jueves, 8 de febrero de 2024

El retorno del paganismo de la carne

 


Me comentaron que Netflix había lanzado un documental —“docuserie”— sobre la vida de Alejandro Magno. Decidí suspender mis deseos de verla luego de los primeros cinco minutos: la serie comienza hablando de la homosexualidad de Alejandro y dramatizando una repugnante escena amorosa con quien —supuestamente— era su amigo y amante. El hecho es una muestra más del estado de adoración que padece el mundo moderno por el sexo. ¿De qué otro modo se explica el hecho relatado, dado el caso que se trata de una serie histórica y con pretensiones científicas, sobre un personaje tan relevante para la historia universal? Y si sumamos la omnipresencia de la pornografía, que esclaviza a millones y millones de seres humanos —es cuestión de hablar con un sacerdote o un psicólogo para asomarse a esa terrible realidad oculta—, concluimos que la sexualidad y el placer que la acompaña se ha convertido en el nuevo dios del mundo contemporáneo.

    Esta situación ya la había vivido el género humano. Antes del nacimiento de Nuestro Señor, el dios que reinaba en la tierra era el dios de la carne; el paganismo estaba intrincadamente enredado con el sexo; era la misma esclavitud con la que hoy el Enemigo de los hombres los mantiene encadenados. Y fue la aparición del cristianismo la que posibilitó esa liberación. Cristo y su Iglesia fueron los únicos capaces de cortar de cuajo las cadenas de la esclavitud de la carne. Y por eso, “los cristianos no se deleitan ni discuten sobre sexo como un entretenimiento. Los cristianos no utilizan vídeos o imágenes pornográficas. Los cristianos ni siquiera hablan de esas cosas. La castidad es constitutiva de la fe y la moral cristianas. La castidad evita el trato despreocupado de asuntos sexuales propios del matrimonio. Para abreviar: lo que ocurre en el dormitorio debe permanecer en el dormitorio. La intimidad propia de la relación exclusiva que sólo comparten marido y mujer, y todo lo que conlleva, debe permanecer como un asunto privado entre los cónyuges. La única excepción son las conversaciones con un médico por motivos de salud o fertilidad o, en caso necesario, dentro del secreto de confesión”. Esto lo escribía la semana pasada el P. Kevin M. Cusick en el blog americano The Wanderer. Como decía San Pablo, “la fornicación y la impureza ni siquiera deben mencionarse entre ustedes”.

    Pero este estado de libertad y prescindencia pública de la carne se logró merced a la gracia que trajo el Señor Jesús y cuya administradora es la Iglesia. Lo aterrador es ver hoy que, frente a un estado de esclavitud peor aún que el que padecían los antiguos paganos, la Iglesia no solamente ha renunciado a constituirse en faro de liberación, sino que desde hace tiempo, de modo oficial, ha comenzado a justificar y legalizar los pecados sexuales, convirtiéndose así en aliada del nuevo paganismo de la carne. 

    Por un lado, nos encontramos con una Iglesia en la que buena parte de su clero chapotea en el pantano de estos vicios. Basta recordar lo ocurrido con el ex-cardenal McCarrick, el cardenal Coccopalmiero, el P. Rupnik o el recientísimo caso del canónigo de la catedral de Valencia. Y, por otro, con la osadía del Papa Francisco y de su lacayo purpurado, Víctor Fernández, de no sólo justificar sino incluso bendecir estos pecados en nombre de una “Iglesia en salida”. Resulta inexplicable que hombres que supuestamente conservan la fe católica, sean capaces de tamaño espanto. Viviendo en Roma, ¿no son capaces, acaso, de ver el ejemplo de los mártires —de Santa Inés o de Santa Cecilia, por ejemplo— que fueron y son testimonios rutilantes del triunfo del cristianismo sobre el paganismo del sexo y de la carne? ¿Es posible que viviendo en la Ciudad Santa, rodeados del testimonio de quienes nos precedieron en la fe, se atrevan a semejante vileza?

    Llama la atención también que Bergoglio y Fernández no se sonrojen ya no sólo en escribir declaraciones que documentan su ramplona ignorancia (“La sospecha de ignorancia y mala fe pesará sobre Fernández en cualquier documento que firme posteriormente”, declaró recientemente Mons. Nicola Bux) sino que no temen caer en las contradicciones más flagrantes. Por ejemplo, tanto Fiducia supplicans como el documento aclaratorio posterior, dicen que las bendiciones a parejas del mismo sexo deben realizarse fuera del templo y de cualquier contexto litúrgico. Y lo mismo ha dicho en más de una ocasión el Papa Francisco. Sin embargo, el arcipreste de la basílica vaticana ha dado instrucción a los canónigos de San Pedro sobre el modo de impartir esas falsas bendiciones en ese templo y junto a la tumba de San Pedro.

    Llama la atención también el acostumbramiento de los fieles católicos a estos escándalos. Como la rana de Clerc, nos hemos acostumbrado a que el agua cada día suba un poco de temperatura y dentro de muy poco seremos ya incapaces de saltar de la cacerola. No sólo nos hemos acostumbrado a la impunidad de la que gozan los jerarcas depravados, o a los escándalos contra la fe católica, sino que incluso nos quedamos impávidos frente a las burlas que sufrimos por parte del pontífice romano. No es otra cosa, por ejemplo, el hecho de que Bergoglio considere que los jóvenes que prefieren el rito tradicional o que los seminaristas que usan sotana sufren de algún tipo de desorden psicológico y, al mismo tiempo, ubique en el delicadísimo puesto de prefecto de Doctrina de la Fe a una persona que durante toda su vida sacerdotal ha escrito gran cantidad de textos de altísimo contenido sexual. ¿Quién es el que tiene problemas psicológicos? 

    San Serapión de Thmuis relataba a San Atanasio —y éste luego lo escribió en su biografía de San Antonio—, que dos años antes de su muerte, Antonio entró en un trance extático y tuvo una visión inquietante que presagiaba la violencia que devastaría Alejandría en 356. Vio un altar rodeado por un círculo de mulas que lo pateaban furiosamente, enloquecidas. Esto lo interpretó como “la ira” que alcanzaría a la iglesia; las mulas eran los arrianos que atacaban a la iglesia con la violencia de “bestias irracionales”. Entonces profetizó que “así como el Señor se ha enojado, así de nuevo sanará” y que los perseguidos y exiliados serían restaurados (VA 82). Hoy vemos que también una tropilla de mulas enloquecidas están pateando no solamente el altar de la eucaristía sino también el mismo edificio doctrinal de la Iglesia, impeliendo toda su fuerza para que ésta acepte el retorno del paganismo de la carne. Es como si el demonio quisiera resarcirse de la derrota que sufrió en los primeros siglos y volviera ahora con más fuerza por sus fueros. Quiera el Señor de nuevo sanarnos; quiera que todos los que son perseguidos por los nuevos arrianos, sean restaurados. 


36 comentarios:

  1. Qué difícil es vivir en el mundo del absurdo cuando éste es avalado y promovido propio por un 'papa' y su entorno. Ofender sin motivo los seminaristas que siguen la tradición de la Iglesia y promover el pecado, la dice lunga y dice claro quién tiene problemas psicológicos... Estamos viviendo si, el retorno de Satanás con sus refuerzos.
    Que Dios tenga piedad de nosotros nos libere de esta situación y libere la Iglesia de los traidores.
    Sara

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  2. Así es.

    A propósito de Rupnik, me permito recomendar este excelente artículo sobre la perversión ya presente en su "arte" pseudo-bizantino (que tanto gustaba al Magno y todavía hoy a los neocons). https://hilarywhite.substack.com/p/the-eyes-of-marko-rupnik-black-soulless

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  3. Efectivamente no podamos darnos el lujo de ser condescendientes ni complacientes con el pecado de la fornicación ni mucho menos consumir estas producciones cinematográficas que se venden como históricas pero en el fondo solo tienen intenciones de hacernos caer en la tolerancia de lo prohibido, poco a poco como la rana de Clerc. Al vaticano se lo respeta, pero si las personas que ocupan sus cargos lo emplean para propagar el mal debemos repudiarlo, porque poco a poco la corrupción se esparcerá más, y tal vez llegue un momento donde esto se convierta en una cizaña demasiado dura para cortar.

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  4. Se dice que el Renacimiento de los siglos XV y XVI se llama así porque fue como un reverdecer del humanismo de la Grecia clásica y hedonista, aunque sin enfrentar al cristianismo y su doctrina fielmente custodiada por la Iglesia.
    Podría decirse que hoy asistimos a un segundo Renacimiento, claro que esta vez mucho más agresivo y violento, porque al descarado desafío del mundo y sus políticos que rebelándose contra el Cielo aprueban leyes inicuas buscando imponer manu militari el aborto, la homosexualidad y la ideología de género, se suma también la nueva iglesia de Francisco y Tucho que descaradamente quieren bendecir como bueno el pecado que la Iglesia siempre condenó como malo.
    Hace años me convencí que la Iglesia y el mundo se subieron alegremente a un tobogán que irreversiblemente termina en el infierno.
    Los que todavía sueñan que de esta catástrofe sólo nos puede salvar un Papa santo que venga después de Francisco, están muy equivocados. La herida es tan profunda que la apostasía que domina a cardenales, obispos y sacerdotes enamorados de los cambios heréticos nunca aceptarán lo que diga ese eventual Papa santo por más excomuniones que aplique.
    La Iglesia y el mundo viven crisis terminales que no pueden tardar en explotar como un supervolcán a punto de entrar en erupción.
    Los presagios que promete este 2024 no pueden ser peores. Recién comenzado el año, Francisco se pasea látigo en mano acusando de "grupúsculos ideologizados" a quienes no aceptan la bendición de parejas homosexuales. Aún así, los que se rebelan contra el látigo papal no cederán ni un ápice.
    ¿Cómo acabará esto? De la peor manera, no hay otra.
    El mismo pronóstico vale para el mundo. Las guerras de Ucrania y Medio Oriente se agravan cada día más, especialmente esta última por ser una guerra religiosa y porque Israel es el pueblo elegido que fatalmente se encamina al cumplimiento de todas las profecías desde el profeta Daniel hasta la fecha.
    Esa es la realidad que tenemos ante nuestros ojos, cerrar los ojos a esa realidad no cambiará la historia para nada. Lo que tiene que ocurrir, ocurrirá. Lo que viene después sólo Dios lo sabe.

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    1. Estimado Fuenteovejuna, ud. tiene razón, la situación es grave, una sociedad perdida che ha contaminado el andamiento de la Iglesia, en vez que ésta cumpliera la función de purificarla. Pero permita desear que el próximo Papa sea un Papa Santo, cuanto deseo y por esto rezo. No creo que se caerá peor que ahora y que un próximo vendrá a purificarla (ya sea lentamente) de todos los errores que ha cometido este papado. El Señor no nos puede abandonar en este calderón! No imagino en el horizonte otro Francisco y menos uno peor. Rezo por el punto fundamental del conclave: que sea el Espíritu Santo a proveer realmente al DISCERNIMIENTO, que sea éste 'real', 'verdadero' que ilumine a loa cardinales y no una mafia, que haya servido el hecho que tarde o temprano todo viene a la luz y los fieles no son estúpidos. No es que me fío de estos cardinales en general, más sí en la acción del Espíritu Santo que despierte en ellos la conciencia. En fin, que el próximo sea un VERDADERO conclave como debería ser. Para ud. esto es imposible que suceda?
      Sara

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    2. Para comparar el momento actual con el Renacimiento hay que tener mucha imaginación. Algo que se ve que no le falta, a Dios gracias.

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    3. Estimada Sara
      Cuánto quisiera yo que usted tuviera razón, desgraciadamente no creo que sea así. Creo que los planes de Dios van por otro lado. Creo que la apostasía de la Iglesia y la rebelión del mundo contra Dios es tan grande que el castigo es inevitable. Pero lejos de ver eso como un destino miserable, creo que es el precio que debemos pagar para merecer lo mejor que está por venir. Dios nos ha creado para la felicidad en este mundo y también después en la vida eterna.
      Sara, no pierda las esperanzas ni el optimismo, Cristo nos ha prometido que nunca nos abandonará, que estará todos los días con nosotros hasta el fin del mundo y que las potestados del infierno no prevalecerán contra la Iglesia que fundó en cabeza de Pedro.
      El que persevere hasta el fin es el que triunfará. Cristo Vence, Cristo Impera. No lo olvide.

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    4. Si no hacemos -todos- mucha penitencia, del cónclave no saldrá nada bueno

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    5. Estimado anónimo de las 0.30
      Su respuesta es tan cortita que no entiendo lo que dice. ¿Me está insinuando que no entiende lo que digo porque usted tiene poca imaginación? Si fuera un poco más claro tal vez podría contestarle.
      Que pase bien el día.

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    6. Relájese un poco, Ovejuna, le da demasiada importancia a quienes lo critican. Ignórelos y chau pinela.

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  5. "Los cristianos ni siquiera hablan de esas cosas."

    Con la salvedad de que los padres DEBEN hablar del tema con sus hijos en varias ocasiones a medida que crecen, enseñandoles lo apropiado para cada etapa.

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  6. GASTÓN: Pues prepárense Vds con la canción que presenta España en el festival de Eurovision. Se llama "Zorra " y hace honor al nombre. Con creces

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  7. No creo que los fieles católicos nos hayamos acostumbrado a los escándalos. Simplemente, en una institución tan clerical y jerarquizada no podemos hacer nada, aparte de rezar, claro.

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  8. Estimado Wanderer.
    Con respecto a esas películas pretendidamente llamadas históricas, son un buen pretexto para instalar en el espíritu de la gente la idea de que las relaciones sexuales ilícitas son buenas.
    Lo que no puede acertarse a explicar es cómo puede ser posible que dentro de la Iglesia no tengan vergüenza ni pudor ni temor de Dios, para cometer pecados tan nefandos.

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  9. Isabella Católica8 de febrero de 2024, 23:23

    Con mucha amargura tengo que comentar algo que me dejó muy mal... El afiche de Semana Santa en Sevilla 2024.
    Presentan a Cristo nuestro Señor muy lánguido y afeminado.Es una blasfemia.

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  10. La película de Alejandro...y lo que hicieron con la última de Napoleón, perrito faldero de Josefina. Hollywood, Disney, las plataformas son una máquina de lavar cerebros con detergente WOKE.

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  11. Todo esto fue PROFETIZADO por la Virgen en San Sebastián de Garabandal. Se habló de los Papas que vendrían y que el último de esa secuencia sucesoria (que coincide con el actual) "tendrá que sufrir mucho" (no sabemos si en esta vida o en la otra), según expresó Conchita González.
    Está muy bien advertir cada una de las felonías que cometen para evitar la profunda confusión que reina tanto en la inteligencia, como en el corazón del hombre actual...

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    1. El Papa que habría de sufrir mucho era Benedicto XVI. Con su muerte se inicia el final de los tiempos. Literal

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    2. Isabella Católica9 de febrero de 2024, 23:36

      El era el Katejon, después de él, se liberó todo el mal.

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  12. Que daño grave están haciendo estos falsos pastores que conducen la Iglesia al crear confusión y división !!!. Se habla de que muchos "sacerdotes" y "obispos" son marxistas infiltrados ... otros masones ... otros ideólogos "progresistas" (homosexuales incluidos) del nuevo orden mundial ... otros ... pocos (ojalá) practican ritos satánicos ... en cualquier caso TODOS los sacerdotes y obispos al ser ordenados tienen un fin sagrado que Cristo les dio ... ser llamados para dedicarse a la salvación eterna de sus hermanos, los hombres, para bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, para predicar el Evangelio, perdonar los pecados y convertir el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Pregunta: es "válido" el sacramento del Orden Sagrado para aquéllos que al ordenarse no tenían la intención de cumplir el mandato de Jesucristo y sí, fines particulares o contra la Iglesia ?. Y por lógica consecuencia ... son válidos los sacramentos que éstos imparten ?. Cómo sabemos ? Sólo nos queda confiar en la infinita Misericordia de Dios para un corazón arrepentido ... !!!

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    1. Me permito responderle desde mus conocimientos de Dcho. Canónico.
      De todos los sacramentos, aquel q requiere para ser válido, del consentimiento íntegro y de la voluntad de cumplir con todo aquello a lo que se comprometen las partes, es el matrimonio. De modo que, aquel que públicamente afirma su deseo de contraer matrimonio, de ser fiel, de estar dispuesto a amar y a cuidar de su cónyuge hasta la muerte y de estar abierto a la procreación, si todo esto confirma públicamente, pero lo rechaza en su fuero interno, ese tal.peca y hace nulo el.matrimonio.
      NO OBSTANTE, como el matrimonio goza del favor del Derecho, se presume válido, y por tal se tiene en tanto no se pruebe debidamente lo contrario.
      El sacramento del Orden requiere si, la idoneidad del ordenando (vg., x buen chico q sea, no podría recibirlo un oligofrénico). Pero no (entiendo), el q tenga la intención de ser fiel.y de cumplir con aquello a lo q se compromete. Esto sería un pecado grave, no cabe duda; pero necesariamenta causa de nilidad.
      OTROSÍ: Volviendo sl.ejemplo del matrimonio, suponga.os q 2 jóvenes reciben el sacramento, habiendo decidido no tener hijos. Ambos mienten y pecan. Pero, mientras uno piensa no tenerlo por unos años, el otro los excluye totalmente. Éste hace nulo su consentimientoy el matrimonio mismo. A los 10 años, x 1 descuido, se produce un embarazo.
      Una de dos: 1) el excluyó, lo rechaza, etc. Se separan, etc. El otro puede iniciar nulidad x exclusión de la prole.
      2) Termina aceptando y cuando nace el bb, se arrepiente de no haberlo querido antes. Convalida el matrimonio. Con efecto retroactivo. En Dios, todo es HOY.
      Saludos.


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  13. Entiendo que Santo Tomas de Aquino consideraba que los pecados del sexto mandamiento son los que más fieles llevan al infierno. Nuestro Papa Bergoglio o se cansa de decir que los estos pecados son poca cosa. Como dijo Jesús: Si un ciego guía a otro ciego ambos casaran en una fosa. Con los altos jerarcas como el Tucho están escandalando a "los prqueños", y considerando las palabras tremendas de Jesús sobre tales escándalos, urge ofrecer oraciones y sacrificios por la salvación de estos jerarcas y en primer lugar el Papa Bergoglio
    que es el que colocó a Tucho donde está, pues hasta se le está llamando "el pornocardenal".

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    1. ¿Dónde está eso de que "Santo Tomas de Aquino consideraba que los pecados del sexto mandamiento son los que más fieles llevan al infierno"?
      Eso más bien proviene de revelaciones privadas y consideraciones de moralistas a partir del siglo XVI.
      No es que sean "poca cosa", pero no son los pecados más graves de suyo, y esto debemos recordarlo, porque hay quienes repiten "castidad, castidad" pero no tienen problemas en ser usureros, por ejemplo, o son anticaritativos con sus semejantes.

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    2. Que no sean los pecados más graves, no significa que no sean los que más se cometen. Y como su gravedad es, en general, mortal, no es necesario que sean los más graves para conducir al infierno: basta que sean graves, i.e., mortales.

      Santo Tomás dice que la mayoría de los hombres se deja llevar por la sensibilidad, para mal (De malo, q. 1, a. 5, ad 16; a. 3, ad 17; S. Th., I, q. 63, a. 9, ad 1; q. 49, a. 3, ad 5; I-II, q. 71, a. 2, ad 3). Lo que al parecer dicen los moralistas, entonces, constatando lo que parece ser una cuestión de hecho, tiene, por tanto, un fundamento en el Angélico.

      FM.

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  14. Si cara burlona y maligna le delata.

    Que desgracia de nombramiento.
    Puaff!

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  15. Well done, Mr. Wanderer. Now we are talking...

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  16. En realidad es desmoronar el decálogo en todo lo que no esté incluido en el código penal. Primero, segundo, tercero, sexto y noveno. El cuarto se arregla con las residencias de ancianos y el quinto no acoge a todos.

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  17. Una cita quizás un poco larga de Donoso Cortés que me parece que viene a cuento sobre el artículo:

    Supuesta la bondad ingénita y absoluta del hombre, el hombre es un mismo tiempo reformador universal e irreformable, con lo cual viene a ser transformado de hombre en Dios; su esencia deja de ser humana para ser divina; él es en sí absolutamente bueno y produce fuera de sí, por sus trastornos, el bien absoluto; bien sumo y causa de todo su bien, es excelentísimo, sapientísimo y potentísimo. La adoración es una necesidad tan imperiosa, que los socialistas, siendo ateos y no pudiendo adorar a Dios, hacen a los hombres dioses para adorar alguna cosa de alguna manera.
    Siendo éstas las ideas dominantes de las escuelas socialistas acerca del hombre, es cosa clara que el socialismo niega su naturaleza antitética como una pura invención de la escuela católica. Por eso el sansimonismo y el fourierismo no admiten que el hombre esté de tal manera constituido que un lado vaya su entendimiento y por otro su voluntad, ni conceden que haya contradicción de ninguna especie entre su espíritu y su carne; el fin supremo del sansimonismo es demostrar prácticamente la conciliación y la unidad de esas dos poderosas energías. Esta suprema conciliación estaba simbolizada en el sacerdote sansimoniano, cuyo oficio era satisfacer el espíritu por medio de la carne y la carne por medio del espíritu. El principio común a todos los socialistas, que consiste en dar a la sociedad mal construida una construcción análoga a la del hombre, que está construido de una manera excelente, condujo a los sansimonianos a negar toda especie de dualismo político, científico y social, cuya negación era necesaria, supuesta la negación de la naturaleza antitética del hombre. Proclamada la pacificación entre el espíritu y la carne, procedía proclamar la pacificación universal y la reconciliación de todas las cosas; y como las cosas no se pacifican ni se concilian sino en la unidad, la unidad universal era una consecuencia lógica de la unidad humana, y de aquí el panteísmo político, el social y el religioso, los cuales constituyen el despotismo ideal a que aspiran con una inmensa aspiración las escuelas socialistas. El padre común de la escuela de Saint-Simon y el omniarca de la escuela de Fourier son sus personificaciones augustas y gloriosas.
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  18. Volviendo a la naturaleza del hombre, que es nuestro objeto especial por lo de ahora, supuesta por un lado su unidad y por su bondad absoluta, procedía proclamar al hombre santo y divino; santo y divino no solo en su unidad, sino también en todos y en cada uno de los elementos que la constituyen; y de aquí la proclamación de la santidad y de la divinidad de las pasiones; por esta razón, todas las escuelas socialistas, unas implícita y otras explícitamente, proclaman las pasiones divinas y santas. Supuesta la santidad y la divinidad de las pasiones, procedía la condenación explícita de todo sistema represivo y penal, y sobre la condenación de la virtud, cuyo oficio es atajarlas el paso, impedir su explosión y reprimir sus ímpetus. Y, en efecto, todas estas cosas, que son a un mismo tiempo consecuencias más remotas, están enseñadas y proclamadas con un cinismo mayor o menor en todas las escuelas socialistas, entre las que resplandecen la sansimoniana y la fourieísta, aventajándose a las demás como si fueran dos soles en un cielo estrellado. Eso es lo que significa la rehabilitación sansimoniana de la mujer y su pacificación de la carne. Eso es lo que signfica la teoría de Fourier acerca de las atracciones. Fourier dice: “El deber procede del hombre (entiéndase de la sociedad) y la atracción de Dios”. Mad. De Coeslin, citada por M. Luis de Raybaud, en sus Estudios sobre los reformistas contemporáneos, ha expresado este mismo pensamiento con mayor exactitud, diciendo: “Las pasiones son de institución divina; las virtudes, de institución humana”; lo cual quiere decir, supuestos los principios de la escuela, que las virtudes son perniciosas y las pasiones saludables. Por esta razón, el fin supremo del socialismo es crear una nueva atmósfera social, en que las pasiones se muevan libremente, comenzando por destruir las instituciones políticas, religiosas y sociales que las oprimen. La edad de oro, anunciada por los poetas y aguardada por las gentes, comenzará en el mundo cuanto tenga principio ese gran suceso y cuando despunte en los horizontes esa magnífica aurora. La tierra entonces será un paraíso, y ese paraíso, con puertas a todos los vientos, no será, como el católico, una prisión guardada por un ángel; el mal habrá desaparecido de la tierra, que ha sido hasta ahora, pero que no está condenada a ser perpetuamente, un valle de lágrimas.
    (Donoso Cortés, Ensayo Sobre el Catolicismo)
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  19. Aunque aplica a casi todas las culturas y religiones, alguna vez he llegado a pensar que la prohibición de fornicar tiene su raíz en evitar enfermedades (ETS), principalmente y descendencia ilegítima o natural; mientras que la del adulterio, además de por el primer motivo anterior, para evitar una falsa paternidad en la progenie (en cuanto a la carga de la crianza y transmisión de la herencia se refiere).
    Saludos,
    M.A.

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    1. Entonces para Ud. la moral se explica por la biología. Triste lo suyo. Se nota que no es católico.

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    2. ¡Sí! soy católico (que significa universal)... Pero como ya digo al principio del comentario, estas prohibiciones están presentes en muchas culturas y religiones, por lo que debe tratarse de algo natural o como dice usted, biológico y por tanto, implantado por el Creador...

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    3. Lo que ocurre, estimado, es que la moral católica no se explica como una especie de "sublimación" de pautas biológicas. Se trata de órdenes diferentes. Que determinadas normas morales estén presentes en diferentes culturas indica, más bien, que la ley moral natural es en sí misma cognoscible por la luz natural de la razón. Claro que la moralidad favorece a la biología (piénsese, por ejemplo, en las consecuencias biológicamente negativas de la drogadicción), pero no es la biología la que determina la cualificación moral de un determinado acto humano.

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  20. El primero que peca contra sextum es el Trucho con sus soframas.

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  21. GASTÓN: Si no recuerdo mal San Roberto Belarmino atribuía la primacía de los pecados a la Envidia

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  22. A propósito del post “El retorno del paganismo de la carne”.
    “Hoy vemos que también una tropilla de mulas enloquecidas están pateando no solamente el altar de la eucaristía sino también el mismo edificio doctrinal de la Iglesia, impeliendo toda su fuerza para que ésta acepte el retorno del paganismo de la carne. Es como si el demonio quisiera resarcirse de la derrota que sufrió en los primeros siglos y volviera ahora con más fuerza por sus fueros”. (Wanderer)
    Sí, ésta es la impresión que muchos tenemos de lo que está ocurriendo en el seno de la Iglesia Católica, con el agravante de que quienes hoy ocupan los cargos más alto del gobierno de la Iglesia son los que parecen provocar tal grado desorden doctrinal. ¿Qué es lo que se está viendo? Pues, como lo deja ver ese cortejo incesante de reuniones sinodales, de documentos del estilo de Laudato si, Fratelli tutti, Evangelii gaudium, Amoris laetitia, Querida Amazonía, Traditiones Custodes, de cuya lectura surgen preocupantes afirmaciones que parecen conculcar las mismas bases de la fe cristiana, pareciera que la preocupación principal de los jerarcas de la Iglesia pase por ver, no de qué modo se puede imitar de la mejor manera a nuestro Señor para alcanzar el más alto grado de santidad posible a través del seguimiento de los pasos de Cristo en la Tierra, sino para ver de qué modo se pueden sortear las debidas exigencias que el mismo Señor Jesucristo ha dispuesto para quienes quieran seguirlo. Vale decir, ya no sólo no importa el grado de incoherencia que pueda haber entre lo que el hombre desea y lo que la misma la voluntad de Dios deja ver, sino que, sin tapujos, ya se está pretendiendo imponer, a como dé lugar, la misma voluntad del hombre. Y así, al menos implícitamente, a fuerza de imprecisiones y ambigüedades doctrinales, se está arrojando un grueso manto de ocultamiento sobre los mandamientos de la Ley de Dios, sobre algunos pasajes de las Escrituras, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento, de San Pablo o del mismo Jesucristo. Esto es, como si el mandato de ir a enseñar todo lo que Dios nos ha enseñado a través de la Revelación, fuese reemplazado por el id y aprended todo lo que todo lo que el mundo quiere hacer. No importa cuán repugnante y blasfemo eso que se pretende imponer a la grey católica pueda ser para los ojos y oídos de todo buen cristiano que pretenda permanecer fiel a la Tradición de la Iglesia. Lo que cuenta ahora ya no es la Palabra de Dios sino la palabra del hombre. Y no de cualquier hombre, sino, sobre todo, la del que sólo parece poner en entredicho lo que la misma palabra de Dios sostiene.
    ¡Qué importancia cobra ahora el poder de la oración y testimonio de tantos fieles cristianos, y, de modo especial, de tantos monjes monjas de contemplación, que a lo largo de todo el mundo, ruegan por la conversión y santidad de los paganos y por la reconversión y santidad de los mismos fieles cristianos!
    ¡Señor protege a tu Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!

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