Hace unos años, Tollers escribió en este mismo blog una
entrada memorable. Decía en ella, entre otras cosas, que hasta Alfonsín, Menem
y De La Rúa tenían algo de argentinos (de los de antes), pero que los K eran
otra cosa, representaban algo totalmente ajeno a este país.
Creo yo que eso que Tollers pudo ver con tanta agudeza, es
simplemente sintomático de lo que es este país. Ya hay una generación entera,
la de los menores de 30 años, que no conoció a los viejos argentinos. Hay otra
generación, la que le sigue, la de los que están entre los 30 y 50 años, que
fue formada (o deformada) en democracia ("con la democracia se
educa", remember?), a la que se le hizo un importante lavaje cerebral en
la escuela, la universidad (el fin del CBC decía uno de sus ideólogos es
extirpar las ideas "fascistas" de la clase media) y --sobre todo-- la
televisión.
Todo esto convierte a estas generaciones en impermeables a
nuestro mensaje, que al fin y al cabo, tampoco es nuestro.
No será el hombre nuevo de los soviets, pero ciertamente
estamos ante un hombre nuevo... y al hombre nuevo le molesta el "hombre
viejo", aquél que todavía cree en las virtudes masculinas de que también
nos habló J. Tollers en este blog hace tiempo.
Lo que predominan ahora son las virtudes femeninas, aunque
enloquecidas como predijo Chesterton, como vaciadas de sentido y falseadas,
sobreviviendo sólo su caparazón y superficialidad, conceptos desenraizados de
sus principios eternos. Pensemos en la bendita "tolerancia", que ya
no tiene que ver con el soportar un mal inevitable, sino con un igualar
opciones y alternativas que nos son indiferentes. Pensemos sino en la
victimología de que habla Girard, tan característica de nuestro tiempo donde
todos son víctimas de algo... excepto los cristianos que van convirtiéndose en
los únicos victimarios y, por tanto, en la única canalización posible para
terminar --creen-- con los males contemporáneos.
Ya no son los viejos ateos los que están contra la Iglesia
--al menos aquella parte de la Iglesia que aún cree en lo que siempre creyó--,
ya no son (principalmente) los marxistas, los anarquistas, los masones. Ahora
los que encuentran en la Iglesia un obstáculo, el último obstáculo quizá para
alcanzar la felicidad del paraíso en la tierra, son los tolerantes, los
"alegres" y orgullosos, los consumistas y los popes del Márketing,
los medios de difusión y los pornógrafos, los usureros y los que compran el
último electrónico en 30 cuotas, los voluntarios de las ONGs y los activistas
sociales católicos...
Al fin y al cabo, lo que molesta es que alguien pretenda
"ser dueño de la verdad", y no sólo proclamándola desde los tejados,
sino --peor-- poniéndola en práctica con su propia vida. "La verdad"
(con o sin mayúscula), si acaso existe --cosa que no preocupa pensar demasiado--,
es cosa de cada uno, de su fuero íntimo (lo más íntimo posible, si no se ve,
mejor).
Aquél que pone la verdad en la práctica de su vida diaria,
debe estar dispuesta dar testimonio de ella, ante un mundo que le echa en cara,
sin esperar respuesta, "¿Qué es la verdad?" Y quizá este mundo cree
que ya va siendo tiempo de que "todo aquél que es de la verdad", siga
la misma suerte que su maestro hace 2000 años.
(Perdón, amigo Wanderer, por la extensión de esta reflexión
de domingo a la noche.)
Coronel Kurtz
Tiene razón Coronel, al mundo le molesta, como le molestó siempre, la Verdad y aún, la "verdad".
ResponderEliminarPodríamos irnos para atrás, hasta Ockham y aún más hasta Compiegne. Quien dice, de ahí hasta Grecia no paramos, pero hoy, en estos días, en estos años, molesta más.
Pero lo que también les molesta es la alegría (yo, que estuve medio pesimista últimamente hablo de la alegría), que tenemos (o que gozamos) los que, categóricos, afirmamos verdades propias o Ajenas (con mayúscula). Ud. molesta Kurtz, y Tollers ni hablar. Son molestos porque pretenden tener razón. Ya nadie tiene razón nowadays Coronel, nadie quiere tenerla por la sencilla razón que la posesión de la verdad (sea real o aparente), lleva, inmediatamente, a ordenarse en torno a ella y ahora se lo firmo: nadie quiere ejes.
Juan Manuel de Prada dice por ahí que la Matrix Progre, en política discursivo-electoral, indica cual es el centro y que la derecha, por lo tanto, "es" en función de lo que la centro-izquierda indique que sea vía definición del centro. En la Iglesia, mal que les pese a unos cuantos, pasa lo mismo. Ni siquiera la izquierda quiere verdades, dogmas marxistas, inevitables caminos por los que transcurre y transcurrirá la historia, a la hegeliana o a la feuerbacheana. Los del CBC que nombró Jack Tollers era de avanzada! sus dósis de Marx eran las suficientes para cumplir su cometido aunque sin empalagar con determinismo histórico que, anche falso, no deja de ser un dogma.
El mundo actual desprecia e ignora deliberadamente la verdad cual Herodes aunque todavía no la reconoce y la persigue como Caifás. No corre ya el espíritu del Destape Español, de esos gallegos que odiaban la Fe del Catecismo que se conocían al dedillo.
Así que bichos y muy verdes somos si decimos que hay verdad y aún más feos si hablamos de Verdad. Ni que hablar si nos alegramos en Ella, que es lo que nos queda hasta la Segunda Venida. Cuando en una clase, en un colectivo o en una discusión con parientes idiotas nos regocijemos En esa Verdad, rechinan dientes progres (aunque no alcanza con tal adjetivo depradeano).
Que rechinen nomás!
(Mientras tanto agárrese fuerte Coronel! Esta dura la mano pero, no me lo va a negar, también es fabulosa!).
El Séptimo Rey Mago
Uy, no sé si daba para un post. Este tipo de reflexiones puede provocar un domingo lluvioso, solitario y melancólico.
ResponderEliminarQuerido 7º Rey Mago:
ResponderEliminar(Mientras tanto agárrese fuerte Coronel! Esta dura la mano pero, no me lo va a negar, también es fabulosa!).
Sí, pero los chichones y magulladuras que deja. ¡La pucha!
Abrazo
Las reflexiones del Coronel prueban que también para el caso argentino es cierta la teoría de Belloc y el paso de un par de generaciones ininterrumpidas.
ResponderEliminarHay que explicar para los que no leyeron ese libro que Belloc no piensa que el hombre vive solo 40 años, sino que sabe que hasta los 20 una persona no tiene criterio propio y que a esa edad empieza a aprehender algo, con lo que en 40 más lo hace llegar a los 60 y solo en 15 más -a los 35- está enseñanado el error hasta el día de su muerte. Traten de encontrar un cura ortodoxo de 50 o 60 años...
A su vez la vida "útil" del hombre, en el sentido de su real capacidad de injerencia en otros es aprox. entre los 35 y 65 años (es una brecha de 30 años).
Así es que el que algo formado estaba con buena doctrina y con 30 años al llegar el desbarajuste, muere con buena doctrina, pero es muy poca gente, que además, en 40 años tiene 75 y no puede más que escupir bilis.
Claro que éstos algunos discípulos hicieron además de sus hijos, pero arroja una franca minoría.
Si a esto le sumamos que hoy la propaganda no es la de la época de la Reforma Inglesa, la efectividad de la novedad es mayor y parece ser que a 40 años sobraran 20 para lavar los cerebros.
En relación a la misa tradicional y la religión en general siempre se puede esperar un milagro que rompa con "el punto de no retorno" generacional, pero ojo, que el inglés era un tema político-religioso y ese milagro no se dio.
Lo que sí sucedió fue la resistencia de "algunos" reaccionarios, que tuvieron hijos y discípulos y se encontraron y encuentran en franca "minoría", sin injerencia "social". Una aristocracia ya no en la sangre y la virtud con un sistema político que la posibilite, sino solo en la virtud y a pesar del estado.
Con relación a la misa se ve claro: "nunca fue abrogada", nunca existió un documento que lo haga, pero si publicidad suficiente y coacción de hecho para desaparecerla y lo que sucedió es que la gente creyó, en su inmensa mayoría, que había pasado a ser cosa de cismáticos, cuando, en realidad, la razón la tenían esos pocos.
http://www.elruidodelasnueces.com.ar/?p=3935
ResponderEliminar"Qué vuelva Menem, que vuelva
ResponderEliminarQué vuelva Carlos..."
Ojo que también entre los tradis se dio el sindrome de waco, y mucho degenerado / pervertido, usó sus banderas como excusa para armar secta y hacer lo que quería.
ResponderEliminarAl día de hoy, esto último es tan generalizado, que mejor no pertenecer a ningún grupo.
Charles Manson
El tema de la mantilla (o velo femenino) es un buen ejemplo. Se usó desde el año uno hasta el mil novecientos sesenta y pico y de golpe, en unas generaciones, se terminó tan piadosa tradición, tan solo por el ejemplo seguido en unos pocos años.
ResponderEliminarCharles Manson,
ResponderEliminarNo siendo amigo de las "sectas", por definición no puedo más que preguntarme para que puso ese comentario. No tiene nada que ver. No puedo más que pensar (soy malo en el fondo, claro) que es un despechado de una secta.
El Séptimo Rey Mago
A mí también me ataca el pesimismo y ya no me parece fabulosa la mano. Ya no más. Soy un sub-30 que no solo no conoció a los argentinos de antes, sino que no conoció a la Argentina; y empiezo a creer que existió sólo hasta Caseros y ya no más.
ResponderEliminarSe me acaban el tiempo y las ideas. Me queda la fuerza sola y sin dirección. Miro y no veo. Casi que ni Iglesia me queda, qué patria me va a quedar.
Pienso y me digo que capaz nos toca sufrir.
Una pena. Yo quería pelear. Ni siquiera pedía ganar.
No se puede.
No se puede ser como me gustaría ser. Quiero tener hijos y casi que me dá culpa traerlos a esta Sodoma infame.
Lo que será, será. Resistiré en mi posición. Seré yo mismo un bastión que defender del mundo de mierda que se me cierne. Muy lindo. Muy épico. Pero igual me deprime. No son las termópilas. Soy yo lidiando con una generación de cerebros reblandecidos por la telemierda y sus eslóganes. Una generación mayor cobarde, forra y mala leche. Otras veces meritoria y luchadora, pero fatalmente vencida. Para colmo vivo y me alimento de recuerdos de cosas que ni siquiera ví.
Me perdí Malvinas. Me perdi a la Iglesia Católica. No estuve ni cerca de conocer a Castellani. Tacuara es algo que me contaron.
Me perdí todo, llegué para ver como se desploma el edificio.
Pienso otra vez y me vuelvo a decir; capaz nos toca sufrir.
Una pena. Yo quería pelear. Ni siquiera pedía ganar.
No se puede.
Uno que quiere ser Xto.
Uno que quiere ser Xto., comparto plenamente con usted.
ResponderEliminar¿Qué hacemos los que no venimos de la "aristocracia" nacionalista, ni tenemos un largo curriculum de organizaciones tradicionoides?
Despues no te entienden...
Crux Australis
Sigo creyendo, como hace algunos años, que no hay mucho de especial en los KK: son argentinos, no vinieron de otra cultura ni de otro planeta. Son los pseudópodos emergentes, el modelito que brota en el declive incesante. Sólo son peores "más rápidamente", a tono con la velocidad que imprime la caída. Una cosa trajo la otra, nadie sobresale porque todos se abajan: más pérfido (Alfonsín), más cambalachero (Menem), más inerte (De la Rúa). Y ahora no tengo ganas de ir más atrás. En la Argentina seguirán ocurriendo estos variados descendimientos. Es un deterioro plural, sistémico, estructural. Lo peor sería creer que no puede haber nada peor.
ResponderEliminarLupus
Anónimo de las 1:55
ResponderEliminarTriste, se ve que Ud. esta inficionado por el tradicionalismo. Necesita realidades temporales.
A los católicos la fe nos basta. Si tiene esos sentimientos es porque todavía no es católico completo. Le falta completar su formación.
El mensaje de uno que quiere ser de Xto muestra el problema de trasmitir cierta melancolía a las generaciones mas jóvenes.
ResponderEliminarSe termina por lamentar haberse perdido Malvinas, Tacuara, etc...
La Argentina anterior a Caseros era otro país, la etnogénesis de los argentinos se completó con la inmigración europea del período 1880 hasta la segunda guerra.
ResponderEliminarEs sólo por esos inmigrantes que Argentina más que duplica a Chile en población hoy en día, hasta 1880 Argentina y Chile tenían la misma población.
En 1869 1.877.490 habitantes en Argentina
y en 1865 1.819.223 habitantes en Chile.
Esto no lo digo como crítica de la inmigración, yo no tengo ancestros en Argentina en el siglo XIX.
El anónimo del voto
Pibe de las 01:55:
ResponderEliminarTe das cuenta que lo que sentis es parte de tu proceso de conversión?
La Esperanza hay que ponerla arriba. Es más, a Dios pedile Fe, Esperanza y Caridad. Descanzá en tu Padre del Cielo. El desprecio del mundo, cuando las cosas de este mundo te producen repugancia, estate seguro que es un Don. A qué te vas a atar sino a Dios? Que ídolo te atrae de acá abajo?
Te das cuenta pibe?
Un Viejo
Personalidades superiores, geniales, las hemos tenido siempre, buena gente también, y quiera Dios que sigamos teniéndolas hasta el final. Pero nuestro problema, nuestra cruz y nuestro drama son constitutivos, los tenemos desde el origen, y no se ve la forma de que se atenúen o desaparezcan. Somos varios pueblos dentro de un mismo territorio, y así éramos en vida de Castellani, y así éramos en vida de Rosas, y así éramos en vida de Liniers. Ya la Junta, ya Castelli tuvieron toda la femineidad de la duda, de sentirse los únicos y verdaderos patriotas, ese temor de perder la "cosita propia", que recorre entera nuestra historia. Somos desagradecidos, dialécticos, chismosos e infieles constitutivamente, nacionalmente. Que aparezcan, por cada generación, algunas personalidades o grupos que tratan de enfrentar, de remontar la corriente, la masa en descenso, eso no cambia a "la Argentina". Se hace lo que se puede y se debe, pero estúpida la hora en que uno o algunos dicen y predicen que "ahora sí" o "conmigo sí". Resistí, empujá un poco, y aumentá tu "radio de acción", si cabe, y confortate en el Señor. ¡Si lo hubieran escuchado a Castellani! Ja, ¿no te das cuenta? Es al revés. ¡Si no lo escucharon ni siquiera a Castellani! "Pero esto es desesperanza". Macanas, esto es máxima esperanza. Y esa es nuestra interminable prueba.
ResponderEliminarLupus
Y termino: toda esta fingida parafernalia, este "redescubrimiento" de Castellani por parte de algunos (Daniel Link en Perfil, el libro de Bentivegna) no es más que crítica literaria. El sueño del argentino actual es ser brasilero.
ResponderEliminarLupus
Uno que quiere ser de Xto.: ánimo, y espero que nos encontremos en algún campo de batalla. Así son los camaradas que me imagino para estos tiempos finales. Y, si Dios quiere, ya nos va a tocar pelear. Y Ganar.
ResponderEliminarAnónimo de la 01:55, no desespere que ahorita mismo está peleando.
ResponderEliminarY ahorita mismo, está ganando.
Usted escribe bien, cosas buenas y verdaderas, bien dichas, justamente apreciadas y (créalo o no, no tiene importancia) muy consoladoras para un viejo como yo.
Y para otros, que sienten igual.
¿Uno que quiere ser como Xto.? No, otro pobre Cristo en pleno kali-yuga, luchando, guerreando, combatiendo, como puede, como le sale, como... esteee... como es.
Pero recuerde una sola cosa más, si me permite, que la fortaleza es "resistir sin dejarse vencer por la tristeza" (San Agustín).
Y ya que estamos con el de Hipona, "el que quiere ser santo ya es santo".
¡Arripoa, pues!
Abrazo y toda esa clase de cosas.
J. T.
Estimado Lupus: Estoy de acuerdo, los K no brotaron de un repollo. No iba por ahí la cosa. Como Ud. bien dice, son "los pseudópodos emergentes, el modelito que brota en el declive incesante". Justamente, hace nomás 25 años, los K hubiesen sido impensables, y no sólo ellos, toda su generación (Alfonsín junior, Macri, etc.).
ResponderEliminarNo sé, algo que me desagrada sobremanera es ver a los políticos, en sus reuniones, dándose besos y abrazos. Y no porque uno sea un puritano que crea que los hombres no pueden dar un beso en alguna ocasión (aunque personalmente no es lo que más me agrada), sino por lo que tiene de familiaridad forzada, falta de pudor y respeto debido, chabacanería, etc. Lo mismo me pasa con el voseo aplicado a todo el mundo, no importa si es nuestro hermano o un mozo en un bar. Hasta se le escucha a obispos en la liturgia, tratando a Dios de "vos" (del vos argentino, 2ª persona del singular), demostrando una familiaridad indebida, absoluta falta de respeto y ubicuidad. Y esto por indicar tan sólo dos notas de ese cambio del que hablo.
Creo que no es simple decadencia de "una raza", sino más bien un salto cualitativo, un cambio en la esencia del argentino, que se produjo en algún momento de la década del '80. De alguna manera, lo que la novela de Jack Tollers retrata a la manera de un "Brideshead revisited" bellavistense se puede extender a todo el país.
Si son porteños, repasen la letra de algún tango costumbrista de Gardel. Si son del interior, alguna letra folclórica también costumbrista de Los Chalchaleros. Hasta hace unos 15 años, uno se podía sentir identificado con algo de estas canciones escritas hace 60 u 80 años. Hoy ya no. Algo cambió.
Crux y Uno que quiere ser de Cristo,
ResponderEliminarEstamos todos en la misma muchachos. Estamos, los sub 30, como dice Uqqsde Xto, mirando fotos viejas, no tan viejas, pero muy viejas ya para nosotros que no pedimos Lepanto, Viena o la Reconquista. Solo un poquito, solo unos ratos de pelearla en grupo. Cabalgar el Tigre es una cagada atroz.
Nos queda, muchachos, esperar contra toda esperanza, como decía hace un montón de años San Pablo. Eso si, no como la generación de nuestros mayores, que espero no se ofendan con esto, sino como la nuestra, como hacemos, como nos queda en un mar de mierda, contradicciones y heterodoxia religiosa y política.
Nuestros mayores, cuando eran jovenes como nosotros hoy, creyeron falsamente que había combate y se los llevaron puestos sus "oficiales". Pasaron y pasan años y siguen justificando, como pueden, cada vez con menos coherencia, el accionar de esos superiores traidores porque se la creyeron. Nosotros, miren que loco! nosotros, que sabemos que tenemos razón y que ellos (los viejos y la generación de la nada, los que raspan los cuarentas) mearon afuera, terminamos pidiendo a gritos un poquito de ese combate sin triunfo del otrora inmediato.
Nuestros hijos nos putearán seguro, Uno que Quiere ser de Cristo. Dejémosle al menos las ganas de putearnos en Cristo. Tengo la esperanza de que les chuparemos menos un huevo, que tendrán padres mas locos.
Guénon dice por ahi que al final del Kali-Yuga aflora todo: la modernidad en su potencia última y lo tradicional ya imposible de ser tapado. En clave cristiana, allí está mi esperanza hodierna: creer que ahora aflora todo y que nosotros, en bolas y a los gritos, miramos para atras con añoranza pero con el dedo índice. Soberbia quizás, puede ser, da igual.
Al menos, amigo mío, hicimos menos daño. Esperemos no cagarla en los días futuros.
El Séptimo Rey Mago
Ahora los que encuentran en la Iglesia un obstáculo, el último obstáculo quizá para alcanzar la felicidad del paraíso en la tierra, son los tolerantes, los "alegres" y orgullosos, los consumistas y los popes del Márketing, los medios de difusión y los pornógrafos, los usureros y los que compran el último electrónico en 30 cuotas, los voluntarios de las ONGs y los activistas sociales católicos...
ResponderEliminar---------------
Ningún paraíso terrenal....el consumo de ansiolíticos y anti-depresivos va en aumento a nivel mundial y en cifras alarmantes (por eso quieren legalizar la marihuana además de contar con un ingreso más en impuestos).
Se está haciendo común escuchar las bromas que se gastan en reuniones de amigos: "pásame el alprazolam..." Los ataques de pánico y de ansiedad van en aumento y lo llaman stress. ¿Ese es el paraíso que el hombre se ha construído? Los personajes de cine y televisión -ejemplos para niños y jóvenes- sobreviven gracias a pastillas. Los grandes laboratorios se frotan las manos por las ganancias y callan para que no se note el incremento porque demuestra que este mundo tal como está no va más. No hay que ser muy inteligente para darse cuenta que al paso que vamos, terminará explotando. El pecado trae desorden, y el desorden termina ahogándote, y para no sentirse mal, se medican. En realidad es muy triste el espectáculo y no puedo dejar de sentir compasión. Antes de la venida del Hijo de Dios, Roma se encontraba en total decadencia. Pero Dios siempre se asegura un resto fiel, unos cuantos Lots en cada ciudad. ¿Por qué Lot no se fue con su familia para otra ciudad más tranquila? Era necesario que permaneciera allí como una tenue luz en medio de tanta oscuridad.
Menos pesimismo y lamentos y más acción. La mayoría de los conversos coinciden en que cuando conversaban con católicos, estos conversaban de todo menos de su fe, lo dicen a manera de reproche, es como negarte a dar una gota de agua al sediento, hay que hablar, hay que dar nuestras razones por qué creemos y en quién creemos. Si no te escuchan, te sacudes las sandalias pero con la satisfacción de haber cumplido con tu deber.
Anónimo de las 1.55, bien dicho, hermano, bien dicho. Somos varios por acá los que nos sentimos así. Incluso los subcuarenta.
ResponderEliminarAtilio.
La inmigración masiva europea fue casi una refundación de la nacionalidad. En cierto modo la afluencia de inmigrantes de países de tradición católica (España, Italia, Francia, Croacia, o mediterráneos no europeos pero asimilables como los libaneses católicos e incluso los armenios) fue el hecho maldito de la Argentina liberal. Una minoría de los recién llegados era anticlerical, pero una buena cantidad traía robustas creencias adquiridas en el terruño, en el paese, del tipo de lo que se ve en la película "El árbol de los zuecos". La réplica gubernamental masónica no se hizo esperar, y fue la ley 1420 de la educación laica (atea), justo en el momento en que la prosperidad brindaba los recursos fiscales para pagar una educación pública masiva. El resultado fue el lavado de cerebros criollos e inmigrantes.
ResponderEliminarContra ello resistieron el catolicismo autóctono y el inmigrante, por medio de una serie de congregaciones educadoras como los salesianos, maristas, marianistas, hermanas de María Auxiliadora, etc.
En buena medida la historia argentina puede verse como un tanque que pierde catolicidad por un lado y la gana por otro. A veces lo que entra compensa lo que se pierde, aunque parece que la tendencia es al déficit. Sin embargo no está todo dicho. La burla, el ninguneo, la persecución generan una minoría resistente que, ya que hablamos de generaciones, puede dar frutos sorprendentes. Tal vez no lo veremos, ni siquiera los del sub 30, pero, ¿quién conoce los designios del Señor?
Valerio
Septimo Rey Mago:
ResponderEliminarEpa, guarda con los que raspamos los 40 (tengo 35) que también tenemos lo nuestro.
Mujer y críos, que tanto.
Que se creen estos mocosos de 28.
Juancho.
Beatriz: Contemplar el paraje desolado, contemplar el bosque que se seca, contemplar un mundo que se acaba, puede ser motivo de lamento (si el mismo Cristo lloró por Jerusalén); pero, al mismo tiempo, es motivo de alegría por el Rey que vuelve y también nos debe sostener en la brecha mientras contenemos a los orcos.
ResponderEliminarMuchas gracias por este comentario, una botella tirada al mar y recogida once años después.
EliminarJoe Baxter en algún momento empezó a desear otro tipo de acción, más revolucionaria, más socialmente directa –era una variante políticamente correcta de aquel entonces, en lo referido al "hecho" cristiano– y se fue a Vietnam a aprender cómo explotan las bombas. El asunto era: esto que hago es poco, está mal, no sirve para nada, vamos a los bifes. Para muchos fue más o menos lo mismo. Así: si la religión no llega a la política, no es testimonio verdadero; si la política no toma forma social, no es acción verdadera. La intención no era reprochable. Fallaban nada más que en el modo, las circunstancias y la finalidad. También en los objetivos mediatos e inmediatos, pero eso caía de maduro, desde que el odio se apoderó de sus movimientos. Y antes que el odio, la torpeza mental, esa que procede de la amargura. Pero después de la amargura, la esperanza vana, que no es todavía la desesperanza, porque le falta pasar por la efervescencia del odio, que apoya su culo en la complaciente magnificencia del yo: mi ambición, mi sueño, mi idea, mi tesoro, que se esfumará si no me apuro a participar de una acción concreta que, en primer lugar, haga mierda al que se me oponga. Si no doy un "testimonio". "Mi" testimonio. Esa clase de gente decidió que el acto de fe era principalmente un acto: un acto político, social y revolucionario. Otro tipo de actos, los que propiamente corresponden al acto de fe, ya no los conformaba, les pesaba, y los acomodaron al acto revolucionario, o los eliminaron de la ecuación. Porque no eran más papistas que el papa: eran más cristianos que Cristo. Eran revolucionarios llamados a dar un testimonio singular.
ResponderEliminarNo vengo acá más que para hablar y escuchar, incluso para discutir, con ciertas personas (a muchas de las cuales no conozco) con las que me interesa hacerlo, por su forma de discurrir y de expresarse. No me siento muy "testimoniador" que digamos al aprovecharme de un seudónimo para decir lo que pienso. El testimonio real pasa por donde pasa mi vida real. El riesgo de la familia y de los hijos, y de un trabajo honorable, son un testimonio real. No hace falta caminar veinte cuadras para sentirnos testigos. No hay que buscar un Vietnam para aprender a dar testimonio. Queda de Dios si nos toca una hora de mayor "acción". Por ahora, el solo hecho de resistir está poniéndose más duro. No es poco, pero tampoco es que estemos en el gulag. No creo que debamos reducir la religión a la política, la política a la sociología y enfrascarlo todo en la amargura de una esperanza vana. Internet tiene esa cosa oscura, tal vez, que me impide reforzar mi testimonio, o trabajar más y mejor, pues me hace conformarme con estas charlas. O no, tal vez esto sirva medio de confesionario, de iluminación, de cafecito con amigos. Cada uno sabe. Como sea, hay que pasar cada trago amargo, pero no convertirlo en aperitivo. Mi vida es lo que me busco y lo que me encuentro. Y Dios está en ambos lados, si me sostengo en Él. Basta de dudar, que el mandato está claro. En todo caso, Palermo Bala ofrece nuevas alternativas para el cristiano que no sabe qué hacer: si no está llamado a ser sacerdote ni quiere traer un hijo a este mundo, puede leerse un buen libro después de salir en chancletas a pasear al perro.
Lupus
Estimado coronel, es justamente eso (y sólo eso) lo que no comparto de lo que dice ud. y de lo que dijo Tollers. No creo en los "saltos cualitativos", ni a nivel de la evolución ni a nivel de la involución (lo empleo nada más que como figura). Es el eufemismo con que a veces ignoramos el crecimiento o ascenso, tanto como el decrecimiento o descenso. Ambos se realizan mediante un largo periplo. Toda recta, desarrollado un mínimo tramo, ya establece su destino, para el lado que sea. En nuestro caso, creo que lo único que hubo fueron ocasionales quiebres con aspiraciones fugaces de remontar la recta descendente. Castañeda y Castellani, dos de los argentinos que más y mejor pensaron y escribieron: olvidados. Tal vez "recuperados", pero como curiosidad literaria. En época de Alfonsín, un KK era inimaginable, pero en época de Perón o de Onganía, lo inimaginable era el alfonsinismo. Todo tan inimaginable como lo que posiblemente vendrá. En realidad, debería ser para nosotros menos inimaginable... maduramos antes de morirnos. Los detalles específicos que ud. señala (la música, los gestos, la liturgia) son tramos del descenso. Obviamente, a medida que bajamos los cambios resultan de mayor impacto para los más viejos, porque son cambios más veloces y más drásticos. Pero siguen formando parte del mismo descenso. La cumbia, para estas generaciones, ya es tradición compartida y renovadora, porque hasta una zamba o una milonga pueden inscribirse en aquélla: ¡ahora la cumbia es la madrina! Ojalá supiéramos cuál será el contexto que rodeará a la recta mil kilómetros o mil días más adelante. Pero sí sabemos para dónde va la recta, de dónde viene y desde hace cuánto. Urquiza el masón y el traidor, pero ante todo el necio sin prospectiva, escuchaba misa de parado en la capilla privada de su estancia. La gesta de Malvinas es reciente, y también era inimaginable, ¡y es la más innombrable de las gestas! Dios nos concede sus dones y nosotros, con suma eficacia dirigencial y popular, los hacemos pelota, ininterrumpidamente, ayer y hoy. Esa nutriente de la que ud. habla, coronel, se viene perdiendo desde hace mucho. Casi nunca fue alimento vivo de los argentinos, de todos los argentinos. Lo que ud. llama saltos cualitativos son nada más que las partes más lisas del tobogán.
ResponderEliminarLupus
Lupus, no me queda claro lo de Palermo Bala. ¿Quiere Ud. decir que para ser buen cristiano hay que ser cura o casado con hijos? ¿Un soltero, irremediablemente, es un bala y se condena?
ResponderEliminarSolo se condena si además de soltero vive en Palermo Bala.
ResponderEliminarSoltero + Palermo Bala: combinación explosiva.
No, mi amigo, no digo eso: si la taba cayó así, Dios no te abandona. Pero distinto es decidir, por miedo o por comodidad, no casarse o no traer hijos al mundo.
ResponderEliminarLupus
Pero vea, coronel, déjeme decirlo de otro modo, para que no crea que vengo a replicarle de ocioso nomás. De algún modo estamos diciendo lo mismo, y comparto casi plenamente su post. Pero hay algo que me cabrea y que no viene de ud. ni de nadie en particular. Es ese "algo" que construimos entre todos los argentinos, muertos y vivos; una especie de emboscada de la que no sabemos escapar, y a la que acudimos en forma cíclica y constante, como si fuéramos protagonistas de un oscuro ritual.
ResponderEliminarCierto que la patria es un "amor en el umbral" y a la vez, y por eso mismo, un dolor "que se lleva en el costado sin palabra ni grito", que decía Marechal. Una "provincia de la tierra y el cielo". Pero, ¿es lo que debe ser y todavía no es, o lo que debía ser y ya no puede? No se desperdician los dones, ni se ignora a los sabios, ni se desprecian las ocasiones, una y otra vez, sin terminar recibiendo castigos más serios, me temo. Nuestro mal es más profundo y más viejo, eso quiero decir, simplemente. Tan viejo como la misma patria. No hubo una gloriosa época, sino intentos gloriosos. Estar cerca de algo mejor fue como raspar una corteza demasiado dura, y rasparla duramente. Ahora nos toca, llegada esta época, en lo religioso, en lo cultural, en lo moral, lo mismo que le está tocando al mundo, aunque al modo nuestro: satisfechos de la emboscada y satisfechos de la retaguardia, pero siempre inflados y orondos, como si formáramos parte de una avanzada gloriosa. Y en muchas cosas ya realmente formamos parte de la vanguardia, una y otra vez, pena de Dios.
Sin embargo, es momento más que propicio, según la esperanza. Y ahí está lo del siguiente post.
Lupus
Estimado Lupus: Sí, también creo que estamos hablando un poco de lo mismo, aunque (claro) a cada cual le pesa su propia mochila.
ResponderEliminarEn mi caso, veo sí un escalón en estos últimos 15 ó 20 años, una discontinuidad. Pero, claro, una discontinuidad en una línea recta descendente, en una decadencia que ya lleva unos cuantos años.
Y lo digo en vísperas de una fecha que tiene bastante que ver con el asunto.
El primer tiro revolucionario es una caja de pandora, ya nada volverá a ser igual, como el hombre o la mujer que le mete los cuernos por primera vez a su esposo, no hay con qué darle, por más arrepentimiento y perdón algo cambió para siempre. La Revolución se devora a sus hijos, dicen que dijo Danton. ¡Cuánto hay de cierto!
El 25 de Mayo / Día del trueno y del rayo, / Último del Despotismo... / Y... primero de lo mismo. (Castellani)
In Dómino
Annimo de 10:38
ResponderEliminar....contra quien...
sr.Anónimo de las 1.55: su proposición es la PROTESTANTE,seguramente influida por el nUEVO oRDEN JUDEO-CRISTIANO creado por el Concilio Vat.II. Debiera saber,si es católico ,como se presenta, que para nosotros LA FE SIN OBRAS ES MUERTA.Un consejo, CONVIERTASE,de lo contrario está expulsando a la Palabra de Dios que inspira a Santiago Apóstol.La SOLA FE es una bandera luterana. Lic.Urgo
ResponderEliminarEsto es para Tollers y los de su generación:
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No los ven, allá van, galopando,
Los últimos gauchos, para donde irán,
Van volando al viento sus negras melenas,
rotas las espuelas, roto el chiripá
Se van silenciosos, ni una triste queja,
Ni un triste campero quisieron cantar
Lo ultimos gauchos, los leones vencidos,
se van galopando, para donde irán
Boleadoras, lazos, vinchas y culeros
se llevan con ellos y la Tradición
con gesto de rabia rompieron sus violas,
después apagaron el gaucho fogón.
Allá van los centauros, de la Patria mía,
Se llevan con ellos nuestra Tradición
Van volando al viento sus negras melenas,
Así van diciendo, su ultimo adiós"
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"Los Últimos Gauchos", de la Tropilla del Huachi Pampa
Se consigue en internet.