En numerosas ocasiones he destacado la figura del papa Benedicto XVI y de mi profunda admiración por él, una persona de profundas honduras teológicas y espirituales. He señalado también que fue un hombre moderno que pensó por fuera de los esquemas más tradicionales de la teología católica —la escolástica— lo cual, podrá gustarnos más o menos, pero lo cierto es que es absolutamente lícito. Nuestra fe no se identifica con una escuela teológica determinada, y mucho menos con una método teológico y filosófico, como es el escolástica. Nuestra fe es en Dios y en su enviado Jesucristo, y hay muchos modos de hablar de Dios dentro de la ortodoxia. Por eso, y aunque yo prefiera un lenguaje tomista, no puedo negarle a nadie que exprese el misterio de Dios en un lenguaje personalista, por ejemplo, como solía hacer el papa Benedicto.
Sin embargo, una de las cosas que nunca me convenció del todo fue su renuncia. Porque uno puede considerarla, como yo mismo lo hice durante un buen tiempo, como la decisión de un hombre honesto y prudente que se da cuenta que ya no puede cumplir con su deber. Pero lo que me preguntaba una y otra vez, es si el juicio por el cual concluyó que ya no era capaz de hacer lo que debía, había sido acertado. Lo cierto es que vivió casi diez años después de su renuncia, la mayoría de los cuales con buena salud y total lucidez. ¿Qué le impedía entonces seguir desempeñando el munus para el cual fue elegido y que él libremente eligió?
El libro de Mons. Gänswein señala que el primer click, y el más importante, fue que en el viaje a México se sintió muy cansado y tuvo una caída en el baño. Eso fue para el Santo Padre el signo de que estaba debilitándose. Y lo que lo aterraba era que al año siguiente debía ir a la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, y no podría hacerlo. A eso se sumaron al menos tres factores más: el Vatileaks, los desmanejos en la Curia que estaba haciendo el cardenal Bertone y que él no estaba dispuesto a deponer de su cargo, pues era su amigo, y que no quería que se repitiera en su pontificado lo que había ocurrido en los últimos años del de Juan Pablo II, donde nadie sabía quién mandaba en la Iglesia. Sin embargo, y tal como se desprende claramente de las memorias de Gänswein, lo definitorio fue la imposibilidad que preveía de viajar a Brasil en 2013. Y comenta que le hicieron ver que, en todo caso, no era necesario que viajara y que podría estar de modo virtual, a través de grandes pantallas. Pero fue inútil.
Este motivo de la renuncia me parece descabellado. Que el invento de Juan Pablo II, siempre tan histriónico y sediento de multitudes como fueron la JMJ, condicione la permanencia del sucesor de Pedro en el solio pontificio, no tiene pie ni cabeza. Como si la Iglesia no pudiera pasar sin las JMJ, y como si estas jornadas no pudieran pasar sin la presencia del papa. En agosto de este año tendrán lugar las JMJ en Lisboa, y el mismo Vaticano prevé que serán un rotundo fracaso, y por dos motivos: porque la figura del papa Francisco no atrae a nadie, y mucho menos a los jóvenes, y porque el mundo está cada vez más descristianizado. Según el criterio del papa Ratzinger, si el fracaso sucediera, debería ser una tragedia equivalente al cisma de Bizancio o al surgimiento del protestantismo. Un disparate.
Pero esto no es todo. El viernes pasado, los medios de prensa del mundo e Infovaticana publicaron la noticia de que el Benedicto XVI, pocos meses antes de morir, había escrito una carta su biógrafo Peter Seewald, en el que confesaba que el motivo de su renuncia fue el insomnio que padecía desde 2005. Sus médico lo trataban pero los medicamentos cada vez tienen menos eficacia. Justamente fue ese el motivo de su caída en México. Estimo que habrá tomando algún hipnótico, se habrá levantado por la noche al baño atontado por el fármaco, y se cayó.
Conozco a muchas personas que tienen insomnio, que toman fármacos para tratarlo y siguen viviendo. Es un desorden duro y puede ser torturante, pero no renuncian a sus trabajos ni abandonan sus deberes de estado. Como dijo el cardenal Sodano en una célebre homilía, Nuestro Señor no se bajo de la cruz, y tampoco lo hizo San Pedro, y estar clavado en el madero es una más dolorosaa que padecer insomnio. En resumen, la renuncia de Benedicto XVI se podría haber resuelto con Melatol.
Si esto fuera así, un juez terrenal —sobre el Juez Divino no opinaré— podría imputar a Ratzinger por dolo eventual. En derecho penal el dolo eventual es el que comete aquella persona que aun sabiendo el resultado y el daño que puede provocar una determinada acción, continúa haciéndolo y no descarta el resultado que puede llegar a ocurrir. Por ejemplo, un automovilista que llega tarde a su trabajo y se lanza a correr a alta velocidad por una zona con muchos peatones. El sabe que el resultado de su acción puede ser la muerte de un peatón, y sin embargo, persiste en su acción. Es nuestro caso, el papa Benedicto, al renunciar, sabía perfectamente, porque conocía al colegio cardenalicio —y si no lo conocía peor aún— que podía ser elegido cualquiera. Es verdad que podía ser electo su amigo el cardenal Scola, o un curial, pero también podría ser eleecto un cardenal progresista, o mentecato, o truhán, o mentiroso, o desequilibrado, o todo eso junto, que fue precisamente lo que sucedió.
Por eso, y mal que me pese por el enorme afecto y admiración que guardo por el papa Benedicto, debo decir que, en mi opinión, es culpable de dolo eventual y, por tanto, penalmente responsable de que desde hace casi diez años la Iglesia se encuentre a merced de la voluntad de Bergoglio y atravesando una de las crisis más graves de su historia. Dante, si hiciera un update de su Divina Comedia, lo colocaría sin duda en el Infierno junto a San Celestino. Yo intercedería por él y rogaría que lo mandara al purgatorio.
La renuncia de Benedicto en mi modesta opinión puede estar más relacionada a dos cosas: El ataque del mundo a la Iglesia con la eliminación del Estado Vaticano del sistema SWIFT revocada el día después de su renuncia y querer verificar que la jerarquía quería realmente enfrentar el problema de la pederastia en su interior. No entiendo cómo el conclave no le pidió opinión o por lo menos motivos de su renuncia.
ResponderEliminarHabría que preguntar a Bergoglio, que sabe mucho más de lo que calla.
EliminarEl benevacantismo arauto-carlista aprueba esta hipótesis del dolo eventual.
ResponderEliminarEsto significa que ya tenemos justificación oficial suficiente para no canonizar por primera vez a un Papa posconciliar inconveniente.
ResponderEliminarA Bergoglio le gustó esta hipótesis dolosa. Tucho ya está trabajando en los comentarios apropiados para la próxima entrevista del Papa para The Sun.
No sólo es una cuestión política o penal. Esto demuestra también el pensamiento de los últimos papas en cuanto al Papado, la Iglesia y la doctrina en general.
ResponderEliminarConcuerdo con su intercesión y pedido de indulgencia final, rezo por su alma. Más allá de eso ,que merece el mayor de los respetos y prudencia, considero que no es sola una escuela diferente a la escolástica a la que adhería Ratzinger ( lo cual es totalmente lícito) también hay cierta infiltración de *modernismo* , no es solo un filósofo o teólogo *moderno*. Hay que señalar también que en su derrotero teológico sufrió una especie de conversión , cómo bien apuntaba Eck en una de sus entradas. Originariamente fue progresista aunque con buen gusto y más decente.
Lo del Summorum Pontificum sin duda fue encomiable; sobre su renuncia ....nada más que agregar.
Impecable. Ha sintetizado usted cuanto yo opinaba para mis adentros, desde hace años, sobre la lamentable renuncia de Ratzinger, al que siempre admiré por todos conceptos y de quien evocaba muy a menudo, recordando mi sabático en Bonn, que muchos de los libros que yo abría en la biblioteca de Teología Católica habían también pasado, sin duda, por sus manos. Pero aquel abandono de su obligación suprema nunca lo he podido entender ni justificar. Me hacía refugiarme de inmediato en Fray Luis de León: " Y dejas, pastor santo, tu grey en este valle, hondo, escuro, con soledad y llanto". Y a fe mía que la soledad y el llanto que nos han sobrevenido por su decisión nunca lo hubiéramos sospechado, aunque sí lo padecimos en cuanto su sucesor empezó a poner en práctica sus delirantes desmanes. Y lo que aún veremos. Que Dios nos coja confesados.
ResponderEliminarSe puede no compartir la renuncia de Benedicto XVI pero hacer un juicio jurídico y moral no, pues la totalidad de las circunstancias que lo llevaron a esa decisión las conocían solo Dios y él. A menos que hubiera sido un acto intrínsecamente malo. Pero no lo era. Por lo mismo tampoco se puede hablar, stricto sensu, de dolo eventual, pues el acto de renuncia es lícito según el Derecho Canónico. Si estaba o no justificado, ya habrá sido juzgado por Dios. Nosotros no podemos juzgar el fuero interno. Y en el externo no hay nada canonicamente ilegal ni moralmente ilícito. Mal que nos pese a muchos su renuncia y lo que vino después.
ResponderEliminarFernando, yo no estoy juzgando el fuero interno. Estoy juzgando con el mismo papa Benedicto y su secretario dijeron más o menos públicamente y que fue publicado en la prensa.
EliminarEn cuanto a si es dolo eventual stricto sensu... qué quiere que le diga. ¿A usted le parece que se aplicar de ese modo una categoría jurídica a un acto de este tipo? ¿No entiende las licencias literarias? Sospecho que es usted abogado.
Sí, soy abogado, aunque gracias a Dios no ejerzo (es broma...pero hoy parece que hay que aclararlo todo, aunque no lo digo por Ud.). Entiendo su argumentación y suponiendo que había usado esa expresión en sentido lato es que escribí que lo de dolo eventual no era aplicable "stricto sensu". De todos modos prefiero aplicar aquí y sí en su sentido tanto moral como juridico aquello de "in dubio pro reo". Ok, está suficientemente explicado que renunció por varias cuestiones de salud y sobre todo por el insomnio. Castellani, que lo sufría, explica suficientemente las graves consecuencias e incapacidades a que lleva el insomnio, como bien se desprende de la biografía escrita por nuestro común amigo Jack Tollers. Pero lo que casi nadie analiza es qué fue lo que agravó su estado de salud a partir del año 2005. Yo tengo para mí que fue el peso del mismo Pontificado en alguien no dotado para el gobierno sino para el estudio y la enseñanza, el haber tomado el toro por las astas en relación a los abusos sexuales, el Motu Propio Summorum Pontificum y el diálogo abierto con la FSSPX, su enfrentamiento a la Agenda globalista en aspectos esenciales, su ataque a la exegesis bíblica racionalista y a la moral de situación, su combate contra la hermenéutica de la ruptura, etc. Y el mayor acoso que todo esto despertó en el lobby LGBT eclesial, en lo que quedaba de la Maffia de San Galo, en el progresismo teológico más radicalizado, en la izquierda de los "liberals" americanos, en la Masonería eclesiástica, etc. ¿Hay relación entre una cosa y la otra? No lo sabemos. Y si no lo sabemos, yo prefiero no juzgar, aunque lamente las gravisimas consecuencias que estamos sufriendo. Y no soy teologicamente ratzingeriano, aunque tenga aprecio por la persona de Benedicto XVI. Creo que todo es muy reciente como para hacer juicios tan tajantes. Mi afición a la historia más que al derecho me ha ido llevando por caminos de mayor cuidado al momento de juzgar, sin caer por eso en el relativismo moral y cultural. Tal vez me equivoque. Lo sabremos más adelante o en el Juicio Universal.
EliminarYo he entendido la licencia literaria y en gran medida estoy de acuerdo con Vd., Wanderer, tanto en la admiración por el Papa Benedicto XVI como en las reticencias sobre su abdicación. Este "gran rifiuto", como dijo Dante a mí me llevó a pensar que estaba todo ya decidido y nos encontraríamos en el balcón a cardenal Scola como Benedicto XVII, revestido con la muceta. Lo que apareció para mí fue una pesadilla: un tipo que renuncaba a los ornamentos papales y que saludaba con un ridículo "buona sera". Al día siguiente vino la payasada de pagar en persona el alojamiento y así siguió hasta que se han cansado de reírle sus malos chistes. Le señalo que soy hmbre mundano y con una vida poco ejemplar. Por ello mismo uno espera ver algo distinto a lo que está demasiado acostumbrado a ver...
EliminarNo es juzgar fuero interno decir que de todas las razones aducidas, ninguna tiene suficiente peso para justificar una renuncia al papado. Evidentemente los problemas de salud no le impidieron vivir durante otros 8-9 años con la cabeza despejada y un estado más que aceptable para alguien de su edad.
EliminarDije que no se puede juzgar el fuero interno, pero sin hacer alusión a nadie que se metiera en la intimidad de Benedicto XVI. Aquí estábamos debatiendo sobre los motivos objetivos de la renuncia. Para ser moral o penalmente responsable, hay que cometer un pecado o un delito. Renunciar al Papado por razones que el renunciante considera suficientes no es un pecado ni un delito. San Celestino V renunció al Papado y el Dante lo colocó en el Infierno. Pero el Papa Clemente V lo canonizó en 1313. Por lo demás, tengo para mí que lo del insomnio no fue la causa principal. Desde 1978 se especuló acerca del real o supuesto asesinato del Papa Juan Pablo I. Y recién ahora, gracias a Father Murr podemos conocer mejor las circunstancias que ocasionaron su muerte, además de haber confirmado que según el Informe del Cardenal Gagnon, Mons. Bugnini era masón. Tal vez sepamos dentro del algunas décadas cuál fue el verdadero contexto y la totalidad de las causas que llevaron a Benedicto XVI a renunciar. Mientras tanto repito: "In dubio, por reo".
EliminarNuestra fe es en Dios, y en su enviado Jesucristo. Me genera cierto ruido la frase. Así como afirmar que JPII tenía sed de multitudes
ResponderEliminarY sí, yo pienso que tendría que haber seguido. Sobre todo porque veo que hay muchos pecadores empedernidos, que lejos de convertirse, se han alejado más y más de la Iglesia. Al principio, por sentirse avalados por Francisco: "Quién soy yo para juzgar"...y ahora, por un desprecio rotundo a la figura de ese mismo Papa que quiere quedar bien con Dios y con el diablo.
ResponderEliminarEn algún sitio he leído que Benedicto XVI sufría de fuertes dolores de cabeza constantes insoportables desde joven. Y más tarde corporales. Hasta el punto de que aceptó el nombramiento de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe por únicamente por obediencia a Juan Pablo II.
ResponderEliminarAdemás el era un intelectual humilde que donde realmente estaba a gusto era dando clase y dirigiendo su revista de teología, no peleándose todo el tiempo con obispos y cardenales, que le han estado haciendo la vida imposible y no se han cortado de desobedecerle y humillarle en público, como el Cardenal de Palermo, los obispos alemanes o los obispos norteamericanos (algunos se han negado a darle la mano en público)
Claro, que si en vez de ser manso y humilde hubiera sido un soberbio y un bicho malo, como Bergoglio, se hubiera ahorrado muchos problemas simplemente exigiendo la renuncia por amor a la Pachamama.
Y luego está toda la presión que la Mafia de San Galo le ha sometido con los casos de pederastia, como si él fuera el responsable y no esos obispos y cardenales pederastas, como el todopoderoso Theodore Edgar McCarrick (no de la Mafia, pero muy muy cercano)
Dicen sin embargo que lo que realmente le afectó fue cuando su mayordomo, que es un cargo de confianza y familiaridad, le robó esos papeles íntimos y los dio a esa periodista (no es de extrañar, si es una persona reservada y se encuentra en el Vaticano viejo, sólo y sin amigos)
De todos modos no hay que olvidar que si hoy Bergoglio está de Pontífice Absoluto es gracias a él.
Él mismo dice que el Concilio fue un fracaso, pero que había que hacerlo; y seguramente tendrá razón.
Puede que haya más cosas, como ese colaborador católico de Hilary Clinton que quería un pontífice mas relativista en cuanto al aborto (el aborto de los cristianos es un dogma para SOROS) y que efectivamente estuvo presionando.
O esa información que apareció hace unos días de que "Benedicto XVI dimitió cuando EE.UU cortó el acceso del Instituto para las Obras de Religión (IOR) del Vaticano al sistema internacional de pagos SWIFT. Tras su dimisión fue reactivado".
En fin, sea lo que sea, es difícil juzgarle, porque no tenemos todos los datos y porque olvidamos que él era un Pontífice y un Jefe de Estado, no era una persona normal ni tenemos sus responsabilidades ni su influencia.
Hay una cosa muy interesante que leí en un blog de psicología norteamericano (creo que Psychologytoday).
En él venía a decir que la dimisión de Benedicto era prueba de que estaba en plenas facultades mentales; simplemente se había dado cuenta que no podía seguir y había dimitido. Un enfermo mental se hubiera agarrado como una lapa al solio (o a Santa Marta)
Se hubiera mantenido en sus XIII y hubiera dicho:
"Mis XVI no me las quita nadie"
Benedicto XVI era como esas personas calladas, humildes, buenas de las que sólo te das cuenta que ha estado cuando ya se ha ido.
Pues eso es algo que agradecer e imitar, ¿no?
Peor estado de salud que tenía Benedicto XVI cuando renunció tuvo Juan Pablo II en sus últimos años.
EliminarCierto, y Ratzinger fue testigo de lo que estaba pasando.
EliminarCon todo el respeto que da hablar en este eximio foro, dire que le ha traicionado, querido Wanderer, su escolasticismo.
ResponderEliminar¿No será más bien el cúmulo de todas esas causas las que motivaron la renuncia papal? Debilidad, miedo a dejarse manipular, insomnio, desconfianza de sus propios colaboradores...
Creo que fue aquí donde leí, y aprobé muy sinceramente el argumento de que, de haber seguido reinando Benedicto, estoa años habrían sido aún más catastróficos: apariencia doctrinal, pero agenda veintetreinta, camauro y fanón, pero un cisma solapado aún más pernicioso, por mantenerse oculto.
Creo que lo único bueno de la renuncia de Benedicto fue que, como las heridas, al abrir la carne salió todo el pus. Ahora vemos al enemigo sin careta.
Gracias por el artículo.
ResponderEliminarApreciado D. Wanderer:
ResponderEliminarEn estos momentos, estamos sólo empezando a enterarnos de los problemas de salud de Benedicto XVI. Se cuenta que llevaba décadas con persistentes dolores de cabeza, que, en el momento de su renuncia, estaba casi ciego de un ojo... Y lo que se irá revelando. Ahora nos enteramos de que tenía problemas graves de insomnio, problemas que sin duda iban más allá de lo que hubiera podido solucionar el melatol de marras. Y creo que sólo el que ha sufrido de insomnio se puede imaginar lo que debió de padecer el Papa. Algo de insomnio he tenido yo y la experiencia ha sido tremenda. El insomnio invita a la depresión y a otros trastornos psíquicos. Tengo que confesar que cuánto más me entero de los problemas de salud que tenía, tanto más me admiro de su valor. Recordemos que también ha salido a la luz que Benedicto XVI, en el momento de su renuncia, pensaba que sólo le quedaban dos años de vida. Y que en los dos últimos años estaba ya muy mal. Encomendémoslo al Señor; Él sabrá hacer justicia con misericordia.
Un saludo
El comentario de la melatonina sólo lo puede hacer alguien que no sufrió de insomnio severo. No, Wanderer, el insomnio no se cura con un poco de Melatol. Para un hombre de más de 80 años, con salud de por sí débil, una situación así que se prolongue años puede incapacitar para tareas cotidianas, ni qué hablar del gobierno de la Iglesia.
EliminarEste post es, mal que le pese a su autor, conjetural. A excepción de un documento del involucrado que explicite sus motivos, ir más allá de lo que dijo el día de la renuncia es necesariamente conjetural. Seewald pone el insomnio como factor central, Ganswein apenas lo menciona como una dolencia que lo acompañaba. No, no está claro todo el panorama, y posiblemente nunca lo esté. Amén de que la gran pregunta es cuál era la montaña para duyo ascenso se sentía débil el Papa, si es que había una más allá de las dificultades usuales del cargo.
Finalmente, BXVI vivió 10 años más probablemente debido a que renunció al cargo, con el alivio psicofísico que eso implica. Si hizo bien o mal, no lo sé. No me gusta lo que vino después. Pero si BXVI pensaba que le quedaba poco tiempo de vida, y que ese tiempo iba a estar signado por el desgobierno, entonces posiblemente fue una decisión prudente.
Hacer responsable a BXVI de lo que hizo Bergoglio es demasiado. Ni él lo aceptó al sacerdocio, ni lo ordenó obispo, ni lo creó cardenal, ni (por lo que se sabe) facilitó una elección de Bergoglio en 2005. Bergoglio fue producto de los jesuitas, de Quarracino, de S. JPII, y del cónclave. No de Benedicto.
Como Ud. dice, podía ser elegido un Scola, o un Bergoglio. Eso era verdad en el 2013, pero también lo hubiera sido en el 2015, o en el 2020. Eso no es culpa de Benedicto.
G.
Comentario acertado si los hay.
Eliminar¿Usted cree que Benedicto no fue al médico?
EliminarNaturalmente que habrá ido.
Pero los médicos y medicinas no lo curan todo; e incluso traen consecuencias no deseadas.
Benedicto hizo lo que pudo (y ha sido bastante ). Respecto a la misa de los Santos, mucho más que Juan Pablo II, que no hizo nada.
Fue una señal de Dios para recordarnos que no todo está perdido y que hay que tener fe (y obras)
Él nos ha dado una idea: Las minorías creativas.
Ahora depende de cada uno de nosotros ser una minoría creativa y salvar la Religión Católica y la Civilización cristiana.
El Bergoglio es sólo una mala excusa para quejarse y no hacer nada.
Si al pobre Benedicto le hubiera sucedido una persona normal, ahora no nos estaríamos quejando de él.
ResponderEliminarSi le hubiera sucedido un santo, estaríamos dando gracias a Dios por su dimisión.
El problema no es pues Benedicto, sino la Mafia de san Galo que le ha forzado y especialmente el jesuita que le ha sustituido.
Ratzinger no era hombre de gobierno, sino un intelectual, un teórico. Su inteligencia era especulativa, pero no práctica, que es la inteligencia que se necesita para gobernar. Nunca quiso ser Papa, aceptó porque no le quedó más remedio y en cuanto se sintió superado por los acontecimientos, renunció. Humanamente es comprensible, pero no sobrenaturalmente. Lo sobrenatural hubiera sido inmolarse por la Iglesia en la cruz del papado, como hizo Juan Pablo II.
ResponderEliminarEfectivamente la inteligencia del gobernante debe ser práctica.
EliminarPero su influencia es tal que debe saber de lo que habla y las consecuencias; porque si no, mira el desastre que está causando el necio soberbio de Bergoglio.
Yo creo que si bien hay facultades que en un periodo de tiempo favorecen la función, siempre va a haber problemas.
La única solución consiste entonces en conocer los puntos fuertes de uno y dejar que de los puntos débiles, con control de fines y objetivos, se ocupen otros.
En el caso de Benedicto, él tenía que haber nombrado Cardenal Nepote, que es como históricamente el Papa ha controlado al Sacrum Collegium de Cardenales.
Porque si no, todas las bofetadas van a él y tampoco puede estar en todo. Además hay gente que sabe leer intuitivamente quién es un "bueno" (un débil ) y va a aprovecharse, como tantos cardenales y obispos con piel de oveja hicieron con él Santo Padre.
Yo creo que esto y cosas parecidas, como haber puesto de Secretario de Estado a alguien que no es diplomático de carrera, como Tarsicio Bertone. No basta haberle conocido en el trabajo diario de la Congregación ex Santo Oficio (lo saco porque hubo una queja no oficial de los norteamericanos respecto a esto)
El jefe, cualquiera que sea, tiene que tener resultados; y hay comportamientos que los favorecen y comportamientos que los dificultan o impiden.
Y así hay que juzgar a Benedicto como jefe.
De todas formas las críticas que leo se refieren a haber dimitido para poner a ese fanático jesuita.
Él no es culpable de eso.
La responsabilidad nuestra consiste en haber sido tibios; porque ante una comunidad de fe ardiente, los más malvados y soberbios jesuitas nunca se hubieran atrevido.
Lo peor de Benedicto no es que pensara fuera de los esquemas tradicionales de la teología católica, sino que abogó por la aceptación en la Iglesia de las conquistas de la Ilustración, es decir, del liberalismo, contradiciendo así el magisterio anterior al Concilio Vaticano II. En su discurso a la Curia Romana de 2006 lo dijo claramente: "Por otra, es necesario aceptar las verdaderas conquistas de la Ilustración, los derechos del hombre, y especialmente la libertad de la fe y de su ejercicio, reconociendo en ellos elementos esenciales también para la autenticidad de la religión".
ResponderEliminarBasta leer cualquier escrito de Benedicto y se da uno cuenta que esos "derechos del hombre y esa libertad de la fe" sólo la entendía él, en el pleno sentido Católico. Así que agarrarse de esa frase para tildar a Ratzinger de promotor de la Revolución Francesa es como decir que NSJC fue el primer comunista.
Eliminar"La fe es el verdadero iluminismo porque a diferencia del "iluminismo" de la Ilustración racionalista, ella es "una irrupción de la luz de Dios en nuestro mundo, una apertura de nuestros ojos a la verdadera luz", dijo el Papa Benedicto XVI durante la solemne celebración de la Vigilia Pascual en la Basílica de San Pedro este Sábado Santo por la noche.(2007)
Eliminar"¿Por qué? La oscuridad amenaza verdaderamente al hombre porque, sí, éste puede ver y examinar las cosas tangibles, materiales, pero no a dónde va el mundo y de dónde procede. A dónde va nuestra propia vida. Qué es el bien y qué es el mal. La oscuridad acerca de Dios y sus valores son la verdadera amenaza para nuestra existencia y para el mundo en general. Si Dios y los valores, la diferencia entre el bien y el mal, permanecen en la oscuridad, entonces todas las otras iluminaciones que nos dan un poder tan increíble, no son sólo progreso, sino que son al mismo tiempo también amenazas que nos ponen en peligro, a nosotros y al mundo. Hoy podemos iluminar nuestras ciudades de manera tan deslumbrante que ya no pueden verse las estrellas del cielo. ¿Acaso no es esta una imagen de la problemática de nuestro iluminismo? En las cosas materiales, sabemos y podemos tanto, pero lo que va más allá de esto, Dios y el bien, ya no lo conseguimos identificar. Por eso la fe, que nos muestra la luz de Dios, es el verdadero iluminismo, es una irrupción de la luz de Dios en nuestro mundo, una apertura de nuestros ojos a la verdadera luz."(2007)
EliminarGASTÓN. Dice LECTOR: "Lo sobrenatural hubiera sido inmolarse por la Iglesia en la cruz del papado, como hizo Juan Pablo II" Seguramente lo de "inmolarse por la Iglesia" fue la intención de Juan Pablo II aunque con los actos interreligiosos de Asis, el ecumenismo -¿como calificarlo?- en sus viajes, las peticiones de perdón por el pasado de la Iglesia, el beso al Corán, los muchos nombramientos de indeseables como obispos o incluso cardenales, etc, etc, los frutos de su "inmolación" parecen invitar a emplear otra palabra menos laudatoria para referirse a su permanencia en la Sede de Pedro.
ResponderEliminarMe refería solamente a que Juan Pablo II entregó su vida al ministerio petrino hasta exhalar el último aliento, a pesar de sus evidentes problemas de salud. Esto no excluye que cometiera errores.
EliminarHacemos tantas conjeturas porque desde el malhadado CVII la Jerarquía nos trata como tontos y hablan de los problemas de la Iglesia como si fuera una película antigua de Walt Disney. Lo más probable es que dimitiera porque se veía incapaz de hacer frente al cisma interno y a las presiones externas. Pero en la versión mema y blandita que nos ofrecen siempre creen que es mejor decirnos que renunció por insomnio y el show de las JMJ. Nos venden infantilismo barato.
ResponderEliminarMás que saber por qué renunció seria interesante conocer cómo llegó al papado su sucesor (teléfono para Yannuzzi).
ResponderEliminarLas cada vez más dañinas jmjs ya nos quitaron un papa. Terrible
ResponderEliminarDañinas? Cualquier persona por fuera de la secta lefebvrista (que vive en un universo paralelo) conoce a algún joven que tuvo su conversión radical de fe en una JMJ. Y ni hablar del sí defintiivo a la vocación religiosa.
EliminarEso no quita que se den desórdenes en tales eventos. Pero dañinas? Qué disparate.
Si yo tuviera que pensar feo sobre la renuncia de Benedicto, lo explicaría con los problemas de Alemania.
ResponderEliminarAlemania es un país que le ha causado muchos problemas a la Iglesia, desde el conflicto entre Papas y Emperadores, a la reforma, a la Kulturkampf y el Nazismo. Ahora ocurre lo de la llamada vía sinodal que puede terminar en otro cisma alemán (el cisma ya está, lo que falta es oficializarlo).
Creo que Benedicto, siendo alemán él mismo, simplemente no quería estar ahí, no quería ni ser él mismo el que tuviera que enfrentar el problema de los alemanes, ni quedar como el Papa alemán que no pude prevenir un nuevo cisma en Alemania (un poco como lo que le pasó a Francisco, el Papa católico que no pudo impedir que su país legalizara el aborto).
Bergoglio no hizo demasiado, ni la Iglesia Argentina nada de nada, para inpedir legalizar el asesinato de miles y miles de niños en nuestro pais. Las cifras son para llorar. Han nacido 250000 niños menos. Los lideres de la Iglesia deberian haber hecho publica su reprobacion pero hasta dan de comulgar a los que han propiciado que el crimen sea legal.
EliminarSi se trata de conjeturar y opinar y juzgar a partir de conjeturas, podremos encontrar varias razones de peso que habrían provocado la renuncia de Benedicto XVI. Pero yo no me baso en conjeturas; emitir un juicio a basa de ellas, sí que sería temerario. Yo me baso en hechos que fueron publicados por testigos cualificados de los que no puede dudarse.
ResponderEliminarPor tanto, Ratzinger podrá caernos muy simpático, como me ocurre a mí, pero los hechos son los hechos.
Me parece que el problema no es la renuncia, sino sus consecuencias.
ResponderEliminarEl no haber preparado eficazmente una sucesión, es en lo que entraría el dolo eventual. Puede no querer seguir en el cargo, pero debió preparar una sucesión acorde, pues estaba en sus facultades: 2/3 del cónclave de 2005 eligieron a Benedicto y el mismo Benedicto renovó casi el 50% del Colegio cardenalicio. Y es aquí que la cuenta no cierra.
Fue especialmente lamentable que Benedicto no nombrara algunos cardenales antes de renunciar, sobre todo en sedes de capelo tradicional. El caso de Moraglia, en Venecia, es especialmente patético. Un obispo ortodoxo y con olor a oveja, sistemáticamente salteado por Bergoglio en cada consistorio. BXVI fue demasiado ingenuo, imperdonablemente ingenuo.
EliminarSi renunció fue porque quiso, igual que JPII no renuncio porque no quiso ni renunciará Bergoglio (a menos que el cuerpo le propine alguna dolencia que lo deje completamente inhabilitado o tenga bien atado su sucesor, lo mas dañino posible) Es una cuestión de temperamento, lo demás son excusas.
ResponderEliminarPara comprobar el grado de estupidización de la Jerarquía, monseñor Munilla, se supone que de los obispos españoles más presentables, ha declarado que la mención a la Agenda 2030 en las próximas JMJ es "innecesaria", pero ha dicho que no acudir a ellas sería "una herida en la comunión". Con estos mimbres, da miedo pensar que las razones de Benedicto para dimitir fueran las oficiales y las que ahora dice su secretario.
ResponderEliminar"Conozco a muchas personas que tienen insomnio, que toman fármacos para tratarlo y siguen viviendo. Es un desorden duro y puede ser torturante, pero no renuncian a sus trabajos ni abandonan sus deberes de estado."
ResponderEliminarEspero que esos trabajos no impliquen manejo de vehiculos o maquinaria pesada, por el bien de sus próximos.
"En resumen, la renuncia de Benedicto XVI se podría haber resuelto con Melatol."
Yo tuve un tiempo de insomnios esporadicos, una vez por semana aproximadamente, que no se prevenian o solucionaban con Melatol, ni con un vasito de vino, ni con ambas cosas a la vez. La noche que me venia el insomnio era de lectura hasta el alba. Tener que atender las responsabilidades de un Papa al dia siguiente habria sido impensable.
Llegó en reemplazo de Ouellet en el Dicasterio para los Obispos, Robert Francis Previsto, defensor acérrimo de la teología de la liberación.
ResponderEliminarNo sorprende, si Bergoglio es adherente de la Teología del Pueblo y bancó a Carlos Mugica, el precursor de ambas Teologías hermanas.
EliminarLa falta de melatol..., puede ser un motivo..., pero el menor entre los que también son hechos, no dichos por Gänswein (a quien no le tengo simpatía ni confianza); y aquí entran la mafia lavanda, la mafia San Galo y el Dpto de Estado de US, con las declaraciones directas de Hell-r-e Clinton, su secretario Podestá y Obama's wokes.
ResponderEliminarQuitar del radar a esto último, dejando como principal evidencia de la mala praxis de su renuncia a la falta de...melatol, es a lo menos temerario.
El papa Benedicto XVI confirma lo expresado en su carta de renuncia de 2003. Juzgar si sus patologías justifican una renuncia lo estimo aventurado. Desde mi punto de vista, si lo hizo es porque no le daban las fuerzas en ese momento, como él mismo lo declaró. Por esto, no sabremos qué habría ocurrido si no hubiese renunciado: con él y con la iglesia. Felicitaciones por excelente el blog.
ResponderEliminarbuen punto, yo creo que Dios lo dejó vivir 10 años para que pudiesemos observar de que su salud no estaba en juego como para precipitarse a una renuncia, y bueno, ahora ya fallecido, creo que no queda otra que hacer sacrificios , ayunos, ofrecer misas, lo que sea, etc para que se le acorte su estancia en el purgatorio,
ResponderEliminarsaludos cordiales para todos.
ResponderEliminardefinitivamente comparto al máximo la opinión del autor, no soy benevacantista, y opino y creo que el papa francisco es el legitimo Papa, pero aunque sea doloroso decirlo Benedicto xvi es el responsable indirecto al máximo de la hecatombe casi apocalíptica que se vive hoy en la iglesia. El papa benedicto tenia desde anos anteriores pensado en renunciar, tal como se lo comento en una entrevista a su biógrafo en el 2010, el pecado horribilis que cometió fue no saber atar bien a un sucesor aceptable y dejar literalmente un cónclave a la buena de Dios, cuyo resultados hoy estamos padeciendo, benedicto no nombro cardenales claves, lo de Venecia y turin que el pudo crearlos cardenales no los hizo, mas sin embargo creo cardenal a marx en munich y al celebre tagle venido de la escuela teologica de bolonia, pudo crear un colegio cardenalicio mucho mas conservador y no lo hizo, ni siquiera a la hora de la renuncia el colegio cardenalicio llegaba al coto de los 120 cardenales, en ese sentido francisco es un maestro y ha hecho todo lo contrario, en cada consistorio pone a los de su linea en mayoría, haciendo que la posibilidad que haya un francisco II no sea remota.
si bien es cierto que la curia romana estaba suelta a la suerte de Dios durante el pontificado del papa polaco, con benedicto la situación se torno mas deplorable, la elección de bertone como sucesor de sodano en la secretaria de estado fue un fiasco y la falta de autoridad de jefe se le noto, sabia que bertone estaba haciendo un verdadero caos y lo dejo, no tuvo valor de destituirlo cuando se lo merecía pero no lo hizo porque era su amigo....
se que el insomnio es algo duro que puede afectar la calidad de vida de cada persona, y mas en una persona anciana, si, pero aparte del melatol que es el tratamiento inicial hay otras alternativas, y hasta terapias del sueno que ayudan a esa patología, las habrá intentado en papa? es una incógnita, aparte de eso me pregunto... se le habrá quitado el insomnio al papa emérito en el monasterio mater eclesiae luego de la renuncia?. otra cosa es como bien lo acota el autor es que esas jmj no son palabra de Dios, se pueden prescindir, y si bien son una demostración del poder de convocatoria que pudiera tener la iglesia, tampoco es indispensable que sea el papa que las presida personalmente, creo que le dio ha este aspecto una importancia totalmente obtusa e innecesaria.
Lo cierto es, si bien el único juez es CRISTO, me pregunto donde dejo el papa la asistencia de Dios a su vicario en esos momentos, en esos momentos de tormenta, acaso todo no es posible para el que tenga fe?, eso lo pronuncio sin ánimos de denigrar ni juzgar, solo lo hago como una reflexión y desde la caridad.
en mi humilde opinión la renuncia de benedicto no debió de ocurrir, y si lo hizo debió de haber sido mas inteligente y precavido y dejar una sucesión por lo menos aceptable, benedicto pudo haber fulminado al cardenal bergoglio cuando por allá por el 2011 le presento la renuncia y mas aun por Dios teniendo en la plata a un obispo como Aguer, pudiéndolo trasladar a buenos aires e incluso crearlo cardenal para equilibrar con bergoglio, si esto hubiese pasado quizás la historia hubiese sido una muy diferente y sobretodo feliz.
ahora solo nos queda orar con fe para ver lo poco o mucho que francisco deje, y que su sucesor no sea un huracán que termine de destruir lo poco o mucho que deje en pie el papa francisco.
adorado sea jesucristo.
En definitiva, Ratzinger jamás debió aceptar la elección como Papa, y ni siquiera debió aceptar ser Obispo, pues estaba bien dando clases y escribiendo personalísticamente sobre cómo amalgamar el Evangelio y la Ilustración, Santo Tomás y Hegel, etc.
ResponderEliminarPero bueno, vaya, aceptó el cargo en la CDF por obediencia a Juan Pablo II, y luego aceptó el Papado porque "no quedaba otra" (!) y luego no quería echar a su amigo a pesar de estar haciendo un desmaneje terrible...
El chiste se cuenta solo. Pero no es sólo Ratzinger. Es el drama del Papado Hipertrofiado.
¿Tu hubieras preferido a un Francisco Porteño s.j.?
EliminarAnónimo.
EliminarSu pregunta no tiene sentido.
¿Es usted malminorista?
Mi estimado Andreas, pensar que Ratzinger quería "amalgamar el Evangelio y la Ilustración, Santo Tomás y Hegel" es, ese sí, un chiste que se cuenta solo. Si no le tuviera ningún respeto a Ud., diría que estas cosas las dice sólo a partir de leer en blogs esa cita sobre la ilustración que tanto da vueltas. Pero no creo que sea ese el caso, sino más bien un lapsus de su parte.
EliminarCreo que el Anónimo de arriba se refiere a que, si Ratzinger no hubiera aceptado el papado, Bergoglio hubiera ganado en 2005. No estoy seguro que Ratzinger aceptó sólo por no dejarlo a Bergoglio en Roma, pero en una de esas jugó algún rol.
Respecto de "ser malminorista", no sé qué es eso ¿Es preferir males menores a males mayores? Si es eso, pues no se el anónimo, pero yo soy "malminorista".
Mis respetos,
G.
Estimado G.
EliminarSólo Dios sabe "lo que hubiera pasado", por lo tanto es planteo ocioso, y no sirve para justificar nada. Por lo tanto la pregunta del anónimo carece de sentido.
La legitimidad moral de preferir un mal menor se da en casos muy precisos y determinados, y éste no es uno de ellos, sobre todo porque sospecho que se está hablando de la elección de Ratzinger y no Bergoglio como si se tratara de preferir a Macri por encima de Cristina. Espero que no sea su caso.
En cuanto a las preferencias de Ratzinger sobre la Ilustración, seguramente sabe usted que esa cita que menciona no es la única y que en cambio se espiga aquí y allá en su pensamiento, y también en su obrar como Pontífice. Vea usted, Ratzinger tuvo una oportunidad que pocos tienen: editar en vida su propia Opera Omnia. Lo hizo, y no rectificó nada. Eso por sí sólo es una declaración.
Lo de Santo Tomás y Hegel es un decir, saqué "Hegel" y ponga cualquier otro filósofo moderno, es una tendencia alemana de la que Ratzinger no escapó, en absoluto.
Estos son los temas y los comentarios en los que suelo diferir con Don Wanderer. Quizás Él tenga información q el común de la gente no tiene..., pero me parecería más sano y más-sin ánimos de ofender- prudente y humilde, no hacer juicios o conjeturas en lo referente a este tema y sus diversas hipótesis... Al final, me da la impresión q terminamos hablando de temas de política eclesiástica... Y muchos somos conscientes de la M q es la política... Saludos
ResponderEliminar"Si BenedictoXVI renunció por insomnio, todo está permitido"
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