Aclaración previa: este post no es una
respuesta airada a un comentarista del blog. Es una respuesta con la mayor de
las buenas voluntades a un lector que, me consta, posee también buena voluntad.
Estimado Anónimo del 20 de febrero a las 14:42 hs.:
Es probable que yo sea un impío, o que tengamos opiniones diversas o
que, simplemente, yo sea incapaz de ver lo que usted sí ve con toda claridad.
La fuerza de su argumentación es que estamos frente a un hecho postrero,
es decir, a las puertas de un profundo cambio de ciclo o, más aún, del mismo
fin de los tiempos. Pero yo no veo eso. Lo que veo es que un papa renunció por
los motivos que él mismo adujo: cansancio y agotamiento debido a su edad y,
aunque no lo dijo, seguramente profundizados por las difíciles situaciones que
le tocaron vivir en su pontificado, heredadas del anterior. Y porque él es un
hombre transparente -creo yo que un hombre santo- prefiere renunciar a permitir la ficción de
poner la cara a un rol que no ejerce, y que ejercerán más mal que bien otros en
su nombre. En pocas palabras, no me parece que haya mucho gato encerrado
detrás. Lo que vemos es lo que hay.
Si usted cree, como dice De Mattei y otros muchos, que se trata de hecho
revolucionario -usted diría postrero-, porque los papas no renuncian, yo
digo que los papas no renuncian hasta que renuncian. Mucho más revolucionario,
y postrero y trágico me parece a mí fue la promulgación del Novus Ordo,
y aquí todavía estamos sufriéndolo. Al fin y al cabo, es una persona que se va
y viene otra. Cristo, que es el único importante, sigue.
Y no se trata de que yo esté en contra de los hechos postreros. Al contrario.
Mucho me gustaría que lo fuera. Qué más quisiera yo que estuviéramos a las
puertas de un cambio o de un fin, y que todo se acabara. Como hace pocos días
escribía un fraile amigo: “Hoy crece un deseo inmenso de que se termine ya de
una buena vez este insólito mundo sublunar”. Creo que a lo largo de seis años de blog ha quedado bien claro que no
tengo ninguna esperanza en la restauración de patrias terrenales y tampoco en
reinados sociales de Cristo ni en papas con tiara con los reyes denla tierra
postrados a sus pies. Pero no veo que la renuncia de un papa sea el anuncio del
fin.
En el fondo, me parece que todos estamos buscando -y algunos con
desesperación como Radaelli-
signos que nos indiquen que el triunfo prometido está cerca y de que el
fracaso que tenemos ante nuestros ojos –De Mattei lo llama “pérdida de
prestigio y autoridad de la Iglesia” pero usted puede llamarlo como le parezca-
se acaba en cuestión de días. Es decir, seguimos buscando seguridades,
nuevos escapularios verdes que ayuden a la fe a sostenerse en la espera.
Pero, mal que me pese, creo que tendremos que esperar bastante todavía. Las
palabras de Ratzinger pronunciadas en 1969, y que el Ex Luterano nos
recordaba, me parecen iluminadoras al respecto y las suscribo una por una:
“De la crisis de hoy (se refería a la desatada por el Vaticano II),
saldrá una Iglesia que habrá perdido mucho poder.
Será pequeña y tendrá que comenzar del principio nuevamente. Ya no
tendrá el uso de las estructuras que construyó en sus años de prosperidad. La
reducción del número de fieles provocará que pierda una parte importante de sus
privilegios sociales. Será una Iglesia más espiritual y no reclamará mandatos
políticos coqueteando con la derecha ahora, y con la izquierda más tarde. Será
pobre y se convertirá en la Iglesia de los destituidos.
Pero cuando todo este sufrimiento haya pasado, surgirá de este Iglesia
más espiritual y simple un gran poder. (Los hombres se darán cuenta que viven
en un mundo) de indescriptible soledad y, habiendo perdido el rostro de Dios,
percibirán el horror de su pobreza.
Entonces, y solamente entonces, el mundo verá al pequeño rebaño de
fieles como algo completamente nuevo. Lo verá como la fuente de esperanza para
ellos mismos y como la respuesta que siempre, y en secreto, estuvieron buscando”.
Que sea imposible... Volcó Radaelli.
ResponderEliminar¿No hay algo de idea del eterno retorno en eso que niega la esencia misma del libro que cierra la Revelación, Wanderer?
ResponderEliminarDon Miles, no me parece que se siga la idea del eterno retorno. No sería cristiana, por otra parte.
ResponderEliminarYo era de la idea de que todo esto se acababa pronto y ponía la firma a las profecías de Malaquías. Pero me parece que estaba equivocado, y no sabe cuánto lo lamento!
Yo soy partidario de las posibilidades abiertas y nunca de cerrar ni a uno ni otro lado, por muy convencido que esté (como se puede no ser consciente de que no se tiene la mente divina). Pero esa costumbre de afirmar la no linealidad de la historia, negando en cada momento su culminación como si fuera una muestra de desesperanza ese ¡Ven Señor Jesús! de la primigenia Iglesia me sabe como mal. Es muy neocónico ese optimismo histórico. Dios mismo hecho hombre nos invitó a mirar los signos de los tiempos y a atisbar en ellos.
ResponderEliminarAmigos, hay que andar con tiento. Este asunto de nuestra impaciencia ante lo que tenemos a la vista, este deseo de la Parusía, del fin de los tiempos, tiene que estar atemperado, y bien atemperado, con lo que nos enseñó el Primer Papa:
ResponderEliminar"El Señor no tarda en cumplir lo que ha prometido, como algunos se imaginan, sino que tiene paciencia con ustedes porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan." (II Pet. 3:9).
J.T.
¿Radaelli?
ResponderEliminar¿Qué se estuvo fumando?
Sexo y dinero en el Vaticano: http://www.repubblica.it/esteri/2013/02/21/news/ricatti_vaticano-53080655/
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con usted, don Miles.
ResponderEliminarPalabras del P. Lomardi, según el V.I.S. del día de hoy:
ResponderEliminar"Refiriéndose al tema de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, ha reafirmado que la fecha límite del 22 de febrero relacionada con su situación es pura hipótesis y que Benedicto XVI ha decidido confiar al próximo Papa la cuestión, por lo tanto, no hay que esperar una definición de las relaciones con la Fraternidad antes del final de este pontificado."
Castellani dice que muchas veces a lo largo de la historia se pensó que el fin estaba próximo. A raíz de esto pregunta si podemos estar seguros de ello...Como la respuesta es no, preocuparse es en vano, pues de todas formas hay que estar siempre preparados, venga o no el fin de los tiempos. Ese es el deber del cristiano.
ResponderEliminarCreo que las palabras que Tolkien pone en boca de Gandalf resultan de lo más esclarecedoras y llenas de esperanza: "Otros males podrán sobrevenir, porque Sauron mismo no es nada más que un siervo o un emisario. Pero no nos atañe a nosotros dominar todas las mareas del mundo, sino hacer lo que está en nuestras manos por el bien de los días que nos han tocado vivir, extirpando el mal en los campos que conocemos, y dejando a los que vendrán después una tierra limpia para la labranza. Pero que tengan sol o lluvia, no depende de nosotros."
ResponderEliminarMe parece, apreciado Wanderer, que al extremar el argumento, o la expresión, el tema comienza a bambolearse, como presa de una leve borrachera.
ResponderEliminarLa abdicación de un papa es cuestión mayor, y deberíamos cuidarnos al establecer comparaciones con otros sucesos eclesiásticos o religiosos del pasado. Cada evento oscuro se enlaza inevitablemente con otro posterior, sea menor o mayor. Menos mal que el destino de la historia pende del Dios eterno.
Me parece que el comentarista empezó por reclamar una vista sobrenatural del asunto, que es algo más que “gato encerrado”, y luego mostró su inquietud (y al fin su enojo) en cuanto a las derivaciones de la discusión: si Benedicto se fue o lo fueron, por qué se fue, o quiénes lo presionaron, quién lo sucedería, cuál sería su nombre pontificio. En fin. No voy a hablar por él, pero a mí también me inquietan estas limitaciones.
Indudablemente tenemos que atenernos, en primer lugar, a lo que comunicó el propio papa abdicante. Y en ese sentido, sólo manifestó cansancio e imposibilidad física. Detrás de lo cual nadie ha dejado de considerar otro tipo de cansancio y de imposibilidad. Lo cual viene a ser (como es lógico también) el resultado de una alarma interior personal a la que todos le prestamos atención, aunque no queramos. El maullido del gato encerrado.
Pero salgamos de eso, estoy de acuerdo. Sin embargo, no debemos salir, y aun más, debemos entrar decididamente, en la consideración del misterio que la abdicación de un papa significa para la Iglesia presente y futura, y para el mundo, para la vida terrenal. ¿O acaso no estamos hablando, en cuanto al formato meramente temporal, de un cambio inesperado, con apenas algunos antecedentes mínimos, en la más antigua y elevada de las instituciones del mundo? Que esto sea entendido nada más que el cambio de un hombre por otro, o si esto concluye, como parecen sospechar algunos, en una dura reducción de la misión o “función” del papa, o incluso en su casi desaparición, eso mismo ya es un misterio, algo que excede cualquier análisis político al paso. Y el hecho de que algunos lleguen a la reflexión de un papado innecesario, pasado, presente y futuro, es, al menos para mí, también un misterio. Un misterio del entendimiento.
No hace falta, para conservar la ración sobrenatural del suceso, que dictaminemos sobre la inminencia del fin. Ni hace falta, tal vez, que repasemos las reales o supuestas revelaciones privadas, como la de Malaquías (bien que tampoco podemos evitarlo). Sin embargo, entonces, tampoco tendríamos por qué atenernos, o considerar mayor (¡o menor!) la aparente profecía de Ratzinger sobre la Iglesia futura, que ud. transcribe al final de su post. Si no es profecía, es predicción, y uno siempre se ata a las predicciones como si fueran profecías, en la medida que se acomodan a nuestro entendimiento (y a nuestro deseo).
En mi humilde opinión, no es tanto que ingresamos en un terreno sobrenatural, pues siempre estamos caminando sobre dicho terreno. ¿O acaso no creemos en la efectiva acción de la gracia? Y de la desgracia. Pero sí que un suceso como éste corre un poco más (o mucho, ya lo veremos: ¿quién puede dictaminar grados o consecuencias?) el velo que separa ambas realidades, la visible y la invisible. Y que se tensa en el alma de cada uno el vínculo inextricable que existe entre ambas. Y que el papa abdicante, que es un hombre de fe, y que fue un buen papa, que resistió muchos ataques y que se atrevió a serias e inmejorables decisiones, sólo rindiéndose a su Señor, también se atrevió a ésta. (Con lo cual, a mi ver, antes que bajarse de la cruz, se subió un poco más.)
Y eso, eso solo, queda enmarcado como un misterio y una concreta acción sobrenatural en la historia. Todos los enojos, reproches, aplausos, análisis, predicciones, son manifestaciones de nuestro sentimiento y entendimiento mundanos. No digo ahora que estén mal o bien, o cuáles mal y cuáles bien, ni soy quién para hacerlo. Sólo digo que son de menor importancia.
Lupus
Excelente, Lupus: Su comentario merecía ser post.
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ResponderEliminarY en ese sentido, sólo manifestó cansancio e imposibilidad física
ResponderEliminar-------------------------------------
El texto latino habla de falta de vigor en el alma y en el cuerpo. No es mera imposibilidad física, sino desánimo también.
Lo de la mujer sacerdote es en una secta cismática, no en la Iglesia católica.
ResponderEliminarMe parece un poco desesperanzado el tono del artículo, yo pienso que creer en una próxima restauración de la Iglesia (sin milenarismos condenados) mantiene viva la llama de la esperanza.
ResponderEliminarHay tantas y tantas profecías que proveen una apostasía general, decadencia eclesiástica y luego una época gloriosa para la Iglesia (sin confundir esto con el Anticristo y el fin del mundo que eso parece para más tarde).
Esas revelaciones (muchas hechas a santos y beatos)como poco deben mantener viva nuestra esperanza.
En cuanto a San Malaquias, está escrito en varios sitios en Internet la interpretación y estudio meticuloso del jesuita Padre Igartua sobre la misma, su hipotesis es que "In persecutione..." y "Petrus Romanus..." son dos lemas más, démosle una oportunidad y si no, confiemos en Fatima, Garabandal; es verdad no son de fe, hay mucho entuerto con estas cosas y hay que andarse con cuidado como dice Tollers, pero ¡cómo alimentan nuestra esperanza!
Yo personalmente creo en Garabandal por varios sucesos particulares que me acontecieron relacionados con esta aparición, y creo que lo que allí se describe se va a dar en nuestra generación, y que nosotros veremos una nueva época gloriosa para la Iglesia, que no es algo del otro mundo, se dio en la Edad Media y puede volver e incluso mejor.
Ah y si morimos con esta esperanza incumplida, esa será nuestra llave para el paraíso.
Salo
Lupus, como siempre, agradezco su aporte. En algunas cosas estoy de acuerdo con usted, y en otras no tanto, pero siempre es valioso leerlo.
ResponderEliminarMiles, gracias por el dato. Ya eliminé el vínculo de la mujer sacerdote.
ResponderEliminarSalo, no creo que el post sea desesperanzador. En todo caso lo es si es que tenemos cifradas las esperanzas en un triunfo temporal de la Iglesia, en una situación similar a la que, de un modo idealista y romántico, le atribuimos a la Edad Media.
El triunfo de Cristo y de su Esposa no pertenecen a este mundo. Nuestra esperanza y nuestro corazón no pueden estar aquí, sino Allí.
No sé si es sano estar siempre intentando adivinar el futuro. A mí me pasa, pero deshecho esos pensamientos porque no sirven para gran cosa. El triunfo final de Cristo está garantizado, pero hasta entonces no hay nada escrito. No sé si es realmente posible intentar dilucidar cada siguiente peldaño guiándose por tal o cual profecía. En el fondo, sospecho que una sencilla oración es más poderosa que todas las profecías, sean o no de revelaciones privadas verdaderas.
ResponderEliminarComo dice el anónimo de las 13.54, también hay profetizada una era de gloria para la Iglesia, y si la Virgen en Fátima pidió que reinara Su Inmaculado Corazón en el mundo, será porque esto es posible... y un deseo de Dios.
En todo caso, quizá dejarse sorprender por el porvenir es más sosegado que esforzarse en averiguar qué pasará mañana o pasado mañana.
"al final, mi inmaculado corazón triunfará". He ahí la escueta frase en que se basan algunos para esperar una restauración de la Iglesia / Cristiandad.
ResponderEliminarMmmmmm, prefiero el triunfo de la parusía. Hay veces en que los más ortodoxos caen en el mismo o peor mundanismo que los progres.
Florentino.
Muy bueno, Wanderer. En la línea de sus mejores. Tanto que sacó a Lupus de su silencio. Creo que este post y el último de la esposa del neotradi son iluminadores. Desde las noche y el desierto
ResponderEliminarEl anónimo normando
suena a que lupus salio de su silencio para pedir algo de silencio, ¿o me equivoco?
ResponderEliminar"No cabe mencionar ningún lapso de tiempo, ni pequeño ni grande, tras el cual haya que esperar el fin del mundo"
ResponderEliminarSanto Tomás de Aquino, Contra impugnantes Dei cultum et religiones. 3,2,5; n 531
PG
"Tampoco esta en manos del creyente la capacidad de entender la historia de la salvación de manera concreta 'en' la historia universal. De la 'dispositio mundi' (...) dice Santo Tomás de Aquino, que incluso a los ángeles mas elevados se les van revelando 'siempre cosas nuevas, hasta el mismo día del juicio'. Y esto lo decimos como una protesta contra los 'teólogos de la historia' demasiado precipitados que piensan o quieren hacer creer la posibilidad de captar y demostrar el 'sentido' históricosalvifico de lo que en concreto acontece aquí y ahora." (Pepe Pieper)
ResponderEliminarPepe Galleta
Yo sí creo que la Iglesia va a ser cada vez más chica. Creo esto por lo que dice la Biblia sobre la segunda venida de Cristo.
ResponderEliminarPor un lado nos da información que le permitiría a cualquier cristiano deducir que el fin del mundo está cerca una vez que se llegue a esa época.
Por el otro lado nos da a entender que el regreso de Cristo es sorpresivo, como el de un ladrón en la noche.
También nos dice que si no adelantara su regreso hasta los elegidos podrían caer, eso nos habla del ambiente tal vez más post-cristiano que anticristiano de los últimos días.
Por eso supongo que aunque la Iglesia dure hasta el fin de los días, al final va a ser muy pequeña, minoritaria e irrelevante, que los últimos Cristianos van a tener un status como el de los menonitas hoy en día o los coptos en Egipto (o peor).
Una minoría de gente primitiva en un mundo de ciencia ficción. Los únicos que se darían cuenta de que el gobernante X es el anticristo.
Saludos
Ex Luterano
Sign of the times....
ResponderEliminarLAST TRAIN TO ROME...has already departed.
lLombardi locuta....
"El triunfo de Cristo y de su Esposa no pertenecen a este mundo"
ResponderEliminarNo a este que nos ha todado vivir, pero desde luego en la resurrección de la carne los santos vivirán ese triunfo sobre este mundo material;
Y aunque a nosotros no nos toque vivirlo hoy, un Reino de Dios "así en la tierra como en el cielo" es perfectamente compatible con la revelación cristiana, independientemente de en qué modo se componga ese reino.
Y bueno la profecía y la oración no son incompatibles, faltaría más, casi todos los grandes místicos han sido profetas, la profecía es una oración que hace Dios (si es verdadera).
La oración es el ejercicio propio de la esperanza(esto se lo copie a Castellani)
Salo
no entiendo esa adivinanza: ¿qué significa que el último tren a Roma ya se fue?... ¿Que ahora viene un papa proscripto, el antipapa, un patriarcado para pedir asilo, qué?
ResponderEliminarSi no entiendo mal Roma se acabará alguna vez pero no el papado...
Locuto
Locuto, lo que quiere decir es que los lefes perdieron el último tren a Roma.
ResponderEliminar¿o Roma se perdió el último tren a la Tradición?
ResponderEliminarMás que perder el tren, justamente porque no veo qué tengamos que perder (¿usted sí?), ningún tren perdimos, sino que no nos subimos para que todo siga como hasta ahora, que no está nada mal o, al menos, como están las cosas nos conforman.
ResponderEliminarSolo los locos están dispuestos a hacer grandes cambios cuando el estatus actual no les es problemático.
Y como no somos locos, aquí nos plantamos.
¿Por qué subir al tren? ¿Porque alguna excomunión podría llegar en el futuro? ¿Y con eso qué? ¿Qué valor tendría? ¿Cómo justificarla? ¿A quién asusta? ¿Qué nos cambiaría?
Requetelef.
ResponderEliminarCon los últimos acontecimientos y informaciones ( ayer, hoy.. ) , se puede entender mejor las palabras del Santo Padre , cuando hablo del “Concilio Virtual “ , del “ Concilio de los medios “ … con eso , los progres aprovecharon , y los tradis cayeron en la trampa …....
Juan P.
Ahora el que no entiende soy yo: si Roma perdió el tren de la Tradición, ¿significa que el tren se estacionó en la "gare" de Êcone?
ResponderEliminarAclaro que no soy el Anónimo de 9:43 y que mi comentario no iba en orden a negar que haya traditio solo en la FSSPX, negando que ésta llegue hasta hoy en la Santa Sede. En verdad, siendo que no vivo en la Santa Sede, no es mi problema, y si lo es, me escapa y nada puedo hacer al respecto.
ResponderEliminarLo que digo es otra cosa, y es esto: si nada tiene para ganar la FSSPX llegando a un acuerdo con la Santa Sede y más de una cosa podría perder, ¿para qué llegar a un acuerdo?
Eso es todo lo que digo.
Otros lefes se creen los salvadores del mundo y ven en un posible acuerdo una suerte de principio de restauración de la Iglesia, lo que es ciencia ficción. Son los mismos que creyeron que con el levantamiento de las excomuniones miles de católicos se acercarían a la FSSPX, pero nada de eso pasó.
Pero, además, son unos lefes un poco solterones y otro poco diletantes hacen foco en las noticias religiosas y en las cosas que diga algún cardenal o el vocero que no me acuerdo ahora cómo se llama.
Los lefes que tenemos familia estamos alguito más sobre lo concreto y el posible daño no nos paga el sueño que finalmente no se constatará en los hechos de una restauración ni ocho cuartos.
Somos prudentes, y si usted quiere "prudentes", que primero están los nuestros; y que así estamos bien.
No es ánimo cismatico, que no lo tengo. Es no carajear la cosa cuando no hay nada que ganar y eventualmente algo que perder.
Requetelef.
Entendido wanderer, gracias. Y ahora lo acompaño en su propia duda.
ResponderEliminarLocuto
Hay dos puntos de vista posibles para ver el acuerdo con Roma: el del lefebvrista y el del que no lo es pero es católico de buena línea.
ResponderEliminarDesde el prisma del lefebvrista, las conclusiones del Requetelef son de implacable coherecia.
Desde el prisma del no-lefe de buena línea la concusión será la opuesta, pues desea que esto se arregle de una buena vez, ya sea o no para ir a las misas de la Fraternidad. Solo por verlo arreglado.
Ambos pueden estar de acuerdo en todo, pero en perfecta coherencia, justamente, no pueden estar de acuerdo en esto.
Paradojas, que le dicen.
Para-Pléjico.
Lo dicho W. en comentarios anteriores.
ResponderEliminarCuando se pierde la noción de la Realidad, como fuente y medida de la vida moral e intelectual, se termina perdiendo la cordura.
Mire que confundir los pasajeros con el tren! .
En esta metáfora, la Iglesia podría ser el tren (más hecho crema que el San Martín, si Uds. quieren); el morochaje de abordo, los bautizados; el destino Roma (la ortodoxia), el maquinista, el Papa; la parada intermedia, Econe, con un andén lleno de lefes embroncados; los saboteadores de vías, progres y sedevacantistas; los rieles, el E.S.
De lo dicho por el anónimo 09:43 (y para unos cuantos) parecería ser que el tren es la comunidad moral de lefes (¿se acuerdan de la anécdota "la Iglesia somos nosotros"?; la carga de abordo, la Tradición; los rieles, la Fsspx; el destino final, Econe; el guarda, Fellay; el andén de la estación intermedia, Roma; los pasajeros en espera, el papa junto a los "goyim"de la iglesia conciliar.
¿Y el maquinista? Bien gracias; excusas para sacarse esta carga, a montones: la "razón de necesidad", dirán algunos; "papado si", pero "este papa no", dirán otros. ¿Y dónde esta el piloto?; si los apuran un poco, espetan secamente: "nos guia el espíritu de Mons. Lefebvre", sin quedar muy claro si se refieren a un recurso espiritista, a una emulación del E.S. o a un imperativo categórico.
Lo curioso es que un tren muy parecido al que propugna el anónimo, ya corrió alguna vez por la historia de la iglesia; es cierto que al accionar el silbato, sonaba "solo Scriptura", en vez de "sola Tradito". Pero el final del recorrido amenaza a ser lo mismo: un desastre. Sino pregúntenle a Martín.
Por eso, es preferible el Sanma a Roma que el Transuizo a Econe; aunque tengamos que viajar con el morochaje del furgón (de algún modo todos lo somos), meta cumbia, escabio y porro.
P.G
P.G., yo no me iría tan lejos a buscar a Martín. Fíjese lo que pasó con Dölinger y los Viejos Católicos hace 150 años. Para ellos, Roma perdió el tren entretenida en el Vaticano I. El cardenal Newman refunfuñó bastante con ese Concilo, como correspondía hacerlo, pero nunca se subió al tren de Döllinger.
ResponderEliminarP.G:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Ud.
Si el "motivo" del lefebvrista es el que Ud. comenta y parece ser el del Anónimo de 9:43, no estoy de acuerdo con aquellos (que no son pocos) lefes.
No estoy de acuerdo con el celo amargo que se puede ver en el placer con que les desborda al mencionar los males de la Iglesia.
Mis "motivos" son otros y que ya expliqué.
Quien conoce este mundo bastante y desde dentro de la FSSPX diferencia tres posturas muy claras de cara al "acuerdo".
Están los que no lo quieren por los motivos de R.C. y/o por ser sedevacantistas.
Estamos nosotros, los que no lo queremos por prudencia y, por qué no decirlo... por comodidad.
Y los que lo quieren, pues solos en el mundo no corren mayores riesgos si la FSSPX finalmente se descajeta. Estos pueden alegar una visión "sobrenatural" y otras linduras propias de quien no tiene mucho en riesgo, mayoritariamente conformado por solteros y abuelos (así cualquiera...).
Requetelef.
Digamos Requetelef, que esta razón de prudencia es medio como viajar en el estribo para saltar en caso de descarrilamiento. Me parece una razón comprensible, que, quizás, merezca una discusión honesta y más profunda. Creo que más de uno hemos oscilado entre el furgón y el estribo; la otra opcion era saltar del tren.
ResponderEliminarPero viajar en el estribo no deja de ser embromado: "si Ud. puede leer este cartel, su vida corre peligro" dice en el Sanma.
Creo que es ahí cuando entra en juego la confianza en los rieles.
Pero, de cualquier modo, veo que coincidimos en lo esencial, lo cual no debe menos que alegrarnos.
P.G
Todos los caminos llevan a Roma desde 2000 años ( ¿quien no lo dijo ?) .....con un desvio accidental por Avigñon....
ResponderEliminarEstimado Wanderer: hace unas semanas publicó el "chisme" de un posible nombramiento episcopal para Córdoba (no recuerdo si para reemplazar a Ñañez o para auxiliar). En dicho post he preguntado si tenían más información, pero no ha habido respuesta. Sería bueno si pudiera ampliar, especialmente, teniendo en cuenta si incide o no la renuncia de Benedicto XVI. Gracias
ResponderEliminarEstimado Requetelef:
ResponderEliminarla "prudencia" a la que Ud aduce para evitar el acuerdo en este momento debería llamarla ignorancia, porque Ud no tiene ningún elemento válido para prudencialmente recomendarlo o no. De hecho Mons. Fellay no lo consultó sobre cómo decidir al respecto. Queda en una mera expresión de deseos.
La "comodidad" a la que Ud también aduce es cierta. Es más cómodo ser lefe, si me voy de vacaciones no voy a Misa en todo ese tiempo porque no hay Misa lefe y si estoy en la quinta o fuera de radio lo mismo. El P. Gentili especificará a cuántos kilómetros estoy exceptuado de asistir a Misa lefe, prohibiéndome la asistencia a otra.
Entiendo que para el que conoció la fe en la FSSPX no parecería haber otra opción, lo mismo que en el Opus Dei o el Camino neocatecumenal.
Si le parece no quiera el acuerdo, pero salga de la burbuja, porque por más hijos o familia que tenga no se diferencia mucho de los solterones y abuelos de los que Ud se mofa. Su posición es la de un típico clericalista de parroquia (progre o no).
Agradezco, Wanderer, el excelente post in comento, que comparto. En verdad, oscilo entre ese criterio y el de muchos que anhelan la proximidad de la Parusía, hartos como estamos de contemplar este desmoronamiento de la Iglesia. Aunque agrego una sensación personal: yo sí creo que hay "gato encerado". Discuto siempre con quienes -en todo tipo de temas- dicen: "yo no creo en las teorías conspirativas", porque yo sí creo en ellas´. Es más, pienso que la historia de la humanidad ha sido -en buena medida- un encadenamiento de conspiraciones. Los hechos históricos de gran trascendencia no nacen de un repollo. Y en la especie, dado que el Santo Padre ha tomado su decisión en absoluto silencio, no nos queda más que atenernos a las razones por él expuestas (no poseemos más información, ni nosotros ni los funcionarios de la Curia). Pero cuesta creer que un hombre como Benedicto XVI (tan espiritual y al mismo tiempo tan racional) un día se levantó y se dijo: "me duelen los huesos, nadie me obedece, me cansé, quiero jubilarme y que me suceda alguno con más fuerzas". Por eso, en la decisión sospecho una estrategia de su parte (porque el Papa sí tiene buena información). Desde el día del anuncio estoy en oración (más no puedo hacer, salvo conjeturas) para que el Santo Espíritu de Dios nos procure un Papa católico y santo. Pero tengo angustia, no se si del próximo cónclave saldrá pato o gallareta. Sí, soy cobarde y temo seguir sufriendo, y en el futuro tener que dar el paso de volar solito al desierto para no participar de un culto adulterado. Ojalá tuviera la sapiencia y grandeza de espíritu de Wanderer y de muchos de quienes postean aquí. Repitiendo el Salmo diría "mi alma espera al Señor más que el centinela la aurora", pero en este amanecer creo oir ruido a sables y rugido de leones buscando a quien devorar...
ResponderEliminarA.C.
ResponderEliminarNo voy solo a las misas de la FSSPX, esté o no de vacaciones y no trato con el sacerdote que mencionó.
En mi situación el problema no es de una hora del domingo a la semana. Conseguir otros lugares para ir a misa, dependiendo de donde uno viva, no es nada difícil.
En mi situación, un posible descajete de la FSSPX me complicaría fundamentalmente de lunes a viernes.
La FSSPX me ofrece una cantidad de "solucines", cual buen sofware, que no se limitan a la misa, ni mucho menos.
Requetelef.
Me puse a buscar acerca de esta aparición de la Vírgen en Garabandal.
ResponderEliminar"La Virgen anuncia en Garabandal un gran Milagro para ayudar al mundo a convertirse, ya que en otro caso, el mundo se verá envuelto en una horrible desolación. Será un jueves, coincidiendo con un gran acontecimiento para la Iglesia. La Virgen dijo: "Antes, vienen tres Papas". Ya estamos en el tercero. Después el Fin de los Tiempos."
El Papa renuncia un jueves.
Dos preguntas a los lefes.
ResponderEliminarSi el nuevo Papa ordena que se celebre una vez por semana la misa tridentina en todas las iglesias con más de un cura disponible terminarían con su "cisma" (no sé cómo llamarlo, perdón si ofendo a alguien) o continuarían así hasta que desaparezca el Novus Ordo?
No tienen algún miedo, aunque sea remoto, de terminar como los Viejos Creyentes rusos?
Saludos
Ex Luterano
El autor dice: "Al fin y al cabo, es una persona que se va y viene otra. Cristo, que es el único importante, sigue."
ResponderEliminarAnte lo dicho: Precisamente el problema es que es nada menos que el Vicario de cristo, a quien Nuestro Señor le confió Su Iglesia.
"Tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia: en donde está Pedro está la iglesia, y en donde está la Iglesia no está la muerte, sino la vida eterna, enseña San Ambrosio.
No es algo de menor importancia que el mismísimo Pedro se vaya. Si no es tan importante, entonces, me pregunto para qué Nuestro Señor le confió su Iglesia.
¿Es el fin de la Iglesia?
No, por supuesto. Nuestra confianza está en Dios y en sus palabras: Las puertas del infierno no prevalecerán. Y, obvio, que le seguirá otro Papa.
El signo de aquí es que: el "MUNDO" lo "aprueba" y "respeta" su decisión. Gracias a Dios se terminará todo este circo, cuando se anuncie un nuevo Papa.
Sobre: "Es decir, seguimos buscando seguridades, nuevos escapularios verdes que ayuden a la fe a sostenerse en la espera."
Totalmente desafortunada esta frase.
Hoy en día, son necesarios los sacramentales y más que nunca, por lo que precisamente significa un sacramental: "Los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia preparan a recibirla y disponen a cooperar con a ella."
Los escapularios verdes han sido asociados con conversiones en punto de muerte y conversiones en general.Es la misma Madre de Dios que ha querido confiarnos este medio, y la Iglesia lo ha aprobado.
Me pregunto, hoy año 2013: ¿Se entiende el papel de Nuestra Señora en el plano de la gracia? ¿O todavía tenemos la desfachatez de despreciar esos instrumentos que DIos nos facilita en estos tiempos, despreciar la intervención de la Reina de la Misericordia aún a través de un pedazo de tela llevado con fe?
Lo condenable es el uso asociado a: presunción de salvación y la supertición.
Bien le valdría conseguir uno y llevarlo con fe y agradecimiento.
Dice: "Pero no veo que la renuncia de un papa sea el anuncio del fin. En el fondo, me parece que todos estamos buscando -y algunos con desesperación como Radaelli- signos que nos indiquen que el triunfo prometido está cerca y de que el fracaso que tenemos ante nuestros ojos."
Teniendo en cuenta las sabias palabras del Apóstol:"No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo y quedáos con lo bueno" (1 Tes 4,20-21)
Y... "El que sigue la Ley de Dios, y conforma su vida a esta Ley, es amigo de pensar en la venida del Señor" Teodoreto
Ante lo dicho por el autor pregunto:
¿Se acabó la Diaspora en 1948? ¿SI o NO?
¿Entienden el significado de esto?
No es cuestión de buscar signos, los signos están a la vista.
El que quiera entender que entienda.
Va a venir mañana la Parusía? Pues, no lo sé. Sólo Dios lo sabe.
A nosotros nos toca estar preparados: vigilando y orando.
Ex luterano, no creo que el problema de los lefes sea terminar como los Viejos Creyentes ortodoxos, que son bezpopovtsy, es decir, no tienen sacerdotes.
ResponderEliminarEl problema es que terminen, tal como apuntó otro comentarista, como los Viejos Católicos.
Nuca pensé que iba a leer una cosa semejante: Vargas Llosa, quizás el "intelectual" ateo del mundo hispano más anticlerical de estos tiempos(de ese anticlericalismo con olor a siglo XIX), sacó una columna hoy en La Nación ponderando a Benedicto XVI: http://www.lanacion.com.ar/1557643-el-hombre-que-estorbaba
ResponderEliminarConcluye el texto con una frase con la que, puliéndola un poco, creo que casi todos estaríamos de acuerdo:
"La decadencia y mediocrización intelectual de la Iglesia que ha puesto en evidencia la soledad de Benedicto XVI y la sensación de impotencia que parece haberlo rodeado en estos últimos años es sin duda factor primordial de su renuncia, y un inquietante atisbo de lo reñida que está nuestra época con todo lo que representa vida espiritual, preocupación por los valores éticos y vocación por la cultura y las ideas."
Diego, quizás se este cumpliendo aquello de que los últimos serán los primeros.
ResponderEliminarPG
Si es por eso no tema, Wanderer; que son ambos movimientos de características esencialmente diferentes.
ResponderEliminarLos lefes llevan ya más de 40 años y ni sombra de cisma hay. Para esa altura los viejos católicos estaban ya desmadrados.
Católico Viejo.
Ex Luterano,
ResponderEliminarSi se obliga a una misa tradicional por parroquia seguirían siendo lefes.
Si se deroga el Novus Ordo, lo mismo. Van a misa donde les gusta, y les gusta la Fraternidad. No lo vea como una "reacción", que para el simple feligrés es más costumbre que otra cosa. Sencillamente, van ahí.
Por lo otro que pregunta, no, no les preocupa.
Católico Viejo, yo no estaría tan seguro que no hay aires de cisma entre los lefes. Pregúntele a Williamson y a sus seguidores, entre los que hay muchos argentinos, que anda con ganas de orden un obispo, si es que no lo hizo ya.
ResponderEliminar"Roma ya volverá a la Tradición".
ResponderEliminarLa distancia entre el cisma formal y la actitud cismática es demasiado corta como para confiarla a esta entelequia, y descansar tranquilo. Es solo cuestión de tiempo.
PG
"La distancia entre el cisma formal y la actitud cismática es demasiado corta como para confiarla a esta entelequia, y descansar tranquilo".
ResponderEliminarMás que una corta distancia es una actitud objetiva, precisa y contundente.
Si llegase el día que los lefes sinceramente digan: "el papa se equivoca, detestamos al Papa pero es el Papa, no lo obedecemos pero es el Papa, si no se equivocase lo obecedería", mientras así digan y sinceramente piensen (estén o no equivocados) no habrá cisma, ni actitud cismática y eso es la Fraternidad en sus autoridades y en los sacerotes y la feligresía consecuente. Si hay otros que no piensan así es porque "ocultan" (como sucede con más de un sedevacantista sacerdote o feligrés) lo necesario para que les permitan "seguir estando" en la Fraternidad. Esto es público.
No tiene sentido hablar de cisma cuando no lo hay. Cuando lo haya vemos, y si no llegase a haberlo nunca, no lo vemos.
ResponderEliminarSe me ocurre que son dos esperas distintas. La de la vigilia -que tanto insistía el Beato Newman- y la de los signos de los tiempos. La primera reposa en el amor y la esperanza de La vuelta, la segunda sobre la especulación racional y los signos de los tiempos. Una sola es obligada en todo cristiano, la otra es para aquellos pocos que pueden percibir la delgadísima línea entre lo visible y lo invisible.
ResponderEliminarSe han dicho y aún se sostienen (aunque con disimulo) cosas peores. De aquellos lodos...
ResponderEliminarArzobispo Lefebvre, 4 de agosto de 1976:
“El Concilio [Vaticano II] dio la espalda a la Tradición y rompió con la Iglesia del pasado. Es un concilio cismático (…) Si estamos seguros de que la fe enseñada por la Iglesia durante veinte siglos no puede contener ningún error, estamos aún menos seguros que el Papa sea verdaderamente Papa".
Carta de Mons. Lefebvre a los futuros obispos.29 agosto 1987
"La Cátedra de Pedro y los puestos de autoridad de Roma están ocupados por anticristos"
Eso está dicho en el contexto de no afirmar, pero tampoco poder afirmar, que el Papa lo sea realmente luego de lo visto. No obstante lo cual y a pesar de los buenos motivos para pasarse al sedevacantismo, M. Lefebvre jamás lo fue y de la Fraternidad siempre han echado a los sacerdotes que lo eran.
ResponderEliminarQuien conoce la historia sabe que ese fue un día en que a monseñor se le había subido la mostaza. Nada más. No es para exagerar, sino para comprender que fue un hombre.
Cura Vago.