domingo, 28 de febrero de 2010
Así se hizo la reforma litúrgica II
viernes, 19 de febrero de 2010
Así se hizo la reforma litúrgica
Le Forum Catholique ha publicado un interesante relato de Louis Bouyer acerca de algunas circunstancias de la reforma litúrgica.
El P. Bouyer fue uno de los impulsores más importantes del Movimiento Litúrgico durante la primera mitad del siglo XX, y participó con entusiasmo de la idea de una necesaria reforma litúrgica del rito romano de la que se hablaba ya en esa época. Cuando la misma se comenzó a cristalizar durante el Concilio Vaticano II, Bouyer fue convocado como uno de los especialistas más relevantes de la Comisión encargada de preparar la reforma. Duró poco en ella. Escuchemos sus motivos:
“Le escribí al Santo Padre, el papa Pablo VI, a fin de presentarle mi renuncia como miembro de la Comisión encargada de la Reforma Litúrgica. El Santo Padre me convocó inmediatamente:
PABLO VI: Padre, Ud. es una autoridad incontestable por vuestro conocimiento profundo de la liturgia y de la Tradición de la Iglesia, y un especialista en ese campo. No comprendo por qué presenta su renuncia, puesto que su presencia no sólo es preciosa, sino indispensable.
P. BOUYER: Santo Padre, si yo soy un especialista en ese campo le diré simplemente que renuncio porque no estoy de acuerdo con las reformas que Ud. nos impone. ¿Por qué no tiene en cuenta las indicaciones que le presentamos sino que hace todo lo contrario?
PABLO VI: No comprendo: yo no impongo nada; nunca impuse nada en esa materia sino que me remito totalmente a vuestra competencia y a vuestras sugerencias. Son ustedes los que me presentan las propuestas. Cuando el P. Bugnini viene, me dice: Esto es lo que piden los expertos. Y como los expertos en ese campo son ustedes, yo me remito a vuestros juicios.
P. BOUYER: En tanto, cuando nosotros estudiamos una cuestión y decidimos qué nos parece bien proponerle a Vuestra Santidad en conciencia, el Padre Bugnini toma nuestro texto, y nos dice enseguida, luego de haberos consultado: El Santo Padre desea que introduzcáis estos cambios en la liturgia. Y como yo no estoy de acuerdo con vuestras propuestas, porque ellas son una ruptura con la Tradición de la Iglesia, entonces presento mi renuncia.
PABLO VI: De ningún modo es así, Padre. Créame, el Padre Bugnini me dice exactamente lo contrario: jamás he rechazado una sola de vuestras propuestas. El Padre Bugnini viene y me dice: “Los expertos de la Comisión encargada de la Reforma Litúrgica han solicitado esto y esto”. Y como yo no soy especialista en liturgia, le repito, me he remitido siempre a ustedes. Jamás he dicho eso a Monseñor Bugnini. He sido engañado; el Padre Bugnini me ha engañado a mí y a ustedes.
P. BOUYER: Así es, queridos amigos, como se hizo la reforma litúrgica.
No aparecen las referencias de donde ha sido tomado este texto, pero la autenticidad del mismo me parece fuera de dudas por dos razones: Bouyer dice cosas similares en otros escritos y, además, el estilo del texto, y de las ocurrencias, son muy bouyerianas.
Es verosímil también lo que se cuenta. Mons. Bugnini era un mal bicho, casi tanto como JB, y si fue capaz de masacrar y destruir la liturgia de la Iglesia, no habrá tenido ningún miramiento moral en decir unas cuantas mentiritas.
No me creo, sin embargo, la inocencia de Pablo VI. En primer lugar, el relato demuestra que no hubo inocencia porque, si es verdad que se dio cuenta de que era engañado por Bugnini, entonces debería haberlo sacado de una patada de la Comisión y deshecho todo lo que se había hecho hasta ese momento. Nada de eso hizo, sino que promulgó su Misal, que aún sufrimos, y mantuvo a Bugnini en el Vaticano como secretario del Consilium, es decir, la comisión encargada de ejecutar y controlar la reforma litúrgica. Fue eyectado como pro-nuncio en Irán en 1976, cuando ya el daño estaba hecho.
Y el Magno quería canonizar a Montini. Y ahora lo quieren canonizar a él.