Mientras los gloriosos discípulos estaban siendo iluminados al atardecer por el lavado de los pies, Judas, enfermo de amor por el dinero, se convirtió en un traidor. Él te entregó a Ti, supremo Juez, para que fueras juzgado sin justicia.
Todos vosotros que amáis las riquezas, pensad y meditad sobre el hombre que se colgó a sí mismo por ese mismo amor. Evitad todo aquello que se atreve a traicionar al Maestro.
¡Oh Dios que eres toda bondad para todos los hombres, gloria a Ti!
Tropario del día, liturgia bizantina.
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