Ha causado bastante bronca la noticia de la pronta
canonización de Juan Pablo II y de Juan XXIII. A mí me ha molestado muy poco o,
mejor dicho, nada. La proliferación de santos de las últimas décadas produjo
una oferta tal que mis posibilidades de demanda ha sido totalmente superada. Por
otra parte, tanta abundancia habilita la duda acerca de la calidad de los
últimos santos. Es lo que pasó con las corbatas. Antes eran todas Made in Italy, y ahora los son Made in China, aunque las etiquetas continúen
afirmando que son de seda. Y del mismo modo en que sigo prefiriendo las dos o
tres corbatas italianas que tengo, así también le sigo siendo fiel a los santos
mártires de los primeros siglos y a algunos santos medievales, y trato de
evitar incorporar a mis devociones santos manufacturados en China, o en
Polonia.
Fuerza es reconocer que esta significativa variación en el
mercado fue obra del Polaco Magno. Hasta su llegada al solio apostólico, las
canonizaciones eran muy raras. Pasaban años sin que hubiese alguna y
significaban un acontecimiento verdaderamente importante para la Iglesia. Juan
Pablo II, en cambio, convertido en canonizador
serial, no dejó pasar mes, o semana, sin proclamar algún santo o algún
beato. ¿Por qué lo hizo? Muchas cosas podrán decirse, y hemos dicho desde aquí,
sobre él, pero ciertamente no era un improvisado ni un ignorante, como ha
sucedido con pontífices más recientes. Yo arriesgo dos hipótesis: creyó
buenamente que poniendo de moda a los santos, y sobre todo a santos
contemporáneos, ayudaría a que el mundo y la Iglesia fueran más santos, o bien,
las canonizaciones le aseguraban plazas repletas de bote a bote en las que
saciar sus ansias de multitudes y su posibilidad de hablar y ser escuchado por
millones de personas. No logró, como salta a la vista, el primer objetivo,
aunque sí logró el segundo, pero le sirvió solamente para aumentar su
histrionismo y ejercer sus dotes actorales aunque, sinceramente, no creo que
esto fuera su objetivo. Creo que Wojtyla tenía la firme convicción de que
hablando a multitudes y apareciendo en millones de televisores iba a ayudar a
convertir al mundo.
El incremento descontrolado de canonizaciones produjo varias
consecuencias, algunas de ellas saludables, como la discusión teológica acerca
de la infalibilidad de las canonizaciones, la cual ha sido seriamente
cuestionada por teólogos de la talla de Gherardini
y de Ols.
Sobre este tema ya hemos hablando suficientemente en este blog y no volveremos
sobre él. Sin embargo, parece oportuno destacar algunos aspectos notables de
los santos de cada época lo que -vale decir-, equivale a preguntarse por los
criterios de santidad que la Iglesia ha utilizado a lo largo de su historia.
Pareciera que los santos canonizados o que reciben culto
público por parte de la Iglesia, han respondido a las necesidades de cada
época. O, dicho de otro modo, cada época ha entronizado a aquellos santos que
mejor respondían a sus expectativas. Y me parece encontrar dos grandes modelos
de santidad: aquel que se impone desde los inicios mismos del cristianismo
hasta la Reforma, y el segundo, desde ese momento hasta nuestros días y que,
estimo, cambiará nuevamente con el bergoglismo.
Resulta claro que en los primero quince siglos de la
Iglesia, la virtud que se esperaba de los santos y lo que de ellos se exaltaba
era la fe o, en todo caso, las virtudes teologales. No significa esto
que no se hiciera caso de las virtudes morales, pero éstas estaban subordinadas
y en un segundo plano. A nadie se le ocurría canonizar o rendir culto a alguien
porque había sido muy paciente o muy casto. E insisto, no es porque se
despreciara estas virtudes, sino porque se las consideraba obvios fundamentos
sobre los cuales edificar las virtudes verdaderamente importantes y propiamente
cristianas y sobrenaturales: la fe, la esperanza y la caridad.
Veamos algunos casos. Los primeros mártires fueron considerados los campeones de la fe. Su muerte
era el testimonio más elevado de la fe en Jesucristo, y todo el resto de las
virtudes que se señalaban en ellos -por ejemplo, la pureza y castidad en
grandes mártires como Inés o Lucía- estaban en relación directa con la fe. Es
decir, su castidad no era lo más importantes -las vestales eran tan vírgenes
como ellas-, sino que era importante porque testimoniaba la entrega de la propia
virginidad y, con ella, de la propia vida en razón de la fe depositada en el
Señor.
Un caso análogo sucede con los Santos Padres. No se buscaba en ellos virtudes morales en las que,
en algunos casos, estaban medio flojitos, sino su gran defensa de la fe
expresada en la doctrina ortodoxa. San Jerónimo no era precisamente una persona
mansa y humilde. Sus arrebatos de cólera epistolar contra San Agustín y San
Basilio, por ejemplo, dan muestra de un carácter irascible, como así también
sus abundantes malas palabras -era más boca sucia que el Cura Brochero, aunque
las decía en latín- que aparecen en sus cartas. Y no digamos nada de las
descripciones pormenorizadas de las ondulantes y seductoras bailarinas romanas
que aún recordaba después de décadas de residencia penitente en Belén y que
describe en sus escritos.
¿Y qué decir de San Cirilo de Alejandría? Fue al concilio de
Éfeso con una patota -literaliter- de
más de cincuenta monjes egipcios para enfrentar a Nestorio y a los suyos. Como
los legados pontificios no llegaban, decidió comenzar él mismo el concilio, y
lo hizo apretando de todos los modos posibles a través de sus monjes, con sobornos
y violencia, a los Padres Conciliares y a las influyentes personalidades
civiles a fin de que condenaran las doctrinas nestorianas, cosa que,
efectivamente, sucedió. Y Cirilo es santo y doctor de la Iglesia. Ciertamente,
no lo es por su heroicidad en las virtudes morales, sino por su firmeza al
servicio de la doctrina y por su valentía demostrada en defensa de la verdad
católica. Es decir, por su fe.
Ocurre lo mismo con muchos de los santos medievales. Santa
Clotilde, esposa de Clodoveo, el primer rey cristiano de los francos, tuvo la
misión de concentrar en sí la idea de la Francia católica, pues debido a su
insistencia fue que su esposo, y con él todo su pueblo, se convirtieron a la
fe. No tengo dudas de la piedad de esta santa mujer, pero recordemos que fue hija
de Chilperico II de Burgundia (un soberano
bárbaro en el sentido pleno del término), su tío Gundebaldo asesinó
a su
padre y ahogó a su madre además de provocar el exilio de su hermana. Finalmente,
sus hijos terminaron matándose entre ellos para heredar la corona de Clodoveo. En
este ambiente familiar, nada propenso al cultivo y estímulo de las virtudes
morales, resulta difícil pensar en Clotilde como una santa al estilo de Santa
Margarita María o de Santa Faustina. Ella fue una mujer fuerte en la defensa de
la fe frente al paganismo y al arrianismo, a punto de tal de convencer a su
esposo y de hacerlo bautizar por San Remigio.
San Canuto, o Knud el Santo, fue rey de Dinamarca y quien
convirtió a su reino al cristianismo en el siglo XI. Muere asesinado por sus
propios súbditos, los campesinos de Jutlandia, que no querían acompañarlo en
una expedición militar contra Inglaterra cuyo trono pretendía ocupar. El pobre
Canuto era bastante ambicioso, cruel y tendría varios vicillos más. Sin
embargo, fue canonizado en 1101. El motivo no fue, una vez más, su heroicidad
en la práctica de las virtudes morales, sino su fe, más allá de sus defectos
que, al parecer, eran notables.
Veamos todavía un caso más. San Vladímir de Kiev, definido
por su biógrafo Volkoff como fornicator
maximus, no era precisamente un dechado de virtudes. Sin embargo, a él se
debe la conversión al cristianismo de los pueblos eslavos y por eso es un gran
santo de la Iglesia católica, tanto de la romana como de la ortodoxa.
Ciertamente, después de su conversión, habrá cambiado de vida -y esto lo narran
sus biografías-, pero todos sabemos que los hábitos, a no ser por un milagro,
no desaparecen automáticamente después de una confesión, o de un bautismo.
Necesitan ejercicio y desarraigo lo cual no sé hasta qué punto habrá sido el
fuerte de Vladímir. Su grandeza estriba, como la de San Canuto y la de tantos
otros, en haberse decidido por la fe de Cristo y contra el paganismo en el cual
había nacido y al cual pertenecía, con todo lo que eso significaba. Y Dios
seguramente lo premió con su visión por este acto, más allá que en lo moral no
hubiese sido un ejemplo.
Pero con la Contrarreforma la cosa cambia. Los jesuitas,
aunque no sólo ellos, comienzan a vender una santidad de moralina en la que se
impondrán con fuerza las virtudes morales por sobre las teologales. Y aparece
entonces, por ejemplo, San Luis Gonzaga, novicio de esa congregación, que era tan pero tan puro que no miraba a su
madre y a sus hermanas para evitar tentaciones contra la castidad. Y por el
estilo serán las vidas de San Estanislao de Kostka o de San Juan Berchmans. No
dudo en absoluto de la santidad de estos jóvenes; lo que sostengo es que el
motivo de su elevación a los altares, tal como se desprende de sus biografías, fue
la heroicidad en el cumplimiento de ciertas virtudes morales. Seguramente,
ejercitaron muchas virtudes más y en grado sumo también las teologales, pero la
suya, mal que les pese, es presentada como una santidad de moralinas.
Veamos otro caso. Se cuenta de San Francisco de Sales que era tan pero tan piadoso que, cuando fue
consagrado obispo, hizo promesa de rezar el rosario durante todos los
pontificales que le tocara celebrar, en medio de tan aburridas ceremonias. Así que, para seguir su ejemplo, a rezar el
rosario durante la misa… No digo que no haya que rezarlo durante los sermones,
siempre tan aburridos, largos y exasperantes, pero la misa es un poquito más
importante que el rosario, me parece, y mucho más lo es para quien la celebra,
y mucho más aún si el tal es un obispo. Y como este hecho salesiano, las
hagiografías y comentarios nos presentarán al santo doctor de Ginebra como el más
pacífico y dulce de entre los hombres, bastante alejado de los berrinches de
San Jerónimo, de las patoteadas de San Cirilo y de las ferocidades de San
Canuto. Resulta claro que los criterios de santidad y de canonización cambiaron
rotundamente. Una vez más insisto: creo que todos ellos son santos y gozan de
la visión del Cordero Inmaculado, pero convengamos que son santidades distintas
o, al menos, distintamente presentadas.
Hasta aquí algunos hechos que pueden ser comprobados
históricamente. Ahora, un poco de pre-visión. Bergoglio es un puntero del conurbano
bonaerense, aún cuando se vista de blanco. Para mantener su popularidad y
adhesión no puede repartir planes trabajar, como hacen sus colegas. Va a
repartir entonces bergoglemas y gestos populistas, sospechosamente ayudado por
los medios de comunicación. Y aquí un paréntesis: resultan sugerentes algunos
datos de la última semana: se anunció con bombos y platillos la gran humildad
del papa que había hablado con Alitalia a fin de que no le pusieran una cama en
el avión que lo conducirá a Río y que prefería salir de Fiumicino para no
complicar a la gente despegando desde Ciampino. Todo el mundo dijo, claro, ¡Qué
humilde! ¡Qué desapegado de los lujos! ¡Qué diferente a sus antecesores! Pero
resulta que el papa Benedicto tampoco tenía cama en su avión y siempre salió de
Fiumicino. Se trató de una mentirilla pontificia que -tarde-, fue aclarada por
el jesuita Lombardi, y que no repercutió en los medios.
Y es sugerente también que quienes conocieron a Bergoglio
como arzobispo de Buenos Aires lo detestan. Públicamente se ha despachado ya
varias veces el P. Marcó, que fue su vocero durante años, desde su programa de
televisión y, en privado, varios arzobispos, obispos que no revistan
precisamente en las filas de los conservadores. Y con ellos, muchos de los
curas que lo conocieron y padecieron en la arquidiócesis porteña. No es el caso
de dar nombres o relatar anécdotas, pero les aseguro que son varias. Sólo así
se entiende un dato aparecido en los diarios los últimos días: de los 42.000
jóvenes argentinos que asistirán a las JMJ en Río, sólo 2000 son de la
arquidiócesis de Buenos Aires. Era de suponer, en buena lógica, que de allí
deberían haber sido un grupo mucho más numeroso, no sólo porque, en general, las
parroquias porteñas cuentan con mayor poder económico, sino porque están mucho
más cerca de Brasil que los puntanos o que los salteños, y porque se trata de
agasajar a su ex-ordinario. A fin de cuentas, el único que sigue lavando y
zurciendo zoquetes papales parece ser Mons. Taussig, acompañado del P. Ianuzzi
y de los curas del IVE que están temblando por la que se les viene, o la que se
les vino más bien y no saben todavía cómo anunciarla…
Cerrando el paréntesis y volviendo al hilo del post, Bergoglio
nunca promoverá, me parece a mí, la canonización de santos como Domingo Savio o
María Goretti, tan fuera de lugar en la sociedad contemporánea, porque el mundo
se le reiría en la cara. No sería extraño entonces que comenzara una campaña de
canonización de santos populares, suspendiendo si fuera necesario los debidos
procesos e inaugurando un fast track
para ellos, mientras que los santos regionales o de cabotaje, deberían esperar
su turno y pagar los más onerosos peajes correspondientes. ¿De qué otro modo interpretar si no, la canonización
de Juan XXIII? No cumpliendo aún los requisitos canónicos -le faltaba un
milagro-, el papa decidió canonizarlo porque se le cantó. ¿Qué impide,
entonces, que esto se le haga costumbre? Aunque ganas no le faltarían, no creo
que lleguemos a Santa Gilda de la Bailanta o a San Nicolás Landoni y los ciento
noventa y tres mártires de Cromañón, pero podría sorprendernos con Angelelli o con
las monjas irlandesas, con algún laiquillo pacifista de San Egidio o con algún
cocalero boliviano muerto por la DEA.
Parece exagerado lo que digo, pero cada día nos damos cuenta
de que la patética realidad del personaje está superando la ficción. Es esto lo
que sucede cuando los hombres menores acceden a los puestos para los que no
fueron hechos: nunca deberemos subestimar su incapacidad.
Como decía el Dante: Sempre
la confusion delle persone, principio fu del mal della cittade.
Excelente sin más.
ResponderEliminarWanderer,
ResponderEliminarMe queda claro, después de varios posts sobre Bergoglio, que Ud. no lo conoce. No quiero con esto subrayar virtudes o vicios del Papa (tiene ambas). Simplemente le digo: no lo conoce.
Pero además, Ud. le oida y desprecia profundamente a Bergoglio -como muchos del "palo" tradicionalista-, y Ud. tiene, digámoslo así, un pequeño problemita de soberbia personal en el aspecto religioso -como muchos del palo-.
Ud. se cree superior a Bergoglio y le indigna que Él -indigno, que no sabe ni manejarse en su posición de sucesor de Pedro- sea Papa y Ud. o algún otro que Ud. considerará, no.
Hágase ver o hable: con un cura, con un amigo, o con un psicólogo. Se lo recomiendo de buena fe. Para su bien. Hasta le puedo ya recomendar algo: no escriba posts sobre el Papa Bergoglio. Ud. no lo necesita, no es necesario, y, además, le hace mal. Se puede vivir sin estar mirando todo el día lo que hace el Papa.
Máxime Uds. que no siendo papólatras (y despreciándolos), no son muy coherentes pasándose todo el día hablando del Papa (de éste que tenemos ahora, de Benedicto, del Magno, de Pablo VI, de Juan XXIII, de los Píos, etc.).
Saludos,
Estimado, gracias por su consejo. Creo que tiene razón. Pero es más fuerte que yo. Es abismo de mediocridad del Personaje me impele a escribir.
ResponderEliminarPero le advierto que aquí no se trata de mis problemas psicológicos, que los tengo según usted acota, o de mis problemas espirituales, la soberbia que usted señala.
No se trata tampoco de mi papolatría o antipapolatría.
Se trata de la Iglesia, y del daño enorme que Bergoglio está haciendo. Me preocupa, como hijo de la Iglesia, que este atorrante se la lleve puesta.
es falso que vamos solo dos mil de bs as. con la A.C.A. en estos ultimos meses van 1900. Mas los inscriptos desde el año pasado, van más de 5000.
ResponderEliminarAnónimo, yo solamente doy las cifras que dio el P. Miceli, del arzobispado de Buenos Aires, a La Nación:
ResponderEliminarhttp://www.lanacion.com.ar/1601145-fervor-por-el-papa-viajan-a-rio-mas-de-42000-argentinos
Es punto Wanderer es que sus publicaciones no creo hagan ningún bien a la Iglesia. Y, en contrapartida, ¿puede asegurar que no hacen grave daño? ¿Qué no son motivo de escándalo para algún que otro lector? Aunque fuese uno solo. Imagine que uno abandona la Iglesia o empieza a dudar en materia de fe a causa de un escrito así.
ResponderEliminarOjo Wanderer....con toda la buena intención del mundo se lo digo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstimado, es cuestión de opiniones. Usted cree que mis escritos hacen daño a la Iglesia; yo creo que no. Yo creo, en cambio, que Bergoglio hace daño a la Iglesia, y usted cree que no. De gustibus non disputantur...
ResponderEliminarY en cuanto al escándalo... no creo que sea necesario leer el Wanderer para escandalizarse. Hay modos muchos más sencillos: vaya a misa un domingo a cualquier parroquia porteña, por ejemplo; o mire el vídeo en Gloria.tv de Bergoglio aplaudiendo al rabino Skorka luego de que éste ofendiera repetidas veces a la Iglesia de Cristo y anunciara que sigue esperando al Mesias, todo esto cuando el mismo Jorge Mario lo hizo Doctor Honoris Causa de la Universidad Católica Argentina.
Si para usted este pobre blog es más escandaloso que el hecho que un cardenal aplauda y se abrace con quien se atreve a negar el carácter mesiánico de Nuestro Señor, me parece que el que está en problemas es usted..
¡¡¡Excelente!!!
ResponderEliminarEvidentemente, el problema viene de lejos. Si no recuerdo mal, Castellani se quejaba de que ya no se canonizaban más que Madres Superioras. Y eso en los '30.
Recordemos que Bergoglio fue el que inició las causas de los curas palotinos y del cura villero Mugica. Así que lo que aquí se dice, no me extrañaría. Y si no lo llega a hacer, es para no aportar un pinito a Cristina.
Estimado Wanderer:
ResponderEliminarMiré no se la llevaron puesta a la Iglesia -ni pueden, ni pudieron- otros Papas.
Hasta le voy a arriesgar una hipótesis. Dios puso un Papa peronista para demostrar que ni ellos, que todo lo destruyen (pienso en los setenta y su locura, desde la Triple A, Montoneros y luego la reacción asesina del Proceso) pueden con Roma.
Bergoglio va a terminar siendo un motivo histórico más que respaldará la naturaleza divina e indestructible de la Iglesia de Cristo.
Wanderer, no se haga problema. Vaya a tomarse un trago y trate de ser buen católico, que eso ya es muy difícil. Y deje al Papa y la Santa Curia Romana bien tranquilos en la Santa Sede, que la fundó Cristo.
Fíjese nomás, tanto preocuparse Uds. por ellos y lo arrastran al infierno. Cuando si hace lo que debe, Ud. se va al cielo y no se los vuelve a cruzar en toda la eternidad.
Parte del infierno, no lo dude, va a ser andándose codeando con Sodano, Perón, Menem y Rodolfo Barra.
Saludos,
El anónimo de las 18:38
En cuanto a lo del padre Marcó, sería bueno que citara la fuente, sobre todo teniendo en cuenta su visceral tendencia a la tergiversación oportunista de las críticas puntuales que se pueden realizar a Su Santidad. Lo digo porque escuché a Marcó alabar a Bergoglio cuando éste fue electo sucesor de Pedro. No es lo mismo criticar que detestar.
ResponderEliminarPor otro lado, que se haya producido un giro en cuanto a la valoración de las virtudes morales por sobre las teologales no me parece tan dramático (sobre todo si, como usted dice, los santos actuales verifican ambas). Sí coincido con que no es buena idea andar canonizando a diestra y siniestra sólo para atraer multitudes histéricas que aplaudan un rato y luego se olviden de todo. Pero dicha crítica queda bastante morigerada cuando se conoce el proceso de canonización y sus exigencias (no se puede resumir en un comentario). Quizás, y aunque nos cueste creerlo, haya en tiempos recientes mayor cantidad de personas dotadas para alcanzar la santidad de las que había en la antigüedad. En todo caso, lo que debiera revisarse es el proceso de canonización. Desde ya, coincido en que no puede manipularse ni dejar de observarse el proceso de canonización para elevar a alguien a los altares.
En cuanto a lo del avión, no hay que dejarse llevar por todo lo que publican los medios; tengo mis serias dudas de cuántas de las cosas que se le atribuyen a Francisco han sido efectivamente pronunciadas por él.
Después, estimado Wanderer, abunda en chicaneos efectistas (al igual que varios comentaristas anónimos), a saber: Ignorancia, incapacidad, bergoglemas, puntero del conurbano, etc. Sería bueno un examen de conciencia y un posterior sinceramiento de los verdaderos motivos que justifican su asedio permanente y vulgar hacia Francisco. Me cuesta creer que sus diferencias sean teologales o doctrinarias. Éstas parecen, más bien, excusas para saldar cuentas políticas.
Para finalizar dos cosas:
1 - Dejo un link alternativo para que los lectores puedan contrastar opiniones (espero que me lo publique estimado): http://www.laiglesiaenlaprensa.com/2013/06/descifrando-al-papa-francisco.html
2 – Una inquietud: ¿Nos contaría quién, según usted, debió haber sido Papa?
Saludos.
A mí me pasa un poco al revés: no me escandaliza lo que diga Wanderer. Más bien me tranquiliza, aunque no esté de acuerdo a veces.
ResponderEliminarEs que fuí educado en un ambiente sumamente clerical y pude ver como los desvaríos de los clérigos se llevaron puestos a los que me rodeaban.Tengo un par de tías que les dió por rezar y bailar liturgicamente con los que se disfrazan de mapuches, y tíos que mientras "sea mercado y no baje el precio de la hacienda", van a Misa.
Trato de atenerme a todo lo que sea ex-cathedra. Sobre el resto, lo que ahora llaman "pastoral", leo a los santos (a los de antes) y después veo cómo me las arreglo.
Usted me ha ayudado, Wanderer, y vaya mi reconocimiento. Pero no sé si perdería mucho más tiempo con éste Papa, más allá de tener que soportarlo como una prueba.
Y como decía mi buen amigo muerto, "hay que rezar con impertinencia"
Saludos,
J.
Don Pablo, le publico el link y no le cobro por la publicidad.
ResponderEliminarLeí su artículo. Interesantes opiniones neocon para contrastar.
Nos faltaba alguien dotado de cardiognosis y llegó Pablo/Anónimo.
ResponderEliminar
ResponderEliminarKurtz me ganó de mano. Iba a citar el asunto de la feminización de la Iglesia que menciona San Leonardo de Atatháurica, que va de la mano –a modo de contracara- de miserabilidades e hipocresías como la suspensión de la causa de beatificación de García Moreno porque intentó defenderse cuando lo estaban asesinando. Y la canonización de Juan 23, que personalmente habrá sido muy buena persona –no lo sé. Pero como conductor de la Iglesia fue un desastre. Y si dicen que los santos son ejemplos de vida que debemos seguir, cagamus!, como dijo un fino poeta latino…
Este gordo jovial organizó un Concilio que potenció al extremo el fariseísmo y el modernismo en la Iglesia, previo pacto de tahúres en Metz relatado por Ricardo de la Cierva, quien escribe: “El pacto de Metz sucedió así. En agosto de 1962 y en esa ciudad francesa, se concluyó un pacto formal entre la Santa Sede, representada por el cardenal francés Tisserant, por encargo del Papa Juan XXIII, y el metropolita Nikodim, enviado del patriarca ortodoxo de Moscú, que como sabemos no era, en lo político, más que un satélite del Partido Comunista y el Estado Soviético, por el que el Patriarcado aceptaría una invitación formal de enviar observadores al Concilio Vaticano II y la Santa Sede se comprometería a que durante el Concilio no se formulase condena alguna contra el comunismo” (resaltado mío). A raíz de lo cual comenzó a hablarse no tanto de la Iglesia del silencio sino del silencio de la Iglesia.
Concilio que convalidó el comunismo y bautizó su entrada en América. Además, pomposamente los conciliares aprobaron documentos en los que se habla del capitalismo, el colonialismo y otras “pestes” como el totalitarismo, pero del comunismo… minga! Y si algo caracteriza al s. XX es el comunismo, tanto que historiadores hay que hacen nacer el siglo en 1917 y finarlo en 1989.
Bueno, este prototipo del disolvente es el que ahora nos lo van a vender por Santo. ¡Mascalzone!!
Por último, el anónimo de las 18:38…
Pareciera –no estoy seguro y puedo equivocarme- que algo tiene contra los tradicionalistas. Pero lo que objetivamente resulta inadmisible es la descalificación a la que recurre a falta de argumentos. Mandar a la gente al psicólogo y todas esas pavadas… En fin, Wanderer, admiro su paciencia.
Atentamente
Don Cum, yo no sé si al Gordo le daba el seso para andar haciendo pactos con Nikodim.
ResponderEliminarTambién creo con usted que habrá sido una muy buena persona, pero como papa fue un inútil. No se le ocurrió mejor idea que juntar a todas las fogatas que se estaban encendiendo en diversos lugares de la Iglesia en un solo sitio. Y se armó incendio que todavía no pueden apagar.
ResponderEliminarFierita: cumplo en informarle que si el referido "P. Ianuzzi" (sic)es el padre Roberto Yanuzzi,hace tempo lungo que dejó de zurcir zoquetes bergóglicos.Se lo juro por 3520 Avemarías, 1kg. de credos y media docena de "kirieeeeeeeeeeleisonnnnnnn"
Evidentemente, el que escribe en ese blog, tampoco lo conoce a Bergoglio. Y es lógico, pasando tiempo en Pamplona y otro en Santa Croce de Roma, no podía saber de las aberraciones bergoglianas en Buenos Aires.
ResponderEliminarMi duda es qué van a decir los de la Prelatura si Francisco se sigue negando a canonizar a Álvaro del Portillo.
Además sería provechoso que converse con sus socios porteños, puesto que una cosa es lo que dice la Obra hacia afuera (Marianito Fazio y compañía), y otra cosa es lo que se dice puertas adentro.
Anónimo, gracias por el dato. Ahora cierra todo. Pablo es del Opus. Sobran los comentarios.
ResponderEliminarAclaro que no es "mi artículo", pertenece a un blog que leo con cierta frecuencia, pero no es de mi autoría. No soy blogger.
ResponderEliminarGracias por publicar íntegramente mi comentario.
No soy del Opus. Soy tan sólo un laico preocupado por el presente y futuro de la Iglesia a la que pertenezco y defiendo cada vez que tengo la oportunidad.
ResponderEliminarY también un crítico de la Modernidad, pero no un ortodoxo incapaz de distinguir entre la tradición viva o permanente y la transitoria.
La Santa Sede abrió un call center al modo kirchnerista? Qué batalla cultural nos propondrán? Ya algo se visulmbra y el post es esclarecedor.
ResponderEliminarJean D'Ormesson dijo,
ResponderEliminarTradición transitoria, dijo mi abuela. En mis tiempos había casas para eso...
El blog de público acotado se llena de paladines del Papa Bergolgio #CallCenter
ResponderEliminar¿Me puede decir en qué documento del Magisterio se hace esa distinción entre Tradición Transitoria y Tradición Permanente?
ResponderEliminarEs un dato interesante el que nos puede aportar, Pablo, además de mandarnos al psicólogo y al confesor.
Ya me parecía raro que justo Ud., Wanderer, se olvidara de San Canuto!!
ResponderEliminarMuy linda la descripción que Ud. hace de la Iglesia y de sus primeros Santos, Wanderer!
ResponderEliminarVea, no me hago musulmán porque me queda lejos la mezquita!
"No se puede pensar sin rabia en quienes nos han impuesto, y tratan todavía de imponernos sentimientos contrarios a aquellos nacidos de las narraciones de nuestras madres y de nuestras nodrizas que renovaban para nosotros el espectáculo siempre bien hecho de las plegarias y los sacrificos. Las ceremonias eran una alegría para los ojos y las orejas de los jóvenes, porque veían a sus padres, con solemne gravedad, dirigirse con todo el corazón a los dioses, como a seres cuya existencia es más segura que la de todo lo demás, en sus plegarias y en sus súplicas" (Platón).
ResponderEliminarPor 25 siglos de Occidente, aquí nos plantamos.
Anónimo de las 22:23, a quien estimo discípulo del prof. Soaje Ramos del que solamente copió su "Vea": Si las razones de su pertenencia y permanencia en la Iglesia católica le vienen dadas por las virtudes o defectos de los santos de los primeros siglos o de los postreros, temo decirle que está usted en un problema grave.
ResponderEliminar¡Le dijo atorrante!
ResponderEliminar¡Mi mamá me decía atorrante!
Muy bien 10 felicitado.
"Si para usted este pobre blog es más escandaloso que el hecho que un cardenal aplauda y se abrace con quien se atreve a negar el carácter mesiánico de Nuestro Señor, me parece que el que está en problemas es usted.."
ResponderEliminarBueno, con ese argumento, como ya crucificaron a Cristo, Hijo de Dios, es lícito crucificar a cualquier vecino ignoto.
Que los demás se hagan cargo de los escándalos que causen. El punto es...¿Para qué se suma usted?
¿Y ésto don Wander....?
ResponderEliminar...y de los curas del IVE que están temblando por la que se les viene, o la que se les vino más bien y no saben todavía cómo anunciarla…
Saludos de Orfeo
Wanderer, si, como Ud. dice, la pertenencia o permanencia en la Iglesia no tienen nada que ver con las virtudes o defectos de sus santos ¿qué problema se hace por las nuevas canonizaciones?
ResponderEliminarEl anónimo de las 22:23
El tema de las canonizaciones y el carácter de los santos plantea muchos problemas. Ciertamente puede observarse un marcado acento antropocéntrico a partir de la modernidad. El santo de ser de un personaje misterioso y un poco extraño en el que inhabita la divinidad, de forma un poco extraña y disfuncional con el mundo porque Dios no entra en el lecho de Procusto de las costumbres ni de la cordura humanas,, pasa a un atleta moral, que practica virtudes de modo heroico y "obtiene" la gracia. La santidad era expresada a traves de anécdotas que el hagiógrafo recogía y que denotaban tal heroicidad, eso sí sin alterar los discretos límites de cierta pudibundez burguesa. El santo moderno "no anda en nada raro", a tal punto que es sospechoso si se parece, como en Oriente, a veces a un loco o a un excéntrico (que los ha habido en el siglo XX, naturalmente).
ResponderEliminarEste modelo de perfección moral un tanto neurótico (al punto que bastaba alegar que el candidato fumara para detener un proceso) es el que entra en crisis en los últimos años. Y es posible que esta crisis sea también crisis de los procesos y de la hagiografía, que siempre ha sido el arte de ocultar al santo, como intuia Chesterton. Hoy en día la hagiografía se constituye a traves de la fama mediática, que dice que tal persona, por ejemplo, es santa porque es buena, y es buena porque lo dicen los medios. Un poco como la humildad de Francisco, que es humilde porque lo,dice Rubin.
No me queda claro la división entre la moral y la doctrina. Se puede ser santo siendo un disoluto en lo moral pero ortodoxo en doctrina?
ResponderEliminarPara quienes no conocen el término "atorrante" propio de los países de América del Sur, aclaro que no es un insulto sino un modo poco cordial de dirigirse a una persona que es holgazana, perezosa y poco trabajadora, como por ejemplo aquellos que jamás terminan una tesis doctoral.
ResponderEliminarAnónimo de las 22:50: Yo no me sumo. Jamás me sumaría a un acto al que yo considerara en conciencia como escandaloso. Quien dice que me sumo es Pablo, pero allá él con sus opiniones.
Orfeo: espere algunas semanas y lo verá. Parece que ya hay varios que están comprando pasajes a España...
Anónimo de las 22:23: Yo no me hago ningún problema. Lo dije en el post: no me importan las nuevas canonizaciones, lo cual no impide que pueda y deba reflexionar al respecto.
Anónimo de la 1:35: Claro que no se puede, y yo nunca afirmé eso. Si mencioné algún disoluto, Vladímir por ejemplo, lo fue antes de su conversión, lo cual también dejé en claro en el post.
Ludovicus: una vez escuché un dato histórico al que habría que sacar punta: los "procesos" de canonización, copia e imitación de los procesos judiciales, con un fiscal (el famoso abogado del diablo) y un defensor, y un juez que debe dictaminar, luego de expuestas las pruebas y objeciones de la defensa y del ministerio público, acerca de la santidad de un cristiano, surgen en la Iglesia con el Renacimiento y con la juridización de la Curia Romana. Anteriormente, los santos porque los proclamaba el papa, o porque eran proclamados por los fieles. Eso que Newman llamaba el sentido de la fe que tienen los laicos y no siempre tienen los pastores. Pero hay que estudiar bien el tema.
Orfeo: cuando lo canonicen al que ya sabemos, dirán que sobre el final de su vida se hizo trapense...
ResponderEliminar¿Qué es eso que se preguntó Orfeo: "Y ésto don Wander....? ...y de los curas del IVE que están temblando por la que se les viene, o la que se les vino más bien y no saben todavía cómo anunciarla…".
ResponderEliminar¿Algo con el Padre Buela?
Una aclaración respecto del P. marcó: no es que haya atacado a Francisco, pero en el,programa con Marconi ha explicado que los gestos de "austeridad" (vivir en Santa Marta, por ejemplo) en realidad son muy costosos en términos de seguridad. Ha criticado, además, el sugestivo silencio del episcopado ante la sanción de la ley de fertilización asistida.
ResponderEliminarBueno Ludovicus fumar objetivamente es un vicio y punto.
ResponderEliminarEstimado Wanderer,
ResponderEliminarEstá claro que tanto en su caso como en el mío estamos hablando de tendencias. La santidad es una nota esencial de la Iglesia católica, y como consecuencia connatural de ella, siempre habrá santos, muchos seguramente ignotos hasta el día del Juicio. Pero está claro que Occidente ha ido viendo a los santos de acuerdo con la evolución de sus paradigmas religiosos teológicos y morales, últimamente el barroco postridentino. Y cuando esos santos no encajan en los moldes, el modelo cruje, se llamen Padre Pío, Santa Teresita o Newman.
También es notable la gradual personalización del santo, paralelo a la evolución de la conciencia occidental. En el primer milenio y hasta entrado el siglo XII, y con la excepción de San Pablo y San Agustín, el santo es un nombre que se invoca, y a lo sumo una circunstancia de su martirio, y las vidas son modelos prefabricados, que suelen reiterarse conforme la categoría "virgen", "confesor", etcetera.
Lo que interesa en este caso al sociólogo religioso, por decir así, es la noción usual de santidad, que es la que determina la elección de candidatos a la santidad y los procedimientos de canonización. Que sobre todo a partir de Juan Pablo II entran en crisis, por la sustitución del modelo barroco de canonización (que era efectivo aunque sesgado por ciertas tendencias típicas que hemos reseñado) por un no-modelo, mezcla del anterior, presiones políticas o económicas de neomovimientos, excepciones discrecionales y conversión de Santos Padres en Padres Santos. Aquí entra una preocupante tendencia autorreferencial, por decir un bergoglema. Y además, el influjo de los medios, que determinan ya no "santos del pueblo" sino "santos de los diarios", básicamente "mártires" de las dictaduras de derecha o de la incorrección política.
Esto sí es una gran amenaza. Que Clarín nos imponga santos sería ya el colmo.
Fumar es una defección, se puede haber salvado pero no es para ponerlo en los altares; No es por que eran perfeccionistas neuróticos que detenían un proceso de canonización, sino por la ley de la vida espiritual: Nolli proficere deficere est (el que no avanza retrocede).
ResponderEliminarTengo nostalgias wojtylianas... el Magno se preocupaba por el número de gente, Francisco por los likes, retweets o favs!
ResponderEliminar¿asedio permanente y vulgar hacia Francisco? cuanta ortodoxia la de Pablo, yo diría que es al revés, es f quién nos asedia con sus vulgaridades.
ResponderEliminarA los anónimos antifumadores, ¿y qué me dicen del rapé o de los puros?
ResponderEliminarAcaban de bajar de los altares al patrono de los moralistas y al papa más trad del siglo XX.
Según una anécdota que recoge Buescher, el tabaco le agudizaba a Benedicto XIV el ingenio. Se cuenta que un día ofreció rapé al superior de una orden religiosa. Éste, con displicencia, no aceptó y le dijo: "Santidad, no tengo ese vicio". A lo cual, rápido de respuesta, contestó el Papa: "No debe ser un vicio, porque si fuese un vicio usted lo tendría"
ResponderEliminarEstimado Wanderer, me parece que se le fue la lengua (o la pluma...) y algunos de quienes lo leemos notamos una desazón espiritual cuya superación puede surgir de sus propias palabras: ser buen católico y "ser más medievales". No iba a realizar ningún comentario, pero volví a leer un reportaje al P. Amorth, y me dije.. capaz que le viene bien a buen Wander para tener una perspectiva superior a la del vaso de agua donde se halla inmerso. Aquí va la parte relevante (ya sé que no es dogma de Fe el P. Amorth!)Solo digo ¡ojalá que nuestro paso por la vida, aunque sea despierte una cierta incomodidad al Mandiga y no una sonora carcajada!
ResponderEliminarEl P. Amorth tiene 86 años de edad y unos 70. 000 exorcismos en su haber. Lo primero que dijo en la entrevista es que “el mundo tiene que saber que Satanás existe”.
En su pequeña y sencilla oficina en la zona sureste de Roma en donde ha llevado a cabo miles de exorcismos, el sacerdote contó que a veces invoca la ayuda de santos hombres y mujeres, entre los que destaca Juan Pablo II, beatificado por el Papa Benedicto XVI el pasado 1 de mayo en Roma ante un millón y medio de fieles.
Durante los exorcismos, contó el sacerdote a ACI Prensa, “le he preguntado al demonio más de una vez: ‘¿por qué te da tanto miedo Juan Pablo II?’ Y he tenido dos respuestas distintas, ambas interesantes”.
“La primera, ‘porqué desarmó mis planes’. Y creo que con eso se refiere a la caída del comunismo en Rusia y en Europa del Este. El colapso del comunismo”.
“Otra respuesta que el demonio me dio fue ‘porque arrebató a muchos jóvenes de mis manos’. Hay muchos jóvenes que, gracias a Juan Pablo II, se convirtieron. Tal vez algunos ya eran cristianos pero no practicantes, y luego con Juan Pablo II volvieron a la práctica”.
Pax Tecum. DOMINICUS
Una nota interesante sobre Iglesia, santos, tabacó y rapé
ResponderEliminarhttp://www.catholicworldreport.com/Item/1762/in_the_habit_a_history_of_catholicism_and_tobacco.aspx#.UegCFRG9KSM
Así que ahora fumar es una "defección" y puede detener el camino al altar. Yo no sé desde qué día nos hemos vuelto calvinistas. Espero que si algún Cristero pidió un tabaco antes de que lo fusilen no haya significado su condenación.
ResponderEliminarY no voy a dejar de decir que si Cristo les dio más vino en las bodas de Caná fue porque se lo ordenó su Madre, por su autoridad de Madre. Y me imagino que si se lo habían tomado todo, habría alguno un poco defeccionado. Espero que nadie se atreva a decir que colaboraron a la defección.
Caramba, ¿al final ser católico era esto?
Wanderer, estimado: muy bueno el post, muy ilustrativo. Personalmente no me preocupa la vulgaridad de Francisco. No espero que un Papa sea fino, ruego que sea santo y católico. Sí me inquietan las vaguedades doctrinales y también que Su Santidad se plantee cortar de cuajo algunas "roscas" curiales y no TODAS las que hay. El "lobby rosa" no es menos maléfico que el lobby modernista, el protestantizante o el judaizante, o la colegialidad al extremo. Ojalá tuviéramos un Papa bruto y canyengue, pero que restablezca la pureza doctrinal, el orden jerárquico y la disciplina, y confirme que sólo en la Iglesia Católica hay salvación. Porque si no, me hago new age, donde -al menos- me hacen masajitos...
ResponderEliminarDominicus, si usted va a refutar argumentaciones históricas y razonamientos válidos con lo que le contaron los diablos al P. Amorth, no tengo nada que decirle. Lo suyo es irrefutable.
ResponderEliminarY hablando de otra cosa, a Bergoglio se le armó el primer escándalo. Veremos qué hace: http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350561?sp=y
Estimados:
ResponderEliminarAhora resulta que fumar es una defección que te impide llegar a los altares pero besar el Corán o invocar la bendición de Dios sobre el Islam es algo trivial. Comparto totalmente lo que afirma J: eso es calvinismo.
Y por otro lado,entiendo la posición de Wanderer. Yo también deseo dejar de hablar y pensar acerca del Papa. Personalmente no me afecta ni interesa lo que diga o haga. El problema es que no podemos abstraer nuestra existencia de la vida comunitaria, y los gestos y palabras del Papa tienen un fuerte (amplificado, diría) impacto en nuestra comunidad. Y, en algunos casos, ese impacto es negativo.
Por ejemplo, cuando Francisco tuvo la innovadora idea de lavar los pies de una mujer en Jueves Santo me encontré con uno que afirmaba graciosamente que estaba bien que el Papa hiciera ese acto, por más que el Misal lo prohibiera, ya que rompía la idea de que la Iglesia es machista.
Ante algo así se hace imperioso poner blanco sobre negro y, como se trata del Papa, el primer paso que debe darse hoy en día es desmitificar su figura, aunque eso cause al principio desconcierto en los demás.
El Profesor de Worms.
Blogger: No creo que sus elocubraciones sean "argumentaciones históricas y razonamientos válidos" sino una expresión de su mal humor que desemboca en una tesis absurda. Si lo hubiera escrito otro, su crítica sería de alquilar balcones. Pues me quedo con los diablos del cura Amorth!(aunque el blogger es Vuestra Merced y dependemos para nuestra existencia, cibernetique loquendo, de su benevolencia). Salud
ResponderEliminarDOMINICUS
Fumar no es un vicio. Es como tomar vino. Son las circunstancias y la adicción desordenada lo que convierten el hábito en pecado.
ResponderEliminarComentar en Wanderer no es pecado. Estar comentando todo el día, es un vicio y, seguramente, pecado.
¡Cuidado con vuestra salvación!
Para Wanderer y algunos comentaristas .. ¿..Porque no le ponen un poco mas de amor al prójimo , en particular a los enemigos ...?
ResponderEliminarAhora, Francisco es tapa en la Revista Time como "The People´s Pope"
ResponderEliminarJ: usted tiene razón... estamos rodeados de Calvinistas.
ResponderEliminarOtro tema: Hay que seguir hablando del Papa, en honor a la verdad. Y cuando veamos que hace o dice macanas, hay que ponerlo de manifiesto. Eso hace mucho bien al pueblo católico. ¡Es que estamos como ovejas sin pastor!
Otro tema: Marianito Fazio es un esperpento que sostiene tesis anticatólicas y la Obra debería aplicarle un correctivo.
Finalmente: No perdamos la esperanza... Muchas veces en la historia de la Iglesia hubo Papas malos y hasta pecadores... Seamos fieles a la Sacra Doctrina. ¡Dios no nos abandonará!
Anónimo de las 8:51: Muy buen consejo. Lamento que no nos lo hubiese dado algunos meses, o siglos antes. Yo se lo hubiese pasado también a San Atanasio o San Pedro Mártir, por ejemplo. A ellos le hubiera venido muy bien en su lucha contra los arrianos o contra los albigenses, en la que, me parece, les faltó un poquito de caridad, lo mismo que me pasa a mi y a los comentadores de este blog.
ResponderEliminarAnónimo de las 22:23: Aburre con sus comentarios que revelan un lectura descuidada, o tendenciosa o idiota del blog. Si a usted le causa fatiga mi relación de la vida de santos antiguos que "generan más rechazo que adhesión" -aunque a mí me sucede exactamente lo contrario-, le pido un favor: no lea más el blog, y santa paz para todos.
Efectivamente, el Papa en menos de cuatro meses es tapa de Time.
ResponderEliminarEsto es extremadamente peligroso, porque la generación de expectativas es una bomba de tiempo. Y responde a una dosificación de ambigüedad por parte de Bergoglio, combinado con furibundas denuncias difusas y promiscuas que producen inquietud
y confusión. Y el "canibalismo institucional" como metodología, i.e., la diferenciación sistemática respecto de la Iglesia y de sus predecesores tal como es entendida en el relato del mundo, que es convalidado implícitamente.
Estamos ante el papado más potencialmente peligroso desde Pablo VI. Sólo lo detiene su raigal ineficacia, su nulo trabajo en equipo y su repugnancia por el hacer ("soy muy desordenado", declaró como excusa para no encarar la reforma administrativa).
Excelente Wanderer, espero con ansias sus comentarios que ayudan a nosotros los burros a pensar un poco, librándonos por unos minutos del infierno K. Coincido con su sugerencia a aquellos que les molesta sus comentarios y me atrevo a sugerirles que vayan a leer "Tiempo Argentino", para aprender que viven en el paraíso, yo me quedo leyendo su blog. Gracias.
ResponderEliminarK dijo,
ResponderEliminar"Otro tema: Marianito Fazio es un esperpento que sostiene tesis anticatólicas y la Obra debería aplicarle un correctivo."
Tanto como "tesis anticatólicas" no sé, pero sí muchas estupideces y mentiras, algunas con mala intención.
Y sí, la Obra le aplicó un correctivo: lo nombró rector de la Università della Santa Croce de Roma, le consiguió el titulito de Monseñor y ahora lo nombra Vicario del Opus Dei en la Argentina. Si creemos que la Obra se va a curar a sí misma, estamos sonados.
wanderer por que no quire responder la pregunta que le han hecho sobre el IVE????? Por favor cuente más!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarSiguiendo este enlace se puede ver un post sobre Papas fumadores y no fumadores y una foto del Beato, y pronto Santo, Juan XXIII fumando:
ResponderEliminarhttp://hermano-jose.blogspot.com.es/2012/11/la-tormentosa-relacion-entre-la-iglesia.html
Anónimo de las 19:28: Pero qué cosa! Sigue usted echando leña al fuego y fatigándonos con santos que causan más rechazo que adhesión.
ResponderEliminarah bueno, una nueva, parece que ahora Garrigou-Lagrange es calvinista, hay que leer cada estupidez ¿no J?
ResponderEliminarProfesor quién hablo de defección no dijo que besar el corán era bueno. Que manía de mezclar las cosas, veo que les molestan ciertas verdades.
ResponderEliminarY Don W. no es para nada moralina la pureza de un San Luis Gonzaga sino gracia santificante, se lo aseguro.
Impecable análisis don Wanderer, da gusto leerlo.
ResponderEliminarun detalle que no es menor, hay que recordar que Bergoglio negó el milagro de Nuestro Señor en la multiplicación de los panes recientemente, y a Carol le inventaron uno y el otro que debería tener, para Pancho no hace falta, esta es una nueva religión, pero de católica no tiene nada
ResponderEliminarAnónimo de las 22:08: Dije al menos cinco veces en el post que creo que los santos "modernos" ejercieron en grado heroico las virtudes. Y entre ellos, San Luis Gonzaga. La moralina no viene de él, sino de la presentación que hacen de él sus biógrafos. Lea bien, che!
ResponderEliminarDon Calderón, creo que usted exagera un poco, pero no se...
Estimado Wanderer: Esta vez comento para solicitarle tenga a bien cambiar la localización virtual de su arcón de archivos, dado que ahora Scribd exige pagar para poder descargar.
ResponderEliminarPuede ponerlos en Dropbox y pasarnos el link.
Saludos
Estimado Wanderer: Alguna vez trató el asunto en un post anterior. El de santidad y nobleza... Si mal no recuerdo, en el mismo se dejaba entrever que el santo es el noble, o el noble es el santo...
ResponderEliminarCon tanta falsificación de lo noble-santo, o santo-noble..., sería deseable que Don Wanderer, Ludovicus o alguno de los comentaristas amigos hiciera su aporte al respecto...
Saludos!
GGST
Al Anónimo de las 22.08: la adultez en la fe respecto de los santos comienza el día en que se distingue entre vida y relato, entre santo real y hagiógrafo.
ResponderEliminarW. si Ud. tuviera la posibilidad de hablar con Francisco, al menos unos diez o quince minutos, ¿qué le diría?
ResponderEliminary de este dicen que también puteaba!!!
ResponderEliminarhttp://www.clarin.com/sociedad/recorria-Brochero-parajes-serranos-Cordoba_CLAIMA20120512_0111_19.jpg
Phillip Morris
Wanderer, háblenos más de estos santos de los primeros siglos, parecen más imitables.
ResponderEliminarUna recomendación, si quiero tomarla. Después de hacer el borrador del post, relea y saque todo lo que habla del papa. Y deje la ensañanza pelada.
Cordialmente,
Odysseus.
Pd. No mirar a la madre es gracia santificante! Qué maravilla!
Lo acaba de escribir el Papa Francisco
ResponderEliminar"Necesitamos santos sin velo, sin sotana. Necesitamos santos de jeans y zapatillas. Necesitamos santos que vayan al cine, escuchen musica y paseen con sus amigos. Necesitamos santos que coloquen a Dios en primer lugar y que sobresalgan en la Universidad. Necesitamos santos que busquen tiempo cada dia para rezar y que sepan enamorar en la pureza y castidad, o que consagren su castidad. Necesitamos santos modernos, santos del siglo XXI con una espiritualidad insertada en nuestro tiempo. Necesitamos santos comprometidos con los pobres y los necesarios cambios sociales. Necesitamos santos que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y que no tengan miedo de vivir en el mundo. Necesitamos santos que tomen Coca Cola y coman hot-dogs, que sean internautas, que escuchen iPod. Necesitamos santos que amen la Eucaristia y que no tengan vergüenza de tomar una cerveza o comer pizza el fin de semana con los amigos. Necesitamos santos a los que les guste el cine, el teatro, la musica, la danza, el deporte. Necesitamos santos sociables, abiertos, normales, amigos, alegres, compañeros. Necesitamos santos que esten en el mundo y que sepan saborear las cosas puras y buenas del mundo, pero sin ser mundanos".
:)
Lo dije porque me parece que usted confunde moralina con gracia santificante, la biografía que leí no era moralina sino que era muy edificante.
ResponderEliminarAnónimo de las 09:38,
ResponderEliminarSu comentario sobre el fumar es sumamente ridículo y ya varios se encargaron de enrostrárselo. Pero lo de que en la vida espiritual si no se avanza se retrocede es peligrosísimo. ¿Sabe cuántos casos de frustraciones y depresiones ha causado, causa y causará tal disparate? Le pido que reflexione sobre lo que le digo.
W, excelente post!!!
Wanderer, ha visto Beer and Books? Una gran iniciativa de Joseph Pearce, a imitar.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=3TbCGiqQf_o
Carlos
Estimado Don Wanderer,
ResponderEliminartal vez me perdí algo de la saga del IVE pero, puede decirse que la gente del video, cuyo link copio debajo, está confundida o mal encaminada por culpa del IVE?.
Le repito que leí y conozco algo pero no todo el mar de fondo que hay y a veces cuando contrasto cosas como este video con comentarios del blog no termina de cerrarme dónde queda Mordor en la historia.
Le mando un saludo sincero y si tiene algo que sea útil y me sirva desde ya gracias por adelantado.
Jack the Ripper
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=c77dtOrPuFk
Don Ripper, ya estoy un poco aburrido del tema del IVE, y más ahora que Francisco firmó el hundimiento del gran capitán.
ResponderEliminarEn cuanto a su pregunta, encontrará la respuesta aquí: http://www.iveinfo.org/
ResponderEliminarAnónimo 20 de julio de 2013 18:09
si usted le quiere llamar ridículo a Garrigou-lagrange, que explica esos temas, no es mi problema.
Que haya almas mal guiadas o vocaciones mal discernidas que luego enfermaron es harina de otro costal. En todo caso esas personas ya tenían un problema no resuelto antes de entrar en estado consagrado. Seguramente se hubieran enfermado igual sin haber entrado en congregación alguna.
Usted se olvida lo que dice el salmo: van de altura en altura hasta ver a Dios en Sión, pues bien es ley que tiene fundamento bíblico, que pocos lo alcancen es otro tema.
Que fácil es revolear un "ridículo" para no tener que profundizar el tema. En fin asi estamos.
Con esto termino por mi parte esta discusión para no aburrir al Caminante; y aprovecho para agradecerle la paciencia.