Aunque no nos guste demasiado, creo que hay que poner las cosas en claro con respecto a lo que realmente significa la cuaresma. Nosotros, que presumimos de católicos tradicionales o conservadores en liturgia, dogma, moral y muchas cosas más, somos bastante remisos a la hora de enfrentarnos con prácticas que implican algún tipo de renuncia física. Y yo el primero. En esos momentos, no tenemos ningún problema en adherir a cualquier argumento que nos asegure comodidad, y así, nos convertimos en devotos fieles neocones. Nos justificamos diciendo, por ejemplo, que el ayuno consiste fundamentalmente en privarse del pecado, como si ese tal ayuno no debiera extenderse a toda la vida; o que la amistad es un apostolado, lo cual está por encima de la penitencia y, por tanto, podemos ir a cuanto asado o comilona nos inviten; o que hay que ser muy cuidadoso con el ayuno y la penitencia porque el jansenismo, ese monstruo difuso que supieron crear los jesuitas, siempre está al acecho para lanzarse contra nuestras pobres almas.
Seamos claros y sinceros. La cuaresma es un tiempo consagrado a la penitencia, y esta penitencia es fundamentalmente la práctica del ayuno, y ayunar consiste en pasar hambre. Cualquier otra cosa es modernismo o mariconería.
“Vendrán días en los que el Novio les será quitado, y deberán ayunar”, dijo el Señor a los discípulos de Juan Bautista (Mt. 9, 14-15), y esos días llegaron. Por eso, la cuaresma fue instituida por la Iglesia en los inicios mismos de la cristiandad. Los Hechos y las Cartas recomiendan constantemente el ayuno a los primeros fieles. San Jerónimo, San León, San Cirilo de Alejandría y San Isidoro aseguran que fueron los Apóstoles quienes establecieron que la solemnidad de la Pascua debía ser precedida por un ayuno universal, que duraría cuarenta días para imitar de ese modo al Señor en el desierto.
Según muchos Padres de la Iglesia (por ejemplo, San Basilio, San Juan Crisóstomo, San Jerónimo y San Gregorio Magno), durante los milenios que precedieron al Diluvio, los hombres solamente se alimentaban de verduras y frutas, que obtenían con el duro trabajo de labrar la tierra. Pero cuando Dios, en su misericordia, decidió acortar la vida las hombres para que no tuvieran tanto tiempo y poder para pecar, les permitió comer carne de animales, como algo adicional debido a la debilidad de sus cuerpos. Y fue también entonces cuando Noé fabricó por primera vez el vino.
Por eso, el ayuno se entendió como la abstinencia de esos alimentos adicionales (carne y alcohol) que fueron permitidos por Dios solamente debido a la debilidad de nuestra carne pero que no son absolutamente necesarios para la vida. Esta privación, en sus diversos grados según lo regula la Iglesia, es esencial para cualquier noción de ayuno. Dicho de otro modo, no hay ayuno sin hambre.
Durante muchos siglos, durante los cuarenta días de cuaresma no se podía comer carne, ni lácteos ni huevos ni vino. Pero, poco a poco, la práctica comenzó a mitigarse y se terminó entendiendo que ayunar consistía en tomar una sola comida al día, después de vísperas, y esto era observado durante toda la cuaresma. Con el tiempo, también está práctica se fue suavizando, adelantando la comida a hora de Nona -las 3 de la tarde-, tal como lo aceptan en el siglo XIII Santo Tomás y Alejandro de Hales. Y algunas décadas más tarde, también esto pareció demasiado, y se permitió a los fieles tomar su comida diaria a la hora de Sexta, es decir, el mediodía.
Pero esto trajo un nuevo inconveniente: los fieles no podía resistir sin comer la segunda parte del día, por lo que la Iglesia decidió permitir una “colación” que podía ser tomada al anochecer, y consistía en un vaso de vino. Pero aún esta concesión pareció insuficiente, y se permitió acompañar la bebida con un poco de pan o frutas, pero en una cantidad tal que no implicara una segunda comida. Y algo análogo sucedió con la posibilidad de comer lácteos o huevos
Pero la práctica de ayunar en cuaresma -tomar una sola comida-, permanecía firme. Veamos un ejemplo. El rey de Bohemia Wenceslao, solicitó al papa Bonifacio VIII en 1297 una dispensa para poder comer carne durante la cuaresma debido a una enfermedad que padecía. El pontífice envió a dos abades cistercienses para que averiguaran acerca de la naturaleza de la enfermedad real. Terminada la investigación, se le concedió al monarca lo que solicitaba con las siguientes condiciones: que debía mantener la abstinencia durante los días viernes y sábado de todo el año y en la vigilia de San Matías, que no debía comer en presencia de otros y que debía hacerlo con moderación.
Poco a poco, y a lo largo de los siglos, fueron varios los reyes católicos que comenzaron a sufrir la misma enfermedad que el rey bohemio. Y los papas romanos comenzaron a aflojar las riendas, primero para el rey, después incorporaron a la reina, después al cocinero y después a la corte. Y nosotros, los hispanoamericanos, nos acogimos junto a los españoles, a la famosa Bula de Cruzada, que consistía en algunas gracias -entre ellas el levantamiento del ayuno y abstinencia todos los viernes del año- que concedía el Papa al rey de España y a sus súbditos a cambio de una cuantiosa limosna. En pocas palabras, se le pagaba al Papa para no ir a pelear contra los moros y protestantes y para no hacer penitencia.
Pero la penitencia cuaresmal entre los católicos no se reducía al ayuno. Durante ese tiempo, en las ciudades no habían funciones de teatro o espectáculos públicos, no se podía cazar y tampoco casar, o casi, puesto que, si alguien quería casarse en cuaresma, debía resignarse a tener una ceremonia muy sencilla y desprovista de cualquier solemnidad. Y esta disposición era coherente con lo que primero fue un mandato, y más tarde una recomendación: los esposos debían abstenerse del acto conyugal durante los cuarenta días cuaresmales. Esta recomendación permaneció elípticamente presente en los textos de las misas cuaresmales hasta la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II.
El Código de Derecho Canónico de 1917 establecía en el canon 1252, que la abstinencia debía observarse todos los viernes del año, y el ayuno y abstinencia el miércoles de Ceniza, los viernes y sábados de Cuaresma, los tres días de las Cuatro Témporas, las vigilias de Pentecostés, de la Asunción de la Madre de Dios, de la fiesta de Todos los Santos y de la Natividad del Señor. El papa Pío XII -¡cuando no!, y algunos todavía lo siguen considerando un papa tradicional-, mitigó "paternalmente", en 1941 y 1949, la mayoría de estas disposiciones.
El Código actual, en su canon 1251, dice: “Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo”. En la práctica, en nuestro país muy pocos observan la abstinencia de todos los viernes del año y, en el mejor de los casos, la reemplazan por un Avemaría o por un cigarrillo menos de lo habitual. En resumen, no queda nada de nada de las prácticas penitenciales tradicionales de la Iglesia por una sola razón: afeminamiento de las costumbres.
Las iglesias orientales en cambio, tanto católica como ortodoxa, mantienen aún las primitivas prácticas. Durante toda la cuaresma, los fieles deben abstenerse de lácteos, carnes, huevos e incluso pescado. Los únicos alimentos permitidos son el pan, las verduras, la miel y, para quienes viven cerca del mar, los mariscos. Y tengamos en cuenta que tienen cuatro cuaresmas en el año: la Gran Cuaresma, preparación para la Pascua; la de los Apóstoles, desde la octava de Pentecostés hasta la fiesta de San Pedro y San Pablo; la de la Virgen María, que comienza el 1 de agosto y termina en la vigilia de la Asunción, y la de Navidad, que dura cuarenta días.
Y nosotros, que nos consideramos católicos de ley, no somos capaces de privarnos siquiera del asado de los viernes, aún en tiempo cuaresmal, como si la amistad supliera la obligación de la penitencia, y del hambre. Vergonzoso.
Aclaraciones necesarias:
1. No es mi intención crean conciencia errada o escrúpulos en los lectores del blog. La obligación es cumplir con lo que la Iglesia hoy nos manda. El post simplemente pretende ser una reflexión para que veamos dónde estaba la vara hasta hace algunos años, y dónde está ahora.
2. El desarrollo histórico de la cuaresma que expuse lo he tomado de “El Año Litúrgico”, de Dom Guéranger. El dato no es menor, porque el venerable benedictino fue el principal opositor al jansenismo, no sea que alguien comience a excusarse diciendo que lo que digo no es más que jansenismo larvado. No lo es. Es sólo historia.
yo nací con la Iglesia postconciliar , sin embargo allí aprendí que debo hacer abstinencia de carne todos los viernes del año y que Juan Pablo II pidió además que se hiciera el sábado santo en unión a la soledad de María. Ahora que voy a misa tridentina veo que no todos tienen esta práctica.
ResponderEliminarDurante un tiempo y hace tiempo viví en un país musulmán. Cúando compruebas que son capaces de seguir el ayuno del Ramadán , en el que no toman ni agua entre la salida y la puesta del Sol...
ResponderEliminarEl ayuno afecta al estómago, que al verse "vaciado" induce al alma a sentir el vacío de Dios y así, a buscarlo en la oración. Otra práctica cuaresmal muy necesaria para el arrepentimiento, la reparación, y la conversión.
ResponderEliminarPero hay una práctica cuaresmal de la que poco se habla: la limosna. Y si se aplica aquello de Teresa de Calcuta de que "hay que dar hasta que duela", ésa sí que es agradable a Dios.
Pero parece que cuando de la billetera se trata, la gran mayoría se resiste a sentir "ése dolor" de desprenderse de la guita.
Un ayunito para sentir que se cumplió, y al día siguiente gastarse mil mangos en una botella de buen whisky... Y está repleto de éstos hipócritas.
Me parece que Newman pensó sobre las mismas cosas. Aunque no veo que el énfasis esté sobre las mismas cuestiones. Será que los tiempos cambian...?
ResponderEliminarhttp://hojasdereyes.blogspot.com.ar/2011/03/nuevo-ayuno-y-abstinencia-by-j-h-newman.html?m=1
Anónimo de las 10:48: Se me hace que usted es cura y sangra por la herida. Los fieles le ponen billetes de 5 pesos en la canasta, y a usted le da bronca, y expresa su resentimiento contra los que tomamos whisky no de mil, sino de dos mil pesos.
ResponderEliminarBien merecido lo tienen la mayoría de ustedes. Cumplan con su deber, y los fieles cumpliremos con el nuestro de sostener el culto.
Yo prefiero cumplirle dando dinero y ayudando a curas particulares que sé positivamente que la pelean y la sufren, y poniendo $10 en la canasta los domingos, para los curas que no estudian, que son incapaces de preparar un sermón digno y de celebrar una liturgia católica.
10.48
ResponderEliminarDí en el clavo. Y no soy cura. Diez manguitos a la canasta y dos lucas al whisky...
Alguien tendrá el ejemp`lar del ""primer libro del Papa"?: http://www.mdzol.com/nota/656736-el-papa-francisco-publico-su-primer-libro/
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ResponderEliminarNo entiendo bien esa expressión ......"hay que dar hasta que duela",...Pues , a la persona generosa , no le cuesta demasiado dar ...
Mientras que el tacaño , da un poquito , ...y ya le duele .....
Generoso no es el que da facil, si no el que esta dispuesto a dar le cueste o no .Tacaño no es el que da con bronca si no el que no quiere dar .Son actitudes que inciden en habitos, no habitos que se convierten en actitudes
EliminarExcelente Don Wanderer..muchas gracias por recordarnos de donde venimos. Ademas muy oportuno para los tiempos que corren,repletos de cristianos apocados y "tradicionales”..si no volvemos,no llegaremos!!.. A.G.
ResponderEliminarDescendencia de Ioreth, leí el texto del cardenal Newman que nos pasó. Pero hay que tener en cuenta una detalle, que es bastante importante: ese sermón fue escrito en algún momento de la segunda mitad del siglo XIX. En ese momento, el cardenal consideraba que las penitencias mandadas por la Iglesia para el tiempo de cuaresma eran " tan ligera como es, tanto más suave que en los primeros tiempos". Y esa ligereza y suavidad consistía, al menos, en lo que mandará varias décadas más tarde el CIC de 1917 y que yo detallé en el post, o sino más aún.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con Newman en que no podemos exigir a la flaqueza del hombre contemporáneo lo que se les exigía a los hombres del siglo VIII, pero eso no significa no exigirles nada, como es lo que ocurre en la actualidad.
Pero más allá de la exigencia, el problema me parece que pasa por nuestra actitud: si estamos dispuestos o no a sacrificarnos pasando hambre en cuaresma para hacer penitencia y hacernos dignos de la Pascua.
¿"dispuestos a pasar hambre"?,
ResponderEliminar¡Es que estoy siempre con hambre!! (Aunque nunca como el Anónimo Normando, a quien no se le nota)
Estoy de acuerdo Wanderer con que es un tema para pensar y repensar en serio. No para tomar a la chacota.
Pero, en esta materia, como en todo, no se pueden recetar genéricos.
¡Y la envidia que le tengo yo al Anónimo Normando por su constitución!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo: no se pueden recetar genéricos, pero la droga es siempre la misma y no pude cambiar: hambre.
Gracias al asceta Macri la abstinencia de carne hoy es obligatoria, quien puede comprar chorizos a $100 el kilo?
ResponderEliminarPropongo abstinencia de Internet para esta Cuaresma. Se que no es facil, pero es muy conveniente.
Buen post. Voy a intentar ayunar con un cierto orden.
ResponderEliminarMuy bueno Wanderer. Resalto lo de "hay que sentir hambre" como lo tuvo NSJC. Eso es ayunar. Y aunque no estemos para rigores del siglo VIII, hay que apretar el cinturón. Recomiendo la lectura del capítulo de Iota Unum sobre este tema.
ResponderEliminarEMD
Millones y millones de Argentinos viven 365 días al año privados de toda comodidad. En ranchos de lata, almorzando y cenando fideos y hamburguesas o salchichas todo el año, privados de buena atencion medica, privados de educacion, revolviendo tachos de basuras, empujando carros con cartones, tapandose con harapos, pasando heladas en inviernos, sin agua corriente, rodeados de inseguridad...y vienen con que falta disciplina, privaciones y que se yo. Eso es HAMBRE. Y si no lo es que baje N.S. y les exija en persona más y más ayunos.
ResponderEliminar14:08, No confunda hambre con miseria.
ResponderEliminarAl
No, si que sabemos lo que es pasar hambre, pero ahora no se llama ayuno, se llama "dieta" y no se hace en homenaje a Dios como penitencia por nuestros pecados, sino que se hace en homenaje a nuestros cuerpos para eliminar esos molestos rollitos que nos impiden estar lindos para gustar y gustarnos.
ResponderEliminarGracias por el post, don Wanderer. Me sirvió mucho para reflexionar e ir a los bifes (en sentido figurado, claro).
ResponderEliminarSanta cuaresma del Señor.
Saludos!
Recuerdo difusamente que Castellani en algún lugar plantea que el ayuno cuaresmal en el hemisferio sur debe ser diferente del del norte, porque allá es después del invierno y aquí al comienzo.
ResponderEliminarPor tal razón, lo relacionaba con el ritmo biológico del hombre -o expresión similar: allá arriba se tienen que sacar de encima las grasas ingeridas durante el invierno.
Se deduce entonces que acá no debería ser tan riguroso.
Si algún lector se acuerda de esto y lo puede mejorar, agradecido.
Atentamente
El Aprendiz II
Yo vivo actualmente en el norte y le aseguro que el hambre se siente igual que en argentina. Quiza hay una cierte ventaja pero a la hora del ayuno se pasa hambre igual. Aunque uno podria tambien pensar que en el sur hace hace calor y que el calor no genera de por si tantas ganas de comer. Saludos
EliminarAprendiz, lo que dice está en el sermón del 1º domingo de Cuaresma del Evangelio de Jesucristo, que justamente fue el domingo pasado.
ResponderEliminarSdos.
Buenísima la entrada Wanderer.
ResponderEliminarGracias por enseñarnos y traernos los ejemplos y la doctrina de los santos.
Otra deformación actual es "el ayuno es para compartir con los pobres privándonos de lo superfluo". No... el ayuno es primero para que mi cuerpo participe de la cuaresma, sintiendo un poco de hambre... más allá del "compartir" o no...
El compartir es de la limosna que es otra cosa distinta...
Parece que toda virtud si no tiene dimensión social no sirve. Y no es así!!!!!!!
Saludos,
Juancho de Marmol.
Pues no debe ser muy actual, porque recuerdo que el Pastor de Hermas alude a que se ayune y de lo que te prives se dé en limosna.
EliminarLa panza cada vez mas voluminosa del patovica Francisco parece no dar cuenta de mayores ayunos y mortificaciones. Pd: Al, la Misería es HAMBRE DE TODO.
ResponderEliminaroración + ayuno + limosna
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ResponderEliminarDirectamente o indirectamente , toda Virtud y todo pecado tienen dimensiones sociales....Vean la historia .....
Soy un "tradiprogre". Procuro ser tradicional y ortodoxo, pero en este tema discrepo. Ahora soy un joven adulto, pero recuerdo cuando adolescente los problemas de conciencia que tenía por este tipo de preceptos, al ser mi familia acatólica. Ni siquiera quiero imaginar la locura que hubiera sido con una disciplina como la del Código del '17. Acá estoy un poco con la idea de Castellani: la multiplicación de preceptos conduce inexorablemente al fariseísmo (amén de los escrúpulos). Debería fomentarse a full lo del ayuno, abstinencia y penitencia, pero sin preceptivas. Sé que el comentario suena revolucionario, pero es un tema muy opinable, y mi razón y experiencia así me lo muestran.
ResponderEliminarEl tradiprogre
Rosario para Milagro Sala y prólogo para el libro de Moreno. Pancho está con todas las pilas peronistas cargadas. Me deja tranquilo ver la cantidad de comentarios negativos que la gente deja en dichas noticias, incluso de varios que se reconocen como católicos. El sensus fidei en nuestra descristianizada Argentina, no está del todo perdido.
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ResponderEliminarTengo 73 años..
Estaba en los años 1955-1958 en un internado Católico ...
Cuando era Papa Pio XII y que hubo un cambio en el ayuno Eucarístico para cambiar el tiempo ante de comulgar , me acuerdo que fue una MUY buena noticia...
Respondiendo otra vez al comentario de DESCENDENCIA DE IORETH, le copio un breve párrafo de una carta de Newman:
ResponderEliminar«Esta Cuaresma me he abstenido de pescado, pollo, carne (excepto bacon en la cena), manteca, verduras, frutas, dulce, té, azúcar, vino y tostadas. No he cenado fuera nunca. No he llevado guantes».
Littlemore, 15 de abril de 1840
Estoy de acuerdo: Neocones material, tradicionalistas formales. Tradición a la carta ... Y se ve no sólo en el tema penitencia, también en el tema de la moral sexual matrimonial.
ResponderEliminarDicen que en EUA sí hay familias numerosas, en nuestras capillas, son muy escasas: Elegimos lo que nos gusta, sobre todo cuando se trata de dar caña a los "neocones", "herejes", "modernistas", en temas de doctrina y liturgia, pero nos adherimos felizmente a la moral, tanto matrimonial como económica, a ellos.
Muy buen punto y muchas gracias por ponerlo a discusión.
Estimado Wander, gracias por el post. Me encanto!
ResponderEliminarSaludos cuaresmales!
Más allá del problema de la pésima cocina inglesa, (elemento a tener en cuenta a la hora de sacrificarse) con la ayuda del gran Cardenal, estoy dispuesto a pasar esta cuaresma comiendo sólo huevos con panceta. Tambien me privaré de usar guantes.
ResponderEliminar"Me he abstenido" .."No he cenado fuera nunca. No he llevado guantes" (primera persona)
ResponderEliminarEn el sermón al que me remití antes, no recomienda a todos lo que él hace.
"...la ley que la iglesia nos impone ahora, aunque indulgente, es, sin embargo, estricta también. Prueba a una persona. Para la mayoría de la gente es prueba una sola comida al día, aunque algunos días esté permitido tomar carne. Para nuestras débiles constituciones basta con que haya una mortificación de la sensualidad. Sirve al fin para el que fue instituido el ayuno. Por otra parte, siendo tan ligera como es, tanto más suave que en los primeros tiempos, nos sugiere que junto a la glotonería y la embriaguez hay muchos otros pecados y debilidades que mortificar."
Obviamente cada uno (incluso Newman recomienda buscar un director para definir estos temas) deberá ver donde le aprieta el zapato.
Lo lo canso más Wanderer plegarias mutuas porque ya me está dando hambre!
Creo que la dispensa obtenida por España y todos sus súbditos -que nosotros recibimos en herencia- es una buena forma de obtener dispensa... no fue pagando, sino por las obras en favor de la fe...
ResponderEliminarEste es el ayuno que Dios quiere:
ResponderEliminar(Isaías 58, 6-11)
"6 ¿Sabes que ayuno quiero yo?:
Romper las ataduras de iniquidad,
deshacer los haces opresores,
dejar ir libres a los oprimidos y
quebrantar todo yugo;
7 partir tu pan con el hambriento,
albergar al pobre sin abrigo,
vestir al desnudo y
no volver tu rostro ante tu hermano.
8 Entonces brillará tu luz como la aurora y
se dejará ver pronto tu salud e
irá delante de ti la justicia y
detrás de ti la gloria de tu Padre Celestial.
9 Entonces llamarás y
tu Padre Celestial te oirá,
le invocarás y él dirá: Heme aquí.
Cuando quites de ti la opresión,
el gesto amenazador y
el hablar altanero,
10 cuando des de tu pan al hambriento y
sacies el alma del indigente,
brillará tu luz en la oscuridad y
tus tinieblas serán cual mediodía.
11 Tu Padre Celestial será siempre tu pastor y
en el desierto hartará tu alma y
dará vigor a tus huesos.
Serás como huerto regado,
como fuente de aguas vivas que no se agotan jamás"
De nada sirve privarse de alimentos un día y practicar la injusticia de obra y palabra 364 días.
Anónimo de las 11:55: ¿Y qué tal si hacemos ambas cosas? Privarnos de alimentos en la cuaresma y practicar la justicia todo el año. Me parece que es posible.
ResponderEliminarAnónimo de las 11:43: En este blog hace tiempo que dejamos de creer en los Reyes Magos. Lamentablemente, sabemos la verdad. Lea el artículo al que lleva el link que puse en el post, y se enterará que las dispensas se obtenían pagando, y pagando mucho.
ResponderEliminarY dale con que si no tenés familia numerosa no sos tradicional.
ResponderEliminarHay que tener todos los hijos que responsablemente se puedan criar. Cuantos y en qué momento, queda a conciencia de cada cual. La abstención sexual periódica no es pecado.
Iván
Soy el anónimo 11:55. Exactamente, Wanderer, ese es el punto. Es perfectamente posible. Respondiendo a Juancho de Mármol, la virtud sí tiene dimensión social. Si alguno dice que ama a Dios y aborrece (ignora o desprecia) a su hermano, es un mentiroso (Juan 4,20).
ResponderEliminarAnónimo 11:55
ResponderEliminarQuizás no me explique bien: quise decir que las cosas que son primariamente para Dios (desde el ayuno hasta las monjas de clausura, los ermitaños y el culto divino) tienen poca prensa por decirlo así. Todo tiene que ser "para los demás", "para el hermano", "para la comunidad", "por el mundo más justo y fraterno".
Antes se decía "Dios y el alma y nada más"; "Solo Dios". Hoy eso es mala palabra en la predicación estándar de los curas de parroquia comunes.
Como dice Ludovicus: Teocentrismo contra Antropocentrismo (o algo así).
¿no le parece?
Saludos,
Juancho de Marmol.
Muy bueno el post.
ResponderEliminarLa Iglesia manda ayuno y abstinencia, en determinadas fechas. La medida en que debe cumplirse con la obligación siempre tendrá una connotación circunstancial, pues su determinación queda sujeta a la prudencia. Es decir, cada uno debiera conocer su justo medio.
La Iglesia hace lo suyo y da la medida de mínima. Acá para el sujeto ya no hay tanto de conciencia como de obediencia.
Cualquier justificación que procure evitar cumplir exactamente con lo que se manda (de mínima), es francamente una verdadera sandez. Se cite a quien se cite.
¿Qué comía Newman si se privaba de de todo eso?
ResponderEliminarAlguno dijo que el hambre hace pensar en Dios. A mí nunca me ha sucedido eso. A muchos hobmres de hoy, más que el hambre o la abstinencia, el dejar de depender de la tecnología los haría pensar en Dios.
Los Padres relacionana el ayuno con la ayuda al prójimo, o no?
Ratzinger, en El camino pascual, justifica la abstinencia de carne aún en estas épocas.
Cordialmente,
Odysseus.
Todos los sacrificios deben disponer el corazón a Dios, ese es el sentido, el ayuno si no sirve para dejarnos "alimentar" por Dios no tiene sentido, lo que trato de decir que más alla del acto debe haber disposición . Feliz y santa Cuaresma Sldos
ResponderEliminarDejo esto por aquí, por si a alguien le interesa echarle un vistazo...
ResponderEliminarhttp://www.jujuyonlinenoticias.com.ar/politica/2016/2/16/carta-abierta-santa-iglesia-catolica-papa-francisco-monsenor-jorge-lozano-32725.html
Creo que refleja el pensamiento de un buen número de argentinos bienintencionados a los que les cuesta admitir lo que están presenciando.
Aparte del afeminamiento de las costumbres, cosa obvia, creo que la perspectiva jurídica que solemos tomar en occidente (o solíamos) y que tiene sus aspectos positivos, llevo a una visión muy rigida y, en ocasiones, farisaica, de las reglas de ayuno. Mi impresión es que en oriente plantean ayunos muy exigentes como ideal y les piden a los fieles (no a los monjes claro, ellos si están obligados) que se unan en la medida de sus fuerzas. El resultado es que la mayoría de los que están en buen estado de salud y son practicantes mínimamente sinceros terminan acercándose mucho o incluso cumpliéndolo totalmente, al menos allí donde la mayoría de la población es ortodoxa (o católica oriental, o copta etc) y que los que no llegan cumplen bastante, haciendo mas sacrificios que nosotros y no se sienten culpables por no haber cumplido al 100%. Creo que esa perspectiva mas flexible ayuda mucho. La postura mas rígida ha llevado a mas y mas atenuaciones hasta que al final era fácil que se viese como un cumplimiento meramente farisaico y sin mucho sentido y hemos terminado como hemos terminado.
ResponderEliminarComo añadido creo que en el Gueranguer leí sobre una encíclica de Benedicto XIV sobre el ayuno a mediados del siglo XVIII, pidiendo que se reforzasen los ayunos y que se viviesen adecuadamente y advirtiendo de las pésimas consecuencias para el estado y la Iglesia de seguir relajando la disciplina sobre el ayuno... aparentemente acertó de pleno.
Añadir que en Occidente también teníamos otros ayunos que los de Cuaresma: en Adviento, en las vigilias de las principales fiestas, en las temporas y todos los miércoles y viernes.
Aparte, fíjese Wanderer que con todo esto de la imágen y el físico, la mitad de la población vive de semillas y raíces, abominan de la carne de sus hermanos animales, extienden el ayuno a los 365 días del año. Y que quiere que le diga, mire si me pongo a ayunar, bajo 14 kg y me confunden las ragazzas con uno de su tribu y me empiezan a mirar otra vez. De esa no vuelvo.
ResponderEliminarAdemas, es sabido que el hambre desaparece al tercer día de ayuno, dicen, y yo sé positivamente que desaparece también al tercer día de dieta, una vez suprimidos los hidratos de carbono.