La ocasional inclusión del artículo escrito por un perejil de Página 12 sobre los nazis vernáculos despertó una catarata de comentarios, y de polémicas, absolutamente inesperada. Los participantes han sido todos, o casi todos, católicos “del palo” y, sin embargo, sostienen posiciones antagónicas sobre el nacional-socialismo y su líder, Adolfito.
En el medio se colaron gratuitas agresiones a Mary Lennox, una dama, realizada por un falso Anónimo Normando, y a Cristián Dodds, un caballero, realizadas por un simple anónimo. Disculpas a ambos por admitir dichos comentarios, pero ellos ponen de manifiesto la bajeza de ciertos nazis criollos.
Aclaro lo de “ciertos”, porque conozco a otros que son verdaderos caballeros y de quienes me declaro fiel y orgulloso amigo, más allá de que pueda disentir con todas o partes de sus ideas.
Varias veces he discutido con amigos nazófilos y antinazis, con cerveza y whiskey de por medio, lo que, creo yo, constituye el fondo del problema: el nazismo, como cualquier otro fascismo, es un fenómeno moderno, y la modernidad es... la modernidad. Lo tradicional, en los sistemas políticos, es la monarquía y, por eso, yo me proclamo monárquico. Recomiendo vivamente la lectura de las obras de Jean Raspail, particularmente “Sire”, para comprender la idea del rey en su sentido más profundo y tradicional, a partir de una novela, como es lo que escribe este autor.
Conozco la respuesta de mis apreciados amigos nazis: hoy es imposible volver a las monarquías, por varios motivos, y el más importante de todos, porque los herederos de las dinastías más tradicionales no son más que una manga de cholulos liberales, preocupados por su aparición semanal en la revista Hola. Veamos, si no, a los varios pretendientes a la corona de España o a los tristes despojos de los Habsburgo. Ninguno de ellos posee el liderazgo natural que constituyó a sus antepasados en “duces” (dux, ducis) o conductores del pueblo y, luego, el ser reconocidos naturalmente como reyes. Frente a esta situación, arguyen, la solución es volver a los orígenes y ser aún “más tradicional” que la monarquía aceptando la conducción de los líderes naturales de la sociedad. Tal sería el caso de los fascismos o semi fascismos con los liderazgos de Hitler, Mussolini, José Antonio, Franco e, incluso, Perón.
No niego que el argumento tiene fuerza y coherencia. Sería una suerte de hipertradicionalismo o arcaísmo político, cargando a estas expresiones de un sentido positivo. Habrían, sin embargo, varias objeciones que hacer, y sólo mencionaré una, dejando a los inteligentes y agudos lectores del blog, las otras. Yo particularmente, poseo una constante méfiance de los movimientos populares. Los 17 de octubre, con morochos sudorosos vivando al coronel, me producen escozor, sobre todo cuando pienso que es justamente, esa marejada humana la que voltea y levanta gobiernos. Algún lector peroncho me dirá: “Claro, Ud. prefiere las asambleas populares del Monumento a los Españoles, con Channel Nº 5 y Cardón”. Y, la verdad que sí, al menos desde un punto de vista estético, pero tampoco las considero aptas para definir gobiernos.
Hace poco escuché a un viejo y ya amortiguado maestro, decir con desparpajo en una reunión de amigos: “Seamos claros, a los gobiernos los constituyen las élites”. Y creo que tiene razón. La democracia es un cazabobos, como todos sabemos. El poder real siempre reside en manos de unos pocos que, en buena política, debieran ser los aristós, o los mejores pero que, en la práctica, suelen ser los “vivillos” o los corruptos, que utilizan hábilmente a las marejadas humanas para legitimarse. Y los movimientos fascistas, creo yo, son necesaria o primariamente movimientos populares.
Pero mi objeción última y definitiva podría ser considerada fundamentalista o hiperarcaísta o, incluso alguno podría llegar a decir, gnóstica. El gobierno de las sociedades humanas debe estar ordenado según el sistema de castas. Y así, unos nacen para mandar y otros para obedecer.
¿El pintor vocacional austríaco habrá integrado el primer grupo? Lo dudo.
Y no digo más, no vaya a ser que la petisa del Inadi me meta preso.
jueves, 25 de septiembre de 2008
Concluyendo....
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"debe estar ordenado según el sistema de castas"
ResponderEliminarWanderer, sus ideas destilan voluntarismo jesuita.
El duendecito de la casita del fondo
Estimado Wanderer:
ResponderEliminarEsperaba este post. Lo celebro vivamente. Coincido en (casi) todo.
Sobre la Monarquía, quisiera agregar: si se trata de volver a ella de algún modo, ha de ser algo análogo a la Monarquía Medieval. Un régimen político en el que el poder del monarca esté limitado por la ley natural y divino positiva, pero en el que, además, exista una descentralización real, un cúmulo de fueros, pactos, cuerpos intermedios, mandatos imperativos, representación ante el poder, etc., que actúen como límites jurídicos y fácticos al poder monárquico.
El absolutismo monárquico de la modernidad confunde el bien común político con bien público, y recurre a la maquivélica razón de Estado que legitima cualquier medio por inmoral que sea.
Cordiales saludos.
Estimado Wanderer:
ResponderEliminarAceptadas sus disculpas.
¿Será el problema que ve en los 17 de octubre las masas? Esa despersonalización del hombre, que en la monarquía y en el orden de clases se guardaría pues cada uno estaría cumpliendo aquello a lo que fue llamado, aquello para lo cual fue hecho, cosa que en los regimenes actuales no se cumple, puesto que "cualquiera es un señor cualquiera es un ladrón...".
En fin, gracias por acceder a la mitad de mi súplica y concluir pero me debe maese el post para meditar.
Un cariño grande
La pequeña Mary Lennox
wanderer: por suerte dio por concluida la cuestión. Aunque lo dudo, siendo el liberal que es seguramente lo vuelva a traer cuando baje su rating.
ResponderEliminarsiga escribiendo en su blog y añorando la aristocracia y las monarquías medievales pero le sugiero que de vez en cuando se de una vuelta por la Realidad. Es más importante que todas las ideologías juntas.
pero bueno, es solo un consejo por su salud.
Apreciado Wanderer
ResponderEliminarEn su momento lo reté a duelo, mediante una sofisticada propuesta que ud. gentilmente declinó. Lamento saber ahora que ni siquiera podríamos haberla enriquecido con una última conversación, previa a la mutua amnesia. Porque me vengo a enterar que ud. toma whiskey, y a mí lo que me gusta es el whisky. Imagino, empero, que nos queda el recurso de la beerra.
Trata de poner ud., con este comentario, punto final a una larga cuestión (ciertamente no concluida), pero lo que en verdad pone es un nuevo punto de partida; habrá que ver. La monarquía: ¿regresión, nostalgia, necesidad insustituible, aferramiento a formas políticas imposibles? Las formas variaron con la historia, e hicieron cumbre con la monarquía cristiana, hasta la última... El poder, el rumbo de las sociedades, el estado del mundo, no es un problema estético, ud. lo sabe: la realidad se conforma de morochos sudorosos y de gordis entalcadas. Los mejores jefes trataron de darle forma a la realidad humana completa, levantando a algunos, abajando a otros y apaleando un poco a todos.
César, dux, jefe, caudillo. Un rey. Un mando poderoso y eficaz, no licitado. Bueno o malo. O parte y parte. Desde Octavio Augusto a Juan Domingo, malgrado cualquier comparación, los hombres se entregan al jefe: lo respetan, lo aman, lo temen, lo defienden. Muerto, lo evocan y piden al cielo que se repita, que resucite en algún heredero. Esa personalidad que se ocupa de las cosas de los hombres, aparte de ir a Misa.
Digo que han muerto todos. Que sólo tenemos hacia el futuro posibilidades limitadas, comarcales, isleñas. Digo más. Digo que cuando se presente otra vez una jefatura incuestionable, masiva, poderosa y eficaz, ya no será cristiana sino diabólica.
Es claro que no digo todo y que lo que digo no es ninguna novedad. Pero quiero seguirle la corriente, apreciado Wanderer, a ver si, por un rato nada más, pasamos de la historia al porvenir. Si saltamos de la pena y el quiero retruco que nos provoca la memoria a intercambiar formas de sobrellevar la tragedia que nos susurra la imaginación.
Su propuesta de un sistema de castas, apreciado Wanderer, más que hiperarcaísmo es hiperquietismo, negación del dinamismo histórico, de la realidad misma de la vida. ¿Le molestará si le digo que descuida la libertad humana? Sí, es gnóstica, es una teoría política hecha con naipes y rollos ocultos.
ResponderEliminarEn primer lugar (nada más que para practicar argumentos), porque sólo se podría establecer aplastando las individualidades, o sea, arrancando por una tiranía que baraje de nuevo. Luego se necesitará que unos pocos clasifiquen a los mandan y a los que obedecen, al pie de la cuna o en la puerta del colegio. O sea, se necesitará lo que usted no quiere, las elites. ¿O acaso habla de selección natural? Avise.
En segundo lugar, porque aunque Dios le dé a ud. una sociedad de juguete para practicar política, y ud. sea el capanga que logre imponer su fórmula nocturna, más tarde o más temprano va a aparecer alguien, con razones buenas o razones pésimas, a imponer y regir otro sistema, no sin antes haberlo aplastado a usted. Dios, por supuesto, no va a decir nada.
No hay sistema perfecto. Vaya perogrullada. Lo mejor, lo más cercano a lo perfecto, ya ocurrió y no nos tocó. Pero también eso dependió, como depende ahora cada cosa que nos toca, del movimiento y de la duración de los hombres.
Quizás habla de una sociedad diferenciada por algo mejor que la virtud y la honra, o tal vez extraña algo, no sé. Pero hasta donde ud. explicó y yo entiendo, si lo único que quedara en el mundo fuera su sociedad ideal, apreciado amigo, prefiero quedarme solo y esperar que brille una cruz en el cielo. En una de ésas, mientras espero, hasta le armo una revolución.
Estimado Wanderer:
ResponderEliminarMe alegra su comentario, porque aclara un poco su posición en este punto. No quiere decir que comparta todo lo que dice, pero era importante saber su opinión sobre los fascismos...
La visión acerca de los actos "17 de octubre" me hace recordar que años ha, bajo cierto punto de vista, era más divertido ir a los actos de la UCEDE que a los actos peronistas: muy simple, había chicas más monas...Sin embargo...en los actos peronistas (en algunos al menos) se notaba un ambiente más patriota, más nacional...más nuestro...(lo poco nacional que podía encontrarse en los actos liberales eran los jóvenes conservadores de boina colorada, que algo de patriotismo heredaron, tal vez porque Alsina no fue igual que Mitre)...Por de pronto, de haber vivido en aquella época, tenga por seguro que yo hubiera estado en Plaza de Mayo el 17 de octubre y no en el acto mitro- marxista y aliadófilo de la Unión Democrática, aunque este haya sido un acto más "paquete"...Además con ese argumento estético, todos hubiéramos sido unitarios...Lo que no me escandaliza, pues ciertamente hubo unitarios de pensamiento más o menos tradicional y patriota (Facundo de Zuviría, Mariano Fragueiro,Félix Frías...)...Pero creo que en política se juegan cosas muy importantes como para decidirlas sólo por un motivo estético o clasista...De todos modos, no digo esto para hacer una defensa "dogmática" del peronismo, pues al respecto coincido con lo expresado por Fernando Romero Moreno el año pasado...que en definitiva, no es más que rescatar del peronismo su entraña nacional, sin olvidar sus desviaciones demágógicas, estatistas, socialistas, etc...(como hicieron Vicente Sierra, Castellani, Ezcurra o Ramón Doll...)
Sobre el carácter popular de los fascismos, si por tal se quiere decir "populismo", creo que no se aplica a los fascismos europeos, aunque sí al peronismo. Basta recordar la expulsión de Ledesma Ramos de Falange (entre otros, por ese motivo) o el estilo jerárquico de la Guardia de Hierro o del Movimiento Nacional de Salazar..Creo que esa síntesis de "estilo aristocrático" y sano amor por el pueblo fue una de las mejores cosas de los fascismos (y del rosismo)...La diferencia entre el señorío y el señoritismo que decía José Antonio...Y que, naturalmente, estaba mejor expresada aún en el tradicionalismo carlista...Lamentablemente eso es muy difícil en la Argentina: sí, Perón se rodeó de muchos incapaces y corruptos...pero la clase alta argentina hacía tiempo que había dejado de ser una aristocracia...(si alguna vez lo fue...me refiero a la clase alta porteña, que es la que aquí importa). En el siglo XVIII los porteños eran para la culta sociedad de Lima simples mercaderes y contrabandistas...Don Juan Manuel salvó a la Buenos Aires tradicional - la de los "trinitarios", no la de los "porteños", como dice un amigo mío entrerriano -, pero eso duró muy poco...y los traidores estuvieron otra vez en las clases altas más que en el pueblo...Eso no legitima el argumento clasista y populista de Jauretche o de Pepe Rosa en favor de gobiernos democráticos...pero explica un poco por qué estamos cómo estamos...Si no queremos que la Argentina siga viviendo en un ping- pong de "oligarquías liberales" vs "populismos nacionales"...hay que "recristianizar, nacionalizar y jerarquizar" a las clases altas...Pero ¿es posible? Lo dudo, aunque haya que intentarlo, cómo no. Al fin y al cabo, en este país tenemos una historia falsificada, una religiosidad falsificada, una cultura falsificada...y una aristocracia falsificada...( porque prefirió ser burguesía liberal y extranjerizante en vez de élite tradicional...no en el sentido tefepista, claro...)...Leer "La clase dirigente" de Castellani en "Un país de Jauja"...Ante oligarquías de este tipo, es lógico que uno prefiera refugiarse entre el pueblo sencillo o entre señores venidos a menos, pero que conservan la hidalguía de la estirpe...Como Ezcurra entre los campesinos de Entre Ríos o Chesterton y Belloc en las tabernas de "la otra Inglaterra"...
Xavier de Bouillon
don Wander:
ResponderEliminarConozco un garibalino que se dedica a denigrar a quienes no alaban sus alocuciones especialmente en casa ajena. Marca con orgullo que no es nazi. Sus argumentos son oscuros.
Tengo un amigo que ponía la casa para que el garibaldino lo denigre. No es nazi, pero no lo señala con orgullo.
Tengo un amigo clérigo que era nazi pero dejó de serlo y pasó a defender a los judíos. Desconozco la causa. $?
Tengo otro amigo clérigo que creo que es nazi pero se ve que lo oculta muy bien. Últimamente se juntó con los aliadófilos.?!?
Recemos por todos los que nos hacen mal.
Con todo respeto, Pablo, su modo de expresarse en este punto me deja perplejo. Una cosa es hablar de la monarquía y de los tres órdenes medievales y sentir admiración, envidia, saudade, y otra es apuntar que "si se trata de volver a ella de algún modo"...
ResponderEliminar¿Cuál puede ser el modo? ¿Una revolución que imponga un rey o al padre de un posible rey? ¿Un singular y esforzado proceso educativo? ¿La separación voluntaria de un conjunto de familias y su establecimiento en chacras incontaminadas? ¿Quizás el tránsito épico de nuestros tres poderes a aquellas formas jerárquicas?
Bueno, empecemos por conocer a los doctrinarios de cualquiera de estas alternativas, a los docentes, a los padres, a los hijos. Y a los tíos. En fin, a todos los neorevolucionarios.
¿Quizás una lenta tarea de formación y cohesión de grupos mediante lentos surcos a través del océano y de las fronteras de este continente, por parte de coronas preservadas?
Quisiera saber si se refiere a algún proyecto concreto o si es sólo un impulso teórico y emocional. Ese párrafo central suyo refiere a una fórmula regia demasiado exquisita y pura. Creo que es más útil para alimentar una leyenda que para alumbrar una realidad.
No, no, la Lubertino no es petisa...
ResponderEliminarEstimado Lupus:
ResponderEliminarTiene Ud. toda la razón en quedar perplejo. Me expresé muy mal.
Quise dejar en claro que, en mi opinión, las monarquías absolutas fueron “parte del problema” de la modernidad, y pareciera que propongo alguna suerte de retorno al pasado, digno de Alicia, el personaje de Lewis Carroll, a quien le basta con la voluntad de atravesar el espejo y entrar a un mundo maravilloso. Nada menos realista que el pensamiento mágico. Y sobre todo en política.
Cordiales saludos.
Estimado Wanderer,
ResponderEliminarUsted no hace conclusión alguna, como es habitual en su “blog”. La expresión de sus ideas sobre los fascismos no necesitaba de 200 comentarios para ser formulada; usted hubiera afirmado lo mismo antes del post sobre página 12. En todo caso, ésta fue la ocasión para hacerlo. Relata, además, dos cuentos para niños: enterarse por los comentarios del post que hay dos palos católicos tradicionales antagónicos respecto al nazismo y, segundo, decir que fue “inesperada”.¿O nunca juntó en su casa a sus amigos nazófilos y anti-nazis?
Acusar que se ha atacado a una dama corre por cuenta suya. Si bien personalmente creo, por sus feminoides intervenciones, que Lennox es una señorita, no hay modo cierto de saberlo para los lectores ya que se trata de un seudónimo y han habido aquí muchas Dorotheas que usan calzones. Con respecto al Sr. Dodds creo que su concepto de caballería dista mucho del tradicional. Desacralizar la misa con un guitarra no lo hace un caballero. El Sr. Dodds es, a lo sumo, un buen muchacho. Y hablar de un muerto, como hace usted, sin conocer su destino eterno, como Adolfito, Bigotito y otros, no condice con un caballero. Cuando pienso en Judas, tiemblo; no se me ocurren chanzas.
Sobre sus afirmaciones. Efectivamente el nazismo, el fascismo, el comunismo, la democracia, usted, yo, el Papa Benedicto, los lectores del blog y todos los seres que habitan este mundo SOMOS modernos. Nacimos, fuimos criados y nos desenvolvemos en la modernidad. ¿O posee usted la cosmovisión de un hombre del medioevo?
Considere, por favor, la aplicación de tres principios bien tradicionales como son la autoridad, la jerarquía y el orden en los posts relativos a su conclusión. Cualquiera puede escribir. ¿Con qué autoridad afirma uno que Adolfo es un santo varón y con qué autoridad otro afirma que es un genocida? Sin saber quién dice qué, sin poder fundamentar lo que dice, es mera opinología: democracia. Cualquiera puede afirmar cualquier cosa y usted lo publica: permite por igual una cita de Castellani con un grito de Heil Hitler! o un supuesto discurso del Füher con el pedido de Lennox de “wanderear”. ¿Qué orden hay acá? ¿Dónde la jerarquía unos enseñan (los que saben) y otros aprenden? Su blog es moderno. No se ofenda, no es personal, el blog es moderno.
Todos somos pecadores. Cuando yo juzgo a los fascismos, a un movimiento religioso o a las personas no miro tanto lo que son o de dónde vienen, sino lo que quieren ser. Yo soy un pecador, quisiera ser santo. Usted es moderno, quiere ser tradicional. Los fascismos eran modernos, ¡sí obvio!, nacieron en la era moderna. Pero, para mí, mera opinión, tenían todo lo que “quedaba” de tradicional y odiaban lo moderno en cuanto eran conscientes de ello. Restablecieron el orden hasta donde pudieron, la jerarquía, la autoridad, la familia, la religión, las corporaciones y las castas que a usted tanto le entusiasman. Que otra cosa fue subyugar la economía a la política y devolver a los trabajadores a su lugar. Faltó el ordenamiento final: la autoridad política a la autoridad espiritual. ¿Estuvo la Iglesia dispuesta a ello? ¿Quiso tomar su papel? ¿Por qué no levantó ella las banderas contra el comunismo, el liberalismo, el orden social tradicional? ¿O estaba ya tan inficionada de modernismo que creía ya únicamente en la democracia?
Con respecto a la idea de monarquía no tengo más nada que agregar luego del comentario de Lupus a Pablo de Rosario. La monarquía no existe más desde hace siglos y nada la va a traer a la vida de nuevo, salvo el mismo Cristo cuando regrese.
Sobre el peronismo permítame dos consideraciones finales. Comparar al peronismo con cualquier fascismo europeo es una falta académica que usted como autoridad, y en una “conclusión”, no puede cometer.
Con respecto a los negros, tiene usted razón: a mí tampoco me gustan. Pero sabe qué: son los pobres (en todo sentido) que Cristo manda salvar. Y entre esa turba mal educada, bruta, prepotente y los Chanel N°5 prefiero a los primeros. ¿Por qué? Porque la “gente bien” es la elite que apostató. Y provocó la aparición de esos morochos que usted no quiere y toda la ruina que azota nuestro país. Entre un pecador y un apóstata, yo, me quedo con el pecador.
Si su paciencia lo permite le voy a decir cuál es mi conclusión. No hay después de los infinitos comentarios un solo avance sobre el tema. Lo que sí dejó es esto: los nazófilos desprecian ahora más a los anti- nazis. Los anti-nazis confirman su odio a los filonazis. Se faltó a la caridad. Se faltó a la Verdad. Y eso no es tradicional. Ni siquiera crisitiano.
Lo saludo cordialmente,
El vengador Kukú,
FE DE ERRATAS
ResponderEliminarEstimado Wanderer,
Agradeceré corrija las siguientes partes:
Donde dice
¿Dónde la jerarquía unos enseñan
Debeb decir:
¿Dónde está la jerarquía dónde unos enseñan
Donde dice:
¿Por qué no levantó ella las banderas contra el comunismo, el liberalismo, el orden social tradicional?
Debe decir
y a favor del orden social tradicional?
Muchas gracias.
El vengador Kukú.
Estimados quiero darles las gracias, puesto que yo andaba buscando algo en qué meditar y me lo dieron, gracias por recordarme las luces y las sombras de la realidad y que esta no es en Blanco y negro sino a colores.
ResponderEliminarUn cariño
La pequeña Mary Lennox
Desde la gente "del palo", a los monárquicos se nos suele acusar de idealistas o utopistas. Pero, ¿no es al menos igual de utópico (si no más) pretender cambiar el curso de las cosas mediante una espontánea resurrección del caudillismo en una especie de cumplimiento mágico de la profecía del Martín Fierro? ¿O "infiltrando" el Peronismo sin "ensuciarse" con el aparato y las mafias que son su esencia? ¿O restaurando la Constitución de 1853 creyendo que esta vez (porque sí) las cosas resultarán de manera diferente?
ResponderEliminarAl menos la monarquía católica y tradicional tiene una historia de varios siglos y unos cuantos reyes santos como arquetipos.
¿No será que en algún lugar de su subconsciente --después de 200 años de no encontrar el camino-- los pueblos hispanoamericanos están aún esperando que venga el (legítimo) rey de España a la corte de Madrid? ¿No será hora de que luchemos todos juntos en unión defendiendo la bandera de la Santa Tradición (o lo poco que de ella quede)? ¿No será hora de que retomemos los principios por los que lucharon nuestros padres (Dios - Patria - Rey)?
Y quizás sí nuetra lucha parezca vana, sin sentido, como Don Quijote contra los molinos de viento o como el otro Quixote del buen gordo inglés contra la sociedad industrial; vana porque no quede ningún "Don Carlos" digno de ocupar el trono de San Fernando para volver a reunir a los mil cachorros sueltos del león español. Y en ese caso quizás sí sólo nos quede esperar al otro Rey... y Ése sí que vuelve. Dicit, qui testimonium perhibet istorum: "Etiam, venio cito".
"Amen. Veni, Domine Iesu!" Pero aún así nuestra lucha no será del todo vana porque ecce Dominus Deus in virtute venit,
et brachium eius dominatur:
ecce merces eius cum eo,
et praemium illius coram illo.
Estimado amigos Vengador:
ResponderEliminarExcelente su comentario, aunque me critique tan duramente, y no compartamos varias afirmaciones.
Ud. dice que mi blog es moderno, casi de Perogrullo...
Estimado Lupus:
ResponderEliminarAlgunas ideas que me quedaron pendientes:
Considero que la actividad política concreta puede ser una noble tarea. Pero carezco de la vocación, virtudes y posibilidad para realizarla.
Algunos intentan meterse en los sistemas políticos vigentes para influir cristianamente en ellos a través de los partidos políticos. Es una opción legítima, pero yo no la comparto.
Otros, fuera de los partidos, también intentan trabajar por el bien común. El espectro de acciones y de organizaciones es muy amplio. Es otra alternativa legítima.
En mi opinión, en los tiempos que corren la acción política cristiana no puede hacer más que concentrarse en la defensa y promoción de pequeñas parcelas del bien común; porque una realización integral del bien de la polis, en todas sus dimensiones, no parece viable en las actuales condiciones sociales. No es tiempo de Cristiandad, sino época de catacumbas.
¿Tendremos orden político cristiano –cualquiera sea su forma concreta- alguna vez? Me parece que será necesario esperar varias generaciones para ver algo así. Y eso si no aparece antes algún "Julián Felsenburg"...
Como ve, no soy muy optimista. Pero tengo una esperanza: Jesucristo, es volvedor.
Cordiales saludos.
Uno debe detenerse con respeto cuando percibe del otro la defensa de una verdad posible o la búsqueda de un bien cierto. Pero también debe disentir, sobre todo si la tribuna es pública, ante una mera expresión de deseo que pretende confusamente ser algo más. No puedo estar de acuerdo, al hablar de formas políticas posibles, con la supuesta resurrección de una monarquía, por más que los mejores sueños y los mayores esfuerzos de muchas personas honorables consistan en eso.
ResponderEliminarSi argumentamos utopías políticas, vale tanto la del regreso del rey español como la de una renovación de caudillos locales. Vale igual el regreso de otro rey en la "hija dilecta", y aún el de otro más dispuesto a barrer con fuego la alcoba de Enrique VIII. Y al cabo, por qué no, el surgimiento de un primero entre pares, ya que si de utopías se trata, la mejor sería soñar y trabajar por la resurrección de la entera Cristiandad, siguiendo a Chesterbelloc.
Adivino la respuesta: que sólo el león español sigue trabajando por la causa cristiana común. ¿Es así, es eso? Una primera consideración, entonces: en nuestro país sería, más que utópico, absurdo intentar nada y cualquier cosa sin "infiltrarse" en el peronismo, o al menos sin incorporar cuadros o elementos peronistas. Sólo con doctrinarios no se conquista nada. Si me equivoco en el discernimiento de la estrategia, añado con respeto que, en la Argentina, no le veo mucho futuro a la Utopía Madre. ¿O estamos hablando de eones? Pero si no me equivoco, entonces ¿estamos hablando de una "utopía"?
No me atrevería a adivinar por qué deseos está ocupado hoy el subconsciente de los pueblos. Más me parece que son deseos muy modernos y muy pedestres, como más arriba quedó bien dicho (¡qué otra altura la del Vengador, a diferencia del pobre Fitzcarraldo!). Igual de "moderna" se verá obligada a ser cualquier formulación nueva, aun la nacida bajo la bandera de la tradición.
En fin, sigo creyendo que no es necesario, mientras dure la historia, la utopía. En todo caso, prefiero jugar a construir (mentalmente) el régimen comunista de Moro en la península de Valdés.
Ciertamente, lo digo en broma. Lo que no creo que sea broma es la "utopía" que señala el amigo CyF. Pero ¿por qué no llama a las cosas por su nombre?
¿Seré convicto del crimen de lesa majestad si pregunto de qué rey hablamos? Ahora, si al discurrir sobre política apuramos el recurso de apelar al quijotismo de la fe, entonces sólo me resta afirmar que Cristo vuelve. Pero ya no hablamos de política ni de utopías.
Dejémonos de sueños infantiles.
ResponderEliminarEl camino es el peronismo. Hoy más que nunca. El sindicalismo peronista, o es nacionalista o se vuelve de izquierda. Los montoneros están cayendo. Es momento de meterse al peronismo nuevamente.
El duendecito de la casita del fondo
Excelente "Vengador kuku". Cabe preguntarse: ¿con quien se juntaba Cristo? ¿Con los morochos o con los chetos de Cardón?
ResponderEliminarUna cuestión para que aborde Wanderer, si le parece interesante. ¿Que opina del "fenómeno" de San Nicolás? Se que Ud. y sus lúcidos amigos tratarán con seriedad un tema que no es menor (dicen que el 25/09 fueron 800 mil personas). Adelanto mi opinión: yo fuí y creo.
Atentamente
Gregoris
Muchachos, veamos qué es el peronismo según Perón:
ResponderEliminarhttp://www.pjbonaerense.org.ar/peronismo/doctrina_peronista/doctrina_conceptos.htm
El duendecito de la casita del fondo
Estimado Lupus: Creo que no hace falta que le recuerde la diferencia entre hipótesis y tesis. Está claro que "hic et nunc" es imposible una restauración monárquica en la Argentina. Así cada cual es libre para buscar -en consciencia y ejercitando la prudencia- el camino que le parezca mejor. Algunos se dedicarán a formar intendentes y concejales. Otros a dar clases en alguna escuelita sindical. Otros pintarán una estación de trenes abandonada. Otros escribirán donde puedan. Y otros se meterán en una colonia rural. No juzgo; es más, cuando puedo, ayudo.
ResponderEliminarLo que sí dudo es que transitando caminos ya recorridos podamos llegar a destinos distintos.
Me debato en este tema por una simple cuestión, que trataré de expresar con simpleza.
ResponderEliminarDebemos poner mucho cuidado en no mezclar indebidamente las cuestiones religiosas, sobrenaturales, con las construcciones humanas: las cosas del cielo no entran en la estantería política. Y debemos poner el mismo cuidado en no elevar indebidamente una construcción política, cualquiera sea, al rango de realidad religiosa o sobrenatural.
Creo que ambas prudencias son indispensables, en relación con el lenguaje que empleamos y en atención a los signos y a las realidades de nuestro tiempo. El cielo no es una construcción política y una construcción política nunca fue ni será una etapa del cielo. Lo único que puede considerarse (porque lo es) el cielo en la tierra, es la Eucaristía. Lo único que podemos llevar de la tierra al cielo es a nosotros mismos.
Digo, pues, en atención a la niebla que rige el mundo que nos toca, que debemos poner mucho cuidado en no obliterar las cosas del espíritu con las pasiones del mundo y de la carne y en no revisar las cuestiones políticas pasadas, presentes o futuras con un alfabeto de ángeles.
No se trata tanto de la búsqueda y la expresión de una voluntad común como de la búsqueda y la expresión de una inteligencia común, tensada con prudencia y jerarquía entre la fe y la pasión.
No llegamos a ver las cosas del mismo modo, y eso es más grave que una crisis oftalmológica, pero no es tan grave como para seguir librando, entre nosotros, largas y rabiosas batallas. Me parece que no caben los proyectos mientras mostremos un rostro común en parte asirvientado por una religiosidad politizada y en parte rezongado por divergencias políticas llevadas a escala religiosa.
Tiene razón el vengador Kuku, si no le gustan los pobres, apostate, abandone la fe y cómprese un libro de osho. Haga yoga y huela su propio cuerpo en poses ridiculas.
ResponderEliminarConviertase al budismo encuentre la solucion en Ud. mismo.
Seguir a cristo no es "lindo" ni huele bien. Pero es allí donde Él está, que le vamos a hacer. si Ud. hubiera nacido pobre no tendría estos problemas, pero recuerde, un gobierno no pude sostenerse de espaldas a su pueblo, llenándose la panza en su palacio. Es evidente, como dice el vengador, que la modernidad que tanto se ha criticado en este blog le ha carcomido las entrañas, de otro modo jamás habría escrito lo que puso en esta entrada.
respetuosamente
Tom Haggen.
PD. el blog es excelente, pero con este último comentario, a mi criterio, se fue al pasto.
Estimado Lupus:
ResponderEliminarEstá particularmente agudo en sus últimos comentarios, cosa que celebro y agradezco
Parece obvio, pero para no ser mal interpretado: a) la Cristiandad es un ideal, pero no es Dios, ni un ídolo, ni se identifica con la Iglesia; b) creo que el mundo, y la Argentina, están en situación de "hipótesis", o "catacumbas"; c)un orden político cristiano puede realizar de manera más perfecta el bien común temporal, por su subordinación al bien sobrenatural, por el efecto de la gracia sobre el orden natural, etc. Pero la salvación es asunto personal y resuelve entre cada alma y Dios.
Cuidémonos de sacralizar unas formas políticas concretas y de demonizar otras, porque son todas humanas y falibles. Algunas facilitan más la salvación. Otras, la hacen más difícil. Pero siempre es el misterio de cada conciencia con Dios lo que define.
Un abrazo.
Estimado CyF
ResponderEliminarNo sólo me parece bien que me recuerde ud. las diferencias que olvido, sino que le ruego me señale cualquier error de mi parte. A tal efecto me parece justo anticiparle mis dudas: ¿ud. plantea la posibilidad teórica o hipotética de una Argentina monárquica? No creo que se trate de una "restauración" porque la Argentina, como tal, nunca tuvo monarca: ¿se trata entonces de la Argentina formando parte de algo como un nuevo virreynato? Y siendo claro que resulta imposible plantearlo como algo viable aquí y ahora: ¿hablamos concretamente de un curso de acción para el futuro?... Aquí me planto; son dudas sinceras.
Ahora bien, "restaurar" ¿no es precisamente recuperar, reparar, volver algo a su quicio, a su estado original? ¿No es volver a intentarlo? ¿No es dirigirse a un camino ya recorrido? ¿No es, en definitiva, volver a completar el mismo destino?
Ésta la respondo: no, claro que no. Un camino puede no haber sido recorrido completamente. Puede no haber sido recorrido ni siquiera en su mayor extensión. Mucho más: puede haber sido perdido, rechazado, cambiado, torcido. Se lo digo para que sepa que esa duda suya no está incluida en las dudas mías. Que en buena parte ya formulé y quedo a la espera.
Estimado Vengador:
ResponderEliminarSoy mujer y eso sólo lo puede dudar el que como Descartes duda de sus sentidos. Llevo la gracia y la carga que ello implica queriendo encima filosofar. Una dama, puedo decir que descubrí que era recién ahora al encontrarme aquí con verdaderos caballeros, el mundo post moderno en el que vivo y me crié no muestra ni una gota de aquello.
No puedo decir nada del Criterio de Wanderer acerca de publicar, por mi parte simplemente le agradezco que lo haga. Si le puedo en cambio cantar cual Tita Merello:
"Que el mundo fue y será una porqueria, ya lo sé,
en el quinientos seis y en el dos mil también;
que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos, valores y dublé.
Pero que el siglo veinte es un despliegue
de malda insolente ya no hay quien lo niegue,
vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo todos manoseaos.
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador.
¡Todo es igual, nada es mejor,
lo mismo un burro que un gran profesor!
No hay aplazaos ni escalafón,
los inmorales nos han igualao...
Si uno vive en la impostura
y otro afana en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón.
¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón!
Mezclaos con Stavisky van don Bosco y la Mignon,
don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martin.
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia contra un calefón.
Siglo veinte, cambalache, problematico y febril,
el que no llora no mama y el que no afana es un gil.
¡Dale nomas, dale que va,
que alla en el horno no’ vamo a encontrar!
¡No pienses mas, sentate a un lao,
que a nadie importa si naciste honrao!
Da lo mismo el que labura
noche y dia como un buey
que el que vive de los otros,
que el que mata o el que cura
o esta fuera de la ley."
Y sin embargo a pesar de todo, las cosas bien valen la pena, este blog bien vale la pena, sino usté no sería un vengador que escribe, sino simplemente uno que apaga la computadora o le dice a su propia pandilla que no lea más Wanderer. Su Pseudonimo esta bien puesto aunque su comentario a mí no me haya simpatizado mucho, y haya algunas cosillas con las cuales no concuerdo.
Por último mi pedido de "Wanderear", fue hecho justamente en vistas a algo que Usted señala muy bien, el tema no daba para más que ahondar diferencias entre hermanos. La forma del pedido va de acorde con mi pequeñez, pa pedidos mas fuertes se ve que ya tenemos un vengador.
Atentamente
La pequeña Mary Lennox
P.D.: Don Lupus me saco el sombrero, impecable lo que ha dicho, manifestó algo que en verdad he visto desde que me convertí, mucho izquierda o derecha, mucho marcar territorio, pero y Cristo qué. Se debe distinguir como usted bien dijo.
ResponderEliminarAtentamente
La Pequeña Mary Lennox
Estimado CyF:
ResponderEliminarConciencia no consciencia. Espero que el rey que añora no sea iletrado.
El corrector automático de Word.
Anónimo: Me parece que el iletrado es usted. Al mataburros lo remito: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=consciencia
ResponderEliminarLupus: Su último comentario exigiría una larga respuesta (llena de disquisiciones) que en este momento no tengo tiempo de darle. Le pido sinceramente que me disculpe. Mientras tanto, le dejo la última palabra.
Anónimo Corrector: según la Real Academia Española (rae.es), conciencia = consciencia
ResponderEliminarEl blog es moderno y porteño, y es una perogrullada decirlo. Pero en algún sentido me parece antiguo y griego. Pienso en el Caminante como un nuevo Sócrates con su mayéutica: cada lector es un caminante, en The Wanderer puede conversar con otros caminantes y así rectificar o ratificar el propio camino, buscando la verdad con la libertad de espíritu propia de los hijos de Dios. No significa seguir al Caminante, sino hacer el propio camino wandereando. Es cierto que a veces después de una discusión se acentúan las diferencias y odio y no se avanzó un solo paso, pero también pueden darse otro tipo de diálogos (como el de Pablo y Lupus o Silvano y Ludovicus). The Wanderer es sólo la ocasión para pensar, para mantener un fructífero diálogo o para insultar. De acuerdo a qué lleve adentro cada uno, será lo que dé a luz con la mayéutica wandereana.
ResponderEliminarValeatis.
Orual
Aunque CyF se puede defender solo, cuantos más ataquemos a Bill Gates, mejor. ;-)
ResponderEliminarAnónimo: desactive la ortografía automática del Word, verá que su PC funciona más rápido... y estudie.
S
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Bill Gates vs. DRAE
consciencia.
(Del lat. conscientĭa).
1. f. conciencia.
2. f. Conocimiento inmediato que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones.
3. f. Capacidad de los seres humanos de verse y reconocerse a sí mismos y de juzgar sobre esa visión y reconocimiento.
conciencia.
(Del lat. conscientĭa, y este calco del gr. συνείδησις).
1. f. Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta.
2. f. Conocimiento interior del bien y del mal.
3. f. Conocimiento reflexivo de las cosas.
4. f. Actividad mental a la que solo puede tener acceso el propio sujeto.
5. f. Psicol. Acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo.
(y sigue...)
Por si no sabe usar google:
ResponderEliminarhttp://buscon.rae.es/draeI/
Las actitudes recriminatorias suelen ser mal recibidas, especialmente si se manifiestan en público. En particular el sarcasmo o desprecio hacia otros a causa de errores ortográficos o gramaticales es poco ético, estos errores se deben generalmente al apresuramiento al escribir, en cualquier caso usted también podría cometer alguno .
ResponderEliminarEstimada Orual:
ResponderEliminarTiene Razon en su comentario, expreso en palabras claras algo que yo tenía inteción de decir, peqo que no podía cerrar bien mi en pensamiento y por eso no publiqué.
Perdone mi curiosidad, pero ¿su Pseudonimo remite a Mientras no tengamos Rostro? Este es uno de mis libros favoritos de Lewis.
Cariños
La pequeña Mary Lennox
Hundido.
ResponderEliminarMe retracto y pido, con vergüenza, perdón.
El corrector automático de Word.
PD: Cuídense. En alguna los voy a agarrar.