jueves, 22 de julio de 2021

Nueve consideraciones sobre Traditionis Custodes

 


por Boniface


Je, ¿de manera que ya oyeron acerca de esto que acaba de sacar el Papa Francisco llamado Traditionis Custodes? Ciertamente el Papa Francisco armó bastante “lío” con esto. Ahora, si Francisco está preocupado por el aumento de tradicionalistas que rechazan la iglesia post-conciliar, entonces me parece raro que reaccione dándole a la SSPX el más grande de los empujones marketineros.

Mucha gente más astuta que yo ya ha comentado extensamente Traditionis Custodes, de modo que trataré de no repetir lo que ya está dicho. Aquí hay nueve reflexiones que se me han ocurrido a propósito del nuevo motu propio. 


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Y en primer lugar, acerca de la antítesis existente entre Francisco y Benedicto. Algunos están diciendo que esto no se trata de un repudio del Summorum Pontificum de Benedicto XVI. Están argumentando sobre la base de que no hace falta tomar tanto partido ni ser tan dramático. ¿Habrán leído siquiera lo que dicen estos dos documentos? Necesitamos empezar por darnos cuenta que Summorum Pontificum nunca “legalizó”, ni “permitió”, ni “indultó” la Misa de San Pío V. No se trata de que mediante un decreto puso al alcance de todos la misa en latín; más bien, afirmó el principio de que en verdad la misa de San Pío V nunca podría haber sido abrogada y que, por tanto, siempre estuvo (y está) permitida. En cambio, Traditionis Custodes repudia ese principio enteramente. No es que simplemente suprime algo que Benedicto XVI permitió sino que presume de poder suprimir la liturgia tradicional mediante un decreto papal y esto, contradiciendo directamente el principio explicado en Summorum Pontificum, a la vez que no se da explicación alguna de cómo y de qué manera puede ser esto posible. Pero, claro, ya estamos acostumbrados a esta clase cosas en los días que corren; el magisterio moderno crea continuidad con sólo declarar que así es (véase mi post [en inglés] sobre “El fantasma de la continuidad fiduciaria” aquí en USC, mayo de 2016). Se nos pide que aceptemos que hay continuidad y armonía simplemente porque así nos fue dicho.

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El motu proprio de Francisco fue redactado en razón de una preocupación por razón de un espíritu de división típico de las comunidades tradicionalistas que creen ser “la verdadera Iglesia”. Ni siquiera sé lo que se quiere significar con esto. ¿Se refieren con esto a que los tradicionalistas literalmente creen que la Iglesia que preside Francisco es una Iglesia falsa? ¿Que el Papa es un falso papa? ¿O tal vez apunta a la creencia de que la misa tradicional en latín refleja el corazón auténtico de nuestra fe? Difícil decirlo. Traditionis Custodes no se extiende sobre cuáles serían las falsas premisas que fundarían la posición de estos tradicionalistas de espíritu divisorio. Resulta imposible determinar cuándo y si alguien es culpable de creer que pertenece a “la Iglesia verdadera” puesto que el documento no suministra ninguna pista sobre este nuevo y peligroso cisma, y que es tan grave que justifica la supresión de todo un rito. Está redactado con la intención de dirigir toda una sospecha sobre una sección entera de la Iglesia.

El centro de la cuestión está en esto: existe una sutil metamorfosis mediante la cual la palabra misma “cisma” deja de referir a un status canónico para pasar a ser una actitud. Resulta sumamente difícil atribuirle a alguien el estado canónico de cismático; pero es extremadamente fácil acusar a alguno de tener una “actitud cismática”. Tengo para mí que actualmente la mayor parte de las veces en las redes sociales se denuncia con la palabra “cisma” apuntando más bien a una “actitud cismática” que no a un estatus canónico objetivo.  

Básicamente la “actitud cismática” ha pasado a ser el latiguillo con el que se quiere denostar a cualquiera que publica cosas en Internet acerca del actual régimen eclesiástico. Su definición es tan amplia que no quiere decir nada; se lo usa del modo que los “Wokies” usan la palabra “racismo”.

Por otra parte, el hecho que el Santo Padre está sancionando a gente por su actitud resulta escandaloso. Y no estoy especulando; en la carta que acompaña el motu proprio Francisco dice con todas las letras que su edicto ha sido desencadenado por “palabras y actitudes”.

En cuanto al cisma real, el número de grupos tradicionalistas o parroquias que han incurrido en cisma durante el pontificado de Francisco asciende al número de cero. 

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Ahora, si hay católicos tradicionalistas que realmente creen que ellos y ellos solos son la “Iglesia verdadera”, no pueden ser más que un par de miles en el mundo entero. Y aparentemente se nos pide que creamos que esta pequeñísima franja demográfica constituye una amenaza existencial para la unidad de la comunión de un billón de creyentes [Nota aclaratoria del aquí traductor Jack Tollers y de Wanderer: estos números son de Boniface, no nuestros].

Pero ¡no temáis! Como remedio arrearemos a cada católico que ama la misa de San Pío V hacia una o dos parroquias de sus correspondientes diócesis sobre las cuales dictaremos restricciones draconianas y así de hecho quedarán excomulgados para cocinarse a fuego lento en las redes sociales. ¡Gran plan para lograr la unidad! 

La severidad de este diktat sólo se ve superada por su sencilla imbecilidad.  

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Y aun cuando exista una amenaza real de cisma, resulta excepcionalmente bizarro que se suprima un rito legítimo a raíz de tales preocupaciones. Hablando canónicamente, son las personas, no los ritos, que constituyen el objeto de una legislación para casos como esos.

[Aquí Boniface ejemplifica su argumento con la historia de un sucedido con un obispo caldeo en la India en tiempos de Pío IX. Suprimimos la traducción brevitatis causae].  

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La carta con que Francisco acompaña su motu proprio dice que: “La mayoría de la gente entiende que las razones que motivaron los permisos de San Juan Pablo II y Benedicto XVI para utilizar el Misal Romano promulgado por San Pío V y editado por San Juan XXIII en 1962 para el sacrificio eucarístico: aquella facultad otorgado por el indulto de la Congregación para el Culto Divino en 1984 y confirmado por San Juan Pablo II en el motu Proprio Ecclesia Dei en 1988, fue más que nada en razón de que había un deseo de cerrar las heridas provocadas por el movimiento cismático de Mons. Lefebvre.”

Esto es falso y se puede demostrar. El indulto no fue redactado con la intención de curar las heridas provocadas por el cisma de la SSPX. Más bien, el indulto fue dictado para crear un refugio para los fieles que amaban la misa en latín pero que, aun así, no querían acompañar a la SSPX en su camino de cisma formal. Quiere decir que cuando Juan Pablo II legisló sobre este particular tenía en mira a los fieles que no querían asociarse a la SSPX; pero el Papa Francisco dice que el objeto de la legislación de Juan Pablo II era la SSPX. Se trata de una burrada colosal. En Rorate Caeli hay un artículo excelente  [en inglés] documentando el modo en que Francisco malinterpreta la intención de Juan Pablo II.   

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A pesar de la insistencia del motu proprio en afirmar que se impedirán los abusos del Novus Ordo, todos sabemos que eso no ocurrirá nunca. Si Francisco realmente estuviera preocupado por los católicos que disienten con las enseñanzas de la Iglesia, entonces Traditionis Custodes es como quitar la paja del ojo tradicionalista sin remover la viga en el ojo del Novus Ordo. Las encuestas consistentemente muestran que el 89% de los católicos rechazan la autoridad del Papa para enseñar acerca de la inmoralidad de la contracepción; que el 51% rechazan la autoridad papal en sus enseñanzas sobre el aborto. Y que el 69% de los católicos no creen en la transubstanciación. (fuente aplicable a los EE.UU). ¿Esto lo pone mal al Papa Francisco? ¿Acaso va a tomar alguna medida decisiva contra esa gente?

Por supuesto que no. El doble discurso no invalida la gravedad (sea cual fuere) de Traditionis Custodes, pero sí destruye toda pretensión de buena voluntad de parte del Santo Padre al mismo tiempo que acaba con la posibilidad misma de que los fieles reciban su mensaje con docilidad. Frente a una injusticia tan descarada, la idea de que los católicos tradicionalistas simplemente cambien de parecer y acepten este decreto es ridículo. Esto sólo traerá más conflictos. Y resultaba 100% evitable. Qué inútil todo. Hablen ahora si quieren, de peleas innecesarias. 

* * *

En cuanto a los tradis auto-incriminantes [self-hating] que están diciendo: “Nosotros lo pedimos, y ahora estamos ligando lo que nos merecíamos”, y que “la visión del Santo Padre acerca del tradicionalismo por fuerza ha de ser la correcta”, no quiero imaginarme qué clase de torturas mentales han de estar padeciendo al intentar resolver estas cuadraturas de los círculos. Sí entiendo que hay católicos tradicionalistas que pueden ser tóxicos; recientemente me he quejado de ellos [en inglés]. Pero si Ud. cree que las deplorables actitudes de un par de tradis online merece la supresión de todo un rito —y no de cualquier rito, sino del históricamente predominante en la Cristiandad Occidental— pues entonces está Ud. infinitamente más loco que el cuco-tradi que tanta preocupación le genera. Esto es como amputarse la mano para remover una cutícula. 

* * *

Uno de los párrafos más risibles en la carta con la que acompaña esto es aquel en el que el Papa dice que “quienquiera que desee celebrar con devoción en consonancia con formas más antiguas de la liturgia hallará en el Misal Romano reformado de acuerdo al Concilio Vaticano II todos los elementos del Rito Romano, en particular el Canon Romano que constituye uno de sus principales elementos”. Se trata de una concepción notablemente reduccionista de la liturgia. Se hallará entre ciertos católicos conservadores esta idea de que lo único que importa en materia litúrgica es que haya una eucaristía válida: “¡Siempre está Jesús!” dirán, predeciblemente, mientras los globos ascienden hacia el techo y el santuario se llena con los compases candomberos de las guitarras. Esto representa una concepción radicalmente minimalista de la liturgia que reduce la misa a su componente más básico, regocijándonos en que por lo menos todavía contamos con el sine qua non de la liturgia. Se desprende de la cita que acabamos de hacer que que el Papa Francisco tiene piensa de modo similar: la totalidad de la liturgia tradicional de Occidente se reduce al Canon Romano. “¿De qué os quejáis? Tienen el Canon Romano”. Si esa es la perspectiva con que el papa considera la continuidad, pues entonces nada literalmente queda a salvo de su afán de novelerías. Espero que más y más gente caiga en la cuenta de lo horriblemente reduccionista que es semejante hermenéutica. Es como si después de darle de comer saludablemente a mis hijos con comidas balanceadas, de repente los echara fuera diciéndoles que pueden comer insectos. Y si se quejaran, decirles que no lo hagan puesto que todavía cuentan con proteínas. 

* * *


“¿Qué hacemos?” En realidad, eso es lo que todos quieren saber. Con eso me alzo de hombros. Yo qué sé. Pero sí diré dos cosas:

  1. Los católicos tradicionalistas tienen una tendencia hacia los escrúpulos. Nos preocupamos en demasía por las reglas, la letra chica y las rúbricas. Y la situación actual solo exacerba esta ansiedad escrupulosa. Para muchos, lo que ha sucedido nos ha puesto frente a dilemas extremadamente complejos que ningún católico debiera afrontar. Ningún católico debiera confrontar al papa contra la liturgia, la obediencia contra el culto, la fidelidad a la tradición contra el magisterio viviente. Frente a dilemas como estos no podemos permitirnos demasiados escrúpulos. Le hablo a los laicos, pero también a los obispos y sacerdotes. En Occidente somos excesivamente legalistas. Con toda la mierda que hay en el mundo y en la Iglesia, con la civilización que se cae a pedazos y la Iglesia en un caos total, con toda la confusión y mala información y mentiras y doble discursos siendo vomitados por la jerarquía a diario, ¿realmente creen que Dios lo hará enteramente responsables de establecer con toda precisión el status canónico de esta o aquella otra capilla? Simplemente hagan lo que tengan que hacer y no se preocupen demasiado por la letra chica.  
  2. Por lo demás, dije “mierda” sólo para irritar a los escrupulosos que, en un posteo acerca de esta crisis, solamente pensarán en usar la energía que les queda para quejarse en el espacio reservado a los comentarios de que haya usado la palabra “mierda”. Por horrible que sea esta situación, siempre trato de recordar que la misa no es mi fe. Constituye parte integral del modo en que vivo mi fe, pero mi fe es mucho más grande que la misa. Hago esta puntualización porque nunca faltará quien comente diciendo “Esto le hace mal a la fe”. Nunca sabré si lo dicen en serio, en el sentido de que esto les hace creer en Dios un poco menos; a veces creo que sólo quieren decir que “esto me hace más difícil vivir la fe”. La misa de San Pío V constituye un tesoro absoluto. Pero Dios no te debe la misa. La da, y la puede quitar. Si el hecho de que te quite la misa en latín hace que pierdas la fe, ¿qué habrías hecho en el Japón durante todos esos siglos que los católicos no contaban con la misa? ¿O en la Inglaterra isabelina? ¿Simplemente habrías perdido la fe? Muchos de los Padres del Desierto ni siquiera asistían a misa; ni las monjas de clausura en la Edad Media, ni muchos de los ermitaños.
    Dios todavía está en su trono. Jesús todavía vive resucitado. Yo todavía estoy redimido por su Sangre y estoy incorporado a su Cuerpo mediante la sagrada pila bautismal. ¿Acaso algo de eso ha cambiado? No. Nada de eso ha cambiado, y por tanto mi fe permanence inmutable. En modo alguno quiero disminuir aquí la importancia de la misa; pero si tu fe pende de un cierto nivel de acceso a la misa tradicional, ¿adónde estará cuando en los tiempos por venir resulte incluso más difícil que ahora? No os estoy insultando si vuestra fe se encuentra comprometida. Al contrario, solo estoy desafiándolos para que vuelvan a las verdades primeras, las verdades primigenias que ningún prelado puede tocar. Tengan fe en Dios. Y por cierto, no estoy hablando aquí como diciendo “¡tengan fe en que la Misa Tradicional en latín triunfará!” o bien, “Tengan fe que algún papa revertirá todo esto.” No, digo que tengan fe en que Dios está con nosotros, que la sangre de Cristo nos ha librado del pecado, y que en Él podemos vivir una vida de gracia y santidad —aun cuando estos desórdenes nunca sean remediados hasta el mismísimo fin del mundo. 

Fuente: Unam Sanctam Catholicam.

Tradujo: Jack Tollers

51 comentarios:

  1. Gracias, Bonifacio, me gusta tu anàlisis, incluso comprendo tu uso de la palabrota... Y para terminar, nada mejor que apelar a la ayuda del Señor para estos momentos difìciles: Ven, Espìritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesiòn del Inmaculado Corazòn de Marìa, Tu amadìsima esposa!

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    1. El penúltimo párrafo, me hizo pensar en la beata Imelda Lambertini

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  2. Cumplo la predicción del Sr. Boniface usando la zona de comentarios para quejarme de la palabra «mierda». Los lectores asiduos del Wanderer estamos acostumbrados a la dicción culta de nuestro anfitrión y a su ironía elegante, exenta de chocarrerías. Pero salvo ese detalle, el artículo es atinadísimo. Gracias, Wanderer y Tollers. Y a todos: Sursum corda!

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  3. Lo que peor llevo de la vomitona de odio y rencor con que nos ha obsequiado el tirano porteño, es que por su culpa ahora ando atareadísimo leyendo la catarata de reacciones que suscita por los cuatro puntos cardinales. No tengo tiempo para el trabajo ni para el asueto, y no doy abasto.

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  4. Me encanta el artículo. Yo solo le haría una matización: a mí no me hacen perder la Fe con esta dictadura supresiva.

    Lo que me hacen es perder la “fe” o confianza, pero en ellos (La Jerarquía y adeptos laicos que le siguen a pies juntillas).

    Ya todo lo que sale de su boca y de sus acciones me parecen burdas manipulaciones para lo único que les importa: llenar el cepillo para seguir llenando sus panzas y seguir viviendo a costa de mis bienes.

    “El que no trabaje que no coma” decía San Pablo.

    Y creo que va llegando hora de verles picar la misma piedra que picamos los fieles de a pie. Y luchar el mismo combate del día a día que ellos nos hacen hacer continuamente pero sin poder quitarse de en medio como suelen cuando les aprieta el poder o cualquier cálculo político que ellos vean conveniente.

    Por tanto, Fe siempre. ¿Pero en ellos? ¡Que se vayan a la porra!

    Como abordar ese pensamiento es lo que nadie habla. Y ojalá en este hilo se lance el tema por parte de los comentaristas.

    Gracias.

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  5. Ese panfleto TC con la carta adjunta está hecho a base de trapalladas, mentiras y disposiciones insultantes. Santo Tomás de Aquino dice que una ley injusta no es ley sino corrupción de la ley. Docilidad cero.

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  6. "El problema no es simplemente litúrgico o estético, ni puramente formal. El problema es a la vez doctrinal, moral, espiritual, eclesiológico y litúrgico. En definitiva, es un problema que afecta a todos los aspectos de la vida de la Iglesia sin excepción: es una cuestión de fe".

    "Quien no esté dispuesto a derramar su sangre por esta Misa, no es digno de celebrarla. Quien no esté dispuesto a renunciar a todo por conservarla, no es digno de asistir a ella".

    Quizá este sea el problema central del tradicionalismo denominado "en comunión plena": le gusta la misa tradicional, la valora, pero no termina de comprender su oposición con la nueva liturgia y quiere disfrutarla en un ámbito de de paz con esta última simplemente imposible.
    Esto me trae a la memoria las palabras del profeta Elías:"¿Hasta cuándo seguirán dudando? Decidan si el SEÑOR es el Dios verdadero y entonces síganlo a él. Pero si Baal es el Dios verdadero, entonces sigan a Baal".

    https://fsspx.news/es/news-events/news/carta-del-padre-pagliarani-sobre-el-motu-proprio-%E2%80%9Ctraditionis-custodes%E2%80%9D-67624

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    1. Muy oprtuno el comunicado de Don Dávide Pagliarani, impregnado profundo sentido eclesial y caridad pastoral.

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    2. Afirmar que la Misa tradicional está opuesta a la nueva liturgia (o al revés) es plantear la liturgia católica en términos dialécticos. Y no es en absoluto el caso.

      El comunicado de Pagliarini denota un gran desconocimiento litúrgico y teológico sobre "la Misa de Pablo VI". Afirma erróneamente que no es sacrificial, que no hay expiación. Afirma contra toda evidencia que la Iglesia perdió la noción de pecado y que no enseña. Cuando justamente hace unas semanas el Papa recordó a los líderes (a los que supuestamente nada tiene para reprocharles ni enseñarles) que la propiedad privada es un derecho secundario según la Doctrina Social de la Iglesia, algo que también recordó en Fratelli Tutti. El revuelo que causó, el destrozo mediático que le hicieron en todo el mundo y mucho más aquí, demuestra que el Papa y la Iglesia siguen enseñando, reprochando y anunciando a Cristo.
      ¿Qué hay del magisterio ordinario de los obispos de la FSSPX? ¿Alguno publicó alguna carta pastoral?

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    3. Anónimo hay algo que se llama prudencia. Enseñar que la propiedad es un derecho secundario (sic, este es un lenguaje liberal y moderno) a unos líderes que están por el lema "No tendrás nada y será feliz" no es precisamente prudente cuando más les hubiera valido el mandamiento de "No robarás".
      Que la Iglesia en gran parte ha perdido la noción de pecado y no lo enseña es una gran verdad. ¿Usted sabe las luchas que tuve con varios sacerdotes al confesarme porque me cambiaban los pecados por excusas como simples psicólogos? De la Misa de Pablo VI se tiene que reconocer que esos elementos existen pero están escondidos y no son centrales por mucha voluntad que se le eche.
      Yo estos días he reflexionado mucho sobre su primer punto. La Misa Tradicional puede pasar olímpicamente del Novus, no depende este para nada pero el Novus no puede pasar del Vetus porque su razón existencial, queramos o no, es reformar y sustituir al Vetus, ser mejor que este como expresión de la Fe de la Iglesia. De hecho la existencia y promoción del Vetus lo niega y constituye su fracaso y el de sus adherentes. Es el único punto que le concedo a Francisco y el único que tiene razón de fondo contra Benedicto.
      La solución son dos:
      -Sustitución del Novus por el Vetus.
      -Separación radical en dos ritos distintos y que sacerdotes y fieles escojan aquel que les venga mejor para su vida espiritual.

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  7. El paseador de perros23 de julio de 2021, 11:20

    Empujón marketinero a la FSSPX? Tal vez por accidente. Pero en realidad lo que hace Francisco es usar la FSSPX como una "reserva". O sea, todo aquel que se interese por este tema deberá terminar en ella y no "molestar" en una parroquia. Esto último sí se busca por sí mismo.

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  8. Aparentemente el link al artículo original cambió. Es éste: http://unamsanctamcatholicam.blogspot.com/2021/07/nine-reflections-on-traditionis-custodes.html

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  9. Traditionis custodes o Custodios de la Traición es un documento normativo nulo ex tunc del cabo al rabo, y por lo tanto, inexistente, no obedecible, que se debe resistir y oponer. Viola y conculca diversos derechos fundamentales reconocidos por la Lex Ecclesiae Fundamentalis, recogidos en el Código de Derecho Canónico (latino y oriental) y en otras normas jurídicas. Custodios en la Traición vulnera derechos básicos:

    1. Derechos y libertades fundamentales de la Lex Ecclesiae Fundamentalis

    2. Contenido esencial de los derechos fundamentales: restringe las facultades y posibilidades de actuación necesarias para que el derecho fundamental se ejerza de forma plena y libre, impone limitaciones que hacen impracticable, dificultan más allá de lo razonable o despojan de la necesaria protección, al derecho fundamental de la libre elección de la forma de la Sagrada Liturgia relativa al Sacrificio de la Misa y el Oficio Divino desarrollada en la Urbe de Roma, ésta conformada según la Sagrada Tradición

    3. Seguridad jurídica, interdicción de la arbitrariedad de la autoridad eclesiástica, restricción o supresión injustificada de derechos fundamentales, irretroactividad de normas que reduzcan o supriman los derechos fundamentales

    4. Promoción de las condiciones para que los derechos y libertades fundamentales y la igualdad del fiel y de los grupos sean reales y efectivas, removiendo los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los fieles en la libre elección de la forma de la Sagrada Liturgia

    Custodios de la Traición conculca los siguientes derechos:

    1. Derecho a la máxima proximidad y facilidad horaria para la celebración de la forma litúrgica según el Misal Romano de 1570, que es la parroquia. Se impone una carga innecesaria de desplazamiento, que si es lejos, pone en riesgo la vida e integridad física y salud, agravándolos incluso, e imposibilita el desplazamiento de quienes no tienen recursos económicos suficientes. Afecta a la libertad de circulación, reunión, permanencia, entrada y acceso a la parroquia o altar libremente deseados. Impone una servidumbre y un trabajo forzoso para poder cumplir el derecho eclesial fundamental

    2. Derecho de asociación. Impone restricciones ilegítimas a los grupos que libremente han elegido la celebración de la forma litúrgica según el Misal de San Pío V

    3. Presunción de inocencia. Impone una absolutamente inadmisible presunción de culpabilidad del delito de cisma y herejía a los que libremente eligen la Misa tridentina en latín

    4. Derecho al honor, honra, buena fama, buen nombre y buena reputación: los que queremos la Misa tridentina en latín no vamos contra la unidad

    5. Derecho de petición, queja y denuncia para solicitar la reforma o derogación de la Misa Nueva de 1970 de Pablo VI

    6. Derecho de libertad. Rechazo total a la imposición de presbíteros celebrantes con características de comisarios políticos, delatores y supervisores de la fidelidad a una ideología pontificia arbitraria

    7. Derecho de privacidad y protección de datos: la vida individual y de los grupos no puede estar intervenida por comisarios políticos en forma de obispos o presbíteros u otros operadores y agentes

    8. Igualdad y no discriminación. Se imponen unas injustas e inicuas restricciones al Misal Romano Tradicional, creando fieles de segunda categoría

    9. Derecho lingüístico. Impone la supresión del latín en las lecturas del Evangelio, impidiendo la universalidad de la Misa Romana de San Pío V

    10. Libertad de conciencia, pensamiento, expresión, de opinión, de expresión, a comunicar y recibir información, de cátedra, enseñanza e investigación

    11. Derecho de participación libre y plena en la vida eclesial

    12. Derecho a la tutela judicial efectiva, con garantías efectivas: nuestros derechos no pueden ser pisoteados así como así por ningún Pontífice

    13. Derecho a la existencia, a la libre determinación, a la paz y seguridad de los grupos favorables al Misal Tridentino

    14. Derecho de resistencia contra la tiranía

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    1. Excelente análisis jurídico. No se porque cuando lo leí tuve la impresión que llegara manos de Bergoglio

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  10. L’unica resistenza legittima è quella di chi non ignora il diritto canonico e crede fermamente nella visibilità della Chiesa; di chi non cede al protestantesimo e non pretende di farsi Papa contro il Papa; di chi modera il suo linguaggio e reprime le passioni disordinate che possono spingerlo a gesti inconsulti; di chi non scivola in fantasie apocalittiche e mantiene un fermo equilibrio nella tempesta; di chi, infine, tutto fonda sulla preghiera, nella convinzione che solo Gesù Cristo e nessun altro salverà la sua Chiesa.
    (Roberto de Mattei)

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    1. Roberto de Mattei es un intelectual y es demasiado bizantino. Se necesita un golpe contundente: Custodios de la Traición es totalmente nulo ex tunc, y es totalmente inexistente, no se ha de obedecer una cosa que no existe, y si se impone, hay un acto injusto e inicuo, ante el cual hay un derecho a la resistencia y oposición.

      Hay que cortar rápido las alas del despotismo de Bergoglio, de lo contrario, exigirá a todo católico la firma de una declaración electrónica de fidelidad y sumisión a su absurda ideología, a exhibir y escanear en el momento de la comunión y de la confesión.

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  11. Evidentemente Boniface no termina de ver que esta crisis que padecemos desde el Concilio Vaticano II, sí se reduce a una concepción distinta de fe. La fe que pretendió, y pretende enseñar el CVII, no es la fe católica, es una fe que responde a la doctrina de la herejía modernista, condenada hace años por San Pio X.
    Y la reforma litúrgica constituye el Caballo de Troya de los modernistas que aceptan el Vaticano II. Nos cambiaron la misa para cambiarnos la fe.
    Ha pasado tanta agua debajo del puente que resulta realmente sorprendente que, incluso después de sufrir un golpe como "TRADITIONIS CUSTODES", haya gente como Boniface que no vea que la misa constituye uno de los pilares más importantes de nuestra fe, si es que no es el más importante.
    Pretender, como hace Boniface, que podríamos estar bien sin la misa, es lisa y llanamente una locura.
    "El problema no es simplemente litúrgico o estético, ni puramente formal. El problema es a la vez doctrinal, moral, espiritual, eclesiológico y litúrgico. En definitiva, es un problema que afecta a todos los aspectos de la vida de la Iglesia sin excepción: es una cuestión de fe...Quien no esté dispuesto a derramar su sangre por esta Misa, no es digno de celebrarla. Quien no esté dispuesto a renunciar a todo por conservarla, no es digno de asistir a ella". Don Davide Pagliarani

    Pablo

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    1. Anónimo 23 de julio de 2021, 13:04
      No sé quién es Boniface, ó quien utilice lo que entiendo un seudónimo.
      No advierto que Boniface pretenda que podríamos estar bien sin la misa.-
      Queda por responder, a cada uno y para sí, si el hecho de que te quite la misa en latín hace que pierdas la fe?. Agregaría: si se nos quita la Misa, a secas?. ¿Y, si nos faltan los sacramentos?.
      Entiendo a la Misa y los Sacramentos, como esenciales en la vida de la fe. Pero: ¿Y si nos fueran quitados?. Por las razones que fueran: políticas, ideológicas, persecuciones, detenciones, etc.
      Abraham, Moisés, los japoneses que se menciona en el artículo, Mindzsenty, los condenados a los diferentes gulags que pudieron haber existido, en qué fundaron su fe?. Cómo sostuvieron su fe?.

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    2. Justamente Anónimo, ese el punto. Y creo que está bastante claro en el texto. El problema son las anteojeras que cada uno tiene para leer.

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  12. El punto más importante, en mi opinión, es sobre el legalismo de Occidente y los escrupulos. A veces me da la angustia de que si no tuviéramos algo de persecución podríamos caer de cabeza en el fariseismo, que con tanta pasión y razón denunciara el venerable P. Castellani, con tanta obsesión por normas y leyes, la mayoría encima indignas de una Iglesia que heredó lo mejor del Ius Romanum. Y que conste que me incluyo yo mismo.
    Del TC que decir ya que es un bodrio tan contradictorio que se contradice a sí mismo por todos los poros. Si los que van al UA son cismáticos, rebeldes y se creen la "verdadera Iglesia" como es que pretende Pancho I que le obedezcan en sus decretos. Tan absurdo como si el Presidente de España pretendiera ser obedecido por Argentina o viveversa. Más lógico hubiese sido un decreto de excomunión o, sencillamente, dejar las cosas como están.
    Más que discutir sobre esto, pues ya esta dicho todo lo importante, sería volver a las fuentes de la verdad, reconstruir la Iglesia trayendo los tesoros de la Tradición, analizar con cuchillo los problemas, devolver la espiritualidad a un estado más alto, fortalecer los puentes con el Oriente y no hacer tanto caso a la verborrea legalista, cursi e inane emanada de Roma y los obispado locales. Y usar de la santa picaresca de la que hablaba un santo muy conocido para defender la Misa y a veces enseñar los dientes a la jerarquías (montar lío segun su Bergoglidad) sin tantos respetos humanos...

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  13. En estos momentos sería bueno que los tradis se cuestionen si valió la pena ese rechazo frontal y sin matiz alguno a la idea del “sacerdocio universal de los fieles” que ciertamente fue aprovechada por protestantes y herejes para atacar o eliminar el Sacerdocio sacramental.

    Leyendo a Alexander Schmemann se nos recuerda que el hombre ES un ser sacerdotal, llamado desde la creación a recibir la creación, alabando y dando gracias por ella a Dios para ofrecerla nuevamente al mismo Dios. Y ello tiene su suprema expresión en la Misa: como dice la Liturgia oriental. “Lo tuyo de lo que es tuyo, te ofrecemos por todos y por todo”.

    Si no nos convencemos -y lo aplicamos- que toda nuestra vida es una Eucaristía que tiene su culmen en la Ofrenda de Cristo, difícilmente podemos explicarle a otros porque defendemos tanto la importancia de una adoración correcta a Dios, que requiere de símbolos y gestos de la creación que faciliten esa acción. Se nos enrostrará una y mil veces -incluso de quienes se consideran de recta doctrina- que solo basta “materia, forma y ministro” del sacramento.

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    1. La FSSPX sostiene un discurso historicista con profundas carencias argumentativas en los planos teológico y canónico. Está detenido en una franja temporal de la Iglesia a la que le atribuye los caracteres de una catolicidad ya perdida.
      Ha articulado una crítica en bloque hacia el CVII y el Magisterio postconciliar que el mismo Mons. Lefebvre nunca sostuvo. Lo que Pagliarini afirma categóricamente sobre "la Misa de Pablo VI" en su comunicado, nunca se le escuchó decir a Lefebvre, que yo sepa.
      No olvidemos que la FSSPX también lucha internamente por la unidad, resistiendo el sangrado de clero y fieles a las filas del extremismo radical y del sedevacantismo.

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    2. Palamita le felicito por su comentario porque es el mejor y va a la raíz del problema. Solo le añado la contraparte con una frase del Rito Hispano que completa su aportación. Tras la consagración se mostraba al pueblo las especies consagradas y se hace la conmixtión con el grito: ¡Sancta Sanctis! (Las cosas santas para los santos) y se cantaba el Agios o Theos. O recuperamos el sentido de Ofrenda de lo creado a Dios y el sentido de Don que procede de Dios a través de la Santa Iglesia a los fieles o estamos fritos. La liturgia es una participación de la Gloria celeste y un Don del Altísimo que no puede ser manipulado al gusto e ideología de pontifices o sacerdotes sino que se ha creado por la Divina Providencia a lo largo de la historia de la Iglesia con participación de todo el Pueblo de Dios, especialmente sus santos, incluidas todas sus generaciones. Como el propio Cristo, centro e imagen de lla, "proficiebat sapientia et aetate et gratia apud Deum et hómines" (Lc. 2, 52; crecía en sabiduría, edad y gracia delante del Señor y los hombres), dando gracia y salud a quienes acudan a ella hasta que el vuelva con Poder y Gloria y participemos, si somos merecedores, en el Culto eterno de la Stma Trinidad.
      Si no entendemos esto no podremos jamás restituir la Divina Liturgia a su lugar central en la vida espiritual cristiana.

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  14. Palamitas, son los problemas que el integrismo, porque es integrismo, no puede explicar.

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  15. El TC hace que la posición de "reconocer y resistir" al Papa se tense alcanzando un nuevo máximo. Hay que tener presente que todo esto que sucede consiste en una prueba para que se manifieste la justicia.

    Es un error decir que "Ningún católico debiera confrontar al papa contra la liturgia, la obediencia contra el culto, la fidelidad a la tradición contra el magisterio viviente"
    El que quiera vivir apaciblemente la fe sin conflictos con la autoridad, que se dé una vuelta por los Evangelios y vea como Jesucristo (el ejemplo vivo que siempre que deben tener en mente los cristianos) tuvo que lidiar constantemente con la autoridad.

    El problema de la misa no es solamente de formas, es profético, es eclesiológico y es sobre todo el misterio de nuestra fe. Es en este sacrificio, que es a la vez fruto de salvación o de condenación (dependiendo de lo que se haga con él), donde se juega el destino del alma en esta generación del Nuevo Testamento. Igual como ocurrió en el tiempo del Antiguo Testamento donde se jugó la vida o la muerte en la ingesta de los frutos de los arboles del Conocimiento y el de la Vida. Allí estuvo la prueba de Adan y Eva y aquí tenemos nuestra prueba.

    La apostasía del AT ocurrió con Antíoco incluyendo la abolición del sacrificio (profetizada por Daniel). Esto fue figura de la segunda apostasía que también tiene el elemento del anticristo y la abominación en el lugar sagrado.
    Si de verdad creemos en estas cosas, todo lo que tenga relación con el sacrificio tiene que tener máxima importancia para un cristiano.




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    1. Jorge, a lo suyo de 23 de Julio de 2021. 18:09.

      Precisamente, por lo que consigna en su penúltimo apartado y porque creemos en estas cosas (su último apartado), insisto en lo mío de hora 17:29, del día de ayer: ¿dónde queda nuestra fe de abolirse el sacrificio perpetuo?. ¿En qué se fundamentará?. ¿En qué se sostendrá?.

      Hasta ahora no leí a nadie (pese a todo lo escrito) que planteara si, ante tal supuesto hipotético, se avendría a celebrar misa en domicilios particulares (si es que encuentra dónde). Tampoco, a nadie que respondiera cuál sería la situación de quienes –por las razones que fueran- se vieran privados de la Misa y de los Santos Sacramentos, en tales hipótesis.

      Los japoneses estuvieron prohibidos, perseguidos y martirizados, durante más de 200 años; y, por más de ese largo tiempo no recibieron misioneros extranjeros. Aquellos que no fueron crucificados en el siglo XVI, fueron – a partir de 1614 se prohibió la religión expresamente- expulsados; y, los que se negaban a irse fueron arrestados, asesinados o forzados a abandonar su religión. En 1873, la larga prohibición del cristianismo en Japón se levantó; y, tras la apertura de sus fronteras, más de 20.000 cristianos japoneses, salieron de sus escondites, ó reaparecieron como tales.

      ¿Acaso quienes nos precedieron, sin acceso a Misa (no toco rito ni lengua) y Sacramentos, por hecho/s que no eligieron, no tuvieron fe?. ¿Por tales importantes carencias, a que fueron obligados, merecieron ser condenados al Averno?.

      Usted o alguno de los comentaristas: ¿puede responder, clara y concretamente, a tales interrogantes?.-

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    2. Es que, verá, una cosa es que te persiga Diocleciano, la Gestapo o el Sursum corda y otra, que me parece distinta, es que te persiga el Papa de Roma.
      Hay que agradecer vivir en estos tiempos porque otrora lo mismo estábamos farfullando incoherencias delante de un tribunal de la Inquisición .
      Y sí, se puede conservar la fe sin Misa ( y no acabar en el infierno ) en lugares en las que está prohibida porque en algún otro lugar del mundo se está celebrando y existe la comunión de los santos.

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    3. Anónimo de hoy a las 2.34
      Encuentro cierta incongruencia en su razonamiento buscando demostrar que sin misa no hay fe, porque así como primero nos dice "¿dónde queda nuestra fe de abolirse el Sacrificio Perpetuo? ¿en qué se fundamentará? ¿en qué se sostendrá?", más adelante nos pasa a contar que después de siglos de haberse prohibido el cristianismo y suprimido la misa en Japón, cuando en 1873 se levantó esa prohibición "más de 20.000 cristianos japoneses salieron de sus escondites o reaparecieron como tales".
      ¿Cómo puede ser que si la fe desapareció en Japón cuando fue suprimida la misa, al ser rehabilitada varios siglos después 20.000 cristianos reaparecieron de la nada?
      ¿Qué cosa puede haberlos sostenido sin misa durante siglos que no haya sido la fe?
      Es evidente entonces que la fe no nace de la misa, es fruto de la Revelación y la Buena Noticia del Evangelio que los misioneros llevan por el mundo para la conversión de las almas.
      La misa es parte de la liturgia que expresa esa fe, así que están íntimamente relacionadas, eso es cierto, pero son independientes una de la otra.

      Fuenteovejuna

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    4. Anónimo 24 de Julio de 2021, 10:13.

      Estimado:
      Puede que ser interpretara como incongruencia. Estoy planteando lo contrario. Que, pese a que faltaron los evangelizadores, el derecho a profesar la propia fe públicamente, la Misa y los Sacramentos, estos señores del ejemplo, pese a todo, y pese al tiempo transcurrido, mantuvieron la fe.
      Por supuesto, ni yo, ni nadie, desea tener que pasar por semejante prueba.
      Gracias. Si parece incongruente, me posibilita poder aclararme.-

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    5. La Misa es uno de los sacramentos, por lo tanto uno de los medios ordinarios de la Iglesia para la santificación. Pero eso no significa que fuera de los sacramentos no haya posibilidades de recibir la fe, perseverar en ella y santificarse. Los protestantes que sólo tienen bautismo son un ejemplo bastante claro. El ejemplo de los cristianos de Japón es otro, dramáticamente retratado en Silence (2016) de Scorsese.

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  16. Es innegable la obstinada mala fe de Bergoglio tratando de borrar de un plumazo la misa de rito tradicional que durante tantos siglos fue la carta de presentación de la Iglesia, pero tiene razón Boniface cuando dice que la fe no depende de ella.
    Bien sabemos que cuando venga el Anticristo e inicie la última y más terrible persecución de los cristianos, el Santo Sacrificio del Altar será suprimido. Por eso la Virgen de La Salette les reveló a Melania y Maximino que en esos días oscuros cuando Roma se convierta en la sede del Anticristo, "sólo la fe sobrevivirá".
    Es evidente entonces que la fe y la misa son dos cosas distintas.

    Fuenteovejuna

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    1. Fuenteovejuna, son dos cosas distintas pero van necesariamente de la mano, no separadas.
      Pretender, como se está haciendo en este post y en los comentarios, que la misa no es necesaria para sostener nuestra fe es por demás temerario.
      Por supuesto que han habido casos en la historia, de grandes santos que no tuvieron la misa, y muy probablemente en los últimos tiempos nos priven a algunos de ella; pero concluir a partir de ahí que nuestra fe no depende de la misa, es una locura.
      Si los grandes santos de antaño, y algunos incluso de nuestra época, pudieron resistir sin asistir a misa, me atrevo a decir que lo hicieron porque en algún lugar del mundo el santo sacrificio se seguía celebrando. Absolutamente todas las gracias que recibimos nos vienen de los méritos de la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo. ¿Cómo sostener entonces que la renovación incruenta de ese santo sacrificio no es lo que continúa, y continuará, acercándonos la gracia?
      Nuestro Señor nos dejó la misa por algo, no se trató simplemente de una cuestión simbólica o caprichosa.
      Sin la misa no se habría propagado la cristiandad, no se habría podido evangelizar a las naciones en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Sin la misa, no se hubiera sostenido la fe y no sería posible la victoria de Nuestro Señor. Es Él quien lo ha querido así.
      Don Wanderer me acusa de no sacarme las anteojeras, pero honestamente no puedo sacarme estas "anteojeras".
      Cada vez estoy más convencido de lo sostenido por Pagliariani en su último comunicado: "...la Misa de siempre, estandarte de una Iglesia que desafía al mundo y que está segura de la victoria, porque su batalla no es otra que la continuación de la que llevó Nuestro Señor para destruir el pecado y el reino de Satanás"

      Pablo

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    2. Estimado Pablo:
      Usted me dice que la fe y la misa "son dos cosas distintas pero van necesariamente de la mano, no separadas".
      Si leyó bien, eso es justamente lo que digo.
      Ocurre que cuando inmediatamente después usted afirma " pero concluir a partir de ahí que nuestra fe NO depende de la misa, es una locura".
      En eso no puedo estar de acuerdo porque significa que la misa es lo principal y la fe lo accesorio de lo principal. Eso es un grave error.
      Las dos cosas son importantes, no hay duda, pero en todo caso sería al revés, lo principal es la fe y lo accesorio la misa, porque la fe puede subsistir sin la misa pero la misa no puede existir sin la fe.
      Usted me atribuye sostener que la misa no es necesaria porque la fe no la necesita.
      Nunca dije eso, claro que la necesita, pero aún así, si por razones excepcionales nos quitaran la misa como ocurrió en Japón y otros lados y se repetirá también cuando venga el Anticristo, no lo dude, "la fe sola sobrevivirá". Lo dijo bien claro la Virgen de La Salette y así se cumplirá.
      Discúlpeme si hago una mala comparación, pero lo suyo me recuerda un viejo cuento de campaña.
      Resulta que en un lejano fortín de frontera el vigía que estaba subido al mangrullo empieza a gritar:
      ¡Mi Capitán, mi Capitán!
      Qué pasa con tanto alboroto, pregunta el Capitán desde abajo.
      ¡Allá en el horizonte veo una polvareda!
      ¿Y qué más ve?
      Ahora veo un poco mejor. ¡Son indios mi Capitán, y son muchos!
      Y dígame, ¿son indios amigos o enemigos?
      ¡No sé mi Capitán, pero me parece que son amigos porque vienen todos juntos!

      Me parece que muchas veces pasa eso, uno dice una cosa y otros entienden otra...

      Fuenteovejuna


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    3. Anónimo24 de julio de 2021, 11:37

      En lo personal, no pretendo –ni pretendí- sostener que la misa no es necesaria.

      Seguramente, como sostiene, si los grandes santos de antaño, y algunos incluso de nuestra época, pudieron resistir sin asistir a misa, lo hicieron porque en algún lugar del mundo el santo sacrificio se seguía celebrando; y, agrego, seguramente la oración de muchos.

      Hacía ciertas preguntas, por el supuesto de la abolición del Sacrificio Perpetuo, que no es algo descabellado, considerando las escrituras y profecías contenidas en ella.

      En otras discusiones, no entré.

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  17. El gran fustigador del clericalismo, ha finalmente proferido la frase más clericalista jamás pronunciada por un Pontífice:

    "...interrumpir la erección de nuevas parroquias personales, vinculadas más al deseo y a la voluntad de sacerdotes individuales que a la necesidad real del «santo Pueblo fiel de Dios»".

    Y quién se supone que es él para conocer verdaderamente lo que desea el pueblo de Dios? No es esta una actitud típicamente paternalista y clericalista, tan denostada por el progresismo?

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    1. No espere que manifestarles una contradicción suya vaya a producir algún efecto

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    2. Es la actitud de los caudillos peronistas argentinos. que consideran al pueblo como niños bobos a quienes se les puede llevar y traer de la nariz...

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  18. Quedo suprimida la misa tridentina de San Bartolome en Murcia para los que dicen que todo va a seguir igual...

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    1. Y en Valencia de España, y en Asturias. Malas noticias en esta piel de toro nuestra, con la colección de obispos probablemente más cobarde del mundo.

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  19. Y no era que los sacerdotes son pueblo fiel de Dios?

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  20. https://traditioniscustodes.info/

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  21. "No sigo a caudillos, ni en leyes me atraco." (Como cantara Cafrune).

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  22. El blog cambia de look, y los anaqueles de don Gabino se pueblan... no de libros, sino de botellas. No puedo ver si son de vino o de destilados, pero todas alegran el corazón del hombre, que falta le hace al hombre. Daremos buena cuenta de ellas, si seguimos gozando de su generosa hospitalidad. Yo que soy muy cegato, agradezco especialmente el fondo claro del texto. Pero, si vis perfectus esse, cambie usted también esa letra gris por otra más negra, como el tanino de los vinos cuyanos.

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    1. Y también una letra más grande, que se achicó considerablemente.

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  23. El Papa pide dividir y redistribuir los panes en vez de multiplicarlos
    https://twitter.com/electo_mania/status/1419318182523846657

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  24. Me hacen acordar las acusaciones contra Socrates la TC.

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  25. A propósito del post “Nueve consideraciones sobre “Traditiones custodes”
    “La misa de San Pío V nunca podría haber sido abrogada y que, por tanto, siempre estuvo (y está) permitida” (Boniface).
    Es muy lamentable descubrir que el motu proprio Traditiones custodes, que se propone como medida cautelar con la supuesta intención de evitar el drama de un cisma por parte de las comunidades tradicionalistas, en rigor, lo que parece estar haciendo es llevarse puesto un inamovible decreto de San Pío V, (1570, refrendado oportunamente por los Papas Juan XXIII, Juan Pablo II y Benedicto XVI, que va prohibiendo en la práctica la llamada misa Tridentina, Misal Romano o Misa de Pio V, algo que ya supone una antigüedad de cuatro siglos de la Iglesia. La limitación consiste en declarar de uso excepcional el Misal Romano, y con expresa autorización del obispo de la diócesis correspondiente. Con lo cual, al tiempo que se opone frontalmente al motu proprio Summorum Pontificum (2007) de Papa Benedicto XVI, es claro que, con el actual decreto que, en la práctica, se opone a la celebración de la misa Tridentina de tan antigua tradición, lo que se está haciendo es ahondar las divisiones entre cristianos.
    En honor a la verdad, debe recordarse que Benedicto XVI en su Summorum Pontificum, dispuso que “es lícito celebrar el Sacrificio de la Misa según la edición típica del Misal Romano promulgado por el Beato Juan XXIII, en 1962, y nunca abrogado como forma extraordinaria de la liturgia de la Iglesia” (SP n. 1 ) También dice: “En las Misas celebradas sin el pueblo, todo sacerdote católico de rito latino, tanto secular como religioso, puede utilizar tanto el Misal Romano editado por el beato Papa Juan XXIII en 1962 como el Misal Romano promulgado por el Papa Pablo VI en 1970, en cualquier día, exceptuado el Triduo Sacro. Para dicha celebración, siguiendo uno u otro misal, el sacerdote no necesita permiso alguno, ni de la Sede Apostólica ni de su Ordinario.” (SP n. 2).
    Raro. No se toman medidas contra los constantes descuidos que se efectúan todos los días en las celebraciones de cuño postconciliar, pero, si se tiene cierto celo en despedir a obispos de recta doctrina, en cerrar seminarios cuyos integrantes pretendan recibir la hostia en la boca, y, también, en desalentar la fidelidad a un mandato de antigua data, como lo es la Misa de Pío V. Esto es, se procede como si lo único que importase fuese lo que se dice o hace sólo a partir de los documentos del CVII, o a lo decidido por el actual Papa reinante, y lo anterior a éstos, debiese, por sistema, ser eliminado. Como si la Iglesia anterior al CVII, nunca hubiese existido.
    ¡Dios proteja a la Iglesia! ¡Alabado sea Jesucristo!
    Chapado a la antigua

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    1. A Chapado a la antigua 26 de julio de 2021, 1:03

      Nada es raro; y, Usted lo sabe.

      Si algo puede sonar raro, me da la impresión (y sólo eso), es la acelerada que parece haber pegado en el último tiempo el autor del Motu Proprio. A mí, al menos, me llama la atención.-

      Y, sí: ¡Dios proteja a la Iglesia!, ¡Alabado sea Jesucristo!

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