  11. Muy buena la entrada. Hay que incluir un apartado explícito sobre la autoridad que se transformó en “autoritarismo”. Sobre todo en ambientes clericales y de VR.. El jefe lo hace todo: da el mensaje. Organiza la economía. Hace la comunicación. Controla todo en definitiva. Es un organizador, no un hombre de Dios que guía hacia el cielo. Es un simple gestor. El progresismo es un hijo dilecto del personalismo, cree ser evangélico pero es simplemente justiciero, haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago.

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  12. ¿Es este mismo personalismo al que se lo menciona a veces como una característica de Maritain? Agradecería si algún comentarista me guía como para entenderlo o me dirija a alguna lectura pertinente.

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    1. Puede leer este capítulo (todo el libro vale la pena): https://www.infocatolica.com/blog/razones.php/personalismo:

      F.M.

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    2. Gracias, F.M., por su sugerencia. Ya estoy con el libro desde el Capítulo 1; todos los capítulos me interesan.

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    3. Pues verá lo bueno y claro que en general es. Otro suyo es "La Iglesia docta y la rebelión de los eruditos": es más breve, igualmente recomendable (en algunas cuestiones se superponen). Lo encontrará en el mismo blog.

      In Domino,

      F.M.

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  13. Un artículo muy interesante y similar público hace unos meses Adelante la fe.
    https://adelantelafe.com/que-esta-mal-en-el-personalismo-y-en-la-teologia-del-cuerpo/

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  14. A juzgar por lo señalado por el autor del artículo, entiendo que el personalismo omite la consideración de la cognoscibilidad del hombre, y, por lo mismo, también la de su misma realidad. Con lo cual ya tenemos un problema: pues si se ignora lo que es el hombre, entonces todo lo que se pueda decir de él responde no a la realidad misma del hombre, sino a una mera imposición arbitraria de la razón, esto es, de la razón raciocinante. Con lo cual, al tiempo que se reniega de la inteligibilidad conviene a todas las cosas, se desconoce también la capacidad de la inteligencia humana para conocer todas las cosas. Porque todo lo que es, en tanto que es, por eso mismo es uno, verdadero, bueno y bello, y lo propio de la inteligencia es su natural capacidad de conocer la verdad de todas las cosas. Así, lo pensaron los clásicos, y con ellos, Santo Tomás. De donde, una vez que se desconoce la natural aptitud de la inteligencia para conocer la realidad, entonces, al hablar del hombre en términos de “fluidez”, o de “relación”, o de “sentimiento”, o de “psicología”, o como quiera que se lo llame, se lo está ignorando en su verdad propia, o, lo que es más grave, renegando de su cualidad más relevante que es su propia racionalidad.
    Y. si, a su vez, se pretende asumir los datos de fe prescindiendo de la participación de la razón, entonces se terminará por sumir el dato de fe en el caótico orden de lo irracional. Adios, entonces a la necesidad de entender el dato de la revelación, o lo que el mismo Jesús y sus apóstoles, con su palabra y heroico testimonio de vida han enseñado. Porque si la relación con Dios se reduce a un “encuentro” sin saber Quién es y qué dice la Persona encontrada, entonces toda doctrina o Depósito de la fe, quedaría enteramente preterido o, derechamente, omitido. Y la verdad es que, aunque reconozco que el dato de fe, esté más allá de la razón, esto no significa que se lo deba entender como irracional o falto de razón, cuando, en rigor, aunque no lo sea para nosotros, se lo debe entender como el objeto más elevado de la inteligencia. Luego, por poco que podamos entender de las cosas más altas, este conocimiento siempre será más que suficiente para, con ayuda de la gracia sobrenatural, sostener la fe de cada uno de nosotros.
    En consecuencia, si el personalismo supone la postergación de la inteligencia por la voluntad, esto es, la pretensión de sostener a la voluntad humana sólo en sí misma, entonces, puesto que “nadie ama lo que no conoce”, de donde se sigue que la voluntad está hecha para alcanzar el bien que le muestra la inteligencia como bien, esto llevaría al hombre a caer en un ciego voluntarismo que puede hacer al hombre esclavo de sus pasiones más desordenadas.
    Luego, si hoy, en materia de fe, hay un extendido desprecio por el conocimiento que, por la vía de la razón, se pueda tener de ella, y esto es una realidad, entonces, lamentablemente, a fuerza de no escuchar hablar de ella, la posibilidad de negar dicha fe, por parte del mismo que dice adherir a ella, ya no implicaría sólo una lejana posibilidad sino más bien una muy lamentable realidad. Pues, ¿cómo podrán creer si nadie les predica?
    ¡Dios, acude en nuestro auxilio! ¡Alabado sea Jesucristo!

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  15. Vaya. Esperaba encontrar por fin un artículo en el que entender por qué el personalismo es tan nefasto realmente, pero solo he encontrado lo de siempre: caricaturizaciones y descripciones de brocha demasiada gorda. Esto probablemente confirmará a mucho "tradi" en su antipersonalismo, pero seguimos sin aclararnos.

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    1. Estimado buenos días, si quiere entender bien lo del personalismo y sus consecuencias le sugiero que lea "crítica de la concepcion de Martiain sobre la persona humana" del P. Meinvielle. Si bien tiene su dificultad allí se explica todo de manera exhaustiva.
      O también, "la primacía del bien común contra los personalistas" del filósofo Charles de Koninck. Saludos.
      Pd: uno no puede esperar entender esta cuestión por medio de un artículo o video.

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    2. Esto es un post señor, si quiere saber estudie. Acá se viene en lo posible estudiado.

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  16. Ser como las abejas, decía San Francisco de Sales, buscando el néctar de las flores. No como las cucarachas, buscando la roña.

    Cierto, eso es caer en el sentimentalismo y la poesía.

    Hay un tipo de actitud interior, de orientación de la mente, de buscar el error. Ese leer cada autor para descubrir donde esta su error, su herejía, su defecto, etc...

    Y, por otro lado, ese espíritu de cuerpo, para satisfacer nuestras ganas de pertenecer, donde "si los nuestros (los tradis, por decir algo) dicen que Mounier es malo, a encontrarle el defecto a Mounier".

    El maestro Komar rescataba aciertos de la Escuela de Frankfurt, fíjense ustedes. Y Tomas de Aquino, de Avicena, Averroes, filósofos judíos, etc...

    Y en esta ilustre tertulia, un sabio como Eck cita a Von Balthasar, y le dicen "no queremos Nouvelle Theologie". Solo Tomas de Aquino y Escolástica y Catecismo de Trento. Al menos seamos sobrios para opinar y humildes para escuchar.

    Juancho.

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  17. Vaya tema, Wanderer. Estuve leyendo algo del filósofo español Juan Manuel Burgos (de los referentes más importantes en la actualidad). Y este en uno de sus libros da una serie de rasgos filosóficos del Personalismo. El que me hizo más ruido fue uno que también se resalta el comentador Chapado a la antigua: "La cualidad más excelsa de la persona no es la inteligencia sino la voluntad y el corazón, lo que implica una primacía de la acción y permite dar relevancia filosófica al amor". Esto si que es un cambio muy profundo (una inversión en concreto) en relación a la filosofía clásica y medieval porque sigue la línea que Duns Escoto promueve en los albores de la Edad Media: el voluntarismo o la primacía de la voluntad sobre la inteligencia.
    El resto de los rasgos están explicados aquí: https://www.personalismo.org/filosofia-personalista/
    Saludos,

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  18. Estoy adentrándome en el personalismo y pertenezco a CyL. Señalas muy precisamente los errores y desvíos. Queda preguntarse qué es lo bueno que aportó o puede aportar el personalismo.

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  19. ..."Personalistas: la persona es un conjunto de emanaciones y manifestaciones psicológicas, en las que los sentimientos, las emociones, los estados de ánimo... son centrales".

    Es cierto que es importante lo que uno sienta, porque es lo que da calidad a la vida y también es una comunicación natural con el inconsciente.

    Sin embargo, el hombre es hombre porque está en constante lucha con la naturaleza para poder sobrevivir.

    Para esto no se necesita sentir. Es más, no hay que hacer sentir, porque en esa transformación de la naturaleza uno tiene que forzarse a si mismo y hacer cosas que a uno no le apetece hacer, aunque sabe que le benefician a largo plazo,

    Un ejemplo es cuando se estudia una carrera: no puede depender si a mi me apetece estudiar en este momento...

    Otro es, en el trabajo, tener que visitar clientes y cerrar ventas. Si no me apetece yo no como ni comen los trabajadores de la empresa que dependen de mi...

    ¿Se puede sacar músculo yendo a la palestra cuando a uno le apetece y quedándose en casa cuando no?

    Desde luego no se puede hacer nada grande, porque esto exige siempre sacrificio y durante años. No es un problema de sentir o de tener el adecuado estado mental.

    Con la religión es igual:

    Es el hombre el que debe adaptarse a la religión (aunque con propia personalidad ); no al revés.

    Si fuera al revés no habría una religión, sino una por cada practicante.
    Al mismo tiempo desaparecería la estructura que todas las religiones tienen para poder cumplir sus fines.

    Entonces este personalismo acabaría sin funcionar nunca siempre buscando una experiencia que le satisfaga...pero nunca podrá crear músculo.

    Seguro que un psicólogo calificaría esta sandez (muy femenina, por cierto) como una enfermedad de la personalidad. Tratable y curable.

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  20. Soy el Anónimo del 12 de septiembre de 2024, 16:52, que les pedía consejos. Tomo todas las sugerencias, de artículos y libros, y las agradezco. Para mí este blog es un remanso que siempre visito y del que me voy con ganas de leer.

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  21. A Anónimo13 de septiembre de 2024, 9:55
    “Ser como las abejas, decía San Francisco de Sales, buscando el néctar de las flores. No como las cucarachas, buscando la roña”.
    Entiendo la idea, mi apreciado anónimo. Vale decir, por elementales razones de caridad cristiana, hay que aceptar al otro en razón de sus méritos y no escaldarlo farisaicamente por sus defectos. A esto se agregan esas muy oportunas consejas evangélicas que rezan: “No juzguéis para no ser juzgados”. O “Cómo vais a decir a tu hermano, “Deja que saque la mota de tu ojo, cuando tú tienes una viga en el tuyo” (Mt. 7, 1-2).
    Pero a esto se debe agregar otro consejo evangélico, cual es el de corregir el error allí donde éste se halle, porque si lo callas, tu serás responsable de la condenación del que yerra: “Si digo a un malvado; “Vas a morir”, y tú no le adviertes ni le insistes para que se convierta de su mal camino y viva, el impío morirá por su culpa, pero demandaré su sangre de tu mano” (Ez. 3,18). De ahí, la necesidad de la corrección fraterna.
    Y el punto es que hoy no se cometen errores de menor cuantía, sino de muy evidente importancia. Como lo es, por ejemplo, tomar como voluntad de Dios lo que sólo es voluntad del hombre, o tomar como lícito lo que Dios y el orden natural entienden como pecaminoso o aberrante. La lista es larga …
    De donde se sigue que si bien es bueno amar al que se equivoca, pero, no lo es, el amar el error en el que éste cae. Y hoy, ¡cuántos errores se están callando! Y lo grave es cuando quienes incurren en ellos son quienes, por mandato divino, se constituyen en guardianes de la fe. Ciertamente no quisiera estar en sus zapatos a la hora en que se les pregunte por lo que hicieron por aquellos a quienes llevaron por el camino equivocado.
    Por consecuencia, entiendo que sería un error de falsa modestia o humildad el no corregir el error allí donde éste se halle, porque una tal actitud a la larga supone silenciar la palabra de Dios. Y hoy mi querido amigo, la Iglesia necesita más que nunca seguir predicando la palabra de Dios. “Para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad”(Jn. 37).
    Dios nos ayude, y en eso estoy con vd., en hacerlo con la máxima caridad posible.
    ¡Señor, ven en nuestro auxilio! ¡Alabado sea Jesucristo!

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  22. El término "fe" tiene dos sentidos, expuestos claramente en el párrafo 150 del Catecismo, que cito respetando la itálica:

    150 La fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios; es al mismo tiempo e inseparablemente el asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado.

    A los fines de este comentario llamaré al primer sentido "fe personal" y al segundo "fe proposicional explícita". Es claro que cuando la teología tradicional escolástica habla de "fe" se refiere al segundo sentido.

    Para que alguien llegue a la fe proposicional explícita es necesario que previamente haya llegado por vía racional a conocer lo siguiente:
    A) que Dios existe, y
    B) que Dios ha revelado en la historia a través de un medio determinado, llamemoslo M.

    Estas dos proposiciones no son parte de la fe proposicional explícita porque si lo fuesen la posición epistémica del sujeto sería circular. Por ejemplo, si la segunda proposición fuese parte de la fe proposicional explícita, la posición del sujeto sería: "Creo que Dios ha revelado a través de M porque Dios, a través de M, ha revelado que Él ha revelado a través de M."

    De paso, muchos teólogos calvinistas sostienen explícitamente la circularidad epistémica, lo cual es consistente con su noción de predestinación: los predestinados a la salvación se pararán en el círculo correcto y los predestinados a la condenación en uno cualquiera de los círculos erróneos.

    Notemos que el sentido del término "fe" en Heb 11,6: "sin fe es imposible agradarlo [a Dios], pues el que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensa a quienes lo buscan" claramente NO es el tradicional de "fe proposicional explícita" en respuesta a haber conocido la Revelación divina, sino el de una fe proposicional básica que es previa a haber discernido si Dios ha realizado (o no) una revelación en el pasado, la cual podría llamarse "fe teista básica" y es la que S. Pablo dice en Rom 1,20 que los gentiles deberían haber tenido siempre.

    Por lo tanto los pasos para llegar a la fe proposicional explícita son:

    1. Profesar la fe teista básica de Heb 11,6 en base a una inferencia racional a partir de la realidad creada (Rom 1,20, a partir de lo cual el Concilio Vaticano I define en el canon 2.1 de Dei Filius: "Si alguno dijese que el Dios único y verdadero, nuestro Creador y Señor, no puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana a través de las cosas que han sido creadas: sea anatema.")

    2. Adherirse personalmente a Dios (fe personal), lo cual implica estar dispuesto a creer todo aquello que El haya revelado en el pasado y/o (en principio) vaya a revelar en el futuro, una vez que uno haya discernido que tal Revelación divina ha ocurrido realmente (fe proposicional implícita).

    3. Identificar el medio de la Revelación divina en base a motivos de credibilidad aprehensibles racionalmente.

    4. Creer en todo lo que Dios ha revelado a través del medio identificado en el paso 3 (fe proposicional explícita).

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    1. "Es claro que cuando la teología tradicional escolástica habla de "fe" se refiere al segundo sentido".

      Pues, simplemente, no. Santo Tomás y el tomismo incluyen ambos sentidos. De allí la distinción de objetos en la fe: material, formal quod, formal quo.

      F.M.

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    2. La fe necesaria para la salvación de que habla Heb es la sobrenatural, infusa.

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    3. La razón por la que muchos teólogos calvinistas sostienen explicitamente la circularidad epistémica NO es porque encaja con su noción de predestinación sino porque ellos sostienen, como parte de su doctrina de "total depravity" (la T de TULIP), que la caida original corrompió la facultad racional del ser humano. Citando al teologo calvinista Richard Muller:

      "Whereas the medieval doctors [such as Thomas Aquinas] had assumed that the fall affected primarily the will and its affections and not the reason, the Reformers assumed also the fallenness of the rational faculty [...]. This view of the problem of knowledge is the single most important contribution of the early Reformed writers to the theological prolegomena of orthodox Protestantism."

      https://christoverall.com/article/longform/can-you-understand-a-kangaroo-without-a-bible-why-i-hold-a-revelational-epistemology/

      Esta posición, llamada presuposicionalismo y que incluye una "revelational epistemology", fue formulada por Cornelius Van Til (1895 – 1987) y divulgada por Greg Bahnsen (1948 – 1995). Citando al segundo:

      “God's revelation is more than the best foundation for Christian reasoning; it is the only philosophically sound foundation for any reasoning whatsoever.”

      https://www.monergism.com/topics/apologetics/apologetic-methodology/presuppositional-apologetics/revelational-epistemology

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  23. Hola, soy el lector español que ha comentado otras veces. Quería preguntar, con el permiso de CW, quién es Leda Bergonzi y qué sucedió con su grupo en su país. Yo no la conocía y leí que la archidiócesis de Rosario ha pedido a los fieles que se aparten de su grupo, "Soplo de dios".

    Gracias de antemano.

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    1. "Soplo de dios viviente" quise decir.

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    2. Sincretismo Religioso
      Negocios Religiosos.
      Mezcla de New Age, terapia Grupal y Sanación, con un condimento de $$.
      Cacho de Rosario, zona Sur.

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  24. ..."¿De qué sirven las monjas de clausura? ¡Mejor las que están en la calle ayudando a los pobres!"...

    En la Europa del Estado del Bienestar que sale después de la Segunda Guerra Mundial y los desarrollos económicos de sus paises, el Estado, o mejor, los políticos, se han apropiado de la educación y la beneficencia, actividades que en los países catolicos realizaban los religiosos gratis. Y como el Estado (los políticos) tiene la Ley para crear impuestos y la autoridad para recaudarlos, pues las religiosas, aparentemente, ya no son necesarias en este campo.

    "¡mejor están en la calle ayudando a los pobres!"

    Ya lo hacen.

    Lo que sucede es que esta es también una actividad que el Estado se ha apropiado, con el resultado de que gasta fortunas en mantener departamentos, políticos y funcionarios para ayudar a los pobres...¡que siguen estando en la calle!.

    Es decir, que los políticos no funcionan y acaparan funciones para chupar de la sociedad y dominar todos sus resortes.

    Cuando las monjas hacen el trabajo de estos, están ocultando a la sociedad que los políticos son unos inútiles y a los contribuyentes que el dinero de sus impuestos se malgasta para nada.

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